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INTRODUCCIÓN
A fines de diciembre del 2019, un virus que tuvo su origen en Wuhan, China, irrumpió en la normalidad de vida de la población de todas las naciones del mundo, se trataba del SARS-CoV-2 generando la enfermedad de la COVID-19. Por su parte y ante ello, la Organización Mundial de la Salud la declara enfermedad pandémica a inicios de marzo del 2020. Desde entonces todo cambió para la humanidad entera en los aspectos más esenciales de la vida diaria, entre ellas, la modalidad de educación normalmente presencial que fue reemplazada por la educación virtual según Piñero (2021). En este sentido, la inteligencia emocional de los estudiantes adolescentes se puso a prueba en el seguimiento de una educación virtual abruptamente impuesta por los gobiernos de turno, a fin de mermar el número de contagios en la población.
Ante esta sorpresiva realidad, los sistemas educativos de los países afectados no tuvieron el tiempo suficiente para afrontar ese nuevo escenario y que los principales agentes involucrados en su gestión adopten las medidas necesarias para que la educación no se detenga. Por su parte, Chávez (2021) menciona que la Organización de las Naciones Unidas en un estudio durante y después de esta Pandemia, señala que ésta generó históricamente la más grande interrupción de la educación, causando efectos perjudiciales en docentes como en los estudiantes a nivel mundial.
De esta manera Rueda (2018), propuso identificar la relación entre la inteligencia emocional y el desarrollo de competencias para el trabajo en estudiantes de esta región, hallando una correlación significativa entre la inteligencia emocional y el desarrollo de competencias; concluyendo que, el buen manejo de emociones proporciona herramientas adecuadas para las competencias a desempeñar en los estudiantes. Por su parte, Soto (2020) busco identificar la relación entre la educación virtual con el nivel de satisfacción de los estudiantes, concluyendo que entre ambas variables de estudio existe relación ya que la satisfacción del estudiante va de la mano con la comodidad de las herramientas que brinda la educación virtual; también, Valdez (2018) comprobó la relación de la educación virtual y la satisfacción de los alumnos del instituto de la Maternidad de Lima con una correlación alta de 0.827, respaldando de esta manera lo antes expuesto y la fuerte relación que muestran las variables de estudio.
En relación a los antecedentes internacionales en México, Valenzuela y Portillo (2018) se trazaron el propósito de investigar la relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico en alumnos de nivel primario de una escuela estatal, llegando a la conclusión que entre ambas variables sí existe relación significativa, puesto que un adecuado manejo de las emociones facilita el aprendizaje de los estudiantes llevando a tener un buen rendimiento académico así mismo por el lado opuesto, el mal manejo de las emociones conlleva a perjudicas a los estudiantes llegando a tener un bajo rendimiento académico.
Actualmente, la variable inteligencia emocional no posee un concepto definitivo, ya que sin duda los estudios en este campo continúan desarrollándose y aplicándose especialmente al ámbito educativo; ésta ha sido motivo de innumerables estudios desde el siglo XX hacia adelante. Autores como Bisquerra (2009), Del Castillo (2018), Robalino (2020) y Rueda (2018), coinciden en que Thorndike es uno de los precursores de la inteligencia emocional quien la refiere como la habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, muchachos y muchachas, y actuar sabiamente en las relaciones humanas; además considera que existen tres tipos, siendo estos: inteligencia abstracta, mecánica y social (Thorndike 1920).
Para Goleman (1995) la inteligencia emocional es la capacidad para conocer y dirigir la propia sensibilidad, motivarnos y monitorear las emociones. Pudiéndose colegir entonces que la inteligencia emocional es la habilidad del ser humano para entender, comprender y dominar sus propias emociones de forma adecuada, facilitando relaciones más productivas con los demás (Apaza, 2021). Además, Quispe (2020) presenta cinco dimensiones de esta variable basado en la propuesta de Reuven Bar-On; inteligencia interpersonal e intrapersonal, manejo de estrés, adaptabilidad y estado de ánimo en general.
Respecto a la Educación virtual se torna importante su estudio, más aún en las circunstancias que atraviesan las modalidades educativas que han pasado de ser presenciales a virtuales. En ese sentido, Crisol, Herrera y Montes (2020) argumentan positivamente a favor de ésta; igualmente Morales, Fernández y Pulido (2016) que la educación virtual con sus rasgos de interactividad, hipertextualidad y multimedialidad es por hoy una estrategia de alto impacto que permite presentar mejoras en la calidad educativa por la cobertura y pertinencia alcanzada.
Por lo tanto, Crisol, Herrera y Montes (2020) sentencian que el aprendizaje mediado por tecnologías ha sido reconocido como una evolución de la educación a distancia y por ende una transformación significativa para la educación presencial y semipresencial, en tanto facilita a los aprendices virtuales adquirir conocimientos mediante la incorporación de medios tecnológicos, optimizando el aprendizaje continuo. Por otro lado, para Gros (2011) la educación a distancia independientemente si usa tecnología o no, lo primordial es asegurar la autonomía en el aprendizaje sin que sea necesaria la intervención reiterada del profesor.
Por otro lado, Flores (2017) afirmó que la transformación de los esquemas tradicionales del proceso de enseñanza y aprendizaje, se ha dado gracias a la educación a distancia, en el profesor como en el estudiante, permitiendo que este sea más flexible, ya que maneja sus propios tiempos; así como no existe coincidencia física en cuanto al lugar y al tiempo, por tanto; esto exige mayor independencia y autorregulación por parte del estudiante. Además, hay quienes conciben la educación virtual como una novedosa alternativa de aprendizaje de valiosa utilidad, pero siempre y cuando el centro de atención se localice en el sujeto que aprende y no en el medio que se utilice (Flores, 2017).
Asimismo, Atauconcha (2021) recogió la definición de educación virtual o educación a distancia presentada por el MINEDU (2020) como: el escenario en el que el estudiante no interactúa físicamente de manera directa con el docente o compañeros. Finalmente, sobre algunas de las dimensiones propuestas por diversos autores, Gálvez (2020) y la de Juárez (2009) citado en Moya (2020) que en líneas generales coincidieron que la educación virtual presenta cuatro dimensiones: el entorno de aprendizaje virtual, el asesoramiento educativo virtual, el desarrollo educativo virtual y la interrelación educativa virtual, todas ampliamente definidas y caracterizadas por ellos.
Así se busca resolver la interrogante ¿Cuál es la relación entre la inteligencia emocional y la educación virtual en estudiantes de secundaria de la I. E. 3022 San Martín de Porres 2021? Planteando como objetivo precisar la relación entre la inteligencia emocional y la educación virtual en estudiantes de secundaria de la I. E. 3022 San Martín de Porres 2021.
MÉTODO
Se realizó un estudio de investigación con enfoque cuantitativa bajo un análisis descriptivo. El estudio es de tipo no experimental. Al respecto; Hernández, et. al. (2018) que la realidad es observada tiempo y lugar determinado con la particularidad que las variables no son manipuladas. Asimismo, el análisis estadístico fue correlacional y de corte transversal, que según Hernández-Sampieri, Fernández y Baptista (2014) se trata de capturar el momento del estudio donde la información que se acumula en un tiempo determinado.
En este caso, se realizó la validación de los dos instrumentos por juicio de expertos, siendo estos el EQ-i (Emotional Quotient Inventory) de Bar-On para la medición de inteligencia emocional y el cuestionario de educación virtual para la segunda variable. En relación a la primera variable se consideran tres dimensiones; la primera, la Inteligencia intrapersonal, definido por el propio Bar-On (2006), como la facultad de las personas para auto conocerse y entenderse a sí mismo, esta dimensión cuenta con cinco indicadores: las emociones, el asertividad, el autoconcepto, la autorrealización y la independencia (Quispe, 2020). La segunda dimensión es Inteligencia interpersonal, que para Gardner (1993), es la capacidad de pensar y reaccionar acertadamente a los estados de ánimo de los otros, presenta dos indicadores. Sobre la tercera dimensión es el manejo de estrés, tomando a Córdova (2020) que afirma, es la facultad de controlar las alteraciones emocionales que provocan los estresores internos y/o externos.
Para establecer la confiabilidad de estos dos instrumentos que midieron las categorías de estudio en esta investigación, se seleccionó una muestra piloto de 20 estudiantes de los dos últimos grados de secundaria. Luego, los datos obtenidos fueron procesados con el programa estadístico SPSS v26, se aplicó el Alfa de Cronbach, con escala de respuestas politónicas tipo Likert. Finalmente, se obtuvo como resultado acumulado de ambos cuestionarios un coeficiente de confiabilidad de 0,8262; ello indicó que ambos instrumentos fueron altamente confiables.
RESULTADOS
A continuación, se detallan los resultados obtenidos en el análisis estadístico descriptivo con los resultados globales de las dimensiones y variables.
En la Tabla 1 se observa que el 34.6% tienen nivel bajo de inteligencia emocional, el 33,6% tiene nivel medio de inteligencia emocional y el 31.8% tiene nivel alto de inteligencia emocional en estudiantes de secundaria de la I. E. 3022 San Martín de Porres.
En la Tabla 2 se observa que el 32.7 tiene un alto nivel de educación virtual, el 29.1% tiene un nivel medio de educación virtual y el 38.2% tiene un bajo nivel de educación virtual en estudiantes de secundaria de la I. E. 3022 San Martín de Porres.
En la Tabla 3, se observa que el coeficiente de correlación obtenida con Rho de Spearman fue de 0,636; indicando que existe una correlación positiva considerable entre la inteligencia emocional y la educación virtual en los estudiantes de secundaria de la I. E. 3022 San Martín de Porres.
Tabla 3 Correlación no paramétrica: Inteligencia emocional y educación virtual.
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).
En la Tabla 4, se observa que el coeficiente de correlación obtenida con Rho de Spearman fue de 0,575; indicando que existe una correlación moderada entre la Inteligencia intrapersonal (Dimensión 1) y la Educación virtual en los estudiantes de secundaria de la I. E. 3022 San Martín de Porres.
Tabla 4 Correlación no paramétrica: Inteligencia intrapersonal y educación virtual.
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).
En la Tabla 5, el coeficiente de correlación obtenida con Spearman fue 0,41 indicando que hay una correlación positiva moderada entre la Inteligencia interpersonal (Dimensión 2) y la Educación virtual (V2) en estudiantes de secundaria de la I. E. 3022 San Martín de Porres; la correlación obtenida fue medida en un nivel 0,01 bilateral.
Tabla 5 Correlación no paramétrica: Inteligencia interpersonal y educación virtual.
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).
En la Tabla 6, se aprecia que el coeficiente de correlación obtenida con Spearman fue 0,40 que evidencia una correlación positiva moderada entre Manejo de estrés (Dimensión 3) frente a la Educación virtual (V2) en estudiantes de secundaria de la I. E. 3022 San Martín de Porres; medido en un nivel de 0,01 bilateral.
Tabla 6 Correlación no paramétrica: Manejo de estrés y educación virtual.
**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral).
Discusión
Se están haciendo esfuerzos para que el aprendizaje de los estudiantes no se detenga, para ello el gobierno central diseñó el 2020 la estrategia aprendo en casa a fin de asegurar el desarrollo de las competencias de la educación básica, aplicándose de manera remota. Ante este escenario la inteligencia emocional de los estudiantes adolescentes se puso a prueba en el seguimiento de una educación virtual abruptamente impuesta en todos los países, en todas las modalidades. Tal es el caso que se ha podido evidenciar en las instituciones educativas, deserciones escolares por diversos motivos, en especial las que están relacionadas a las emociones, que generó en los jóvenes estudiantes de secundaria depresión y desánimo ante una educación virtual que llegó para quedarse.
En ese sentido, en función a los resultados estadísticos se pueden observar respecto a la primera variable, Inteligencia emocional, según la percepción de los estudiantes de 4to. y 5to. grado de secundaria de la I.E. 3022, que el 34,6% de los encuestados presentan un bajo nivel de inteligencia emocional; el 33,6% registran un nivel medio y el 31,8% un nivel alto; sobre la segunda variable, Educación a distancia, se observó que el 39.1% muestra un nivel bajo, el 34,8% un nivel medio y el 26,1% un nivel alto. Asimismo, se observó una correlación de Rho Spearman de 0,64 y un p valor bilateral 0,000; concluyéndose que hay relación directa entre Inteligencia emocional y Educación virtual en la percepción de estudiantes de secundaria de la I. E. 3022 San Martín de Porres.
Este resultado guarda algo de similitud con dos investigadores nacionales, Mondalgo (2019) y Rueda (2018) toda vez que ambos estudiaron la variable inteligencia emocional en relación con otras variables, aun así, en sus respectivos trabajos concluyeron que hay significancia directa en la relación entre la inteligencia emocional y la otra variable relacionada, ambos coincidieron en la aplicación del coeficiente de correlación de Spearman para obtener esta conclusión. En el caso de Mondalgo, halló un coeficiente de correlación de un valor equivalente a 0.389 y un p-valor (Sig.) equivalente al 0,000; y por su parte Rueda, obtuvo en su estadística el valor del coeficiente de correlación (0,990).
En contraste con ello, Apaza (2021) investigó entre la inteligencia emocional y la educación virtual a distancia existe relación, sin embargo; este no encontró relación significativa entre ambas variables y las dimensiones de estudio propuestas en su investigación, debido a que la significancia no fue favorable, aun cuando la población encuestada también fueron estudiantes de educación básica regular como en esta investigación. La causa probable por la cual no se haya encontrado similitud, sino más bien diferencia en los resultados por el tipo de instrumento utilizado o porque no haya tenido la suficiente validez y confiablidad requerida.
Respecto a los resultados de la tabla 4, se puede apreciar la relación entre la dimensión Inteligencia intrapersonal y la segunda variable, Educación virtual, se obtuvo un coeficiente de correlación Rho de Spearman de 0,58 y un p valor bilateral de 0,000; evidenciando que existe una correlación positiva moderada entre la dimensión Inteligencia intrapersonal y Educación virtual de estudiantes de secundaria de la Institución Educativa 3022 San Martín de Porres. En tanto, si bien es cierto, en la literatura revisada no se hallaron trabajos de investigación análogos a este, lo cierto es que en esta dimensión se obtuvieron puntajes bajos, en tanto se entiende que la escuela debe aportar principalmente en el desarrollo de las emociones de los estudiantes. Sobre este indicador, las emociones, los autores Mikušková y Verešová (2020) determinaron que la educación a distancia está estrechamente relacionada con las emociones y sus cambios.
Asimismo, en los resultados de la tabla 5, se evidencia la relación entre la dimensión Inteligencia interpersonal y la segunda variable, teniendo un coeficiente de correlación Rho de Spearman de 0,41 y un p valor bilateral de 0,000; observándose la existencia de una correlación positiva moderada entre la dimensión Inteligencia interpersonal y la variable Educación virtual en estudiantes de secundaria de la I. E. 3022. Al respecto, Valenzuela y Portillo (2018) analizaron la relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico en estudiantes de nivel primario de una institución pública cubana. Estableciendo el factor de inteligencia emocional desde las dimensiones de percepción, regulación y comprensión, las cuales se relacionan con el rendimiento académico, concluyendo que dentro de los hallazgos se resalta la relación significativa entre ambas variables en el alumnado de educación primaria, y se concluye que un correcto manejo de las emociones es esencial para un buen rendimiento académico estudiantil en la escuela.
Acerca de los resultados obtenidos en la tabla 6, en relación entre la dimensión el manejo de estrés y la segunda variable, Educación virtual, se pudo apreciar un coeficiente de correlación Rho de Spearman de 0,40 y un p valor bilateral de 0,000 p<0.01, evidenciando una correlación positiva moderada entre la dimensión Inteligencia interpersonal y Educación virtual bajo la percepción de estudiantes de secundaria de la I. E. 3022. Finalmente y conforme a lo estadísticamente obtenido en esta investigación y de la revisión de los trabajos previos, es necesario replantear las estrategias utilizadas en la educación virtual, considerando que estas no están contribuyendo al desarrollo de la inteligencia emocional, siendo lo más preocupante que, los propios docentes desconocen que la inteligencia emocional se puede aprender sin interesar la edad para hacerlo y que ella contribuye al bienestar personal y grupal (Goleman, 1995, citado en Bisquerra, 2009).
CONCLUSIONES
El presente estudio ha permitido establecer que existe relación positiva moderada entre las dos variables, la inteligencia emocional y la educación virtual, toda vez que en el contexto educativo actual las emociones, los sentimientos y estados de ánimo han sufrido un cambio significativo en el desempeño escolar de los estudiantes de secundaria, quienes ante el sorpresivo cierre de las escuelas ingresaron a un escenario educativo; aunque no desconocido para ellos, éste implicaba poner a prueba habilidades personales y sociales que poco o nada se aprenden en los hogares o las escuelas. Por tal razón que se sugiere que las autoridades del ámbito educativo generen alianzas estratégicas con diversas entidades gubernamentales y no gubernamentales, a fin de desarrollar cursos, seminarios o talleres sobre la neurociencia aplicada al aprendizaje para que los docentes no sean ajenos al conocimiento sobre inteligencia emocional.
