INTRODUCCIÓN

El desarrollo de las habilidades sociales está presente en los diferentes aspectos de las personas. En el ámbito universitario, permite que los jóvenes puedan mejorar su entorno social favoreciendo la interacción y productividad de las actividades. Conforme se tiene el aporte de Caballero y García (2020) mencionan que, en el proceso de enseñanza y aprendizaje, los maestros han visto la necesidad de potencializar las competencias de las habilidades sociales debido a que muestra un mejor resultado en las actividades académicas. Asimismo, García y González (2020) manifiestan que los trabajos grupales y actividades en equipo evidencian el nivel de las habilidades sociales que poseen los estudiantes. De igual manera, ^{Ortega et al., (2021}) consideran que el compromiso social de los educadores es formar estudiantes con actitudes cívicas y con un desarrollo de las habilidades interpersonales con la finalidad de brindar soluciones a los problemas actuales.

La sociedad actual tiene como desafío un importante cambio educativo para formar ciudadanos autónomos y críticos. En el contexto mundial, especialistas en el campo psicológico y educativo han realizado investigaciones que respaldan que las competencias duras no es un determinante para el éxito laboral y social (Gil et al., 2021; Hernández, 2021); por lo tanto, conforme exponen ^{León et al., (2015}) se requiere fortalecer con habilidades sociales para el desarrollo integral del ser, cobrando gran relevancia para su interacción con sus pares. Hoy en día se percibe que, tanto empresas como instituciones, buscan talentos que logren potenciar las competencias blandas, tal es así que son elegidos los que poseen habilidades para comunicarse de manera asertiva, pueden resolver conflictos, trabajar colaborativamente, entre otras (^{Salazar et al., 2020}; Larruze et al., 2020; ^{Ortega et al., 2021}).

Por ende, el desarrollo de las habilidades sociales es importante para mantener una interrelación social (^{Zea y Franco, 1991}). Es así que se analizan los aspectos de las habilidades sociales en el ámbito universitario, considerado el comportamiento de los estudiantes y las estrategias empleadas por los maestros para potencializarla, involucrando programas de entrenamiento en habilidades sociales, considerando las conductas asertivas y mejorando las competencias comunicativas, pudiendo relacionarse de manera eficaz con sus compañeros en los trabajos en equipo (^{León, et al., 2015}; Delgado et al., 2021). Bajo esta perspectiva, se formula un problema que conducirá a la búsqueda, selección y revisión de publicaciones, para hallar una respuesta al siguiente planteamiento: ¿Cuál ha sido la importancia de las habilidades sociales en la vida universitaria en el periodo 2020 y 2021?

Durante el proceso de la pandemia por el COVID-19, los estudiantes valoraron su formación académica y profesional, siendo son conscientes de que deben estar comprometidos con la sociedad con la finalidad de contribuir a mejorar la situación social (Bas et al., 2020). Por tal razón, se necesitó priorizar las habilidades de empatía, asertividad y la resolución de conflictos demostrando facilidad de interacción para el apoyo social. ^{Ortega et al., (2021}) consideraron que las habilidades sociales, empleadas por los estudiantes, pudo mejorar la interacción educativa haciendo que se motiven a tener una continuidad académica, mostrando sus capacidades y destrezas por medio de las interacciones con los demás. Es así, como precisa Armada et al., (2020) que a través de las habilidades sociales se refuerzan las actitudes básicas y los sentimientos de los estudiantes. Asimismo, se da una autorregulación que permite contribuir con la formación de la identidad.

De igual manera, según Delgado et al., (2021) en el desarrollo de la formación profesional de los estudiantes, se ha evidenciado tanto la importancia de las habilidades sociales como de las habilidades cívicas, las cuales tienen una relación directa para la integración social. Es así que las competencias para el desarrollo personal, social y profesional se han orientado en la búsqueda de alternativas que permitan alcanzar un bienestar. En relación a ello, se puede determinar que estas competencias sociales permiten poner en práctica la empatía y el respeto hacia los demás, pudiendo generar un clima afable y maximizando los resultados ante la pretensión de algún objetivo (Delgado et al., 2021; ^{Almerich et al., 2020}). Asimismo, Zuñiga et al., (2022) determinan la relación directa entre las habilidades sociales y la plena realización del estudiantado, en aras de alcanzar sus objetivos.

Respecto a los estudios sobre las habilidades sociales, se tiene como autor base a Albert Bandura (como citó Acuña, 2019) con la Teoría del Aprendizaje Social, donde plantea que el ser humano imita a su semejante, y esto se ve reflejado en las conductas sociales; por ello, pone relevancia a la imitación, la misma que permitirá ampliar el conocimiento, mediante la transmisión de modelos de conducta. Es necesario mencionar el aporte de autores como ^{Fernández et al., (2009}) quienes coinciden en que las habilidades sociales permiten llevar a cabo un trabajo colaborativo, intercambiando ideas, construyendo un ambiente positivo donde impera el respeto frente a los deseos y metas señaladas, así como buena predisposición para la resolución de conflictos.

De acuerdo con Peñalva et al., (2020) los comportamientos sociales son las evidencias de las intervenciones educativas que se dan para mejorar las competencias de los estudiantes. Es así que se necesita canalizar los diferentes efectos de las habilidades sociales para mejorar la formación integral del estudiante reconociendo que la competitividad, la cordialidad son habilidades que permiten tener una mayor integración en el proceso formativo. Asimismo, conforme se tienen los aportes de Sierra et al., (2021) la demanda en la actualidad educativa debe reconocer la trascendencia de las habilidades sociales para dar énfasis a su desarrollo por medio de diversas estrategias pedagógicas. Es así que la desatención en el fortalecimiento de las habilidades sociales puede generar problemas en los estudiantes para hacer frente a situaciones adversas. Una investigación realizada a estudiantes de Medicina, determinó que si resuelven conflictos podrán potenciar su habilidad para manifestar sentimientos positivos; muy por el contrario, cuando se muestran violentos, se reduce su capacidad social para poder llegar a buen puerto frente a momentos complicados (^{Del Prette y Del Prette, 2003}).

Por esta razón, el presente artículo tiene como propósito reconocer la importancia de trabajar en base a las habilidades blandas en el contexto universitario en el periodo 2020 y 2021 e identificar los principales componentes que integran el desarrollo de las habilidades sociales. Ello se dará por medio de una revisión sistemática de diversas publicaciones registradas en los repositorios y bases de datos de Scopus y Scielo.

METODOLOGÍA

La metodología utilizada fue de revisión sistemática en las principales revistas científicas como: Scopus y Scielo. El procedimiento fue realizar una búsqueda sistemática de artículos publicados, para ello se empleó palabras clave como ecuación de busqueda, como: “habilidades sociales”, “educación superior”, “desarrollo estudiantil”, “comunicación”. De ahí se procedió sistematizar la información de acuerdo a la necesidad de los investigadores. En los descriptores de búsqueda, salieron un total de 113.477 documentos; de ellos, se pasó al filtrado señalando las opciones: artículos de Open Access, publicaciones que datan de los años 2020 y 2021, publicaciones en el área de Ciencias sociales. En el tipo de documentos se utilizó investigaciones cuantitativas, dando como resultado 784 artículos. De ahí, se procedió a excluir artículos de duplicidad, los que no correspondían con el procedimiento, quedando un total de 250 artículos para la revisión.

En los criterios de inclusión, se consideraron artículos que tuvieran las dimensiones de cooperación, comunicación asertiva, resolución de conflictos, educación superior, propios del tema. Además, que sean de enfoque cuantitativo y estén orientados a la educación superior, quedando solo 15 artículos los cuales fueron consolidados en el diagrama de flujo presentado en la adaptación PRISMA como se muestra en la Figura 1, bajo el método de revisión sistemática. De esta manera, se buscó garantizar el objetivo general de la investigación, siguiendo el hilo descriptivo-analítico.

Figura 1. Adaptación de PRISMA Flow Diagram, como se citó en García, 2022 

Respecto a los artículos revisados, en la Tabla 1 se presentan a los autores que fueron analizados en la revisión sistemática; asimismo, las principales dimensiones de las habilidades sociales. Finalmente, se explica el proceso de investigación que aplicaron.

Tabla 1. Artículos analizados. 

DESARROLLO Y DISCUSIÓN

Respecto al análisis de sistematización de las fuentes consultadas, se estableció la importancia que tienen las habilidades sociales en el ámbito universitario debido a su alto impacto en la formación del estudiante. En ese sentido, se tomó en cuenta los beneficios a la población universitaria, dado que en un futuro ellos tendrán que lidiar con las exigencias del mercado laboral. De tal manera que, se recalca la necesidad de utilizar estrategias que permitan el desarrollo de la comunicación asertiva, el liderazgo, las relaciones interpersonales para integrarlas en las prácticas profesionales.

De acuerdo a los aportes de Bas et al., (2020) en el quehacer con los universitarios se debe priorizar el trabajo en equipo a partir de actividades donde se permita compartir las experiencias y los saberes para así incrementar el desarrollo afectivo la toma de decisiones y la comunicación en la vida profesional. Por otro lado, la gestión de conflictos muestra una efectividad en las fortalezas de los estudiantes permitiendo responder a los problemas y dando soluciones creativas a situaciones complejas. Es así que se tiene la necesidad de diseñar proyectos educativos donde se identifiquen situaciones críticas para que los estudiantes puedan analizar y trabajar conjuntamente facilitando las interacciones sociales y dar solución a las situaciones cotidianas. En tal sentido, tal como exponen ^{Ortega et al., (2021}), en el proceso educativo es importante el desarrollo de diferentes estrategias que beneficien la formación cognitiva integral de los estudiantes.

De esta manera, el aprendizaje por servicio es una herramienta para que los universitarios se involucren con la comunidad a través de su participación constante en programas que beneficien las actitudes positivas desarrollando así mecanismos de resolución de conflictos, liderazgo y habilidades interpersonales. Asimismo, Gil et al., (2021) consideraron que en la formación de los jóvenes universitarios es imprescindible contar con herramientas que puedan optimizar las competencias técnicas, participativas, metodológicas y personales; por medio del aprendizaje basado en problemas se evidencian resultados eficientes y efectivos que permiten mejorar las habilidades. El trabajo cooperativo desarrollado en las aulas sensibiliza las capacidades y habilidades de los estudiantes permitiendo organizar el trabajo grupal y planteando soluciones a los problemas presentados fomentando así una participación activa que beneficia de manera personal y grupal al estudiante.

Por otro lado, según Caballero y García (2020) el fomento de las habilidades sociales debe estar involucrada en las diferentes áreas académicas, así como en los talleres y actividades extracurriculares. Su participación es una constante que mejorará el dominio del estudiante mostrando una relación social orientada a la necesidad qué se tiene en la comunidad. Para Carneiro et al., (2020), en la actualidad los jóvenes tienen una mayor exigencia respecto a la empleabilidad, por tal razón deben adaptarse a los constantes cambios que se dan en el aspecto social, económico y cultural. Se necesita tener una formación académica basada en conocimientos teóricos y habilidades necesarias para enfrentarse con la comunidad. En este sentido, se debe incentivar programas para desarrollar habilidades sociales en los estudiantes de diferentes carreras. De acuerdo con Delgado et al., (2021) las principales habilidades sociales que deben ser fomentadas en los estudiantes universitarios se tiene la cooperación en el desarrollo de la educación superior. Este mecanismo es una de las principales necesidades que orientan al alumnado universitario y que se desarrolla gracias a las motivaciones personales u orientaciones académicas que se le brindan en las aulas universitarias.

En tal razón, ayuda a comprender las necesidades que puedan estar teniendo en la adaptación a un nuevo contexto y proceso de enseñanza y aprendizaje. Asimismo, ^{Almerich et al., (2020}) precisaron que, en el ámbito educativo superior, el dominio de las competencias sociales y éticas deben estar presentes en las actividades académicas para que así se alcance un pensamiento superior y haya una adaptabilidad a las nuevas situaciones sociales. Los diferentes factores mecanismo que desarrollan los catedráticos debe estar enfocado en profundizar las habilidades de la resolución de conflictos en la educación superior debido aquí así podrán hacer frente a las necesidades educativas y de la empleabilidad.

Respecto a los aportes de Armada et al., (2020) determinaron que las habilidades socioafectivas mejoran el proceso comunicativo en la educación de los estudiantes. Es así que las intervenciones de los catedráticos deben estar en función de sensibilizar la importancia que tiene la resolución de conflictos, la comunicación asertiva y el trabajo en equipo en una educación superior puesto que de esta manera se favorecerá la toma de conciencia para el desarrollo en la sociedad. Asimismo, corroboraron la facilidad que tienen las estudiantes universitarias respecto a la sensibilidad por la necesidad del otro mostrando una gestión emocional al compartir las emociones. En tanto que el desarrollo de los estudiantes evidenció el respeto al trabajo grupal y la toma de decisiones para el desarrollo de una participación equitativa teniendo en cuenta la valoración que tiene cada participante. Para García y González (2020) existe una necesidad de concientizar a los estudiantes respecto a la importancia que tiene la buena comunicación y la interacción con las diferentes funciones y herramientas tecnológicas debido a que estás también contribuyen al aprendizaje de sus conocimientos. En tal sentido, se necesita desarrollar habilidades que permitan capacitarlos en las competencias comunicativas siendo imprescindible la función que realizan los maestros por desarrollarlas.

Los centros de educación superior tienen una responsabilidad importante donde tiene que facilitar el proceso cognitivo y la interacción humana de los estudiantes (Hernández, 2021). Ello se da promoviendo la organización que puede ayudar en el desarrollo social a través de las habilidades socioemocionales y las competencias cognitivas. De acuerdo con ^{Salazar et al., (2020}) precisaron que las diferencias cognitivas que puedan presentar los jóvenes universitarios de acuerdo a la procedencia contextual, también se evidenciará diferencias respecto a las habilidades sociales desarrolladas debido a que hubo necesidades diferentes por lo que la educación estuvo priorizada en ciertos aspectos. Sin embargo, en las aulas universitarias se puede corroborar que estas habilidades se mantienen estables, teniendo la necesidad de involucrarse con el mundo social laboral por lo que desarrollan más la comunicación asertiva y la toma de decisiones como mecanismos para comprender a los demás.

En tal sentido, para Sierra et al., (2021) es importante atender la necesidad de mejorar las relaciones interpersonales, mantener una comunicación asertiva con los demás para mejorar en el desarrollo que desempeñan en la formación universitaria para así tener nuevos planteamientos de iniciación y desarrollo social que permite potencializar las emociones y hacer frente a las circunstancias de la vida. Por medio de la resolución de conflictos y una comunicación se establecen los mecanismos necesarios para optimizar las competencias en el desarrollo integral.

En síntesis, de acuerdo con ^{Klimenko et al., (2021}) las diversas actividades que se desarrollan en la universidad deben estar enfocadas al manejo de las habilidades blandas, las cuales brindan un desarrollo socioemocional en los estudiantes para así tener un manejo adecuado y responsable respecto a los diferentes mecanismos de la educación. La parte académica ha sido desarrollada a través de medios tecnológicos los cuales han tenido que ser eficientes asegurando el aspecto cognitivo; sin embargo, se ha dado aspectos donde ha podido limitar el avance académico; en tal razón, se necesita prevenir los riesgos de adicción por medio de una comunicación asertiva la cual involucra un conocimiento sobre la trascendencia que tiene el desarrollo formativo y la organización de los recursos para la profesión.

Hernández y Navarro (2021) agregan que existe una necesidad por comprender los aspectos emocionales de los estudiantes para así desarrollar habilidades sociales que beneficiarán la formación educativa. Asegurar un cambio en el desarrollo y atención de la educación permitirá optimizar el interés que tiene en su formación académica. Finalmente, para Larruzea et al., (2020) los diferentes tipos de emociones brindan una experiencia personal a los estudiantes. Es necesario la identificación de ellos para dar orientación y regularlas de acuerdo a la implicancia que vayan a tener en el desarrollo académico del estudiante. En razón a ello, los docentes deben fomentar actividades que beneficien la resolución de conflictos, la comunicación asertiva, el liderazgo y demás habilidades que permitan beneficiar las actitudes para enfrentar los problemas y motivarlos a tener un mejor desenvolvimiento respecto a las competencias académicas y sociales.

CONCLUSIONES

En el contexto universitario se debe tener en claro la búsqueda de la idoneidad para el futuro profesional. Por tal razón, se debe dotar de las mejores herramientas al estudiantado para sentirse pleno y seguro en su camino trazado, donde ellos sean protagonistas activos de su aprendizaje, acompañados de las mejores competencias sociales para tal fin. De acuerdo a la revisión de la literatura se comprueba que las habilidades sociales son importantes en la vida universitaria para el desarrollo integral del estudiante. De tal manera, que las autoridades educativas deben innovar los programas educativos, incluyendo las competencias sociales como eje clave en su formación, teniendo presente, sobre todo, las dimensiones como la comunicación asertiva, cooperación y resolución de conflictos, toda vez que causará un impacto positivo en la toma de decisiones. El análisis de las investigaciones permite concluir que el ser humano necesita de ella en permanente interacción social, para su realización, pulir su calidad humana, y mejorar la convivencia.

Frente a lo aportado por los citados autores, se podría definir que las habilidades sociales son un conjunto de competencias de conducta que cala muy bien para resolver diversas situaciones de la manera más efectiva. En tal sentido, permitir que el ser humano lleve la conducción de su vida, analizando su sentir, pensar y actuar; estableciendo relaciones interpersonales mutuamente satisfactorias. Al respecto, es válido mencionar que son escasos los estudios que abordan las habilidades sociales en el ámbito universitario, por lo que se necesita más investigaciones que puedan resaltar sus beneficios para el alumnado a corto, mediano y largo plazo.

CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.