SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue34The origin of the hero: Germán Busch and his proven birthplace in Santa CruzThe tourism in the socioeconomic development: an analysis of the annex Cocachimba, Amazonas, Perú author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Revista Aportes de la Comunicación y la Cultura

Print version ISSN 2306-8671

Rev. aportes de la comunicación  no.34 Santa Cruz de la Sierra June 2023

 

https://doi.org/10.56992/a.v1i34.415

ARTÍCULOS

 

La naturaleza compleja de la
investigación en traducción

 

The Complex Nature of Translation
Research

 

 

Sofía Lévano Castro*
*Doctora de Psicología Educacional y Tutorial. Maestra en Docencia Superior
y Licenciada en traducción. Profesora de la carrera de Traducción e Interpretación
de la Facultad de Humanidades y Lenguas Modernas de la Universidad Ricardo Palma, Lima, Perú.
Correo: sofia.levano@urp.edu.pe

Fecha de recepción: 02 de abril de 2023     Fecha de aprobación: 08 de junio de 2023

 

 


Resumen

Reconocer la complejidad de los Estudios de Traducción es el punto de partida para una mejor comprensión de los problemas y particularidades que rodean la investigación sobre el traductor y la traducción. El presente artículo explora la naturaleza compleja de la investigación en traducción desde la discusión de su carácter científico, interdisciplinar y multidisciplinar hasta la problemática relacionada con la definición de su objeto de estudio. Consideramos que tomar conciencia de los problemas ontológicos y epistemológicos que se derivan de su ubicación como ciencia social y humana y de la diversidad de enfoques metodológicos que se emplean en su investigación, permitirá mejorar la práctica investigadora de la traducción e ir erradicando estudios que carecen de conclusiones sólidas y que presentan representaciones vagas de la práctica traductora en la que se analiza la traducción como proceso y producto sin tomar en consideración el contexto y la función.

Palabras clave: Investigación en traducción, complejidad, ontología, epistemología y metodología.


Abstract

Recognizing the complexity of Translation Studies is the starting point for a better understanding of the problems and specific features surrounding research on the translator and translation. This article explores the complex nature of translation research from the analysis of its scientific, inter-disciplinary and multidisciplinary character to the problems related to the definition of its object of study. We believe that an awareness of the ontological and epistemological problems that derive from its status as a social and human science and the diversity of methodological approaches used in its research will allow us to improve translation research practice and to eradicate studies that lack solid conclusions and present vague representations of reality.

Keywords: Translation research, complexity, ontology, epistemology and methodology.


 

 

Introducción

Para poder entender el carácter complejo de la traducción, revisaremos su nacimiento como in-terdisciplina, y cómo la necesidad de un abordaje multidisciplinario ha contribuido a la problemática de definir su objeto de estudio. En los años 80, la traducción se separa de la lingüística y consigue una identidad propia y comienzan, con ello, no sólo problemas por encontrar una denominación para la reciente disciplina, sino también dificultades epistemológicas relacionadas con su ubicación disciplinar. Dada la complejidad para investigar sus objetos de estudio, se recurría a muchas otras disciplinas para elaborar sus métodos de estudio, como resultado de ello, la traducción elabora un discurso propio a partir de los conocimientos que toma de diferentes disciplinas lingüísticas, sociales y humanas y gana autonomía al crear nuevos conceptos y resignificar aquellos provenientes de las disciplinas auxiliares (Cagnolati, 2012). Esta situación ha dado lugar a una diversidad de enfoques, modelos, conceptos y términos, y a una multiplicidad de ideas, sobre la que no se ha llegado a un consenso de forma explícita (Vandepitte, 2008). El estudio de los objetos de estudio de la traducción representa realidades complejas que requieren que varias disciplinas interactúen entre sí. "La complejidad es una forma de analizar, de reflexionar sobre determinados aspectos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, los cuales presentan ciertas características que los clasifican como sistemas de comportamiento complejo." (González, 2009, p.243).

La investigación en traducción es interdisciplinaria debido a la existencia de áreas cercanas entre la traducción y otras disciplinas. Sus objetos de estudio son de interés de otras disciplinas vinculadas con aspectos lingüísticos, culturales, sociales, técnicos, económicos, artísticos entre otros. Por lo tanto, puede operarse una transferencia de métodos, técnicas e instrumentos que han demostrado ser efectivos y adecuados para el estudio en cuestión. Estudios desde perspectivas mixtas contribuirán a un mayor desarrollo de la investigación en traducción.

La investigación en traducción es transdisciplinar ya que sus objetos de estudio requieren un abordaje que integre todos los aportes de las disciplinas afines a la traducción. En este sentido, se crean grupos de investigadores de campos cercanos que generan nuevo conocimiento desde perspectivas diferentes y que cuentan con competencias cognitivas, operativas y actitudinales en investigación, cognitivas para entender las diferentes formas como se adquiere y construye conocimiento; operativas para emprender diferentes trabajos de investigación, sean estos un ensayo, artículos de revisión, de investigación o asesorar tesis bajo el enfoque cuantitativo, cualitativo o mixto; y actitudinales para explorar nuevas vías y tener un espíritu crítico caracterizado por la curiosidad intelectual que lo impulse a leer, buscar y entablar conversaciones sobre novedades científicas. El investigador en traducción debe tener disposición para realizar investigaciones en equipo, así como estar habituado y familiarizado con el método científico (Bracho y Ureña, 2012).

Un mismo objeto de estudio puede ser estudiado desde una perspectiva cuantitativa, cualitativa y mixta, lo que crea incertidumbre con respecto a la metodología a utilizar. Para poder determinar el enfoque adecuado para el trabajo de investigación es necesario conocer las características de la tradición "científica" de la investigación humanística y social donde se enmarca la traductología, la(s) ontología(s) y la(s) epistemología(s) del objeto de estudio, así como los diferentes enfoques metodológicos empleados en la investigación en traducción.

 

Desarrollo

La complejidad de la "ciencia" de la traducción

Coexisten diferentes concepciones sobre "ciencia", las mismas que han evolucionado a lo largo del tiempo, dependiendo del contexto en que se generó el conocimiento, y de los métodos empleados. Para Yuste y Álvarez (2005), "existen tantas definiciones y concepciones de la ciencia como sabios, filósofos y/o científicos" (p.13). En el caso de la traducción, Mayoral (2001) señala que existen "tantas definiciones de traducción como autores han considerado necesario definirla. [...] la traducción se ha definido desde la perspectiva de muchas disciplinas anteriores, cada una de las cuales ha proporcionado el filtro de sus propios intereses y matices" (p.54).

Asimismo, existen diferentes posiciones frente al carácter "científico de la traducción". En su camino hacia el desarrollo de la disciplina, la traducción transitó por enfoques prescriptivos hasta interdisciplinarios recogiendo no sólo los aportes y opiniones que se gestaron en la antigüedad sino también, de otras ramas del saber, donde la lingüística y la filología desempeñaron un rol importante. "Las numerosas reflexiones que la actividad traductora ha suscitado desde Cicerón, han hecho progresar el conocimiento en un campo calificado con más frecuencia de artístico que de científico" (Yuste y Álvarez, 2005, p.12). Si bien por mucho tiempo, la traducción literaria representó una gran cuota del mercado de traducciones, la actividad traductora impregna toda actividad comunicativa del ser humano en la que cumple funciones extralingüísticas, lingüísticas y metalingüísticas.

Para Newmark (1988), la traducción era arte, ciencia, habilidad y cuestión de buen gusto. En su conceptualización, Newmark hacía referencia a cuestiones subjetivas y objetivas; interpretativas y lógicas. Arte y ciencia son los dos lados de la moneda, pero también entidades que se complementan a pesar de la línea divisoria que tradicionalmente separa a los estudios de letras y ciencias en los centros de formación. Esta división se manifiesta también en el ámbito científico donde las ciencias naturales son consideradas como duras y exactas mientras que las ciencias sociales son blandas y especulativas. Para Barrera (2001), este prejuicio está siendo eliminado ya que "en materia de ciencias, no existe tal "dureza" ni tal "blandura": sólo conocimiento, que es lo que importa" (p. 2). Si bien existen discrepancias en cuanto al significado de ciencia, existe consenso en cuanto a la rigurosidad metodológica para adquirir dicho conocimiento, por lo tanto, se requiere que el investigador mantenga "un comportamiento científico con respecto a los objetivos a tener en cuenta en toda investigación en ciencias sociales y humanas" (Yuste y Álvarez, 2005, p.13). La madurez científica de la disciplina se determina a partir de la actitud del investigador en relación con los modelos teóricos revisados y el enfoque metodológico empleado para observar, describir o medir su objetivo de estudio.

"Las llamadas ciencias humanas, sociales o culturales surgen en el siglo XIX. A partir de ese momento se plantea la necesidad de fundamentar su quehacer, su estatus y cientificidad" (Mejía, 2009, p. 240). La traducción se ubica en el campo de las humanidades y ciencias sociales ya que su objeto de estudio es el "hombre, al que no se puede analizar como si fuera un fenómeno físico o químico. Entre una molécula y un movimiento social, intelectual o artístico, existe un gran margen, tan grande como esencialmente simbólico" (Yuste y Álvarez, 2005, p.13). La traducción como ciencia humana se encarga del estudio de todas las manifestaciones inherentes al ser humano, en consecuencia, "no se puede perder de vista al ser humano en todas sus dimensiones, el cual no puede ser reducido solamente a lo material, lo técnico y lo cuantitativo" (Mejía, 2009, p. 40). Desde su surgimiento, el debate en torno a las ciencias sociales ha girado en torno a la orientación positivista o antipositivista que debería tener su objeto de estudio y el grado de objetividad del investigador (Camargo, 2014).

Por su ubicación disciplinar, la traducción ha heredado los cuestionamientos sobre el carácter científico de las ciencias sociales, como la falta de consenso al interior de la disciplina y el hecho de no contar con principios universales que puedan verificarse o refutarse. La traducción no cuenta con principios ni leyes generales que puedan aplicarse a distintas lenguas y culturas; además, algunos aspectos de su objeto de estudio como el proceso traductor, no puede estudiarse por métodos cuantitativos. Mayoral (2001), luego de analizar el grado de cientificidad de los Estudios de Traducción a partir del cumplimiento de parámetros como la definición, observación y descripción del objeto de estudio, la formalización, el consenso entre los especialistas y la capacidad de explicación y predicción, llegó a la conclusión que la traducción no es una ciencia, para él, es una tecnología cuyo objeto de estudio es la realización de una tarea racional y su objetivo es innovar en cuanto a procedimientos y técnicas, mejores niveles de productividad y sistemas de evaluación, entre otros elementos. Señala además que los Estudios de Traducción adquieren conocimiento de una forma muy diferente a las ciencias naturales y formales, lo que no significa que no pueda alcanzar un conocimiento científico específico. En cuanto al estudio del proceso mental de la traducción, considera que debería ser abordado por especialistas de otras disciplinas científicas.

En ambos casos vemos que los cuestionamientos al carácter científico de la traducción vienen dados por la visión de ciencia como aquella que usa el método experimental, lo que implica no sólo describir los hechos, sino también explicarlos para formular leyes y predecir determinados fenómenos. "Las ciencias sociales no se sustentan en reglas y leyes como si lo hacen las ciencias de la naturaleza. La investigación social tiene más un carácter hermenéutico, pues apunta a la interpretación y comprensión de lo humano" (Mejía, 2009, p. 240), que la traducción sea una ciencia o no, no impide que pueda ser estudiada siguiendo el método científico y que el conocimiento generado ayude a solucionar problemas reales y complejos.

La naturaleza multidimensional de su objeto de estudio requiere ser abordado por los diferentes enfoques que constituyen las teorías modernas de la traducción, ya que una visión holística facilitaría una descripción más completa. Vandepitte (2008) pone como ejemplo las investigaciones sobre las herramientas de traducción, las que según el Mapa de Holmes (1972) se ubican dentro de las investigaciones aplicadas, pero que se utilizan para facilitar el proceso de traducción, que se ubica en los estudios descriptivos. Por lo tanto, la división entre estudios puros y aplicados no es excluyente. Frente a esta situación Vandepitte (2008) propone tres tipos de estudios de traducción que no son campos cerrados, ya que una investigación puede tener más de un propósito, utilizar distintos métodos y abarcar distintas áreas del mapa de la traductología. Los estudios de traducción según la finalidad se enmarcan en los estudios puros que tienen como objetivo aumentar el conocimiento, como describir determinadas normas traductoras y modelos que se pueden utilizar en la enseñanza de la traducción, así como estudios culturales y sobre la ética de la traducción. Los estudios de traducción según el método empleado se pueden clasificar en estudios deductivos, experimentales, especulativos e inductivos (corpus) que pueden adoptar enfoques cualitativos, cuantitativos y hermenéuticos. Asimismo, algunos estudios requieren métodos relacionados con su campo lingüístico, cognitivo, comunicativo, sociológico, etc.

Williams y Chesterman (2002) señalan que todo investigador en traducción recurre a tres modelos teóricos que orientan su investigación, el modelo comparativo, el aplicado al proceso y el causal, mismos que han sido estudiados por diversas teorías. El modelo comparativo se aplica para establecer algún tipo de equivalencia e identificar procedimientos empleados en los estudios de corpus. Los modelos orientados al proceso investigan lo que sucede en la "caja negra" del traductor, que no puede observarse directamente pero que está relacionado con la aplicación de estra-

tegias y solución de problemas. "True, we can observe aspects of the neural functioning of the translator's brain; but we can only make inferences about the mind, on the basis of what seems to go in and what comes out" (Williams y Chesterman, 2002, p. 52). El modelo causal abarca a los dos anteriores de la misma forma que la investigación explicativa supone una investigación descriptiva. La causalidad puede relacionarse con el sistema cognitivo del traductor (conocimientos, competencias, experiencia y actitudes), los factores externos al encargo de traducción, y el sociocultural, es decir las normas, tradiciones, ideologías que condicionan cualquier acto de traducción. Estos modelos pueden aplicarse directamente o adaptarse al objeto de estudio y servir de referencia para la construcción de nuevos modelos de estudio.

Como hemos visto, entender la complejidad de los estudios de traducción es fundamental para dejar de lado perspectivas unidimensionales, simplistas o reduccionistas que tratan de encasillar, cuantificar y generalizar comportamientos traductores dinámicos, pragmáticos y estratégicos que se adaptan a diferentes contextos complejos como lo es la comunicación intercultural en diversos tipos y modos. Las diferentes perspectivas de análisis que requiere el estudio del comportamiento del traductor y la recepción de la traducción deben llevar a que el investigador opte por una combinación de herramientas metodológicas que le permita abordar diferentes dimensiones de la realidad y obtener información más profunda y significativa.

Ontología y la epistemología de la traducción

La ontología y la epistemología de la traducción deben surgir de un cuerpo teórico ordenado que responda a la realidad social y que permita seleccionar los recursos metodológicos para acceder, describir, explicar o refutar esa realidad (Martínez y Ríos, 2006), por lo tanto, si la traducción aspira a un reconocimiento científico, esta debe evidenciar en sus investigaciones coherencia entre "qué estudio" y "cómo lo estudio". Si bien existe un abanico de técnicas de investigación que pueden emplearse, la selección de la metodología pertinente responderá a su ontología filosófica (Parada, 2004).

La ontología y epistemología están relacionadas con la elección del método de investigación. Muchas veces se confunde un término con otro por las diferentes conceptualizaciones ontológicas existentes; por consiguiente, se debe tener una noción clara de su significado antes de emprender un trabajo de investigación en traducción. Breuker (1999) citado en Azuaje y González (2018) considera a la ontología como la "representación explícita de una conceptualización cognitiva, es decir, la descripción de los componentes de conocimiento relevantes en el ámbito de la modeli-zación" (p. 254). Posada (2006) afirma que existe una ontología objetiva de los hechos como tal que no depende de un acuerdo social (ciencias naturales) y una ontología subjetiva de los hechos sociales que depende del acuerdo humano (ciencias sociales). Para Matthews y Ross (2010), la ontología representa la forma en cómo uno ve la realidad social y lo que supone sobre la naturaleza de los fenómenos sociales que la componen. En consecuencia, los investigadores pueden tener una representación de la realidad forjada en base a sus creencias y valores, los mismos que influyen en la inclinación por ciertos métodos y técnicas (Azuaje y González, 2018).

Existen diferentes definiciones de ontología, lo que lleva a Vélez (2015) a preguntarse si deberíamos hablar de una ontología u ontologías. Para él, una de las definiciones más extendida es la de la ontología formal de carácter filosófico que estudia lo que es, "las clases y estructuras de los objetos, las propiedades, los acontecimientos, los procesos y las relaciones en cada área de la realidad" (p. 309). Relacionada con la ontología formal, se encuentra la ontología de dominio que cuenta con un "vocabulario controlado estructurado para poder anotar y detallar la información que debe ser investigada con amplitud por humanos y procesable por sistemas informáticos"

(Vélez, 2015, p. 309). Esta ontología proporciona a la ontología formal un lenguaje común que permite organizar el conocimiento en mapas conceptuales y temáticos con sus correspondientes categorías. El investigador configura un mundo interior que es parte del mundo real identificando sus elementos inherentes y agrupándolos en categorías. Carnap (1993) citado en Vélez (2015) señala que este procedimiento corresponde a una "cartografía lógico conceptual que represente la relación de correspondencia entre los signos y los objetos empíricos" (p. 323). La falta de mapas que organicen y sistematicen los conceptos y categorías pertinentes para las nociones de análisis, modalidades y tipos de traducción, es una debilidad de la traducción como disciplina, interdisciplina y transdisciplina.

La epistemología es la teoría del conocimiento que explica cómo conocemos las cosas tomando en consideración cómo se relaciona el conocedor con el objeto por conocer. Como actividad intelectual, estudia y evalúa los problemas que presenta la generación del conocimiento científico. Según Martínez y Ríos (2006), estos problemas se relacionan por una parte con definir y caracterizar los conceptos científicos, así como con la elaboración de la terminología de la ciencia:

Las concepciones metodológicas, las condiciones operatorias y técnicas del proceso de investigación, la naturaleza de las leyes científicas, la estructura lógica y la evolución de las teorías científicas, la naturaleza de la explicación científica, la fundamentación del conocimiento y la búsqueda de la verdad. (p. 5).

La forma en cómo representamos ese conocimiento es a través de los juicios que pueden ser objetivos y subjetivos. Objetivos si su verdad o falsedad no depende de las motivaciones, deseos o actitudes de quién emite el juicio, y subjetivos, si se basan en las percepciones del investigador (Posada, 2006).

Padrón (1992) citado en Martínez y Ríos (2006) habla de tres estilos de pensamiento: sensorial, racional e intuitivo. El individuo recurre a ellos para buscar respuestas a las dudas que se le presentan. El sensorial se basa en lo que percibe por los sentidos y en las evidencias que observa en la realidad; el racional encadena razonamientos, los mismos que los compara con la realidad y el intuitivo se deja llevar por sus emociones y corazonadas. Matthews y Ross (2010) señalan que existen cinco formas de conocimiento de la realidad: las creencias, el conocimiento legitimado, el conocimiento experiencial, el conocimiento empírico y el conocimiento teórico. Las creencias pueden derivarse de los valores y de la fe religiosa, así como de la experiencia propia y de la observada. El conocimiento puede ser legitimado por alguna persona o institución considerada una autoridad en la materia, ser producto de las vivencias acumuladas a lo largo de los años, basarse en evidencias y ser resultado de trabajos de investigación, o puede abarcar las nociones e ideas que explican la realidad social. Para ellos, el conocimiento no es sólo una colección de hechos, sino el acto de conocer y de lo que creemos que conocemos y que nos impulsa a actuar.

En este sentido, ¿cómo determinar si el juicio emitido es objetivo o subjetivo?, ¿cómo determinar si el conocimiento es el resultado de una representación de la realidad sensible, intuitiva o razonada?, ¿cuáles son las bases del conocimiento que sustentan el juicio?, ¿cómo saber si el conocimiento es verdadero o falso?, ¿el conocimiento refleja la realidad y es producto de una investigación científica o es el resultado de experiencias o percepciones particulares?, y finalmente ¿cómo saber si el conocimiento que conocemos como tal es conocimiento?

Para Matthews y Ross (2010) saber algo no implica que eso sea cierto. Saber hasta qué punto el conocimiento de un fenómeno social se corresponde o es igual a la realidad del propio fenómeno social es un problema ontológico referido a la naturaleza o realidad de un fenómeno social y a su vez epistemológico relacionado con lo que se puede saber de él y cómo podemos saber lo que se tiene que saber.

En ciencias sociales existen dos posiciones en relación con la "verdad" del conocimiento. Blaikie (1993) señala que existen diferentes enfoques en relación con la verdad que reflejan las distintas formas en que los investigadores ven el mundo social. Se puede establecer la verdad de forma confiable cuando las teorías permiten descubrir, describir y explicar las regularidades que conforman la realidad; el conocimiento del mundo es provisional ya que las personas pueden aproximarse a la verdad pero no saber si la han descubierto; el conocimiento se ve limitado por el hecho de que la realidad no pueda ser observada directamente sino a través de conceptos y teorías que el investigador adopta; y el conocimiento del mundo social es relativo a un espacio y tiempo porque no hay verdades absolutas.

En las investigaciones en traducción, el conocimiento es parcial y relativo dada la naturaleza de su objeto de estudio. El investigador no puede realizar predicciones ni generalizaciones sólo describir la realidad que percibe, pudiendo esta percepción reflejar sólo un lado de la realidad. Estos problemas de acercamiento a la verdad se dan en el proceso de la traducción debido a las diferentes interpretaciones que puede tener un traductor o varios traductores de un texto original, las mismas que pueden variar según las circunstancias en que realiza la traducción. Incluso el mismo traductor en diferentes espacios y tiempos podría tener una nueva lectura del texto original (Mayoral, 2001).

Una característica de los estudios de traducción es la falta de un objeto de estudio consensuado y la necesidad de una mirada multidisciplinar. Por lo tanto, podríamos decir que la traducción tiene tantos aspectos que debería haber varios objetos de estudio, lo que podrían ser estudiados por separado, pero también de forma holística y desde enfoques teóricos y metodológicos particulares o integrados. Los objetos de estudio vinculados con el producto, proceso y función requieren acercamientos ontológicos y enfoques epistemológicos objetivos y subjetivos, así como perspectivas cuantitativas, cualitativas o mixtas.

Mossop (2016) revisó diferentes enfoques para identificar el objeto de estudio en traductología y los agrupó en cuatro categorías: 1) el basado en la práctica que se orienta a establecer que es una buena traducción; 2) el heurístico que estudia un conjunto de textos para averiguar cuáles son las características de la traducción; 3) el lexicográfico que estudia una variedad de fenómenos que se asocia al sentido de "traducir, traducción"; 4) el externo que enuncia el objeto de estudio recurriendo a otro campo como la lingüística, la sociología, los estudios culturales, etc. Luego de esta revisión, Mossop (2016) propone como objeto de estudio la postura mental del traductor que él denomina "invariance orientation with minimization of variance" que subyace a un proceso de enunciado y que es típica de una gran parte de los traductores e intérpretes profesionales, así como de voluntarios y aficionados. En la traducción literaria y publicitaria, el grado de varianza es elevado, no lo que no ocurre en el caso de textos técnicos científicos. Si bien en la mayoría de los casos la intención es transmitir, en la medida de lo posible el sentido del texto original, un revisor, un traductor, un profesor de traducción o un usuario bilingüe pueden estar en desacuerdo con el grado de invariancia del significado. Factores como problemas para captar detalles, la deficiencia lingüística en una o ambas lenguas, la falta de conocimientos sobre el tema, una investigación deficiente, la incapacidad para detectar errores durante la revisión, las diferencias entre lenguas, las diferencias culturales, el proceso mental, las influencias ideológicas, entre otros, influyen en que la noción de "transferencia exacta" sea una utopía.

El objeto de estudio, según Mossop (2016), se debe estudiar desde el punto de vista del traductor y de las circunstancias sociales de producción del texto origen y no desde el punto de vista de los usuarios ni de la traducción como trabajo terminado. Asimismo, señala que incluir muchos fenómenos en un único objeto de estudio dificultará llegar a conclusiones que no sean vagas o triviales. Pym (2016) considera que el objeto de estudio al que se refiere Mossop como la postura mental no es otra cosa que la equivalencia. Asimismo, señala que la perspectiva de Mossop se centra en la práctica profesional, siendo ésta un ideal que dista de la realidad debido al estatus del trabajo del traductor, la mala remuneración, la falta de regulación entre otros problemas. Katan (2016), por su parte, señala que Mossop no puede reducir la postura mental a lo que él considera es la fidelidad lingüística, y no se puede excluir del estudio de la traducción, todo lo relacionado con la cultura -la política, la ideología-, y el contexto de la recepción del texto meta.

El esfuerzo inicial de Holmes y Toury de cartografiar los Estudios de Traducción a partir de los ámbitos de conocimiento (epistemología), objetos de estudio (ontología) y tipos de investigación (métodos) fue fundamental para ordenar los estudios descriptivos de la traducción. A lo largo de los años otros investigadores complementaron y reubicaron algunos elementos y presentaron otros mapas como el de los Estudios del Traductor, los Estudios Aplicados, entre otros. No obstante, el aumento de conocimiento producido en los últimos años y los diferentes giros por los que ha atravesado y atraviesa la traducción, requiere que se siga realizando este trabajo de forma colaborativa y sistemática para dar cuenta de las nuevas realidades que requieren ser investigadas desde diferentes perspectivas.

Enfoques metodológicos en la investigación en traducción

Optar por una metodología para llevar a cabo una investigación debe partir de la comprensión de las relaciones que establece el objeto de estudio con el proceso, producto y función de la traducción, así como de su conceptualización de acuerdo con el enfoque disciplinar adoptado. Artero y Serban (2013) señalan que la elección de modelos metodológicos que se deben utilizar en la investigación sobre traducción está vinculada, por un lado, a consideraciones epistemológicas generales y, por otro lado, a la dificultad que implica definir qué es traducción. Las diferentes perspectivas bajo las cuales se puede definir la traducción se reflejan en metáforas raigales que explican los paradigmas que comparten los diferentes enfoques de la traductología, entre los que pueden existir semejanzas a nivel de expresión metafórica pero diferentes interpretaciones de la proyección metafórica según la adscripción teórica.

Por ejemplo, "Traducir es seguir huellas" hace referencia al grado de fidelidad y equivalencia al texto original logrado en una traducción, así como a la postura mental del traductor puesta de manifiesto en la selección de métodos y estrategias. El traductor puede decidir imitar las huellas con una postura mental de obediencia, siendo fiel (literal) al texto original o puede seguir huellas a su discreción, es decir producir un texto final tomando como referencia un texto base. En cada caso, decidir cómo seguir las huellas dependerá de la orientación teórica del traductor: hacia el polo origen o hacia el polo meta. Cuanto más amplio y diverso sea el marco teórico y conceptual del individuo, más amplios serán las perspectivas para estudiar el objeto de estudio, caso contrario tendrá una visión restringida e insuficiente del fenómeno a estudiar.

Tradicionalmente, las investigaciones en traducción han seguido paradigmas positivistas y pos-testructuralistas. Según Gutiérrez (2012), la lingüística y la filología fueron las primeras escuelas de pensamiento en investigar la traducción desde una perspectiva positivista con estudios sobre la indeterminación del significado, la utilidad del lenguaje, la relación lengua/experiencia, los procedimientos empleados en la traducción entre otros. Estos estudios suscitaron dudas sobre los enfoques normativos y prescriptivos que imperaban en esa época y contribuyeron a que se reconociera que el trabajo del traductor va más allá del uso de la lengua y a que no exista una visión monolítica de la traducción. Posteriormente, las llamadas "teorías modernas de la traducción" se interesaron por el estudio de los factores extralingüísticos que rodean el proceso de traducción tomando en consideración el contexto social y cultural. Este cambio epistemológico se vio influido por el posestructuralismo, como en el caso de Jacques Derrida quien usa la deconstrucción para la búsqueda del sentido (Gutiérrez, 2012).

En las investigaciones en traducción se evidencian solapamientos entre posturas prescriptivas, descriptivas, analíticas hasta postestructuralistas. En un polo, tenemos al positivismo y en el otro al constructivismo. El investigador positivista se centra en los hechos, recopila los datos, los explica y comprueba o rechaza las hipótesis que haya planteado previamente. Puede seguir un enfoque deductivo, inductivo y abductivo, observa la realidad de forma objetiva, desvinculándola de los participantes y no emite un juicio de valor. El constructivista social busca comprender y conceptualizar diversas realidades y fenómenos complejos estableciendo conexiones entre el objeto de investigación, los participantes y el contexto de la investigación. Se enfoca en las ideas, la conceptualización y la interpretación. Las categorías de análisis surgen durante el proceso de investigación a medida que el investigador va adquiriendo mayor conocimiento sobre el tema.

La epistemología positivista asume que los fenómenos sociales pueden investigarse objetivamente en tanto los datos sobre el mundo social observables puedan medirse al margen de las interpretaciones subjetivas que pudieran tener los investigadores (Saldanha y O'Brien, 2013). Los estudios empíricos y cuantitativos son positivistas en tanto los hechos se presentan como tal, y el investigador hace uso de la razón para interaccionar con su entorno, conocerlo y cuestionarlo. La razón permite un acercamiento a la realidad de una forma más confiable, evitando que nuestras percepciones subjetivas nos engañen.

Los estudios cuantitativos en el campo de la traducción son mayormente descriptivos, los mismos que tienden a presentar frecuencias y porcentajes de errores, problemas, técnicas y estrategias usadas en la traducción de un determinado texto. Asimismo, tenemos los estudios de corpus electrónicos que han facilitado la identificación de patrones en el uso de la lengua en una gran cantidad de textos, sean estos orales, escritos y audiovisuales. Por otra parte, se encuentran los estudios experimentales, cuasi experimentales y pre experimentales que suelen realizarse en el campo de la didáctica de la traducción. Y finalmente los estudios de corte social, que suelen recurrir a la encuesta para la recolección de datos.

En 1923, la Escuela de Frankfurt adoptó una posición crítica frente al positivismo en las ciencias sociales por tratar de acomodar sus estudios a la metodología de las ciencias naturales. El positivismo comenzó a ser cuestionado por las ideas de Kuhn y Popper. Kuhn afirmaba que los paradigmas acumulados en las ciencias normales se podrían extender a otros campos distintos de donde fueron originados (Laguna, Miramontes y Cocho, 2016). Popper, por su parte, señalaba que al existir una brecha entre lo real y lo empírico, la realidad no podía ser aprehendida totalmente y los fenómenos humanos no eran completamente controlables. Este cambio de paradigma que conllevó a la adopción de nuevos enfoques, conceptos y compromisos por parte de la comunidad científica.

En la segunda mitad del siglo XX, el constructivismo cuestionó el positivismo y se posicionó como el paradigma que imperaba más en las ciencias sociales en la medida que el sujeto que conoce y el objeto a conocer son interdependientes. Para el constructivismo, los actores sociales crean significaciones y construyen la realidad, la misma que "se presenta a partir de múltiples construcciones, de las cuales la base es social, vivenciada, local y específica, dependiente de su forma y su contenido de las personas que las construyen" (Labra, 2013, p. 15). Para Matthews y Ross (2010) los fenómenos sociales son reales en la medida que son ideas construidas por los actores sociales, los mismos que las revisan y reelaboran constantemente debido a la interacción y a la reflexión social. Por lo tanto, el conocimiento al que se llega es una representación subjetiva que se crea por la interpretación que hace el individuo de la realidad en base a la experiencia. El constructivismo, el interpretativismo y la hermenéutica son paradigmas muy cercanos y suelen relacionarse con los enfoques cualitativos en los que los investigadores intentan explorar la realidad social desde la perspectiva de los actores y reflexionar sobre sus propias interpretaciones subjetivas (Saldanha y O'Brien, 2013).

En vista de que la realidad existe al margen del conocimiento que tengamos de ella apareció el realismo crítico como una posición intermedia entre el objetivismo y el constructivismo. El realismo crítico se adhiere a "un modo de inferencia que lleve al [investigador] de la superficie de los fenómenos a sus causas, o, en términos aún más generales, de los fenómenos que se encuentran en un nivel a las explicaciones inmersas en niveles más profundos [de la realidad]" (Lawson, 2003 citado por Parra, 2016, p. 222).

En lo que respecta a la didáctica de la traducción, se emplea la fenomenología para estudiar el proceso traductor, la adquisición de competencias, el conocimiento experto, el uso de la creatividad ya que como señalan Saldanha y O'Brien (2013) permite conocer las experiencias personales de los participantes. La interpretación subjetiva del objeto de estudio se logra a través de la indagación que explora las "condiciones trascendentales de la estructura de la conciencia, de los modos como los objetos se dan a un sujeto cognoscente, del papel de la percepción en el proceso de conocimiento..." (Aguirre y Jaramillo, 2012, p.54). También es empleada en la sociología de la traducción para estudiar la recepción de la traducción, el efecto en el destinatario y las decisiones éticas de los traductores. La entrevista suele ser el instrumento más empleado porque permite al investigador formular preguntas que tienen como objetivo la descripción de las estructuras de la evidencia vivida. De esta forma el "encuentro intersubjetivo, permite no sólo comentar lo hallado, sino clarificar o, incluso, corregir, las estructuras de evidencia que creía definitivas" (Aguirre y Jaramillo, 2012, p. 56).

Los estudios sobre sociología de la traducción aparecen como una de las ramas más amplias y que han ganado mayor interés en los últimos tiempos por parte de los investigadores quienes estudian aspectos del traductor como ideología, ética, estatus, reconocimiento, entre otros. Algunos hablan de un giro socioprofesional del traductor:

El traductor aparece como objeto de estudio tanto desde la perspectiva de la formación como de su actividad profesional, lo que resulta conveniente y necesario en esta época en la que los cambios sociales y tecnológicos influyen en el dinamismo del mercado profesional y crean nuevos dilemas éticos al traductor en relación con su identidad, relación con los otros y uso de la tecnología. (Lévano, 2022, p. 308)

Los cambios sociales producto de la globalización dan lugar a nuevos métodos de traducción como los de la internalización y globalización, pero también al incremento de migraciones por motivos bélicos, económicos, políticos etc., donde el traductor asume nuevos papeles como el de traductor e intérprete de servicios públicos y enfrenta dilemas éticos en diferentes ámbitos, como el policial, judicial, etc. Motivo por el cuál en los últimos años hemos visto un aumento en las investigaciones sobre la ética del traductor y del intérprete en este campo. El giro traductológico de los "Estudios del Traductor" busca centrar la investigación en el agente del proceso traductor y sus problemáticas relacionadas con el ejercicio de su profesión, a saber, problemas relativos al mercado laboral (reconocimiento, remuneraciones, relaciones con los participantes en la traducción como actividad comercial), pares (redes de contacto, asociaciones y gremios, trabajo colaborativo, etc.), cuestiones ideológicas (ética, género, etc.), entre otras.

Los estudios cualitativos que emplean métodos como la fenomenología, las historias de vida, los estudios de casos, entre otros nos permiten tener un acercamiento a datos importantes a los que no se puede llegar con una investigación cuantitativa. Estos datos recogidos a través de la observación, entrevistas, grupos focales, etc., nos permitirán un acercamiento más realista del fenómeno a observar en tanto que los actores del proceso y los participantes tienen mucho que aportar.

No podemos dejar de lado los estudios sobre la tecnología de la traducción, los mismos que pueden realizarse desde un enfoque cuantitativo centrado en el control de calidad, enfoque cualitativo orientado a descubrir perspectivas en torno al uso y desarrollo tecnológico y/o un trabajo interdisciplinario entre traductores y desarrolladores de herramientas de traducción. Este trabajo interdisciplinario nos llevaría al nivel de investigación aplicada, donde el traductor adaptaría métodos de disciplinas auxiliares (Baker, 1988 citado en Saldahna y O'Brien, 2013). Investigadores de otros campos, vienen realizando un trabajo interdisciplinario para crear herramientas que hagan frente a problemas reales, como los investigadores del proyecto Quechua ASR que buscan preservar el quechua con ayuda de la inteligencia artificial.

Las debilidades metodológicas observadas en algunas investigaciones en traducción elaboradas a nivel de pregrado se deben a la falta de comprensión ontológica y epistemológica del investigador sobre lo que quiere estudiar. De ahí que se pueda observar que algunas investigaciones que dicen ser de naturaleza cuantitativa no tengan instrumentos de medición validados y que algunas investigaciones que dicen ser cualitativas terminen cuantificando sus resultados. Ante esta situación es necesario formar investigadores de traducción que estén actualizados en la epistemología de su disciplina, la realidad de su profesión y la metodología de la investigación científica. Los Estudios de Traducción debe recoger modelos de análisis, herramientas y técnicas de traducción desarrollados en otros campos y adoptarlos a sus propias necesidades. La transdisciplinariedad debe ser también metodológica

 

Conclusiones

Antes de realizar una investigación en traducción debemos conocer la naturaleza ontológica y epistemológica del objeto de estudio, sólo así podemos determinar que aproximaciones teóricas y metodológicas podemos utilizar en su estudio, así como el nivel de investigación al qué podemos llegar. Estas reflexiones previas nos permitirán realizar trabajos de investigación más coherentes, consistentes y "científicos". Tener un conocimiento profundo del objeto de estudio y analizar las diferentes conceptualizaciones que éste puede tener contribuirá a que las investigaciones en traducción sean menos subjetivas. La subjetividad observada en algunas investigaciones en traducción no se deriva siempre del objeto de estudio, sino de la falta de conocimiento actualizado sobre aquello que se está investigando, en otras palabras, las trabas que encuentra el investigador, en este caso, se relaciona con su actitud y debilidad teórica.

El conocimiento de la ontología y epistemología de la traducción permitirá al investigador contar con criterios para seleccionar los antecedentes de estudio pertinentes y descartar los que se basan en paradigmas obsoletos y utilizan metodologías que no permiten cumplir con los objetivos planteados. Asimismo, una mirada transdisciplinaria del objeto de estudio permite la identificación de diferentes perspectivas y marcos de referencia que permitan un acercamiento más veraz, profundo y real del objeto a investigar. Una revisión teórica exhaustiva evitará que se realicen trabajos vagos y superficiales y que se sigan fosilizando errores conceptuales y metodológicos de algunas investigaciones mal enfocadas.

Se observa un reduccionismo teórico y metodológico en los estudios de traducción, en el sentido en que se sigue citando a los mismos teóricos y utilizando los mismos modelos de análisis en estudios de diferentes modalidades de traducción. Las estrategias de traducción que se aplican a un texto escrito no son las mismas que las que requiere un texto audiovisual. La taxonomía de errores no puede aplicarse de la misma forma a un texto literario que a un texto científico. Estos errores conceptuales se deben a la falta de conocimiento actualizado y de la epistemología de la disciplina.

La complejidad de los estudios de traducción no debe considerarse como una traba para la realización de trabajos de investigación sino como una oportunidad para realizar investigación cuantitativa y cualitativa de calidad e innovadora. El trabajo conjunto con especialistas de otras áreas no sólo nos dará nuevas perspectivas sobre el objeto de estudio sino la aplicación y, posterior transferencia, de otras metodologías y herramientas para el análisis de datos, incluidas las de inteligencia artificial. Ante un escenario complejo como el de la investigación en traducción, se requiere investigadores que sean pensadores críticos y que apuesten por investigaciones científicas más allá del debate sobre el carácter científico de la traducción.

 

Referencias

Aguirre,J.,yJaramillo, L. (2012). Aportes del método fenomenológico a la investigación educativa. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, 8(2), 51-74. Recuperado de http://www. redalyc.org/articulo.oa?id=134129257004        [ Links ]

Artero, P., y Şerban, A. (2013). The Status of Qualitative and Quantitative Methods of Enquiry in Translation Research: C. S. Lewis's Narnia in French - A Corpus-based Approach. Corela, HS-13 https://doi.org/10.4000/corela.3071        [ Links ]

Azuaje, L., y González, M. (2018). Reflexiones sobre la epistemología, axiología y ontología de la investigación docente. CIEG, Revista arbitrada del centro de investigación y estudios gerenciales, 33, 251-259. Recuperado de https://acortar.link/EB58kb        [ Links ]

Barrera, M. (2001). Aproximaciones y aplicaciones de la holística en la investigación. Memorias de las Segundas Jornadas Internacionales de Investigación Holística. SYPAL. Caracas.         [ Links ]

Blaikie, N. (1993). Approaches to Social Enquiry. Cambridge: Polity Press        [ Links ]

Bracho, J., y Ureña, Y. (2012). Ontología para el desarrollo de la investigación como cultura. Enclaves del pensamiento, 6(12), 11-29. Recuperado de https://acortar.link/LOp1zJ        [ Links ]

Cagnolati, B. (2012). La traductología: miradas para comprender su complejidad. La Plata: Universidad Nacional de la Plata.         [ Links ]

Camargo, A. (2014). Del positivismo a los paradigmas de la hermenéutica y el constructivismo. Quaestiones Disputatae; Temas en debate, 2(5). Recuperado de http://revistas.ustatunja. edu.co/index.php/qdisputatae/article/view/381        [ Links ]

González, J. (2009). La Teoría de la Complejidad. Dyna, 76(157), 243-245. Recuperado de https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=49611942024        [ Links ]

Gutiérrez, H. (2012). Epistemology, translation and a path for meaning. Mutandis Mutandis: Revista Latinoamericana de Traducción, 1(5), 40-52. Recuperado de https://dialnet.unirioja. es/revista/13078/V/5        [ Links ]

Katan, D. (2016). Response by Katan to "Invariance Orientation: Identifying an Object for Translation Studies", Translation Studies, 3(10), 348-352. https://doi.org/10.1080/1478 1700.2016.1234972        [ Links ]

Labra, O. (2013). Positivismo y constructivismo: un análisis para la investigación social. Rumbos TS, año 7(7), 12-21. Recuperado de https://core.ac.uk/reader/268587751        [ Links ]

Laguna, G., Miramontes, P., y Cocho, G. (2016). La revolución filosófica de Kuhn. Discusiones Filosóficas, 17(28), 47-66. https://doi.org/10.17151/difil.2016.17.28.4        [ Links ]

Lévano, S. (2022). Investigaciones en traducción publicadas en revistas internacionales. Lengua y Sociedad, 21(2), 293-312. https://doi.org/10.15381/lengsoc.v21i2.22668        [ Links ]

Martínez, A., y Ríos, F. (2006). Los Conceptos de Conocimiento, Epistemología y Paradigma, como Base Diferencial en la Orientación Metodológica del Trabajo de Grado. Cinta de Moebio, Revista de Epistemología de Ciencias Sociales, 25,111-121. Recuperado de https://cintademoebio.uchile.cl/index.php/CDM/article/view/25960        [ Links ]

Matthews, B., y Ross, L. (2010). Research Methods: A Practical Guide for the Social Sciences, Edinburgh: Pearson Education Ltd.         [ Links ]

Mayoral, R. (2001). Aspectos epistemológicos de la traducción. Castelló de la Plana: Publicacions de la Universitat Jaume I.         [ Links ]

Mejía, A. (2009). La investigación en ciencias sociales y humanas bajo el esquema del modelo universidad - empresa - Estado: una mirada desde la teoría crítica de la sociedad. Revista Interamericana de Bibliotecología, 32(2), 231-252. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=179016347008        [ Links ]

Mossop, B. (2016). Invariance orientation: Identifying an object for translation studies. Translation Studies, 10(3), 329-338. https://doi.org/10.1080/14781700.2016.1170629        [ Links ]

Newmark, P. (1988). A textbook on Translation. Londres: Prentictice Hall.         [ Links ]

Parra, J. (2016). Realismo crítico: una alternativa en el análisis social. Sociedad y Economía, 31, 215-238. https://doi.org/10.25100/sye.v0i31.3895        [ Links ]

Parada, J. (2004). Realismo crítico en investigación en ciencias sociales: una introducción. Investigación y Desarrollo, 12(2) 396-429. Recuperado de https://www.redalyc.org/ articulo.oa?id=26810208        [ Links ]

Posada, J. (2006). La subjetividad en las ciencias sociales, una cuestión ontológica y no epistemológica. Cinta de Moebio, Revista de Epistemología de Ciencias Sociales, 25. Recuperado de https://revistas.uchile.cl/index.php/CDM/article/view/25954        [ Links ]

Pym, A. (2016). Response by Pym to "Invariance orientation: Identifying an object for translation studies". Translation Studies, 10(3). https://doi.org/10.1080/14781700.2016.1207095        [ Links ]

Saldanha, G., y O'Brien, S. (2013). Research methodologies in translation studies. London: Routledge.         [ Links ]

Vandepitte, S. (2008). Remapping Translation Studies: Towards a Translation Studies Ontology. Meta, 53(3), 569-588. https://doi.org/10.7202/019240ar        [ Links ]

Vélez, P. (2015). «¿Ontología u Ontologías?». Disputatio. Philosophical Research Bulletin, 4(5), 299-339. Recuperado de https://repositorio.uam.es/handle/10486/678981        [ Links ]

Williams, J., y A. Chesterman.(2002). TheMap, a Beginner's Guide to Doing Research. Manchester: St. Jerome Publishing.         [ Links ]

Yuste, J., y Álvarez, A. (2005). Estudios sobre Traducción: Teoría, Didáctica, Profesión. España: Traducción & ParatraducciónLinks ] Arial, Helvetica, sans-serif" size="2">.

 

 

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License