INTRODUCCIÓN
La pandemia del COVID-19 es un suceso global, Ramanathan et al., (2020) resaltan el pronóstico del Banco Mundial en el sentido que ocasionará un receso mundial incluso peor desde la Segunda Guerra Mundial. Al respecto, Dodd et al., (2021) refieren que muchos países decretaron medidas extraordinarias para detener la propagación del coronavirus SARS-CoV-2; como el uso de mascarillas, distanciamiento social, desinfección de manos, se cerraron las fronteras, entre otras medidas. La pandemia empezó a mostrarse devastadora. En ese contexto, De Pasquale et al., (2021) resaltan los posibles efectos negativos del COVID-19. De la misma manera, Rossi et al., (2020) indican que un estudio realizado en Italia mostró una alta tasa de síntomas de estrés postraumático, depresión, ansiedad, insomnio y trastornos de adaptación. Asimismo, Wang et al. (2020) en una investigación realizada en China descubrieron una alta prevalencia de trastornos del sueño y síntomas generalizados de trastorno de ansiedad, especialmente en jóvenes y profesionales de la salud.
En ese contexto, el COVID-19 afectó la educación universitaria, Chiu et al., (2021) refieren que los docentes y estudiantes, de manera brusca y obligada, pasaron del modelo de enseñanza presencial a un escenario de aprendizaje en línea. Dodd et al., (2021) resaltan que las universidades australianas se cerraron y por tanto las clases fueron suspendidas. A decir de Coman et al., (2021); Cabrera et al., (2020); y Huddart et al., (2020), las universidades se vieron obligadas a adaptar el proceso educativo para el aprendizaje en línea, muchos de ellos optaron por la integración de plataformas de enseñanza virtual.
De acuerdo a Korolev (2020) la UNESCO define la educación a distancia como la pedagogía que es proporcionada en su totalidad o en parte por personas separadas de los alumnos en tiempo y espacio, ya que las comunicaciones electrónicas se llevan a cabo de forma remota entre las partes del proceso formativo. En palabras de Bansak y Starr (2021) las teorías educativas modernas se han centrado en la importancia del autoaprendizaje, considerando al estudiante como el centro del proceso educativo.
Fedorenko et al., (2019) y McBrien et al., (2009), señalan que la enseñanza a distancia se considera un fenómeno moderno de la formación como resultado del rápido desarrollo de la tecnología de la información. Según Cojocariu et al., (2014) existe una plétora de sinónimos de educación a distancia: “aprendizaje en línea, aprendizaje abierto, aprendizaje basado en la web, aprendizaje mediado por computadora, aprendizaje electrónico y m-learning”; cuyo factor común es la facultad de aprovechar una computadora conectada a una señal de internet desde cualquier lugar, momento, ritmo y medio. Dhawan (2020) y Basilaia (2020) resaltan que el aprendizaje en línea es vanguardista y adaptable, el mismo que logra que el proceso de enseñanza y aprendizaje gire alrededor del estudiante y lo define como el adiestramiento en entornos digitales sincrónicos o asincrónicos utilizando diferentes dispositivos, teléfonos móviles, computadoras portátiles, etc. Puesto que, el aprendizaje sincrónico se da cuando los estudiantes asisten a clases en vivo, la comunicación es en tiempo real y bidireccional. McBrien et al., (2009) manifiesta que el aprendizaje sincrónico puede brindar muchas oportunidades para la interacción social. En cuanto al aprendizaje asincrónico, las clases no son en vivo sino en diferentes sistemas y foros, la respuesta no es en tiempo real.
La investigación de Henderson et al., (2015) recalca que el uso de la tecnología en el aprendizaje en línea tiene dos tipos de recursos: el primero, tecnologías digitales “oficiales” proporcionadas por las universidades como la biblioteca en línea, sitios web universitarios, plataformas para impartir enseñanza y compartir contenido como el Zoom, Blackboard, entre otros. El segundo, tecnologías digitales “no oficiales” que se utilizan con frecuencia como los motores de búsqueda en internet, sitios web académicos no proporcionados por la universidad para buscar artículos de algún tema de interés y sitios de Redes Sociales.
De acuerdo a Manca (2020) las redes sociales aumentan el trabajo colaborativo, el aprendizaje tradicional y, por tanto, mejora el logro académico. Stockdale y Coyne (2020) y Coman et al., (2021) argumentan que el objetivo y las funciones de los sitios de redes sociales son facilitar a los usuarios el intercambio de correos electrónicos, agregar amigos, crear perfiles personales, unirse a grupos, desarrollar aplicaciones y ubicar a otros usuarios. Roblyer et al., (2010) resaltan que el sistema de comunicación se ha trasladado a otros campos como el sistema educativo. Según Alismaiel et al., (2022) el aprendizaje colaborativo es el ambiente en el que dos o más personas estudian o pretenden aprender algo nuevo, resaltando el rol de diversas plataformas de redes sociales. Para Vizcaya-Moreno y Pérez-Cañaveras (2020) en los países de la Unión Europea la educación superior incorpora dispositivos móviles inteligentes y redes sociales como parte de los métodos de enseñanza, como YouTube, Facebook, WhatsApp, Twitter, entre otros.
Voorn y Kommers (2013); Seitebakeng (2018) y Kabir et al., (2021) aluden que las experiencias académicas de los estudiantes pueden verse influenciadas por la comunicación en línea, con las redes sociales ayudándolos a adaptarse más fácilmente a la vida universitaria y creando conexiones entre los estudiantes, sus pares y los profesores. De igual manera, Latifah (2013) en comparación con el sistema educativo convencional, las redes sociales tienen un mayor impacto tanto en docentes como en estudiantes, ya que ofrecen la posibilidad de conectarse y colaborar de una manera más fácil. Maâloul y Bahou (2021) realizan una propuesta muy interesante, al señalar que el aprendizaje en línea debe ser “inteligente”, para lo cual propone un modelo de “perfil social” del estudiante utilizando métodos de machine learning. Dicha propuesta consiste en predecir y determinar las preferencias del estudiante a partir de la información compartida en sus diferentes redes sociales. Lo que permite construir el perfil del estudiante para proporcionarle recursos educativos, contenidos y artículos relevantes para sus intereses o necesidades específicas en las redes sociales.
El presente estudio se justifica porque la pandemia es un suceso relativamente nuevo, cuyas vacunas se hicieron efectivas en el 2021. Por tanto, aún falta mucho por explorar respecto de sus efectos mediadores. Sin embargo, la resiliencia de los principales actores del sistema educativo obligó la reinvención para continuar con el proceso de enseñanza y aprendizaje, para lo cual las redes sociales jugaron un papel preponderante. Consecuentemente, el objetivo de este artículo es identificar los efectos mediadores de las redes sociales en la educación en línea de la educación superior en el contexto de la pandemia.
METODOLOGÍA
El estudio se desarrolló amparado en el diseño de revisión sistemática, los artículos de investigación científica se ubicaron en la base de datos SCOPUS. Previamente se identificaron las palabras clave de las variables. Con respecto a la variable educación a distancia se utilizó el tesauro de la UNESCO. Asimismo, se usó el tesauro de Descriptores en Ciencias de la Salud - DeCS para la variable COVID-19. Dichas palabras se usaron para ubicar los artículos a través del título, resumen y palabras clave de las investigaciones. Posteriormente, se elaboró la respectiva formula de búsqueda en la base de datos referida, la misma que se ejecutó el 06 de junio 2022; de acuerdo al detalle siguiente:
OA(all) and (TITLE-ABS("Mlearning") or TITLE-ABS("Online learning") or TITLE-ABS("M-learning") or TITLE-ABS("Mobile learning") or TITLE-ABS("E-learning") or TITLE-ABS("Virtual learning") or TITLE-ABS("Electronic learning")) AND (TITLE-ABS("Postsecondary education") OR TITLE-ABS("University education") OR TITLE-ABS("Higher education institutions") OR TITLE-ABS("Higher science education") OR TITLE-ABS("Postgraduate courses") OR TITLE-ABS("higher education") OR TITLE-ABS("University courses") OR TITLE-ABS("University curriculum") OR TITLE-ABS("University students")) AND (TITLE-ABS("SARS-CoV-2") OR TITLE-ABS("covid-19") OR TITLE-ABS("2019 New Coronavirus") OR TITLE-ABS( "2019 novel coronavirus") OR TITLE-ABS ("2019-nCoV") OR TITLE-ABS ("Betacoronaviruses") OR TITLE-ABS ("HCoV-HKU1") OR TITLE-ABS ("Human coronavirus HKU1") OR TITLE-ABS ("Novel coronavirus (2019-nCoV)") OR TITLE-ABS ("Pipistrellus bat coronavirus HKU5") OR TITLE-ABS ("Rousettus bat coronavirus HKU9") OR TITLE-ABS ("Severe Acute Respiratory Syndrome Coronavirus 2") OR TITLE-ABS ("Tylonycteris bat coronavirus HKU4") OR TITLE-ABS ("Wuhan coronavirus") OR TITLE-ABS ("Wuhan seafood market pneumonia virus")) AND (TITLE-ABS("Social media") OR TITLE-ABS("Social networks")) AND PUBYEAR > 2019 AND DOCTYPE(AR).
Con esta búsqueda se ubicaron 28 artículos, a los cuales se aplicaron los criterios de inclusión: (a) Investigaciones de artículos originales, (b) Documentos escritos en inglés, desde 2020 hacia adelante, (c) Artículos sobre redes sociales en la educación superior en época de pandemia COVID-19. Con respecto a los criterios de exclusión se consideraron (a) Artículos de revisión de sistemática, revisiones de literatura, conferencias, entre otros, (b) Duplicidad de documentos. Quedaron elegidos 27 artículos, lo que se refleja en el diagrama de flujo PRISMA, Figura 1:
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
Las palabras clave utilizadas en los 27 artículos de investigación fueron analizadas. Se observó que se usaron 121 palabras clave diferentes. Las palabras clave más frecuentes se muestran en la Figura 2.
Cuando se examinó la Figura 2, se observó que las palabras clave más utilizadas en la disertación de los artículos fueron: COVID-19, redes sociales, comunicación en línea, aprendizaje en línea, educación superior. El hecho de que estas palabras clave forman parte de las variables principales del presente estudio no podría decirse que sea de extrañar.
Se observa en la Figura 3, que el 82% de artículos revisados corresponden a investigaciones con enfoque cuantitativo cuyo instrumento de investigación fue el cuestionario en línea. El 11% a investigaciones con enfoque cualitativo y 7% a investigaciones con estudio mixto, cuantitativo y cualitativo.
En relación a la Figura 4, vinculado a los años de publicación, se encontró que el 52% corresponde al 2021, 30% al 2022 y 18% al 2020.
Por otro lado, se vio que las investigaciones y las disertaciones en el ámbito del estudio se desarrollaron en 28 países. Es preciso indicar que la investigación de Cohen et al. (2022) se realizó en dos países, Israel y Australia. La Tabla 1 muestra los países relacionados.
De acuerdo con la Tabla 1, la mayoría de los estudios se realizaron en Malasia con 18.52%, Indonesia 14.81% Arabia Saudita 7.41%, Egipto 7.41% e India 7.41%. Este grupo mayoritario representa el 55.56%. Este hallazgo demuestra el liderazgo de los países asiáticos por la investigación respecto de los efectos mediadores de las redes sociales en el aprendizaje en línea de la educación superior.
La Tabla 2 muestra los autores de los artículos científicos y las redes sociales. Al mismo tiempo, se describe los resultados resaltantes de los efectos mediadores.
Se evidencia que los artículos objeto del presente estudio, analizaron diversas redes sociales. Algunos vincularon una sola plataforma, mientras que la gran mayoría lo hicieron usando dos o más entornos virtuales. En esa línea, de la Tabla 2, se observa que 20 artículos, analizaron el Facebook. Este dato concuerda con DataReportal (2022) en el que señala a Facebook como la plataforma de red social más usada a nivel mundial. Cinco investigaciones, utilizaron el WhatsApp; 11 investigaciones usaron el Instagram; ocho emplearon el Youtube; seis el Twitter; tres el Wikipedia; dos investigaciones usaron Linkedin, Viber, Snapchat y Tik Tok; mientras que MySpace, WeChat, Skype y Pinteres se usaron una sola vez. Es preciso señalar que cuatro investigaciones (Cojocaru et al., 2022); (Xu et al., 2022); Margarida et al. (2021) y Khan et al., (2021) no especificaron el tipo de plataforma usados.
Ahora bien, el uso de las redes sociales podría originar problemas en los estudiantes de la educación superior. Por consiguiente, cuatro investigaciones, el 14.81%, señalan que el uso de estas plataformas digitales tiene efectos mediadores negativos. Según Kong (2022) el alto uso de dichos entornos está asociado a síntomas de depresión. En palabras de Sarnou (2021) las notificaciones virtuales causan distracción en los estudiantes. En esa línea, Salim et al., (2022) manifiestan que su uso conlleva a diversos factores de riesgo como la fatiga, problemas mentales y perjudica la calidad de sueño. Loh et al., (2021) acotan que el tecnoestrés y el agotamiento perjudica el aprendizaje en línea. Por lo tanto, se puede inferir que el uso de estas plataformas digitales aflora el riesgo de problemas de salud mental mientras estudian en línea.
Solo una investigación mencionó que se usó el Facebook para realizar una encuesta en línea. Es decir, no fue utilizado para investigar su impacto en los estudiantes de educación superior en el contexto de la pandemia (De Pasquale et al., 2021).
Hay 22 investigaciones, el 81.48%, que demuestran que el uso de las redes sociales está vinculado a efectos positivos. Al respecto, dos investigaciones descubrieron los efectos mediadores ligados a la actividad física y deporte (Cojocaru et al., 2022) y (Xu et al., 2022). De igual manera, Moy y Ng (2021) apuntan que las plataformas digitales de las redes sociales fueron utilizadas para cooperar y aportar en la publicación de mensajes de salud como la depresión, ansiedad y estrés; y así mejorar las respuestas psicoconductuales al COVID-19. Asimismo, siete investigaciones señalan que las redes sociales ayudan a la comunicación y/o colaboración con otros estudiantes, a compartir material educativo, la motivación, las plataformas de las redes sociales son más fáciles de usar, permite la conectividad con estudiantes de otros países Cohen et al., (2022); Mahasneh et al., (2021); Mulyono et al., (2021); Chandrasinghe et al., (2020); Ting y Essau (2021); Prihadi et al., (2022); y Margarida et al., (2021). En consecuencia, se deduce que las plataformas digitales de las redes sociales son importantes para la conectividad y comunicación entre los estudiantes del nivel superior.
Agregando a lo anterior, 12 investigaciones: Agrawal y Krishna (2021); Alismaiel et al., (2022); Vizcaya-Moreno y Pérez-Cañaveras (2020); Kabir et al., (2021); Coman et al., (2021); Maâloul y Bahou, (2021); Sobaih et al., (2020); Sobaih y Hasanein (2022); Khan et al., (2021); Mulyani (2021); Ritonga et al., (2020); Malinao y Sotto (2022) concuerdan que entre los efectos mediadores positivos están asociados al proceso de enseñanza y aprendizaje. Reduce la desconfianza, aumenta influencia positiva en el rendimiento académico, ayuda al aprendizaje colaborativo, implica un medio muy utilizado para entregar el material educativo, apoya la motivación, aumenta la conciencia sobre su profesión, es más apropiado para la actividad didáctica, promueve el aprendizaje social, optimiza el aprendizaje electrónico, entre otros efectos.
CONCLUSIONES
Los hallazgos de este estudio dan una idea de la importancia de explicar a los estudiantes los efectos, positivos y negativos, que podría ocasionar el uso los entornos virtuales. En consecuencia, se ha vuelto imperativo aprender a tomar medidas con moderación y precaución para ayudar a mantener la salud mental. En ese contexto, es necesario saber usar las plataformas de las redes sociales, organizar el empleo de los dispositivos inteligentes, como la telefonía móvil, para el aprendizaje en línea, aprender a gestionar el tiempo y aumentar la conciencia sobre la salud mental. Por otro lado, la emergencia sanitaria mundial devela aumentar la infraestructura tecnológica del sistema educativo, ampliar la oferta pedagógica de los docentes y el repertorio de aprendizaje de los estudiantes. Consecuentemente, se puede inferir que el aprendizaje en línea se ha convertido en un elemento integral en la vida académica de los estudiantes desde la aparición del coronavirus, dando así una connotada utilidad al uso potencial de las tecnologías digitales. Por consiguiente, es importante formar una cultura tecnológica creativa en los estudiantes a partir del uso de métodos activos de enseñanza y aprendizaje.
Finalmente, esta revisión tiene algunas limitaciones. No se analizan los métodos o procedimientos estadísticos para verificar los efectos mediadores. Este tipo de revisión podría ayudar a identificar los posibles problemas o procedimientos inadecuados para asegurar los efectos mediadores, pero cae en una revisión metodológica que no era nuestro objetivo. Dicho esto, se pretende que este estudio se convierta en una posible fuente de investigación futura.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.