INTRODUCCIÓN
El ser humano, por naturaleza, es un ser social que necesita interactuar con los demás para su bienestar y desarrollo integral. En este sentido, el desarrollo de habilidades sociales resulta fundamental, ya que estas permiten establecer relaciones interpersonales satisfactorias y adaptarse eficazmente a diversas situaciones sociales. Según Estrada et al., (2020) las habilidades sociales son conductas aprendidas que posibilitan una interacción efectiva con los demás, favoreciendo la autorregulación emocional, la toma de decisiones y la resolución de conflictos, especialmente en contextos de presión o estrés.
En Latinoamérica al igual que en Perú, se ha reconocido la importancia de las habilidades sociales en el ámbito educativo, especialmente en el desempeño docente. Goleman (1998) sostiene que quien carece de competencias emocionales difícilmente podrá comprender a los otros ni establecer vínculos sólidos, lo que representa un reto para los docentes, quienes no solo deben transmitir conocimientos, sino también modelar comportamientos resiliente, empáticos y socialmente competentes. En consecuencia, se vuelve imprescindible que los profesionales de la educación desarrollen competencias socioemocionales que les permitan responder adecuadamente a los desafíos de su labor.
En el entorno escolar, el docente no puede disociar lo cognitivo de lo emocional, ya que ambos aspectos son esenciales en el proceso formativo. Como señala Bretel (2018), las emociones están intrínsecamente ligadas al aprendizaje, influyen en la motivación y determinan en gran medida el recuerdo significativo de las experiencias educativas. En este sentido, el desarrollo de habilidades sociales en los docentes impacta directamente en el clima del aula, favoreciendo la participación, el compañerismo y el rendimiento académico (Hernández, 2017).
De manera particular, en la educación secundaria, donde los estudiantes atraviesan la etapa de la adolescencia, resulta fundamental contar con docentes que dominen habilidades sociales como la empatía, la asertividad, la escucha activa y la capacidad para motivar. Estas competencias permiten no solo una interacción positiva con los estudiantes, sino también una adecuada gestión de conflictos y un entorno propicio para el aprendizaje (Manes, 2019).
En este marco, el presente artículo tiene como objetivo describir la importancia del desarrollo de habilidades sociales (DHS) en la práctica pedagógica de los docentes del nivel secundario. Asimismo, la revisión sistemática que se expone a continuación busca responder las siguientes preguntas: ¿Existen investigaciones que muestren la importancia del DHS en la práctica pedagógica?; ¿Las habilidades sociales del docente influyen en el rendimiento académico de los estudiantes?, y ¿Qué estrategias favorecen el DHS?
La justificación de este estudio radica en la necesidad de comprender el impacto que tiene el desarrollo de habilidades sociales en el ejercicio profesional docente, considerando su influencia en la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, la construcción de relaciones interpersonales significativas y el bienestar emocional tanto del docente como de sus estudiantes.
METODOLOGÍA
El presente estudio se desarrolló bajo una metodología de revisión sistemática, siguiendo los lineamientos de la guía PRISMA (Moher et al., 2009), con el propósito de identificar, analizar y sintetizar investigaciones relevantes sobre el desarrollo de habilidades sociales en la práctica pedagógica de docentes de secundaria.
Para ello, se realizó una búsqueda exhaustiva de información en las bases de datos científicas SciELO, Scopus, Web of Science y Latindex, considerando publicaciones en español, inglés y portugués. La estrategia de búsqueda se diseñó cuidadosamente mediante el uso de operadores booleanos y descriptores específicos relacionados con el objeto de estudio. La ecuación de búsqueda empleada fue la siguiente:
("habilidades sociales" OR "inteligencia emocional" OR "empatía" OR "asertividad" OR "competencias emocionales") AND ("docentes" OR "profesores") AND ("educación secundaria" OR "nivel secundario")
Esta fórmula permitió recuperar estudios que abordaran tanto las habilidades sociales como el contexto pedagógico en docentes de nivel secundario. Se aplicaron filtros por año de publicación (últimos cinco años), idioma (español, inglés y portugués) y tipo de documento (artículos científicos revisados por pares).
En la fase de identificación, se localizaron 75 artículos: 56 en SciELO, 6 en Scopus, 5 en Web of Science y 8 en Latindex. Posteriormente, en la etapa de cribado, se eliminaron 10 artículos duplicados provenientes de SciELO. A continuación, se descartaron 15 artículos adicionales por tener una antigüedad superior a cinco años.
En la etapa de elegibilidad, se realizó una lectura crítica de los 50 artículos restantes, excluyéndose 25 por no ajustarse a los criterios del estudio: resultados poco claros, población objetivo no relacionada (niños, personas privadas de libertad, empresas) o falta de relación directa con el desarrollo de habilidades sociales en docentes de secundaria.
Finalmente, se incluyeron 25 artículos para el análisis sistemático: 14 de SciELO, 4 de Scopus, 3 de Web of Science y 4 de Latindex.
A lo largo del proceso, se empleó el diagrama de flujo PRISMA, que se presenta en la Figura 1, como herramienta para visualizar las etapas de identificación, selección, elegibilidad e inclusión de los artículos.

Figura 1. Diagrama de flujo PRISMA: Proceso de búsqueda, selección y exclusión de artículos. (Fuente: Moher, D., Liberati, A., Tetzlaff, J., Altman, D.G. & The PRISMA Group (2009). Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses: The PRISMA Statement. PLoS Med (6), 1-6).
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
En la Tabla 1 se presenta la sistematización de diversas investigaciones relacionadas con el Desarrollo de Habilidades Sociales (DHS) en contextos educativos. En ella se recopilan y organizan estudios que abordan desde enfoques conceptuales hasta estrategias de intervención, permitiendo identificar tendencias, enfoques metodológicos y principales hallazgos sobre la influencia del DHS en la convivencia escolar, el rendimiento académico y la formación integral del estudiante.
La revisión de la literatura permite identificar una sólida base teórica que respalda la relevancia del Desarrollo de Habilidades Sociales (DHS) en el ámbito educativo, especialmente en el contexto escolar y adolescente.
Importancia del DHS
La mayoría de los autores coinciden en que el DHS es fundamental en la formación integral del estudiante. Investigadores como Melgar et al., (2019) y Jaramillo et al., (2021) evidencian una correlación directa entre las habilidades sociales y las decisiones o competencias pedagógicas, tanto en estudiantes como en docentes. La influencia del entorno familiar también es destacada, como lo afirman Pablo et al. (2021) y Madueño et al., (2020), quienes señalan que un clima familiar positivo promueve mejores competencias sociales en los hijos.
Se establece además que la familia es el primer espacio de socialización, por tanto, las relaciones parentales tienen un impacto duradero, lo cual se refuerza con los hallazgos de Jaimes et al., (2019). Desde una perspectiva institucional, Aguirre et al., (2022), Palacios et al., (2019) y Vieira (2022) enfatizan la necesidad de que el DHS se implemente y fortalezca en las aulas como herramienta fundamental para una convivencia sana, mediación del aprendizaje y permanencia escolar.
Influencia del DHS en el rendimiento académico
Autores como Torres et al., (2020) y Javier et al., (2019) evidencian una relación positiva entre el DHS y el rendimiento académico. La asertividad y la seguridad emocional permiten a los estudiantes interactuar, expresar sus ideas y resolver conflictos, lo cual impacta directamente en su desempeño escolar. En cambio, la carencia de estas habilidades puede derivar en conductas evitativas, baja autoestima, temor al rechazo y dificultades de integración, lo que afecta negativamente el aprendizaje.
Además, Esteves et al., (2020) subrayan que las condiciones familiares también inciden en el desarrollo del DHS, por lo que el entorno afectivo y funcional del hogar repercute en el rendimiento escolar. Esto refuerza la necesidad de una intervención integral que incluya tanto a la familia como a la institución educativa.
Estrategias para fortalecer el DHS
Las estrategias propuestas por los distintos estudios apuntan a la implementación de programas y proyectos educativos intencionados, que favorezcan el desarrollo de habilidades como la empatía, la comunicación asertiva, la resolución de conflictos y la autorregulación emocional. Sergueira et al., (2022) y Balcázar (2021) sugieren diseñar programas de DHS desde edades tempranas y utilizar entornos no formales como campamentos educativos para fortalecer dichas competencias.
De igual modo, Mateo et al., (2022) y Estrada et al., (2020) destacan que incluso en contextos virtuales es posible desarrollar habilidades sociales, siempre que existan proyectos claros, monitoreados y compartidos con toda la comunidad educativa. Zambrano (2021) y Saavedra et al., (2022) destacan la necesidad de brindar a los docentes modelos de aprendizaje emocional, mientras que Sacara y Pilco (2022) recuerdan que el desarrollo del DHS incide positivamente en la vida personal, académica y social del adolescente.
Consideraciones transversales
Diversos autores como Aguinaga y Sánchez (2020) y Fragoso-Luzuriaga (2018) plantean que las habilidades blandas deben ser consideradas competencias transversales, debido a que impactan el proceso cognitivo y emocional del estudiante. Además, se hace énfasis en la adolescencia como una etapa crítica donde los cambios biológicos y sociales pueden desencadenar conflictos si no se gestionan correctamente (Sosa y Salas, 2020; Jiménez, 2018).
Finalmente, se reconoce que fenómenos como el bullying y el cyberbullying (Zych et al., 2018) son consecuencias de la ausencia de habilidades sociales y emocionales, por lo que el DHS no solo mejora el rendimiento académico y la convivencia, sino que previene problemáticas escolares comunes y fortalece la resiliencia en los estudiantes.
Discusión
La revisión de las fuentes revela que el Desarrollo de Habilidades Sociales (DHS) no solo influye en la dinámica escolar, sino que constituye un elemento clave para la formación integral del estudiante, abordando aspectos emocionales y relacionales que suelen estar relegados en los modelos educativos tradicionales. Las estrategias pedagógicas orientadas al DHS promueven ambientes de aprendizaje más inclusivos y colaborativos, que a su vez potencian la motivación y el compromiso de los estudiantes con su proceso formativo.
Además, el análisis pone de manifiesto que el DHS puede actuar como un mecanismo preventivo frente a problemáticas frecuentes en el contexto escolar, tales como el bullying y la desmotivación, aportando herramientas para la gestión emocional y la convivencia pacífica. La articulación entre familia y escuela, señalada en varios estudios, se configura como un factor determinante para sostener y amplificar el impacto de estas habilidades sociales, subrayando la necesidad de políticas educativas que promuevan esta colaboración.
Por último, la implementación de programas y proyectos dirigidos a fortalecer el DHS debe considerar las particularidades del entorno y las características propias de cada grupo etario, garantizando una adaptación flexible que responda a las demandas actuales del sistema educativo. Esta flexibilidad facilita no solo la inclusión de nuevas metodologías, sino también la incorporación de tecnologías y modalidades virtuales que favorecen el acceso y la participación activa de los estudiantes.
CONCLUSIÓN
El análisis realizado permitió alcanzar el objetivo propuesto acerca de describir la importancia del Desarrollo de Habilidades Sociales (DHS) en la práctica pedagógica, destacando su influencia directa en el rendimiento académico, la convivencia escolar y la formación integral del estudiante. A partir de la sistematización de las fuentes, se evidenció que el DHS permite a los estudiantes tomar decisiones acertadas ante situaciones complejas, como conflictos interpersonales o crisis emocionales, fortaleciendo su capacidad de adaptación y respuesta.
Asimismo, se constató que el entorno familiar desempeña un papel fundamental en el desarrollo de estas habilidades. Las familias que promueven vínculos afectivos sanos y una comunicación positiva contribuyen de manera significativa al fortalecimiento de las habilidades sociales de sus hijos. Por tanto, es imprescindible involucrar a las familias en las estrategias educativas orientadas al DHS.
Entre las competencias sociales más relevantes para la vida escolar destacan la empatía, la asertividad y el trabajo en equipo, cuya promoción debe ser intencionada desde la práctica docente. En este sentido, el rol del profesor es clave: no solo como mediador del aprendizaje académico, sino también como modelo de habilidades sociales, ya que su formación y práctica repercuten en el desarrollo emocional y social del alumnado.
Finalmente, se concluye que la implementación de programas sistemáticos de habilidades sociales en las instituciones educativas resulta esencial para promover relaciones interpersonales saludables, fortalecer la autoestima, fomentar valores y mejorar el desempeño académico. Todo ello contribuye a la consolidación de una educación más humana, integral y orientada al bienestar común.
CONFLICTO DE INTERESES. No existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.















