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Economía Coyuntural

Print version ISSN 2415-0622On-line version ISSN 2415-0630

Revista de coyuntura y perspectiva vol.4 no.1 Santa Cruz de la Sierra Mar. 2019

 

ARTTÍCULOS ACADÉMICOS

 

Factores que determinan el desarrollo de
un territorio

 

Factors that determine the development of a
territory

 

 

Jorge Luis Moranchel-Bustosα, Yolanda Carbajal Suárezλ
αEstudiante del Doctorado en Ciencias Económico Administrativas,
Universidad Autónoma del Estado de México,
email: jlmoranchel@gmail.com

λProfesora-investigadora, Facultad de Economía,
Universidad Autónoma del Estado de México,
Toluca - México, e-mail:
ycarbajals@uaemex.mx.
Recepción: 15/01/2019, Aceptación: 03/03/2019



Resumen:

En el presente artículo serán analizados los factores determinantes para el desarrollo de un territorio desde la perspectiva de los postulados de la teoría del desarrollo local, cuya hipótesis principal sostiene que en las localidades y territorios se presentan un conjunto de recursos endógenos (naturales y humanos) que, al ser explotados de manera eficiente, se constituyen en economías de escala y favorecen el alcance del potencial de desarrollo que presentan. Para ello, se argumenta la relevancia que tienen las características físicas, sociales y económicas del territorio, así como la importancia de su aprovechamiento por parte de los sistemas productivos constituidos en la localidad.

El objetivo de este trabajo es exponer con claridad las características que el territorio y los sistemas productivos locales poseen para consolidar procesos de desarrollo local, con base en la revisión de la literatura disponible acerca de este tema.

Palabras clave. Desarrollo local, sistemas productivos locales, territorio.


Abstract.

This article analyzes the determinants of the development of a territory, from the perspective of the postulates of the theory of local development, whose main hypothesis is that in the localities and territories a set of endogenous resources (natural and human) are presented, that using them efficiently results in economies of scale and favors reaching the development potential they represent. Therefore, it is argued the importance of the physical, social and economic characteristics of the territory, as well as the importance of its use by the local productive systems established in the locality.

The objective of this work is to clearly analyze the characteristics that the territory and the local productive systems have in order to consolidate local development processes, based on a review of the literature available for this particular topic.


Keywords. Local development, local productive systems, territory.


ClasificaciónJEL: R1 1, R58, Y30


 

 

Introducción

La evidente preocupación por explicar las razones por las que los países y sus territorios no logran que los beneficios derivados del crecimiento económico permeen al grueso de sus poblaciones, ha crecido desde la década de los años cincuenta del siglo XX.

Esta problemática ha sido estudiada desde diversas teorías contemporáneas y, sin duda, representa una de las principales inquietudes, no sólo para los pensadores del desarrollo, también para los gobiernos y organismos internacionales.

Aunque los fundamentos del desarrollo tienen su origen en la disciplina de la economía, la incorporación de posturas teóricas provenientes de ciencias ajenas a ella lo han complementado y enriquecido, otorgándole un carácter multidisciplinario y multidimensional, llegando a definirse como el estado en el que la sociedad ha obtenido los medios necesarios para vivir mejor (Tello Almaguer, 2010; Todaro, 1982).

Son diversas las teorías y planteamientos que, a lo largo de la historia, han hecho del desarrollo su objeto de estudio, partiendo de la llamada "vieja teoría del desarrollo" (Ríos Rivera y Caballero Hernández, 2003), en la que se enmarcan los postulados clásicos, neoclásicos, marxistas y keynesianos que establecían como supuesto que el desarrollo se lograba a partir del alcance del crecimiento económico (García-Docampo, 2007, Vázquez Barquero, 2005); pasando por los "pioneros del desarrollo", cuyos trabajos de entre 1945 y 1957 tuvieron como objetivo principal la elaboración de políticas para conducir a los países subdesarrollados hacia estándares de crecimiento sostenido (Todaro, 1982); hasta llegar a un modelo de desarrollo local con orígenes en la ruptura del modelo de desarrollo exógeno, bajo el supuesto de que el crecimiento a largo plazo se daba por medio de la acumulación de capital o de innovaciones tecnológicas, acompañados del modelo de crecimiento por inversiones exógenas (Vázquez Barquero, 2006; Llorens et al. 2002).

Los autores que han abordado el desarrollo local desde distintas perspectivas se basan en las teorías de localización, crecimiento regional, de la dependencia y del crecimiento local, (Orozco Alvarado y Núñez Martínez, 2013 y Capello, 2007), considerando que las políticas de desarrollo son más eficaces cuando las realizan los actores locales, en vez de las administraciones públicas centralizadas. Así, la organización espacial de la producción resulta determinante para el desarrollo, acompañado de la disposición local de recursos (Vázquez Barquero, 2006).

Sin embargo, el interés de este trabajo se centra en destacar aquellos factores determinantes del desarrollo mencionados por los teóricos del desarrollo local, y que pueden llegar a convertirse en un factor de peso para que los territorios logren avanzar en su camino hacia mejores condiciones económicas, pero, sobre todo, brindar mejores niveles de vida para su población.

En este sentido, el desarrollo local discute entre sus postulados las ventajas del aprovechamiento de los recursos presentes en la proximidad territorial, cuya hipótesis principal sostiene que en las localidades y territorios se presentan un conjunto de recursos (económicos, humanos, institucionales y culturales) que se manifiestan como economías de escala no explotadas, y que, al hacerlo, estas constituyen su potencial de desarrollo (Alburquerque, 2004a; Vázquez Barquero, 2000).

No obstante estos argumentos, existe una carencia significativa de planteamientos que muestren a todos los posibles factores que determinan e inciden en el desarrollo local, debido a que cada uno de los territorios presenta condiciones heterogéneas en las que se destaca un factor determinante sobre otro; ejemplos de esto se encuentran en el impulso a la innovación y desarrollo emprendedor en Medellín, Colombia, o los estímulos a las exportaciones de salmón dentro del sistema productivo local acuícola insertado en la novena región Chilena.

Autores como Alburquerque, Madoery, Silva Lira y Cuadrado-Roura han destacado como principal factor determinante del desarrollo local la utilización de los recursos endógenos, dando un mayor peso al factor económico sobre el cultural, social e institucional; mientras que Vázquez Barquero, uno de los autores más prolíficos sobre el tema, ha incorporado a su análisis factores que otros han dejado de lado, como la energía, la migración y, más recientemente (2018), la dinámica de las organizaciones derivadas del marco jurídico de cada país. Sin embargo, no se encontró un análisis que presente a todos los factores posibles que condicionen el desarrollo local, de ahí la pertinencia de desarrollar el presente artículo, cuyo objetivo es analizar de forma clara las características que el territorio y los sistemas productivos locales poseen para consolidar los procesos de desarrollo local.

 

Métodos

El planteamiento metodológico de este trabajo se basa en investigación documental, encaminada a recolectar, organizar, comparar y analizar diversos textos sobre el desarrollo local, como journals, libros, conferencias y documentos electrónicos; abarcando diversas visiones del tema, desde sus postulados originados en la década de los años noventa del siglo XX, así como las aportaciones más recientes de destacados autores en torno de esta teoría, por lo que se trata de una revisión descriptiva elaborando un estado del arte, en el que se analiza el desarrollo local y sus determinantes.

Esta investigación documental fue complementada con entrevistas personales realizadas a lo largo de 2018 a autores como Vázquez Barquero, Cuadrado-Roura y Madoery, quienes, con su experiencia, impulsaron la inclusión de elementos que no se encuentran en la literatura consultada.

Finalmente se realizó una síntesis de lo observado, identificando los puntos de convergencia que los autores tienen sobre el tema.

1. La conceptualización teórica del desarrollo local

Muchas teorías divergen en la conceptualización del desarrollo local, por lo que no existe consenso general al momento de describirla. Autores como Albuquerque (2004) y Garófoli (1995) son considerados pioneros en estos estudios, mientras otros, como Arocena, Vázquez Barquero, Coraggio, y Cotorruelo se han dedicado a su divulgación (Tejera Escull, 2006).

Gracias a la revisión de su literatura, se encontraron puntos en común que enlazan el término "desarrollo local" y las diferentes visiones de los principales autores de esta teoría, cuyos postulados permitirán elaborar un concepto propio.

Las características principales del desarrollo local son:

a)  El desarrollo local como un proceso. El conjunto de fases sucesivas de un fenómeno (Tello, 2006; Aghón et al. 2001; Vázquez Barquero, 2000; Di Pietro Paolo, 2001; Bingham y Mier, 1993; Garófoli, 1995) debido al uso e incorporación de diversas metodologías y teorías (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006).

b)  Generador de crecimiento económico local. Partiendo de los fundamentos establecidos por la vieja escuela del desarrollo, algunos teóricos explican este término como generador del crecimiento de la producción (Iglesias Pérez, 2011; Tello, 2006; Alburquerque, 2004a; Aghón et al. 2001; Vázquez Barquero, 2000; Garófoli, 1995; Stöhr y Taylor, 1981), derivando en la creación de riqueza (Bingham y Mier, 1993) y en el crecimiento del empleo y los ingresos (Tello, 2006), remarcando que esto se logra de forma local.

c)  Generador de cambio estructural en la dinámica económica local. Al ponerse en marcha los procesos de desarrollo local, provocan un cambio en la dinámica y estructura económica local en el largo plazo (Vázquez Barquero, 2000; Garofoli, 1995; Stöhr y Taylor, 1981), las cuales son denotadas por la transformación sistemática del entorno (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006).

d)  Participación e interacción de actores locales. La articulación entre los actores, sobre todo los pertenecientes a los sectores público y privado, es una de las características principales del desarrollo local; resulta determinante para crear y consolidar el tejido institucional que permita impulsar el proceso de desarrollo local. En conjunto con estas relaciones, se entrelazan las acciones que permiten establecer relaciones cooperativas entre cámaras empresariales, sindicatos, centros educativos, empresas y el gobierno local, así como la posibilidad de utilizar eficientemente el potencial de recursos endógenos disponibles y, así, impulsar una mejora en la competitividad local (Cravacuore et al. 2006).

La incorporación de los actores locales, tanto del sector público como privado (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006; Aghón et al. 2001; Di Pietro Paolo, 2001; Bingham y Mier, 1993; Stöhr y Taylor, 1981), así como sociales********* (Tello, 2006), genera una especie de pacto territorial, cuyo objetivo principal es lograr el desarrollo del territorio. Estas interacciones se dan en cuatro dimensiones: 1) la económica, con las organizaciones productivas que forman parte de los diversos sistemas productivos locales; 2) la sociocultural, con la sociedad y diversas organizaciones formales e informales que la componen; 3) la política-administrativa, con todos los niveles del gobierno (municipal, estatal y federal); 4) la científica-tecnológica, con las instituciones que fomentan el desarrollo local (organismos no gubernamentales, organizaciones intermedias, redes de solidaridad, centros de investigación y educativos) (Iglesias Pérez, 2011; Aghón et al. 2001; Di Pietro Paolo, 2001; Ahumada Pacheco, 1994).

e)  Aprovechamiento de recursos locales. Considerado como el supuesto principal de la teoría del desarrollo local. Los territorios cuentan con condiciones naturales, productivas y sociales susceptibles de ser optimizadas con el fin de ser aprovechadas como catalizador de una dinámica que propicie el desarrollo local (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006; Mozas-Moral y Bernal-Jurado, 2006; Alburquerque, 2004a; Vázquez Barquero, 2000; Di Pietro Paolo, 2001). Esta optimización debe estar vinculada con la innovación de productos y procesos (Mozas-Moral y Bernal-Jurado, 2006).

f)  Mejorar la calidad de vida. El desarrollo local no sólo se centra en objetivos económicos; también en mejorar la calidad de vida y bienestar de los habitantes del territorio donde se llevan a cabo procesos de desarrollo local (Iglesias Pérez, 2011; Mozas-Moral y Bernal-Jurado, 2006; Alburquerque, 2004a; Vázquez Barquero, 2000; Garófoli, 1995). Esto se logra gracias a su carácter multidisciplinario y multifuncional (Ahumada Pacheco, 1994).

La teoría del desarrollo local sugiere que todos los territorios tienen el potencial para emprender proyectos de desarrollo (García-Docampo, 2007); sin embargo, para alcanzar el propósito del desarrollo de la comunidad, la CEP AL (1998) plantea que estos procesos deben tener tres objetivos previos: 1) la transformación del sistema productivo local; 2) el crecimiento de la producción; 3) el aumento de los niveles de empleo. Como consecuencia de lo anterior, se logrará mejorar el nivel de vida de la población.

Para ello se deberá construir un ambiente territorial favorable a la actividad empresarial que pretenda explotarse, un mejor aprovechamiento de los recursos endógenos existentes y la vinculación en red de los diferentes actores socioeconómicos locales, así como maximizar los factores clave para el éxito de este modelo de desarrollo (Tejera Escull, 2006). Por su parte, Silva Lira (2003) plantea la necesidad de incluir, como parte de la transformación del sistema productivo local, la innovación tecnológica, creación de redes de cooperación, formación de recursos humanos, programas sociales, fortalecimiento de servicios públicos y generación de un entorno competitivo, sin dejar de lado la promoción de la actividad empresarial en el territorio.

g) El territorio, parte fundamental del desarrollo local. Pocos autores destacan la importancia que tienen el territorio y la política territorial en la definición de desarrollo local (Tello, 2006; Sforzi, 2001). Pese a encontrarse implícito en el concepto, se debe hacer notar que el territorio es un agente más, pues gracias a los recursos y capacidades disponibles en él, pueden llevarse a cabo los procesos inherentes al desarrollo local, generando ventajas estáticas y dinámicas para las empresas, y como un factor determinante de la competitividad de un sistema local de producción (Capello, 2007).

Se trata de espacios delimitados geográficamente con base en una organización política y administrativa (Cárdenas, 2002), que pueden formar un territorio más amplio, dado que comparten características naturales, sociales, y culturales (Vázquez Barquero, 2007), donde se llevan a cabo relaciones sociales y productivas, en los que se desenvuelven la mayor parte de las actividades del ser humano, y con los que las personas desarrollan vínculos de pertenencia (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006; Cárdenas, 2002; Ferraro y Costamagna, 2000).

Mediante su interacción social, económica e institucional, logra valorizar y explotar sus potencialidades, y no sólo representa un espacio geográfico donde se localizan físicamente los factores de producción (Ferraro y Costamagna, 2000).

El territorio provee los recursos naturales, detonante indispensable para el desarrollo económico local (Alburquerque, 2004a). Al encontrarse recursos endógenos próximos a las pequeñas empresas (Mipymes), la innovación productiva despliega redes más robustas entre estas y sus clientes y proveedores. También favorece la constitución de nuevas empresas que apoyen y reduzcan los costos de operación, con lo que se generan economías de escala dentro del territorio y, así, afrontar las dinámicas cambiantes del mercado, garantizando, al mismo tiempo, la viabilidad medioambiental, económica, social y cultural, aplicando lógicas de red y de articulación interterritorial (Morales Barragán, 2004).

h) Vinculación con el sector externo. Dado que este modelo de desarrollo se encuentra dentro del entorno actual de mercados globalizados (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006; Tejera Scull, 2006), su participación en ellos es importante, pues, para que el crecimiento de la economía impulse el desarrollo local (mediante el aumento de la producción de los sistemas productivos locales), es necesario ampliar la cobertura de las áreas abastecidas (Figueroa y Rozas, 2005), no sólo satisfaciendo la demanda de los consumidores finales, sino integrándose con otros centros productivos afines dentro de la geografía local (cadenas productivas regionales o multinacionales), que posean la capacidad de generar una inercia a nivel macro y un efecto de atracción a los sistemas productivos del territorio.

Como resultado de lo anteriormente expuesto, a continuación se propone una definición que servirá como base para esta investigación, ya que engloba las características más importantes del concepto: El desarrollo local es el proceso de crecimiento y cambio estructural de una localidad, donde la interacción de sus agentes (sectores público y privado, instituciones y sociedad civil) permite potencializar las capacidades y recursos locales para alcanzar su objetivo principal, que es mejorar el bienestar de su población, como resultado del aprovechamiento de los recursos endógenos o propios del territorio mediante un sistema productivo local.

Como ha sido señalado, se debe considerar que el objetivo final del desarrollo local de un territorio es el progreso del individuo y su comunidad, tomando en cuenta al territorio como un ámbito natural y social conformado mediante la división política administrativa (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006; Di Pietro Paolo, 2001). El desarrollo local se logra cuando en él existen un conjunto de factores que lo potencializan y mejoran sustancialmente la productividad y aprovechamiento de los recursos endógenos dentro de los sistemas de producción local, favoreciendo la obtención de rendimientos constantes o crecientes a escala (Morales Pérez, 2006; Vázquez Barquero, 2005).

Diversos autores mencionan otros elementos a considerar (sociales, políticos y económicos); entre ellos, cabe destacar los señalados por Vázquez Barquero (2005, 2002), quien los denomina como "Fuerzas del Desarrollo".

A partir de los conceptos elaborados por este autor, se lograron determinar dos grupos de factores: los que impulsan el desarrollo del territorio y los que determinan el alcance de los sistemas productivos locales.

2. Factores que impulsan el desarrollo del territorio

Para impulsar el desarrollo del territorio, se deben tener en cuenta cuatro grupos de factores: 1) capitalizar las condiciones del territorio en beneficio del desarrollo; 2) disponer de recursos favorables para los sistemas productivos locales; 3) fomentar la innovación y consolidación de redes de apoyo; 4) aprovechar los efectos positivos de las internalidades†††††††††. Dichos factores se detallarán a continuación.

2.1. Capitalizar las condiciones del territorio en beneficio del desarrollo

La comprensión del espacio tiene como finalidad capitalizar las ventajas del territorio y sus recursos endógenos de forma eficiente y sustentable en el largo plazo (Vázquez Barquero, 2005; Di Pietro Paolo, 2001; Alburquerque, 1997). Para ello, es necesario un amplio conocimiento del medio ambiente físico, así como de su entorno político (dada su influencia en la comunidad) (Hernández Vargas, 2005), económico y social, pues esto determina la condición especifica de desarrollo del territorio. Por lo tanto, los conceptos de desarrollo, sustentabilidad y medio ambiente se encuentran estrechamente ligados (Tello Almaguer, 2010).

Madoery (1999) señala que la dinámica de los procesos de desarrollo muestra que las capacidades del territorio (económicas, culturales, sociales e institucionales) permiten su integración con un entorno mayor (mercados externos) o, por el contrario, lo destinan al aislamiento; o como señalan Ramírez y Silva Lira (2008), una inclusión al desarrollo de forma selectiva, donde los territorios que aprovechen de forma limitada sus recursos lograrán beneficios marginales, mientras aquellos que sí los aprovechen eficientemente, y además diversifiquen los destinos de su producción, podrán garantizar el crecimiento y alcanzar el objetivo del desarrollo.

Al inicio de todo proceso de desarrollo local, deben ser tomadas en cuenta las características del territorio, pues dos o más de ellos mostrarán rasgos diversos entre sí; pero, si comparten características naturales, sociales y culturales, pueden formar un territorio más amplio, como una región (Vázquez Barquero, 2007); algunas de estas son la ubicación, los rasgos físicos del territorio (orografía, hidrografía, clima, uso de suelo), características económicas (PIB), socioeconómicas (marginación, pobreza, Índice de Desarrollo Humano) y medio ambiente político.

2.2. Disposición de recursos favorables para los sistemas productivos locales

Uno de los postulados más importantes del desarrollo local es el aprovechamiento óptimo de los recursos endógenos (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006; Mozas-Moral y Bernal-Jurado, 2006; Alburquerque, 2004a; Di Pietro Paolo, 2001; Vázquez Barquero, 2000). Es importante considerar entre estos a los recursos humanos inutilizados, los recursos naturales localizados en el territorio y las fuentes de energías disponibles; al ser aprovechadas por los sistemas de producción local de forma eficiente, producirán economías de escala.

a) El aprovechamiento eficiente de los recursos humanos crea una palanca del desarrollo (Arocena, 1995), pues se considera como un recurso subutilizado y que, mediante su correcto aprovechamiento, mejorará las condiciones de la población. Al hacerlo de forma eficiente se consigue transformar de manera positiva a la productividad del sistema empresarial (Vázquez Barquero, 1999). El objetivo de desarrollo se logra si se consigue I) generar nuevas fuentes de empleo, II) mejorar los estándares de calidad en la mano de obra disponible y III) profesionalizar la producción local.

I. Generación de nuevas fuentes de empleo. Se utilizan los recursos desempleados, haciéndolos partícipes de las estrategias de desarrollo (Silva Lira, 2003). Estos se hallan disponibles en el territorio, ya sea que hayan o no recibido una formación para desempeñar su labor dentro del sistema productivo local (Casanova, 2004), o si se encontraban insertos dentro de otros sistemas de producción menos eficientes. Su cambio será atractivo garantizando mayores ingresos y prestaciones sociales que las obtenidas hasta el momento; sin embargo, esto no ocurrirá sin el aumento de la productividad de todo el sistema productivo local.

II.  Mejora de la cualificación de los recursos humanos. La

inversión en la formación de capital humano (Alburquerque, 1997) genera un aumento en la productividad y competitividad de las empresas insertadas en los sistemas productivos locales (Casanova, 2004; Vázquez Barquero, 2000), dando como resultado un efecto sobre el resto de empresas ubicadas en el territorio y logrando una mayor difusión de innovaciones (Alburquerque,

2004a), con lo que el territorio y las empresas establecidas en él se volverán más atractivos para la inversión (Casanova, 2004).

III. Profesionalización de la producción. De manera inmediata, esto se puede conseguir elevando los estándares de calidad, indispensable para que los sistemas productivos incursionen en mercados más competidos. Además, se debe reforzar el entorno legal del sistema productivo mediante el establecimiento de suficiente información del mercado y reglas de juego claras sobre la participación de los actores involucrados; un marco jurídico que asegure la inversión y los derechos de propiedad y laborales, así como una rigurosa protección del ambiente que garantice la sustentabilidad del desarrollo local (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006, Vázquez Barquero, 2018).

b)  Aprovechamiento sustentable de los recursos naturales disponibles en el territorio. Debe traducirse en la principal fuente de transformación del sistema productivo local (Casanova, 2004), pues cada territorio valorará y utilizará los recursos naturales endógenos existentes para generar la presencia de círculos virtuosos de crecimiento (Tello, 2006). Sin embargo, este aprovechamiento tiene que garantizar el sostenimiento ambiental y su sustentabilidad futura, pues en caso contrario, el agotamiento de los recursos detendrá los objetivos del desarrollo local a largo plazo (Vázquez Barquero, 2009). Por eso habrá de considerarse el establecimiento de políticas públicas que apoyen dicha sustentabilidad (Casanova, 2004; Arocena, 1995).

c)  Disposición de fuentes de energía. Además del aprovechamiento de los recursos humanos y naturales, se debe fomentar el uso de factores de capital que interactúan para mejorar la productividad. En contraste a esta relación, se ha excluido la disponibilidad de energías como parte de la función de producción local (Vázquez Barquero, comunicación personal, 23 de enero de 2018), la cual deberá integrarse a los procesos de desarrollo, pues resulta esencial para la utilización de los bienes de capital, vinculo por medio del que se combinan los factores de producción antes mencionados, condicionando el aumento de la productividad en el territorio (Vázquez Barquero, 2005).

2.3. Fomento a la innovación y redes de apoyo

Las relaciones económicas y técnicas de producción resultan esenciales para el desarrollo económico local. Para potencializarlas se deben complementar acciones que consoliden los lazos sociales y, sobre todo, la formación de redes asociativas entre actores locales (Kliksberg, 1999) que motiven la innovación económica y social, así como las capacidades propias del desarrollo local que los territorios más dinámicos han sido capaces de construir (redes empresariales e institucionales) (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006; Méndez, 2006). Para ello, se consideran el impulso a la capacidad emprendedora, el fomento a la innovación y la creación de redes e instituciones.

a) Impulso a la capacidad emprendedora. Vázquez Barquero (2001) menciona que no se deben realizar grandes proyectos industriales, sino impulsar los proyectos que utilizan el potencial de desarrollo y promueven el ajuste progresivo del sistema económico local, cualquiera que sea la dimensión de las inversiones. El impulso a la creación de empresas Mipymes locales debe realizarse mediante programas y proyectos económicos concertados por los actores locales públicos y privados, que se traduzcan en el financiamiento, capacitación y organización asociativa, la asistencia técnica y financiera, y la incorporación tecnológica (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006), generando un efecto positivo sobre los sistemas productivos locales y el objetivo de desarrollo.

b) Fomento a la innovación. Se consigue mediante la inclusión de nuevos emprendimientos empresariales y a través de prácticas de innovación para productos nuevos y existentes, mejorando la eficiencia productiva y competitividad de las actividades y empresas, lo que facilita la incorporación de múltiples caminos que conducen al desarrollo y generación de empleo (Díaz Argueta y Ascoli Andreu, 2006; Vázquez Barquero, 2005; Di Pietro Paolo, 2001; Alburquerque, 1997). Un territorio con un entorno innovador se caracteriza por un sistema productivo vinculado a incorporar mejoras en los diferentes procesos y en los productos y servicios que ofrece (Méndez, 2006) y debe ser fomentado por los distintos actores locales.

c) Impulso a la creación de redes e instituciones que se dediquen al fomento económico en el territorio y cuyo propósito sea instrumentar políticas vinculadas al fortalecimiento y articulación de los actores del desarrollo: la organización productiva, el sector público, la organización de la sociedad y las instituciones generadoras de desarrollo (universidades, cámaras empresariales, centros de formación, agencias de desarrollo local). Deberá ser instrumentado de forma flexible, participativa y planificada (Vázquez Barquero, 2005; Silva Lira, 2003; Di Pietro Paolo, 2001; Alburquerque, 1997). La capacidad de organización local genera respuestas para enfrentarse a mercados imperfectos y muy competitivos, otorgando mayor competitividad a las empresas ubicadas en el territorio (Vázquez Barquero, 2001).

2.4. Efectos positivos de las internalidades

Las estrategias de desarrollo local están condicionadas tanto por los factores endógenos, como exógenos del territorio (Vázquez Barquero, 2001), y son detectados por los diversos actores a nivel local (Krugman, 1992); por lo tanto, resulta de suma importancia su observación durante este tipo de procesos, pues algunas variables inmersas en el territorio podrían ser adaptadas o controlados sus efectos. Las internalidades son los efectos directos o indirectos, positivos o negativos, por los cuales las características del territorio consolidan su desarrollo, así como el de las empresas ubicadas en él.

Dado que las internalidades generadas por el territorio limitan o potencializan el desarrollo local y sus objetivos, deberán fortalecer su entorno con el fin de minimizar o maximizar su impacto, aprovechando las que ejerzan un efecto positivo en los sistemas productivos locales (Costa Campi, 1996). Las internalidades que impactan la forma de organización y producción de los sistemas productivos locales y que condicionan los procesos de desarrollo local son el capital social, el desarrollo urbano y la infraestructura, la migración y recambio generacional y la seguridad pública.

a) El capital social. Es intangible pero fundamental para entender los procesos de desarrollo local exitosos, pues su surgimiento y utilización a favor provoca divergencias con los territorios menos desarrollados.

Para Silva Lira (2003), el capital social es el grado de confianza existente entre los actores de una sociedad, las normas de comportamiento cívico practicadas y el nivel de asociatividad que las caracteriza. La participación de los actores en un territorio delimitado geográfica y políticamente, con especificaciones y articulaciones, genera certidumbre y busca la plural integración de agentes y mecanismos locales (Kliksberg, 1999; Ahumada Pacheco, 1994).

El capital social genera una identidad colectiva expresada mediante valores y normas particulares (Suárez, 2002). Los comportamientos de los actores inciden dentro de la comunidad en la que están insertos, pero, a la vez, se encuentran condicionados por las particularidades y capital social de su entorno (Fundación DEMUCA, 2009). Este tipo de identidad es un dinamizador, facilitador, actor y motor de procesos de desarrollo local (Carvajal, 2011), dotado de conocimientos, pero también provisto de habilidades relacionadas con el liderazgo, negociación y generación de consensos, y de procesar información (Arocena, 1995).

b) Desarrollo urbano e infraestructura. El apoyo a los sistemas productivos locales existentes en el territorio se identifica con la inversión pública en infraestructura, ya sea para cubrir necesidades básicas (saneamiento, electricidad, comunicación, etc.) o para aumentar los niveles de desarrollo humano de la población (salud y educación). Permite mejorar la estética de los territorios y estimula el desarrollo sostenible a largo plazo (Vázquez Barquero, 2007).

La infraestructura más importante es la consolidación de una red carretera que permita conectar el territorio con sistemas urbanos más afianzados (Vázquez Barquero y Rodríguez Cohard, 2015), mejorando la competitividad de las empresas participantes de los diversos sistemas de producción local, y facilitando e incrementando el acceso a mercados y proveedores (Vázquez Barquero, 2009).

c)  Migración y recambio generacional. Un efecto positivo en el desarrollo local es el arraigo. La población que antes buscaba mejorar sus condiciones de vida fuera del territorio, ahora se reafirmará en él, aprovechando la mano de obra laboral en los sistemas de producción en proceso de desarrollo dentro del territorio. Dado que la población se especializó o capacitó en otros espacios, vuelven para integrarse en los procesos con una visión diferente e innovadora.

Por el contrario, de no existir motivación en el territorio, habrá un efecto de recambio generacional negativo, expulsando de él la fuerza de trabajo calificada en temas relacionados o no con los sistemas productivos locales (Cuadrado-Roura, comunicación personal, 13 de febrero de 2018; Vázquez Barquero, comunicación personal, 16 de enero de 2018).

El fenómeno de recambio generacional también ocurre cuando la población más joven decide preparase en espacios ajenos al suyo, en áreas que no contribuyan a mejorar los sistemas productivos locales o en caso de decidir incorporarse a un mercado de trabajo externo, provocando no sólo la perdida de innovación en el territorio, sino efectos negativos para el desarrollo (Vázquez Barquero, comunicación personal, 28 de noviembre de 2017).

Una mejoría en este ámbito traería consigo el aumento en la incorporación de recursos humanos provenientes de territorios o regiones externas a la localidad (Barrionuevo, 2011), sobre todo de regiones identificadas con altos niveles de pobreza y marginación.

d)   Seguridad pública. El descuido de este tipo de internalidad acarrea efectos negativos en el territorio. Desincentiva la inversión, el comercio, la prestación de servicios y cualquier tipo de actividades económicas, y ejerce un cambio en la actuación de los actores locales, dentro y fuera del territorio. Esto no sólo limita, sino que contrae el desarrollo.

PNUD (2013) considera la provisión de seguridad ciudadana como requisito indispensable para el desarrollo humano. En ese sentido, el delito, la violencia y el temor a sufrir sus consecuencias generan desafíos para el desarrollo local, dado que constituyen amenazas a la vida y a la integridad física y patrimonial de las personas y de las inversiones.

La adaptación del marco legal establecido en la Constitución, debe componer el eje de acción de la dinámica económica, política y social que garantice la seguridad socioeconómica y el bienestar de la población, de modo que la pobreza se reduzca e incremente la igualdad en la distribución de la renta y de las opciones de integración de los sistemas productivos en la economía internacional. Si bien este punto puede considerarse como un factor macro, es la base que rige el actuar de los agentes locales (Vázquez Barquero, 2018).

3. Factores que determinan el alcance de los sistemas productivos locales

Los factores detonantes de los modelos de desarrollo local inician con el aprovechamiento de las condiciones del territorio en favor del desarrollo (planteados anteriormente) y se consolidan a través de los sistemas productivos locales.

Dentro del territorio existen formas propias de producción que se manifiestan en los modos de utilización de los recursos endógenos, cuyas ventajas se maximizan al usar modelos de desarrollo local. Desde esta perspectiva, cada espacio económico cuenta con una configuración propia, definida a partir de los sistemas productivos locales y por la dinámica de las relaciones sociales y económicas entre sus actores (Alburquerque, 2004b).

3.1. Atributos que determinan a los sistemas productivos locales

El sistema productivo local es un conjunto de aspectos que integran el proceso de transformación productiva dentro de una región mediante el impacto en la organización de la sociedad (Martínez Pellégrini, 2009); utiliza recursos y factores con el fin de obtener diversos productos para el consumo (Albuquerque y Dini, 2008).

Vázquez Barquero (2006) insiste en que los cambios en los modelos motivados por la integración de mercados, los procesos de innovación y los cambios en la organización de la producción han creado innumerables sistemas productivos. Entre los atributos necesarios para considerar la existencia de un sistema productivo local se cuentan los siguientes:

a)  Participación de actores locales. Operan el sistema productivo desde el territorio. Son parte la denominada "organización productiva", conformada por unidades empresariales dedicadas al aprovechamiento económico de los recursos endógenos, las cuales, dada su cercanía, configuran una red territorial al estar organizadas espacial y económicamente dentro del territorio (Martínez Pellégrini, 2009; Vázquez Barquero, 2006; Alburquerque, 2004b; Sforzi, 2001).

b)    Aprovechamiento de recursos endógenos. Los actores mencionados aprovechan los recursos locales, tanto humanos (insertados en el mercado de trabajo local (Vázquez Barquero, 2006)), como naturales, así como las infraestructuras existentes para obtener productos o servicios (Alburquerque, 2004b). Los sistemas productivos locales nacen como consecuencia de procesos muy concretos, como el uso de los recursos naturales (Tejera Escull, 2006).

c)   Realización de actividades económicas. La concepción del sistema productivo se da mediante la acción de sus actores locales y la forma en que, mediante la realización de diversas actividades económicas, aprovechen los recursos endógenos disponibles (Martínez Pellégrini, 2009; Vázquez Barquero, 2006; Alburquerque, 2004b). Estas pueden ser de tipo primario, industrial o de servicios, siendo su propósito fundamental satisfacer la demanda local o externa (Alburquerque, 2004b).

d)   Asociatividad entre los actores locales. Diversos autores destacan la importancia de las relaciones existentes entre los actores respecto de la aglomeración territorial de las unidades económicas (Alburquerque, 2004b; Maillat, 1995), siendo la proximidad lo que permite un alto grado de asociatividad (Tello Almaguer, 2010). Dichas relaciones se construyen legalmente mediante reglas propias (Vázquez Barquero, 2006; Sforzi, 2001), obteniendo un nivel de integración entre los actores y las actividades que comparten (Martínez Pellégrini, 2009), creando externalidades positivas al compartir conocimiento entre las empresas (Vázquez Barquero, 2006; Alburquerque, 2004b; Sforzi, 2001; Maillat, 1995), y propiciando la generación de economías de escala y la reducción de los costos de transacción (Rocha Sánchez, 2008; Alburquerque, 2004b; Vázquez Barquero, 2000).

De lo expuesto anteriormente, se infiere que los sistemas productivos locales son concentraciones de empresas que facilitan los procesos de desarrollo debido a la proximidad geográfica, pues propician la construcción de una red específica, adoptando ventajas que aporta la cercanía de proveedores, así como del mercado al que atienden (Martínez Pellégrini, 2009; Vázquez Barquero, 2006; Casanova, 2004).

Por lo tanto, para alcanzar el objetivo del desarrollo local, se deberá consolidar e impulsar los sistemas productivos locales y apoyarse en los beneficios de un efecto positivo expansivo, determinado por la demanda de los bienes finales que este produzca, ya sea local o a través del desarrollo de un mercado externo.

3.2. Consolidación e impulso a los sistemas productivos

El estímulo a los sistemas productivos locales que se encuentren dentro del territorio será el detonante inicial de los procesos de desarrollo local, al canalizar a su favor los recursos inutilizados.

Los sistemas productivos locales son grupos de empresas que se adaptan a la dinámica local, aprovechando con eficiencia los recursos endógenos (Martínez Pellégrini, 2009; Vázquez Barquero, 2006; Casanova, 2004). Para consolidarlos, se deben explotar y fortalecer las ventajas que el territorio ofrece y las oportunidades brindadas por el mercado.

Los sistemas productivos locales deben consolidarse; de no hacerlo, se corre el riesgo de sufrir la relocalización o cierre de empresas, como consecuencia de la pérdida de posicionamiento en los mercados, cambio de las necesidades y demandas de los clientes, reducción de la capacidad de innovación y generación de ideas para nuevos productos, al surgimiento de competidores y de productos sustitutos que se anticipan en los mercados, y al debilitamiento del sistema productivo local ya consolidado, debido al cambio institucional y del capital social, los cuales reducen la cooperación entre las empresas y resquebrajan el compromiso social de la colectividad, menguando los resultados de la economía local (Vázquez Barquero, 2006).

3.3. La demanda local de los productos del sistema productivo

Gran parte del éxito del desarrollo local se ve condicionado, en un primer momento, por lo el impulso brindado a este mercado, especialmente en lo que se refiere a los productos primarios de tipo alimenticio (Posada y Velarde, 2000). El desarrollo local aprovecha sistemas ya establecidos que se encuentran de forma tradicional o cultural en los espacios, cuya salida natural se da mediante el abastecimiento de la demanda local. A pesar de ello, esta se encuentra limitada, principalmente, por el tamaño de la población, lo que provoca no ser detonante del desarrollo por sí solo.

3.4. Desarrollo del mercado externo

Produce un estimulante a la inversión y producción de unidades económicas. Con ello, el pensamiento local no debe estar excluido de lo global (García-Docampo 2007).

Para alcanzar el desarrollo local, se debe conseguir que las economías locales estén mejor integradas con la economía internacional, logrando, así, que sus sistemas productivos sean más competitivos (Vázquez Barquero, 2001). Esta integración reafirma el hecho de que el crecimiento de la producción está condicionado por la demanda de los mercados locales y externos, pues sin esta no habría aumentos significativos en los niveles de empleo y, por consiguiente, en el nivel de vida de la población.

La imagen 1 presenta en su conjunto las condiciones del territorio que son favorables para el desarrollo, así como los factores que determinan el alcance de los sistemas productivos locales. En el centro se ubican los sistemas productivos locales y la disposición de recursos endógenos, base fundamental de la teoría del desarrollo local. Asimismo, se presentan el fomento a la innovación y redes de apoyo y las internalidades. Sin embargo, como ha sido explicado, el alcance que llegue a tener el sistema productivo local es lo que permitirá potencializar los factores anteriores, por medio de la demanda local y externa de los productos elaborados en el territorio y de la utilización de los recursos endógenos desaprovechados.

Las características del territorio son importantes para el desarrollo; es donde se localizan los factores determinantes que impulsan el desarrollo de una localidad; sus características particulares, combinadas tanto con los recursos como con el accionar de sus agentes individuales, propician o limitan la generación de economías de escala, principal razón por la que existen agentes dispuestos a invertir en unidades económicas relacionadas con los sistemas productivos insertos en el territorio, cuya eficiencia para abastecer mercados locales y externos representa la oportunidad de que, por medio de sus recursos endógenos, le permitan alcanzar el objetivo de mejorar los niveles de vida de su población.

 

Discusión y conclusiones

Para llevar a cabo los procesos de desarrollo local, se debe considerar como prioritario el aprovechamiento eficiente de los recursos existentes en el territorio por medio de un sistema productivo local. Si bien, los recursos naturales son básicos para esta visión del desarrollo, no son los únicos factores detonantes. Es preciso generar una sinergia entre todos los actores económicos y sociales ubicados en el área geográfica establecida y, con ello, evidenciar que este entramado de relaciones es capaz de consolidar el aprovechamiento positivo de los recursos y ampliar las posibilidades para establecer un mayor desarrollo en el territorio.

Con el fin de maximizar las internalidades positivas, los actores se agrupan en diversos sistemas de producción total para que la cercanía funcione como catalizador de la integración y asociatividad. Estos confluyen en una disminución de costos y aumento de la competitividad, y sirven como herramientas para contener el embate de la competencia externa. De ahí que el apoyo gubernamental, tendiente al impulso de la industria local, no sólo deberá presentarse en forma de infraestructura, sino de inversiones que impacten positivamente en la productividad y competitividad.

La naturaleza de los sistemas productivos locales provoca que su interacción con los actores incrustados en el territorio genere una sinergia positiva; sin embargo, por sí solo, esta no conseguirá que se alcancen los objetivos del desarrollo local. Para esto, además de partir de la explotación de un recurso endógeno, el espacio deberá presentar una serie de características que soporten al sistema y que en este trabajo han sido definidas como factores detonantes. Si bien, no todos ellos se encuentran presentes en cada territorio, se deben aprovechar y capitalizar aquellos que sí lo hagan, en busca de impactar positivamente en el desarrollo de la localidad, en la consolidación productiva del territorio y de los productos destinados a mercados locales y externos.

Desde la perspectiva local, no sólo debe tomarse en cuenta la forma de asignación eficiente de recursos, especialmente cuando no existe una demanda por el producto que lo sostiene, pues la asignación se convierte en una acción destinada al fracaso. Sin embargo, es posible apoyar de maneras más específicas, mediante la incorporación de productos locales y motivando la creación de productos innovadores, que alcancen mercados más amplios, nacionales o internacionales. Esta es la palanca más importante para la transformación de la actividad productiva, dado que dichos mercados generan, en un inicio, el aumento de la producción y, posteriormente, la incorporación de nuevas empresas en el territorio.

Con un exitoso aprovechamiento de los recursos endógenos y el beneficio por parte de los actores de las características del territorio, la innovación y la construcción de redes, así como la maximización de las internalidades positivas, el sistema productivo incrementará la demanda de sus productos, creará inversiones y transformará la vida económica del territorio gracias al empleo eficiente de la mano de obra no utilizada, generando un entorno que fomente la competitividad de las empresas en mercados globales con productos innovadores, y favoreciendo el arraigo de la comunidad al aumentar los ingresos y, por ende, el nivel y calidad de vida de su población.

Aunado a lo anterior, se debe tomar en cuenta, como señala Vázquez Barquero (2001), que en el territorio no sólo se hallan presentes factores endógenos, también exógenos, que pueden promover el actuar de los actores locales, impulsando o desmotivando el accionar de la producción local. La demanda de los productos locales en un entorno externo es el motivo más importante para el impulso de la producción en el ámbito local; si esto se compagina con un entorno institucional favorable, público o privado, generará procesos de desarrollo exitosos.

Por último, cabe mencionar que la sistematización de los factores presentados en esta investigación documental servirá para futuras investigaciones en torno del análisis del territorio y diagnóstico de sus internalidades, así como en la presentación de factores que no hayan sido considerados anteriormente en la literatura, y que puedan representar nuevas fortalezas internas para el desarrollo económico particular de cada uno de los territorios.

 

Notas

********* Agentes de la Sociedad Civil como sindicatos, asociaciones civiles, universidades y otras, cuyo objetivo fundamental es el apoyo a programas y proyectos de desarrollo local.

††††††††† Las externalidades son el efecto de la interrelación de una empresa o sector con su medio ambiente local (Sforzi, 2001); sin embargo, se utilizará el término “internalidad” para enfatizar que se trata de características propias del territorio, las cuales pueden provocar un cambio positivo en la producción del sistema productivo local observado, o, por el contrario, con des economías de escala que conllevan efectos negativos (Madoery, comunicación personal, 9 de agosto de 2018; Koutsoyannis, 2002).

 

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