INTRODUCCIÓN
En diciembre de 2019, se identificó una neumonía atípica en la ciudad de Wuhan- China, quienes informaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 31 de diciembre de 2019 y la posterior declaración de la pandemia (1). La enfermedad coronavirus 2019 (COVID-19), causada por el síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), ha afectado a millones personas, sobrepasando los seis millones de defunciones de casos confirmados a nivel mundial (2) La complejidad del conocido síndrome SARS-CoV-2 se centra en el curso clínico de la enfermedad que puede desarrollarse rápidamente, causando complicaciones graves, (3). Síntomas como fatiga, fiebre, tos seca, dificultad para respirar, entre otros, pueden aparecer, pero se recuperan sin necesidad de un tratamiento especial. Sin embargo, alrededor del 5-10% de los pacientes desarrollan un síndrome de dificultad respiratoria aguda potencialmente mortal Curtin et al., (4).
La gran afluencia de pacientes infectados por la COVID -19 en los hospitales, plantea la necesidad de comprender a fondo los hallazgos clínicos, radiológicos y de laboratorio asociados a una mayor letalidad expresada en porcentaje del número de muertes a causa de la infección respecto del total de casos confirmados Ahammed et al., (5). En Hispanoamérica, según la OMS, los seis países más afectados con mayor tasa de letalidad son México (10,54%), Ecuador (8,59%), Bolivia (5,85%), Perú (4,07%), Nicaragua (3,67%) y Guatemala (3,61%) Delgado-Lavado et al., (6). La rápida propagación de la enfermedad hace necesaria la clasificación inmediata de los pacientes en grupos de riesgo tras el diagnóstico, para garantizar una asignación óptima de los recursos.
La identificación de biomarcadores de laboratorio eficaces capaces de clasificar a los pacientes en función de su riesgo es esencial para poder garantizar un tratamiento rápido Meng et al., (7). Se define biomarcador (BM) a aquella molécula en una muestra biológica medible de forma objetiva, sistemática y precisa, cuyos niveles se constituyen en indicadores de que un proceso es normal o patológico, y sirven para monitorizar la respuesta al tratamiento Picó et al., (8); pueden proporcionar información adicional a la que se obtiene con los datos clínicos del paciente y ayudar a la hora de tomar decisiones en los servicios de urgencias hospitalarios tal como lo menciona Jiménez (9). Los biomarcadores permiten el diagnóstico predictivo, valora el pronóstico, de la enfermedad y es una ayuda para determinar la eficacia de fármacos y sustitutos. El uso de BM proporciona valores objetivos para interpretar la progresión de la enfermedad por COVID-19 lo que permite una categorización de pacientes más definida e intervenciones tempranas según Ipanaqué et al.,(10).
La identificación de nuevos biomarcadores está estrictamente relacionada con la comprensión de los mecanismos patogénicos, así como, con los daños celulares y orgánicos. Los biomarcadores son eficaces para el cribado, gestión clínica y la prevención de complicaciones graves acorde a las investigaciones de Ponti et al., (11). La identificación de biomarcadores de laboratorio eficaces capaces de clasificar a los pacientes en función de su riesgo es imprescindible para poder garantizar un tratamiento oportuno en pacientes con COVID-19, como es el caso del dímero D, principal biomarcador especifico de la formación y degradación de los coágulos de fibrina clave para establecer la gravedad y riesgo de mortalidad de COVID-19 lo dice Moreno et al., (12). La hipercoagulabilidad se ha puesto de manifiesto en la mayoría de los pacientes críticos por la elevación del dímero D y de los Productos de Degradación de la Fibrina (PDF), la disminución del recuento de plaquetas, el aumento del tiempo de protrombina y el aumento del fibrinógeno recalca Iba et al., (13), de ellos, los pacientes con aumento del dímero D son más vulnerables a empeorar las consecuencias clínicas de la COVID-19, con complicaciones más graves, incluyendo la necesidad de apoyo en las Unidades Críticas Intensivas (UCIs) Iba et al., (13).
El tromboembolismo en pacientes con COVID-19, es una secuela fatal de la hipercoagulación y las anomalías fibrinolíticas. La embolia pulmonar y la trombosis venosa profunda pueden causar insuficiencia respiratoria en pacientes graves con COVID-19 enfatiza Zanza et al., (14).
El aumento del nivel de dímero D, en todos los estudios clínicos de COVID-19, es un biomarcador ampliamente aplicado para el pronóstico y los resultados de la antitrombosis explica Zhao et al., (15). Debido que la elevación del dímero D, un producto de la degradación de la fibrina, es la ventana que permite observar y definir la gravedad de este fallo y tomar decisiones terapéuticas, como la anticoagulación según Melo et al., (16)
El dímero D elevado es un indicador de la activación del sistema de fibrinólisis y de la eliminación de coágulos extravasculares de fibrina por la plasmina. Sin embargo, en comparación con la coagulopatía consistente, las ramificaciones clínicas de la fibrinólisis alterada no están bien estudiadas ni revisadas sistemáticamente menciona Ball et al., (17). El aumento de dímero D se ha visto relacionado, no sólo con mayor gravedad clínica (deterioro de la insuficiencia respiratoria), sino también con un aumento de la vascularización pulmonar y el desarrollo de microtrombos en su interior. Bajo este argumento se utiliza el dímero D como marcador para la detección de eventos trombóticos, que son una de las complicaciones comunes de la COVID-19, asociada a una probabilidad creciente de muerte intrahospitalaria con influencia en la letalidad según Whyte et al., (18).
Otras investigaciones destacan las concentraciones del dímero D, tomadas cerca del momento de la muerte suelen estar marcadamente elevadas en todos los pacientes Gąsecka et al., (19). Respecto a las comorbilidades, la diabetes está asociada a mayor índice de mortalidad hospitalaria por COVID-19 sin embargo, la prediabetes quizás tiene riesgo no significativo. Una puntuación de riesgo utilizando biomarcadores puede mostrar excelente rendimiento predictivo para evaluar la mortalidad hospitalaria. De hecho, dentro de los parámetros hemostáticos estudiados, la elevación de los PDF, especialmente el dímero D, se ha identificado como un factor potencial asociado a la gravedad en COVID-19 con un alto riesgo de desnutrición especialmente en personas mayores acorde a Silva et al., (20).
Otros análisis mencionan que, en un grupo de pacientes con alteraciones de la coagulación y trastornos vasculares, se ha reportado que un porcentaje considerable pueden presentar múltiples episodios trombóticos que van desde isquemia periférica hasta tromboembolismo pulmonar y coagulación intravascular diseminada según los autores Ahmed et al., (21). Todo esto asociado a una respuesta macrofágica descontrolada, un estado de hipercoagulabilidad y activación patológica de la trombina Ahmed et al., (21).
Observaciones epidemiológicas han asociado un papel crítico del daño cardiovascular en pacientes con SARSCoV-2, siendo la cardiopatía isquémica y la hipertensión las comorbilidades preexistentes más frecuentes asociadas a la mortalidad por COVID-19 Mansueto et al., (22). La práctica clínica actual sugiere determinar la IL-6, dímero D, deshidrogenasa láctica (LDH) y transaminasas, además de las pruebas de laboratorio rutinarias, para identificar a los pacientes con riesgo de complicaciones mortales como lo recalca Ponti et al., (11) .
Los marcadores sustitutos de la infección ferritina, Proteína C-Reactiva PCR correlacionados con la IL-6 son de creciente interés para un mejor pronóstico Wu et al., (23). Más allá del dímero D, la protrombina (TP) y los PDF, no existen parámetros predictivos específicos de la enfermedad isquémica y tromboembólica grave. Por esta razón, no es fácil agrupar a los pacientes en categorías de riesgo para una terapia anticoagulante o fibrinolítica temprana adecuada Hadid et al., (24). De acuerdo con el Programa de Diagnóstico y Tratamiento de la Nueva Neumonía por Coronavirus 2019, los pacientes con COVID-19 se dividen en clasificaciones leve, moderada, grave y crítica, así lo menciona Barrios (25). Se ha informado de que algunos parámetros hematológicos, como los glóbulos blancos, la linfopenia, la PCR y algunos parámetros bioquímicos, como la LDH, creatina quinasa (CK) y la troponina, están asociados a la gravedad de la COVID-19 según Núñez et al., (26). El objetivo de la presente revisión sistemática es describir el valor pronóstico del dímero D como apoyo al diagnóstico en pacientes que sufrieron una infección por la COVID-19, con un enfoque principal en la mortalidad de estos pacientes.
MÉTODOLOGÍA
Se realizó una revisión sistemática de la literatura de acuerdo con los métodos recomendados en las directrices PRISMA 2021, (27). Se realizó la búsqueda especifica de todos los estudios centrados en la temática a ser estudiada mediante las diferentes bases de datos como PubMed, Scopus, WoS, Science direct. La estrategia de búsqueda se llevó cabo mediante la utilización de diferentes descriptores como: (dímero D, o letalidad, o enfermedad, o biomarcadores) solo o combinado con (COVID-19 o SARS-nCoV). La búsqueda de literatura se limitó a los estudios del periodo de 2019-2022.
Criterios de selección de estudios y extracción de datos
La aplicación del método deductivo directo, se revisaron estudios observacionales y guías clínicas utilizando lineamientos generales de observar y luego escoger lo que estima relevante a los efectos de la investigación propuesta. Se utilizaron las siguientes estrategias de búsqueda con la utilización de los operadores booleanos (AND, OR, NOT). Covid-19 and Dímero D; Covid-19 and D-Dimer; Covid-19 and Mortalidad; Covid-19 and Mortality; nCoV-19 or Covid-19 and adultos; nCoV-19 or Covid-19 and adults; nCoV-19 or Covid-19 not niños; nCoV-19 or Covid-19 not child; Covid-19 not trastornos de la coagulación sanguínea; Covid-19 not blood coagulation disorders.
Se incluyeron todos los estudios elegibles que cumplieron los siguientes criterios de inclusión: 1) que sea estudio en humano, 2) Biomarcadores en investigaciones originales clínicas, 3) publicaciones en idioma inglés, y español, 4) poblaciones adultas y jóvenes independientemente de su sexo, edad o estado de salud, 5) estudios de pacientes con comorbilidades asociadas que incluyan la verificación de la predicción de la letalidad de las pruebas de laboratorio informado los niveles de DD para evaluar la significancia estadística de estos biomarcadores. Se excluyeron 1) los estudios que eran revisiones o editoriales, informes de casos, comentarios, opiniones, o estudios preclínicos; 2) datos clínicos no disponibles informando por separado los niveles de DD de pacientes y su desenlace fatal; 3) estudios que describían pacientes con trastornos de coagulación, o enfermedades asociadas a gravedad y letalidad por otras causas, 4) estudios de población pediátrica, y 5) artículos duplicados.
El análisis de las variables escogidas se realiza un análisis de medias, debido que es un comparativo entre los resultados obtenidos de los estudios tomados de biomarcadores donde se puede ver las características descritas.
Dentro de los criterios que se tomaron en cuenta fueron los valores que se repiten en los estudios, se consideran valores normales dependiendo de la técnica de obtención del biomarcador lo que se puede ver es el incremento en todos los estudios realizados en los diferentes países y se presenta la misma tendencia, lo que el análisis de las medias nos lleva a los resultados.
La presentación de los resultados se realizó mediante la utilización de tablas, en las cuales se describe de manera sistematizada los principales resultados de los estudios seleccionados en concordancia con las variables objeto de estudio.
En esta revisión sistemática se presentó información para responder a 4 preguntas de interés clínico en formato PICO, Paciente, Intervención, Comparación, Outcome. A continuación, los cuatro componentes clave: ¿El DD elevado se asocia a un mal pronóstico en pacientes con COVID-19?; Asociación de daño multiorgánico con las alteraciones hematológicas (DD, Neutrófilos, Plaquetas); el tratamiento profiláctico con anticoagulantes disminuye el riesgo de complicaciones y mortalidad, y disminuir las complicaciones tromboembólicas asociadas a mayor índice de mortalidad.
De acuerdo con las directrices PRISMA, se resumen en la Figura 1, los estudios incluidos y seleccionados los cuales fueron un total de 12 estudios.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En los 12 estudios, se registraron un total de 2525 pacientes con COVID-19. Los estudios fueron realizados en China (6 investigaciones), 1 en Finlandia, 1 en India, 1 en Suecia, 1 en Nepal, 1 en EEUU, y 1 en Irlanda. La edad de los pacientes osciló entre 16 a 75 años. La letalidad osciló entre el 0 y el 27.8%. Los tipos de marcadores más estudiados fueron el dímero D, conteo (Cnt) de plaquetas, de linfocitos y de neutrófilos. Entre las comorbilidades más comunes identificadas fueron Hipertensión, diabetes, enfermedades respiratorias, cerebrovasculares, cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COPD) (ver Tabla 1).
El estudio de Lehmann et al., (28) confirma que el nivel de dímero D puede ser un predictor importante de eventos tromboembólicos en pacientes con COVID-19 pudiendo tener un impacto con respecto al enfoque diagnóstico y terapéutico de los pacientes que se recuperaron. Se evidencia en el estudio de Wang et al., (29) que, en pacientes no sobrevivientes, el recuento de neutrófilos y el dímero D aumentan; mientras que el recuento (Cnt) de linfocitos disminuyen hasta producir la muerte. Este recuento de neutrófilos puede estar relacionada con la invasión de citoquinas inducida por el virus, y la activación de la coagulación podría estar relacionada con la respuesta inflamatoria, en donde una lesión renal aguda podría haber estado relacionada con los efectos directos del virus, hipoxia y el shock provocando la muerte Yang et al., (30).
En el estudio de Zhou et al., (31) se evidencia que de 191 pacientes hospitalizados en 137 pacientes no hubo muertes y 54 fallecieron en el hospital, 91 pacientes tenían comorbilidades como hipertensión diabetes y enfermedad coronaria entre las más frecuentes, se manejaron niveles elevados de dímero D. La coagulopatía es una complicación importante en pacientes con COVID-19 y está estrechamente relacionada con el desenlace clínico siendo el dímero D confiable y conveniente para predecir la mortalidad., Soni et al. (32). Los casos graves mostraron disminuciones significativas de recuentos de linfocitos y plaquetas, mientras que los niveles de dímero D, y otros como neutrófilos, son características más preocupantes de esta enfermedad, siendo la coagulopatía que desarrollan una de las manifestaciones clínicas de peor pronóstico según los estudios de Liu et al., (33) y López y Mazzucco (40).
En la investigación de Logothetis et al.,(41) se evaluó que todos los pacientes hospitalizados con COVID-19 y evidencia radiográfica de EP tenían niveles de dímero D en plasma 0.05 ug/mL o más. Si se utiliza el dímero D para excluir pacientes con EP, los valores aumentados que encontramos en el 92,3% de los pacientes sugieren que este ensayo sería menos útil que en las poblaciones en las que se validó originalmente, entre las cuales una minoría de pacientes tenía dímero D aumentado. Por otro lado, en la investigación de Townsend et al. (35) los dímeros D elevados convalecientes fueron más comunes en pacientes con COVID-19 que requirieron ingreso hospitalario y en pacientes mayores a 50 años.
Por su parte, los autores del trabajo Poudel et al.,(36) encontraron que el valor de dímero D medio al ingreso entre los pacientes supervivientes fue de 1,067 μg/ml (±1,705 μg/ml), mientras que entre los pacientes fallecidos fue mayor llegando a un promedio de 3,208 μg/ml (±2,613 μg/ml). Los autores recalcan que el valor del dímero D al ingreso del paciente, es un biomarcador preciso para predecir su mortalidad con COVID-19, siendo 1,5 μg/ml el valor de corte óptimo del dímero D, los parámetros anormales se asocian con un mal pronóstico siendo de utilidad en el progreso del paciente. Específicamente, el dímero D y PDF marcadamente elevados son comunes en pacientes que no sobrevivieron a COVID-19.
En relación al tema de recuentos de plaquetas se evidenció en el estudio de Sjöström et al., (37) que los niveles altos de dímero D y los recuentos bajos de plaquetas están asociados con un mal pronóstico en la enfermedad por coronavirus 2019. En su estudio encontraron que los niveles elevados de dímero D durante la primera semana de hospitalización se asociaron significativamente con la muerte y la trombosis. Además, se determinó que el recuento de plaquetas tiene una relación inversa con aumento de mortalidad y riesgo trombótico. Los autores señalan que los niveles medios diarios de dímero D disminuyen a la vez que los recuentos de plaquetas aumentan, lo que coincidió con un aumento de la anticoagulación y disminución de la carga trombótica y la mortalidad.
Los resultados encontrados por Wool et al., (38) ponen de manifiesto que la infección por COVID-19 produce una elevación importante de PDF y dímero D, esto obedece a una hipercoagulabilidad sistémica y eventos tromboembólicos venosos frecuentes. Los autores determinaron que los pacientes con COVID-19 a menudo tienen trombocitopenia leve y parecen tener un mayor consumo de plaquetas, junto con un aumento correspondiente en la producción de plaquetas. La CID, y los episodios hemorrágicos graves son poco comunes en los pacientes con COVID-19. En la investigación de Yumeng et al., (38) se evaluó que el dímero D > 2.0 mg/L al ingreso fue la única variable asociada con mayores probabilidades de mortalidad y el aumento significativo de los niveles se correlacionan con la enfermedad y gravedad por lo que son un marcador pronostico fiable de mortalidad hospitalaria en pacientes ingresados por COVID-19.
DISCUSION
La pandemia del coronavirus ha causado 6.328.997 muertes alrededor del mundo hasta junio 2022 JHON HOPKINS(2). En donde las causas más comunes a nivel fisiológico se encuentran asociadas a trastornos de coagulación y a nivel plaquetario. Hu et al., (42), Eljilany et al., (43) y Hou et al., (44) indican que los trastornos de la coagulación son comunes en pacientes críticos con COVID-19, en donde la denominada trombosis microvascular sistémica puede ocurrir en la mayoría de las muertes. Estos resultados concuerdan con los encontrados por Gallo et al.,(45) en donde sugiere un mayor riesgo de tromboembolismo, así como de sangrado y, en los casos más graves, de coagulación intravascular diseminada (CID).
El dímero D es el principal producto de la degradación de la fibrina, por la plasmina y es generado en el paso final de la formación de trombos. Ensayos con dímero D, se utilizan habitualmente como parte de un algoritmo de diagnóstico para excluir el diagnóstico de trombosis según Thachil et al., (46). Sin embargo, cualquier proceso patológico o no patológico que aumente la producción o descomposición de fibrina, también aumenta los niveles plasmáticos de dímero D como lo menciona Jiang et al., (47). Los ejemplos incluyen trombosis venosa profunda/embolia pulmonar, trombosis arterial, coagulación intravascular diseminada y afecciones tales como embarazo, inflamación, cáncer, enfermedades hepáticas crónicas, estado postraumático y quirúrgico, y vasculitis Jiang et al., (47).
En la presente revisión, acorde al trabajo de Görlinger et al., (48) pacientes fallecidos presentaron valores de dímero D de ≥2,0 µg/ml, donde siete de ellos no presentaron síntomas de gravedad al ingreso. Por lo tanto, en el caso de los pacientes que tienen los dímero D notablemente elevados (punto de corte: 2,0 µg/ml) al ingreso en el hospital debe considerarse incluso en ausencia de otros síntomas de gravedad. De manera similar se encontró en el estudio de Mareev et al., (49) en el momento del ingreso, se reportaron valores superior a 2,0 µg/mL donde los autores enfatizan que el dímero D podría predecir eficazmente la mortalidad intrahospitalaria en pacientes con COVID -19. Estudios de López et al., (40) Yang et al., (50) y Liu et al., (51) han mostraron que los niveles de dímero D estaban relacionados con la gravedad de la neumonía adquirida y los resultados clínicos. Sin embargo, el dímero D no se ha utilizado como biomarcador de neumonía viral. Aunque se han observado niveles elevados de dímero D en artículos que describen las características clínicas de COVID-19, no se ha investigado si los niveles de dímero D son un marcador para evaluar la gravedad de la enfermedad o no, Vidali et al., (52).
Por otro lado, las plaquetas secretan más de 300 sustancias activas a partir de gránulos intracelulares, que juegan un papel importante tanto en la inflamación como en la formación de trombos. La desregulación inmunotrombótica conduce a una trombosis e inflamación excesivas que impiden la mejora mutua de ambos procesos, lo que representa una fase fisiológica temprana en el desarrollo de la CID como lo reporta Iba et al., (13). La CID es común en pacientes con insuficiencia respiratoria grave secundaria a la infección por SARS-CoV-2. En un artículo publicado por McGonagle et al., (53) se ha sugerido una asociación entre la neumonía por COVID-19 y la CID, y el desarrollo de neumonía posterior se considera un fuerte predictor de mortalidad. La CID resulta de la activación y estimulación del sistema de coagulación, lo que conduce a una microangiopatía trombótica debida al depósito de fibrina microvascular y fibrinolisis secundaria como lo reporta McGonagle et al., (53). En el caso de la COVID-19, la sobreactivación del sistema inmunitario innato provoca una tormenta de citocinas, que impacta en la asociación entre el COVID-19 y la CID. Se ha reportado que los pacientes con COVID-19 tienen concentraciones de antitrombina más bajas en comparación con la población general, en contraste con niveles más altos de dímero D y fibrinógeno. La gravedad de la enfermedad está relacionada con un aumento en el nivel de dímero D, menciona Panigada et al., (54).
Los niveles de dímero D y el recuento de plaquetas son marcadores clave del trombo inflamación y la gravedad de la COVID-19. En el estudio se encontraron que cuando el recuento medio diario de plaquetas aumenta. los niveles de dímero D disminuyen, así como la carga trombótica y las muertes según Ibañez et al., (55). Esto se corrobora con lo encontrado en los trabajos de Grobler et al.,(56) y Hu et al., (42).
Otros estudios señalaron que, si el nivel de dímero D de un paciente cae desde un punto de partida más alto, el riesgo aumentado puede permanecer. Esto destaca que los primeros niveles de dímero D se evalúan mucho mejor con respecto a los siguientes niveles para estimar verdaderamente el riesgo de muerte y trombosis Nopp et al., (57).
Estudios previos se contrastan con los de la presente revisión, dado que señalan que el primer recuento de plaquetas no es un buen biomarcador de riesgo de muerte y trombosis, ya que no se encuentran una asociación con la trombocitopenia, según lo explica Koyama et al., (58). El estudio señala que un aumento rápido de más de 35 × 109 /L de plaquetas por día demostró una sólida asociación con una gran reducción del riesgo tanto de trombosis como de muerte. En general, la dinámica de los niveles de dímero D y los recuentos de plaquetas no se han evaluado previamente en profundidad en este contexto la presente revisión enfatiza usar al dímero D y plaquetas como marcadores dinámicos en casos graves de COVID-19 y no solo centrarse en los primeros niveles. Los niveles de dímero D aumentaron significativamente y positivamente con el aumento de la gravedad de COVID-19 como determinada por estatificación clínica.
Una limitación importante del estudio es el sesgo de selección por su naturaleza retrospectiva. Se incluyeron pacientes hospitalizados y con datos completos de laboratorio específicamente DD con rangos de referencia y sus unidades de medida.
CONCLUSIONES
Desde el inicio de la pandemia, ha sido necesario estudiar el screening ideal de los biomarcadores hematológicos, bioquímicos, inflamatorios e inmunológicos, en pacientes con y sin formas graves o letales de COVID-19. Tras el diagnóstico de COVID-19, se deben identificar categorías de riesgo para asegurar una óptima asignación de recursos, mejorar el manejo clínico y prevenir complicaciones graves.
Los parámetros de biomarcadores hematológicos como (recuento de linfocitos, recuento de neutrófilos, conteo de plaquetas), y especialmente parámetros bioquímicos (dímeros D), se asocian con pronóstico grave en pacientes con COVID-19 y, por lo tanto, pueden usarse como biomarcadores predictivos, según el análisis de estudios publicados.
Con base en los estudios revisados, los análisis de laboratorio basados en criterios hematológicos, inflamatorios, bioquímicos e inmunológicos ayudan a clasificar a los pacientes infectados por COVID-19 en grupos de riesgo, lo que es fundamental en el ámbito clínico y manejo terapéutico. La letalidad de la COVID-19 acorde a los estudios analizados va entre 0 a 27.4% siendo el dímero D y el conteo plaquetario, los biomarcadores que pronostican gravedad oportunamente de la enfermedad.
Finalmente, esta es una revisión de la literatura científica actual que no incluye medidas estadísticas de resultados, por lo tanto, no es generalizable ni aplicables a toda la población. Debido a que la COVID-19 es una enfermedad nueva, varios ensayos clínicos y estudios aún están en curso o en proceso de publicación