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Horizontes Revista de Investigación en Ciencias de la Educación

versión impresa ISSN 2616-7964

Horizontes Rev. Inv. Cs. Edu. vol.7 no.27 La Paz mar. 2023  Epub 09-Ene-2023

https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v7i27.529 

ARTICULO DE REVISION

La inteligencia emocional y el aprendizaje significativo

Emotional intelligence and meaningful learning

Inteligência emocional e aprendizagem significativa

Karina Huamanttupa Mamani1 
http://orcid.org/0000-0001-9539-2243

1Universidad César Vallejo. Lima, Perú


RESUMEN

Desde hace más de 20 años se viene estudiando en múltiples investigaciones la relación entre la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo. El objetivo del estudio fue analizar los factores que propician el desarrollo de la inteligencia emocional y su correlación con la obtención de un aprendizaje significativo. La metodología fue de diseño no experimental con un nivel descriptivo, realizándose una revisión documental sistemática comparándose las investigaciones desde 2017 hasta 2022 en las bases de datos de Scopus, Scielo, EBSCO, y Dialnet, utilizándose los booleanos AND y OR, adicionalmente para la ejecución de la revisión sistemática se siguió las sugerencias de la guía PRISMA. Como conclusión se propone estimular al estudiante a expresar con libertad sus opiniones, así como fomentar su autonomía y motivación intrínseca. Los docentes deben crear un ambiente acogedor, armonioso con dinámicas acordes, complementando sus conocimientos sobre la inteligencia emocional e incorporarlo a su labor pedagógica.

Palabras clave: Inteligencia emocional; Aprendizaje significativo; Rendimiento academico;Práctica pedagógica

ABSTRACT

The relationship between emotional intelligence and meaningful learning has been studied in multiple research studies for more than 20 years. The objective of the study was to analyze the factors that favor the development of emotional intelligence and its correlation with the achievement of meaningful learning. The methodology was of non-experimental design with a descriptive level, performing a systematic documentary review comparing research from 2017 to 2022 in the databases of Scopus, Scielo, EBSCO, and Dialnet, using the Boolean AND OR, additionally for the execution of the systematic review the suggestions of the PRISMA guide were followed. In conclusion, it is proposed to stimulate students to express their opinions freely, as well as to foster their autonomy and intrinsic motivation. Teachers should create a welcoming, harmonious environment with appropriate dynamics, complementing their knowledge of emotional intelligence and incorporating it into their pedagogical work.

Key words: Emotional intelligence; Significant learning; Academic performance; Pedagogical practice

RESUMO

A relação entre inteligência emocional e aprendizagem significativa tem sido estudada em múltiplos estudos de pesquisa por mais de 20 anos. O objetivo do estudo foi analisar os fatores que favorecem o desenvolvimento da inteligência emocional e sua correlação com a realização de um aprendizado significativo. A metodologia foi concebida não-experimental com um nível descritivo, realizando uma revisão documental sistemática comparando as pesquisas de 2017 a 2022 nas bases de dados da Scopus, Scielo, EBSCO, e Dialnet, utilizando o boolean AND e OR, além disso para a execução da revisão sistemática foram seguidas as sugestões do guia PRISMA. Em conclusão, propõe-se estimular os estudantes a expressarem livremente suas opiniões, assim como incentivar sua autonomia e motivação intrínseca. Os professores devem criar um ambiente acolhedor, harmonioso e com dinâmica apropriada, complementando seus conhecimentos de inteligência emocional e incorporando-os em seu trabalho pedagógico.

Palavras-chave: Inteligência emocional; Aprendizagem significativa; Desempenho acadêmico; Prática pedagógica

INTRODUCCIÓN

Son múltiples las investigaciones que se han realizado sobre la relación entre la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo en los últimos 20 años. En la actualidad, la pandemia del COVID-19 a nivel mundial ha ocasionado el cierre de las instituciones educativas; medida que se tomó con el propósito de proteger la salud. Sin embargo, la suspensión de sus actividades cotidianas, la restricción de la socialización con sus pares y el cambio de una educación presencial a lo virtual, ha originado mayor tensión, ansiedad, angustia en los educandos, en sus familias y toda la sociedad frente a esta crisis sanitaria, especialmente a las familias más vulnerables que ha afectado su economía y esto repercutiendo en la educación de sus hijos, ya que la prioridad de los padres de familia era conseguir ingresos económicos para sustentar sus hogares; es ahí, donde los niños, niñas y adolescentes tenían que asumir tareas del hogar y a su vez su propio aprendizaje sin la supervisión de un adulto, generando mayor ansiedad y estrés (UNESCO, 2020).

En este sentido, la UNICEF (2021) señalaba que el aislamiento social, la suspensión de clases presenciales, así como la separación de sus padres, la pérdida de familiares y otras experiencias traumáticas, afectó en la buena salud mental de los estudiantes. De hecho, los más afectados por la COVID-19 a nivel mundial ha sido América Latina, que tuvo la mayor tasa de orfandad; además; el país con más alto índice de mortalidad ha sido Perú, de cada 1000 niños y niñas se estima que 10 niños perdieron a sus familiares, situación que conllevo al Gobierno Peruano a crear la pensión por casos de orfandad por la COVID-19 (CEPAL, 2020).

Como consecuencia del impacto del COVID-19 se ha manifestado el decrecimiento de aprendizajes, evidenciándose especialmente en los estudiantes de grupos más vulnerables, incrementándose la deficiencia en su formación académica. Según las simulaciones realizadas por los especialistas del Banco Mundial en el año 2020, a través de LAYS, la escasez de aprendizaje podría acrecentarse más del 20% y en promedio, de cada tres alumnos de educación primaria, dos no estarían en la capacidad de leer ni comprender un texto fácil apropiado a su edad (Arias y Loaiza, 2022).

Es por ello, que se ve la necesidad de emplazar la educación socioemocional como el corazón de la educación, ofreciendo la oportunidad para innovar y extender una educación integral, que alegue el currículo en contestación a las demandas y necesidades de los estudiantes, afianzando una educación igualitaria e integradora de calidad donde promueva oportunidades de aprendizaje para todos y todas. Se sabe que la educación socioemocional se construye de modo constante, ya que es un factor imprescindible para llegar al estudiante, el cual debe ser empleado de modo transversal en todas las actividades de enseñanza y aprendizaje. Por esta razón, la agenda 2030 comprende a la educación como factor clave para cumplir los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible; por este motivo, en el objetivo 4 de la agenda 2030 muestra el convenio de la sociedad internacional de asegurar una educación integral, equitativa, inclusiva y de calidad, donde se origine oportunidades de aprendizaje en todas las etapas de los estudiantes (ONU, 2020).

Ante la problemática que atraviesa la educación en la actualidad, es vital brindar en las Instituciones Educativas, educación emocional con la finalidad de que los estudiantes expresen con libertad sus emociones, pensamientos y sentimientos en relación a cualquier acontecimiento. De tal modo, que disminuya la ansiedad, el estrés y la depresión. En este sentido, el ámbito educativo tiene la gran tarea de trabajar las emociones, ya que, es fundamental en la educación de los niños y niñas por dos razones; primero, porque involucra la interacción entre personas y segundo porque los docentes son en el aula los agentes motivantes para desarrollar la autoestima, la satisfacción personal y colectiva (Tejada et al., 2022).

Es importante indicar que para Goleman (1998) la inteligencia emocional apunta hacia la virtud del ser humano para identificar sus sentimientos y de otras personas, para estimularse y manejar emociones frente a diferentes situaciones problemáticas que se presentan en la cotidianidad, para tener una convivencia armoniosa del buen vivir, ya que las emociones se manifiestan por estímulos recibidos, ya sea positiva o negativamente, haciéndose parte de la genética del individuo (Gallego, et al., 2021). Esta interrelación se da cuando el estudiante asocia los nuevos conocimientos con los conocimientos que ya tenía, de modo que ambos se modifican, logrando nuevos significados más específicos y más sólidos (Ordoñez y Mohedano, 2019).

Por ello, es fundamental que los docentes en su rol de práctica pedagógica desarrollen necesariamente la inteligencia emocional para poder entender al estudiante, ya que el vínculo del afecto auténtico será un andamiaje para que el niño pueda autorreflexión sobre su actuar, autorregulando sus emociones frente a sus compañeros, creándose un clima armonioso y respetuoso, el cual permita revertir la situación actual de la educación y aporte a la mejorar la calidad educativa.

Por tal motivo, se elabora un estudio sistemático teórico, con base en los estudios realizados, con el objetivo de analizar los factores que propician el desarrollo de la inteligencia emocional y su correlación con la obtención de un aprendizaje significativo. Adicionalmente, como justificación para la realización de esta investigación, se parte desde la perspectiva de contribuir en la mejora de la dinámica de enseñanza para el logro de competencias en los estudiantes, que en la actualidad se ven afectados por el detrimento generado en todos los ámbitos sociales por los estragos de la pandemia.

MÉTODO

El presente artículo se sustentó sobre la base de una revisión integrativa de los documentos disponibles sobre la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo. En este sentido, partiendo de un diseño no experimental y un nivel descriptivo, el estudio analizó y sintetizó las evidencias encontradas que explican la relación entre una adecuada inteligencia emocional y la obtención de un aprendizaje significativo en los estudiantes. En este sentido, las fuentes que se utilizaron para el análisis de los documentos se encontraron en las bases de datos Scielo, Scopus, Ebsco y Dialnet, realizando para su búsqueda la estrategia del método de operaciones booleanos utilizando las palabras claves como: AND y OR: (Inteligencia Emocional AND Aprendizaje Significativo), (Inteligencia Emocional OR Aprendizaje Significativo) para obtener los documentos más confiables.

Asimismo, respecto a los criterios de inclusión para la selección, se consideraron investigaciones publicadas en los años 2017 al 2022 en inglés y en español sobre el tema abordado. Además, para el desarrollo de la revisión sistemática se siguió las sugerencias de la Declaración de Prisma (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta Analyses) (Urrútia y Bonfill, 2010). En la Figura 1, se describe el proceso de elección de base datos para su análisis. En la búsqueda inicial, se halló un total de 433 documentos para su estudio, pero de los encontrados 316 documentos fueron excluidos por ser acceso denegado y/o por duplicidad, de igual manera de los 117 sobrante se analizó y se eliminaron 105 artículos dado a que no cumplían con los criterios de inclusión, continuando para su estudio 12 documentos entre artículos y tesis de investigación.

Figura 1 Diagrama de flujo PRISMA en cuatro niveles. 

Una vez que se verificó los artículos que exhiben una relación positiva entre la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo, se examinó el documento completo de los documentos seleccionados, con el propósito de extraer de todos ellos información referente a determinados puntos de vista para valorar la calidad, dicha información primero fue recopilada en hoja de Excel para un posterior análisis y discusión.

DESARROLLO Y DISCUSIÓN

La totalidad de los documentos revisados fueron originales provenientes de diferentes bases de datos, de revistas reconocidas como: revista Complutense de Educación, Revista Cienc. Tecnol, Revista Proscience, Revista Electrónica Educare, Revista de Educación y Desarrollo y Revista de Ciencias Sociales. Con relación a la metodología y el análisis de los datos, de los 12 artículos revisados 11 artículos fueron de enfoque cuantitativo y 1 artículo de enfoque cualitativo, de diseño cuasi experimental; de los enfoques cuantitativos 2 artículos fueron de diseño transaccional exploratorio y 7 artículos de diseño no experimental con diseño correlacional tal como se observa en la tabla 1.

Tabla 1 Estudios sobre Inteligencia Emocional y Aprendizaje Significativo analizados en la revisión documental 

Para Pulido y Herrera (2017) la inteligencia emocional y el rendimiento académico tienen una relación directamente proporcional evidenciando que las habilidades emocionales son relevantes en el logro académico y no solamente para el bienestar individual. Para los autores, es necesario reconocer y fomentar las competencias emocionales para desarrollar el proceso de aprendizaje. Lo anterior, pone en duda la inteligencia racional por encima de las emociones y su manejo, como el factor determinante para lograr la excelencia, enfatizando la necesidad de enlazar en el contexto educativo lo académico con lo afectivo.

En este mismo sentido, Huemura (2018) al implementar un programa de educación emocional asevera que, la mejora en las dimensiones intrapersonal, interpersonal y manejo del estrés en los individuos, fue un factor concluyente en el rendimiento académico en los estudiantes que participaron del programa, aumentando significativamente la inteligencia emocional total y las dimensiones adaptabilidad y estado de ánimo general, acrecentando favorablemente un aprendizaje significativo.

De la misma forma, Ceniceros, et al., (2017) asegura que un ambiente de armonía emocional, donde el medio resulte estimulante, favorece el aprendizaje. Al propiciar una motivación intrínseca alta, o simplemente orientada a la solución de problemas, establece y acrecienta los elementos constitutivos tanto de la inteligencia emocional como del aprendizaje significativo. Para la autora, considerar las habilidades de desempeño emocional se retribuye en un mejor desempeño en el entorno escolar. Además, al estimular en el aula la autoconciencia, el autocontrol, la motivación, la empatía y las habilidades sociales, genera bienestar emocional, lo que influye positivamente en el rendimiento académico.

Paralelamente, Valenzuela y Portillo (2018) afirman que el desarrollo del estudiantado a nivel emocional fortalece las habilidades cognitivas e intelectuales. Adicionalmente, aunque el desempeño académico en muchos sistemas escolares es de especial interés, es necesaria la inclusión de las destrezas emocionales de manera explícita en el aula. De igual forma, lo anterior predispone la práctica docente a reevaluar los paradigmas al momento de asistir, apoyar, guiar y corregir al alumnado al momento de relacionarse, comunicar y regular sus emociones de forma efectiva. Esto se traduce en una óptica de reflexión y autocrítica de todo el proceso educativo.

Para Arapa y Huamani (2019) los resultados de su investigación demuestran relación entre las variables de la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo. Los estudiantes tienen mayor control continuo de sus emociones y acciones, como también los padres deben afianzar desde los primeros años de vida la autoestima de sus hijos y, finalmente, el docente debe tener mayor compromiso en su labor pedagógica incorporando a su didáctica el tema de las emociones. En este sentido, Mendoza y Chuquilin (2021) afirman que hay correlación favorable, aunque de manera baja, entre la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo. Adicionalmente señalan que para darse una buena correlación es imprescindible el trabajo en equipo de la comunidad educativa, donde se efectúen talleres para favorecer la formación integral del estudiante. De igual forma, para Machaca (2021) hay reciprocidad entre la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo, favoreciendo el manejo de las emociones, autoestima y autonomía. También, reporta en su investigación que existe relación entre la inteligencia intrapersonal y aprendizaje significativo, pero de modo débil.

En contraparte con todos los autores abordados anteriormente, Broc (2019) señala sobre la posibilidad que la inteligencia emocional está sobredimensionada y sobrevalorada en la actualidad, por las frecuentes afirmaciones, algunas sin soporte científico y que son consideradas como ciertas por personas interesadas en el tema. Sin embargo, para el autor es imperativo realizar estudios analizando los efectos de programas de intervención en factores de inteligencia emocional, de forma paralela en la educación primaria como en la secundaria. Incluso, aún con todo lo anterior, propone que profesores, orientadores y educadores asuman educar con un doble objetivo: los contenidos curriculares y lo relativo a los aspectos emocionales anteriormente comentados, mostrándose de acuerdo con el arte de las investigaciones que afirman la vinculación entre inteligencia emocional y rendimiento académico, considerando como posible factor fundamental para el desarrollo académico tanto el desarrollo emocional como el social.

Para Tume (2022) la inteligencia emocional no contribuye al aprendizaje significativo indicando una correlación positiva débil. Para que se dé, el docente debe crear actividades donde incremente su efectividad, permitiendo al estudiante controlar sus emociones y la experimentación y construcción de su aprendizaje. De igual forma señala que la expresividad emocional, el autoconocimiento, las habilidades sociales y la motivación no influyen significativamente en el aprendizaje, a diferencia del autocontrol.

Asimismo, es indudable que la formación docente es pieza fundamental en el desarrollo emocional desde la perspectiva del mejoramiento académico. En este sentido, García y Marín (2021) indican que una destacable parte de los docentes que participaron en el estudio muestran una adecuada visión teórica del concepto de la inteligencia emocional, así como de su uso y utilidad. Sin embargo, a pesar de poseer una elevada implicación práctica, en muchas ocasiones se trabaja de manera informal, resolviendo conflictos o empatizando con los estudiantes, cuando lo esencial es aplicar programas longitudinales que trabajen de forma explícita el desarrollo de la inteligencia emocional.

En referencia al proceso motivacional, Beltrán et al., (2020) señalan que los niños y niñas con la eficaz mediadora del docente desarrollan su capacidad de correlación y su vinculación con los demás. Los autores también destacan el desafío permanente de innovación del docente, al cambiar su metodología a actividades más vivenciales, donde los niños y niñas adquieran conocimientos de su contexto real. Asimismo, indican que en los niños y niñas mayor motivación cuando se les permite explorar, observar, tocar, palpar y dar sus opiniones.

En este mismo sentido, para Romero (2022) es relevante considerar docentes con un alto nivel de inteligencia emocional que puedan capacitar a los estudiantes en el uso y desarrollo de la misma como herramienta para su desempeño profesional., puesto que la afectividad condiciona e interviene en el comportamiento y capacidad para aprender y, a su vez, el proceso de enseñanza y aprendizaje provoca reacciones y cambios afectivos. Además, para el autor la pandemia generada por el Covid-19, es un evento externo que ha afectado todos los ámbitos de la sociedad actual; evidenciando cambios de patrones y medidas alternas a un proceso de enseñanza, al cual la comunidad educativa no estaba preparada, obligando a estos jóvenes a hacer las cosas diferentes, generando cambios en corto plazo y sin planificación, donde el estudiante debe afinar sus estrategias, cognitivas, afectivas y motivacionales para autorregular su aprendizaje de la mejor forma posible.

CONCLUSIÓN

El desarrollo de la inteligencia emocional es un factor importante en los estudiantes, ya que posibilita su crecimiento personal y mejora sus relaciones con los demás. Por ello, es relevante generar un ambiente cálido y armonioso emocionalmente, ya que permite el reconocimiento, valor y respeto, lo que estimula su participación activa en el ámbito académico.

Al estimular que el estudiante sienta libertad de expresar sus opiniones, fomenta su autonomía e inspira al reto de solucionar situaciones problemáticas, influyendo en una motivación intrínseca positiva. Es necesario que los docentes generen un ambiente acogedor, armonioso con materiales pertinentes, además de complementar sus conocimientos sobre la inteligencia emocional e incorporarlo a su labor pedagógica. Asimismo, es oportuno indicar que la inteligencia emocional, demanda práctica, reconocimiento y gestión de las emociones, mejorando de manera eficiente la respuesta cognitiva frente a situaciones problemáticas en el ámbito académico.

Finalmente, el análisis de los diferentes artículos evidencia correlación entre la inteligencia emocional y el aprendizaje significativo, demostrando que cuanto más elevado sea el nivel de inteligencia emocional mejor posicionado estará el nivel de aprendizaje. Asimismo, se sugiere implementar planes de mejora del sistema educativo, donde las actividades que desarrolle el maestro se desenvuelvan en contextos abiertos, generando un ambiente de respeto y de interacción positiva, reflexionando constantemente sobre la actuación de cada estudiante y docente. De igual manera, se debe trabajar con el trinomio alumno, escuela y familia, para fortalecer el desarrollo colectivo.

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Recibido: 02 de Diciembre de 2022; Aprobado: 12 de Diciembre de 2022; Publicado: 09 de Enero de 2023

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