INTRODUCCIÓN
Este trabajo parte de la premisa respecto a cómo inscribir nuevas prácticas que resignifiquen el quehacer de actores armados legales, entre ellos el Ejército Nacional (Pastrana y Vera, 2019), a partir de la formación en temas de ciencia, tecnología e innovación en el sector agropecuario colombiano. Al respecto y con el objeto de dar contexto, se aborda una perspectiva histórica orientada a dar a conocer los antecedentes de la violencia en Colombia (Grupo de Memoria Histórica, 2013), en el cual “las armas adquieren un valor significativo en el fragor del combate, en la definición de la estrategia, en los propósitos tácticos y en la defensa de los combatientes” (Aranguren-Romero, 2011). En este contexto, la paz constituye una imperante necesidad para la sociedad colombiana (Ribero-Salazar, 2016) y un baluarte para el desarrollo regional y nacional a partir de tres escenarios fundamentales entre los que se encuentran la apertura democrática, orientada a permitir que los espacios políticos se enriquezcan con la participación de nuevos actores y sus ideas, con la finalidad de redefinir lo que se quiere como sociedad, “esta apertura incluye la promoción de la transparencia, no estigmatización y garantías para la oposición” (Función Pública, 2017).
El segundo escenario se orienta a aumentar la participación de la ciudadanía para que aliente a la sociedad en general a generar las transformaciones necesarias para lograr una paz estable y duradera (López-Gómez y Hernández-Bello, 2017), desde el referente que nos ofrece la Constitución de 1991 (Constitución Política de la República de Colombia, 1991), además de fortalecer los mecanismos de participación, en especial, del reconocimiento para la reintegración a la vida civil de los cerca de 485 000 miembros activos de las fuerzas armadas registrados a 2017 (Leal-Buitrago, 2017). Al respecto, “entre los gastos que podrían reducirse se destaca el equipamiento militar que requiere una guerra irregular, pues sus costos son enormes dada la sofisticación del instrumental en que desembocó la confrontación armada” (Leal-Buitrago, 2017), reducir los impactos de la guerra en la salud mental de excombatientes (Chimunja-Chicue et al., 2018), disminuir los desequilibrios en las relaciones por género (Cuenca-Montenegro, 2016), así como la inquietud generada por “las ideas de reforma y reducción del pie de fuerza despiertan incertidumbres entre muchos sectores militares acerca de su propio futuro. Si bien muchos lo entienden como un proceso normal en tiempos de posconflicto, en otros dispara temores profundos” (Leal-Buitrago, 2017).
El tercer escenario se orienta a diluir la relación entre política y violencia (Torres-Orjuela et al., 2016), de modo que se garantice que “nadie nunca más utilizará las armas para promover o silenciar una causa” (Función Pública, 2017). Desde esta perspectiva y en el contexto de construcción de un país en paz, en consonancia con la responsabilidad y compromiso para el cumplimiento de los nuevos acuerdos, se gestaron procesos que ameritan una nueva institucionalidad con retos que invitan a contemplar propuestas de integración efectiva (Pascale, 2018). De este modo, facilitar “[…] una mayor interacción entre civiles y militares para que se conozcan y entiendan que, aunque sus intereses y pensamientos son distintos, todos conviven en la misma sociedad. El silenciamiento de los fusiles es un primer paso, pero no debe ser el único, porque la paz es un camino de transformación no solo para los territorios y las personas afectadas por la violencia, sino para los ciudadanos y situaciones” (Universidad Nacional de Colombia [UNAL], 2017a).
Desde esta perspectiva, se dio lugar a los diálogos territoriales para la transición en materia de seguridad pública y la construcción del Ejército Nacional Colombiano del futuro, liderados por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y donde participaron el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD], 2014) y el Comando de Transformación Ejército del Futuro (COTEF), quienes trabajaron en la arquitectura del nuevo modelo de las fuerzas armadas, dando como resultado líneas de trabajo, entre ellas: grupos al margen de la ley y relación entre civiles y militares (Trujillo-Rodríguez y Valencia-Agudelo, 2021); en las ciudades de Tunja, Villavicencio e Ibagué inicialmente y luego en Medellín, Tumaco, Valledupar y Cúcuta. En estos encuentros se resaltó la importancia de: “[…] consolidar una institución adaptada a las necesidades y urgencias de la sociedad, que se comprometa con el cuidado de los recursos naturales, respete los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y escuche a la academia. Tomar control de los territorios en los que antes hacían presencia las FARC y contribuir a la construcción de Estado, enfrentando fenómenos como la criminalidad organizada, el narcotráfico, la minería ilegal y la explotación desbordada de recursos naturales” (Universidad Nacional de Colombia [UNAL], 2017b).
De tal modo, entender a los actores armados legales y no legales como personas en posibilidad de reinserción, permite analizar los posibles ambientes en los cuales generar dichas transformaciones desde la perspectiva de entender o “mostrar que no sólo existe un cruce de balas, sino un cruce de sentidos y roles dentro de un sistema de significados” (Castillejo, 2016), situado nacional e internacionalmente (Gonzalez y Betancourt, 2018).
En este contexto, la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (AGROSAVIA), junto con el Ministerio de Defensa Nacional (MinDefensa) y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR), concertaron la realización de una serie de acciones de formación, con el fin de generar capacidades en miembros de las fuerzas militares, que contribuyan a mejorar la gestión de la institucionalidad en territorios rurales. Desde esta perspectiva, se busca generar propuestas con efectos rápidos e incluyentes, así como el ajuste hacia modelos educativos flexibles que permitan reconfigurar las mallas curriculares de los oficiales y suboficiales del Ejército Nacional desde la experiencia en áreas como la ciencia, tecnología e innovación en el sector agropecuario colombiano. Todo esto, como parte del ejercicio de repensar las acciones de las fuerzas armadas en el contexto del post acuerdo y desde ese escenario, el relacionamiento con comunidades rurales que permitan, además de la consolidación de territorios, buscar la integración de miembros de grupos armados a la población civil y en general, apalancar el desarrollo rural. Por lo anterior, el objetivo del presente estudio fue estructurar un programa de formación profesional mediante un curso de capacitación en formulación de proyectos con énfasis en ciencia y tecnología en el sector agropecuario para brindar acompañamiento técnico-profesional, enfatizando mejorar las capacidades agropecuarias de las fuerzas militares en los territorios rurales.
MATERIALES Y MÉTODOS
Ubicación de la zona de estudio
El estudio se realizó en las instalaciones de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria - AGROSAVIA, C.I. Tibaitatá, ubicado en el departamento de Cundinamarca, municipio de Mosquera, Colombia, con coordenadas geográficas 4° 41' 45'' N - 74° 12' 12'' W a una altura media de 2 600 m s.n.m., temperatura media anual de 13.7 °C y precipitación anual de 740 mm. En el caso del énfasis de -estadística agropecuaria-, fue realizado en las aulas vía digital, ubicadas en las instalaciones de la Escuela de Armas y Servicios, de la ciudad de Bogotá D.C. con coordenadas geográficas 4° 40' 56'' N - 74° 02' 11'' W. La estructuración del programa de formación se desarrolló en el segundo semestre del año 2016, a partir de encuentros entre la Escuela de Armas y Servicios, el MADR y AGROSAVIA. El proceso de implementación se llevó cabo a lo largo del año 2017.
Metodología
Estructura del diseño
Con la pregunta de cómo generar capacidades en miembros de las fuerzas militares que contribuyan a mejorar la gestión de la institucionalidad en territorios rurales, desde la perspectiva de generar propuestas con efectos rápidos e incluyentes, así como el ajuste hacia modelos educativos flexibles que permitan reconfigurar las mallas curriculares de los oficiales y sub oficiales del ejército nacional desde la experiencia en ciencia y tecnología para el sector agropecuario, como parte del ejercicio de repensar las acciones de las fuerzas armadas en el contexto del post acuerdo y desde ese escenario, el relacionamiento con comunidades rurales que den lugar a la consolidación de territorios, la integración de los miembros de los grupos armados a la población civil, y en general, apalancar el desarrollo rural.
Desde esta perspectiva, se dio lugar al diseño y estructuración del curso en formulación de proyectos con énfasis agropecuario, cuya finalidad fue apoyar los procesos de formación del Ejército Nacional a través de la Escuela de Armas y Servicios con una propuesta pertinente para el proceso de cualificación profesional de sus sargentos; con miras a generar capacidades que aporten al abordaje de problemas y necesidades agropecuarios que con comunidades rurales se puedan presentar y que puedan favorecer en el post acuerdo el desarrollo rural, así como la disminución de la delincuencia, de la ilegalidad; y evitar en lo posible el brote de nuevas acciones de narcotráfico; con una intensidad de 40 h, distribuidas en dos momentos. El primero tuvo una duración de 16 horas, en el cual se realizó la exploración de un contexto general para facilitar los conceptos y herramientas básicas que faciliten la comprensión del ser y el hacer del sector rural, la configuración socio-histórica y su estado actual. El segundo dispuso 24 horas de profundización, en cada uno de los cinco énfasis que se encuentran dentro de la estructura del programa, entre ellas producción apícola, bienestar animal, producción de pastos y forrajes en suelos ácidos, recurso suelo y estadística agropecuaria, en base a los resultados de investigaciones que fueron forjados en Ofertas Tecnológicas del C.I. (Tabla 1).
Evaluación de la experiencia
También, se propuso implementar un proceso de evaluación de la experiencia a partir de la puesta en marcha de un instrumento denominado Matriz valorización de calidad y pertinencia de contenidos (AGROSAVIA, s.f.), elaborada para valorar la vinculación de conocimientos y tecnologías. En ella se propone evaluar aspectos como la información compartida, conceptos y profundidad; asociados a la calidad y la posibilidad de solucionar problemas asociadas a la pertinencia; a partir de niveles de medición mediante el instrumento de "escalamiento tipo Likert”, en donde los participantes pueden puntuar según su experiencia en cinco niveles así: completamente de acuerdo, de acuerdo, ni de acuerdo ni en desacuerdo, en desacuerdo y completamente en desacuerdo (Maldonado-Luna, 2007).
La muestra con la que se aplicó el instrumento fue de un total de 555 participantes seleccionados de forma aleatoria en los cinco énfasis. También, se evaluó la experiencia, donde se incorporaron fragmentos de intervenciones de los participantes en las reuniones llevadas a cabo de forma complementaria, a partir de matrices que permitieron identificar cambios o impactos producto de la implementación. No se hace referencia a nombres o datos en específico, teniendo en cuenta la incidencia de las apreciaciones en el contexto del acuerdo de paz y de la polarización que conlleva a la ciudadanía ubicarse tanto a favor como en contra.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la estructuración del programa de formación profesional mediante un curso de capacitación en formulación de proyectos, se formó un total de 1 678 miembros activos del Ejército Nacional colombiano en los cinco énfasis que se encuentran dentro de la estructura del programa, generando capacidades que posibilita la transferencia de tecnología en zonas rurales con baja presencia institucional y podrían llegar a impactar positivamente, aportando de esta manera al acuerdo de paz colombiano (Figura 1). A partir de la implementación de la matriz y de los encuentros de evaluación de la experiencia entre el personal vinculado de AGROSAVIA como del Ejército Nacional, se menciona lo siguiente:
Los resultados del proceso que se resumen en la (Figura 2), muestran que en el énfasis uno, la cual se orientó a la producción de pastos y forrajes en suelos ácidos y donde fue evaluado un total de 93 asistentes, que hicieron parte de 4 grupos distintos en el proceso de implementación, se logró evidenciar la receptividad de los grupos respecto a los contenidos y los aprendizajes derivados de los mismos, de modo que cerca del 43 % de los participantes estuvo completamente de acuerdo por factores asociados a coherencia, aplicabilidad y profundidad de las temáticas abordadas en el currículo. Solo un porcentaje cercano al 1 % estuvo en desacuerdo y un 2 % completamente en desacuerdo con relación a la profundidad, entendiendo que las prácticas abordan un número importante de temas, donde el tiempo puede resultar insuficiente para atender todas las inquietudes de los participantes en profundidad. Con relación a la metodología, un promedio del 53 % se mostró completamente de acuerdo tanto por la claridad como por las posibilidades de articulación de los temas con las acciones y tareas derivadas de la vida militar. Cabe destacar que solo el 1 % se mostró en desacuerdo, teniendo en cuenta que no todos están acostumbrados a las actividades de tipo virtual y les resultó dispendioso el ingreso y uso de la plataforma de aprendizaje. Adicionalmente, estuvieron de acuerdo en un promedio cercano al 54 % en que se dieron de forma correcta la integración teórico-práctica, teniendo en cuenta que las actividades fueron desarrolladas en el C.I. Tibaitatá de AGROSAVIA, específicamente en las instalaciones de los lotes de aprendizaje. Los evaluados mencionan que resultan llamativo el énfasis por la posibilidad de interactuar en acciones orientadas a la producción y manejo de pasturas para la producción de alimento animal y posibilitar la praxis del espacio académico, es decir la integración entre la teoría y la práctica para la generación de comprensiones en torno al recurso suelo, uso de maquinaria agrícola, entre otros.
Respecto al énfasis dos referente al tema de suelos, los investigadores de AGROSAVIA que desempeñaron el rol de docentes mencionaron que “en la práctica se vio, como que la teoría la asimilaron”. En este sentido, fueron evaluados 108 inscritos, los cuales estuvieron distribuidos en 4 grupos distintos. Se pudo evidenciar que los encuestados se ubicaron de manera representativa en las opiniones de aprobación y completa aprobación, donde cerca del 51 % de los participantes estuvo completamente de acuerdo por factores asociados a coherencia, aplicabilidad y profundidad de las temáticas. Solo un porcentaje cercano al 3 % estuvo en desacuerdo y un 1 % completamente en descuerdo con relación a la profundidad, entendiendo que las prácticas en suelos abordan un número importante de temas, donde el tiempo puede resultar insuficiente para atender todas las inquietudes de los participantes con profundidad. Con relación a la metodología, un promedio del 60 % de los participantes se mostró completamente de acuerdo, el personal restante comparte la opinión expresada en el ítem anterior, lo mismo sucedió en relación a la integración entre la teoría y práctica, donde agregaron que llamó la atención la posibilidad de conocer e identificar las condiciones químicas, físicas y microbiológicas del suelo; además del reconocimiento de laboratorios especializados, donde la práctica en terreno toma sentido para producir análisis que al llegar a los productores en forma de resultados posibilitan la toma de decisiones para actividades agrícolas y pecuarias. La opinión de los investigadores que desempeñaron el rol de docentes en esta área de conocimiento se orientó a que, “algo que pedían ellos, es que quieren más tiempo en el laboratorio, ellos hicieron lo que se podía en esos 20 minutos, […] como ver más de la parte práctica de laboratorio. Les gustaba saber qué herramienta se llevan ellos para campo, qué cosas que le diga uno pueden ser buenas para el campo: el color, el pH, si se podían conseguir las cintas del pH. Sí, se pueden conseguir y eso les puede servir mucho para toma de decisiones”.
Referente al énfasis tres orientado a la producción apícola, se realizó un total de 123 evaluaciones, distribuidos en cuatro grupos distintos, los consultados se ubicaron de manera representativa en las opiniones de aprobación y completa aprobación, cerca del 60 % de los participantes estuvo completamente de acuerdo por factores asociados a coherencia, aplicabilidad y profundidad de las temáticas. Solo un porcentaje cercano al 3 % estuvo en desacuerdo en relación con la profundidad, entendiendo que las prácticas en apicultura llaman la atención por la oportunidad de interactuar con las abejas, además de poder visibilizar opciones de negocio tanto para los productores como para ellos mismos, al tener un régimen pensional que les permite jubilarse a edades tempranas; por lo que los asistentes de este tema han solicitado que la práctica tenga mayor duración. Con relación a la metodología, un promedio del 69 % se mostró completamente de acuerdo tanto por la claridad como por las posibilidades de articulación de los temas con las acciones y tareas derivadas de la vida militar y respecto a la integración entre la teoría y la práctica compartieron la opinión de los ítems anteriores, resaltando los aprendizajes respecto al establecimiento de colmenas y estructuración de costos. La opinión de los investigadores que desempeñaron el rol de docentes en esta área de conocimiento se orientó a que, la temática “era muy llamativa para ellos, estuvieron muy interesados, inquietos, preguntaban, fue un ejercicio muy enriquecedor, porque se notaba en la mayoría el interés”. Así mismo, “en la práctica se vio mucho compromiso de todos. Todos participábamos para que todo se llevara a cabo”.
De acuerdo con el énfasis cuatro relacionado al bienestar animal, fueron evaluados 118 inscritos que tomaron la asignatura, los cuales se ubicaron en cuatro grupos distintos. Los consultados se ubicaron de manera representativa en las opiniones de aprobación y completa aprobación, cerca del 53 % de los participantes estuvo completamente de acuerdo por factores asociados a coherencia, aplicabilidad y profundidad de las temáticas. Solo un porcentaje cercano al 3 % estuvo en desacuerdo en relación con la profundidad, entendiendo que las prácticas en bienestar animal abordan un número importante de temas donde el tiempo puede resultar insuficiente para atender todas las inquietudes de los participantes con profundidad. Con relación a la metodología, un promedio del 55 % se mostró completamente de acuerdo y solo el 3 % en desacuerdo, por las mismas razones esbozadas con anterioridad. Los participantes estuvieron de acuerdo en un promedio cercano al 65 % con los aprendizajes del curso, teniendo en cuenta que las prácticas en las instalaciones del hato lechero, ubicado en el C.I. Tibaitatá, ya que resultan llamativas por la posibilidad de interactuar con animales y posibilitar la praxis del espacio académico, es decir, en escenarios para la identificación de enfermedades, elaboración de infraestructura para el manejo y bienestar animal con elementos de bajo costo, así como prácticas básicas de manejo de bovinos. La opinión de los investigadores que desempeñaron el rol de docentes en esta área de conocimiento se orientó a que:
“Pensamos que lo que nosotros planteamos para el área de bienestar animal, está bien para las pretensiones que se tienen pensadas en este ejercicio con el ejército y es generar un empoderamiento en los soldados en unos sectores rurales del país donde a veces ellos son los únicos actores visibles y presentes del Estado Colombiano para llevar algo de conocimiento de su quehacer profesional y de llevar unos temas del campo, que me parece bien interesante”.
Finalmente el énfasis cinco relacionado a la estadística agropecuaria, se evaluó la opinión de 113 inscritos, repartidos en cuatro grupos distintos, quienes indicaron que los contenidos consultados se ubicaron de manera representativa en las opiniones de aprobación y completa aprobación. Así mismo, cerca del 39 % de los participantes estuvo completamente de acuerdo por factores asociados a coherencia, aplicabilidad y profundidad de las temáticas. Solo un porcentaje cercano al 6 % estuvo en desacuerdo y un porcentaje adicional del 4 % completamente en desacuerdo con relación a la profundidad, entendiendo que las prácticas en estadística agropecuaria se llevaron a cabo en la Escuela de Armas y Servicios, ubicada en la zona urbana de la ciudad capital, perdiendo la oportunidad de tener un espacio de práctica a campo abierto como el resto de los énfasis contemplados en este estudio. Con relación a la metodología, un promedio del 38 % se mostró completamente de acuerdo y el 5 % se mostró en desacuerdo. Al evaluar los aprendizajes, estuvieron de acuerdo en un promedio cercano al 33 %, teniendo en cuenta que las prácticas se llevaron a cabo en las aulas vía digital, ubicadas en las instalaciones de la Escuela de Armas y Servicios. También, los participantes manifestaron que resulta llamativa la metodología utilizada para estimular el pensamiento estadístico y posibilitar la praxis del espacio académico, es decir la integración entre la teoría y la práctica para comprensión de cómo la estadística aporta en distintos escenarios de la vida cotidiana y en específico en procesos de toma de decisiones en el sector agropecuario. La opinión de los investigadores que desempeñaron el rol de docentes en esta área de conocimiento se orientó a que “cada vez que ponemos a prueba nuestro curso, nos damos cuenta de que hay cosas por ajustar, cambiar el lenguaje, dependiendo de las situaciones”. Asimismo, “Ellos preguntan porque les tocó estadística, si ellos no van a llegar a campo a calcular la media, ellos no consideraban que fuera práctico en la vida real, ellos dicen, para lo práctico es aprender a manejar cultivos. La estadística es una herramienta para la toma de decisiones”
Si bien los aprendizajes se identificaron en términos de las personas que tomaron el curso, los investigadores en su rol de docentes también aprendieron sobre su práctica y sobre todo respecto al papel que juegan en la construcción de un nuevo país, que llama a la unidad y a la acción decidida y constante respecto a la decisión de finalizar con el conflicto armado. Así mismo, quedó abierto un camino relevante en términos de la disposición para este tipo de intervenciones por parte de profesionales e investigadores, que sin lugar a dudas debe mejorar para robustecer la manera como se abordan los contenidos relacionados con ciencia, tecnología e innovación en el sector agropecuario colombiano, la generación de materiales didácticos que favorezcan la enseñanza y la articulación de contenidos por niveles que permitan articularse a trayectorias de formación (Tibaduiza-Castañeda et al., 2022) que lleven a fortalecer capacidades desde el nivel operativo hasta los tomadores de decisiones; como un factor asociado al impacto de la propuesta.
Al respecto, algunos de ellos compartieron sus sentires:
- “Siento muy positivo el balance y muy contentos, muy contentos de estar involucrados. Agradecerle al Ejército este espacio que da, para que AGROSAVIA, con la misión que tenemos de impactar positivamente el cambio técnico en el campo colombiano, tengamos unos aliados bien interesantes, que están allá, efectivamente en el campo de todo este país, apoyando al mejoramiento de lo que hacemos en la producción agropecuaria”.
- “Estaba el momento antes y el momento durante. En el momento antes fue muy chévere, muy bueno, nosotros tenemos muy desarrollado nuestros procesos de formación. En él durante es muy importante que las personas que están allá tienen un amplio conocimiento de la realidad de su región, ellos saben cuáles son las problemáticas de las regiones, que allá, el problema son las drogas, que allá el problema es que no hay mercado para los productos agropecuarios, ¿cómo podemos hacer para ayudarlos?”.
- “Nosotros vemos que en realidad la personas tienen conciencia, […] la percepción que tiene uno es que a los militares les importa cinco el campo y que simplemente van allá a poner un orden, pero no se preocupan por la gente, pero si hay una percepción de cómo está la gente, de cómo poder ayudar al pequeño productor si no sabe producir, si tiene problemas de acceso o faltas de oportunidades. […] Fue enriquecedor en ese sentido para nosotros”.
- […] “cuando nos invitaron a participar, básicamente para nosotros en suelos y lo hablamos en el grupo, era un compromiso con el ejército, pero era más un compromiso con el país, entonces no pude decir que no, obviamente. Y en la parte práctica, todo se fue ajustando y nos fuimos desenvolviendo bien y hacer ajustes es lo normal. Me parece muy chévere, porque una de las expectativas que nosotros teníamos era cómo iba a responder el CAPAVAN a las clases, a la práctica y en la clase de suelos estuvieron muy bien, muy, muy atentos”.
- “Esta iniciativa del Ejército Nacional, de vincular a todos esos integrantes en la parte agropecuaria es importante, que ellos nos ayuden a atender o que sepan cómo enfrentarse a las preguntas que tengan los campesinos, esa es una parte positiva”.
- “Me parece a mí que con toda esa tecnología que tienen ahí en esos salones, vimos que si había interés grandísimo por esto. Esto es una especie que es completamente diferente a las demás, una especie apícola donde tiene que estar uno muy concentradito en lo que está haciendo”.
- “Se veía el interés tan tremendo de esa gente, que ellos nos contaban, quiero montar o quieren asesorar el montaje de unas colmenas, entonces, es importante eso”.
Desde los aportes de los investigadores, se puede decir que las acciones llevadas a cabo en áreas relacionadas con el sector agropecuario se deben abordar como formas de cooperación futura que permitan que temas asociados a la seguridad y a la defensa se aborden de manera participativa (Vargas, 2017), tanto para definir su alcance como para redirigir acciones y recursos (Ugarriza, 2018). Esta experiencia les permitió reconocerse e interactuar desde los roles que asumen en la estructura del Estado, específicamente en temas relacionados en ciencia, tecnología e innovación en el sector agropecuario colombiano que resaltan la importancia de fortalecer capacidades en entornos cambiantes (Rojas-Guevara, 2017) y en aquellos en que tienen una constante movilización en zonas rurales de incidencia nacional e internacional (Serra, 1986).
CONCLUSIONES
Investigadores y profesionales de apoyo confirmaron desde este proceso, que están convocados a trabajar en la construcción de la paz, es decir, que existen grandes posibilidades de formar a actores clave, como lo es el Ejército Nacional. Es importante incorporar en estos procesos de formación a militares de alto rango, quienes en su rol de liderazgo les es posible brindar herramientas a sus subalternos, para que sean gestores y transferidores de procesos de formación, en pro de contribuir con soluciones al sector rural; labor importante para esta clase de perfiles. Además, este proceso dará garantía de aplicación a los énfasis planteados en los programas de formación en busca de mejorar el proceso de cualificación profesional de los miembros de las fuerzas militares y la gestión institucional de AGROSAVIA en las actividades del sector rural.