INTRODUCCIÓN
Se considera que los espacios públicos son fundamentales para el desarrollo de la vida comunitaria en las ciudades de manera particular debido a que proveen sentido de pertenencia, identidad, cultura y genera rasgos de empatía entre los diferentes actores (Anderson, 2016). En trabajos previos se ha definido el espacio público como un espacio físico con uso compartido entre los diferentes habitantes de una ciudad sobre el cual se desarrollan actividades sociales, culturales, artísticas, recreacionales, comerciales y políticas (Alvarado-Vásquez y Casiano-Flores, 2021; Narciso, 2018; Campos y Brenna, 2015).
Para el desarrollo de las actividades anteriormente descritas es fundamental la existencia de infraestructura social, la cual se refiere a la provisión de bienes inmuebles identificado con alguna de las funciones básicas del quehacer urbano y que permiten la vida en comunidad (Klinenberg, 2018). Trabajos previos identifican cinco tipos de espacios de infraestructura social: (a) instituciones públicas, (b) comercio, (c) actividades recreativas, (d) religión y (e) tránsito (Gilbert y otros, 2019; Jackson, 2019; Latham y Layton, 2019; Middleton, 2018; Hitchings y Latham, 2017; Jhones y otros, 2015; Sendra, 2015). En la tabla 1 se presenta una breve descripción para ellos y algunos ejemplos para contextualizar.
Como se puede apreciar esta infraestructura es vital para el desarrollo socioeconómico de cualquier ciudad. Esta importancia incluso es incluida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible en el literal 11.7, el cual expone la importancia de proveer acceso universal a espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles; poniendo en prioridad de acceso a mujeres, niños, adultos mayores y personas con discapacidad (Naciones Unidas, 2015). CEPAL (2019) indicó que uno de los principales desafíos en Latinoamérica es el desarrollo de un modelo de urbanización que produzca espacios económicos sostenibles, fuertes e inclusivos. De ahí que se recomienda que los procesos de planificación de ciudades sean inclusivos entre los roles gubernamentales, sociedad civil, sector privado y organismos no gubernamentales.
Una forma común en Latinoamérica para intervenir en los espacios públicos desde finales de los años 90 ha sido los procesos de regeneración urbana. De acuerdo a Bustos-Peñafiel y Castrillo-Romón (2020) la regeneración se sustenta en el reciclaje de paisaje urbano existente y sobre el cual convergen intereses de convivencia entre sector público, privado y tercer sector. Una vez aplicada la intervención se suele reconocer un mejoramiento barrial y la recuperación de espacios para su explotación a cualquiera de los tipos indicados en la tabla 1. Sin embargo, Álvarez Mora y Camerin (2019) y Roberts (2017) consideran que la regeneración urbana no cumple con el objetivo de reconocer la equidad de acceso y explotación, sino que somete los espacios públicos a un desarrollo bipolar y marcadamente desigual; se limitan a intervenciones que contienen parcialmente las necesidades de fondo o reduce el nivel de actividad productiva y social antes de la regeneración.
En la ciudad de Machala desde el año 2005 se ha llevado a cabo un proceso de regeneración urbana orientado hacia la recuperación de los espacios públicos como consecuencia del desgaste sufrido en las áreas centrales. Sin embargo, de acuerdo a Prada-Trigo (2015) el proceso de regeneración urbana en esa ciudad no se encuentra apropiadamente estructurado, no tiene un plan integral de intervención y se reduce a procesos de regularización, decoración y poca impresión de una característica cultural propia dado que las zonas intervenidas tienen el mismo acabado y diseño de Guayaquil (Castellano-Gil y Alcívar-Galarza, 2015). Un caso particular de esta situación es la forma como se pretende la regeneración del mercado central de Machala, donde la intervención no ha considerado las necesidades sociales de los vecinos (Diario Correo, 2021) y por tanto resulta en la provisión de infraestructura de baja calidad y no consensuada.
REVISIÓN DE LA LITERATURA RELEVANTE
En el inventario de espacios públicos los mercados municipales ocupan una posición muy importante para la gentrificación de las ciudades (Braswell, 2018). Los autores indican que la gentrificación ocurre cuando existe: (a) un rápido crecimiento urbano, (b) movilidad interna de personas de clase media alta hacia otros asentamientos de la ciudad y (c) reemplazo de espacios ocupados por personas de clase baja por infraestructura que proveen modernidad, accesibilidad y facilidad de traslado para el desarrollo de las actividades productivas (Kim y Wu, 2022; Rigolon y Németh, 2020; Connolly, 2019). De ahí que es importante que propuestas tendentes a rescatar y elevar la calidad de espacios públicos como los mercados municipales respondan a las necesidades de la comunidad que los rodea.
Ribeiro-Palacios, Yañez y Morales-Gómez (2021) indicaron que en el contexto latinoamericano hay poca investigación relacionada a explorar la calidad de los espacios públicos y cómo deben ser desarrollados estos espacios. Una clave para entender esta problemática es revisar el proceso de organización de espacios públicos desde tres aristas (Alvarado-Vásquez y Casiano-Flores, 2021): (a) la interacción contextual, (b) las economías de aglomeración y (c) la percepción ciudadana sobre la dotación y explotación de dichos espacios. De ahí la importancia de contribuir este vacío de la literatura con un caso representativo como el mercado central de Machala.
La Teoría de Interacción Contextual
El concepto de gobernanza ha sido criticado por no tener un definición genérica y aplicable a cualquier realidad (Mandeli, 2019; Zamanifar, Alizadeh y Bosman, 2018). Las definiciones disponibles tienen en común que la gobernanza implica la articulación de individuos e instituciones a fin de priorizar las demandas de los diferentes grupos de interés para lograr una ciudad accesible y con proyección al futuro, mediante el ejercicio formal de una forma de poder (Alvarado-Vásquez y Casiano-Flores, 2021). Sin embargo, Yu, Burke y Raad (2019) consideran que para darle adaptación al concepto de gobernanza es fundamental relacionarlo con la interacción contextual, debido a que el ejercicio de poder se ve influenciado por las relaciones entre la autoridad y el resto de actores, así como los ciclos políticos que influencian la velocidad de planificación sobre los espacios públicos.
Este trabajo utiliza como referente la Teoría de Interacción Contextual (CIT)1. CIT pertenece a un campo de estudio de tercera generación de entendimiento de la gobernanza, alejada de las aproximaciones tradicionales verticales e invertidas2 (El Hatee y Shawket, 2022). La tercera generación inicia a finales de los años 80 e inicios de los 90 (Kuri, 2015) y propone que los procesos de implementación de políticas públicas no deben seguir una relación dominante-dominado, sino que debe ser el resultado de envolver los diferentes actores/grupos de interés para lograr el mejoramiento del bienestar colectivo. El modelo CIT consiste en responder las siguientes preguntas: ¿Dónde?, ¿Quién?, ¿Qué?, ¿Cómo? y ¿Con qué?, las respuestas conducen a la aplicación de un sistema de gobernanza moderno (Alvarado-Vásquez y Casiano-Flores, 2021; Casiano-Flores y otros, 2018; Douglas, Lennon y Scott, 2017): multinivel, multi-actor, multifacético, multi-instrumental y multi-fuente.
El modelo CIT se encuentra compuesto de cinco elementos:
1.- Nivel de gobernanza: Gobernanza considera el carácter general de varios niveles de implementación de política.
2.- Actores y redes: Gobernanza considera la inclusión de múltiples actores en la implementación de políticas públicas.
3.- Percepción de los problemas y objetivos: Gobernanza considera el carácter multifacético de los problemas y objetivos en la implementación de políticas.
4.- Estrategias e instrumentos: Gobernanza considera el carácter instrumental múltiple en la implementación de políticas.
5.- Responsabilidades y recursos para implementación: Gobernanza considera la base compleja de múltiples fuentes para la implementación de políticas.
Estos cinco elementos que describen la gobernanza se pueden utilizar para la evaluación positiva de cualquier política independientemente del campo y del tiempo de aplicación. Este modelo CIT se ha utilizado para el análisis del contexto de gobernanza en países desarrollados y en países en vías de desarrollo (Hung, Wang, Yeh, 2022; Casiano-Flores, 2017). CIT permite entender el rol de la percepción en la implementación de políticas debido a que concibe la gestión de los territorios desde la afectación a los espacios públicos.
De acuerdo a Guillezeau (2002) la planificación y la gestión de territorios locales en Latinoamérica se caracterizan por procesos descentralizados, que permiten a los municipios y demás instituciones de gobierno local hacer uso de su autoridad para el ordenamiento y gestión de suelos. Para el caso ecuatoriano, desde la vigencia de la Constitución de 2009 se ha establecido una serie de normas que establecen una jerarquía de obligaciones y derechos que son señalados como fundamentales para el intercambio cultural, cohesión social y desarrollo sustentable de los territorios. Por otra parte, la norma magna establece la obligatoriedad de presentar un Plan Nacional de Desarrollo cada cuatro años, mediante el cual el gobierno central determina un conjunto de estrategias y ejes de entendimiento político para lograr las metas de expansión y crecimiento socioeconómico y productivo.
Desde una perspectiva de gobernanza múltiple, los diferentes niveles de gobierno local se encuentran involucrados en las diferentes acciones de planificación y ordenamiento territorial. En el caso ecuatoriano, Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD) y la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, Uso y Gestión de Suelo (LOOTUGS) establece que la rectoría nacional en temas de hábitat, vivienda, asentamientos humanos y desarrollo urbano recae sobre el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda y la Secretaría Técnica Planifica Ecuador (Andrade-Benítez y otros, 2019). La LOOTUGS es la primera ley que establece las medidas administrativas y legales correspondientes para cada nivel de gobierno. Dentro de esta ley se establece la definición de espacio público como (las áreas)
donde todas las personas tienen derecho a estar y circular libremente, diseñados y construidos con fines y usos sociales recreacionales o de descanso, en los que ocurren actividades colectivas materiales o simbólicas de intercambio y diálogo entre los miembros de la comunidad (Asamblea Nacional, 2016).
La forma como actúan planificadamente los gobiernos locales se enmarca en un documento denominado Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (PDOT), el cual recoge las estrategias generales y específicas vinculadas con la protección de los recursos naturales del territorio y la articulación de los diferentes actores en pro de la integración económica y social. El PDOT de Machala recoge el uso de los espacios públicos de esta localidad para promover el desarrollo local. La ciudad de Machala tiene una extensión de más de 37 mil hectáreas, las cuales se distribuyen en 7 parroquias urbanas y una rural, se señala que uno de los problemas de fondo de esta comunidad es que no disponen de espacios públicos apropiados para la integración ciudadana, particularmente en lo que respecta al ordenamiento comercial se detecta una elevada tasa de comercio informal que afecta el libre tránsito, presenta una visión de desorganización que fortalece la delincuencia e impide la formación de una red de comercio moderna (Municipalidad de Machala, 2019) . De ahí que es importante la apropiada integración de los diferentes actores sociales en la discusión de proyectos orientados a recuperar el uso racional del espacio público.
Economías de Aglomeración
Las ciudades son la base del crecimiento de las economías nacionales y mundiales. Para un adecuado desarrollo de las ciudades es fundamental que los diferentes tipos de espacio de infraestructura social se encuentren interconectados entre sí (Frost, 2017). De acuerdo a Urdaneta y Borgucci (2021) las economías de aglomeración involucran tres tipos diferentes de economías: de escala, de localización y de urbanización. El primero se refiere a la función espacial para conectar entre sí a instituciones y actores locales desde un enfoque productivo. El segundo se refiere a la ubicación que toman las empresas para el desarrollo de distritos y zonas de especialización productiva. La tercera en cambio se refiere a la concentración de infraestructura residencial la cual suele gravitar luego de que están apropiadas las dos tipologías anteriores en la planificación urbana (Huang, Hong y Ma, 2020). Si existe una apropiada economía de escala y de localización, los hogares aumentan su utilidad y hay mayores posibilidades para la especialización productiva y oferta escolar funcional a las necesidades productivas.
De acuerdo a Giuliano, Kang y Yuan (2019) los mecanismos fundamentales de las economías de aglomeración para ser funcionales son: intercambio, encuentro y aprendizaje. El intercambio se refiere a la forma cómo se combinan medios de transporte, infraestructura vial y telecomunicaciones para el traslado de mercancías y personas; una red que permita la movilidad de los diferentes recursos reduce drásticamente los costos de operación, así como permite el surgimiento de bienes intermedios y complementariedad entre los diferentes sectores industriales que flexibilizan la cadena de suministro. El encuentro por su parte se refiere a la mejora en los tiempos de búsqueda y selección en la mano de obra de manera específica de esa manera se pueden conseguir profesionales con los grados de educación que se necesitan para el desarrollo productivo. Finalmente, el aprendizaje se refiere a la posibilidad de innovar y como resultado lograr un tejido industrial que coopere entre sí y esté presto a desarrollar servicios complejos que permitirán la entrada de nuevos actores en la actividad económica.
La globalización y el desarrollo de telecomunicaciones han estimulado la cultura innovadora en las ciudades. De ahí que las metrópolis más innovadoras han logrado pasar de una economía basada en actividades primarias y de intermediación hacia modelos basados en conocimiento. De acuerdo a Vera y Molina (2019), la economía del conocimiento es un modo de producción donde la creación y explotación del conocimiento es el elemento base para la creación de riqueza; aquí el conocimiento se refiere a las habilidades que se van agregando en la modernización de la economía y que se vuelven transversales al resto de actividades productivas. Y dado que el conocimiento es de fácil transmisión dentro de una comunidad local, entonces el nuevo conocimiento tiene la propiedad de agruparse dentro de una región geográfica (Urdaneta y Borgucci. 2021, p. 169).
Sin embargo, para lograr una aglomeración eficaz en las ciudades es importante que el marco institucional sea favorable a la promoción del conocimiento como medio de producción (Asongu, 2017). La calidad de la gobernanza para planificar y gestionar los recursos es fundamental para estimular la actividad emprendedora y reducir la percepción de corrupción sobre las acciones de gobierno (Rodriguez, Asongu y Avavilah, 2015). Si la calidad de gobierno percibida es baja entonces tanto el clima de negocios como la valoración ciudadana de la gestión se vuelven negativos y se generan fricciones sobre los diferentes actores, pues perciben que sus recursos y espacios públicos no se están usando para liberar el potencial creativo de la comunidad.
Percepción ciudadana sobre la dotación explotación de espacios púbicos
El trabajo seminal con respecto a cómo los humanos perciben su entorno urbano proviene de Lynch (1960), aquí se indicó que las ciudades son representadas por imágenes en el ideario de los individuos y por eso son capaces de decodificar un sentimiento a partir de su percepción visual. Trabajos más recientes como Navarro y otros (2018), Tirachini y otros (2017), y Giergiczny y Groneberb (2014) han utilizado técnicas directas y cuantitativas en lo que respecta a relacionar atributos del paisaje urbano especifico, percepciones subjetivas y comportamiento; en estos trabajos se aborda la percepción como un ejercicio de exploración y comprensión del entorno desde el punto de vista del individuo para adoptar una posición emocional con respecto a cómo internaliza las situaciones de intervención y cambio sobre el espacio público.
En la actualidad, el avance de las tecnologías de comunicación está permitiendo avanza más en el entendimiento de las ciudades y el comportamiento de sus habitantes (Urban Land Institute, 2019). Debido al avance en los niveles de conectividad de datos ahora los ciudadanos cuentan con medios alternativos para expresar sus emociones y percepciones (Bardhan, Sunikka-Blank y Haque, 2019; Abali y otros, 2018). La tenencia de perfiles en redes sociales y el uso de contenidos animados cortos están favoreciendo la viralidad en la transmisión de información (Cai, 2021). Se está generando y almacenando una gran cantidad de macrodatos urbanos a una velocidad sin precedentes, siendo esta una forma alternativa para determinar los sentimientos de los ciudadanos y desarrollar investigación científica.
Jang y Kim (2019) encontraron que los datos de texto recogidos en redes sociales y portales de noticias pueden representar de buena manera la identidad colectiva en un espacio urbano. La ventaja de su uso es que las encuestas suelen ser costosas y demandar mucho tiempo hasta su procesamiento y análisis, por otra parte, los datos almacenados en la internet son más sencillos de obtener y suelen actualizarse con mayor facilidad (Cai, 2021), de manera que no se tiene una incoherencia dinámica de representar a momento presente percepciones pasadas.
ANÁLISIS DE LOS DATOS
La investigación es descriptiva-documental, análisis de contenido, texto, conversación y cualitativa. Esta perspectiva es apropiada debido a que permite representar los significados que las personas vinculan con la realidad socialmente construida, eso implica que los hechos no se proponen como algo externo al comportamiento de los individuos sino como algo intrínseco y resultado de los procesos de intercambio entre los diferentes actores vinculantes.
Para el análisis de sentimientos de la ciudadanía de Machala con respecto al proyecto de regeneración del mercado central se utiliza un recopilatorio de las noticias relacionados a ese tema entre 2020 y 2022. Se han utilizado los tres principales medios de cobertura informativa en la ciudad: Machala Alcaldía, Diario Correo y Diario El Universo, para obtener las noticias se buscó como texto “mercado central de Machala” y “regeneración mercado central de Machala” y se colectó todos los reportajes periodísticos que se obtuvieron para de esa manera evitar posibles sesgos en la consolidación de datos. Como resultado de esa revisión se han obtenido 20 relatos, en la tabla 2 se recoge la distribución de ellos.
Como herramienta para el procesamiento de datos se utilizó el programa R y sus componentes que permiten el procesamiento de lenguaje natural y el análisis de texto. Los relatos obtenidos fueron lematizados, de manera que se pueda obtener de ellos: cuales son las pablabas más utilizadas en la explicación del proceso de regeneración urbana del mercado central de Machala, los términos calificativos utilizados por los diferentes actores vinculados con la regeneración y que permiten tener una idea de sus percepciones, y un bigrama que permite encontrar la conexión entre los términos comunes y si estos se encuentran vinculados entre los diferentes sentimientos. Si se llegase a obtener un bigrama con términos aislados entonces se puede deducir que no existe una plena inclusión de los actores no gubernamentales en las decisiones de gestión de espacios públicos.
El uso de datos de las fuentes de datos de internet para evaluar percepciones se ejecuta mediante la técnica de procesamiento de lenguaje natural (NLP)3. La NLP es una forma de inteligencia artificial que utiliza algoritmos computacionales para aprender, comprender y producir contenido del lenguaje humano (Ghosh y Gunning, 2019). La NLP establece relaciones rigurosas entre los textos debido a que sigue reglas coherentes al momento de identificar las funciones y relaciones semánticas de las palabras dentro de un diálogo. De ahí su utilidad para poder identificar percepciones y sentimientos mediante el procesamiento de grandes volúmenes de datos no estructurados.
La proposición de este trabajo es que se percibe una baja inclusión de actores no gubernamentales en el proyecto de regeneración urbana del mercado central de Machala y la decisión de gobernanza de recuperar este espacio público.
DISCUSIÓN
Con base en los datos analizados se presenta en la figura 1 la nube de palabras que representan los términos más comunes encontrados en las noticias que se refieren a la regeneración del mercado central de Machala. Las palabras que se ven con mayor tamaño son las de mayor repetición: mercado, ciudad, central y municipio.
En la tabla 3 se muestran la frecuencia de los diez términos más importantes en los relatos, se puede apreciar que hay una mayor vinculación con el objeto de intervención: mercado, central y construcción, y a un grupo de los actores y redes interesados en el proyecto: comerciante. En el caso del actor de gobernanza de la ciudad aparece en dos ocasiones: alcalde y Macas4.
Lo anterior debe de interpretarse que el proyecto de regeneración urbana relacionado al rescate del mercado central de Machala se refiere al rescate de un espacio público por problemas en infraestructura y la gestión del actor de gobernanza, no se han considerado a profundidad las necesidades de todos los actores y redes con respecto al mercado y su función de gentrificación y aglomeración en la ciudad. Esto se lo puede apreciar más en la figura 2 que muestra los términos más comunes que acompañan a “mercado” desde la semántica, como calificativos las principales palabras son: central y municipal; como sujeto propio son: Machala, Macas y Darío; como sustantivo: mercado y comerciante; y, como verbo: decir, trabajar, realizar.
Las dimensiones de sustantivos propios y de verbo denotan que el actor de gobernanza no considera el tratamiento del proyecto de regeneración desde las necesidades de todos los actores y redes debido a que no se considera a alguna organización o líder del ramo no gubernamental que se encuentre asociado a la recuperación del mercado central. La dimensión de verbo muestra que no hay acciones como socializar, proponer o considerar; todos los términos implican una posición unidireccional en el tratamiento del proyecto que no compatibiliza con la necesidad de recoger puntos de vista opuestos o reformatorios de parte de quienes no se encuentran en función de gobernanza de forma directa.
La figura 3 muestra el bigrama donde se presentan las redes semánticas de todos los términos con mayor frecuencia en los relatos seleccionados. Se pueden identificar 10 redes que se indican a continuación: (a) nueve-colegio-Matilde-Hidalgo, (b) comercial-centro, (c) minoristas-comerciantes-informales, (d) urbana-regeneración, (e) casco-central-mercado-nuevo, (f) municipal-policía-nacional, (g) bicentenario-plaza-gastronómica, (h) alcalde-Darío-Macas-Salvatierra, (i) Juan-Montalvo, (j) Bernardo-Robalino.
La red (a) se refiere a la reubicación de comerciantes que antes trabajaban en el mercado central y que por efectos de la regeneración han sido reubicados en dos espacios, uno perteneciente a ex granjas del colegio Nueve de Octubre y el otro lugar el colegio Matilde Hidalgo. La red (b) se refiere a los objetivos que buscan desde el nivel de gobernanza de rescatar una infraestructura colapsada y mejorar el entorno paisajístico del centro de la ciudad.
La red (c) se refiere a uno de los grupos de interés en el funcionamiento del mercado, los comerciantes minoristas legalizados y los informales que se encuentran a los alrededores del centro de abasto. De acuerdo a los reportes de prensa ambos grupos han expresado la preocupación sobre el plan de regeneración debido a que les afectaría su actividad económica los exhortos de la red (a) de ocupar nuevos espacios que la aleja de sus compradores habituales. La red (i) hace mención a una de las calles que habitualmente fue ocupada por comerciantes informales denominada Juan Montalvo y con proximidad logística al mercado central. La red (f) en cambio se refiere al papel de control otorgado por el alcalde a la policía metropolitana y nacional para que resguarden el sitio de intervención con la regeneración urbana para que no sea ocupado por los comerciantes formales e informales que han sido reubicados según la red (a).
La red (d) y (e) se refieren a la intervención del mercado como parte de un proceso de modernización de un espacio público antiguo y el atractivo de refrescamiento del paisaje urbano en el centro de la ciudad. La red (g) en cambio se refiere al uso final que se pretende con la regeneración que es una plaza gastronómica la cual pasaría a denominarse Bicentenario y que solamente albergaría a 36 comerciantes. Esto quiere decir que la recuperación del espacio público no está vinculada con la función de gentrificación que cumple un mercado municipal sino para reemplazarlo con un espacio turístico. El cual cambiaría el flujo de aglomeración y los puestos indirectos de trabajo que se benefician de la ocupación actual del mercado central.
Finalmente, las redes (h) y (j) se refieren a los nombres propios del actor de gobernanza y de uno de los representantes de los comerciantes minoristas: el alcalde Darío Macas Salvatierra y Bernardo Robalino, respectivamente.
Para corroborar la proposición planteada en este trabajo se debería encontrar vínculos de red entre los actores de gobernanza (red h), actores y redes (red j como jerárquico de la red c) y la intervención del espacio público (redes d y g). Sin embargo, en la figura 3 se aprecia que no existen vínculos entre si por tanto se tiene evidencia que en el proyecto de regeneración urbana del mercado central de Machala se percibe una baja inclusión de los actores no gubernamentales en las decisiones sobre la recuperación de este espacio público, de acuerdo al modelo CIT explicado anteriormente.
CONCLUSIONES
Los espacios públicos de una ciudad generan el sentido de pertenencia en los ciudadanos y permite la construcción de comunidad, las externalidades positivas que se generan de espacios gestionados de forma apropiada permiten el desarrollo económico de las ciudades y que se establezcan clústers y distritos industriales de alta especialización e innovación. Mediante el uso de NLP se ha analizado la percepción sobre la inclusión de actores no gubernamentales en el proyecto de regeneración urbana del mercado central, los resultados muestran que la intervención en dicho espacio público se ha efectuado sin tomar en cuenta las necesidades de aglomeración y gentrificación de los actores no gubernamentales. En los procesos de divulgación del proyecto no se ha socializado e integrado las opiniones diferentes al municipio y por tanto no se percibe que la regeneración represente los valores culturales y comunitarios que espera la comunidad de Machala.
Se recomienda como continuación de este diagnóstico inicial el desarrollo de un estudio cuantitativo a profundidad por grupo de actores no gubernamentales para medir el nivel de satisfacción sobre la regeneración del mercado central. Así mismo conviene evaluar la percepción sobre la intervención en otros espacios públicos con el objetivo de determinar cuáles proyectos son los que generan mayor resistencia en la comunidad y determinar estrategias de inclusión que permitan una mejor convivencia democrática en la ciudad.