INTRODUCCIÓN
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) constituye, sin duda alguna, una de las mayores amenazas en el campo de la salud pública mundial, tanto en la comunidad como en el ámbito hospitalario. Entendida como la capacidad de los microorganismos como bacterias, hongos parásitos y virus para resistir los efectos de los medicamentos diseñados para eliminarlos o controlarlos, la RAM limita significativamente las opciones terapéuticas disponibles y dificulta el manejo eficaz de las infecciones (1). Esta situación se ha agravado en las últimas décadas debido, en parte, al escaso desarrollo de nuevos agentes microbianos. De hecho, desde 1987 se ha observado un “discovery void” o vacío de descubrimiento de nuevos fármacos de este tipo, lo que ha contribuido a la persistencia y propagación de microorganismos resistentes. (1).
Además, el ritmo de aparición y diseminación de la resistencia antimicrobiana supera de manera amplia el de las innovaciones terapéuticas. Este desequilibrio constituye un motivo de alarma, ya que, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que para el año 2050, la RAM podría ocasionar hasta 10 millones de muertes por año y una reducción del producto interno bruto (PIB) de entre 2 y 5 % en algunos países (2). Por consiguiente, el impacto de la resistencia antimicrobiana trasciende el ámbito clínico y afecta tanto la economía como la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.
En Latinoamérica, las estrategias de vigilancia y de contención de la resistencia antimicrobianas son muy variables según los sistemas de salud y de las nacionales, lo que dificulta su control efectivo. A diferencia de otras regiones como Norteamérica o Europa, donde existen programas como el "Intensive Care Antimicrobial Resistance Epidemiology" (ICARE) y "European Prevalence of Infection in Intensive Care" (EPIC) dedicados a monitorear la resistencia a los antibióticos en unidades de cuidados intensivos (3). La región latinoamericana enfrenta retos importantes para estandarizar la vigilancia y consolidar redes como ReLAVRA. Entre la amplia gama de patógenos existentes que desarrollan resistencia antimicrobiana, llama especialmente la atención el comportamiento de Pseudomonas aeruginosa, que destaca por su capacidad de defensa frente a los antimicrobianos. Esta bacteria gramnegativa, oportunista, aerobia estricta, se caracteriza por su rápido crecimiento en diversos ambientes y su adaptabilidad, lo que favorece la aparición de cepas multirresistentes (4).
Por otro lado, la flexibilidad regulatoria, metabólica y adaptativa de Pseudomonas aeruginosa se debe a la diversidad de variantes alélicas en genes similares. Estas características le permiten dividirse bajo distintas condiciones ambientales y pueden colonizar tanto en ecosistemas acuáticos como terrestres. El análisis del genoma revela que la elevada diversidad y capacidad de adaptabilidad de esta especie también se potencian la transferencia horizontal de genes (HGT, por sus siglas en inglés). Este mecanismo facilita la adquisición de genes de resistencia y virulencia, incrementando la gravedad de las infecciones asociadas a este patógeno (5). En el contexto clínico, la HGT contribuye a la rápida diseminación de genes de resistencia, dificultando el tratamiento eficaz de las infecciones por P. aeruginosa y favoreciendo la aparición de cepas multirresistentes.
A nivel hospitalario, las condiciones nosocomiales facilitan la propagación de bacterias y el desarrollo de mecanismos de adaptación bacteriana, lo que se traduce en un aumento progresivo de las infecciones asociadas a la atención sanitaria (IAAS) cada vez más resistentes a los antimicrobianos de amplio espectro que se dispone en la actualidad (6). Este fenómeno es especialmente preocupante en el caso de las Pseudomonas aeroginosa, cuya capacidad de sobrevivir en superficies hospitalarias y adquirir resistencia a múltiples fármacos representa un desafío constante para los sistemas de salud.
En América Latina, la regulación y vigilancia del uso de antimicrobianos presentan desafíos importantes, con diferencias notables entre países en cuanto a la implementación de programas de control. Esta situación puede favorecer el uso de antibióticos y contribuir a la aparición de altos niveles de resistencia, especialmente frente a la aparición de las carbapenemasas, que en muchos casos constituyen la tercera o cuarta línea de defensa y, en ocasiones la última opción antes de los antimicrobianos de rescate. La presencia de carbapenemasas, enzimas que inactivan estos fármacos, se ha vuelto un problema de alcance regional, dificultando el manejo de infecciones por bacterias multirresistentes. Entre ellas Pseudomonas aeruginosa, han sido etiquetadas según ATLAS (Antimicrobial Testing Leadership and Surveillance), un programa de vigilancia global que monitorea anualmente la actividad in vitro de varios agentes antimicrobianos, como bacterias con resistencia difícil de tratar (DTR) por sus siglas en inglés, lo que pone de manifiesto la urgencia de fortalecer la vigilancia y el control de la resistencia antimicrobiana en los hospitales latinoamericanos (7).
Con este contexto, surge la interrogante sobre ¿cómo han evolucionado los mecanismos de resistencia de Pseudomonas aeruginosa en Latinoamérica a lo largo del tiempo y cuáles son los principales factores de riesgo asociados a su diseminación y persistencia? En este sentido, resulta fundamental analizar de manera sistemática la evolución de sus mecanismos de resistencia, dado que la identificación de los factores que facilitan la aparición y propagación de cepas resistentes permitirá orientar estrategias de control y prevención, así como la toma de decisiones en políticas de salud pública. Por tanto, el objetivo del presente estudio es analizar la evolución de la resistencia antibiótica de Pseudomonas aeruginosa en Latinoamérica, con la finalidad de valorar la relevancia de la estandarización de la vigilancia para orientar estrategias de control y prevención en salud pública.
METODOLOGÍA
La presente investigación es de enfoque cualitativo, se realizó una revisión de alcance o scoping review de la literatura sobre la evolución de los mecanismos de resistencia antimicrobiana de Pseudomonas aeruginosa en Latinoamérica, siguiendo la metodología recomendada por la guía PRISMA-ScR (Preferred Reporting Items for Systematic reviews and Meta-Analyses extension for Scoping Reviews), la cual resulta adecuada para este tipo de estudios exploratorios. Para delimitar el alcance de la revisión, se adoptó el marco de Población, Concepto y Contexto (PCC). Así, la población de interés fueron los aislamientos clínicos de P. aeruginosa obtenidos de muestras humanas, mientras que el concepto abordado fue la evolución de los mecanismos de resistencia antimicrobiana, considerando tanto la caracterización fenotípica como la detección molecular de genes y elementos genéticos móviles asociados a la resistencia. El contexto se centró en los entornos clínicos de los países latinoamericanos, lo que permitió acotar el análisis a la realidad regional.
En cuanto a los criterios de elegibilidad establecidos incluyeron estudios originales, revisiones sistemáticas, metaanálisis e informes técnicos relevantes, publicados en español, inglés o portugués, con acceso al texto completo. Para ello, se priorizaron publicaciones de los últimos cinco años. Sin embargo, dada la relevancia de algunos estudios anteriores, también se incorporan artículos de los años 2007, 2008, 2013, 2014, 2016, 2017 y 2018. Se excluyeron editoriales, cartas al editor y estudios de caso sin análisis poblacional, con el objetivo de garantizar la pertinencia y solidez de la evidencia seleccionada.
Por otro lado, la búsqueda bibliográfica se realizó en las bases de datos PubMed y LILACS, utilizando estrategias de búsqueda avanzada basadas en palabras claves y combinaciones mediante operadores booleanos, adaptadas al vocabulario controlado de cada base de datos. Entre los términos empleados destacan “Pseudomonas aeruginosa”, “resistencia antimicrobiana”, “mecanismos moleculares”, “carbapenémicos”, “aminoglucósidos”, “fluoroquinolonas”, “colistina”, “meropenem”, “imipenem”, “América Latina”, “Sudamérica” y “Centroamérica”. La búsqueda se llevó a cabo en el mes de marzo de 2025, lo que permitió identificar un total de 67 estudios en PubMed y 17 en LILACS.
Posteriormente, se procedió a la eliminación de duplicados mediante la comparación de autores y títulos en una tabla de Excel, verificando los resultados con el gestor de referencias Zotero. Los estudios restantes se analizaron a través de la lectura de títulos y resúmenes, aplicando criterios de pertinencia respecto a los objetivos planteados. La organización y selección final de las fuentes de evidencia se realizó mediante un flujograma conforme a la guía PRISMA, lo que facilitó la visualización y el seguimiento del proceso de selección. Tras la aplicación de los criterios de inclusión y exclusión, se seleccionaron finalmente 32 estudios para el análisis cualitativo, Figura 1.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
Siguiendo la metodología PCC la población (P. aeruginosa aislada en entornos clínicos), el concepto (evolución de los mecanismos de resistencia antimicrobiana), y el contexto, que abarca los entornos clínicos, el estudio se centró en entornos clínicos de América Latina. Tras la selección y análisis de los estudios, se incluyeron un total de 32 investigaciones relevantes para la revisión, las cuales muestran una amplia diversidad geográfica y de configuración hospitalaria en la región, Tabla 1.
En el análisis de la Tabla 1, La distribución geográfica y la diversidad de entornos hospitalarios analizados en los estudios revisados reflejan que la resistencia a los antimicrobianos en Pseudomonas aeruginosa constituye un desafío transversal en los sistemas de salud latinoamericanos. Los resultados muestran que la mayoría de los estudios se concentraron en Brasil, seguido de Colombia, México y Perú, lo cual se alinea con la tendencia internacional que señala a estos países como focos de vigilancia activa para la resistencia bacteriana, tal como lo reportan Sambrano et al. (16) y García et al. (22). Sin embargo, la presencia de estudios multicéntricos y globales que incluyen a América Latina sugiere que el problema trasciende las fronteras nacionales y se inserta en una dinámica regional y global, tal como lo destacan Labarca et al. (11).
En cuanto a los entornos hospitalarios, la variedad de configuraciones observadas -desde hospitales individuales y universitarios hasta centros de atención terciaria y alta complejidad- indica que la resistencia a los antimicrobianos no se limita a un solo tipo de institución.
El período de estudio abarcó más de dos décadas, aunque en su mayoría los datos se concentraron en la última década, lo que coincide con el aumento global en la vigilancia y reporte de mecanismos de resistencia en P. aeruginosa. Este patrón temporal es similar al observado en Europa y Asia, donde la emergencia de carbapenemasas y otros mecanismos de resistencia ha sido reportada con mayor frecuencia en los últimos años.
Sin embargo, la heterogeneidad en los métodos de reporte y además de la falta de datos cuantitativos estandarizados dificultan la comparación directa entre países y con otras regiones. Esta limitación, también resaltada por Sambrano et al. (16), subraya la necesidad de implementar protocolos de vigilancia más robustos y estandarizados en América Latina.
En relación con los mecanismos de resistencia, los resultados de esta revisión evidencian que las carbapenemasas, especialmente la carbapenemasa de Klebsiella pneumoniae (KPC) y la metalo-β-lactamasa codificada por el integrón Verona (VIM), fueron los más frecuentemente estudiados, tal como lo reportan Labarca et al. (11) y García et al. (22). Estos hallazgos se alinean con los de estudios internacionales, donde la presencia de KPC y VIM se ha asociado a brotes hospitalarios y a la diseminación de clones de alto riesgo. Por su parte, las bombas de eflujo y la pérdida de porinas, aunque menos reportadas, también han sido identificadas como mecanismos relevantes en la región (26,17,27,29). Mecanismos de resistencia en la Tabla 2 a continuación:
La Tabla 2, resume los principales mecanismos de resistencia antimicrobiana identificados en Pseudomonas aeruginosa en los estudios revisados. Se encontraron porcentajes de prevalencia específicos reportados para 4 mecanismos (KPC, VIM, SPM-1, PER), que van desde 4.8% a 75% (17). Para otros cinco mecanismos (IMP, NDM, variantes OXA, CTX-M, GES), los estudios informaron la detección sin porcentajes específicos (8, 12, 14, 20).
Respecto a la distribución geográfica:
En Brasil específicamente tres mecanismos (IMP, SPM-1, CTX-M) (13, 10, 23).
Argentina fue mencionada para IMP (10).
Chile y Ecuador fueron mencionados para PER (30).
Se describieron 5 mecanismos (KPC, VIM, NDM, variantes OXA, GES) como generalizados o encontrados en varios países de América Latina (17, 14, 22, 15).
En cuanto a las tendencias temporales:
Se informa de una prevalencia creciente de 4 mecanismos (KPC, NDM, variantes OXA, GES)
Se observó una disminución de la prevalencia de dos mecanismos (VIM, SPM-1)
Se describieron 2 mecanismos (IMP, CTX-M) como menos comunes en comparación con otros
PER fue descrito como una preocupación emergente
El mecanismo más frecuente identificado fue el KPC, con un estudio que informa una prevalencia del 75% y múltiples estudios que señalan su distribución generalizada y prevalencia creciente (17,14,30).
Nota: Tomado de: Labarca et al.; Mojica et al.; Sambrano et al. (11,15,16)
Entre los mecanismos de resistencia estudiados en Pseudomonas aeruginosa en América Latina, los sistemas de bombas de eflujo han demostrado ser relevantes, aunque la información cuantitativa específica sobre su prevalencia y distribución geográfica es limitada. Según los estudios revisados, se encontró información sobre cuatro mecanismos de bomba de eflujo en Pseudomonas aeruginosa en América Latina:
Predominio:
Se detectó MexAB-OprM en todos los aislamientos en un estudio
Se informó con frecuencia sobre MexXY-OprM
Se informó MexEF-OprN en algunos estudios
Distribución geográfica:
MexAB-OprM y MexXY-OprM se difundieron en América Latina
MexEF-OprN se encontró en varios países de América Latina
Tendencias temporales:
MexAB-OprM y MexXY-OprM fueron mecanismos consistentemente importantes a lo largo del tiempo
MexCD-OprJ y MexEF-OprN se informaron con menor frecuencia que MexAB-OprM y MexXY-OprM
A lo largo del tiempo, MexAB-OprM y MexXY-OprM han mantenido su importancia como mecanismos de resistencia, mientras que MexEF-OprN y MexCD-OprJ han sido menos recurrentemente mencionados. La escasez de datos cuantitativos detallados sobre la prevalencia y la distribución geográfica de estos sistemas de bombas de eflujo resalta la necesidad de promover estudios más exhaustivos en la región para comprender mejor su impacto en la resistencia de P. aeruginosa (11,15,16).
Nota: Tomado de Labarca et al; Rodríguez et al. (11, 31)
En cuanto a los mecanismos de resistencia asociados a alteraciones en la permeabilidad de la membrana de Pseudomonas aeruginosa, la pérdida o reducción de la porina OprD fue reportada con frecuencia y está considerablemente extendida por toda América Latina, y se mantiene como un mecanismo consistente a lo largo del tiempo (11,31). Asimismo, las mutaciones en porinas fueron detectadas en múltiples estudios y en varios países de la región, con un creciente reconocimiento de su papel en la resistencia a los antibióticos.
Sin embargo, no se encontraron datos específicos sobre tendencias temporales detalladas de estos mecanismos en los estudios analizados, lo que subraya la necesidad de profundizar en futuras investigaciones para comprender mejor su evolución y relevancia en la resistencia de P. aeruginosa en Latinoamérica.
Nota: Tomado de Elena et al.; Labarca et al.; Escandón et al.; Sambrano et al.; Remolina et al.; García et al.; Bittencourt et al. Dos Santos et al.; Soto y Col y Tapia et al. (10, 11, 14, 16, 17, 22, 26, 27, 30, 32)
La Tabla 5, muestra la caracterización molecular y microbiológica de P. aeruginosa en América Latina, se revela una amplia variedad de genes y proteínas asociados a la resistencia antibiótica. En los estudios revisados, los métodos de detección más utilizados fueron la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y la secuenciación del genoma completo (WGS), con frecuencia combinados en una misma investigación (10, 11, 14, 16, 17, 22, 26, 27, 30, 32).
En cuanto a la prevalencia regional, los genes más estudiados destacan los que codifican β-lactamasas, como bla KPC, VIM, IMP, SPM-1, NDM, variantes OXA y PER, responsables de resistencia a carbapenémicos y a otras β-lactamas. Estos genes presentaron una prevalencia alta en países como Brasil y Colombia, y una distribución generalizada en la región, siendo bla KPC y VIM particularmente relevantes por su presencia constante. El gen bla SPM-1 fue especialmente prevalente en Brasil, mientras que bla PER se detectó en Chile y Ecuador, y bla NDM emergió en varios países de la región.
Además, de los genes bla (KPC, VIM, IMP, SPM-1, NDM, variantes OXA y PER) fueron los más frecuentemente estudiados, apareciendo en 7 de las 11 entradas. Este enfoque en los genes bla sugiere que la producción de β-lactamasa sigue siendo una preocupación principal en la resistencia de P. aeruginosa en América Latina, a pesar de la aparición de otros mecanismos de resistencia.
Otros mecanismos de resistencia incluyeron genes de bomba de eflujo (mexA, mexB, mexR), mutaciones de porina (oprD), mutaciones de betalactamasa (ampC) y genes de resistencia a las fluoroquinolonas (gyrA, parC). La diversidad de mecanismos de resistencia estudiados refleja la naturaleza compleja de la resistencia a los antimicrobianos en P. aeruginosa y la necesidad de estrategias de vigilancia integrales (17,10,14,22,11).
Nota: Tomado de: Labarca, et al.; Mojica et al. y Soto y Col (11, 15, 30).
En los estudios revisados, se identificaron diferentes patrones de expresión génica y regulación asociados a la resistencia de Pseudomonas aeruginosa en América Latina, destacando la sobreexpresión de AmpC, MexAB-OprM y MexXY-OprM, así como la regulación negativa de OprD (11, 15, 30). Estos mecanismos fueron detectados principalmente mediante RT-PCR, pruebas fenotípicas y, en menor medida, secuenciación del genoma completo.
La sobreexpresión de AmpC se asoció con resistencia a cefalosporinas y se reportó como muy extendida en la región (11, 15)
Se encontró que un mecanismo fue descrito como generalizado en América Latina.
Se describieron dos mecanismos como comunes, y uno de ellos se observó específicamente en aislamientos resistentes a carbapenémicos.
Un mecanismo fue descrito como reportado frecuentemente.
Aunque la información sobre la distribución geográfica de estos mecanismos fue escasa y, en algunos casos, limitada a declaraciones generales, los hallazgos sugieren que estos patrones de expresión prevalecen ampliamente en la región. La complejidad de los mecanismos de resistencia identificados subraya la necesidad de promover estudios más exhaustivos para comprender mejor su impacto y distribución, así como la importancia de implementar estrategias integrales para el control de la resistencia en P. aeruginosa (11, 15, 30).
CONCLUSIÓN
La resistencia antimicrobiana en Pseudomonas aeruginosa en América Latina ha evolucionado de manera notable en las últimas dos décadas, pasando de una predominancia inicial de ciertos mecanismos, como las metalo-β-lactamasas, a un escenario actual marcado por la coexistencia de múltiples mecanismos de resistencia, incluyendo carbapenemasas tipo KPC y NDM, así como la aparición de resistencia a antibióticos de nueva generación. Esta perspectiva refleja tanto la adaptación bacteriana a la presión selectiva de los antimicrobianos como la diseminación clonal de cepas de alto riesgo, lo que dificulta el control de las infecciones coligadas a este patógeno en la región. La diversidad de entornos hospitalarios y la amplia distribución geográfica de los mecanismos de resistencia evidencian que el problema trasciende fronteras y niveles de atención, constituyendo un desafío transversal para los sistemas de salud latinoamericanos.
La complejidad de la resistencia observada subraya la necesidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica y la implementación de políticas integrales de uso racional de antimicrobianos. Se debe decir, que los hallazgos sobre la heterogeneidad en los métodos de reporte y la falta de datos estandarizados limitan la comparabilidad de los resultados y la identificación de tendencias claras, lo que dificulta la toma de decisiones basada en evidencia. Por ello, resulta fundamental priorizar la estandarización de los protocolos de vigilancia y la integración de herramientas moleculares en la rutina diagnóstica, así como promover la colaboración regional para el monitoreo de clones y mecanismos emergentes.
Finalmente, las recomendaciones prácticas se centran en la necesidad de desarrollar estrategias adaptables y multidisciplinarias para la prevención y control de la resistencia, lo que incluye la capacitación continua del personal de salud, la optimización de los programas de higiene y control de infecciones, y el apoyo a la investigación para el desarrollo de nuevas alternativas terapéuticas. En definitiva, solo a través de un enfoque integral y coordinado será posible contener la propagación de cepas resistentes y garantizar la efectividad de las intervenciones en el ámbito clínico y de salud pública.





















