INTRODUCCIÓN
La educación artística como parte del área de Arte y Cultura en la Educación Básica Primaria en Perú es una materia enfrentada a múltiples sesgos y falencias a pesar de la amplia documentación que se tiene sobre los beneficios que supone para el desenvolvimiento de la niñez y la formación integral del individuo. En la actualidad, el plan de estudios para la Educación Básica Primaria en Perú está compuesto por nueve áreas curriculares, las cuales se complementan e interactúan con los enfoques transversales establecidos por la Ley General de Educación. Una revisión al Currículo Nacional vigente Ministerio de Educación (MINEDU, 2021) muestra un programa con metas y objetivos ambiciosos que buscan logros de altos estándares y excelencia para los estudiantes. Sin embargo, la realidad es que, en la práctica, especialmente en los estratos sociales medios y bajos, muchas veces no se llegan a cumplir las metas anuales propuestas por este currículo.
Por lo cual Taboada (2019) considera que los débiles sistemas de monitoreo por parte de las autoridades educativas generan un impacto en la calidad de la educación que mella tanto a las áreas curriculares, como a los enfoques transversales. Como consecuencia, una de las áreas más afectadas es la de Arte y Cultura, que además de ocupar un espacio de tres horas lectivas a la semana, se ve relegada por la insistencia en una educación desfasada que se concentra en resaltar unas materias en detrimento de otras. Gal'Lino (2018) señala que el protagonismo que tienen los cursos tradicionales, como Matemática o Comunicación, ha calado de tal forma en el imaginario colectivo de alumnos, padres de familia y maestros, por lo cual son considerados cursos importantes.
De igual manera los efectos causados por la crisis mundial generada a partir del brote pandémico del Covid-19, el cual obligó al gobierno peruano a decretar el cierre de las instituciones educativas, desplegando -con la finalidad de afrontar la situación y proseguir el año escolar- la modalidad del aprendizaje a distancia (CEPAL-Unesco, 2020). Aquello implicó enfrentarse a una serie de dificultades propias de un estado caracterizado por su fallida atención de conflictos. En líneas generales, Llerena y Sánchez (2020) explican en su estudio que en el caso peruano la magnitud de la situación de emergencia estuvo determinada por la convergencia de un agente potencialmente destructivo, como el Covid-19, y una población desatendida y vulnerable.
Específicamente en el sector educativo, las dificultades se pusieron en evidencia desde múltiples frentes: por un lado, los docentes, directivos y representantes del MINEDU tuvieron que adaptarse, familiarizarse y prepararse, en tiempo récord, para el dictado de clases virtuales; por otro lado, los alumnos tuvieron que solucionar problemas por falta de equipos, tecnología y una deficiente conectividad de internet (Lema, 2020). Asimismo, habría que añadir la complicación que supuso el caso de los cursos prácticos o teóricos-prácticos, los cuales se desarrollaban en espacios presenciales, y significó un doble reto al momento de trasladarlos a la virtualidad (Delgado, 2020).
De la misma manera Gastelo (2020) señala que el método enseñanza-aprendizaje precovid, dentro de las instituciones educativas públicas, se había configurado como un proceso en donde intervenían diversos factores esenciales, por lo cual el desplazamiento de la educación presencial a la educación virtual representó un giro radical para el ejercicio de la docencia peruana. Asimismo, Moscoso (2019) resalta la importancia de la creación de un clima psicológico favorable para el alumnado a partir de la estimulación de la seguridad, la autoestima y la pertenencia al grupo, la condición contextual y ambiente en donde tiene lugar el proceso. Dentro del marco del Covid-19, el éxito o fracaso de la enseñanza-aprendizaje se ha determinado por el papel que han cumplido, sobre todo, los padres de familia orientados por los docentes e instituciones educativas.
En este aspecto Miguélez-Juan, Núñez y Mañas (2019) entienden que el curso de Arte y Cultura está orientado hacia la actividad práctica. Estos investigadores también señalan algunos de los problemas que dicho curso presenta, como la insuficiente cantidad de docentes especializados en formación artística y cultura integral. Asimismo, los docentes designados muchas veces no demuestran un interés en profesionalizarse o capacitarse en el tema. Ambos fallos, que ya habían generado consecuencias negativas en la percepción del arte y la cultura en los estudiantes precovid, se intensificaron cuando se le sumaron los inconvenientes acarreados por la educación virtual. Es así que esta investigación pretende recopilar información referencial que pueda explicar temas actuales relacionados a la pedagogía del arte, esperando develar información que dé un acercamiento panorámico capaz de aproximarse a la comprensión del fenómeno definido para este estudio.
MÉTODO
Para el desarrollo de esta investigación se utilizó el enfoque cualitativo-hermenéutico de revisión bibliográfica, mediante la consulta y análisis de 19 investigaciones que comprenden estudios gubernamentales, tesis de grado y artículos científicos ubicados en las bases de datos Scientific Electronic Library Online (Scielo), Redalyc y Google Académico. Si bien se han empleado fuentes referenciales publicadas desde el año 2017, se ha tenido especial interés en analizar investigaciones realizadas en un contexto posterior al Covid-19 (2019-2021). Asimismo, se ha tomado como criterio de selección la inclusión de estudios con las palabras clave: educación escolar; primaria; aprendizaje; educación artística; arte y cultura. Por otro lado, como principal pauta de exclusión se descartaron las referencias que abordaban el tema desde perspectivas no pedagógicas.
Este estudio se estructuró en tres ejes temáticos: la especialización de los docentes de Arte y Cultura en la Educación Básica Primaria, la importancia de este curso en la formación integral de la niñez en la escuela y las reformulaciones bajo el marco del Covid-19. En cada uno de estos puntos se analizó, interpretó y comparó literatura, tanto de enfoque cualitativo como cuantitativo, en donde además de esclarecer conceptos y definiciones, se detallaron las diversas posturas teóricas que demostraron la relevancia de las manifestaciones artístico-culturales en el contexto del currículo escolar.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
Frente a la problemática señalada, se plantea analizar la importancia de posicionar el valor de la educación artística en la escuela básica, no solo como materia práctica, sino también como un medio que, al ser capaz de desarrollar una multiplicidad de discursos, puede generar una conciencia crítica alrededor de diversos temas a favor del futuro de la niñez. Entendiendo que, ante las dificultades que supone el distanciamiento social, la metodología debería ser replanteada y adaptada a los tiempos actuales.
De igual manera Tamayo (2020) realizó una investigación que demostró que la educación artística en la enseñanza básica escolar aporta a la formación ciudadana de los estudiantes. Éste menciona, que un correcto proceso de enseñanza-aprendizaje podría significar un intercambio dialéctico, no solo con otros procesos pedagógicos, sino también como medio fortalecedor de los sentimientos de identidad, solidaridad, respeto y conciencia social. De igual modo, genera un discernimiento en temas de realidad social, cultural y económica; capaz, incluso, de actuar sobre la realidad y modificarla. Por otra parte, Folch et al. (2019) utilizó un método de intervención multidisciplinar para demostrar que se puede estimular el aprendizaje de todo tipo de materias mediante la educación artística, para ello realizó una investigación en cooperación con docentes de educación inicial y primaria, obteniendo como resultado una mejora en los desempeños del alumnado.
Desde el punto de vista de la docencia, Capistrán-Gracia (2018) propone que, desde la educación superior en artes, se generen programas orientados a capacitar a los docentes escolares en una enseñanza integral artística. Este autor manifiesta que el rol del arte y la cultura en la primaria básica aporta a la sensibilización del ser humano, a la promoción de la experiencia estética y al desarrollo de una creatividad que puede ser aplicada en cualquier ámbito y etapa de la vida del individuo. En la misma línea, Huamaní (2018) en su tesis cuantitativa y cuasi-experimental, elaboró un taller en donde se le ofreció, a un grupo de docentes, cursos especializados en pedagogía en temas de arte, obteniendo resultados que indicaron que alcanzaron excelentes puntuaciones de mejora en su rendimiento profesional.
Para Dueñas-Silva (2021), la nueva forma de vida que ha traído consigo la pandemia del Covid-19, ha supuesto, para los seres humanos acostumbrados a la interacción social, cambios en sus emociones, aumentando los niveles de tristeza, miedo y enojo. Por su parte, Alemán (2020) indica que la cultura y el arte, en sus diferentes manifestaciones, han cobrado un especial significado como un medio de expresión de emociones y sentimientos, especialmente en casos de estudiantes que vieron a sus familiares perder sus empleos, enfermar o morir. Por lo cual los diferentes aspectos señalados ponen de manifiesto que el arte y la cultura, dentro del Programa Curricular de Educación Primaria (MINEDU, 2021), planteados desde un enfoque integral, incidiendo tanto en lo teórico, como en lo práctico, se presentan como un instrumento capaz de aportar, no solo a modo de conocimiento per se, sino también estimula la reflexión en torno a otras áreas cognitivas y facilita el entendimiento de la realidad actual. No obstante, esto solo podría concretarse mediante el desempeño adecuado de los docentes que ejercen esta área, por tanto, es importante ofrecerles alcances que les permitan fortalecer y desarrollar sus capacidades para un correcto nivel de conocimiento de la materia.
La especialización de los docentes de Arte y Cultura en la Educación Básica Regular
La presente investigación determinará el rol del docente como actor principal dentro de la problemática planteada. En principio, cabe recordar que durante décadas el curso de Arte y Cultura en la Educación Básica Primaria del Perú muchas veces se limita a enseñar a los estudiantes diversas labores plásticas o escénicas básicas, (pintura, dibujo, manualidades, teatro o danza), sin embargo, según las orientaciones para la enseñanza del Arte y la Cultura, diseñadas por el MINEDU (2021), lo ideal es que los conocimientos de un docente integral de esta materia, trasciendan los conceptos tradicionales y sea capaz de dominar cualquier herramienta contemporánea de índole artístico-cultural (performance, instalación, videoarte, manifestaciones culturales de la diversidad de regiones del Perú, patrimonio cultural, etc.). De igual importancia debería ser la información que el docente maneje en la teoría e historia del arte y culturas, esto con la finalidad de presentarle al alumnado el correlato que mantiene la práctica de las manifestaciones artísticas y culturales con los diversos momentos histórico-sociales. Finalmente, también las orientaciones del MINEDU entienden la necesidad de establecer vínculos entre esta materia con las otras áreas, enfoques y competencias.
Es así como García-Huidobro (2018) enumera los requisitos que deberían tener los docentes o encargados de impartir la enseñanza artística escolar y, ante la falta de una especialización profesional, sugiere utilizar la vía de la formación continua, esto con el apoyo de instancias superiores, equipo directivo de cada centro educativo y bajo la propia responsabilidad del docente. Del mismo modo, recomienda a las instituciones educativas buscar alianzas con entidades culturales, museos, facultades universitarias y otras entidades especializadas. Así mismo, Londoño (2019) destaca y referencia, como modelo a seguir, a los programas virtuales de educación artística de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), dirigidos a docentes de todos los países, en donde se ofrecen herramientas didácticas de calidad dentro de las diferentes disciplinas artísticas, como las artes plásticas, música, danza, dramatización, prácticas audiovisuales, etc., encontrando espacios para el intercambio interdisciplinario, realización de proyectos grupales o colaborativos, integrados y sociales.
En torno a la especialización en la Educación Artística, según datos que señala Farro (2020), en Perú existe una escasez de docentes formados ad hoc en la materia, es decir, la mayoría de los profesores que dictan esta área no poseen la especialidad. En el año 2018, de los 211445 docentes de nivel primaria y secundaria que ejercieron el curso de arte y cultura, solo 8638 contaban con la especialidad, lo cual significa un 4.1%. Del mismo modo, se indica que estos 8638 docentes representaban al 1.9% de la totalidad estimada del sistema educativo escolar básico para ese año, tanto público como particular.
Las autoridades del MINEDU (2020), en la Resolución Directoral Regional N° 2896, mencionan que, en el nivel primario, el docente encargado de dictar el curso de Arte y Cultura es el docente-tutor a cargo de la formación de los niños en todas las áreas. También se señala que el área de Arte y Cultura ha sido poco atendida en los últimos años; frente a lo cual se dispuso a ejecutar un Programa de Formación Docente en Arte y Cultura 2020-2021 de forma urgente, intensiva y articulada.
Bajo el mismo fin, también vendría al caso destacar la iniciativa de Perúeduca, plataforma del MINEDU, que ofrece, de modo virtual, orientaciones y guías de enseñanza, especialmente dirigidas a los docentes. Para el área que compete a esta investigación, se ha publicado un manual con Orientaciones para la enseñanza del área de Arte y Cultura. Y de igual manera una guía para docentes de Educación Primaria (MINEDU, 2019), en donde además de alentar a los profesores a despojarse de la idea de asumir el arte y la cultura como meras copias técnicas de diversas manifestaciones, también se incentiva a desplazar la educación artística y cultural hacia un espacio de creación de conocimiento que se conecte con los contextos socioculturales, a través de la reflexión, la investigación y la experiencia estética.
Aunque estos proyectos sugieren que se están realizando mejoras y cambios en las aulas, dirigidos a extender los conocimientos estéticos y relacionarlos a la amplitud de riquezas patrimoniales, la diversidad de raíces culturales y la dialéctica con las expresiones contemporáneas; también se ha dejado en evidencia que estos avances se ubican en una etapa inicial de resolución de la problemática. Lo cierto es que estos programas y orientaciones planteados, aunque reconocen los fallos y carencias, están dirigidos a una minoría de la población docente y son optativos, tampoco se han realizado propuestas para ampliar las horas lectivas de esta materia; aquello genera que aún en la actualidad, solo llegue al estudiante una visión parcializada e incluso superficial del tema, en donde, en la mayoría de los casos, se enfatiza en el aspecto práctico y se obvian los aspectos teóricos y críticos del asunto.
El papel del arte y la cultura en la formación integral de la niñez en la escuela
Dentro del amplio panorama que ofrece la educación, en donde la preocupación principal radica en elevar la calidad de ésta y tomar las medidas adecuadas para mejorar las experiencias y los resultados del alumnado en Perú, ha surgido el debate sobre el papel que deben desempeñar las artes y la cultura dentro de la enseñanza escolar. Y aunque muchas escuelas aún sugieren que la educación artística no conlleva el aprendizaje de competencias esenciales, colocando a esta materia muchas veces en el último escalafón de relevancia dentro de su programación, algunos especialistas sostienen que las artes son fundamentales para una educación integral del educando.
Asimismo, se ha considerado exponer el papel que cumplen las artes y la cultura en la enseñanza escolar. Como punto de partida, no puede dejar de mencionarse la investigación de la artista plástica, Izcue (1926), como uno de los primeros estudios de la educación artística escolar en Perú. Su propuesta consistió en la elaboración de dos libros de trabajo dirigidos a los alumnos de Educación Básica Primaria, basados en la apropiación de motivos prehispánicos destinados a emplearse como patrones para las actividades pedagógico-artísticas en las escuelas. Vale mencionar que estos motivos no se escogieron de modo aleatorio, sino que, además del fundamento práctico, tenían como segundo discurso generar una identificación nacionalista acorde al pensamiento indigenista de los años veinte.
Durante las décadas que precedieron a la publicación de los textos de Izcue, en Perú se produjo un enorme vacío en torno a la importancia de las artes y cultura para el desarrollo de las habilidades cognitivas y sociales de la niñez. De acuerdo con esto, recién entrado el siglo XXI, se ha generado un debate que pone de manifiesto el rol de la creación y teoría artística y cultural dentro de las aulas escolares. Asimismo, La Hoz (2019) señala que la educación por el arte es un arma política, entendiendo el término «política» como una actividad que todo ser humano debería cumplir necesariamente para la toma de decisiones que comprometan al bien común. Considera, además, que la materia de Arte y Cultura trabaja desde dos frentes: «aprender a leer», que conlleva a la comprensión de las diversas realidades que rodean, y «aprender a hacer», que implica la creación de productos socialmente potentes. Por tanto, el desarrollo continuo de ambos ejercicios («leer» y «hacer») tienen el objetivo de crear discursos reflexivos propios y analizar críticamente discursos externos. De acuerdo con lo anterior, el impacto que genera una formación analítica en artes y cultura alcanza diversos ámbitos de la vida cotidiana individual y social, contribuyendo al pensamiento crítico y beneficiando al desarrollo de habilidades para la solución de problemas (Aquino, 2020).
Los resultados de algunas importantes iniciativas particulares confirman que un coherente sistema pedagógico de arte y cultura incide en los estudiantes expandiendo sus concepciones de sí mismos y de su entorno, generando el entendimiento del pasado y forjando su futuro, también se presenta como una alternativa para mejorar las habilidades de los alumnos en estado de vulnerabilidad. En ese aspecto, Rodríguez-Cano et al. (2020) desarrollaron un estudio experimental-práctico, en el cual un grupo de estudiantes universitarios de artes plásticas y visuales, diseñaron y produjeron material didáctico a aplicarse en alumnos de educación primaria, este material estuvo inspirado en obras artísticas dotadas con un importante contenido de igualdad de género. Esta experiencia tuvo como resultado una contribución para conseguir los objetivos transversales planteados en las propuestas pedagógicas escolarizadas.
A su vez Vilca (2019), mediante una investigación experimental, determinó que la utilización de estrategias de aprendizaje basadas en la relación y familiarización de los estudiantes de educación básica con plataformas de difusión artístico-culturales (específicamente en este caso: talleres de artistas, museos, galerías de arte), tuvieron como resultado cambios considerables en los promedios de notas del grupo de alumnos analizado y la mejora de su rendimiento escolar.
Reformulaciones para la materia de Arte y Cultura bajo el marco de la covid-19
El sector educativo ha sido uno de los que más transformaciones ha sufrido y aún, en la actualidad, existe una expectativa por las reales implicancias, positivas o negativas, que significarán estos años de enseñanza virtual a raíz de la aparición súbita del Covid-19. Entre los aspectos menos positivos que trajo consigo la educación a distancia, Alemán (2020) indica que, por un lado, muchos docentes y estudiantes se enfrentaron a su escasa experticia en el uso de las TIC; por otro lado, la alta demanda de equipos tecnológicos que tuvieron los hogares por parte de todos los miembros de la familia saturó e hizo lenta las redes. Aquello desencadenó problemas de ansiedad, estrés y depresión, que las instituciones educativas no se han encargado de amortiguar. Para la CEPAl-Unesco (2020) las preocupaciones anteriores exigen a los gobiernos latinoamericanos focalizar sus prioridades y redoblar esfuerzos en las poblaciones que han tenido mayores impedimentos de conexión y que pertenecen a condiciones sociales y económicas vulnerables. Esto supone un reto en Perú, en donde las resoluciones ministeriales se aplican, de modo general, para escuelas estatales, particulares, urbanas y rurales, indistintamente. También la CEPAL-Unesco, ante esta transformación de contextos, sugiere reajustar y reformular los currículos escolares, considerando la priorización de los contenidos que puedan ayudar a afrontar el nuevo contexto.
Asimismo, Jacobo (2020) realizó un análisis cuantitativo sobre la plataforma del MINEDU: Aprendo en casa, encontrando que las áreas temáticas se distribuyeron de forma muy similar a la coyuntura precovid. Mientras que los cursos de Comunicación, Matemática, Ciencia y Tecnología, y Personal Social se programaron dos días a la semana cada uno; a Arte y Cultura, y Educación Física se les designó media jornada de un día de la semana. Es decir, la materia de Arte y Cultura quedó nuevamente relegada a una cantidad mínima de tiempo de la jornada lectiva semanal. Para Torres de Eça, Mañero y Maeso (2020) la educación pre-Covid nunca ofreció las herramientas necesarias para asimilar, con espíritu crítico, la conmoción que generó esta pandemia. En su investigación consideran que las artes son las actividades por excelencia para que el individuo logre adquirir las capacidades de adaptación y sobrevivencia, sin embargo, la marginalidad y sesgo en los currículos escolares y su carácter elitista, no ha logrado fortalecer los medios de supervivencia necesarios en los niños de la actualidad.
Por otro lado, a dos años de iniciado el proceso educativo virtual a tiempo completo, Chaparro (2021) ha analizado casos exitosos de enseñanza-aprendizaje en temas de arte, en donde se ha aprovechado el uso de las TIC como medios para estimular la creatividad y la reflexión, encontrando un alto potencial en las herramientas audiovisuales y digitales acordes a los intereses contemporáneos de los niños. Bajo los mismos parámetros, describió su experiencia como docente de arte, en donde realizó tanto actividades prácticas como teóricas, demostrando que los estudiantes lograron adaptarse al trabajo a distancia, motivados por el desplazamiento hacia las redes sociales o medios con los que se sentían familiarizados. Con el mismo tenor, Caeiro (2020) ha enumerado una amplia lista de programas y aplicaciones, que aportan no solo desde el trabajo artístico práctico, sino también útiles en cuanto a historiar, percibir, reflexionar y analizar el arte y la cultura.
Para Zuloeta, Rojas y Caramutti (2021) la estimulación de la creatividad en la pedagogía es una herramienta “obligatoria” dada su efectividad en los procesos de aprendizaje. No obstante, añaden que no hay que perder de vista que, para alcanzar un éxito en la educación por el arte y la cultura en la Educación Básica Primaria, hace falta descentralizar esta «creatividad» y acercar los conocimientos artístico-culturales hacia los grupos menos privilegiados con difícil acceso y conocimientos de las TIC.
CONCLUSIÓN
La revisión bibliográfica pone en evidencia que existen grandes falencias en el planteamiento de la materia de Arte y Cultura dentro del Currículo Nacional para la Educación Básica Primaria en Perú. Según las investigaciones referenciadas, la propuesta curricular del MINEDU, planteada para este curso, no guarda coherencia con lo que sucede en la realidad en las clases, en donde, para lograr metas concretas, el docente debería tener un vasto conocimiento y dominio del área.
Quedó claro que la idea de colocar docentes especialistas en temas de arte y cultura ad hoc, en la escuela básica, sería imposible incluso a futuro; por lo tanto, las propuestas se limitan a solucionar la problemática a corto plazo, aplicando un sistema mixto, en el cual, por un lado, el docente encargado del área artístico-cultural -apoyado por su institución educativa- busque el soporte colaborativo de otros docentes especialistas, artistas y teóricos de arte y la cultura, y por otro lado, no se deje de fortalecer y actualizar los sistemas de formación continua desde el aparato ministerial. Asimismo, se afirma que la relevancia del papel que cumplen los temas de arte y cultura en la formación del individuo está determinada por aquello que es capaz de aportar como medio para desarrollar en los estudiantes reflexiones divergentes orientadas a la solución de retos, pensamiento crítico para formular juicios individuales y desarrollo de la creatividad para generar ideas propias.
Frente a la emergencia de la covid-19, la educación artístico-cultural escolar ha adquirido un valor agregado, incluso la OMS ha publicado informes que evidencian los beneficios que este curso aporta para la salud mental y física, ayudando a la contención emocional y psicológica de los estudiantes. Por tanto, ofrecer conocimientos en arte y cultura en la educación primaria, debe servir como medio para comprender las nuevas vivencias. Finalmente, aunque las fuentes indican que, en teoría, todas las recomendaciones mencionadas ya están definidas, urge ponerlas en práctica de modo efectivo, real y a entera disposición de la niñez de todos los sectores socioeconómicos del Perú.