Vivimos momentos complejos, el ser humano ha perdido la sensibilidad por el medio ambiente y por tanto se ha convertido en un predador en potencia, sin importar dónde o como, es explotar a la naturaleza, extrayendo de sus entrañas todo lo que se pueda hasta dejarla morir, si morir, y luego ir a otro y otro lugar sin parar.
De ahí que los incendios forestales, son una forma de invadir territorios protegidos, cuyo rol es mantener la vida en este planeta, y su recurrencia se ha convertido en algo común, anualmente se deforestan miles de hectáreas de bosques con el único propósito de explotar la tierra, con el fin de abrir espacios para la explotación minera, agricultura, ganadería, y cuestiones ilícitas.
Deberíamos preguntarnos, si algún día esto parara, y si los que realizan estos actos desde un escritorio, o los que lo hacen en sí, son los culpables, entonces la pregunta es, queremos vivir, y dejar vivir a las futuras generaciones, o solo seguirán con la extracción de las riquezas.
Pero tras esta problemática están personas inescrupulosas con fines ilícitos, que vaya a saberse sus motivos, sin embargo, los incendios forestales y la deforestación, siguen y siguen sin parar, si a eso le sumamos las temperaturas elevadas, los vientos huracanados, un caldo de cultivo por excelencia para reavivar las llamas y por ende la quema de bosques en áreas protegidas seguirán, como en la amazonia boliviana.
Parece que no entendemos esta problemática, y que la quema pareciera ser la única solución para el uso de la tierra para diversas funciones, pero que, de la diversidad biológica, que tiene un área protegida, como el Madidi y el Pílon Lajas, tras estos incendios perderemos especies vegetales, animales, insectos, y será muy poco probable su regeneración, por ello debemos estar conscientes que esto será casi imposible.
La biota, tiene un rol diverso, que, asociados en sí, mantienen el equilibrio de los ecosistemas, y están sucumbiendo por las llamas, parecería que está en nuestros genes, que, si no hay quema, no hay agricultura, ganadería, será esto cierto, o hay algo oscuro tras estas quemas, o será que es solo la excusa para hacer alguna de estas actividades, sin pensar del daño irreversible que se está ocasionado a la biodiversidad y medio ambiente. Pero no todo queda ahí, pues la densa humareda está llegando a las ciudades, y los niveles de contaminación aumentan día a día, lo que ocasiono que se restrinjan algunas actividades sociales y ni que decir de la salud de las personas que están aquejadas con algún tipo de enfermedad.
Este es un problema ya no solo local, se está convertido en una problemática regional, y quizás mundial, pues no sabemos el nivel de afectación a futuro, de los recursos de agua, aire, alimentación, fuentes de energía, agricultura, se verán afectadas, mientras algunos, solo piensan en su beneficio personal.
Debemos cambiar las leyes, no solo por interés personal, sino porque se está convirtiendo en una necesidad, si queremos dejar un mundo para las futuras generaciones, que están por llegar, es necesario tomar conciencia de nuestros actos, desde diferentes perspectivas, el cuidado de la naturaleza es nuestra responsabilidad, sea desde la generación de residuos sólidos en las grandes ciudades, como el plástico, que día que pasa contaminamos las fuentes agua, y todo esto está llegando a las zonas rurales, y por ende se está desencadenando la migración de campo a la ciudad.
Ahora solo imaginemos, que esto así sucediera, las áreas rurales abandonadas, y las ciudades saturadas, la cuestión es, quien producirá los alimentos, y si a eso le sumamos los incendios forestales en las zonas tropicales y en el Altiplano, la contaminación con residuos sólidos, ahí no hay donde perderse, habrá motivos para que se desencadene conflictos sociales por el agua y los alimentos, por ello debemos estar conscientes de nuestros actos, en zonas boscosas no realizar la tala y quema de los árboles y en las ciudades evitar el uso de los plásticos, si queremos o tenemos el interés de cuidar el medio ambiente, que a la larga solo somos inquilinos en este planeta, no somos dueños, entonces cuidemos esta casa y dejemos de solo hacer discursos políticos y comencemos a hacer lo que decimos, porque alguien tiene que dar el primer paso, para que el resto pueda continuar con esta tarea.
Finalmente, como raza humana dependemos del medio ambiente y este de nosotros, ambos debemos vivir en armonía conservando y preservando nuestra casa, cada uno desde su lugar de origen y su pertinencia, si tan solo lo hiciéramos con entereza mantendríamos nuestra casa por o menos apta para vivir, ya que no hay otro lugar donde ir, salvo que tengamos un boleto de viaje a otro planeta, aunque suene irrisorio, no hay más donde ir como especie humana, con el fin de preservarnos, pero siendo más conscientes de lo que hacemos y que casa queremos tener y dejar a nuestras futuras generaciones.
Ahora, como sociedad en su conjunto debemos dejar ciertos privilegios que los inventores han legado a esta generación, y debemos ser sabios en el cuidado del medio ambiente, nuestra conducta es a pieza fundamental para el cambio, un cambio necesario, pero no al borde del precipicio, cuando sintamos la falta de agua, alimentos, aire fresco, vegetación para poder vivir en paz y armonía con el medio ambiente y entre nosotros. El tiempo ha llegado y es necesario cambiar para el bien de la humanidad, no les parece…
Manuel Gregorio Loza-Murguia Ph.D
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Consejo Superior de Investigación en Ciencia y Biotecnología
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