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Revista Investigación y Negocios

versão impressa ISSN 2521-2737

Investigación y Negocios vol.14 no.23 Sucre jun. 2021  Epub 30-Jun-2021

https://doi.org/10.38147/invneg.v14i23.131 

ARTÍCULO

La dinamización de cadenas agroindustriales Uruguayas en contexto de expansión comercial global (2001-2019)

The dynamization of Uruguay an agribusiness chains in the context of global commercial expansion (2001-2019)

Ignacio Batesaghi1 

Emilio Silva2 

1Decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica del Uruguay y director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la misma universidad. Integra el Sistema Nacional de Investigadores de la ANII.

2Ambos autores se desempeñan en la Universidad Católica del Uruguay. emsilva@ucu.edu.uy


Resumen

La producción y el comercio mundial agroindustrial ha registrado un importante incremento en el presente siglo. Algunos países en América Latina, especialmente los sudamericanos se han reposicionado como importantes abastecedores de bienes agrarios. Si bien la expansión tiene múltiples causas, el acelerado crecimiento económico que ha evidenciado en los últimos veinte años la región Asia-Pacífico, motorizado principalmente por China, así como otras regiones y países emergentes, ha estado en la base de este proceso. En ese contexto, Uruguay ha sido uno de los países sudamericanos que ha mostrado un importante dinamismo. En este artículo se analiza cómo este país, históricamente agroexportador, acompañó la expansión de la producción y el comercio mundial de base agraria, desarrollando sus vínculos con el mercado externo a partir de sus principales cadenas industriales relacionadas con la producción de soja, forestación, carne, arroz y lácteos. La clave este proceso implicó, entre otras cosas, una reorganización espacial de las actividades agropecuarias, la captación de inversión extranjera directa, así como potentes transformaciones en materia de innovación tecnológica y gestión de los agronegocios.

Palabras-clave: agroindustria; agronegocios; alimentos; cadenas productivas; comercio mundial; exportaciones; innovación; Uruguay

Abstract

World agro-industrial production and trade has registered a significant increase in this century. Some Latin American countries, especially in South America, have repositioned themselves as important suppliers of agricultural products. Although the expansion has multiple causes, the accelerated economic growth that the Asia-Pacific region has shown in the last twenty years, driven mainly by China, as well as other regions and emerging countries, has been the basis of this process. In this context, Uruguay has been one of the South American countries that has shown significant dynamism. This article analyzes how this country, historically agro-exporter, accompanied the expansion of production and world trade based on agriculture, developing its links with the external market from its main industrial chains related to the production of soy, forestry, meat, rice and dairy products. Products Products The key to this process involved, among other things, a spatial reorganization of agricultural activities, the attraction of foreign direct investment, as well as powerful transformations in terms of technological innovation and agribusiness management.

Key words: agroindustry; agribusiness; foods; productive chains; world trade; exports; innovation; Uruguay

Introducción

La producción agraria y el comercio derivado de esta actividad han jugado un papel central en la historia humana. Por esta condición, siempre formaron parte de los intereses geopolíticos y geoeconómicos en todo tiempo y espacio (Picado, 2008). Esta situación se ha visto potenciada en el presente, dado que la población mundial supera los 7.700 millones de personas, y de ella el 54% ha pasado a vivir en medios urbanos (Umberger, 2015). El acelerado crecimiento económico que ha evidenciado en los últimos veinte años la región Asia-Pacífico, motorizado principalmente por China, así como otras regiones y países emergentes, ha provocado un reposicionamiento geoeconómico de algunos países agroexportadores, y también, de las principales naciones consumidoras (Perrotti, 2015). En ese sentido, la necesidad de abastecer de comida y de bienes agroindustriales en general a ingentes masas de población, derivada de la elevación de las rentas per cápita y de la urbanización de buena parte del mundo en desarrollo, desataron a inicio del siglo XXI una cuantiosa demanda, que abrió oportunidades sin precedentes en la historia humana para la producción y el comercio de estos productos (Carreño & Alfonso, 2018).

La magnitud de las trasformaciones recientes es tal que algunos autores en América Latina discuten sobre una posible reversión del deterioro de los términos de intercambio entre países industrializados y aquellos predominantemente agroindustriales, dada la valorización que han cobrado los alimentos a nivel internacional (CEPAL, 2019).

En este contexto, muchos países en desarrollo manifestaron a partir de la década de 2000 profundas transformaciones productivas de base agraria, y un significativo incremento de las exportaciones de productos alimenticios y agroindustriales en general. Este fenómeno se vio favorecido por un aumento de los precios y de la demanda internacional, en el marco de una dinamización de la economía mundial, al influjo, principalmente, de algunos países emergentes (Errea, Peyrú, y Souto, 2011; FAO, 2020).

También incidieron en este proceso, la lenta pero sostenida apertura comercial y la disminución de las políticas proteccionistas llevadas a cabo por los países desarrollados, así como la creciente interrelación entre los mercados mundiales de los productos básicos y los financieros, debido, entre otros factores, a las bajas tasas de interés y al debilitamiento del dólar registrado durante gran parte del período que se analiza en este artículo (Canta, 2014).

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indica que, entre los años 2000 y 2018, el comercio agrícola mundial se triplicó en términos de valor y registró una tasa de crecimiento anual de más del 6%, convirtiéndose este período en uno de los más prósperos en transacciones de los últimos cien años (FAO, 2018).

A nivel regional, el Mercosur fue parte importante de este proceso, constituyéndose incluso, en un actor clave del crecimiento mundial. En pocos años, el bloque pasó a ser un destacado oferente de productos agroindustriales, superando en algunos rubros a tradicionales proveedores como Estados Unidos, Canadá, Europa y Oceanía (Consejo Agropecuario del Sur (CAS), 2017). Tanto la producción como las exportaciones de carne y productos agrícolas del Mercosur aumentaron significativamente. Por ejemplo, entre los años 2001 y 2019, la región incrementó su participación en las exportaciones mundiales de carne, pasando del 7% al 22%. Particularmente en el caso de las exportaciones de granos oleaginosos, en donde predomina ampliamente a la soja, la participación en el comercio internacional pasó del 22% al 38% en el mismo período (Internacional Trade Centre, 2019).

En cuanto a los productos forestales, incluyendo la producción y exportación de celulosa, los países del sur suramericano se han transformado en actores clave. Por ejemplo, con respecto a la celulosa proveniente de madera de no coníferas, los países del Mercosur sumandos a Chile, exportaron en el período 2013-2017 un promedio de 15,6 millones de toneladas, que representó un 61% del total mundial exportado (Consejo Agropecuario del Sur (CAS), 2017)

En este contexto, en Uruguay las cadenas agropecuarias (en sus fases primaria, industrial y de servicios conexos) han registrado un fuerte dinamismo en términos de producción y productividad. Prueba de ello es el crecimiento que experimentó en la última década el Producto Interno Bruto (PIB) del sector agropecuario en conjunto (2% acumulativo anual), así como el crecimiento que tuvieron la producción agrícola (3%) y las actividades forestales (9%) (Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), 2019).

En el análisis del tema en cuestión, se parte de la hipótesis que Uruguay como país históricamente agroexportador, acompañó la expansión de la producción y el comercio mundial de base agraria, reposicionando sus vínculos con el mercado externo a partir de sus principales cadenas industriales relacionadas con la producción de soja, forestación, carne, arroz y lácteos. Algunas de cadenas se fortalecieron, tales son los casos de la carne, el arroz y los lácteos; y otras directamente se desplegaron durante el período de referencia, como, por ejemplo, las relacionadas con la soja y la forestación. Este proceso implicó, entre otras cosas, una reorganización espacial de las actividades agropecuarias (Harvey, 2003), la captación de inversión extranjera directa, así como potentes transformaciones en materia de innovación tecnológica y gestión de los agronegocios.

Este artículo tiene por objetivos, en primer término, analizar las transformaciones en la producción y el comercio agroindustrial a nivel mundial, para enmarcar dentro de ellas el proceso de Uruguay; y, en segundo lugar, identificar cambios significativos desde el punto de vista productivo, espacial y comercial de las cinco cadenas más importantes Uruguay, considerando su participación en las exportaciones nacionales.

Este trabajo consta de dos partes. En la primera se realizará una mirada a las principales transformaciones agro-productivas, demográficas y comerciales a escala global; en la segunda parte se pondrá el foco en los cambios registrados en las principales cadenas agropecuarias del Uruguay y sus relaciones con el desarrollo de sus exportaciones durante las primeras dos décadas del siglo XXI.

Este trabajo forma parte de una línea de investigación en curso más amplia, referida al comercio mundial de alimentos y los agronegocios. La estrategia metodológica utilizada articula la revisión de fuentes documentales de origen académico y de organismos internacionales, y el procesamiento y análisis de datos obtenidos de bases estadísticas especializadas en producción y comercio tanto a nivel de Uruguay como mundial.

Desarrollo agro-productivo y comercial en el mundo del siglo XXI

En esta parte se analizarán los rasgos centrales de los cambios productivos y comerciales a nivel global entre los años 2000 y 2019. Si bien los mismos son parte de un proceso que se extiende más atrás en el tiempo, durante dicho período confluyeron una serie de fenómenos, entre otros, económicos, comerciales y demográficos, que provocaron un aumento significativo de la producción y el comercio de bienes agroindustriales. Por razones de acceso a información confiable, los datos se presentarán en ciertos casos a partir de los años 2001 o 2002, y el período, en ocasiones, se cierra en el año 2018.

Se analiza a continuación la evolución de algunos productos de base agraria, tanto primarios como industriales, poniendo atención en aquellos rubros que son importantes en la producción de Uruguay.

Crecimiento mundial de la producción agropecuaria y agroindustrial. A escala mundial, en términos globales, la producción de alimentos y de productos agroindustriales ha crecido de manera sostenida en las últimas dos décadas (FAO, 2020; USDA, 2020). Este incremento en términos porcentuales se ha reflejado prácticamente en todos los productos, superando en la mayoría de los casos la tasa de crecimiento de la población mundial. Un ejemplo ilustrativo de esta situación, dada su importancia en la alimentación mundial, es el crecimiento de la producción de cereales (Market Access Map, 2019). Entre los años 2000 y 2019 la mencionada producción se incrementó en un 45%, en tanto la población mundial creció un 27% en el mismo período (Gráfico 1).

Fuente: elaboración propia en base Elaboración propia en base a Market Database Map (2019) y Fondo de Población de Naciones Unidas (2020).

Gráfico 1.  Evolución de la población mundial y la producción de cereales. Período 2000-2020 

Al mismo tiempo, entre los años 2000 y 2019, la producción de habas de soja prácticamente se duplicó (99%), en tanto la del maíz creció un 81%, la de leche un 34% y la de arroz un 29%. Por su parte la producción de carne bovina (23%)1 y el trigo (24%) han tenido un crecimiento inferior (USDA, 2020), y son excepciones en relación con todos los demás rubros mencionados, que porcentualmente crecieron por encima de la tasa de población mundial (Gráfico 2 y Tabla 1).

Fuente: elaboración propia en base a USDA (2020)

Gráfico 2.  Producción mundial de maíz, trigo, arroz y habas de soja (en millones de T). Período 2000/2001-2018/2019 

Tabla 1 Producción mundial de carne bovina, leche, madera, pulpa de madera. Años 2000 y 2019. (En millones de T y M3) 

Productos 2000 2019 Crecimiento 2000/2019 (en %)
Carne bovina (millones de T) 47 61 23%
Trigo (millones de T) 586 753 24%
Arroz (millones de T) 398 512 29%
Soja (millones de T) 174 342 99%
Leche de vaca (millones de T) 382 523 34%
Madera3 (millones de M3) 3.415 3.971 16%
Pulpa de madera (millones T) 169 188 10%

Fuente: elaboración propia en base a USDA (2020) y FAOSTAT (2020).

Transformaciones recientes en el comercio internacional de productos de base agraria4.

Entre los años 2001 y 2018, el comercio de estos productos creció a una tasa anual de más del 6%, pasando de US$ 357 miles de millones en 2001 a US$ 1.218 miles de millones en 2018 (Gráfico 2; Tabla 2). Esta tendencia se ha visto impulsada por la expansión económica mundial (entre los años 2000 y 2018 el PIB se duplicó), el crecimiento demográfico, los avances en el transporte, las tecnologías de la información y la comunicación, y las mejoras generales en el acceso a los mercados (Canta, 2014)

Las habas d soja, el trigo, el vino de uvas frescas y la pasta química de madera, respectivamente, son los productos que han registrado las mayores cifras de exportación, medidas en dólares (Internacional Trade Centre, 2019). Los doce principales productos pasaron a participar del 41% al 43% de las exportaciones en el período considerado, y registraron una variación del 256%.

Gráfico 2. Evolución del comercio de productos de base agraria (En miles de millones US$) Período 2001-2018

Fuente: elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019)Sin perjuicio de esta desagregación por partidas, si se analiza por capítulos del Sistema Armonizado (en adelante, SA), en el período considerado, la carne y despojos comestibles (Capítulo 02) fue el principal producto exportado. Entre los años 2001 y 2018 pasó de US$ 41 mil millones a US$ 128 mil millones, registrando un incremento de la participación del 3% al 5% en los alimentos exportados, y con una variación del 474% (Internacional Trade Centre, 2019). El aceite de palma (partida 1511 del SA), las habas de soja (partida 1201 del SA) y la carne de bovinos congelada (partida 0202 del SA), registraron las mayores variaciones entre los años 2001 y 2018 (635%, 474% y 360%, respectivamente)

Tabla 2 Exportaciones de productos de base agraria por partidas (Período 2001-2018) 

Partidas Descripción abreviada Años 2001-2018
Miles de Millones de US$ 2001 2018 Participación 2001 2018 Variación 2018/2001
1201. Habas de soja, incluso quebrantadas. 10,33 59,28 3% 5% 474%
1001. Trigo y morcajo "tranquillón". 14,56 41,12 4% 3% 182%
2204. Vino de uvas frescas, incl. encabezado; mosto de uva. 12,91 37,51 4% 3% 191%
4703. Pasta química, de madera, a la sosa "soda" o al sulfato (exc. pasta para disolver). 13,61 37,01 4% 3% 172%
1005. Maíz. 8,91 33,91 2% 3% 281%
0406. Quesos y requesón. 10,98 32,06 3% 3% 192%
2309. Preparaciones de los tipos utilizados para la alimentación de los animales. 7,83 30,80 2% 3% 293%
1511. Aceite de palma y sus fracciones, incl. refinados, sin modificar químicamente. 4,18 30,75 1% 3% 635%
0901. Café, incl. tostado o descafeinado; cáscara y cascarilla de café; sucedáneos de café. 6,78 30,64 2% 3% 352%
1806. Chocolate y demás preparaciones alimenticias que contengan cacao. 7,63 29,15 2% 2% 282%
0203. Carne de animales de la especie porcina, fresca, refrigerada o congelada. 11,14 28,46 3% 2% 155%
0207. Carne y despojos comestibles de gallos, gallinas, patos, gansos, pavos. 9,63 26,99 3% 2% 180%
2304. Tortas y demás residuos sólidos de la extracción del aceite de soja "soya", incl. Molidos. 7,94 26,51 2% 2% 234%
1006. Arroz. 6,72 26,21 2% 2% 290%
0201. Carne de animales de la especie bovina, fresca o refrigerada. 7,42 24,72 2% 2% 233%
0202. Carne de bovinos, congelada. 5,32 24,48 1% 2% 360%
Subtotal 145,91 519,61 41% 43% 256%
Resto 211,05 698,52 59% 57% 231%
Total 356,96 1218,13 100% 100% 241%

Fuente: Elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019).

La variación de las exportaciones de los productos de base agraria en el período considerado en este estudio ha evidenciado un crecimiento significativamente superior en relación con el total de productos exportados a nivel mundial (Tabla 3). En tanto las exportaciones del total de productos comercializados a nivel mundial registró, entre los años 2001 y 2018, una variación de 216%; el porcentaje para los alimentos fue del 241%. Esta realidad pone de manifiesto el significativo rol que ha tomado la producción de alimentos en el contexto del comercio internacional.

Tabla 3 Variación porcentual comparada entre el total de exportaciones a nivel mundial y los productos de base agraria 

Productos Miles de millones de US$ 2001 2018 Variación 2018/2001 (%)
Totales 6.100 19.300 216%
Productos de base agraria 357 1.218 241%

Fuente: elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019).

Otra perspectiva de este tema es analizar exclusivamente la exportación de alimentos (capítulos 01 a 23 del SA) por países. En tan sentido, Estados Unidos y los Países Bajos han sido los principales exportadores de alimentos entre los años 2001 y 2018. Al mismo tiempo, en dicho período cobraron vigor como exportadores algunos países emergentes tales como Brasil, India y China. Estos países casi duplicaron su participación en el período de referencia, pasando sus exportaciones agregadas, del 8% al 15% del total mundial (Tabla 4). Esta situación ha implicado que ciertos países emergentes hayan cobrado una mayor importancia geoeconómica en el contexto mundial. El ascenso de algunos de ellos ha sido vertiginoso. Tal es el caso de Brasil, India y Polonia, que han registrado, por ejemplo, un reposicionamiento ascendente en el ranking de naciones productoras y exportadoras de alimentos (Canta, 2014).

En otro orden, tanto Estados Unidos como los Países Bajos y Alemania, registraron, al mismo tiempo, un descenso en la participación de las exportaciones, pasando en conjunto del 25% en el año 2001 al 21% en el año 2008 (Cuadro 3).

Tabla 4 Principales países exportadores de productos alimenticios Capítulos 1 al 23 del SA 

Principales países exportadores de alimentos Total de exportaci ones de productos de cap ítulos 1 al 23 (SA)
Miles de US$ 2001 2018 Participación 2001 2018 Variación 2018/2011 Incidencia
Estados Unidos de América 51.910.106 142.754.990 12% 9% 175% 21%
Países Bajos 29.549.425 100.685.449 7% 7% 241% 16%
Alemania 25.143.093 83.067.407 6% 5% 230% 13%
Brasil 15.320.406 80.597.457 4% 5% 426% 15%
China 15.062.446 76.139.880 3% 5% 405% 14%
Francia 31.939.541 72.457.304 7% 5% 127% 9%
España 17.223.417 57.798.523 4% 4% 236% 9%
Canadá 19.717.031 51.187.789 5% 3% 160% 7%
Italia 15.882.447 48.187.287 4% 3% 203% 7%
Bélgica 17.619.920 44.992.747 4% 3% 155% 6%
India 6.073.081 34.316.524 1% 2% 465% 6%
México 8.048.764 34.213.167 2% 2% 325% 6%
Argentina 11.647.348 34.018.294 3% 2% 192% 5%
Indonesia 4.758.408 33.520.577 1% 2% 604% 7%
Reino Unido 13.168.783 31.568.054 3% 2% 140% 4%
Australia 13.198.067 31.350.885 3% 2% 138% 4%
Nueva Zelandia 6.709.750 24.438.869 2% 2% 264% 4%
Rusia 1.414.677 24.365.766 0% 2% 1622% 5%
Subtotal 304.386.710 1.005.660.969 70% 65% 230% 161%
Resto 131.616.855 542.913.409 30% 35% 312% 94%
Total 436.003.565 1.548.574.378 100% 100% 255% 255%

Fuente: elaboración propia en base a Internacional Trade Centre, 2019.

Por su parte, si se considera por separado las exportaciones mundiales de carne y despojos alimenticios, de acuerdo con lo que se desprende de la Tabla 5, veinte países explican el 90% de las exportaciones. Estados Unidos ha liderado desde el año 2001 el grupo de países exportadores, en tanto Brasil se posicionó como segundo país exportador, ascendiendo cuatro lugares entre los años 2001 y 2018.

Polonia, India y Argentina han registrado en el mismo período las mayores variaciones positivas en materia de exportaciones de alimentos. Es destacado el caso de India, cuya variación superó 2.300% en el período 2001-2018. En términos generales, los que han registrado mayores crecimientos son países en desarrollo.

Tabla 5 Evolución de las exportaciones de carnes y despojos comestibles Principales países exportadores. 

Exportadores En miles de US$ Valor Valor exportado exportado en 2001 en 2018 Participación 2001 2018 Variación 2018/2001 (%) Variación de puestos en el ranking (2018-2001)
Mundo 40.919.233 128.282.964 100% 100% 214 N/A
Estados Unidos de América 6.799.217 17.268.856 17% 13% 154% Sin cambio
Brasil 2.552.739 13.292.305 6% 10% 421% 4
Australia 3.251.447 10.187.800 8% 8% 213% 1
Países Bajos 3.569.712 9.494.037 9% 7% 166% -2
Alemania 2.414.665 8.624.181 6% 7% 257% -3
España 1.251.207 6.802.424 3% 5% 444% -5
Polonia 248.432 5.994.065 1% 5% 2313% 15
Nueva Zelandia 1.813.864 5.148.311 4% 4% 184% -2
Canadá 2.876.515 5.104.270 7% 4% 77% -4
Bélgica 2.185.417 3.852.332 5% 3% 76% 1
India 275.002 3.726.988 1% 3% 1255% 5
Irlanda 1.132.271 3.684.866 3% 3% 225% Sin cambio
Dinamarca 3.331.816 3.644.998 8% 3% 9% -10
Francia 2.499.371 3.547.397 6% 3% 42% -7
Hong Kong, China 744.673 2.537.705 2% 2% 241% -1
Argentina 221.601 2.530.983 1% 2% 1042% 3
Italia 861.517 2.469.544 2% 2% 187% -4
Reino Unido 497.597 2.179.285 1% 2% 338% -3
México 214.365 1.883.459 1% 1% 779% 1
Uruguay 258.818 1.882.585 1% 1% 627% -3
Subtotal 37.000.246 113.856.391 208
% sobre el total mundial 90 89 90% 89% -2

Fuente: elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019).

En síntesis, durante los años que han transcurrido del milenio actual, se produjo una importante expansión de la producción y del comercio agrícola. Los países emergentes, fueron actores claves tanto en las exportaciones como demandantes de alimentos. Entre otros factores, el crecimiento y la urbanización de la población, junto a la mejora del poder adquisitivo en importantes regiones del mundo emergente y a la flexibilización de trabas que obstaculizan el comercio internacional, han motorizado un período de importantes tasas de desarrollo productivo y de los negocios.

Transformaciones productivas y agroexportadoras en Uruguay

En esta parte abordaremos el desarrollo de las cinco cadenas agroindustriales más importantes con que cuenta el país: soja, forestación, arroz, carne y leche. En primer lugar, se hará referencia al desarrollo productivo que han registrado estas cadenas en las últimas dos décadas, para luego centrarse en el comercio internacional de los productos que se derivan de las mismas.

El inicio de la década de 2000 constituyó un punto de inflexión en el sistema productivo de Uruguay. En todo el territorio, pero con especial énfasis en las adyacencias del río Uruguay, se produjeron importantes transformaciones motorizadas principalmente por la demanda internacional, las condiciones naturales y políticas del país, y por la afluencia de nuevas inversiones de capitales extranjeros. Se potenciaron algunos rubros tradicionales como la producción de carne, lácteos y arroz; al mismo tiempo que se instalaron nuevas actividades agroindustriales como la producción de pasta de celulosa y la producción de soja, que hasta ese momento tenía escasa relevancia en el país. Este cultivo se fue expandiendo en la década de 2000, desde el territorio argentino hacia el uruguayo (en particular hacia algunos departamentos del litoral del Río Uruguay), generando importantes transformaciones en el medio rural, en las estructuras agrarias, en los modos de propiedad de la tierra y en la forma de producir valor (Achkar, Domínguez, & Pesce, 2006)

Los principales rubros tradicionales de Uruguay (maíz, girasol, trigo, cebada, lino, avena, sorgo) fueron perdiendo importancia relativa. En el plano industrial, se instaló en Fray Bentos a mediados de la década de 2000, la empresa de capitales finlandeses Botnia (hoy UPM), abocada a la producción de pasta de celulosa. Surgía así una nueva agroindustria, en este caso vinculada a la forestación.

Esta industria es parte de un proceso de desarrollo de la actividad forestal que fue impulsado al final de la década de 1980 por una serie de políticas de Estado que estimularon esta actividad. La más importante se implementó a través de la Ley Forestal Nº 15.939 del año 1987. Al mismo tiempo, hacia el centro y norte del Uruguay (Departamentos de Artigas, Salto, Paysandú), se expandió la frontera arrocera del sur de Brasil (Achkar, Domínguez, & Pesce, 2008)

Continuando también con una política de desarrollo lechero originada en la década de 1980, este sector se ha constituido en un rubro importante para Uruguay en materia de producción y comercio, más allá de fluctuaciones coyunturales.

Los cambios productivos mencionados han tenido que ver con un modelo de agricultura industrial que ha transformado el medio rural a gran velocidad en las tres últimas décadas, y que son derivaciones de la llamada “revolución verde”. La misma se ha caracterizado por la creciente incorporación de insumos (herbicidas, insecticidas, fungicidas, fertilizantes químicos) y maquinarias a los sistemas productivos (Blum, Narbondo y Oyhantcabal, 2008). Este fenómeno se asocia con la idea de “industrialización de la agricultura”, en la cual los agricultores dejan de realizar determinadas tareas tradicionales, que pasan a ser sustituidas por los insumos proporcionados por grandes empresas especializadas en el tema (Otero & Lario, 1999). Se sostiene en un modelo productivo dinámico, integrado y holístico que se asocia a un nuevo tipo de gestión empresarial centrada en los agronegocios.

El término agronegocios (agrobusiness, en inglés) se define por la totalidad de las actividades económicas tales como la compra de insumos, la producción y la distribución de productos agropecuarios. Tiene que ver con la articulación y la creciente relación de la actividad agrícola con la cadena productiva antes y después de la producción (Gráfico 3).

Esta cadena incluye, entre otros eslabones, a la industria y el comercio que proporcionan insumos, al transporte, al procesamiento y venta de los productos agropecuarios hasta el consumidor final. La producción agraria implica siembra, manejo, cosecha, rendimientos, mantención de máquinas, almacenamiento de insumos, descarte de embalajes y personal. En forma previa, se requiere de una serie de elementos necesarios para la producción agrícola, y que el productor rural necesita adquirir para producir: máquinas, agentes químicos, fertilizantes, semillas, entre otros insumos. Postproducción, el eslabonamiento continúa con almacenamiento y la distribución, incluida la logística hasta llegar al consumo (Ribeiro y Fornazier, 2016, pág. 219).

En este escenario de concentración es que aparecieron grandes corporaciones económicas, que se ubicaron en aquellos sectores de la cadena agroindustrial más dinámicos y que influyeron decisivamente en los procesos productivos. Así, se concentró en muy pocas firmas buena parte de la oferta de semillas, fertilizantes, agroquímicos, maquinaria, entre otros insumos. También participan en la industrialización y comercialización de lo producido. (Blum, Narbondo, & Oyhantcabal, 2008)

Fuente: reproducido de Grupo de Ecología del Paisaje y del Medio Ambiente (2015: 10)

Gráfico 3.  El encadenamiento del agronegocio 

Cambios productivos y espaciales en la geografía económica de Uruguay.

El sector agrícola del país se desarrolló inicialmente con el objetivo de satisfacer las demandas del mercado interno, alcanzando una superficie máxima de ocupación del suelo a principios de la década de 1950 de casi un millón de hectáreas. Progresivamente, y como consecuencia del abandono del modelo de sustitución de importaciones, la actividad agrícola comenzó a reducir las áreas cultivadas y el número de agricultores, presentando un proceso continuo de tecnificación, aumento y concentración de la producción (De los Campos & Pereira, 2019). En la década de 1990 se alcanzó a un promedio de 470 mil hectáreas ocupadas por el sector, con seis productos principales: arroz, trigo, cebada, girasol, maíz y sorgo. Estos cultivos generaban cerca del 50% del producto bruto del sector agropecuario (Arbeletche & Carballo, 2006a). No obstante, en 1990 se comenzó a dar una mayor vinculación del sector agroindustrial con el mercado externo que pasó a constituir el 37% de los ingresos del sector5 (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, 2007). Esto indicó un punto de inflexión, que se consolidó a inicios del siglo XX, en la orientación de la producción del sector agropecuario hacia el mercado internacional.

Transformaciones espaciales.

Entre los años 1990 y 2011, se registraron los mayores cambios a nivel de la distribución espacial y producción de las actividades agropecuarias en el territorio de Uruguay (Mapa 1 y Gráficos 4 y 5). Si se considera el período 2000-2019 las tierras dedicadas a la agricultura pasaron del 14% al 25%, las forestales del 5,9% al 6,5%; en tanto la superficie agrícola-ganadera creció un 25%, al tiempo que se desplazó hacia el centro y este del país, debido al avance de la frontera sojera por el litoral del país (Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, 2019).

La producción sojera en los departamentos de Paysandú, Río Negro, Soriano, Colonia, Flores y Durazno, y el cultivo de arroz en Salto y Artigas, se convirtieron en los rubros agrícolas más importantes en las regiones litoral del Rio Uruguay y centro del país. La forestación ha tenido su mayor desarrollo en los departamentos Río Negro, Paysandú, Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo, principalmente; en tanto se intensificó la producción arrocera en el este del país. Por su parte, la actividad ganadera fue ocupando suelos menos propicios para la agricultura, desplazándose paulatinamente desde el litoral oeste hacia otras regiones del país (Mapa 2).

Fuente: Elaboración propia en base a Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (2019)

Mapa 1 Transformaciones espaciales de los principales rubros agropecuarios 

Mapa 2.  Porcentaje de explotaciones con bovinos de carne como principal ingreso (Censos 2000 y 2011) 

Fuente: Elaboración propia en base a Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (2019)

Gráfico 4 Área sembrada de cultivos cerealeros e industriales, por año agrícola. 

Fuente: Elaboración propia en base a Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (2019)

Gráfico 5.  Producción de cultivos cerealeros e industriales, por año agrícola. 

Cambios productivos.

A continuación, se analizarán las principales cadenas productivas atendiendo algunas dimensiones claves como la evolución de la producción, la superficie utilizada y aspectos logísticos básicos.

Cadena sojera. A principios del siglo XXI, la irrupción del cultivo de soja como expansión de la frontera agrícola argentina, convirtió a este producto en el principal rubro de la agricultura uruguaya desplazando a la producción de arroz6 que durante muchos años constituyó el principal generador de excedentes exportables del sector agrícola uruguayo. A partir del año 2000 se produjo un incremento acelerado de la superficie destinada a la plantación de soja. Entre las zafras de los años 2000/01 y 2018/2019 se pasó de 157 mil hectáreas a 960 mil, llegando a un máximo de 1.334.000 hectáreas en la zafra de los años 2014/15. En tanto la producción pasó de 1 millón de toneladas a 2,8 millones entre 2000/01 y 2018/2019, con un pico de 3,2 toneladas en la zafra 2016/17 (Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, 2019).

La cadena de soja representa un 17% de la producción (medida en toneladas) que se analiza en este artículo. Su materia prima es el grano producido bajo la modalidad de agricultura de secano (Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), 2019).

A partir de la zafra 2003/2004, es el cultivo que ocupa mayor extensión territorial. Al mismo tiempo, la superficie que ocupaban los cultivos tradicionales en el período anterior (girasol, lino, maíz, trigo, entre otros), disminuyeron sensiblemente (Dirección Nacional de Medio Ambiente, 2014).

El desarrollo de la soja en Uruguay fue favorecido, entre otros factores, por el incremento de la demanda internacional (especialmente china) y el alza de los precios internacionales, las condiciones impositivas más ventajosas y los bajos costos de producción en Uruguay en comparación inicialmente con Argentina (Guibert et al., 2011), la introducción de un avanzado paquete tecnológico, la estabilidad política, la promoción y el establecimiento de condiciones favorables para las inversiones extranjeras directas (IED), el alza de los precios de la tierra como incentivo al uso intensivo y la adecuada dotación de recursos naturales.

Desde el punto de vista de la gestión, la incursión y desarrollo de la soja requirió importantes transformaciones en todas las fases. Tanto los antiguos actores (sobre todo nacionales) como los nuevos (predominantemente argentinos), se alinearon en algunas ideas básicas de agronegocios tales como la rotación de capital y su desplazamiento de fijo a variable, el uso de tecnología de punta para este tipo de producción, arrendamiento en lugar de adquisiciones de tierras, tercerización de los servicios (siembra, fumigación, cosecha) (Gutiérrez, 2009).

Los mayores de volúmenes de producción tendieron a presionar la infraestructura logística existente, especialmente la destinada al almacenamiento y al transporte. En tal sentido, la capacidad de almacenaje pasó de 2,5 millones de toneladas a de 6,8 millones en el período de referencia (Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, 2019).

De manera congruente con la espacialidad de la soja, la mayor densidad de almacenaje y flujos de carga están concentradas en el litoral del río Uruguay y centro del país (Gráfico 6). Los puertos más importantes de salida de las exportaciones son Nueva Palmira (más de 2,6 millones de toneladas de toneladas) y Montevideo (0,7 millones de toneladas).

Prácticamente toda la soja se comercializa en granos; la industrialización de este producto es marginal, y esto constituye una carencia de la cadena. Por esta razón Uruguay es importador de pellets y aceite de soja. Mientras que Uruguay industrializa el 5% de su producción elaborando harinas de soja y aceites, Argentina lo hace en un 90% (Ciani, Reus, & Aramayo, 2018).

Fuente: Reproducido de Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), (2019:25)

Gráfico 6 Capacidad y dinámica logística relacionada con la soja 

Cadena cárnica vacuna. Por su historia y su importancia en la matriz productiva nacional, esta cadena tiene gran relevancia económica y social. Considerando la fase primaria e industrial, actualmente representa el 7% de las toneladas producidas por las cinco principales cadenas agroindustriales del país.

Esta actividad ha demostrado en todas sus fases, también, un significativo desarrollo entre inicios en el período de análisis, con un comportamiento ascendente en indicadores tales como producción, exportación, inversión e innovación. Esto se ha registrado en un contexto de reducción de superficie destinada exclusivamente a la ganadería, lo que habla de un incremento de la productividad si se consideran los resultados de las últimas dos décadas (Aguirre, 2020). Entre los años 2002 y 2018 el stock bovino pasó de 11,2 millones de cabezas a 11,4 millones (Gráfico 7). Las faenas pasaron de 1,4 millones de cabezas en el año 2001 a 2,5 millones en el año 2018, que representaron 1.100 millones de toneladas de carne vacuna (Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca-DIEA, 2019).

Alrededor del 6,8 % se destina al mercado interno. El 98% del ganado se destina a la industria, en tanto un 2% se exporta en pie (Instituto Nacional de Carnes-INAC, 2018).

El desarrollo de la fase industrial ha estado asociado a las inversiones de capitales extranjeros destinados a la compra de emprendimientos establecidos y el desarrollo de nuevas plantas. Los frigoríficos están distribuidos por todo el país, pero la mayor concentración se registra en el área metropolitana de Montevideo (Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), 2019).

Gráfico 7 Evolución de las cabezas de bovinos (en miles) 

En materia de empleo, la cadena ocupa directamente a más de 63.000. En la fase primaria trabaja el 79% de los ocupados en el sector (Gráfico 8).

Fuente: Reproducido de Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), (2019:86)

Gráfico 8 Fases de la cadena cárnica vacuna 

El transporte hacia los frigoríficos se realiza en camiones de mediano porte, a través de la mayor parte de la red vial primaria y secundaria del Uruguay. No obstante, las rutas N° 3, 5 y 8 son las que registran los mayores flujos de transporte. A su vez el traslado desde los frigoríficos hasta el puerto de Montevideo (principal punto de salida) o hacia los centros de consumo interno, se realiza en camiones de 25 toneladas.

Cadena forestal. El año 1987 marcó un punto de inflexión para las actividades forestales del Uruguay. La Ley Forestal 15.939, aprobada ese año, estableció una serie de incentivos que impulsó un cambio estructural en este sector productivo. De ahí en más tanto la superficie forestada como el volumen de madera extraída y su industrialización tuvieron un desarrollo importante, lo cual contribuyó con los cambios de la matriz productiva del país registrada en las últimas décadas (Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca DIEA, 2019).

Actualmente el sector forestal uruguayo tiene capacidad industrial para procesar 10,4 millones de m3 de madera, de los cuales el 88% (9,2 millones de m3) se consume para la obtención de pasta de celulosa, y el 12% restante (1,2 millones de m3) es procesado por el sector aserrado. En los últimos 20 años la superficie forestada creció un 85% (Gráfico 9), y se multiplicó por más de 30 si se considerada que a finales de la década de 1980 apenas había algo más de 30 mil hectáreas plantadas. Por su parte, la extracción de madera creció alrededor del 500% desde el inicio del año 2000 al presente (Gráfico 10).

Fuente: Elaboración propia en base a Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (Anuarios DIEA, 2000 al 2019)

Gráfico 9 Superficie plantada (en ha). Período 2000-2018 

Las referidas transformaciones fueron motorizadas, en su mayor parte, por inversiones de empresas extranjeras tanto en la plantación como en la producción de pasta de celulosa, y, en menor medida, madera aserrada y tableros.

Desde el punto de vista manufacturero se distinguen por un lado la industria de la madera aserrada y por otro la de producción de celulosa. En este artículo, por ser una actividad reciente nos referiremos al segundo caso (Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), 2019).

Fuente: Elaboración propia en base a Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (Anuarios DIEA, 2000 al 2019)

Gráfico 10. Extracción de madera en rollo (en metros cúbicos) 

Del total de madera extraída anualmente, un 38% (medido en toneladas) se destina a la producción de celulosa. Dos empresas multinacionales lideran esta industria: UMP (originalmente denominada Botnia), instalada en el año 2005 en la ciudad de Fray Bentos (Río Negro), y Montes del Plata, instalada en la localidad de Conchillas (Departamento de Colonia). La primera de las fábricas procesa el 40% de los rolos destinado a celulosa; en tanto la segunda el 45%. Un 13% de la madera destinada a la industria se destina al chipeado en plantas instaladas en el área metropolitana de Montevideo.

Casi la mitad de la madera es provista por la zona litoral (principalmente por los departamentos de Río Negro y Paysandú); un 32% proviene del este del país (departamentos de Maldonado, Rocha, Treinta y Tres) y un 25 de la región noreste (mayoritariamente desde los departamentos de Tacuarembó y Rivera).

Desde el punto de vista logístico la mayor parte de la madera de traslada por ruta (74%), y se complementa vía fluvial con barcazas desde el litoral hacia la planta de Montes del Plata.

Las exportaciones de pasta de celulosa se realizan vía fluvial. UPM lo hace desde el puerto de Nueva Palmira (departamento de Colonia), previo traslado por el río Uruguay mediante barcazas hasta el puerto mencionado. En tanto, Montes del Plata realiza su embarque desde el propio puerto de la planta (Punta Pereira).

En su conjunto, complejo forestal representa un 16% de la ocupación de las cadenas analizadas en este artículo, lo cual pone en evidencia la importancia social del sector. En la fase primaria ocupa en el entorno a las 10.700 personas, en tanto que en la industria trabajan 8.600 personas (Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), 2019).

Cadena arrocera. Considerando las fases primarias e industrial, este sector representa el 11% de la producción de las cinco principales cadenas agroindustriales (Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, 2019). La región este del Uruguay produce el 72%, en tanto las regiones noroeste y noreste el 19% y 9%, respectivamente (Gráfico 11).

En el período considerado, la superficie de arroz plantada no ha variado significativamente (Gráfico 12). Por su parte, la producción y el rendimiento aumentaron 16% y 23%, lo cual evidencia un incremento de la productividad (Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, 2019).

Las plantas industriales se localizan por costos asociados a la logística, en las áreas de producción primaria. La región este procesa el 52% del arroz cosechado.

Fuente: reproducido de Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), (2019)

Gráfico 11.  Regiones productoras de arroz 

Luego de un período de intenso crecimiento entre los años 1970 y 2000 a una tasa de 6% anual, la producción de arroz ha demostrado en las dos últimas décadas un modesto crecimiento de menos de 1% anual. Las exportaciones son fundamentales para esta cadena. Uruguay exporta más del 90% de lo producido y participa del 3% del mercado internacional.

Fuente: Elaboración propia en base a Asociación de Cultivadores de Arroz (2020) y Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (2019)

Gráfico 12 Superficie de arroz sembrada, producción y rendimiento Período: zafras 2000/2001 -2018/2019 

Este sector productivo opera con un alto nivel de integración entre todos los actores participantes en las etapas de producción, industrialización y exportación. La Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) y la Gremial de Molinos Arroceros (GMA) son responsables de fijar un precio con base en los negocios concertados en el mercado mundial. Esto ofrece certezas tanto a productores como a industriales. Al mismo tiempo, y más allá de la fijación de precios, participan en esta cadena otras organizaciones que han contribuido con la mejora de la productividad y la eficiencia del sector, entre otras: el Instituto Nacional de Semillas (INASE), el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), el Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU) y el Estado generando políticas fiscales en tal sentido (Asociación de Cultivadores de Arroz, 2020).

La cadena arrocera uruguaya ha demostrado altos niveles de inversión e innovación que explican su importancia relativa a nivel mundial. Las inversiones por hectárea productiva figuran entre las más altas, y se destinan, entre otros insumos y tecnologías, a semilla, fertilizantes, herbicidas, combustibles, mano de obra, repuestos, agua, maquinaria y equipos, instalación de estaciones de bombeo, canales, drenajes, caminos, puentes, construcción de represas para riego (Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), 2019). A todo esto, hay que agregar la adopción nuevas tecnologías para el cultivo y variedades de alto rendimiento desarrolladas a nivel nacional por el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), que hoy constituyen el 90% de lo que se siembra.

También en las últimas dos décadas se ha ampliado la capacidad para los procesos postcosecha e industrialización en infraestructuras tales como galpones, silos, secadores y molinos. La logística del transporte implica que todo el traslado desde la producción a los silos, plantas industriales o puntos de salidas al exterior se realiza por carretera. Por el puerto de Montevideo se realiza el 81% de las exportaciones. El resto, con destino a los países vecinos, sale por Aceguá, Artigas, Chuy, Río Branco, Rivera y Salto ((Asociación de Cultivadores de Arroz, 2020; Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, 2019).

Cadena láctea. La industria láctea representa el 6% de la producción industrial del Uruguay y el valor agregado se estima en el 20% (Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente Universidad de la República (ITU), 2019). Considerando las principales cadenas analizadas, la leche represente el 18% de la producción medida en toneladas. Si bien los tambos como unidad productiva están dispersos por todo el país, existen cuatro regiones importantes: suroeste, litoral, este y noreste. El suroeste (los departamentos de Florida, San José y Colonia) abastece el 80 % de la demanda de la leche para industria.

Más allá de problemáticas coyunturales, y visto en el plazo que analiza este artículo, esta cadena agroindustrial ha tenido un importante desarrollo. Entre otros factores, han sido importantes la innovación y el cambio técnico de los distintos componentes del proceso productivo (genética, alimentación, sanidad, etc.). También ha resultado importante la suplementación con granos superando la tradicional alimentación pastoril. Por otra parte, nuevos actores de mediano y gran porte han incursionado en esta cadena productiva, algunos de ellos integrando las fases productivas e industrial a través de los denominados “megatambos” (Hernández, 2015).

Entre los años 2012 y 2018 la leche remitida a las plantas industriales pasó de 1,1 millones toneladas a 2,1 millones, incrementándose en más de un 80%. En tanto los tres principales productos lácteos industrializados como lo son leche en polvo, quesos y manteca y otras grasas incrementaron en el mismo período su producción en 418%, 82% y 17%, respectivamente (Gráfico 13).

Elaboración propia en base a Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (2005, 2010 y 2019)

Gráfico 13 Principales productos lácteos elaborados por año 

Por su parte, la estructura de participación de subproductos ha variado significativamente en el período considerado, tendiendo a una concentración en la leche en polvo como principal producto con casi el 70% del total industrializado (Gráfico 14). En tanto la parcelación de quesos cayo del 39% al 26% entre 2000 y 2018, y la leche media y larga vida del 13% al 4%.

En cuanto a la logística del transporte, la leche sin pasteurizar se traslada desde los tambos a las plantas industriales por carretera en camiones cisterna que cargan 21.000 litros (CSI Ingenieros y Steer Davies Glave, 2016).

El 70% de la producción se destina a la exportación y la leche en polvo entera es el principal producto exportado. Las exportaciones se realizan en más de un 75% por el puerto de Montevideo; en tanto el resto se exporta por carretera a la región del Mercosur, a través de los pasos fronterizos de Chuy, Fray Bentos, Paysandú, Río Branco, Rivera y Salto (Hernández, 2015).

Elaboración propia en base a Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (2005, 2010 y 2019)

Gráfico 14.  Participación en el total de subproductos lácteos industrializados (en %) 

Comercio agroindustrial: una visión en conjunto de las cadenas

Entre los años 2001 y 2019 las exportaciones totales del Uruguay pasaron de US$ 2.058 millones a US$ 7.816 millones, vale decir que tuvieron una variación del 280%. Buena parte de este crecimiento ha estado centrado en el incremento de las exportaciones de bienes agroindustriales.

En el año 2001 los seis productos de base agraria más exportados, medidos en dólares, representaron un 38% de las ventas totales del país. En el año 2019, este porcentaje ascendió al 56%, lo que indica la profundización del modelo agroexportador del Uruguay y la concentración de la mayor parte de las exportaciones en pocos productos agroindustriales (Internacional Trade Centre, 2019).

Fuente: Elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019)

Gráfico 15 Principales productos exportados en el año 2001 

El conjunto de los seis bienes más exportados ha cambiado su integración. A inicios de siglo XXI, los cueros y pieles de bovinos (partida 4101 del SA) y el arroz (partida 1006 del SA), eran los productos agroindustriales que generaban los mayores ingresos por concepto de exportaciones. La lana (partida 5105 del SA) y la malta de cebada u otros cereales (partida 1107 del SA), también figuraban entre este grupo (Gráfico 15). Con el correr de las dos últimas décadas, la matriz agroexportadora cambió sustancialmente. La carne de bovinos congelada (partida 0202 del SA), las ha bas de soja (partida 1201 del SA) y la madera en bruto (partida 4403 del SA), se posicionaron como los bienes de base agraria más exportados. También la leche y nata “crema” (partida 0402 del SA) se integró al top de los seis bienes más exportados (Gráfico 16 y 17). Por su parte, perdieron importancia relativa los cueros y pieles de bovinos (partida 4101 del SA) y la lana (partida 5105 del SA). La malta de cebada u otros cereales (partida 1107 del SA), aunque disminuyó sus ventas en menor proporción, también dejó de figurar entre los seis productos más exportados.

Fuente: Elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019).

Gráfico 16 Principales productos exportados en el año 2019 

Fuente: elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019)

Gráfico 17 Evolución de las exportaciones de arroz, carne bovina, lácteos y soja (en U$S). Período 2000-2019 

Si bien los dos principales productos de exportación de Uruguay provienen de la carne bovina y de la soja, son los productos derivados de la madera y de la soja los que han registrado las mayores variaciones desde inicio del presente siglo. La soja ha registrado una variación notable, en casi dos décadas; en tanto el arroz y los lácteos, comparativamente, han variado en mucho menor porcentaje (Gráfico 8).

Otros cambios importantes registrados tienen que ver con los clientes de Uruguay. A inicios de la década de los 2000, la región (Brasil y Argentina) adquirían un tercio de la producción agropecuaria nacional. Actualmente, China es el principal comprador con el 27% de las importaciones de origen uruguayo, en tanto Brasil importa en el presente en el entorno del 14% (Gráficos 19 y 20). Vale decir, Uruguay ha incrementado sus exportaciones fuera de la región del Mercosur, a pesar de no contar con comerciales con los clientes más importantes que tiene el país en la actualidad.

Gáfico 18. Variaciones porcentuales de exportaciones de madera, soja, lácteos, carne bovina y arroz (Período 2002-2019)

Fuente: Elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019).

Fuente: Elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019

Gráfico 19 Principales mercados importadores de productos de base agraria de Uruguay 

Fuente: Elaboración propia en base a Internacional Trade Centre (2019).

Gráfico 20.  Principales mercados importadores de productos de base agraria de Uruguay Año 2019 

Consideraciones finales

A lo largo de este artículo se pusieron en evidencia las importantes transformaciones en materia de producción de base agrícola y el desarrollo del comercio mundial de estos productos. Al mismo tiempo, se hizo un análisis de las principales cadenas agro-productivas de Uruguay, las cuales constituyen los pilares económicos del país, por la dinámica interna que generan y por ser las principales fuentes de ingresos de divisas por concepto de exportaciones.

Diversas son las causas que han provocado un acelerado crecimiento de la producción y el comercio de productos de base agraria. Sean como productores o consumidores, los países emergentes han sido clave en este proceso, lo cual ha derivado en un reposicionamiento geoeconómico y geopolítico de estos en el concierto internacional.

El incremento del poder adquisitivo, el crecimiento demográfico de algunas regiones y la tendencia acelerada a la urbanización de la población mundial están en la base de estos fenómenos.

En general, tanto la producción como el comercio de base agraria han crecido en los últimos veinte años a tasas superiores que la población mundial. De ninguna manera quiere decir que todo el planeta se ha beneficiado por igual de la disponibilidad de alimentos, por ejemplo; ni que el sistema de comercio internacional sea justo y transparente. Algunos de los países menos adelantados (PMA) siguen teniendo serias dificultades para satisfacer los niveles básicos de seguridad alimentaria, y, en muchos casos, son altamente dependiente de la solidaridad internacional.

En este proceso de incremento de la producción y de la oferta agroindustrial, el Mercosur ha sido un actor clave, y probablemente lo siga siendo por mucho tiempo. Dentro del bloque, Brasil se ha posicionado como una potencia agroalimentaria, y se encuentra en pleno proceso de expansión productiva y comercial.

Uruguay, luego de haber atravesado una severa crisis económica a inicios del siglo XXI, se insertó aceleradamente en este proceso de expansión de demanda y comercio mundial, en base a productos tradicionales para el país (carne bovina, lácteos, arroz) y, también, a nuevas actividades agro-productivas que cobraron vigor en el presente siglo, como la soja y la forestación. Estas nuevas cadenas, entre otros efectos asociados, implicaron una reconfiguración de la producción en el espacio. En términos generales, los mejores suelos fueron destinados a la producción agrícola (por ejemplo, en el litoral suroeste) y los de menor calidad fueron asumidos tanto por la ganadería como por la forestación.

La innovación en la gestión del negocio agropecuario y la tecnificación en la producción primaria, entre otros factores, han permitido importantes niveles de competitividad de la producción uruguaya, que ha logrado, incluso, sortear los altos costos productivos y ciertas carencias logísticas que tiene el país. Buena parte de estos cambios fueron impulsados por capitales transnacionales instalados en el país, al amparo de seguridad jurídica y estabilidad sociopolítica.

Existen desafíos importantes como lo son, entre otros, avanzar en la industrialización de la producción sojera, así como también iniciar un proceso de equilibrio en la matriz agroexportadora, ya que una parte mayoritaria de las ventas al exterior se ha ido concentrado en muy pocos productos y destinos.

Al mismo tiempo, Uruguay tiene pendiente renegociar aspectos que flexibilicen el acuerdo del Mercosur y le permitan, a la vez, avanzar en acuerdo bilaterales o regionales con sus principales socios comerciales. En tal sentido, el acuerdo con la Unión Europea abre una ventana de oportunidades importante en tal sentido, al mismo tiempo que desafíos a sortear dentro de cada bloque negociador.

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1Sin perjuicio del incremento porcentual de la producción mundial de carne bovina, en el mismo período se produjo un acelerado crecimiento de las exportaciones de este producto, como se verá más adelante. Es oportuno aclarar que la carne porcina es la que mayor nivel de producción registra, con más de 100 millones de toneladas al año. Sin embargo, en este artículo se analiza la carne bovina por ser uno de los principales productos de exportación de Uruguay.

3Excepto pulpa de madera.

4Definidos según el criterio del Consejo Agropecuario Sudamericano (CAS).

5En 1960 representaron un 4% de los ingresos del sector agroindustrial (IICA, 2007)

6Si bien el arroz dejó de ser el principal producto agrícola de exportación de Uruguay, a la vez comenzó a tener mayor preponderancia en el litoral oeste y noroeste del país. Este cultivo era, inicialmente, tradicional en los departamentos del este del país (Achkar, 2006).

2Recuperado el 02/02/2020 de: https://downloads.usda.library.cornell.edu/usdaesmis/files/5t34sj56t/3f462h141/p8419020t/dairy.pdf

Recibido: 04 de Marzo de 2021; Aprobado: 10 de Abril de 2021

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