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Horizontes Revista de Investigación en Ciencias de la Educación

versão impressa ISSN 2616-7964

Horizontes Rev. Inv. Cs. Edu. vol.9 no.37 La Paz fev. 2025  Epub 24-Fev-2025

https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v9i37.978 

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

Estilos de crianza y conductas disruptivas en niños de educación básica de Zepita, Perú

Parenting styles and disruptive behaviors in basic education children from Zepita, Perú

Estilos parentais e comportamentos disruptivos em crianças do ensino básico de Zepita, Perú

Nohelia Suemi Moreno Barriga1 
http://orcid.org/0000-0002-8029-113X

Dayana Naomi Moreno Barriga1 
http://orcid.org/0009-0000-1047-2405

1Universidad Nacional del Altiplano. Puno, Perú


RESUMEN

Los estilos de crianza influyen significativamente en el desarrollo infantil, afectando tanto problemas internalizantes como externalizantes. Este estudio investigó determinar la relación existente entre los distintos estilos de crianza y comportamientos disruptivos en niños de 3 a 5 años de edad del distrito rural de Zepita, Puno - Perú. El método seleccionado fue a través del enfoque cuantitativo, de tipo correlacional y diseño no experimental Se evaluaron las variables mediante los cuestionarios PCRI-M y CBCL: comportamientos disruptivos, ajuste emocional y actitudes paternas hacia la crianza. Los resultados obtenidos muestran que determinadas actitudes y estilos de crianza (apoyo, satisfacción de crianza, compromiso, comunicación, disciplina, autonomía, distribución de rol, y desabilidad social), influyen directamente en el desarrollo y mantenimiento de conductas disruptivas y alteraciones emocionales en los niños. Como conclusión se evidencia una relación entre los estilos de crianza y los comportamientos disruptivos en niños de educación inicial en Zepita. El estilo autoritario, predominante en el 60% de los padres, se asocia con mayores problemas conductuales y emocionales, destacando dificultades en atención (40%) y conducta agresiva (25.09%), siendo necesaria la de implementar programas de educación familiar que promuevan mejores prácticas educativas, disciplinarias y de atención parental como medidas preventivas para la comunidad de Zepita.

Palabras clave: Apoyo; Comunicación; Conductas disruptivas; Disciplina; Estilos de crianza

ABSTRACT

Parenting styles significantly influence child development, affecting both internalizing and externalizing problems. This study investigated the relationship between different parenting styles and disruptive behaviors in children from 3 to 5 years of age in the rural district of Zepita, Puno, Peru. The selected method was quantitative, correlational and non-experimental design. The variables were evaluated using the PCRI-M and CBCL questionnaires: disruptive behaviors, emotional adjustment and parental attitudes towards parenting. The results obtained show that certain parenting attitudes and styles (support, parenting satisfaction, commitment, communication, discipline, autonomy, role distribution, and social skills) directly influence the development and maintenance of disruptive behaviors and emotional disturbances in children. In conclusion, there is evidence of a relationship between parenting styles and disruptive behaviors in early childhood education children in Zepita. The authoritarian style, predominant in 60% of the parents, is associated with greater behavioral and emotional problems, highlighting difficulties in attention (40%) and aggressive behavior (25.09%), making it necessary to implement family education programs that promote better educational, disciplinary and parental care practices as preventive measures for the community of Zepita.

Key words: Support; Communication; Disruptive behaviors; Discipline; Parenting styles

RESUMO

Os estilos parentais influenciam significativamente o desenvolvimento da criança, afectando tanto os problemas de internalização como os de externalização. Este estudo investigou a relação entre diferentes estilos parentais e comportamentos disruptivos em crianças de 3 a 5 anos no distrito rural de Zepita, Puno - Peru. O método selecionado foi quantitativo, correlacional e não-experimental. As variáveis foram avaliadas através dos questionários PCRI-M e CBCL: comportamentos disruptivos, ajustamento emocional e atitudes parentais em relação à parentalidade. Os resultados obtidos mostram que determinadas atitudes e estilos parentais (apoio, satisfação parental, compromisso, comunicação, disciplina, autonomia, distribuição de papéis e desejabilidade social) influenciam diretamente o desenvolvimento e a manutenção de comportamentos disruptivos e perturbações emocionais nas crianças. Em conclusão, há evidências de uma relação entre estilos parentais e comportamentos disruptivos em crianças da educação infantil na Zepita. O estilo autoritário, predominante em 60% dos pais, está associado a maiores problemas comportamentais e emocionais, destacando-se as dificuldades de atenção (40%) e os comportamentos agressivos (25,09%), tornando-se necessária a implementação de programas de educação familiar que promovam melhores práticas educativas, disciplinares e de cuidados parentais como medidas preventivas para a comunidade da Zepita.

Palavras-chave: Apoiar; Comunicação; Comportamentos perturbadores; Disciplina; Estilos parentais

INTRODUCCIÓN

No es un mito que, la familia es la prueba de que la crianza es la más importante en los primeros años de vida, en esta etapa se obtienen las primeras habilidades y hábitos que permiten alcanzar la autonomía y conductas trascendentales para la vida (Bornstein, 2002). Tal como señalan Kuppens y Ceulemans (2019) explican que, para comprender el concepto de estilos de crianza, es crucial reconocer los diversos métodos que los investigadores han empleado para operacionalizar el "parenting" o crianza parental. Esto se ha hecho con el objetivo de medir su influencia en el desarrollo infantil. Los tres enfoques más comunes para esta Operacionalización son: las dimensiones de la crianza, las prácticas de crianza y los estilos de crianza. Cada uno de estos enfoques proporciona una manera diferente de conceptualizar y medir cómo los padres interactúan con sus hijos y cómo estas interacciones afectan el desarrollo del niño.

Asimismo, este concepto de estilo de crianza se puede interpretar como un conjunto de actitudes hacia el niño, que se transmiten y generan un ambiente emocional específico. En este ambiente se manifiestan las conductas de los padres, que abarcan tanto las acciones relacionadas directamente con sus responsabilidades parentales como otros comportamientos más sutiles. Estos incluyen gestos, variaciones en la entonación de la voz y demostraciones espontáneas de cariño, entre otros, según lo propuesto por (Darling y Steinberg, 1993).

Es importante señalar que los patrones de crianza evolucionan constantemente, reflejando los cambios sociales y culturales a lo largo del tiempo. La sociedad en transformación demanda la incorporación de nuevas ideas en las estrategias de crianza para adaptarse a las circunstancias actuales.(Martínez y Monserrat, 2015) Aunque existen numerosos instrumentos previos para evaluar las actitudes parentales hacia la crianza, el cuestionario de crianza parental PCRI-M se destaca por su capacidad de reflejar las modificaciones significativas que han ocurrido en las percepciones sobre la crianza durante los últimos veinte años, satisfaciendo así la necesidad de una herramienta actualizada (Roa y Del Barrio, 2001).

En ese orden de ideas, Parker (1979) señala que las investigaciones sobre las actitudes parentales en la crianza han identificado de manera consistente dos dimensiones fundamentales que se consideran cruciales para lograr una efectiva socialización de los hijos. Estas dimensiones, que también se denominan factores, tipos de socialización o crianza en la literatura especializada, son el control y el apoyo. La importancia de estos dos factores se ha confirmado repetidamente en diversos estudios, utilizando tanto métodos de auto-informe como técnicas de observación.

Por consiguiente, el control, utilizado como método disciplinario para imponer obediencia y sumisión del niño a los deseos parentales, se ha asociado generalmente con problemas conductuales infantiles, como una disminución en la independencia o autonomía. (Brody y Flor, 1997). Adicionalmente, Steinberg (2001) sostiene que los niños que crecen en ambientes autoritativos, caracterizados por un equilibrio entre afecto y firmeza, tienen menos probabilidades de desarrollar trastornos internalizantes en comparación con aquellos criados en entornos autoritarios, indulgentes o negligentes. Además, en otros estudios se observaron que los hijos de padres autoritativos y autoritarios presentaban niveles de ansiedad más bajos que los hijos de padres negligentes (Steinberg et al., 2006).

Por otra parte, el apoyo parental, es definido como un estilo de crianza caracterizado por un uso mínimo del castigo físico, la aplicación del razonamiento por ambos padres, una comunicación efectiva y una expresión emocional adecuada durante las interacciones entre padres e hijos. La dimensión de Apoyo abarca variables como el afecto o calor emocional, la sensibilidad y la confianza mutua. Estos elementos se consideran fundamentales para fomentar relaciones saludables entre padres e hijos, y son especialmente cruciales para el desarrollo adaptativo del niño (Becker et al., 1962).

La mayoría de los investigadores coinciden en que la interacción entre las dimensiones de apoyo y control puede dar origen a diversos estilos de crianza parental. Patterson et al., (1992) y otros autores han identificado tres modelos principales: autoritario, autorizado y permisivo, cada uno con características distintivas que influyen en la adaptación social y emocional del niño. El estilo autoritario se distingue por un control excesivo, el permisivo por la falta de normas y reglas disciplinarias, y el autorizado se destaca por combinar afecto y apoyo parental con normas claras y disciplina consistente. Estos enfoques de crianza tienen implicaciones significativas en el desarrollo y bienestar del niño. Investigaciones más actuales, señalan los padres autoritarios y permisivos no propician un despliegue adecuado de habilidades sociales (Valiente, Fabes, Eisenberg y Spinrad, 2004), mientras que un estilo de crianza basado en el afecto y en el control inductivo, favorece el desarrollo de conductas socialmente adecuadas (Confalonieri y Giuliani, 2005; Valencia, 2012).

Debido a lo mencionado anteriormente, se plantea como objetivo de este estudio determinar la relación existente entre los distintos estilos de crianza y comportamientos disruptivos en niños de 3 a 5 años de edad del distrito rural de Zepita, Puno - Perú. analizando cómo las prácticas parentales influyen en el desarrollo socioemocional y conductual de los infantes

METODO

El presente estudio adopta un enfoque cuantitativo, de tipo correlacional y diseño no experimental, dado que no se manipulan variables, sino que se analizan las relaciones entre los estilos de crianza y los comportamientos disruptivos en niños de 3 a 5 años.

En cuanto a la muestra está conformada por 21 madres y padres de familia de 21 niños y niñas de educación básica procedentes de la Institución Educativa Inicial Pública N°1607 San Marin de Porres del distrito de Zepita, provincia de Chucuito - Juli, departamento de Puno en el país peruano.

De los 21 cuestionarios enviados, sólo contestaron 15, lo que nos supone un 71.43% del total de la muestra. Un porcentaje alto para este tipo de investigación, considerando que la muestra proviene de una zona rural. En la realización del presente estudio participaron una muestra de 15 madres, de estas participantes poseen un rango de edad que oscila entre 23 y 38 años, siendo la media 30.8

Además, es preciso indicar que, todos los progenitores son de nacionalidad peruana y que gozan de un nivel socioeconómico bajo, según el mapa de pobreza del Instituto Nacional de Estadística e Informática - INEI. En esta investigación se utilizaron dos instrumentos de evaluación que fueron administrados tanto a padres como a madres, detallados a continuación:

El primer instrumento empleado fue el Inventario de Crianza Parental, una adaptación española del Parent-Child Relationship Inventory (PCRI-M) de Gerard (1994). Esta versión, adaptada por Roa y Del Barrio (2001), está diseñada para padres con hijos entre 3 y 15 años. Sin ninguna diferencia del cuestionario original que contenía 78 ítems en 8 escalas, con la versión española con las mismas 8 subescalas: Apoyo (9 ítems), Satisfacción - Crianza (10 ítems), Compromiso (14 ítems), Comunicación (09 ítems), Disciplina (12 ítems), Autonomía (10 ítems), Distribución de rol (09 ítems) y Deseabilidad Social (05 ítems). De los 78 ítems, cabe precisar que 47 de estos son enunciados de forma negativa, y los 25 restantes de manera positiva. La puntuación de los ítems es en escala tipo Linkert del 1 al 4, siendo el 1 muy de acuerdo hasta el 4 que es en total desacuerdo. La aplicación de este cuestionario es clave porque identifica aspectos particulares de las relaciones de padres a hijos, causante de posibles conductas disruptivas, enfocándonos en la calidad de relaciones paternales en la crianza de los menores.

El segundo instrumento utilizado fue el Child Behavior Check-List (CBCL) para niños de 1.5 a 5 años, desarrollado por Achenbach y Rescorla (2000). Este cuestionario, compuesto por 99 ítems, evalúa siete dimensiones o conductas patológicas: reactividad emocional, ansiedad/depresión, quejas somáticas sin causa médica, retraimiento o TEA, problemas de sueño, problemas de atención o TDAH y conducta agresiva. Los resultados permiten clasificar el comportamiento del niño como clínico-patológico o normal-no patológico, y además agrupa las conductas en síndromes internalizantes y externalizantes. El instrumento fue utilizado para hallar la validez predictiva del PCRI-M en la muestra evaluada.

El proceso de investigación se desarrolló siguiendo una secuencia metodológica estructurada. Como primer paso fundamental, se solicitó y obtuvo el consentimiento informado de los padres y madres procedentes de la Institución Educativa Inicial Pública N°1607 San Marin de Porres del distrito de Zepita, para su participación en el estudio.

Una vez confirmada su voluntad de participar, se procedió al envío de los cuestionarios de manera física. Para garantizar la confidencialidad y el correcto seguimiento de los datos, se implementó un sistema de códigos de identificación únicos para cada participante. En los casos donde una misma familia tenía varios hijos dentro del rango de edad estudiado (3-6 años), se asignaron códigos diferentes para cada niño, asegurando así la precisión en el análisis individual.

La fase analítica del estudio se centró en examinar las posibles conexiones entre los diferentes estilos parentales y el desarrollo de comportamientos ansiosos y disruptivos en los niños. Este análisis se realizó mediante el cálculo de correlaciones entre las diferentes dimensiones evaluadas en el PCRI-M (que incluyen disciplina, compromiso con la crianza, distribución de rol, satisfacción con la crianza, autonomía y afecto) y los resultados obtenidos en los cuestionarios CBCL completados por los padres.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Del total de las 21 madres evaluados, 12 tienen hijos de cuatro años de edad y 9 tienen hijos de cinco años. Se recuperaron un total de 15 cuestionarios del PCRI-M y de CBCL. Las correlaciones entre los estilos de crianza (escalas del PCRI-M) y en el comportamiento del niño (CBCL) son significativas, más que todo evidenciado en las escalas de afecto y disciplina.

Los resultados del PCRI-M muestran la prevalencia de los estilos de crianza que presentan los padres evaluados, de los cuales el 60% correspondió al estilo de crianza autoritario relacionados directamente con las escalas altas de disciplina y regulares en autonomía, 27% de las madres reportaron mantener un estilo de crianza democrático que se encuentran relacionados con puntuaciones altas en apoyo y compromiso, además que sólo 13% de los padres reportaron un estilo de crianza permisivo que tiene una relación estricta con las escalas bajas en compromiso y disciplina pero altas en autonomía (ver figura 1).

Figura 1 Distribución del porcentaje de estilos de crianza reportado por las madres 

Al realizar el análisis del instrumento del PCRI-M, el procesamiento de datos entre puntuaciones medias en cada una de las escalas, con el propósito de analizar el comportamiento del instrumento en la muestra y constatar el comportamiento transcultural (véase Tabla 1 y 2). Las madres evaluadas alcanzan puntuaciones más elevadas en las escalas de "Compromiso", "Disciplina" y "Satisfacción - Crianza", como se puede observar los resultados obtenidos en la Tabla 1:

Tabla 1 Puntuación media en estilos de crianza (PCR-M) en la muestra evaluada 

Tabla 2 Porcentaje por escala en estilos de crianza (PCR-M) de la muestra evaluada 

Para analizar el comportamiento del instrumento, se ha realizado una comparación de las puntuaciones medias en cada escala del PCRI-M en nuestra muestra (Zepita), de Canto Grande, España y la Estados Unidos, y de esta manera constatar si existen diferencias transculturales.

Tabla 3 Comparación de puntuaciones medias en hábitos de crianza (PCRI-M) entre muestra española, estadounidense y Zepita 

De la comparativa de los resultados, es importante destacar que, en las madres estadounidenses las puntuaciones más altas se alcanzan en las escalas de apoyo, disciplina, autonomía y deseabilidad social; por el contrario las madres españolas alcanzan puntuaciones más elevadas en las escalas satisfacción con la crianza, compromiso, comunicación y distribución de rol; mientras que las madres de Canto Grande y sobretodo en Zepita obtienen puntuaciones muy por debajo de éstas, llamando la atención, por lo alejado, las escalas de satisfacción - crianza, compromiso, comunicación y autonomía; por lo tanto se podría decir que el problema más serio está relacionado con la comunicación, lo que desencadena que, se adviertan diferencias transculturales importantes

En cuanto a los resultados de la aplicación del Children Behavior Check List 1½-5 (CBCL/1½-5), cabe resaltar que el cuestionario original fue traducido y retraducido. La versión en español realizada por Lecannelier (2013) fue revisada por jueces expertos en psicopatología infantil, quienes dieron su opinión respecto a la forma y contenido de los 100 ítems evaluados, cuestionario que fue utilizado en la investigación. A continuación, en las Tablas 4, 5 y 6 se presentan los resultados después de la aplicación del instrumento:

Tabla 4 Puntuación media en comportamiento percibido (CBCL 1.5-5) en la muestra evaluada 

Tabla 5 Porcentaje por escala en estilos de crianza (PCR-M) de la muestra evaluada 

De la Tabla 5, es posible afirmar que la media de problemas totales es 48.1% y en nivel de problemas internalizantes y externalizantes es de 20.5% y 28.2%, respectivamente. En los síndromes la media oscila entre 22.2% y 25.09% (excluyendo del agrupamiento los otros problemas). Los Problemas de Sueño es el que presenta menor media (ítems con menor prevalencia) y Problemas de Atención la mayor media (ítems con mayor prevalencia). El efecto techo es 0% en todos los casos debido a que en la muestra no hay casos que obtengan el máximo puntaje posible.

Tabla 6 Análisis descriptivo de puntuaciones en comportamiento percibido en el niño (CBCL 1½ - 5) de la muestra evaluada 

Igualmente, en la Tabla 6, es posible observar los puntajes brutos para determinar rangos clínico y pre-clínico en población de Zepita, además se consideran los puntajes de corte propuestos por los autores del instrumento Achenbach y Rescorla (2000). Se determinó para población rural del distrito de Zepita que los puntajes totales de problemas del CBCL 1½-5 iguales o superiores a 67 indican un nivel clínico de problemas comportamentales y emocionales, de la muestra evaluada, extraemos que 2 participantes poseen esta clase de problemas.

Con respecto a la disciplina en las escalas de “ansiedad / depresión”, “retraimiento”, “problemas de sueño” y “conducta agresiva” observamos que juega un papel fundamental en el desarrollo infantil, según revelan diversos estudios en el campo de la psicología del desarrollo. Los padres que ejercen poca disciplina observan en sus hijos un conjunto significativo de comportamientos disruptivos, incluyendo mayores niveles de hiperactividad, dificultades persistentes de atención, problemas de sueño recurrentes y conductas agresivas hacia sus pares y adultos. Particularmente preocupante es el menor desarrollo de habilidades sociales esenciales para su adaptación al entorno escolar y social. En el ámbito emocional, se demuestra que la baja disciplina está fuertemente asociada con la manifestación de diversos problemas psicológicos, como mayor agresividad, síntomas depresivos, tendencia al aislamiento social, manifestación de síntomas físicos sin causa médica (somatización), marcada inestabilidad emocional y niveles elevados de ansiedad.

El componente afectivo en las escalas de “ansiedad / depresión”, “retraimiento”, y “problemas afectivos” en la crianza emerge como otro factor determinante en el desarrollo infantil saludable. Los estudios indican consistentemente que los padres que demuestran menos afecto hacia sus hijos reportan una gama más amplia de dificultades conductuales y emocionales. Estos niños tienden a exhibir mayor hiperactividad en el aula y en casa, problemas significativos de atención que afectan su rendimiento académico, y comportamientos atípicos que pueden dificultar su integración social. El desarrollo social se ve particularmente afectado, manifestándose en dificultades para formar y mantener amistades. Además, estos niños suelen mostrar niveles más altos de agresividad en sus interacciones, una marcada tendencia al aislamiento social, y presentan con mayor frecuencia síntomas de ansiedad y depresión que pueden persistir en el tiempo si no se abordan adecuadamente.

Otros factores cruciales en la dinámica de la crianza incluyen el nivel de compromiso parental, donde la investigación ha demostrado que un menor compromiso está directamente relacionado con un incremento en problemas conductuales y emocionales, así como un desarrollo social más limitado. La distribución equitativa de responsabilidades entre los padres emerge como otro elemento vital, ya que los estudios señalan que una distribución desbalanceada puede manifestarse en el desarrollo de síntomas físicos sin causa médica en los niños, posiblemente como respuesta al estrés familiar. Es interesante notar que los padres que reportan mayor satisfacción con su rol en la crianza tienden a observar menos comportamientos atípicos en sus hijos, sugiriendo que una actitud positiva hacia la paternidad puede tener efectos beneficiosos en el desarrollo infantil. De manera significativa, los estudios también indican que fomentar la autonomía adecuada a la edad del niño contribuye a reducir el aislamiento social y promueve un desarrollo más saludable de la personalidad.

Discusión

A partir de los resultados obtenidos, se evidencia que existe una relación significativa entre los estilos de crianza, medidos a través de las escalas del PCRI-M, y el comportamiento infantil percibido según las escalas del CBCL 1½ - 5, siendo especialmente notable en las dimensiones de disciplina y afecto.

Una mayor presencia de madres que refieren tener un estilo de crianza autoritario según la Figura 1, con un 60% para con sus menores hijos de educación básica, datos que podrían sugerir un perfil característico del estilo de crianza para el grupo estudiado además que coinciden con Rio et al., (2016) que en su estudio aplicado a una escuela primaria, también en un escenario de distrito rural, que registró un 64% de padres con estilo de crianza autoritario, considerando las condiciones propias sociodemográficas, aunque la muestra es significativamente representativa para inferir sobre la población del distrito de Zepita, y considerando que no existen datos que indiquen una tendencia sobre un estilo en particular que caracteriza a la población peruana, nuestros datos podrían servir como referencia para futuras investigaciones que pretendan esta caracterización con el acceso a una muestra mayor.

En base a los resultados presentados en Tabla 2, y comparándolos con la aplicación de las escalas PCRI-M aplicados a poblaciones con diferencias transculturales entre las madres de Canto Grande, España y Estados Unidos, en los estudios de Aguirre et al., (2008), Roa y Del Barrio, (2001) y Gerard, (1994) respectivamente, en la aplicación del PCRI-M revelan importantes patrones de crianza. Las madres españolas presentaron puntuaciones altas en satisfacción, compromiso y distribución de roles, mientras que las de Zepita y Canto Grande obtuvieron resultados muy inferiores a las estadounidenses y españolas, especialmente en comunicación, satisfacción y autonomía. Esto indica diferencias significativas en las prácticas y percepciones de los estilos crianza entre estas poblaciones, probablemente reflejando factores culturales y contextuales.

En cuanto al análisis de comportamiento percibido en el niño, la confiabilidad y validez del instrumento CBCL 1½ - 5 elaborado por Achenbach y Rescorla (2000), representa una contribución significativa para detectar tempranamente dificultades conductuales y emocionales en niños pequeños. Su implementación ayuda a disminuir el tiempo entre las inquietudes iniciales expresadas por padres, maestros o pediatras sobre la salud mental infantil, y la posibilidad de iniciar una intervención terapéutica oportuna. Esto puede mejorar significativamente el pronóstico del niño y reducir el riesgo de desarrollar trastornos o discapacidades futuras. Por otro lado, las investigación de Lecannelier, (2013) aporta datos importantes que complementan otros estudios regionales para el público de habla hispana, contribuyendo a superar las actuales limitaciones en la comprensión, definición, evaluación e investigación de problemas emocionales y conductuales en niños de edad preescolar, independientemente del país que sea aplicado.

En la muestra estudiada para población de la IEI Pública N°1607 San Marin de Porres del distrito de Zepita, la media de problemas totales fue de 47.60, siendo notablemente más elevada que lo informado para Estados Unidos, Argentina, Dinamarca, España y Korea, pero más baja por ejemplo que lo informado para Chile, y similar a lo informado en otras sociedades como Taiwan y Lithuania. Considerando el rango (17.2 - 50.0) que se propone en el estudio con 24 sociedades en una muestra de N = 15, la media de problemas para población rural de Zepita se encuentra dentro del desvío estándar (20.81) que informan los investigadores (Rescorla et al., 2011).

La percepción de los padres sobre sus hijos está influenciada por múltiples variables, incluyendo la disciplina, el afecto, el compromiso con la crianza y el grado de satisfacción parental. La distribución del rol parental entre madre y padre también impacta significativamente, donde una distribución desigual puede llevar a una mayor percepción de somatización en el niño.

Los estilos educativos parentales no son estructuras rígidas, sino que se caracterizan por ser dinámicos y adaptables. Como señalan López et al. (2008), estos estilos deben analizarse considerando los cambios sociales, valores familiares y el momento evolutivo del niño. Harris (2000) refuerza esta idea al afirmar que los padres ajustan su estilo educativo según las necesidades específicas de cada hijo.

Asimismo, la calidad de la interacción parental se fundamenta en dimensiones específicas. Maccoby y Martin (1983), junto con investigaciones más recientes enfatizan que la comunicación y el afecto pueden coexistir efectivamente con la exigencia y el control. Esto sugiere que el equilibrio entre calidez y disciplina es fundamental para un desarrollo infantil saludable.

La transmisión efectiva del mensaje parental depende de varios factores. Rodrigo y Ceballos (1998) destacan la importancia de la claridad, redundancia y coherencia en las interacciones. Palacios (2001) añade que la interpretación del mensaje también está condicionada por la capacidad del niño y su estado emocional. Adicionalmente, Grusec y Goodnow (1994) señalan la importancia de la internalización de los valores parentales en este proceso.

Respecto a las manifestaciones conductuales y emocionales, González et al. (2013) indican que ciertas conductas, como la agresividad, alcanzan su punto máximo alrededor de los 4 años. Sin embargo, Méndez et al. (2003) advierten que la persistencia de síntomas ansiosos o miedos infantiles puede ser precursora de trastornos de ansiedad futuros.

Para un desarrollo óptimo, es fundamental encontrar un equilibrio entre afecto-comunicación-apoyo y control-exigencia-disciplina. Como sugieren Dadds y Powell (1991), el ambiente familiar juega un papel crucial en el desarrollo conductual y emocional del niño. Las escuelas de padres y programas de intervención familiar se presentan como herramientas valiosas para mejorar las prácticas educativas y fomentar un clima familiar positivo.

CONCLUSIONES

Los resultados de esta investigación demuestran una clara relación entre los estilos de crianza parentales y el desarrollo de comportamientos disruptivos en niños de educación inicial en el contexto rural de Zepita. El predominio del estilo autoritario (60%) entre los padres evaluados se asocia con mayores niveles de problemas conductuales y emocionales en los niños, particularmente en las dimensiones de atención y comportamiento agresivo, donde se registraron las puntuaciones más elevadas (40% y 25.09% respectivamente).

Las diferencias transculturales observadas en las prácticas de crianza entre la muestra de Zepita y las poblaciones de España y Estados Unidos son notables, especialmente en las dimensiones de comunicación, satisfacción con la crianza y autonomía, donde los padres de Zepita obtuvieron puntuaciones significativamente más bajas. Esto sugiere la influencia de factores socioculturales específicos del contexto rural peruano en los patrones de crianza.

La media de problemas totales (47.60) en la población estudiada, aunque dentro del rango internacional esperado, refleja una prevalencia considerable de dificultades conductuales y emocionales. Los resultados indican que dos participantes alcanzaron niveles clínicamente significativos, lo que señala la necesidad de intervención profesional temprana en estos casos.

Estos hallazgos subrayan la importancia de implementar programas de educación familiar culturalmente adaptados que promuevan prácticas de crianza más balanceadas, combinando disciplina efectiva con niveles adecuados de afecto y comunicación. Tales intervenciones deberían considerar especialmente el contexto sociocultural específico de las zonas rurales peruanas.

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Recibido: 26 de Noviembre de 2024; Aprobado: 30 de Diciembre de 2024; Publicado: 24 de Febrero de 2025

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