Las cuencas hidrográficas son importantes para la actividad agrícola, ganadera, empresarial-industrial, y potabilización del agua apta para consumo humano. Sin embargo, la creciente actividad minera formal e informal ocasionan impactos ambientales en los ecosistemas acuáticos, terrestres, afectando la salud de las familias que viven en el área de influencia.
En varios países el manejo de relaves mineros, aún no está regulado por leyes y reglamentos que permitan ejecutar procesos de reducción y tratamiento, aplicando tecnologías eficientes, así evitar contaminar ecosistemas acuáticos (manantiales, bofedales, ríos, lagos y lagunas), terrestres (suelos agrícola y ganadera) con metales pesados que contienen los relaves mineros.
La composición de los relaves, es un “caldo de cultivo” capaz de eliminar la vida acuática y terrestre, por contener metales: plomo, mercurio, arsénico, cobre, cadmio entre otros, mortales para la vida. Las cabeceras de las cuencas deberían ser protegidas o evitar que se realicen actividades mineras o industriales, ya que son sitios importantes, porque ahí se inicia la regulación, funcionamiento hídrico de todo el ecosistema, de bofedales, pastizales y mantenimiento del acuífero, que influyen en el desarrollo de actividades agropecuarias que prioritariamente se desarrollan en estas zonas.
Algunas investigaciones sobre tratamiento relaves mineros y metales pesados, son una esperanza para la sobrevivencia de la vida en el planeta. Por ejemplo, se ha investigado suelos contaminados con metales pesados como consecuencia de la extracción artesanal de oro, los resultados indican que la presencia de metales pesados en los alimentos producidos, tienen un riesgo significativo de efectos no cancerígenos y cancerígenos para la salud de los niños1. Las aguas contaminadas con relaves mineros, se pueden tratar con ferrato (VI), para eliminar cobre y cadmio con modificación de pH2.
También se puede hacer un tratamiento para disminuir arsénico en las aguas de arroyos y embalses afectados por minas de oro, a través de la modificación del pH, que mejora la movilidad del As3. Otro tratamiento para suelos contaminados, fue la remediación electrocinética acoplada simultáneamente con dos técnicas de mejora: inversión de polaridad periódica modificada y control de pH catolítico, estrategia con resultados 9 veces mejores que la electroremediación, 96 % de Pb y Cu, se eliminaron de los suelos4. La ultrafiltración micelar mejorada, una técnica de separación basada en tensioactivos, elimina metales pesados de aguas residuales con metales pesados5.
Finalmente, las cabeceras de cuencas hidrográficas, deberían protegerse y preservarse, evitando actividades antropogénicas e industriales, por ser el sostén para el funcionamiento dinámico de los ecosistemas, que se encuentran en la parte media y baja de estas. Asimismo, la contaminación por relaves mineros, que contengan gran cantidad de metales pesados, puedan ser tratadas a través de tecnologías biológicas, físicas y químicas. Por tanto, las empresas mineras formales e informales, deben tener responsabilidad ambiental y social e invertir en la reducción, tratamiento de los relaves mineros. La alternativa, no es construir un espacio para depositar los relaves mineros, que en algún momento colapse y ocasione serios impactos ambientales, sociales afectando la salud pública, por el contrario, sería reducir y tratar dichos relaves.
Ángel Canales-Gutiérrez
Universidad Nacional del Altiplano de Puno
Facultad de Ciencias Biológicas
Programa de Ecología
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