INTRODUCCIÓN
Actualmente existe una nueva crisis de salud pública que amenaza al mundo con la aparición y propagación del nuevo coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) 1. A medida que la pandemia por COVID-19 avanza, se aceleran los sistemas mundiales de atención médica, además estos se han visto abrumados por la carga de pacientes 2, lo que lleva a una gran presión psicológica por parte de los profesionales de enfermería que brindan atención en la unidad de cuidados críticos 3.
El profesional de enfermería tiene como principal característica la gestión del cuidado, es decir conservar la vida asegurando la satisfacción de las necesidades 4.
En Singapur e India encontraron que de 906 profesionales de salud que participaron en la encuesta, el 5,3% presentaron depresión moderada a muy severa, el 8,7% ansiedad moderada a extremadamente severa, el 2,2% moderada a extremadamente estrés severo, y el 3,8% niveles moderados a severos de angustia psicológica 5.
En Italia, hallaron en un estudio a nivel nacional sobre salud mental entre los trabajadores de atención médica de primera línea y de segunda línea durante la pandemia por coronavirus, que, de un total de 681 encuestados, el 49,38% padecieron estrés postraumático; el 24,73% síntomas de depresión; el 19,80% síntomas de ansiedad; el 8,27% insomnio; y el 21,90% estrés percibido alto 6.
Muchos factores están contribuyendo a la angustia psicológica de enfermeros, y otros trabajadores de la salud que brindan atención directa de primera línea a pacientes con COVID-19, como los siguientes: tensión emocional y agotamiento físico, cuidado de compañeros de trabajo que pueden enfermarse gravemente, escasez de equipos de protección personal, preocupaciones acerca de infectar a miembros de la familia, escasez de ventiladores y otros equipos médicos cruciales, ansiedad por asumir roles clínicos nuevos o desconocidos y acceso limitado a servicios de salud mental para controlar la depresión, la ansiedad y la angustia psicológica 7,8.
En Jordania, se reportó que el 21,5% de los profesionales de salud presentó ansiedad, esto indicando que, durante los brotes de la pandemia, las personas se someten a condiciones extremadamente estresantes, lo que resulta un mayor riesgo de desarrollar ansiedad y depresión 9. En Wuhan - China en el Hospital Wuhan Pulmonary, los enfermeros de primera línea que laboran en la unidad de cuidados intensivos experimentaban una gran carga de trabajo, fatiga a largo plazo, amenaza de infección y frustración con la muerte de los pacientes a quienes cuidan. También enfrentan ansiedad o incluso malentendidos entre los pacientes y sus familiares, además se reportó que, de 85 enfermeros, el 59% presentaba disminución del apetito o indigestión, el 55% refirió fatiga, el 45% manifestó dificultad para dormir, el 28% nerviosismo, el 26% llanto frecuente y el 2% pensamientos suicidas, los enfermeros jóvenes sin experiencia en el cuidado de pacientes críticos se enfrentan a una crisis psicológica mayor 3.
En España, se realizó un meta análisis sobre el impacto psicológico de la cuarentena en los trabajadores de la salud, donde se concluyó que los profesionales de la salud experimentan estrés agudo, síntomas depresivos, estrés postraumático y alcoholismo crónico 10.
Mientras que en Cuzco-Perú, se observó que el profesional de enfermería, que estaba en contacto directo con pacientes diagnósticos por COVID-19, tuvieron una prevalencia de depresión del 30,8% y ansiedad en un 41,8% y estrés de 34,1%; además la relación con el afrontamiento de evitación podría generar problemas posteriores con la salud del personal 11.
La investigación tuvo como objetivos comparar la salud mental (ansiedad, depresión, estrés e insomnio) de los enfermeros que laboraban en el área COVID-19 respecto a otras áreas y determinar la relación de estos problemas de salud mental con factores de salud, familiares y sociodemográficos.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación tuvo un enfoque cuantitativo, descriptivo correlacional. La población estuvo conformada por todos los profesionales de enfermería que laboraban en el Hospital Víctor Ramos Guardia, según registros de recursos humanos a la fecha se encontraron trabajando un total de 170 profesionales de enfermería, de los cuales 110 sólo aceptaron llenar la encuesta, por lo que constituyó la muestra de estudio.
Los criterios de inclusión fueron Profesional de enfermería que labore en el Hospital Víctor Ramos Guardia, Profesional de enfermería de ambos sexos, Profesional de enfermería que labore en el área COVID-19 y no área COVID-19, Profesional de enfermería nombrado o contratado y Profesional de enfermería que acepte participar del estudio y firme el consentimiento informado.
Los criterios de exclusión fueron Profesional de enfermería que se encuentre de vacaciones o licencia de salud y los que no aceptaron el consentimiento informado.
La unidad de análisis estuvo constituida por cada personal profesional de enfermería. La muestra fue tomada de manera no aleatorizada y por conveniencia y se conformó por todos los profesionales que aceptaron responder la encuesta en línea y quedó conformada por 110 unidades de análisis: 51 enfermeros del área no COVID-19 y 59 enfermeros que laboraban en área COVID-19.
Se empleó como técnica la encuesta y como instrumento el cuestionario auto informado aplicado en línea. El cuestionario estuvo conformado por 45 ítems, de los cuales 16 ítems son preguntas generales, y 29 ítems son preguntas del estudio: 8 corresponden a la Escala de Athenas y 21 a la escala del DASS-21, ambas con validez y fiabilidad en el idioma español determinados por Portocarrero 12 y Ruiz 13 respectivamente.
La escala DASS-21, consta de 7 ítems para depresión, 7 ítems para ansiedad y 7 ítems para estrés, estas preguntas contienen respuestas tipo Likert (nunca, a veces, con frecuencia y casi siempre). Por otro lado, el EAI contiene ocho ítems, cada uno con respuestas tipo Likert con puntuaciones entre 0 y 3. En la investigación obtuvieron una fiabilidad de 0,93 y 0,88 respectivamente.
Antes de la ejecución del estudió, se aplicó el instrumento a una muestra piloto, lo cual permitió afinar la comprensión léxica y además permitió obtener datos para realizar la prueba de confiabilidad a través del Alfa de Cronbach.
Los datos fueron procesados a través del software estadístico gratuito R Studio, el cual permitió realizar un análisis de normalidad de los datos y el análisis inferencial de regresión logística.
RESULTADOS
A continuación se muestran los resultados más significativos obtenidos mediante la aplicación de los instrumentos relacionados con depresión y ansiedad en donde se observó que el 76,4% del total de profesionales de enfermería son mujeres. El 61% del total de enfermeros del área COVID-19 tienen edades mayores a 30 años, además se aprecia que 6,8% del total de enfermeros tiene alguna enfermedad crónica. Los enfermeros que trabajan en el área COVID-19 son solteras (52,5%). Además, se aprecia que el 72.9% del total de los enfermeros no participa en ninguna religión.
De los enfermeros que trabaja en el área COVID-19: el 59,3% del total de enfermeros vive con niños o personas mayores de 65 años o con alguna enfermedad, el 81,4% viven con su familia, la mayoría de estos profesionales laboran menos de 10 años y tienen miedo a contagiar con el COVID-19 a sus familiares. Además, el 54.2% manifiestan que trabajan con EPP incompletos. También afirman que alguien en su círculo social fuera de su hogar ha tenido COVID-19, además manifiesta alguien fuera de su hogar falleció con el COVID-19 y el 32.2% ha sido diagnosticado con el COVID-19.
En la Tabla 1 se observa la distribución de la salud mental de los enfermeros del estudio, donde se pudo evidencia que el 32.2% que labora en el área no COVID-19 presentó insomnio, mientras que el 43.1% del área COVID-19 padecen insomnio.
En cuanto a la depresión se pudo encontrar que el 23.7% que laboran en el área COVID-19 se sienten deprimidas, mientras que un 23.5% del total de enfermeros que trabajan en el área no COVID-19 también se deprimen. El 47.5% del total de enfermeros que trabajan en el área COVID-19 tienen ansiedad, y en el área no COVID-19 el 43.1%.
En cuanto al estrés se determinó que el 6.8% de enfermeros que trabajan en el área COVID-19 tienen estrés, mientras que el 17.6% lo presentan en el área no COVID-19.
Realizando una prueba de diferencias de proporciones usando la prueba chi cuadrado a una confianza de 95%; no se halló diferencias significativas de los cuatro problemas de salud mental en los enfermeros en el área COVID-19 y área no COVID-19.
En la Tabla 2 se aprecia que, en la depresión de los enfermeros, que tuvieron en común ser diagnosticados con alguna enfermedad mental antes de la pandemia, para los que trabajan en el área no COVID-19 fue de 16.7% siendo esta relación significativa (p<0,009). Para el grupo de enfermeros que trabajaron en el área COVID-19 y vivían con niños o personas mayores de 65 años o con alguna enfermedad, resultando también esta relación significativa.
En la Tabla 3 se presenta los enfermeros que trabajan en el área no COVID-19 que consumen algún medicamento tipo antidepresivo o ansiolítico, se relaciona significativamente con el estrés (22.3%) y con el insomnio (13.6%).
Finalmente, se encontró relación entre la ansiedad de los enfermeros que trabajan en el área COVID-19 y la práctica de alguna religión, con quién conviven en el hogar y el haber sido diagnóstico personalmente positivo a COVID-19 en algún momento de la pandemia.
Tabla 4. Enfermeros del área COVID-19 y su relación con algunas variables, Hospital Huaraz-Perú.
DISCUSIÓN
Respecto a las características de la población, la mayoría de los profesionales de enfermería que trabajan en el área COVID-19 del Hospital Víctor Ramos Guardia de Huaraz son mujeres. Históricamente la profesión de enfermería es propia de las mujeres; asociándose en muy diversas sociedades y culturas a lo largo del tiempo al acto de cuidar con el género femenino. Podemos decir que la influencia del género en la profesión enfermero, ha provocado una falta de reconocimiento social de la misma, al estar asociado de forma simbólica los cuidados enfermeros a las cualidades intrínsecamente femeninas.
El mayor porcentaje de enfermeros que trabaja en el área COVID-19 viven con su familia, la mayoría de estos profesionales laboran menos de 10 años y tienen miedo a contagiar con el COVID-19 a sus familiares; porque el estar en contacto directo con los pacientes COVID-19 y ser el contagio directo de persona a persona los hace susceptibles de llevar el virus a su hogar.
Más de la mitad de enfermeros que trabajan en el área COVID-19 manifiestan que trabajan con equipos de protección personal (EPP) incompletos, probablemente por logística insuficiente en la dotación de materiales. Estos datos son semejantes a los hallados en China 14 donde hallaron que una de las razones de la angustia psicológica del personal de salud era que los trabajadores sentían no estar seguros en su trabajo por la escasez de equipos de protección y por lo tanto a la exposición continua a eventos críticos de contagio.
La mayoría de enfermeros que trabajan en el área COVID-19 afirma que alguien en su círculo social fuera de su hogar ha tenido COVID-19, además manifiestan que alguien fuera de su hogar falleció con la COVID-19; datos congruentes con la situación actual de la pandemia en el país por el de aumento masivo de contagios y de la tasa de mortalidad a nivel mundial.
También se aprecia que un tercio de enfermeros que trabajan en el área COVID-19 15 han sido diagnosticado con dicha enfermedad, por pertenecer a un grupo profesional que brindan cuidados directos a los pacientes las 24 horas del día y hay un incremento de carga laboral por el aumento de demanda de pacientes infectados en el área de triage, emergencia, consultorio, hospitalización, cuidados intermedios y la unidad de cuidados intensivos.
Un tercio de los enfermeros que laboran en el área COVID-19 tienen insomnio, mientras que casi la mitad del total de enfermeros que trabajan en el área no COVID-19 padecen de insomnio. Estos datos son semejantes a otros estudios 7, donde informaron que el personal de salud que labora en áreas COVID-19 un 34 % presentó de síntomas de insomnio y en otro estudio hallaron 27, 8% de prevalencia de insomnio 16.
En cuanto a la depresión se presentaron casi en un cuarto de los enfermeros que laboran en el área COVID-19 y no COVID-19. Estos datos son semejantes con un estudio realizado en Wuhan 7, donde los trabajadores de la salud informaron síntomas graves de depresión.
Casi la mitad de enfermeros que trabajan en el área COVID-19 tienen ansiedad, y en el área no COVID-19 algo menos; resultados congruentes a estudios donde el 44,6% de los trabajadores de salud informaron presentar signos de ansiedad y en otro informaron que el 41.3% de los participantes reportaron síntomas clasificables de moderados a severos de ansiedad (7, 16).
En cuanto al estrés podemos decir que el 6,8% del total de enfermeros que trabajan en el área COVID-19 tienen estrés, mientras que el 17,6% del total de enfermeros que trabajan en el área no COVID-19 manifiestan estrés. Al parecer la pandemia puede resultar estresante, logrando interferir con la habilidad de vivir una vida normal por un periodo extenso de tiempo 17.
Pero el análisis estadístico determina que en el estudio no hay diferencia significativa entre padecer insomnio, depresión, ansiedad o estrés entre los enfermeros de las áreas COVID-19 y otras áreas diferentes. Estos datos se evidencian frente a la lucha contra el COVID-19, donde los enfermeros enfrentan una enorme presión debido al alto riesgo de infección, debido al incremento de la demanda de trabajo, frustración, cansancio por las largas jornadas laborales y falta de contacto directo con sus familiares; pues el personal de salud puede experimentar problemas de salud mental tales como estrés, ansiedad, síntomas depresivos e insomnio 18.
En la lucha contra la pandemia por COVID-19 los enfermeros se enfrentan diariamente a situaciones que afectan su bienestar y pueden dificultar el trabajo con los pacientes 17. Un ambiente hospitalario congestionado por pacientes con COVID-19 es un entorno complicado de riesgos laborales de salud mental en el trabajador y la gravedad de la situación, va a depender de la exposición, estrategias de afrontamiento e inmunidad de cada persona. De igual modo el estrés y temor de contagiarse con el coronavirus puede ocasionar riesgos psicosociales 19.
Cada persona reacciona de modo distinto ante el impacto psicológico provocado por una epidemia como la COVID-19. El distanciamiento social, la cuarentena y el aislamiento, traen aparejados una serie de reacciones psicológicas que los individuos pueden experimentar en relación a su propio estado de salud 20 En los resultados se puede observar que la medicación antidepresiva se relaciona significativamente con el estrés, insomnio, la convivencia con personas mayores de 65 años y el diagnosticado depresivo en enfermeros en el área COVID-19. Asimismo, la ansiedad se relaciona significativamente con la participación en alguna religión, convivencia con familiar y tener diagnóstico con COVID-19.
Estos reportes son similares a los encontrados por Muñoz 21, quien encontró que los trastornos de ansiedad y depresión pueden manifestarse o exacerbarse en situaciones de crisis como la COVID-19, estos están asociados a factores como la capacidad de pedir ayuda, la espiritualidad, tener pareja estable, contar con redes de apoyo como la familia o amigos, tener otras habilidades y pasatiempos. Asimismo, las relaciones interpersonales, tienen una importancia crítica durante los principales eventos de salud, incluidos la cuarentena y el aislamiento. Estos vínculos deben explorarse y aprovecharse para mejorar los resultados de salud mental. De igual manera, existen circunstancias en la vida de los individuos, que pueden propiciar un mayor riesgo psicosocial ante la pandemia de la COVID-19. Entre estas circunstancias se describen, el ser: Dependiente de algunas sustancias adictivas, Personas con soledad o con la ausencia de redes de apoyo, o presentar ausencia de vínculos con los que mantener una comunicación activa. De igual modo vivir con Menores de edad o sujetos dependientes de otras personas como un adulto mayor 22.
Otro estudio respecto a las principales causas de la ansiedad en la atención a pacientes con COVID-19, se pudo encontrar que oscilan entre el hecho de trabajar en hospitalización de COVID-19, la sospecha permanente de tener COVID-19 en cada día de atención, el que los familiares se hayan infectado con COVID-19, ser personal de salud, ser del sexo femenino y consumir algún tipo de medicamento. Barello y otros 23 refieren que los trabajadores sanitarios que trabajaban durante la epidemia COVID-19 informaron de frecuentes preocupaciones con respecto a su propia salud y el temor de infectar a sus familias.
Sin embargo, en un estudio sobre salud mental reporta datos diferentes, pues antes del aislamiento no se veían con frecuencia, no compartían actividades y ahora se sienten mejor en familia, generan mayor empatía y tienen más actividades juntas. El aislamiento social obligatorio ha hecho que las personas se extrañen y se preocupen por sus amigos y familiares que no están con ellos 24.
Con respecto a las variables si ha sido diagnosticado con COVID-19 y fue diagnosticado con alguna enfermedad mental antes de la pandemia, no se ha encontrado estudios al respecto, de allí la importancia de continuar investigando sobre los factores que producen problemas de salud mental en el personal de enfermería a fin de brindar atención preventiva y oportuna.
CONCLUSIONES
La salud mental de los enfermeros no presenta diferencias según el área de trabajo en tiempos de COVID-19. Así mismo como conclusiones complementarias se puede indicar que la depresión de los enfermeros estuvo asociada a la convivencia con personas vulnerables en el hogar y al diagnóstico de enfermedades de salud mental antes de la pandemia por COVID-19. También, la ansiedad de los enfermeros estuvo asociada a la convivencia con familiares, a la práctica de alguna religión y al diagnóstico personal de COVID-19