Introducción
La educación de la salud sexual y reproductiva, se debe insertar en el marco del proceso de educación integral de formación de la personalidad a través de todas las direcciones del trabajo educativo. En Cuba, desde la fundación de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en 1961, se comienzan a desarrollar progresivamente las primeras acciones en este campo. Pero a pesar de todos los esfuerzos hechos, se debe continuar con otras actividades que permitan integrar a las instituciones presentes en la comunidad como son la familia, las instituciones escolares y las de salud, en el trabajo educativo de la salud sexual y reproductiva, para alcanzar los resultados esperados. (1)
El contexto cubano actual para la salud sexual y reproductiva (SSR), se caracteriza por un inicio de la actividad sexual cada vez más temprana, incremento de embarazos no deseados ni planificados, aumento de los abortos como método anticonceptivo. El desconocimiento de la técnica para la correcta utilización de los métodos anticonceptivos en diferentes edades, además del aumento de la prevalencia de las infecciones de transmisión sexual, la falta de comunicación entre padres e hijos al tratar temas relacionados con la SSR, la falta de preparación en estos apartados en instituciones escolares y en las familias. (3)
Se describe además la poca asistencia a instituciones de salud para recibir información, aumento de las limitaciones sexuales en pacientes con enfermedades crónicas y la falta de orientación por el personal de salud, poca preparación para orientar al adulto mayor sobre las formas de disfrutar su sexualidad y elevada tasa de fecundidad en adolescentes, con negativas repercusiones para su desarrollo. (4)
En este sentido, para la formación del médico que lidera las acciones integrales hacia las personas, las familias y la comunidad, se hace necesario tratar el tema de la salud sexual y reproductiva tanto en pregrado como en posgrado. Para elevar la calidad en su formación deben ser incluidos contenidos orientados a lograr conocimientos en los puntos de SSR, como parte del currículo de la carrera de Medicina y en el posgrado de la especialidad de Medicina General Integral (MGI). (7)
La presente investigación tiene como objetivo Identificar los conocimientos de los especialistas en Medicina General Integral para la atención de la salud sexual y reproductiva en la comunidad.
Métodos
Se realizó un estudio observacional descriptivo de corte transversal, donde de un universo de 191 especialistas en MGI (N=191), perteneciente a los siete policlínicos del municipio Plaza de la Revolución, se conformó una muestra probabilística (n) que dio como resultado 129 unidades de análisis. El estudio se procedió en el período de enero a mayo del 2020. Se aplicó una encuesta previamente validada por criterios de expertos, donde se recogió la información en relación con los conocimientos que tenían los especialistas para atender la SSR en la comunidad. Para el análisis cuantitativo de las preguntas se estableció rango de evaluación, donde fue considerado como conocimiento alto todas aquellas respuestas que estuvieran entre 80 y 100 puntos, cuando identifiquen entre cinco y más opciones y se codificó con el número uno. Se consideró conocimiento medio las que estuvieran entre 60 y 79 puntos, cuando identifiquen hasta cuatro opciones y se codificó con el número dos y como conocimiento bajo menor de 60 puntos cuando identifiquen hasta tres y menos opciones y se codificó con el número tres.
Entre las variables analizadas están: la motivación por la especialidad, la preparación en temas relacionados con la SSR, la frecuencia con la que brinda esta atención, el enfoque de la información que brinda, el reflejo por escrito en la historia clínica, las vías que utiliza para orientar a la SSR, métodos anticonceptivos y comportamientos sexuales. Para la expresión de los resultados, se empleó el método porcentual.
Se mantuvo el anonimato, confidencialidad, consentimiento escrito y voluntariedad de los participantes implicados, a partir de la previa concertación y negociación con ellos. También se tuvo en cuenta la declaración de Helsinki, que en cuanto a la recogida del consentimiento informado plantea que en la investigación médica en seres humanos capaces de dar su consentimiento informado. Cada participante potencial debe recibir información adecuada acerca de los objetivos, métodos, fuentes de financiamiento, posibles conflictos de intereses, afiliaciones institucionales del investigador, beneficios calculados, riesgos previsibles e incomodidades derivadas del experimento.
Resultados
El estudio comenzó con la identificación de las motivaciones que tenían los especialistas con la especialidad, aspecto muy importante para lograr que puedan empoderarse de todos los conocimientos necesarios que les permitan brindar una atención a la SSR, a la comunidad que atiende donde se obtuvo como resultado que un 16,3 %, no estaban motivados.
Según la consideración de los especialistas, no existe suficiente presencia de los temas relacionados con la SSR en el programa de formación de postgrado de la especialidad, donde el 61,2 % lo identifican como medianamente suficiente. (Ver tabla 1)
Conjuntamente, a la insuficiente presencia de estos temas en el programa para la formación de los especialistas, resultó que el 60,5 % se encuentran medianamente suficientes preparados para tratar el asunto con los pacientes que atiende. (Ver tabla 2).
El 64,3 % de los encuestados refieren que casi siempre brindan información sobre el tema en su trabajo diario con la comunidad. (Ver tabla 3).
En la investigación se expusieron los enfoques sobre los que debe basarse la información acerca de este tema y se tuvo en cuenta los enfoques de promoción, prevención, educación, orientación, información y consejería, el 44,2 % de los participantes tenían un conocimiento bajo sobre los mismos. (Ver tabla 4).
Al analizar el reflejo de la información acerca de la SSR en la historia clínica individual, resultó que un 48,8 % casi nunca escriben en la historia clínica las orientaciones o actividades que sobre este tema llevan a cabo en el consultorio o en la actividad de terreno. (Ver tabla 5)
Los resultados obtenidos en relación con la vía que utilizan para orientar la SSR reflejan que la oral es la más utilizada para un 62 %. Lo que permite identificar que los especialistas en su trabajo diario orientan a su población sobre estos temas mediante actividades educativas prácticas que no reflejan por escrito en las historias clínicas individuales o en otros documentos oficiales que se encuentren en el consultorio.
En la encuesta aplicada a los participantes se sugirieron diferentes métodos anticonceptivos como: anticonceptivos de barrera masculina (condón), anticonceptivos de barrera femenina, dispositivos intrauterinos, tabletas anticonceptivos, método de amenorrea de lactancia, método de abstinencia periódica, anticonceptivos parenterales, anticoncepción quirúrgica voluntaria femenina, y anticoncepción quirúrgica voluntaria masculina, donde en el 64,3 % se identificó que tenían un conocimiento alto de todos los métodos.
Se exploró también los comportamientos sexuales como: sexo seguro, sexo protegido, abstinencia sexual, comportamientos de autocuidado de la salud sexual y reproductiva, derechos humanos sexuales y reproductivos, mantenerse informados de los métodos anticonceptivos, donde en un 62,8 % de los encuestados se identificó que tenían un conocimiento bajo en este tema.
Discusión
La motivación de estos profesionales por la actividad que realiza constituye un factor importante para lograr las modificaciones que se requieren en su formación, dirigida a profundizar en los conocimientos en la atención a la SSR, lo que permite un mejor servicio de salud a la población.
Cañete (9) en su investigación refiere que la relación que existe entre motivación, satisfacción y rendimiento en el trabajo es directa. Por esta razón, se considera crucial conocer los aspectos motivacionales de los futuros profesionales médicos, qué aspectos les provoca satisfacción en el trabajo y a qué factores les dan importancia. Se debe dirigir estas motivaciones a todas las áreas a fines que tenga este profesional con el fin de lograr resultados acordes a las exigencias de su especialidad.
Con relación a los Programas de Estudios, tanto en pregrado como en posgrado, abordan los temas relacionados con la SSR, desde un enfoque dirigido hacia la enfermedad en estrecha relación con los diferentes módulos y especialidades por los cuales se forman los especialistas en Medicina General Integral. No se privilegia el enfoque preventivo como corresponde en la formación del profesional de la medicina que trabaja en el primer nivel de atención, que tiene dentro de sus objetivos lograr que en su perfil de salida se empoderen de todos los conocimientos necesarios para la atención integral de la comunidad que atiende.
En el último Congreso de Educación, Orientación y Terapia Sexual, la ministra de Educación, Velázquez Cobiella se refirió a la importancia de crear un nuevo currículo que posiciona y focaliza la educación integral de la sexualidad con enfoque de género y derechos. Además de continuar con el proceso de perfeccionamiento curricular que experimenta actualmente el Sistema Nacional de Educación, para elevar la calidad de la preparación y superación de los profesionales. (10)
En cuanto a la preparación de los especialistas en este tema, a partir de su formación como profesionales, están mejor preparados en contenidos relacionados con la SSR en la atención de las afecciones ginecológica como el síndrome de flujo vaginal o enfermedades relacionadas con las mamas. En la especialidad de psiquiatría se tratan generalmente las disfunciones sexuales y en Urología la disfunción eréctil. Por tanto, la preparación de estos profesionales está encaminada hacia el dominio de los aspectos biológicos de la sexualidad.
Cuando el médico aborda la sexualidad desde la perspectiva biológica, se facilita su manejo, la complejidad inicia cuando se involucran aspectos socioculturales o cuando emerge el tema erótico o placentero de la sexualidad; lo que resulta antagónico con las nociones adquiridas durante su formación profesional, esto genera en los especialistas una sensación de confusión ante la evidencia de la sexualidad como un proceso social y culturalmente construido que anula el discurso adquirido en la universidad.(11)
Otro aspecto importante es el enfoque que le da el especialista de MGI a la atención de la sexualidad, dentro de los tratados en este estudio, la promoción constituye uno de los más importantes, ya que debe ser de pleno dominio de este especialista.
La promoción de salud cumple sus objetivos mediante una variedad de actividades encaminadas a fomentar comportamientos y estilos de vida saludables. Se centra en las elecciones y responsabilidades personales y en el cambio social del medio. Utiliza una variedad de estrategias complementarias como la comunicación y educación para la salud, la participación comunitaria y el empoderamiento social, las políticas públicas y la abogacía. De ahí que se plantee que ambas se vuelven, cada vez más, un binomio inseparable, por encima mismo de los propios medios, técnicas e instrumentos empleados, y esto fortalece, enriquece y modifica, en forma consciente e informada, conocimientos, actitudes o comportamientos a favor de la salud. (12)
Constituye una buena práctica profesional el hecho de registrar en las historias clínicas individuales lo que se hace en relación con la educación y atención a la sexualidad de los pacientes, al constituir una guía de atención que permita el seguimiento de las acciones que se realizan.
El objetivo básico de la historia clínica sexual es el mismo que el de cualquier otro tipo de historia clínica: conocer el estado de salud del paciente y enfocar el diagnóstico diferencial. El tipo de historia clínica difiere según la especialidad. En la atención primaria, la historia clínica sexual, por ejemplo, puede girar alrededor del asesoramiento de las enfermedades de transmisión sexual o discusiones sobre la elegibilidad para la profilaxis pre exposición. (13)
Se concluye que de forma general los especialistas en Medicina General Integral participantes no poseen suficientes conocimientos para la orientación a la sexualidad en la población que atiende.