INTRODUCCIÓN
En Perú se cuentan con escasas evidencias sobre resultados medibles de la participación ciudadana de estudiantes de escuela básica regular, el Ministerio de Educación de Perú muestra un informe de resultados de las ICSS 2016 de estudiantes de Perú; esta medición evidencia una distribución de tres niveles: en el nivel más alto se ubica el 35% de escolares que tienen una comprensión integral y buenos manejos de conocimientos relacionados al civismo y la ciudadanía, en el tercio más bajo el 33% de los escolares reconoce las tipologías básicas de una democracia, funcionamiento de algunas instituciones cívicas y las motivaciones de las personas para participar en actividades para el bien común. En este mismo documento se reporta que las actitudes cívicas y ciudadanas son favorables; no obstante, los estudiantes muestran un nivel de poco o nada de confianza en instituciones del estado como: congreso la más baja, seguida del poder judicial, el gobierno y la policía nacional (Cuenca y Urrutia, 2020).
Por otro lado, se cuenta con investigaciones que identifican aspectos de falta de equidad educativa de género, situación socioeconómica, idioma, origen étnico, geografía, salud, desnutrición, escolaridad de los padres de familia, educación temprana, entorno de aprendizaje en la casa (Gunnar y Chávez, 2015; Ministerio de Educación del Perú, 2017); sin embargo, las políticas y lineamientos educativos de Perú al 2036 plantean como uno de sus propósitos alcanzar la certificación para que la educación de las personas en todas las períodos de su vida ciudadana convivan en una comunidad democrática, ejerciendo responsablemente su libertad para que logren una vida plena y así contribuir a la construcción de un país equitativo y próspero (Ministerio de Educación del Perú., 2020). Este ideal está orientado a considerar las peculiaridades socio-económico-culturales de los escolares que históricamente han estado sumidos en un contexto educativo afectado por las grandes brechas sociales que generó falta de oportunidades y de espacios de conexión para participar en igualdad de condiciones y una sana convivencia colectiva (Schulz et al., 2018).
La participación ciudadana es una capacidad que permite a las personas desarrollar diversas acciones que contribuyan a la edificación del bien común en la colectividad política (Supardi, 2022); tiene como eje la tarea de construir correlaciones en forma cooperativa, social y política para contribuir a la mejora de una convivencia justa y democrática, basado en una toma de decisiones razonadas de asuntos públicos comunes; esta capacidad es la base para que las personas sepan ubicar y elegir bien a los actores políticos de su localidad y su país (Ortiz y Vanegas, 2001). Asimismo, tengan iniciativa de participar y ser parte de un partido político (Ministerio de educación del Perú, 2013); por otra parte, el proceso de la participación ciudadana mejora los impactos de las iniciativas (Desposato y Wang, 2020). Para ello, es necesario la identificación apropiada del problema y tener claro las potenciales alternativas para dar solución a cada desafío, conocer las brechas o dificultades ayudará al discernimiento formal de las personas, y desde la experiencia participativa de cada beneficiario estos puedan buscar soluciones para a optimizar la calidad de vida de los ciudadanos (Santamaria y Madariaga, 2019; Rodríguez et al., 2016).
Asimismo, la formación de ciudadanía es continua, empieza en la infancia, influenciada por diversos aspectos: la familia, la escuela, el entorno cultural, medios de comunicación, las interacciones con el contexto y otras personas, los aprendizajes en ciudadanía, contenidos, procedimientos, modos y valores para convivir en armonía (Soaje y Salas, 2021). En consecuencia, la moralidad y la urbanidad sellan los patrones para la formación ciudadana de los estudiantes, y los preparan para formar parte de una sociedad, y cohabiten buscando el bien común (Stojnic, 2020). Estos modelos están vinculados con reglas, derechos, interacciones y con todas las convenciones de organizaciones sociales (Espinoza et al., 2020).
Al respecto, en estos desafíos se encuentran el deseo de lograr el respeto a la variada diversidad y que la escuela se convierta en una zona inclusiva para abordar los distintos problemas que están en el contexto real de los estudiantes (Magendzo y Gazmuri 2018, como se citó en Zamorano-Vargas y Hernández, 2020). El ejercicio activo de la identidad ciudadana la que aportaría a reforzar el sentimiento de pertenencia, identificación con los espacios públicos y compromiso con la comunidad política (Fuentes et al., 2020); por otro lado, les favorece el desarrollo de competencias ciudadanas, el que los estudiantes tengan oportunidades de involucrarse en resolver desafíos o situaciones vivenciales de la ciudad, el realizar seguimiento a situaciones de relevancia para la comunidad, así como participando de la resolución de situaciones conflictivas o problemáticas del contexto (Flores-González y García-González, 2014).
Las reglas de aprendizaje se definen como un conjunto de normas que regulan las vivencias interpersonales de las diferentes personas para alcanzar los fines, objetivos y propósitos institucionales (Zayas et al., 2017). Asimismo, regulan la conducta de todos, de arreglo al rol que asumen en los diversos ámbitos de la existencia de la escuela, en función de las metas en común (Sonneveld et al., 2022). Por otro lado, la comisión de convivencia se concreta en la escuela por medio de un reglamento claro, con actividades culturales, recreativas y deportivas participativas, con apoyo de aliados externos para atender los estudiantes en situaciones de riesgo . De la misma manera, el papel de la gestión escolar es esencial en la convivencia, estas deben orientar acciones positivas en los subgrupos inconstantes dentro de las aulas, estas relaciones varían en cada salón de clases, donde existen algunas expresiones de violencia escolar que pueden ser directas, estructurales y culturales (Rodríguez-Figueroa, 2021; Cruz y Valentin, 2017).
Con respecto a la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos, es importante recordar que en el contexto escolar, los saberes que se promueven en las aulas, que se transmiten y cómo transitan los estudiantes en la escuela; se debe prestar atención a los contenidos del currículo y a las interacciones, observar si son o no relevantes a los intereses y aspiraciones de los estudiantes (Ortiz et al., 2018; Rodriguez et al., 2022); además, la labor técnico pedagógica en torno a saberes significativos para los estudiantes promueven formas y espacios de inclusión escolar (Garino, 2018). Por otro lado, el docente debe también brindar y facilitar a diario actividades de aprendizaje a sus estudiantes en ambientes educativos diseñados para atender a las necesidades de cada uno de sus estudiantes, maximizando su participación y desarrollando interacciones positivas en las diversas actividades académicas y extraescolares (Pérez y Ochoa, 2017; Martínez-Usarralde, 2021). Por otro lado, Richard (2017) mencionó que hay principios generales que rigen y orientan las políticas, planes de trabajo, estrategias pedagógicas y prácticas en la escuela con la finalidad de atender a los estudiantes de forma efectiva e inclusiva. En la misma línea, Fernández-Prados et al. (2020) consideraron la importancia de la participación de todos los actores educativos implicados en el fomento y logro de políticas y propósitos educativos para asegurar la equidad y la calidad que se aspira en la sociedad.
En el proceso enseñanza y aprendizaje en el que tiene fundamental importancia el trabajo en equipo, los adolescentes pueden tener sus propias experiencias directas, siendo negadas y no bienvenidas las contribuciones individuales en sus interacciones interpersonales de la vida escolar; estas experiencias pueden incluir que se ignoren o desestimen las opiniones de uno, que no se le trate como un activo o un miembro valioso de un grupo, y que se le excluya de la toma de decisiones debido a su origen étnico, raza o género (Fuligni et al., 2022). Asimismo, Supardi (2022) manifiesta que se requiere una interacción directa o indirecta entre los estudiantes, así como entre maestros y estudiantes, para desarrollar las habilidades sociales de los estudiantes de manera efectiva.
De igual manera, Netty et al., (2021) mencionan que hay diversas estrategias de trabajo en equipo como los juegos que pueden hacer que los estudiantes se relajen, aprendan a expresar sus ideas más fácilmente y mantenerlos involucrados en una competencia. Adicionalmente, Latorre y Serrano (2019) enfatizan que el trabajo en equipo admite la ejecución de acciones que se realizan en conjunto, más allá de participar en una misma área física, es preciso señalar que no todos los trabajos grupales conllevan a un trabajo en equipo. Mientras que, Jaramillo-Valencia et al., (2021) agregan que la disposición y actitud de llegar a consensos con los pares es para lograr el éxito del producto que conlleva a algo más que la usual delegación de trabajos individuales, dichas relaciones dan fe de las prácticas idóneas.
El abordaje de la convivencia y participación en los aprendizajes en las escuelas se viene replanteando en el currículo, esta acción facilita delimitar las competencias y las capacidades del alumno para usar el conocimiento adquirido en diversas situaciones de su vida; de allí, la importancia de que el currículo sea contextualizado a las brechas formativas de los diferentes grados de estudiantes del nivel primaria y secundaria y debe estar organizado para la preparación de la educación superior (Tang et al., 2022), estos saberes básicos deben ser la base para la vida (Palacios-Mena et al., 2020; Zayas et al., 2017); por ello, la planificación escolar debe precisar la cultura básica, los saberes fundamentales que los futuros ciudadanos deben dominar al terminar la escolaridad, para que puedan proseguir sus estudios, formarse profesionalmente y poder adaptarse al empleo en el desarrollo de su vida (Bolívar, 2009).
Asimismo, Flores-Verduzco et al., (2020) mencionaron que el ambiente escolar es un constructo multidimensional que se puede definir como el conjunto de relaciones que se dan entre los miembros de una comunidad escolar. Por otro lado, de acuerdo Ávalos y Berger (2021) la intervención en la elaboración y dar el significado a las normas de convivencia en zonas públicas instauran el eje en la formación y participación ciudadana en la escuela por ser este un microsistema social, la escuela es un espacio de funcionamiento de formación política, de aprendizajes de un régimen de justicia, de aprendizaje de valores, solución de conflictos y situaciones de aprendizaje que repetirán los futuros estudiantes en los diversos cargos que accedan en diversos espacios de la comunidad cuando sean mayores de edad.
En esta línea, para el presente estudio se planteó el objetivo: determinar los aprendizajes básicos de participación ciudadana de los estudiantes de primaria y secundaria de una institución pública de Abancay (Perú).
MÉTODO
Se utilizó un diseño no experimental, transversal, descriptivo-comparativo (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018), la muestra de indagación no probabilística por conveniencia estuvo conformada por 267 estudiantes de un colegio público Abancay-Apurímac (Perú); de los cuales 121 fueron de primaria (5to=68 y 6to=53) y 146 de secundaria (1ro=51, 2do=35, 3ro=60), de ambos sexos (106 mujeres y 161 varones) cuyas edades fluctuaron en el rango 10-16 años. Los participantes fueron evaluados con la técnica de la encuesta; para ello, se utilizó el Cuestionario Aprendizajes Básicos de Ciudadanía (ABC), compuesta por 16 reactivos y cuatro dimensiones (Reglas= 6 reactivos, Tolerancia e inclusión= 4 reactivos, Trabajo en equipo= 3 reactivos y Convivencia y participación= 3 reactivos); cuyas categorías son: nunca (1), casi nunca (2), a veces (3), casi siempre (4), siempre (5). Con la finalidad de conseguir la información se realizaron previamente los contactos con los posibles participantes para obtener el consentimiento y asentimiento informado antes de aplicar el Cuestionario (Vergara-Lope Tristán et al., 2021). Una vez obtenida la aceptación, se envió el ABC para ser respondidas en formato Google Forms para su almacenaje en el Excel. La información recabada fue procesada con el paquete SPSS25 y el estadístico Kruskal Wallis y las tablas de contingencia (Bernal, 2010).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La información de la aplicación del instrumento de ABC a estudiantes de 5to grado de primaria hasta tercero de secundaria fue procesada y los resultados se muestran en las siguientes tablas:
La información proporcionada en la Tabla 1, evidencia que, del total de 267 participantes, 37,8% muestran un nivel bajo con el uso de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC; 32,2% nivel medio y 30,0% un nivel alto de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC. Por otra parte, de los 106 participantes de sexo femenino: 31,1% se asocia con un bajo nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC; 32,1% se asocia con un nivel medio de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC| y 36,8% se asocia con un alto nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC. Además, de los 161 participantes masculinos: 42,2% están asociados con un bajo nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC, 32,3% con un nivel medio y 25,5% con un nivel alto de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC.
La información proporcionada en la Tabla 2, evidencia que, del total de 267 participantes, 42,2% muestran un nivel bajo de la dimensión de tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC; 28,8% nivel medio y 24,0% un nivel alto de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC. Por otra parte, de los 106 participantes de sexo femenino: 45,3% se asocia con un bajo nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC; 29,2% se asocia con un nivel medio de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC y 25,5% se asocia con un alto nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC. Además, de los 161 participantes masculinos: 48,4% están asociados con un bajo nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC, 28,6% con un nivel medio y 23,0% con un nivel alto de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC.
La información proporcionada en la Tabla 3, evidencia que, del total de 267 participantes, 40,8% muestran un nivel bajo con el uso de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC; 25,8% nivel medio y 33,3% un nivel alto de y trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC. Por otra parte, de los 106 participantes de sexo femenino: 34,9% se asocia con un bajo nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC; 26,4% se asocia con un nivel medio de y 38,7% se asocia con un alto nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC. Además, de los 161 participantes masculinos: 44,7% están asociados con un bajo nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC, 25,5% con un nivel medio y 29,8% con un nivel alto de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC.
La información proporcionada en la Tabla 4, evidencia que, del total de 267 participantes, 39,3% muestran un nivel bajo con el uso de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC; 28,1% nivel medio y 32,6% un nivel alto de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC. Por otra parte, de los 106 participantes de sexo femenino: 36,8% se asocia con un bajo nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC; 34,0% se asocia con un nivel medio de y 29,2% se asocia con un alto nivel de trabajo en equipo de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC. Además, de los 161 participantes masculinos: 41,0% están asociados con un bajo nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC, 24,2% con un nivel medio y 34,8% con un nivel alto de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC.
La información proporcionada en la Tabla 5, evidencia que, del total de 267 participantes, 37,8% muestran un nivel bajo con el uso de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC; 32,2% nivel medio y 30,0% un nivel alto de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC. Por otra parte, de los 51 participantes del 1ro de secundaria: 39,2% se asocia con un bajo nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC; 33,3% se asocia con un nivel medio de y 27,5% se asocia con un alto nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC. Asimismo, de los 35 participantes del 2do de secundaria: 51,4% se asocia con un bajo nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC; 28,6% se asocia con un nivel medio de y 20,0% se asocia con un alto nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC.
Además, de los 60 participantes del 3ro de secundaria: 41,7% se asocia con un bajo nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC; 41,7% se asocia con un nivel medio de y 16,7% se asocia con un alto nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC. Además, de los 68 participantes del 5to de primaria: 27,9% se asocia con un bajo nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC; 30,9% se asocia con un nivel medio de y 41,2% se asocia con un alto nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC. Por último, de los 53 participantes del 6to de primaria: 35,8% se asocia con un bajo nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC; 24,5% se asocia con un nivel medio de y 39,6% se asocia con un alto nivel de reglas de aprendizajes básicos de participación ciudadana REABPC.
La información proporcionada en la Tabla 6, evidencia que, del total de 267 participantes, 47,2% muestran un nivel bajo con el uso de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC; 28,8% nivel medio y 24,0% un nivel alto de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC. Por otra parte, de los 51 participantes del 1ro de secundaria: 54,9% se asocia con un bajo nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC; 25,5% se asocia con un nivel medio de y 19,6% se asocia con un alto nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC. Asimismo, de los 35 participantes del 2do de secundaria: 54,3% se asocia con un bajo nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC; 31,4% se asocia con un nivel medio de y 14,3% se asocia con un alto nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC.
Además, de los 60 participantes del 3ro de secundaria: 61,7% se asocia con un bajo nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC; 26,7% se asocia con un nivel medio de y 11,7% se asocia con un alto nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC. Además, de los 68 participantes del 5to de primaria: 32,4% se asocia con un bajo nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC; 30,9% se asocia con un nivel medio de y 36,8% se asocia con un alto nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC. Finalmente, de los 53 participantes del 6to de primaria: 37,7% se asocia con un bajo nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC; 30,2% se asocia con un nivel medio de y 32,1% se asocia con un alto nivel de la tolerancia e inclusión de aprendizajes básicos de participación ciudadana TOIABPC.
La información proporcionada en la Tabla 7 evidencia que, del total de 267 participantes, 40,8% muestran un nivel bajo con el uso de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC; 25,8% nivel medio y 33,3% un nivel alto de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC. Por otra parte, de los 51 participantes del 1ro de secundaria: 37,3% se asocia con un bajo nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC; 29,4% se asocia con un nivel medio de y 33,3% se asocia con un alto nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC. Además, de los 35 participantes del 2do de secundaria: 51,4% se asocia con un bajo nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC; 20,0% se asocia con un nivel medio de y 28,6% se asocia con un alto nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC.
Asimismo, de los 60 participantes del 3ro de secundaria: 53,3% se asocia con un bajo nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC; 18,3% se asocia con un nivel medio de y 28,3% se asocia con un alto nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC. Por otra parte, de los 68 participantes del 5to de primaria: 36,8% se asocia con un bajo nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC; 30,9% se asocia con un nivel medio de y 32,4% se asocia con un alto nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC. Además, de los 53 participantes del 6to de primaria: 28,3% se asocia con un bajo nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC; 28,3% se asocia con un nivel medio de y 43,4% se asocia con un alto nivel de trabajo en equipo de aprendizajes básicos de participación ciudadana TREABPC.
La información proporcionada en la Tabla 8, evidencia que, del total de 267 participantes, 39,3% muestran un nivel bajo de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC; 28,1% nivel medio y 32,6% un nivel alto de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC. Por otra parte, de los 51 participantes del 1ro de secundaria: 39,2% se asocia con un bajo nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC; 31,4% se asocia con un nivel medio de y 29,4% se asocia con un alto nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC. Además, de los 35 participantes del 2do de secundaria: 42,9% se asocia con un bajo nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC; 31,4% se asocia con un nivel medio de y 25,7% se asocia con un alto nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC.
Asimismo, de los 60 participantes del 3ro de secundaria: 56,7% se asocia con un bajo nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC; 23,3% se asocia con un nivel medio de y 20,0% se asocia con un alto nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC. De los 68 participantes del 5to de primaria: 27,9% se asocia con un bajo nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC; 29,4% se asocia con un nivel medio de y 42,6% se asocia con un alto nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC. Finalmente, de los 53 participantes del 6to de primaria: 32,1% se asocia con un bajo nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC; 26,4% se asocia con un nivel medio de y 41,5% se asocia con un alto nivel de la convivencia y participación de aprendizajes básicos de ciudadanía COPABC.
Prueba de hipótesis por sexo
Ho: No existen diferencias entre varones y mujeres en las dimensiones reglas, tolerancia e inclusión, trabajo en equipo, así como en convivencia y participación.
Ha: Existen diferencias entre varones y mujeres en las dimensiones reglas, tolerancia e inclusión, trabajo en equipo, así como en convivencia y participación.
En la información proporcionada en la Tabla 9 rango por sexo, se observa que, en la dimensión de reglas de aprendizaje el rango promedio para el sexo femenino es de 133,29 y para el sexo masculino es de 134,46; en la dimensión de tolerancia e inclusión de aprendizajes, el rango promedio para el sexo femenino es de 145,30 y para el sexo masculino es de 126,68; en cuanto al trabajo en equipo de aprendizajes el rango promedio para el sexo femenino es de 143,58 y para el sexo masculino es de 127,79, finalmente en la dimensión de convivencia y participación de aprendizajes básicos el rango promedio para el sexo femenino es de 142,31 y para el sexo masculino es de 128,61.
En la información proporcionada por la Tabla 10 , se observa que, de los resultados obtenidos del estadístico Kruskal-Wallis se puede colegir que no existen diferencias significativas entre varones y mujeres en las dimensiones de reglas, trabajo en equipo así como convivencia y participación a un nivel de confianza de 0,05; por lo que se acepta la hipótesis nula; sin embargo, en la dimensión de tolerancia e inclusión si se evidencian diferencias significativas entre varones y mujeres a un nivel de confiabilidad del 95% y con un margen de error de 5%.
Prueba de hipótesis por grado
Ho: No existen diferencias entre grados en las dimensiones reglas, tolerancia e inclusión, trabajo en equipo, así como en convivencia y participación.
Ha: Existen diferencias entre grados en las dimensiones reglas, tolerancia e inclusión, trabajo en equipo, así como en convivencia y participación.
En la información proporcionada en la Tabla 11 rango por grados, se observa que, en la dimensión de reglas de aprendizaje, el rango promedio para el 5 grado de primaria es de 148,37, para el 6 grado de primaria es de 139,27, para el 1 de secundaria es de 125,32, para el 2 de secundaria es de 105,07 y para el 3 de secundaria es de 136,54; en la dimensión de tolerancia e inclusión de aprendizajes, el rango promedio para el 5 grado de primaria es de 148,21, para el 6 grado de primaria es de 149,60, para el 1 de secundaria es de 124,31, para el 2 de secundaria es de 119,81 y para el 3 de secundaria es de 119,65; en cuanto al trabajo en equipo de aprendizajes el rango promedio para el 5 grado de primaria es de 136,80, para el 6 grado de primaria es de 154,76, para el 1 de secundaria es de 130,39, para el 2 de secundaria es de 115,47 y para el 3 de secundaria es de 125,53, finalmente en la dimensión de convivencia y participación de aprendizajes básicos el rango promedio para el 5 grado de primaria es de 140,00, para el 6 grado de primaria es de 134,83, para el 1 de secundaria es de 129,59, para el 2 de secundaria es de 101,97 y para el 3 de secundaria es de 148,49.
De la información proporcionada por la Tabla 12 del estadístico de prueba Kruskal Wallis, se puede deducir que, no existen diferencias significativas entre grados académicos con la dimensión de reglas o normas y trabajo en equipo, a un nivel de confianza de 0,05; por lo que se acepta la hipótesis nula; por el contrario, en la dimensión de tolerancia e inclusión, así como en convivencia y participación se evidencian que si existen diferencias significativas entre los grados a un nivel de confiabilidad del 95% y con un margen de error de 5%.
Discusión
Los resultados obtenidos en el estudio llevado a cabo evidenció que no existen diferencias significativas entre el sexo femenino y masculino en las dimensiones de reglas, trabajo en equipo así como en la convivencia y participación, este resultado concuerda con Ávalos y Berger (2021), quienes mencionaron sobre el nivel de participación alcanzado a partir de la “construcción colectiva” con los diferentes actores, desde su propia percepción y proceso de deconstrucción de la cultura escolar, generando un producto nuevo para la participación, las reglas consensuadas para el trabajo colaborativo permiten identificar los patrones de relación con la perspectiva de conseguir una sana convivencia. Por otro lado, Barnason et al. (2022) mencionaron que los programas de participación de los jóvenes deberían ofrecer incentivos de cooperación para reducir el abandono y desarrollar resultados de intervención cívica, alentar relaciones sólidas con adultos e implementar plataformas de comunicación para que los jóvenes usen sus voces para hacer contribuciones programáticas significativas.
Otro aspecto del resultado de esta investigación se encuentra en la dimensión de tolerancia e inclusión en la que se evidencian diferencias significativas entre varones y mujeres a un nivel de confiabilidad del 95%, que concuerda con los resultados encontrados, en este estudio concluyen que una nueva generación de mujeres se está preparando para ser parte de la esfera pública como demuestran a diario los ejemplos de mujeres políticas, médicas, ingenieras, docentes, activistas y otras que están tomando la delantera en demostrar que la representación y la participación cívica y política se pueden hacer de otra manera. Las mujeres jóvenes están mostrando un más amplio e inclusivo activismo, inspirándose desde su afiliación religiosa para reforzar su solidaridad externa y la participación en las principales estructuras políticas para hacer reclamos sobre cuestiones no exclusivas y religiosas (Enchikova et al., 2019).
La indagación evidenció que no existen diferencias significativas entre la dimensión reglas o normas y los grados de estudio, esta información contrasta a los hallados por (Ávalos y Berger, 2021), quienes mencionan que las normas pueden ayudar a organizar las interacciones, prevenir escenarios de violencia, generar que las normas enunciadas tengan un propósito en los grupos educativos que apuestan en su práctica (Miyazaki et al., 2017).
Asimismo, se evidenció que no existen diferencias significativas entre los grados de estudio y las dimensiones de trabajo en equipo; estos resultados contrastan con Jaramillo-Valencia y Quintero-Arrubla (2021) que consideran que hay diferencias de participación de acuerdo a la edad cronológica en la medida que el cooperativismo es más latente en actividades grupales con poblaciones de menor edad; asimismo, indican que en los adolescentes, sus caracteres para trabajar en forma colaborativa, demandan mayor madurez y observación de sus pares y tutores, ya que su carácter maleable y de emancipación para el aprendizaje, depende de cuán competentes pueden ser para decidir seguir los procesos de ser miembros del colectivo.
Además, fueron encontrados hallazgos de asociación significativa entre la dimensión de tolerancia e inclusión y el grado de estudios, este resultado se reafirma en la investigación de Rodriguez et al., (2022) quienes concluyen que los estudiantes aceptados por los pares de manera amigable manifiestan ascendentes niveles de satisfacción con el centro educativo; mientras que, quienes no experimentan tal aceptación o rechazados exteriorizan menor satisfacción con su escuela.
Los resultados de la dimensión de la convivencia y participación, evidencian resultados significativos entre grados a un nivel de confianza del 95% y con un margen de error de 5%, en disonancia con estos resultados, las conclusiones de la investigación Pérez y Ochoa (2017) evidencian que los diversos espacios, la manifestación de opiniones y formas de participación en la escuela son limitados; para superar esta situación recomiendan promover el trabajo de proyectos en el aprendizaje, porque son elementos importantes que permiten a los estudiantes modificar sus ideas y llevar a cabo experiencias de participación genuina, ser atendidos e influir en diversos contextos donde se desenvuelven (Flores-Verduzco y Fraijo-Sing, 2020). Por otro lado, Weinberg (2022) mencionó que un clima de aula abierta que invoca cuestiones sociales y políticas en el aprendizaje diario pueden impulsar la participación expresiva y electoral de los jóvenes y cerrar las desigualdades participativas en la misma, mientras que el contacto político entre estudiantes y políticos o instituciones políticas puede ampliar esas desigualdades.
CONCLUSIONES
Al realizar la contrastación de los aprendizajes básicos de ciudadanía de los estudiantes con sus respectivas dimensiones, se observó que no existen diferencias significativas entre el sexo y las reglas, trabajo en equipo, convivencia y participación; por otro lado, se observó diferencias entre varones y mujeres en la tolerancia e inclusión, lo cual demuestra que las mujeres son más inclusivas y tolerantes, estas brechas por género son un reto para el abordaje pedagógico en el ámbito de la escuela, se necesita un cambio de paradigma para superar esta dificultad pues la tolerancia e inclusión son una de las bases de la formación ciudadana.
Se demuestra al hacer el análisis inferencial, que no existen diferencias significativas inter grados en cuanto a las dimensiones de reglas, trabajo en equipo mientras que si existen diferencias significativas en tolerancia e inclusión con convivencia y participación, estas evidencias son una demanda de que los estudiantes necesitan desarrollar aprendizajes básicos de ciudadanía para poder relacionarse entre pares, adaptarse, aceptar la diversidad y solucionar diversos problemas de su contexto; asimismo, servirá para el desarrollo en todas las áreas y etapas de la vida.
Al analizar la percepción del total de los estudiantes de diversos grados respecto a las dimensión de convivencia y participación básica ciudadana se concluye que se deben implementar espacios de participación, dialogo y toma de decisiones, fomentar prácticas de convivencia en las que el respeto, la aceptación de diferencias no dejen lugar a la discriminación, el prejuicio, el acoso; asimismo, se debe fomentar el abordaje de problemáticas, el análisis crítico reflexivo, propuesta de compromisos personales y colectivos para desarrollarse y tener una mejor calidad de vida.
Finalmente, se recomienda continuar realizando estudios de este tema, a través de otros diseños de investigación que pueden ser cualitativos, cuantitativos o mixtos para profundizar la situación de la participación ciudadana de los estudiantes de la educación básica regular en los diferentes contextos desde una mirada local, global de la ciudadanía, con la finalidad de mejorar las intervenciones en el aula, planificación de la gestión escolar y las políticas públicas.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.