INTRODUCCIÓN
Las facultades peruanas, se han adaptado para ofrecer servicios educativos virtuales, manteniendo los estándares de calidad que aseguren el aprendizaje; para ello tanto docentes como estudiantes tienen que capacitarse en plataformas virtuales, buscando la interacción simultánea a través de audio e imágenes, en el plan de estudios de materias. Es un proceso continuo parecido a un aula universitaria (Castro et al, 2020). Asimismo, la docencia virtual es un modelo educativo que debe enfocarse en el aprendizaje del estudiantado, promover el trabajo autónomo, el desarrollo cognitivo, personal, y realizar ejercicios clave que desarrollen la construcción del propio conocimiento evitando memorizar información (Universidad de la Frontera, 2020).
Asimismo, existen componentes en la enseñanza virtual, como los recursos virtuales de aprendizaje, que facilitan la ejecución de procedimientos y estrategias que los estudiantes deben poner en práctica frente a las tareas de aprendizaje. Estos componentes pueden ser recursos, materiales o procesos cognitivos que permitan un aprendizaje apropiado durante las clases (Moreira, 2019). Otro punto es el acompañamiento virtual, un nuevo rol del docente como mentor, donde el educador debe acompañar a los estudiantes en la indagación de sus propios conocimientos; el trabajo del acompañante se torna crucial, pues debe proporcionar herramientas de instrucción y guiar a los participantes a conseguir respuestas que se transformen en aprendizaje (Gómez et al., 2019). Otro aspecto es la colaboración virtual, se menciona que el aprendizaje colaborativo mediado por computadora ha dado lugar a las llamadas comunidades de aprendizaje. Este concepto es igual a los principios pedagógicos de Freire, donde los estudiantes se vuelven alumnos activos de una sociedad de aprendizaje que hay en un entorno social y se hacen responsables de su aprendizaje (García, 2021). También desarrollan los conocimientos, habilidades y actitudes que permiten a los estudiantes desenvolverse en diferentes áreas de la vida social (Valentin et al., 2014).
Por otra parte, en cuanto a la satisfacción del estudiantado, puede conceptualizarse como el bienestar que sienten los alumnos porque perciben que sus expectativas educativas se deben a las prácticas que hace el centro educativo para satisfacer sus necesidades académicas (Surdez et al., 2018). Asimismo, la satisfacción es el estado de placer que tiene una persona cuando siente que se cumplen sus anhelos. En el área del estudiantado, corresponde al grado de bienestar que sienten los alumnos cuando se cumplen sus metas y necesidades en su educación (Mireles y García, 2022). Uno de sus componentes es la calidad de la institución, esta puede medirse a través de las habilidades profesionales de los docentes que afectan el desempeño del alumnado, la enseñanza basada en la medición o las prácticas docentes, o el rendimiento de los estudiantes medido con instrumentos estándar (Montenegro, 2020).
También están las expectativas de los estudiantes; para que la instrucción virtual se desarrolle correctamente, tanto los docentes como los alumnos deben tener pleno acceso a las plataformas, aulas, bibliotecas virtuales, salas de chat y deben estar bien preparados para lidiar con las nuevas tecnologías. La instrucción virtual con base en plataforma, precisa de un esfuerzo incalculable y requiere una importante inversión de tiempo. Para evitar la deserción, los centros educativos que poseen cursos de capacitación en línea deben poder mantener a los estudiantes motivados (Roig et al., 2015). Finalmente se menciona la docencia presencial apoyada en aulas virtuales en campus digitales institucionales, la experiencia y práctica más dilatada entre los educadores, el alumnado de grado y posgrado de las titulaciones oficiales (Area et al., 2018).
En los últimos años, a nivel internacional, las facultades han destinado dinero para sistemas de gestión del aprendizaje y software para colaborar y contribuir en la docencia. Asimismo, hasta 2019, los estudios confirman la necesidad de formar a los maestros para utilizar de manera efectiva las tecnologías digitales en el proceso de enseñanza para mejorar las habilidades tecnológicas de los estudiantes (Reisoğlu y Çebi, 2020). Investigaciones señalan que la competencia digital no está integrada apropiadamente en los cursos de capacitación del maestro (Amhag et al., 2019). Las personas no están expuestas a un ambiente regular de educación virtual, sino que se enfrentan a una emergencia educativa donde la tecnología está actuando como un ambiente de enseñanza y aprendizaje único, inesperado y no planificado (Valdivia y Noguera, 2022).
Por su parte, Arriaga et al. (2021) señalaron que, en la pandemia, el uso de las TIC cambió. La educación universitaria no debe ignorar estos avances, se debe implementar estas herramientas TIC sin apartarse del propósito de educar a los estudiantes. Muchas instituciones, especialmente de países latinoamericanos, aún no han implementado completamente la capacitación virtual necesaria para este tipo de emergencias sanitarias.
En Perú, los maestros tuvieron que replantear sus contenidos y capacitarse para usar nuevas plataformas en línea (Portillo et al., 2020). Asimismo, para los estudiantes, este cambio a lo virtual implica desafíos en todos los niveles. Esta variación ha producido posiciones difíciles y conflictivas para tomar decisiones óptimas a nivel metodológico y administrativo en las facultades (Jiménez y Ruiz, 2021).
Asimismo, el ambiente de la educación virtual varía según los recursos de las facultades, profesores y estudiantes. En ese contexto, las desigualdades que existían desde antes de la pandemia se vuelven más pronunciadas y problemáticas (Acosta, 2020). Durante la crisis sanitaria por la COVID-19., una arista de la desigualdad que se ha notado es la brecha digital. En Perú, de acuerdo al Instituto Nacional de Información Estadística (INEI), la posibilidad de acceder a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) es variado de acuerdo al nivel educativo del jefe de hogar; en otras palabras, los ciudadanos con mayor grado educativo poseen más cobertura TIC. El 65% de los hogares de Lima puede acceder a internet, frente al 9,9% de las zonas rurales del estado peruano (INEI, 2021). La pandemia ha obligado a acelerar la cobertura del servicio en todo el país, el acceso sigue siendo desigual por lugar de procedencia y tipo de universidad (Vilela et al, 2021).
De igual manera, en el estudio de Sanjuán et al. (2021) en Cuba, donde se estudió sobre la satisfacción del estudiantado universitario durante la pandemia, evidenciando que el grado de bienestar mostrado por el alumno no es muy bueno. Se puede atestiguar que la mayoría de las personas no están contentas con la infraestructura de los sitios de desarrollo de cursos remotos. Asimismo, Román (2020) en Estados Unidos, indagó sobre la docencia universitaria en tiempos de pandemia, donde concluyó que es necesario pensar cómo se pueden realizar estas evaluaciones para que se adapten a la nueva normalidad y no castiguen a los docentes por situaciones que escapan a su control. Los sistemas en línea para la creación y gestión de evaluaciones docentes brindan esta capacidad y se perfilan como una herramienta muy útil, adaptable a las condiciones específicas en las facultades. Para aprovechar estos sistemas, es primordial comprender los sesgos inherentes a la evaluación docente y las limitaciones de los sistemas en línea utilizados para realizar y analizar los datos obtenidos.
Igualmente, González (2021) analizó la conexión entre la educación virtual y la satisfacción estudiantil. El resultado fue una correlación de 0,997, un número positivo alto; en otras palabras, a más educación virtual, mayor satisfacción del alumnado. Finalmente está la indagación de Alcántara et al. (2021) quienes analizaron cuan satisfechos se sentían los alumnos en una universidad. Se evidenció la satisfacción con la subdimensión aprendizaje individual 57.6%, a veces los estudiantes encuentran dificultades en el aprendizaje, 64.3% lo consideran difícil en el trabajo en grupo, 75.6% en clase virtual, 62.7% expresando opiniones en clase, 70.4% recibiendo evaluación, los estudiantes mostraron un promedio de 46,4 % de aburrimiento, 42,8 % irritabilidad, 43,8 % miedo, 40,3 % negatividad, 47,9 % paciencia, 50,0 % calma y 42,3 % tristeza.
De este modo, el objetivo del estudio fue analizar la relación entre la docencia virtual y la satisfacción estudiantil en tiempos de pandemia, de una universidad pública. El desarrollo del presente estudio es viable puesto que es importante conocer que a raíz de la pandemia se incrementó el uso de la tecnología en la educación y es relevante comprender como la docencia virtual puede estar desarrollándose logrando o no una satisfacción en el estudio; lo cual sirve como base para fundamentar nuevas estrategias que busquen la continua evolución, innovación y perfeccionamiento de la educación.
MÉTODO
Se realizó un estudio de diseño correlacional de corte transversal bajo un análisis cuantitativo. El instrumento empleado fue la escala de likert. La población estuvo constituida por 135 estudiantes y la muestra seleccionada fue de 100 estudiantes de una universidad pública de Lima; se aplicó la ecuación muestral y un muestreo probabilístico aleatorio simple, donde todos tuvieron las mismas oportunidades de ser elegidos. En cuanto a los instrumentos se hizo uso de dos escalas de Likert. Para la variable docencia virtual se hizo uso de una escala de 12 ítems del autor Valdez (2018). Este instrumento consta de cuatro dimensiones: Recursos de aprendizaje virtual; acompañamiento virtual; colaboración virtual y competencias. Esta escala posee cinco opciones de respuesta: totalmente de acuerdo (5), de acuerdo (4), indiferente (3), en desacuerdo (2) y desacuerdo (1).
Por otro lado, para la variable satisfacción estudiantil se utilizó una escala de 11 ítems de los autores Chávez et al. (2021). Este instrumento consta de tres dimensiones: calidad de la institución, expectativas del estudiante y docencia. Esta escala posee cinco opciones de respuesta: totalmente de acuerdo (5), de acuerdo (4), indiferente (3), en desacuerdo (2) y desacuerdo (1). La recolección de datos fue por medio de Google forms. Luego estos datos se analizaron a través del software SPSS versión 32.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
A continuación, se presenta la tabla relacionada con la variable docencia virtual y sus dimensiones. En la Tabla 1, se observa que casi todo el estudiantado refirió que la docencia virtual se desarrolla de manera regular; por lo cual necesita ciertas mejoras en el uso de las herramientas virtuales por parte de los educadores, y generar mejores dinámicas. Por otro lado, la satisfacción de los estudiantes la mayoría fue regular, considerando varios aspectos de la institución como calidad educativa, los mismos docentes y cómo se están desarrollando las clases virtuales. En el caso de sus dimensiones sucede una situación similar donde el 54% refiere que el aprendizaje virtual es regular al igual que en el acompañamiento, la colaboración y las competencias virtuales en un 54%, 58%, y 54% respectivamente.
En la Tabla 2, en el caso de la satisfacción estudiantil se observa que el 62% están medianamente satisfechos, el 22% presenta una satisfacción alta y el 16% baja, al igual que sus dimensiones (calidad de la institución, expectativas del estudiante y docencia) que en su mayoría presenta un nivel medio de satisfacción.
En la Tabla 3, se observa según la prueba de correlación el nivel del coeficiente hallado es de 0.748 el cual es un resultado alto y positivo, lo que es respaldado con el cumplimiento de la condición de la significancia menor al 0.05 con un p=0.000, con lo cual se puede afirmar que la relación entre la docencia universitaria y la satisfacción estudiantil es directa.
Discusión
La transformación digital de la instrucción académica era ya un desafío de los que administran la educación antes de ocurrir la crisis sanitaria por la COVID-19. Esta crisis apresuró este proceso. La necesidad de virtualizar las clases se tuvo que hacer de manera imperativa y rápida (Sáiz Manzanares et al., 2022). En este estudio se evidencio una relación directa entre la docencia virtual y la satisfacción estudiantil demostrado por la Rho de Spearman, lo que indica que si se mejora la docencia virtual con capitaciones habrá una mejor satisfacción en los estudiantes universitarios. Asimismo, Sanjuán et al. (2021) en Cuba, quien evidenció que los estudiantes mostraron insatisfacción, la cual estaba directamente relacionada con las condiciones brindadas por las facultades en cuanto a la enseñanza, esto puede deberse a que muchas personas durante la crisis sanitaria por COVID-19 sufrían por la falta de interacción social esto ocasionó un deterioro en su estado de ánimo (Leal Filho et al., 2021), de igual manera Román (2020) menciona que para aprovechar al máximo estos sistemas virtuales, es necesario comprender los sesgos inherentes a las evaluaciones docentes y las limitaciones de los sistemas en línea utilizados para realizar estas evaluaciones, así como el análisis de los resultados.
Por su parte, González (2021) mostró una relación directa entre la educación virtual y la satisfacción de los estudiantes con un resultado final de 0,997, un valor positivo muy alto según el Rho de Spearman, esto significa, a más educación virtual, mayor satisfacción de los estudiantes. Estos resultados resaltan la relevancia del plan estratégico en las clases en línea en las que se tienen que incorporar recursos digitales con audio, video, texto e imagen que promuevan la interactividad con el objetivo de aumentar la motivación en el alumno (Sáiz Manzanares et., al 2022). Además, los resultados de González se explicarían en lo encontrado por Gómez y Macedo (2011), estos autores resaltan la relevancia de las plataformas virtuales educativas, dado que atraen a los alumnos por su nueva manera de aprender. Finalmente, Alcántara et al. (2021) quienes estudiaron los niveles de satisfacción en alumnos. En el estudio de Alcántara se evidencio que el grado de satisfacción preponderante en las subdimensiones, estudio individual, es de 57,6% es decir regular.
Cabe decir que la función del profesor virtual incluye un proceso de toma de conciencia de las herramientas a su alcance que pueden ser usadas en la formación y mejora de la disciplina en beneficio de la academia. Los docentes virtuales son considerados facilitadores del aprendizaje colaborativo y facilitadores de actividades (Borgobello et al., 2018).
Asimismo, hoy los modelos de enseñanza en entornos virtuales representan grandes desafíos, especialmente en la pandemia. La formación superior hoy en día tiene derecho a una atención específica del estado y de la ciudadanía, ya que se la reconoce como un motor primordial para el desarrollo social y económico del país; además de comprender el papel fundamental de los docentes, preparar mejor a los docentes existentes que lo necesitan, y formando nuevos docentes, quienes serán los encargados de sensibilizar a los futuros estudiantes, donde el vaticinio es de una educación híbrida donde prima la educación virtual.
CONCLUSIONES
Los resultados de esta investigación están en la misma línea con los requerimientos planteados por la Unesco (2019) que guían hacia un cambio tecnológico en las universidades. Esta es la tarea de los que administran la educación universitaria. Se ha observado que la pandemia forzó una tendencia que estaba dándose de manera paulatina, en cuanto a la virtualización de la educación ya que no todas las instituciones cuentan con los recursos suficientes, pero en la actualidad se está teniendo un mayor manejo de esta tecnología en favor de la educación. Aún queda mucho por mejorar como preparar a los docentes de una manera más especifica que puedan desarrollar competencias acordes a las nuevas exigencias de la educación hibrida.