INTRODUCCIÓN
Durante muchos años las competencias en el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han sido esenciales para que las personas y los países prosperen en un mundo, que cada vez es más complejo, interconectado, globalizado y cambiante, más aún con los avances en tecnología que facilitan el avance de la educación (Abid et al., 2022). Ante ello, la importancia de lograr las competencias necesarias para aprovechar las TIC en la educación tanto básica como superior.
La tecnología educativa en la educación superior ha generado muchos beneficios, también existen desafíos en su ejecución (Cabaleiro y Vera, 2020). En este desarrollo, los estudiantes tienen la oportunidad de mejorar y construir habilidades, a lo largo de su carrera escolar desde la escuela primaria hasta la secundaria y la universidad (Rodrigues et al., 2021). Muchas organizaciones enfatizan la necesidad de cambiar los modelos de enseñanza y aprendizaje en las instituciones educativas para atender las demandas de la nueva “sociedad de la información”, para mejorar la enseñanza, conocimiento y el aprendizaje en entornos virtuales (Chais et al., 2017).
A nivel mundial, el avance de las TIC en la literatura y la actividad académica se están asociando a diferentes tipos de plataformas (entornos virtuales, redes sociales, plataformas de servicios y productos, etc.), convirtiéndose en un tema de tendencia y mucho énfasis (Unesco, 2019). La tecnología puede ser parte de la solución activamente en la sociedad y en un futuro cada vez más digital. Asimismo, en muchos países aún no se han dado cuenta del potencial del uso de la tecnología para el aprendizaje y el desarrollo de habilidades (OECD, 2020).
Durante la pandemia del estado de emergencia del 2019 y los cierres de escuelas asociados han interrumpido la educación de niños y jóvenes, particularmente en América Latina y el Caribe, y han puesto de relieve los desafíos que enfrentan los países para brindar educación a distancia (Unicef, 2022). Por ello, las instituciones educativas utilizan cada vez más las TIC para ofrecer una educación de calidad y responder a las preocupaciones de los estudiantes (Pardo et al., 2021). Esta situación crea una crisis de aprendizaje que nos ayuda a comprender la importancia de la tecnología en la educación.
En Perú, existen necesidades educativas de los entornos y métodos educativos, donde es necesario poder brindar servicios educativos flexibles que satisfagan las necesidades de aprendizaje de los estudiantes. Por lo tanto, el ministerio de educación difunde la integración de las TIC en el proceso de aprendizaje, utilizando diferentes estrategias, por ejemplo: aprender en casa, aprender en la escuela, aprender en sociedad, educación a distancia, reforzando los diferentes niveles (MINEDU, 2021). Además, ha tenido un avance hacia la educación, aunque existe aún muchas zonas y provincias, que el acceso educativo es limitado, junto a ello instituciones de educación superior. Junto a ello, las organizaciones y estado establecen programas para capacitar y fortalecer a docentes frente a la virtualidad.
El objetivo del artículo es analizar el logro de competencias de tecnologías de información en la educación superior, en función de un conjunto de investigaciones de los últimos cinco años a través una revisión sistemática. La justificación del estudio se basa en la importancia de la capacidad que la sociedad educativa tiene como parte de su desarrollo en aprovechar y gestionar las herramientas tecnologías de información, y de cómo está la realidad tanto a nivel internacional como nacional, además como parte de la justificación social se centra en el bienestar de los estudiantes universitarios, instituciones superiores, comunidad educativa ya que son los beneficiarios principales.
METODOLOGÍA
El artículo se desarrolló mediante una investigación de revisión sistemática, donde se centra en el tema del logro de competencias de tecnologías de información en la educación superior. Las fuentes de búsqueda consideradas fueron EBSCO, Redalyc, Scopus, Scielo y Scholar Academic.
Asimismo, se utilizaron operadores lógicos AND, OR, NOT para simplificar la información; además de criterio de inclusión que se basó en considerar fecha de 2018 al 2023, artículos académicos. En el criterio de exclusión se consideró el descarte de duplicados, temas sin relevancia al título. La Figura 1 se muestra que el proceso de la selección tuvo una inicial de 122 artículos, aplicando los criterios de inclusión y exclusión, se dio un resultado final de 49 artículos.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
En la Figura 2, se presenta la clasificación de los artículos seleccionados, en los cuales se consideró como títulos, resumen y conclusiones asociados al logro de competencias de tecnologías de información en la educación superior. Los resultados fueron desarrollo de competencias de la tecnología en universitarios (12), Tecnología en la educación (14), Obstáculos en las competencias de los TIC (13), TIC en Perú (10).
La clasificación “TIC en Perú”, donde la educación superior en Perú se rige en la ley Universitaria 30220, que propone el desarrollo de una educación competente con tecnología para la formación de estudiantes con enfoque social crítico (Bustinza, 2021). La tecnología digital cambia la forma de hacer educación, donde las TIC enfatizan la necesidad de una sociedad alfabetizada que pueda acceder, evaluar, organizar, interpretar y difundir información en un formato cada vez más digital (Gallardo et al., 2018; Granda et al., 2021; Shutenko et al., 2018).
Por ende, el papel de las TIC es activar el conocimiento de los estudiantes, donde promueve oportunidades para la autorrealización interna en el aprendizaje (Soler, 2020; Morales et al., 2019). Las TIC se convierte en un método de enseñanza que involucra a los docentes en actividades que requieren un alto nivel de complejidad y evidencia para mejorar y profundizar directamente el aprendizaje en el aula (Guimaraes et al., 2022; Rios et al., 2020). Además, es un conjunto de avances tecnológicos resultantes de las tecnologías informáticas, y telecomunicaciones que brindan herramientas para el procesamiento y difusión de la información (Cobeña, 2023; Aguiar et al., 2019).
En la “tecnología en la educación”, las competencias digitales en la educación superior, debe centrar la atención de la sociedad en garantizar el nivel adecuado de habilidades digitales que la sociedad necesita en su contexto y momento particular (Levano et al., 2019; Contreras et al., 2022). Hoy en día la educación ha cambiado tanto gracias a la cobertura de las TIC que el uso de la tecnología en las universidades no solo es una realidad, sino también un reto para estudiantes y docentes, ya que la tecnología debe reconfigurarse de acuerdo con las prácticas docentes y las relaciones de poder en el aula (Alcibar et al., 2018; Abdelsalam et al., 2022).
El uso de la tecnología ha hecho que el proceso educativo sea más dinámico, interactivo y amigable para los estudiantes, transformando los recursos de aprendizaje, trayendo más herramientas de aprendizaje al aula y mejorando la educación existente (Vera et al., 2021). Desafortunadamente, ha habido poco interés en la interacción de las habilidades digitales en la creación de conocimiento en todos los niveles académicos, por lo que se ha convertido un factor desafiante en la educación superior (Morales et al., 2019).
Parte de la realidad existen un porcentaje bajo donde los docentes a cuentan con las habilidades digitales para implementar cambios tecnológicos para promover la innovación (Zempoalteca, 2017). La competencia TIC es considerada una competencia básica, cuyo desarrollo debe ser promovido a través de la enseñanza, desde la cual el estudiantado podrá aprovechar al máximo los recursos que las TIC ofrecen en el siglo XXI (Cano et al., 2018; Rodríguez et al., 2020; Solis y Jara, 2019). Por tanto, la ejecución como competencia de las TIC genera logros académicos de los estudiantes (Hassan et al., 2020).
La integración de la tecnología en diversas áreas académicas de la educación superior ha transformado el aprendizaje y los docentes y estudiantes se han adaptado a estos cambios, especialmente durante la pandemia de COVID-19 (Morales et al., 2021; Pardo et al., 2020). En este contexto, la pregunta no es qué se debe dar, sino qué habilidades debe desarrollar el personaje al crear la acción, esto nos obliga a pensar en desarrollar modelos educativos a un nivel superior en términos de lo que queremos lograr y lo que necesitamos lograr (Diaz et al., 2019).
En el “desarrollo de competencias de la tecnología en universitarios”, hay situaciones donde existen grandes cantidades de información requieren diferentes tipos de interacción social. (Castro, 2018). Las universidades no solo deben responder al entorno externo, sino también realizar transformaciones internas para convertirse en agentes de cambio y permitir que los futuros profesionales implementen las herramientas básicas para la formación profesional. En consecuencia, la enseñanza ha cambiado con la incorporación de las TIC, haciendo que el uso de la tecnología en las universidades no solo sea un hecho, sino también un reto para estudiantes y docentes (Alcibar et al., 2018).
Las tecnologías de la información y la comunicación son la base más importante de la denominada economía digital, que tiene un desarrollo sostenible ha creado condiciones favorables para nuevos métodos relacionados con el proceso educativo (Ocaña et al., 2020). Asimismo, las estrategias que ofrece lo virtual son utilizadas de manera distinta por cada docente dependiendo del contenido desarrollado en el aula, pero en tiempos de emergencia, el aprendizaje a distancia se convirtió en un problema muy frustrante para muchos estudiantes, jóvenes y adultos (Mejía et al., 2022).
Muchos autores recomiendan la competencia digital como una competencia básica para todos los ciudadanos, más aún en los estudiantes universitarios (Rumiche y Chinga, 2019; Márquez et al., 2020). El no involucrarse y entender las TIC en el mundo de la educación, afecta directamente al desarrollo de los integrantes educativos incluidos los entornos laborales y personales (Bellos y Morales, 2019). Por lo tanto, los estudiantes universitarios tienen que cumplir con un sinfín de exigencias a la hora de gestionar y utilizar estos recursos. (Castellanos, 2017; Garcia y Canton, 2019).
El principal reto de las instituciones es crear un entorno en el que exista conocimiento e información que pueda utilizarse para la innovación y la creación de nuevo conocimiento, con el fin de fortalecer las capacidades de los estudiantes, más aún cuando existen distintas limitaciones (Revelo, 2022). Por ello, un mayor nivel de practica de estudiantes permite aprovechar mejor las competencias de la información tecnológica (Torres et al., 2021; Chamoso, 2021). Por ende, la tecnología tiene que reconfigurar las relaciones de poder en las aulas y las prácticas en el aula, ya que los docentes pierden poder y los alumnos se sienten más cómodos en esta situación.
Por último, “Obstáculos en las competencias de los TIC”, existen dificultades como actitudes negativas hacia las TIC como la dependencia de las mismas, por ello es importante comprender que la tecnología de la información y la comunicación puede tener efectos tanto positivos como negativos tanto en los docentes como en los estudiantes (Sánchez et al., 2021; Montoya et al., 2018). En efecto, la responsabilidad de la universidad por la educación, la calidad y la oferta requiere ahora una revisión de la política de e-innovación (López et al., 2018).
Esto nos lleva a la conclusión de que no existe conexión entre una visión centrada en el estudiante y la práctica constructivista en la educación tecnológica (Arancibia et al., 2020). Para la efectividad de las TIC dependerá de calidad del personal docente, calidad de los programas educativos, calidad de la preparación docente, donde muchas veces existen criterios desfavorables en la evaluación de las condiciones técnicas y empleamiento pedagógico que aplican los docentes (Morejón y Borjas, 2020).
Al hablar del uso de las TIC en la educación, diferentes estudios infieren que es una herramienta útil y flexible que se puede adaptar a las necesidades educativas (Chamba et al., 2022; Vega et al., 2022; Cerda et al., 2017). Gracias a la poderosa presencia de la nueva tecnología, se promueve el trabajo en equipo y el aprendizaje significativo (Yélamos y Moreno, 2022). El surgimiento de las TIC (entró en el proceso de cambio e innovación y provocó un crecimiento sin precedentes, lo que dio la oportunidad de hablar de innovación pedagógica electrónica y aceptar las exigencias del papel de las universidades en ella.
Las universidades, junto a otras organizaciones alrededor del mundo, adaptan sus modelos educativos a la pandemia como ayuda dentro del registro académico y la docencia, además de comprender la comunicación de los estudiantes universitarios utilizando las tecnologías de la información y la comunicación (Zumba et al., 2021; Vargas y Del Romero, 2020; Martínez y Garces, 2020; Yoza y Velez, 2021). Además, las tecnologías avanzadas han surgido en las organizaciones culturales, sociales y educativas, por lo que se requieren herramientas de gran utilidad para acceder, gestionar, procesar y difundir información en una sociedad cada vez más interconectada.
CONCLUSIÓN
La integración y utilización efectiva de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en la educación superior presenta tanto oportunidades como desafíos significativos. Aunque las TIC han demostrado ser herramientas valiosas en la educación básica y superior, su implementación adecuada en el ámbito universitario requiere de un enfoque más estructurado y reflexivo. Aunque existe una percepción ampliamente aceptada de que las tecnologías educativas pueden potenciar la calidad educativa, su impacto positivo no es automático ni garantizado. La preparación y creatividad de los docentes en la utilización de estas herramientas emergen como factores críticos para determinar su efectividad.
Adicionalmente, la era digital demanda que las universidades del siglo XXI se adapten y promuevan métodos de enseñanza innovadores que fomenten un aprendizaje más profundo y significativo entre los estudiantes. Sin embargo, este objetivo se ve obstaculizado por la falta de habilidades digitales entre los estudiantes, lo que limita su capacidad para participar plenamente en la sociedad digital y aprovechar las oportunidades de desarrollo que esta ofrece.
En este contexto, es imperativo que las universidades se esfuercen por desarrollar y transferir competencias en TIC, asegurando que las actividades de aprendizaje se alineen con estas habilidades esenciales. Solo mediante un compromiso decidido con la formación en competencias digitales y una implementación estratégica de las TIC, las universidades podrán preparar adecuadamente a los estudiantes para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades en el mundo contemporáneo.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.