Introducción
Las redes sociales (RS) se han convertido en un elemento universal en la vida de las personas, creando tanto retos como oportunidades e influyendo en todas las dimensiones de la vida diaria (Rodríguez et al., 2014). Más allá de las características personales de los individuos, su uso en la actualidad es tan frecuente que afecta toda acción, pensamiento y forma de relacionamiento con las personas y el mundo alrededor (Balaguer, 2015). Debido a esto, se han incrementado los estudios sobre su uso y efectos, que pueden ser tanto positivos como negativos (Clark et al., 2017; Nesi, 2020).
El uso de las RS varía según factores como la edad, el género y el contexto sociocultural, estudios han encontrado que los adultos jóvenes (18 a 29 años) tienden a ser los usuarios más activos, etapa en la que se presenta una mayor vulnerabilidad por los cambios que se atraviesan, lo que los hace más propensos a ser afectados por el uso de las RS (Salas y Escurra, 2014; Valkenburg et al., 2022. Además, se han identificado diferencias de género: las mujeres consideran más los riesgos a la privacidad, los lazos sociales y el compromiso al momento de decidir qué información compartir en estas plataformas, en comparación con los hombres (Lin y Wang, 2020). El contexto urbano o rural también influye en los patrones de uso: los usuarios rurales suelen priorizar actividades recreativas, mientras que los urbanos enfocan su tiempo en funcionalidades relacionadas con negocios y navegación (Sapienza et al., 2023).
Los estudios sobre las RS coinciden en que su uso puede asociarse tanto con niveles de malestar como de bienestar, dependiendo de factores como el uso específico, el tiempo dedicado y la importancia que los usuarios atribuyen a estas plataformas (Salas y Escurra, 2014; Rojas-Jara et al., 2018; Valkenburg, 2022). En este contexto, Rodríguez et al., (2014) hallaron que los estudiantes con un alto uso de RS mostraban mayores niveles de conductas agresivas, aunque también exhibían cualidades positivas derivadas de su interacción en estas plataformas.
En general, las RS se presentan como espacios de comunicación e interacción social, que promueven y facilitan las relaciones sociales; sin embargo, también pueden asociarse con problemas de salud mental (Berryman et al., 2017). En un análisis más amplio, Akram y Kumar (2017) resaltan los posibles efectos positivos y negativos de las RS en ámbitos clave como negocios, salud, educación, sociedad y juventud. Dentro de los aspectos positivos, destacan el fortalecimiento de las redes profesionales, la promoción de marcas, la mejora en el acceso a información sanitaria y educativa, así como el desarrollo de habilidades sociales y de aprendizaje, especialmente en los jóvenes. En contraste, señalan riesgos significativos, como el ciberacoso, la adicción, la exposición a información falsa y la reducción de habilidades de comunicación presencial, lo que puede impactar, tanto en el bienestar personal, como en las dinámicas sociales y económicas de los usuarios.
Entre los efectos positivos específicos del uso de las RS se destacan la sensación de conexión y mayor apoyo social (Clark et al., 2018). De igual manera, Rodríguez et al. (2014) enfatizan que las RS facilitan la interacción con los demás, contribuyen al desarrollo de procesos atencionales y amplían las formas de socialización. Además, se argumenta que el uso adecuado de estas plataformas puede fortalecer la autoestima, fomentar el desarrollo de habilidades sociales y reducir el aislamiento (Padilla-Romero y Ortega-Blas, 2017).
No obstante, el uso problemático de las RS también ha sido documentado, Akram y Ku- mar (2017) señalan que los usuarios que no logran establecer relaciones cara a cara adecuadas, mantener hábitos de alimentación o descanso regulares, suelen experimentar pereza y desmotivación debido al uso continuo de estas plataformas. En esta línea, se destaca que algunos usuarios pierden la noción del tiempo cuando utilizan las RS, lo que resulta en el abandono de actividades diarias importantes (Barrón-Colin y Mejía-Alvarado, 2021). Boniel-Nissim et al. (2022) refuerzan esta idea, subrayando cómo el uso excesivo puede derivar en la negligencia de responsabilidades esenciales.
Finalmente, se ha observado que la falta de acceso a las RS puede generar respuestas emocionales como enojo, tensión o depresión, especialmente en personas insatisfechas con sus logros personales (Rojas-Jara et al., 2018; Clark et al., 2018). Además, Valkenburg (2022) alerta sobre el impacto de la comparación social, como una dinámica común en estas plataformas que puede intensificar sentimientos de insuficiencia o frustración en los usuarios.
La medición del uso y del tiempo dedicado a las RS constituye un indicador clave para evaluar sus efectos, tanto positivos como negativos. Para ello, se han desarrollado instrumentos como la Social Media Use Integration Scale (SMUIS) o el Cuestionario de Adicción a RS (ARS), los cuales abordan distintas perspectivas de evaluación (Berryman et al., 2017; Padilla-Romero y Ortega-Blas, 2017).
En relación a estos enfoques, varias investigaciones argumentan que el impacto de las RS depende más de la forma en que se utilizan que del tiempo invertido en ellas. Este planteamiento destaca que es el tipo de interacción lo que determina si los efectos serán positivos o negativos (Berryman et al., 2017; O’Reilly et al., 2018). Sin embargo, otros estudios subrayan la relación existente con el tiempo de exposición y ciertas problemáticas que afectan la salud mental y que permiten hablar de adicciones (Rodríguez Puentes y Fernández-Parra, 2014).
En base a toda la información presentada, este trabajo tiene como objetivo desarrollar un test que permita medir el efecto del uso de las RS en estudiantes universitarios. Este test considerará factores tanto psicológicos como sociales, ofreciendo una herramienta para comprender mejor la relación entre el uso de estas plataformas y su impacto en este grupo poblacional.
Método
Muestra
Se recurrió a un muestreo no probabilístico por bola de nieve, mediante el cual se contactó y seleccionó a la muestra a través de las redes sociales.
La muestra estuvo compuesta por 205 estudiantes de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA), 138 mujeres y 67 hombres, con el rango de edad entre los 18 y los 25 años, la mayoría perteneciente a la Facultad de Humanidades, Comunicación y Artes.
Procedimiento
En un inicio, se redactó la escala con 42 ítems y se procedió a aplicarla a los 205 participantes del estudio. Con los resultados obtenidos, se realizó un análisis de los ítems para eliminar aquellos que no discriminan correctamente, de esta forma fueron excluidos 12. Luego se realizó un análisis factorial exploratorio con los 30 ítems restantes y fueron excluidos aquellos que no correspondían significativamente a ninguna dimensión, y se quitaron 18. Finalmente, el Test de Efectos de las Redes Sociales (TERS) quedó compuesta por 12 ítems distribuidos en tres dimensiones: Autoevaluación, Interferencia en la vida cotidiana y Dependencia (Tabla 1). Asimismo, en la Tabla 2 se encuentra detallada una explicación sobre cada una de las dimensiones mencionadas y los ítems que las componen.
Resultados
Fiabilidad
Se utilizó el Alfa de Cronbach y la prueba de dos mitades paralelas para medir la fiabilidad de la Escala TERS. Se obtuvo una puntuación de α=0,88 para el Alfa de Cronbach de toda la escala. Respecto a las dimensiones, se obtuvieron puntuaciones fiables, dando así la dimensión 1 (Autoimagen y Presión Social) α= 0.87, la dimensión 2 (Interferencia en la Vida Cotidiana) α= 0.77 y la dimensión 3 (Dependencia) α= 0.73.
Se complementó la medida de fiabilidad con la realización de la prueba de las dos mitades, y se obtuvo una puntuación de rho= 0.79.
Validez
Para el cálculo de validez, se llevó a cabo un Análisis Factorial (ANFA) que posibilitó la distribución de los ítems en las distintas dimensiones, en base a la semejanza y relación de los mismos, presentado en la tabla 3. Asimismo, se calcularon las medidas de Kaiser-Meyer-Olkinel (KMO), que resultaron en una alta puntuación de 0.87 y se obtuvo una prueba de Esfericidad de Bartlett, significativa (p<0.05). El ANFA indica que la escala cuenta con un 60.2% de varianza explicada, entre sus 3 dimensiones.
Conclusión
El objetivo del presente trabajo fue elaborar y analizar la fiabilidad y validez de una escala que mida de forma apropiada el uso de redes sociales en jóvenes universitarios y permita la identificación del uso otorgado a las mismas y sus efectos. Se alcanzó el objetivo planteado al obtener índices moderados y altos, respecto a la fiabilidad y validez de la escala, que permite concluir que el Test de Efectos de las Redes Sociales (TERS) es fiable y válido para ser aplicado en jóvenes universitarios de Santa Cruz de la Sierra.
Se encontró que las redes sociales tienen una repercusión predominantemente negativa en la autoimagen corporal de sus usuarios, lo que lleva a desarrollar un impacto negativo en el estado de ánimo y la autoestima (Silva et al., 2020). Esto es particularmente evidente entre las mujeres, ya que aquellas con una mayor tendencia a la comparación son más susceptibles al impacto de los medios de comunicación en su imagen corporal, lo que genera vergüenza corporal y sesgos cognitivos en la autoimagen (Hai y Yang, 2022).
Dentro de las limitaciones del estudio se encuentra el tamaño de la muestra, por lo cual se recomienda incrementar el número de participantes para obtener resultados más generalizables. Asimismo, se necesita especificar y ahondar más en los distintos tipos de uso que pueden brindarse a las RS para poder concientizar de forma más específica en el manejo adecuado de las RS que resultará en efectos positivos para los usuarios también. Aunque este test no tiene una finalidad clínica ni puede ser usado como herramienta diagnóstica de algún trastorno relacionado a las RS, aporta en el ámbito de la tecnología y los efectos que esta puede tener para las personas que la utilizan, para identificar el manejo y los efectos adversos que vienen en conjunto, de las RS.



















