INTRODUCCIÓN
Los cereales menores como la avena (Avena sativa L.), cebada (Hordeum vulgare) y triticale (Triticum aestivum), constituyen recursos forrajeros muy importantes dentro la actividad pecuaria de la región andina del país, y debido a las condiciones climáticas adversas en cuanto a humedad y temperatura, estas especies se han constituido en base de la alimentación ganadera (Diez de Medina, 2011). La alimentación del ganado en el altiplano, presenta un particular desafío para una producción sostenida y equilibrada a nivel productor, particularmente durante la época seca del año; lo cual hace que la producción de forrajeras tenga mayor atención en las estaciones de crecimiento vegetativo, que muchas veces está concentrado en solo cuatro meses del año (Chapi, 2017).
La avena es una alternativa en la producción que permite subsanar en muchos casos las carencias de las especies pratenses, es más utilizado como forraje en los valles andinos y el altiplano de Bolivia, porque es más productiva, tiene alto valor nutritivo, es de excelente palatabilidad, cosecha oportuna y por su facilidad de conservación como heno o ensilaje, constituye una alternativa para la época critica del año, donde escases de forraje se manifiesta (Clares, 2014), de ahí que la avena se constituye como un alimento tradicional insustituible para la alimentación de animales.
En el altiplano de La Paz, hay una gran demanda de forraje para complementar la alimentación del ganado bovino lechero y de engorde, razón por lo cual, la mayoría de las familias de la cuenca lechera, cultivan la avena en superficies representativas, con diferentes prácticas culturales tradicionales y mecanizados, para obtener rendimientos que satisfagan la necesidad de alimentación del ganado. Sin embargo, del cultivo no solo implica su disponibilidad sino también los nutrientes presentes en ella, que permiten definir la aptitud forrajera de la especie vegetal y de esta forma seleccionar mejor los suplementos para optimizar la producción animal individual.
Esta condición, trae consigo la necesidad de comparar el rendimiento productivo y calidad nutricional de dos variedades de avena forrajera en estado de corte (grano lechoso-pastoso) en la Estación Experimental Choquenaira (EECH). Bajo estas consideraciones, los objetivos específicos del estudio fueron: a) determinar el rendimiento forrajero de dos variedades de avena, b) evaluar la calidad nutritiva de las variedades, c) estimar el costo de producción de las variedades de avena.
MATERIALES Y MÉTODOS
Ubicación de la zona de estudio
El estudio se realizó en la Estación Experimental Choquenaira (EECH), dependiente de la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Andrés; ubicado en el distrito 3 del municipio de Viacha, provincia Ingavi del departamento de La Paz. Geográficamente situado a 16º42'05'' de Latitud Sur y 68º15'15'' de Longitud Oeste, a una altura promedio de 3 870 m s.n.m., definida como una zona ecológica de clima templado frio, enmarcada por la alternancia de una estación seca (invierno) y una estación húmeda de cuatro meses (verano). La precipitación pluvial oscila entre 470 a 500 mm año-1; la temperatura anual media de 16.52 ºC; la humedad relativa de 70 %; la evapotranspiración aproximada de 1 050 mm año-1, la velocidad del viento del oeste en época seca de 17 km h-1, y del este acompañado de lluvias de 13.5 km h-1. Los riegos climáticos en la zona son la granizada y helada causantes de pérdidas durante el periodo vegetativo de cultivos. Los suelos son aluviales y sedimentarios, con poco desarrollo genético, con textura franco arcilloso a franco limoso y profundo en las planicies, y franco arenoso a franco limoso en las partes altas, fáciles de trabajar, respondiendo de forma excelente a los agregados orgánicos e inorgánicos, aptos para la producción de forrajes (cebada, avena, alfalfa) para la crianza de ganado bovino, ovino y camélido. La vegetación predominante en la zona es Muhlenbergia incarun, Festuca dolichophilla, Stipa ichu, Bromus unioloides, Nassella pubiflora, Baccharis incarum, Trifolium amabile, Tarasa tenella en la mayoría de los casos (Flores, 2012).
Materiales
Materia prima e insumos, se utilizó la producción de avena forrajera campaña agrícola 2020/2021 (noviembre a abril), en estado de corte (grano lechoso-pastoso) de las variedades Águila y Texas, certificada en la categoría fiscalizada, procedente de SEFO-SAM Cochabamba, lo cual fue sembrada usando la técnica del voleo a mediados del mes de noviembre de la gestión 2020, bajo una densidad promedio de siembra de 85 kg ha-1, luego de una preparación anticipada de suelos con tractor agrícola (roturado, rastrado y nivelado), con abonado orgánico de estiércol de ganado que se incorpora anualmente (15 a 20 t ha-1) y fertilización química con Fosfato Diamónico y Urea con una dosis de N-P2O5-K2O de 60-30-0 (kg ha-1). Se evaluó una superficie forrajera total de 6.60 ha, de los cuales 3.50 y 3.10 ha, corresponden a las variedades de avena Águila y Texas respectivamente (Laura, 2022).
Equipos, herramientas e infraestructura, en el proceso de evaluación de la biomasa forrajera de las variedades de avena, se utilizó: balanzas digitales, navegador GPS, wincha métrica, herramientas menores (hoz, orquetas, rastrillos), tablero, planillas de registro entre otros. Asimismo, en el análisis de muestras forrajeras en la determinación de materia seca (MS), se utilizó las instalaciones de laboratorio de forrajes de la EECH, con equipos, materiales e insumos necesarios, y para el análisis de calidad nutritiva (bromatológico) se tomo los servicios del laboratorio de CETABOL en la ciudad de Santa Cruz.
Datos climáticos, durante el periodo de estudio de las forrajeras de avena, se tomó los datos climáticos (Tabla 1) de la Estación Meteorológica digital instalada en la EECH (EECH, 2021).
Metodología
Evaluación de la producción y calidad forrajera en campo
Punto de corte y rendimiento forrajero
En la avena forrajera el momento ideal de cosecha (corte) es cuando el grano llega al estado lechoso- pastoso, evaluando y confirmando estos estados fenológicos hasta los 150 días después de la siembra (abril del 2021). Según Núñez et al. (2010), cuando el corte se realiza en esta etapa, las características nutricionales del forraje, como digestibilidad in vitro, energía neta de lactancia (ENL) y digestibilidad de la fibra detergente neutro (FDN), se consideran de buena calidad.
El rendimiento de la materia verde (MV) se determinó en parcelas, tomando muestras representativas de forraje (10 muestras ha-1), utilizando el método de muestreo aleatorio simple, recorriendo en zig-zag el área del cultivo, con la ayuda de un cuadrante metálico de un metro cuadrado (Cochran, 1993). El total de plantas dentro el cuadrante se cosecho manualmente con hoz a 12 cm de la superficie del suelo (asumiendo la altura de corte con maquinaria); luego, cada muestra obtenida fue pesada in situ, calculando el rendimiento productivo expresado en kg MV m-2 y t MV ha-1.
Los contenidos de humedad y materia seca (MS) de las variedades de avena forrajera se determinó en el laboratorio de forrajes de la EECH, mediante el método tradicional de secado de submuestras (100 g MVsobre-1) en estufa a una temperatura de 105 °C por 48 horas, hasta lograr un peso constante. El porcentaje de materia seca (%MS) sirvió para determinar el rendimiento productivo de variedades forrajeras en t MS ha-1 en base al rendimiento de MV.
Calidad forrajera en estado de corte
Se tomó las submuestras de la evaluación del rendimiento productivo forrajero de las variedades de avena, los cuales se mezclaron y homogeneizaron, hasta obtener muestras compuestas de 0.60 kg, luego se depositaron y conservaron en bolsas de polietileno, eliminando todo el aire con el cerrado hermético e identificación respectiva con etiquetas, y con el fin de mantener la temperatura baja de las muestras hasta su arribo al laboratorio se depositó en envase de plastoformo, enviando por vía Courier al laboratorio especializado de CETABOL, para su respectivo análisis químico (bromatológico).
Con la recomendación de Mendieta (2020), se determinó la calidad nutricional de las dos variedades de avena forrajera en estado natural de corte, analizando y comparando la composición química bromatológica en base a las siguientes variables: ceniza (CZ), proteína bruta (PB), extracto etéreo (EE), fibra bruta (FB), fibra detergente ácido (FDA) y fibra detergente neutro (FDN). Los parámetros de evaluación de la calidad nutricional forrajera se detallan en la Tabla 2.
Costo de producción
Los forrajes cultivados son los alimentos más económicos en la alimentación del ganado en la región del altiplano. Se evaluó los costos de producción de las variedades de avena forrajera, analizando su viabilidad bajo el sistema de producción establecida en la EECH. Para el caso, se consideró los costos variables, como la mano de obra (abonado, siembra, labores culturales, cosecha), los servicios de tracción con maquinaria, equipos e implementos agrícolas (transporte, preparación de suelos, siembra, cosecha) y los insumos (semillas forrajeras, fertilizante orgánicos y químicos, análisis bromatológico de forrajes entre otros).
En la estimación de costos de producción por hectárea de forrajeras bajo el sistema de producción semitecnificado de la EECH, se calculó el costo total de inversión en base a la mano de obra, tracción, servicios e insumos, y un gasto general del 5 % por imprevistos. Por otra parte, se calculó el rendimiento del precio - producto obtenido (Bs kg MV-1) en las variedades de avena forrajera, generando ingresos totales por la venta de los mismos a un costo de mercado local. La diferencia del costo de inversión, menos el ingreso total por la venta del forraje verde, da la utilidad neta de la producción (ganancia o pérdida), analizando la rentabilidad y el Beneficio/Costo (B/C).
Variables del estudio
Las variables del estudio se dividen en dos grupos, las variables espaciales y agronómicas, y las variables de análisis productivo, bromatológico y económico de las variedades de avena forrajera en estado de corte, la naturaleza de estas es de carácter discreto, continuo y nominal categórica según el caso, describiéndose en la Tabla 3.
Fuente: Elaboración en base a información primaria y secundaria *Provienen del diagnostico de campo e información de la EECH ** Pruebas de análisis de variedades forrajeras en estado de corte.
Análisis de datos
En el análisis de rendimiento productivo (MV, %MS y MS) de las variedades forrajeras de avena se utilizó la prueba t Student, buscando la diferencia estadística de medias entre las variedades (error α ≤ 5 %) (Peñafiel, 2009). Referente al análisis de desempeño nutricional fue hallar la diferencia porcentual de los nutrientes y ver la variación entre las variedades de avena, no fue posible realizar el análisis estadístico puesto que se hacían necesarias más replicas. Asimismo, en el análisis de costos de producción forrajera fue hallar la diferencia de costos (Bs kg MV-1) entre las variedades de avena estudiadas.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Análisis de rendimiento forrajero
Materia verde producida
En la Tabla 4, se presenta la comparación de medias para la variable rendimiento forrajero de MV de las dos variedades de avena (kg MV m-2), no encontrando diferencias significativas entre ellas. Sin embargo, la avena Texas tuvo una leve superioridad de rendimiento de MV en 4.42 % respecto a la avena Águila (3.98 y 3.81 kg MV m-2), con oferta promedio de 3.89 kg m-2, equivalente a 38.93 t MV ha-1.
El rendimiento promedio obtenido (38.93 t MV ha-1) fue inferior a las campañas agrícolas anteriores (2018/2019 y 2019/2020), donde se obtuvo 44.70 y 47.60 t ha-1 (López, 2020 y 2021), lo que significa una disminución de 12.91 y 18.21 %. Esta reducción, se puede atribuir entre otros a los efectos climáticos adversos que se presentaron en la campaña 2020/2021, con ausencia de lluvias iniciales (octubre, 2020), retrasando la siembra (noviembre, 2020) y en época lluviosa (febrero, 2021) se presentó sequia con precipitación muy baja (15 mm mes-1), afectando el desarrollo de las forrajeras. El cultivo de avena requiere de 300 a 400 mm año-1 (Marshall, 1992 citado por Arango, 2019), y en condiciones de estrés hídrico inhiben su crecimiento y producen una diversidad de cambios morfológicos y bioquímicos que aceleran su senescencia (Dhindsa y Cleland, 1974 citado por Arango, 2019).
Los resultados del estudio son superiores a lo obtenido por Vino (2020), en la Estación Experimental Patacamaya (EEP) con valores de 17.10 y 20.90 t MV ha-1, en las variedades de interés Águila y Texas, en estado lechoso, en parcelas en descanso sin fertilización alguna, del mismo modo Rivera y Roca (2017), reporta 13.70 t MV ha-1 en la variedad Mantaro 15 en estado de grano lechoso, sin fertilización en Huancavelica, Perú, y además Arias et al. (2021a) en Pasco Perú, con rendimientos de 2.53 y 1.94 kg MV m-2, en las variedades de avena Criolla y Mantaro 15. No obstante los resultados, son inferiores a 58.86 t MV ha-1 reportado por el INIA (2007), para la variedad de avena INIA-903 Tayco Andenes, en estado de grano lechoso.
Los resultados, corroboran lo señalado por Choque (2005), los rendimientos de avena forrajera varían de 15 a 65.30 t MVha-1, con amplias fluctuaciones entre variedades. Asimismo, se puede aseverar que los rendimientos variables del cultivo están influenciados por varios factores, como la ubicación, el genotipo, diversidad climática, la fertilidad de suelos, el tamaño de unidades de producción y la tecnología aplicada, concordando con lo citado por INIA (2006), Clares (2014) y Sánchez et al. (2014).
Materia seca producida
No se encontró diferencias significativas entre las variedades de avena, para la variable %MS, sin embargo, la variedad Águila presentó una leve superioridad en 4.37 % respecto a la variedad Texas; y realizando la conversión a peso de MS, se obtuvo un rendimiento de biomasa promedio de 10.99 t MS ha-1 (Tabla 5).
Los resultados obtenidos se enmarcan dentro los rendimientos reportado por Sánchez et al. (2014), con valores de 5.30 a 16.65 t MS ha-1, confirmando esta variación productiva por la influencia de factores citados (ubicación, genotipo, clima, suelo, unidad productiva, tecnología), sin embargo, el momento óptimo de cosecha recomendado es el estado de grano lechoso - pastoso, donde todas las variables tanto productivas y de calidad nutricional del cultivo se encuentran en su mejor proporción (Chambi, 2005; Dumont et al., 2005; Ramírez et al., 2013).
Los resultados son próximos a lo obtenido por Catari (2002), en condiciones del altiplano, con valores de 9.93 y 8.16 t MS ha-1 en las variedades Águila y Rotemburger con fertilización orgánica (estiércol de ovino, 5 t ha-1); del mismo modo, el INIA Cusco (2007), con rendimiento de 10.68 t MS ha-1 en la variedad INIA-903 Tayco Andenes. Los resultados están por encima de los obtenidos por Vino (2020), con 5.46 y 6.98 t MS ha-1 en las variedades Águila y Texas; Apaza (2008) y Cabrera (2005), con reportes de 7.40 y 7.31 t MS ha-1 en la variedad Gaviota en la provincia Ingavi y Aroma, La Paz (altiplanos norte y central), y Ochoa (2006), con valores de 6.06 y 8.16 t MS ha-1 en avenas Local y Gaviota, bajo niveles de aplicación de abono de ovino y bovino (60, 80 y 100 kg N ha-1) en el IBTEN, Viacha. Sin embargo, están por debajo de lo obtenido por Tito (2014), con valores de 13.67 y 11.83 t MS ha-1 en las variedades Águila y Gaviota, en la provincia Ingavi, La Paz. La variación productiva del cultivo de avena se ve influenciada por varios factores que condicionan su rendimiento, tales como los factores biológicos (plagas, enfermedades y malezas), edáficos (nutrientes, pH, textura y estructura) y climáticos (sequía, lluvias, temperatura) (Gutiérrez, 2000 citado por Tito, 2014).
Análisis de calidad nutricional
Los resultados de contenido nutricional en las variedades de avena en estado de corte, en términos generales indica su buena calidad, con una leve ventaja de la avena Águila sobre la Texas, con los siguientes parámetros de calidad comparativa: %CZ (bueno, bueno), %PB (bueno, regular), %EE (regular, regular), %FB (excelente, excelente), %FDA (bueno, excelente), %FDN (bueno, bueno), con variaciones nutricionales mínima de 1.79 % en FDN y máxima de 16.41 % en CZ y los demás parámetros nutricionales entre estos valores de significancia (Tabla 6).
Ceniza (CZ)
La CZ para la avena Águila y Texas fue de 7.19 y 6.01 % (Tabla 6), ambos de calidad buena, con ventaja del primero en 16.41 %. Los resultados son similares a los obtenidos por Dumont et al. (2005) con valores de 7.10 y 6.20 % en la avena Llaofen; a Puma (2022), con 7.34 % en la avena Tayco, en estado de heno, y a Guimac (2019), con un promedio de 6.50 % CZ en las variedades Urano, Dorada y Negra. Son superiores a lo reportado por Chambi (2005), Mamani y Cotacallapa (2018) e INIA (2006), con valores de 2.55, 2.70 y 2.55 % para las variedades Águila, Gaviota y Alondra; 5.60 % para la variedad Tayco, y 5.23 y 4.99 % para las variedades Africana y Negra local. Sin embargo, es inferior a lo reportado por INIA (2007) con valor de 9.20 % para la avena INIA-903 Tayko Andenes.
Proteína Bruta (PB)
La PB en las avenas Águila y Texas (7.71 y 7.33 %) (Tabla 6), son de calidad buena y regular. Los resultados son mayores a los obtenidos por Chambi (2005) con valores de 5.37, 4.58 y 4.19 % en las avenas Águila, Gaviota y Alondra, en la provincia Omasuyos, La Paz; por Ccente (2017), con PB de 3.40 a 5.90 % y 3.38 a 5.85 % en las variedades Mantaro 15 y Urano en Huancavelica, Perú. Los resultados casi similares se reportan por Arias et al. (2021a y (2021b), con 7.10 y 6.80 % y 6.54 y 6.02 % en las variedades Criolla y Mantaro 15 en Sierra Central y Pasco, Perú. Sin embargo, están por debajo de los obtenidos por Mamani y Cotacallapa (2018) con 8.67 % en la variedad Tayco; por Arango (2019), con 10.40 a 19.20 % de PB en 8 genotipos de avena bajo restricción de lluvia (0 - 60 %) en Sierra Central- Perú; por Puma (2022), con 11.45 % en la avena Tayco bajo niveles de urea (0, 50, 100 y 150 kg ha-1) en el Centro Experimental ILLPA, Perú. Las diferencias encontradas se pueden atribuir al estado fenológico, variedad y fertilización (Espitia et al., 2012). Se demuestra también que la avena forrajera, optimiza el rendimiento y valor nutricional, coincidiendo con lo manifestado por Dumont et al. (2005). El contenido de PB en las gramíneas puede variar de 3 a 30 % de estado muy maduro a muy tierno, es decir el contenido de la pared celular esta inversamente relacionado con el contenido de proteínas, el contenido de celulosa suele ser de 20 a 30 % de la MS (Arias et al., 2021a).
Extracto Etéreo (EE)
El EE en la avena Águila y Texas (1.94 y 1.80 %) (Tabla 6), presentan una condición regular. Los resultados son muy inferiores a los resultados de 7.99 % en la variedad Tayco reportado por Mamani y Cotacallapa (2018), a 5.10 y 3.92 % en avena (s/v), reportado por Lima (2004), en época húmeda y seca en Huayrocondo, provincia Los Andes, La Paz y a los valores de 4.90, 4.79, 4.42 y 4.13 % reportados por Puma (2022), en la variedad Tayco en heno bajo niveles de urea en el Centro Experimental ILLPA, Perú. Sin embargo, es superior a los valores de 1.33 y 1.05 % de las variedades Mantaro 15 y Strigosa, en Huancavelica, Perú (Conislla y Quispe, 2019).
Fibra Bruta (FB)
En FB los valores obtenidos en las avenas Águila y Texas fueron de 26.07 y 24.98 % (Tabla 6), los cuales están dentro el rango de excelente, casi similar a lo reportado por Guimac (2019) con FB de 24.42 % en las variedades Urano, Dorada y Negra, bajo dos sistemas de siembra en Chachapoyas, Perú. Asimismo, los resultados obtenidos manifiestan una amplia superioridad a lo reportado por Chambi (2005), con valores de 13.47, 13.86 y 8.24 % en las variedades de avena Águila, Gaviota y Alondra respectivamente.
Fibra Detergente Acido (FDA)
Con respecto a FDA, los valores obtenidos en las avenas Águila y Texas (31.58 y 29.66 %) (Tabla 6), son de calidad buena y excelente, admitiendo para ambas variedades una alta digestibilidad y calidad biológica. Son compatibles con los resultados obtenidos por Lima (2004), con valor FDA de 29.75 % para la avena en época húmeda, por Ramírez et al. (2013), con 30.60 y 27.70 % FDA para los estados fenológicos de grano lechoso- masoso y madurez fisiológica, y por Conislla y Quispe (2019) con 30.49 % FDA en la avena Strigosa en estado de grano pastoso. Es superior a los resultados obtenidos por Arias et al. (2021a), con 19.16 y 20.16 % de FDA en las variedades Criolla y Mantaro 15, por Conislla y Quispe (2019) con contenidos de 26.17 y 27.88 % de FDA en las variedades Mantaro 15 y Silvestre en grano pastoso. La FDA está correlacionada negativamente con la digestibilidad y contenido energético de la MS del forraje; es decir, cuanto mayor sea el índice, el alimento será menos digestible y menos energético (Noreña, 2017).
Fibra Detergente Neutro (FDN)
Los valores obtenidos de FDN de la avena Águila y Texas fue de 54.76 y 53.78 % (Tabla 6) (ambos de buena calidad). El contenido es similar a los valores obtenidos por Ramírez et al. (2015) con 54.90 % FDN en estado de grano lechoso-pastoso, a Conislla y Quispe (2019), con 53.33 % de FDN en la variedad Strigosa. Los resultados son superiores a lo obtenido por Lima (2004), con 42.22 y 48.96 % de FDN (época húmeda y seca), a Mamani y Cotacallapa (2018), con 46.97% FDN en la variedad Tayco, a Arias et al. (2021a) con valores de 36.25 y 38.62 % de FDN en las variedades Criolla y Mantaro 15, y Arango (2019) con valor promedio de 41.20 % FDN en ocho genotipos de avena forrajera. El contenido de FDN, es uno de los criterios más utilizados para determinar la calidad del forraje, puesto que indica la capacidad de consumo del animal y la densidad energética de la dieta. La FDN está básicamente compuesta por celulosa, hemicelulosa, lignina y sílice, y se la denomina pared celular, se considera que a mayor valor de FDN menor consumo de MS (Almeida, 2014 citado por Diaz y Sedano, 2018). Los forrajes con contenido de FDN < 45 % se consideran de buena calidad, mientras que aquellos con FDN > 56 %, pueden interferir con la digestión y el consumo (Mendieta, 2020).
Análisis de costo de producción
Los costos de producción de variedades de avena en estado de corte (Tabla 7) bajo el sistema de producción semitecnificado en la EECH en condiciones del altiplano, detalla el cálculo de los costos de inversión total (mano de obra, tracción e insumos), el costo unitario de producción (sin utilidad), el costo unitario de venta del producto obtenido (precio de mercado local), el ingreso total por la venta del producto, la utilidad neta generada, el análisis de rentabilidad y beneficio/costo (B/C).
El costo de inversión del proceso de producción del cultivo de variedades de avena hasta el momento de corte (grano lechoso - pastoso) en campo son similares para las dos variedades, reduciendo el costo unitario de producción en la avena Texas en 3.85 % respecto a la avena Águila (0.25 y 0.26 Bs kg MV-1), debido a su mayor productividad (3.98 y 3.81 kg MV m-2); ambas variedades se destinan para su conservación forrajera posterior como ensilaje (mezcla) con el costo producción promedio de 0.25 Bs kg MV-1, reduciendo el costo a un 1.92 %.
El ingreso por la venta de forraje producido a precio de mercado local (0.50 Bs kg MV-1) genera un mayor ingreso total, mayor utilidad neta, mayor rentabilidad y mayor Beneficio/Costo (B/C) en la variedad Texas respecto a la variedad Águila, con promedios de rentabilidad de 94.51 % y B/C de 1.95 Bs (por 1 Bs invertido, se recupera 0.95 Bs). La rentabilidad y B/C obtenida en el estudio está en el rango de aceptable, siendo intermedio a lo obtenido por Puma (2022), con 3.60, 64.65, 160.40 y 151.54 % de rentabilidad y 1.04, 1.65, 2.60 y 2.51 de B/C, los cuales pueden variar en función del comportamiento del precio de los insumos, temporal climático, ataque de enfermedades y plagas, rendimiento productivo entre otros.
CONCLUSIONES
El rendimiento productivo forrajero en MV y MS en las variedades de avena estudiados, no presentaron diferencias significativas con una leve superioridad de la avena Texas respecto a la Águila, con una producción promedio de 38.93 t MV ha-1 y 10.99 t MS ha-1 respectivamente. El análisis químico bromatológico de las variedades de avena expresó una buena calidad forrajera en contenido y valor nutricional, con parámetros de calidad (CZ, PB, EE, FB, FDA y FDN) aceptables para la alimentación del ganado. Los costos de producción de las variedades de avena, son viables con rentabilidad bajo el sistema de producción semitecnificado en la EECH.