INTRODUCCIÓN

El estallido de la emergencia sanitaria causada por la enfermedad de la COVID-19 afectó el normal desarrollo de las experiencias de aprendizaje en Perú y el mundo debido a las medidas adoptadas de confinamiento obligatorio para salvaguardar la salud de la población. Distintos gobiernos decidieron establecer la modalidad de enseñanza virtual, remota o a distancia; esto implicó una situación desafiante para el sistema educativo (^{Álvarez et al., 2020}); sin embargo, los años 2020 y 2021 permitieron tener un mejor conocimiento de cómo se trasmitía la enfermedad; más la aparición de las vacunas permitió, en cierta medida, que los ciudadanos se reintegren a las actividades normales como el retorno a las aulas (^{Villarroel et al., 2021}).

Con respecto al desarrollo de las actividades escolares, se dieron varios cuestionamientos al inicio de la emergencia sanitaria; por ejemplo, se debatió si la modalidad implementada sería de calidad y permitiría conseguir los aprendizajes esperados (^{Gonzales-Sánchez et al., 2021}) además fue una situación retadora tanto para estudiantes como docentes porque no estaban preparados por tres razones importantes: 1) La carencia de competencias digitales (^{Picón et al., 2020}). De acuerdo ^{Vialart (2020}) los docentes estaban acostumbrados a la clase magistral o expositiva en el aula. El empleo de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) se limitó, en varias escuelas, a las clases de cómputo y solo eran empleadas por los maestros para archivar información, fue necesario implementar estrategias que permitieran el desarrollo de las habilidades digitales. En Perú, una alternativa fue brindar a los maestros cursos en líneas mediante la plataforma PeúEduca del Ministerio de Educación (MINEDU) donde se impartió recursos y estrategias para poder desarrollar las clases mediante los dispositivos móviles o computadoras. 2) Las afecciones emocionales en los miembros de la comunidad educativa: docentes, estudiantes y padres de familia afrontaron una situación de incertidumbre de cuál sería la evolución de la pandemia; las noticias poco alentadoras recibidas en un inicio generaron cuadros de ansiedad y estrés, limitando el normal desarrollo de las actividades académicas (^{Ramírez-Coronel et al., 2020}). 3) La tercera razón fue que los hogares se convirtieron en escuelas; en tal sentido, los padres no contaban con la preparación necesaria para orientar y acompañar a sus hijos, una de las limitaciones fue no contar con acceso a internet porque, en Perú, una dificultad develada fue las brechas digitales (^{Anaya et al., 2021}) que impidieron llevar las clases online, además la estrategia impulsada por el MINEDU, Aprendo en Casa, también estuvo afectada porque, en las zonas rurales más alejadas, no llegaba la señal (^{Gómez y Escobar, 2021}). Estas dificultades determinaron, en los padres de familia, poca predisposición de brindar atención a sus hijos y continuar con una adecuada formación académica (^{Janampa et al., 2021}).

Fue en el escenario retador de la emergencia sanitaria que, desde la escuela, se debió implementar acciones para conseguir los aprendizajes requeridos en los estudiantes mediante la RV Nº 093 (MINEDU, 2020) “orientaciones pedagógicas para el servicio educativo de Educación Básica durante el año 2020 en el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus COVID-19”; se priorizaron contenidos curriculares, dándose mayor importancia a los temas sobre protección de salud y competencias socioemocionales; asimismo, este documento incluyó las recomendaciones a seguir por los padres de familia como únicos responsables de los aprendizajes de sus hijos.

Sin embargo, las autoridades del MINEDU emitieron normativas con respecto al progreso académico de los estudiantes. En Perú, durante los años 2020 y 2021, se dio la promoción guiada, esta consistió en anular la repitencia debido a las limitaciones para el desarrollo de competencias y capacidades en cada ciclos de la educación peruana; vale decir, todos los alumnos pasaban de año bajo ciertas condiciones de tres etapas: la primera fue que se entregó un portafolio de autoaprendizaje llamado carpeta para que, en los meses de enero y febrero de forma autodirigida, desarrollaran una serie de actividades, las cuales posibilitarían las mejoras de competencias y capacidades, siendo evaluadas por docentes, quienes debían buscar alguna estrategia para monitorear durante el proceso; la segunda fue que, al retorno al año escolar, seguiría fortaleciéndolas y una última etapa que seguiría en los siguientes semestres.

La socialización de la promoción guiada en la escuelas fue fundamental para hacer entender a los miembros de la comunidad educativa cuáles eran sus etapas y condiciones; lamentablemente, esto provocó que los estudiantes en el período lectivo 2021 se sintieran bastante cómodos de no esforzarse porque sabían que, al final del año, igual pasarían; en tal sentido, los maestro debieron ejecutar sus dotes de persuasión y dominio de profesión, buscando conectar con los discentes y motivarlos para que fueran persistentes en sus estudios.

De acuerdo a lo antes expuesto, surgieron interrogantes como ¿cuál sería el rendimiento académico de los estudiantes en este contexto? Este se mide de acuerdo a índices o notas y, sobre ellos, se recargan múltiples factores (^{Rodríguez et al., 2021}). En la escuela peruana, los indicadores de logros se expresan en calificaciones que se brindan de forma literal desde la educación inicial hasta el sexto ciclo son: AD, A, B y C; en el séptimo ciclo, es vigesimal (MINEDU, 2016); por disposiciones pedagógicas, fue que se decidió dejar las notas en blanco hasta final de año; por tal motivo, a los docentes se les dificultó dar orientaciones precisas a los padres de familia sobre el progreso de sus hijos.

Resulta necesario precisar que la educación peruana contiene características particulares de la forma como se imparte el servicio educativo, porque se cuentan con escuelas de gestión pública y gestión privada; el panorama poco alentador se dio principalmente en las primeras porque las escuelas privadas, en su gran mayoría, pudieron invertir con plataformas fáciles de utilizar; además de contar con estudiantes solventes para seguir las clases virtuales e implementar estrategias de gamificación que hicieran más amigables las experiencias de aprendizaje. Para se formuló como objetivo de estudio analizar el rendimiento académico en escolares durante la emergencia sanitaria.

METODOLOGÍA

Se empleó la revisión narrativa, para lo cual se tuvieron algunos criterios en la selección para la búsqueda como acceder a gestores de información online como Scielo, WOS y Scopus, empleando los filtros de búsqueda avanzada dado el importante número de artículos contenidos en estas bases de datos, la selección fue de la siguiente manera: primero se priorizaron publicaciones que se encontraban entre los años 2020 y 2022, porque fue el contexto de la emergencia sanitaria; luego se revisó palabras clave como rendimiento académico y COVID-19; finalmente, se revisó documentos que se refirieran al trabajo en colegios.

Una vez seleccionado los artículos, se discriminó leyendo los resúmenes; si efectivamente abordaban el tema de rendimiento académico en escuelas, quedando con solo 12 artículos que cumplieron con las expectativas. Se infirió que la falta de estudios con similares características fue porque es un tema reciente. Además, en la selección de los artículos, se consideró como criterio de inclusión que toda documentación fuera de acceso abierto.

DESARROLLO Y DISCUSIÓN

En la consulta realizada de la literatura académica, se evidenció que los investigadores se han preocupado más por el tema del rendimiento académico en estudiantes universitarios vistos desde distintos aspectos como fue la deserción, la adaptación y cuestionar la formación profesional; sin embargo, con respecto al tema de interés de este estudio sobre las escuelas, no se encontró mucha información; no obstante, los artículos consultados mostraron algunas coincidencias:

La primera fue la necesidad de contar con el apoyo de las familias para permitir la continuidad en los estudios, el rol protagónico cumplido por los padres de familia fue fundamental porque de ellos dependió disponer a sus hijos de un espacio adecuado, conectividad y asesoría en las actividades de extensión dejadas por sus maestros (^{Janampa et al., 2021}). ^{Serrano-Díaz et al., (2022}) sostuvieron que un factor importante fue la comunicación; los padres necesitaron estar informados por distintos medios sobre cuál era la función que debían desarrollar, además se requirió del trabajo cooperativo y articulado entre la escuela y la familia durante la educación a distancia.

De acuerdo a ^{Panagouli et al., (2021}) las familias pudieron hacer esfuerzos para disponer los recursos tecnológicos necesarios para sus hijos; sin embargo, los hogares que tuvieron estudiantes con temas neurológicos o inclusivos no contaron con los recursos adecuados. Gonzales et al., (2021) señalaron que las autoridades educativas a nivel mundial tardaron dar una respuesta a cómo debió ser su proceso formativo durante la educación virtual.

Además, existieron cursos como Comunicación y Matemática que exigieron mayor esfuerzo por parte de los padres, pues debían darles un adecuado acompañamiento a sus hijos para conseguir los logros esperados (^{Panagouli et al., 2021}). ^{Acolhimento (2021}) señaló que áreas como Matemática generan mayor ansiedad entre los escolares, afectando el adecuado desempeño académico. Por tanto, en este contexto, fue necesario que docentes y estudiantes se apoderaran de las competencias digitales, aprendiendo a emplear las herramientas y recursos online. Para ^{Miguel-Revilla (2020}) desde inicios del siglo XX, se incrementaron estudios que demostraron la importancia del empleo de recursos tecnológicos para mejor el rendimiento académico en las escuelas; sin embargo, durante la pandemia, las TIC no eran una parte de la sesión de clase. A pesar de la situación desafiante vivida durante la educación a distancia, ^{Higuera y Rivera (2021}) sostuvieron que el rendimiento académico no demostró mayor impacto porque existió la posibilidad de adaptación al nuevo contexto.

La segunda coincidencia expuesta por los autores abordó el tema emocional; de acuerdo con ^{Wang et al., (2022}) aquellos estudiantes que contaron con competencias emocionales más desarrolladas les fue fácil afrontar el nuevo escenario de la educación virtual y las noticias poco alentadoras sobre los riegos causados por la enfermedad de la covid-19; coincidiendo con ^{Tri Sakti et al., (2022}) quienes demostraron que la pandemia afectó la salud mental de niños y adolescentes, afectando severamente el rendimiento académico; para ^{Lee et al., (2021}) los estudiantes de secundaria con mayor temor a enfermarse evidenciaron bajas en el rendimiento académico por la ansiedad y angustia generadas por la enfermedad, esto exigió que tanto docentes como padres entablaran alianzas para realizar contingencia socioemocional (^{Balayar y Langlais, 2021}).

CONCLUSIONES

A modo de conclusión, al analizar la literatura académica, se pudo evidenciar que fue un contexto complicado para la educación a distancia; exigió, en la comunidad educativa, una actitud de afrontamiento para conseguir el adecuado rendimiento académico de los estudiantes; los padres de familia cumplieron un rol protagónico desde sus hogares acompañando a sus hijos. La pandemia también generó afecciones emocionales tanto por la incertidumbre de la enfermedad como el estrés por el uso de los recursos digitales.

Sin embargo, desde las autoridades del MINEDU en Perú, los logros de aprendizaje, durante la emergencia sanitaria, fueron priorizados y no se dieron exigencias para conseguir los logros deseados en los estudiantes, porque se respetó aspectos normativos como la promoción guiada en la cual, a aquellos que les costaba conseguir obtener las competencias requeridas en las distintas áreas de aprendizaje no reprobarían el año escolar puesto que el siguiente año seguían en proceso de formación.

CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.