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Revista Aportes de la Comunicación y la Cultura
versión impresa ISSN 2306-8671
Rev. aportes de la comunicación no.29 Santa Cruz de la Sierra dic. 2020
ARTÍCULOS CIENTÍFICOS E INVESTIGACIONES
La actividad artesanal de jipijapa en Buenavista
Jipijapa handcrafted activity in Buenavista
Franca Carla Calmotti
Nacionalidad italiana, es historiadora del arte, licenciada en Letras de la Università degli Studi de Milán (Italia). Docente en la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia). f-calmotti@hotmail.com
Fecha de recepción: 4 de enero 2020 Fecha de aceptación: 2 de julio 2020
Resumen
La artesanía de jipijapa en Buenavista, debe probablemente su origen a los talleres promovidos en el s. XVIII por los misioneros jesuitas que fundaron esta localidad. Su mayor desarrollo coincide con el auge de los sombreros masculinos elaborado en este material al comienzo del s. XX, para luego decaer hasta los años 80, cuando el CIDACArtecampo incentivó la creación de la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo, para fomentar la conservación e innovación del trabajo artesanal. Esta investigación se enfoca en la realidad actual (2018) de la actividad artesanal en Buenavista, destacando la problemática relacionada al acceso a la materia prima, los cambios realizados en la tipología de productos y la estructura de producción. De esta, se señala el carácter familiar, intergeneracional e intercultural, que tiene como finalidad la creación de objetos comercializados afuera de la comunidad, diferenciándose así de otras formas de actividades artesanales patrimonio de las comunidades indígenas de Bolivia.
Palabras clave: Artesanía, Bolivia.
Abstract
The jipijapa handicraft in Buenavista probably owes its origin to the workshops promoted in the 18th Century by the Jesuit missionaries who founded this town. Its greatest development coincides with the rise of men's hats made from this material at the beginning of the 20th Century. From then on, it experienced a decline in production until the 80s, when CIDAC-Artecampo encouraged the creation of the Association of Palma Weavers de Ichilo, to promote the conservation and innovation of handcrafted work. This research focuses on the current reality (2018) of the handcrafted activity in Buenavista, highlighting the problems related to the access to raw materials, the changes made in the typology of the products, and the production structure. It explores the latter, potting out its family based structure, intergenerational and intercultural character, whose goal is the creation of products, to market them outside the community. Thus, differentiating itself from other forms of artisanal activities, heritage of the indigenous communities of Bolivia.
Keywords: Handicrafts, Bolivia
INTRODUCCIÓN
Antecedentes
En la localidad de Buenavista, en la provincia Ichilo del departamento de Santa Cruz (Bolivia), la artesanía tradicional con palma jipijapa (Carludovica palmata) ha sido valorada e innovada, a partir de los años 80 del siglo XX, gracias a la acción del Centro de Investigación, Diseño Artesanal y Comercialización cooperativa (CIDAC) y la Asociación de Artesanas y Artesanos del Campo (Artecampo), a través de la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo.
El CIDAC es una institución sin fines de lucro creada en 1983 para apoyar la investigación, rescate, mejoramiento, persificación, comercialización y valoración de la producción artesanal originaria y popular del Departamento de Santa Cruz. Para lograr este propósito entre otras acciones, promovió la creación de Asociaciones locales de artesanas que con el tiempo se convirtieron en una instancia asociativa mayor denominada Asociación de Artesanas y Artesanos del Campo (Artecampo), que trabaja con el permanente apoyo técnico y de gestión del CIDAC. La Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo, es una de esas asociaciones que pertenecen a Artecampo y reciben el apoyo de CIDAC.
El CIDAC trabajó con la Asociación de artesanas tejedoras de Jipijapa en la creación de pequeños objetos, adornos y accesorios, incidiendo significativamente en la calidad y persidad del diseño, así como en los procesos de comercialización y organización de las artesanas, lo que ha generado mejoramiento en la calidad de vida de estas mujeres y sus familias, como también ha estimulado el surgimiento de otros grupos de artesanas externos a la Asociación.
Es así que la finalidad de la presente investigación ha sido analizar el estado actual (2018) de la artesanía de jipijapa en Buenavista, considerando su importancia cultural y estética, así como su influencia en la economía y el empoderamiento de las artesanas que a ella se dedican.
OBJETIVOS
Objetivo general
Describir el estado actual de la producción artesanal de jipijapa en la localidad de Buenavista.
Objetivos específicos
- Describir el contexto histórico y socio- económico de la producción artesanal de jipijapa en Buenavista.
- Determinar las principales problemáticas en la producción de la artesanía en jipijapa, desde la obtención de la materia prima hasta el producto final.
- Identificar las características demográficas y organizativas de las asociaciones de artesanas.
- Identificar las fortalezas, debilidades y proyecciones que caracterizan la producción en jipijapa en Buenavista.
Metodología
El diseño de la investigación es transversal, puesto que se recogieron datos en un momento dado (2018). El alcance es descriptivo, con el objetivo de indagar la incidencia e interrelación de las variables identificadas.
El estudio tomó en cuenta a la población de artesanas de Buenavista, pero se concentró principalmente en el grupo de la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo afiliadas al Artecampo.
Se hizo uso de técnicas y herramientas cuantitativas (encuesta por muestreo a las artesanas de la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo) y cualitativas (entrevista semiestructuradas, a una socia fundadora y a la coordinadora actual de la mencionada Asociación y al Alcalde de Buenavista; grupos focales, a las artesanas de la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo y de la Asociación El Tojo; observación directa y revisión documental).
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Buenavista fue fundada como misión jesuita en 1691, en un lugar llamado la Enconada de Cotoca, y luego fue trasladada al sitio actual en 1723. El nombre de la misión era Santos Desposorios de Buena vista (Viedma, s.f.).
Como en todas las misiones, los padres jesuitas implementaron talleres artesanales. Según lo observado por el etnólogo sueco E. Nordenskiold en 1911, en Buenavista, los indígenas churapas obtenían significativos ingresos económicos tejiendo los llamados sombreros de Panamá, y destaca que estaban realmente bien hechos (Nordenskiöld, 2003).
Nordenskiöld señala que posiblemente fueron los jesuitas quienes les enseñaron a tejer la palma para la elaboración de canastos y que un español avecindado en la zona, le ha enseñado en el último tiempo (1908-1909) a darles una forma más moderna a los sombreros y así son vendidos más caro. (Nordenskiöld, 2003). Situación parecida tuvo que mantenerse hasta el final de los años 60 del siglo XX.
En los años 70, un flujo migratorio interno llevó a la habilitación de cultivos en las zonas de crecimiento silvestre de la palma de jipijapa. A partir de entonces, la presencia de esta materia prima, en particular de las plantas más altas cuyas hojas se utilizan para los sombreros, ha disminuido, o su acceso ha resultado restringido, siendo que las riveras del rio Surutú, particularmente en la zona de la comunidad del Carmen Surutú, han sido parceladas, afectando de esta manera a la producción artesanal.
A partir del 1979, la Cooperativa Cruceña de Cultura y la Casa de la Cultura de Santa Cruz, con el apoyo de Cordecruz, promovieron la realización del estudio Investigación de la artesanía en el departamento de Santa Cruz (Sotomayor, y Zanini, 1983), que se desarrolló también en referencia a la artesanía de jipijapa en Buenavista.
Entrevistados en el trascurso de esta investigación, los tejedores más ancianos (65-75 años) señalaron que:
- Tradicionalmente el oficio de sombrerero era de los varones y se transmitía de padre a hijo.
- Las mujeres antes se dedicaban a otros trabajos artesanales (tabaco, café, algodón, cera, cerámica), que habían ido desapareciendo.
- La artesanía de jipijapa ya no era sustentable como actividad primaria para los hombres, y las mujeres habían pasado a dedicarse a este oficio, siendo los esposos los que les enseñaron.
- El conocimiento del oficio era generalizado (aquí en el pueblo todos tejen, Sotomayor, y Zanini, 1983, p. 76).
En dicho estudio, también se pudo identificar que existían en Buenavista dos grupos que elaboraban artesanía en jipijapa:
Campesinos o indígenas, que fabricaban sombreros tupidos para hombre, siguiendo la tradición ya señalada por Nordenskiöld, y los comercializaban a través de intermediarios o por encargo, a un precio que consideraban mal pagado, considerando los aproximados seis días y medio de trabajo que requería cada pieza.
Mujeres del pueblo (nueve en total) que, gracias a la enseñanza y guía de la Prof.ª María Saucedo, producían sombreros calados para mujeres, cigarreros, carteras y cajitas. La Prof.ª María les enseñaba con la condición que le vendieran toda la producción, y ella la comercializaba directamente en el pueblo y en la ciudad de Santa Cruz. Se consideraban bien remuneradas (Sotomayor, y Zanini, 1983).
Como resultado de la investigación, y del apoyo concreto del CIDAC, en la primera mitad de los años 80 se creó la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo, fusionando los dos grupos de tejedores arriba mencionados, y con la Prof. María Saucedo como socia e instructora de la asociación. Posteriormente como parte del proceso de capacitación y persificación artesanal promovido por CIDAC, se brinda apoyo técnico a través de la contratación de una tejedora experta ecuatoriana.
Se innovó la producción en cuanto a procesos (uso de moldes), tipología de productos y tratamiento de la palma, englobando el uso del teñido, gracias a la formación impartida por una instructora ecuatoriana.
Por la escasez de la materia prima, la disminución de la demanda, y por la fuerza física que se requería para su fabricación, se dejaron de lado los sombreros tupidos, que eran el oficio tradicional de los hombres. Los nuevos productos que se introdujeron, utilizando técnicas tradicionales y nuevas, fueron (ver fig. 1):
- Sombreros , sombreras (sombreros para mujeres) y gorras calados
- Bomboneras (con técnica tradicional, y tupidas a randas a la ecuatoriana)
- Cigarreras tupidas y caladas
- Posa vasos calados
- Joyeros calados y tupidos, decorados
- Móviles de pajaritos, mariposas y pescaditos
- Collares de frutillas, campanas
- Tortuguitas y gallinitas
CONTEXTO ACTUAL
En base al Censo de Población y Vivienda del 2012, Buenavista cuenta con una población de 12.879 habitantes. Entre ellos, el 5,4% se dedica a la manufactura y, entre la población con condición básicas insatisfechas el 58,3% vive en estado de pobreza (72%, según el censo 2001).
En las entrevistas con el Alcalde Vladimir Chávez y con María Jesús Velarde, coordinadora de la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo, se pudo destacar que existe una relación favorable con el gobierno local, que deriva en el apoyo a las organizaciones de artesanas, concretizado en la ayuda financiaría para la refacción de la sede de la Asociación afiliada a Artecampo (sede construida con el apoyo del CIDAC), en la cesión en usufructo de la actual sede de la Asociación El Tojo (otra Asociación local no afiliada a Artecampo) y en la organización de Ferias artesanales periódicas.
Fig. 1 - Producción actual de la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo
Cuadro 1 – Proceso de producción de la artesanía de Jipijapa
Fuente: elaboración propia a partir de fotografías de CIDAC y Artecampo
Fig. 2 Tienda de CIDAC-Artecampo en Buenavista
Esto se ve reflejado en la misma Visión de la localidad que señala: Buena vista se constituye como el principal centro turístico de Santa Cruz, con marcada actividad artesanal y agropecuaria como base del desarrollo integral y sostenible. (Plan de Desarrollo Municipal, s.f.).
Por su parte el Plan de Ordenamiento Territorial PMOT Buena vista (Gobierno Municipal de Buena Vista y Fundación Amigos de La Naturaleza, 2010) considera las necesidades en cuanto a la materia prima para la artesanía, señalando como uno de sus objetivos: Mejorar el manejo de las áreas de recolección actual de jipijapa. Y ampliar experiencias de plantaciones en lugares con mayor potencial.
Actualmente el proceso de blanqueado no se realiza porque el horno se ha quemado. Esto implica que el teñido se aplica directamente sobre la palma seca, lo cual causa una disminución en la uniformidad y saturación del color.
Análisis de los resultados
A continuación se realiza el análisis de los resultados de las técnicas aplicadas a la Asociación de las Tejedoras de Palma de Ichilo perteneciente a Artecampo y a las integrantes de la Asociación El Tojo.
Resultados de la encuesta a socias de la Asociación de Tejedoras de palma de Ichilo afiliada a Artecampo
El proyecto con la Asociación de tejedoras afiliada actualmente a Artecampo y promovida por el CIDAC empieza en 1984 con 9 socias, que en los años siguientes llegaron a ser 60.
Actualmente (2018) son 25 las socias activas (un solo hombre mayor es socio), pero recolectan la producción familiar. La Asociación posee un terreno de 1,5 hectáreas para cultivar jipijapa, pero actualmente (2018) este provee una cantidad reducida de materia prima.
Muestra: 17 socias de las 25 socias activa de la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo Cidac- Artecampo, todas mujeres.
Tabla 1 - Edad
El 71% de las socias tiene más de 40 años. Este dato, refleja exclusivamente la edad de las socias, que en la mayoría de los casos son coadyuvada en el trabajo por personas más jóvenes: hijas, hijos o nueras.
Tabla 2 - Procedencia
Como se puede observar, la comunidad de Candelaria (antiguo lugar de asentamientos de los artesanos churapas señalados por Nordenskiold en 1911) sigue siendo el principal lugar de residencia y producción de los artesanos. Es interesante señalar que una nueva integrante de la asociación ha nacido en Cochabamba y migró de niña al Carmen Surutú, comunidad donde se asentaron los colonos llegados a partir de los años 70, y donde viven también otras mujeres que han aprendido a tejer sombreras de una ex socia de Arte Campo y los venden en la tienda de la Asociación El Tojo.
Esto nos permite afirmar, que el oficio artesanal con jipijapa no está exclusivamente relacionado con el origen étnico de las productoras, sino que ya se constituye como un saber hacer propio del lugar.
Tabla 3 - Tiempo que se dedica a producir objetos de jipijapa
La gran mayoría de las artesanas aprendieron el oficio de niñas (por lo general a partir de los 8 años) y el 70% se dedica a producir objetos de jipijapa desde hace más de 20 años
Tabla 4 ¿Hace cuánto es socia de Artecampo?
Es interesante notar que la mayoría (24%) es socia de Artecampo desde hace más de 30 años. Otros elevados porcentaje se refiere a las socias desde hace 21 a 25 años (12%) y, de las restantes, los porcentajes más elevados corresponden a los 11-15 años y 16-20 años, lo que de toda manera señala cierto recambio generacional.
Gráfico 5 - ¿Su padre o madre u otros antepasados se dedicaba a este oficio? ¿Quiénes?
En los datos, resulta evidente la tradición familiar del oficioartesanal.Cabedestacartambiénlaparticipación del género masculino en las generaciones pasadas, ya que una significativa mayoría (33%) señala que ambos padres producían artesanías, y las que señalan que ambos abuelos se dedicaban a este oficio (21%) se equiparan con las que mencionan exclusivamente a las madres.
Tabla 6 Comparación Tipo de producción histórica y actual
Este gráfico cruza los resultados de dos preguntas de la encuesta: ¿Qué productos hacían sus antepasados? y ¿Qué productos hace Ud. actualmente?
Como señalamos en los Antecedentes Históricos, ya a partir de los años 70 del siglo pasado se había verificado un cambio de género en la producción de artesanía de jipijapa que, por su escasa rentabilidad, había pasado a ser oficio complementario de las mujeres. A partir de los años 80, con el apoyo técnico del CIDAC, esta transformación se completó con la creación de nuevos productos de menores dimensiones (lo que era además funcional a la carencia de palma alta, de la cual ya se habló) y con elementos innovadores en el diseño y teñido, resultando en un 77% de la producción actual, contra el 8% de la producción en épocas anteriores.
Tabla 7 - ¿Dónde consigue el material para su producción? ¿Utiliza el terreno de la Asociación para sacar jipijapa?
Anteriormente hicimos referencia a la problemática relacionada con el acceso a la materia prima. Los datos de la encuesta nos aclaran que solo una persona (que vive en el Carmen Surutú, la comunidad que está asentada a la orilla del río) se provee exclusivamente recogiendo directamente la palma. La mayoría (29%) la compra de los rescatistas, mientras que el 18% la compran exclusivamente de la Asociación Artecampo, o tienen formas combinadas para proveerse (Artecampo, rescatistas y recogen directamente 24%; Artecampo y rescatistas, 18%; Artecampo y recogen directamente 6%).
Es importante señalar que a pedido de varias socias que viven en comunidades alejadas donde no llegan los rescatistas, la encargada de producción de la Asociación de Tejedoras pertenecientes a Artecampo, adquiere la materia prima (palma de jipijapa) de los rescatistas y luego se las vende a las socias que necesitan.
Tabla 7 Actualmente, en su familia ¿alguien más se dedica a este oficio?
El sistema de trabajo familiar se sigue manteniendo con:
- Hijas (27%) y hermanas (18%), que elaboran los productos de forma autónoma y entregan su producción a la madre/hermana socia, para que los lleve a la asociación.
- Hijas e hijos menores, además de algunos esposos, que ayudan a las socias (24%).
Tabla 8 - ¿Usted vive de la producción de jipijapa o tiene otra actividad
Para una marcada mayoría (53%) el trabajo artesanal es una forma de complementar los ingresos del esposo, solo un 18% afirma que la artesanía constituye su único ingreso y un significativo 24% de las artesanas señala que su fuente económica principal deriva de otra actividad (en orden: administración de la asociación, hotelería, panadería y limpieza)
Tabla 9 - ¿El tiempo y el esfuerzo que dedica a esta actividad, justifica el precio que recibe por sus productos? Si, no ¿Por qué?
Un significativo 65% considera positivamente la relación entre tiempo y esfuerzo invertido y ganancias. Entre las motivaciones, la mayoría señala que no es un trabajo de tiempo completo y que es complementario al cuidado de la casa y de los hijos.
Tabla 10 ¿Qué significado tiene el trabajo artesanal en su vida?
Un 45% señala que, en su vida, el trabajo artesanal significa seguridad y estabilidad económica, con afirmaciones como: es un trabajo seguro; ayuda a la economía familiar; es compatible con las actividades familiares. Sin embargo, un significativo 32% considera además el trabajo artesanal como parte de su realización personal, señalando que: es hacer algo bonito/que me gusta, significa ser reconocida o finalmente es una terapia, me distrae.
Integrando estos resultados con las respuestas al grupo focal, se puede señalar que las artesanas de la Asociación de las Tejedoras de Palma de Ichilo valoran:
- la forma de pago de la Asociación (pago contra entrega cada viernes o cuando tengan producción)
- los incentivos que reciben (premio de calidad, ahorro para aguinaldo)
- la modalidad de trabajo (en su casa, en los momentos libres)
- los beneficios del trabajo manual creativo
- el ser artesana.
Resultados del grupo focal a las artesanas de la Asociación el Tojo
La Asociación se fundó en 2004 y reúne artesanas no solo de jipijapa, sino también de crochet, macramé, trabajos con semillas etc.
Inicialmente eran 36, hoy son 12, pero solo dos se dedican a la jipijapa (una de las integrantes fue socia de Artecampo).
Al observar los trabajos expuesto en su tienda, se pudo evidenciar la escasa calidad de los productos de pequeñas dimensione con jipijapa teñida (bomboneras, joyeros, cigarreras etc.), que resultan ser una imitación de los diseños producidos por la Asociación afiliada a Artecampo.
Esto contrasta con la elevada calidad de los sombreros, elaborados por lo general por mujeres del Carmen Surutú, para las cuales la Asociación es revendedora.
Fig. 3 Productos de la Asociación El Tojo
CUADROS COMPARATIVOS
Cuadro 2 Comparación histórica de artesanos en el pueblo
Cuadro 3 Comparación materia prima
FODA de la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo afiliada a Artecampo Cuadro 4 - FODA
(Fuente: elaboración propia)
Conclusiones y recomendaciones
Al finalizar la investigación, podemos señalar que la producción de artesanía con palma de jipijapa en Buena vista ha sufrido una profunda transformación a partir de los años 70 del siglo XX cuando, después del gran desarrollo del comienzo del siglo, se enfrentó con una casi total reducción del acceso libre a la materia prima (particularmente en el caso de la palma de hojas más largas, indispensable para la fabricación de sombreros masculinos), y pasó de ser una actividad primaria para los hombres a volverse una actividad complementaria para la economía familiar, realizada por las mujeres.
La creación de la Asociación de las Tejedoras de Palmas de Ichilo, en el ámbito del proyecto Artecampo, apoyado en todo momento por el CIDAC, ha permitido no solo la preservación de esta actividad, que sigue siendo practicada de manera bastante difundida en Buenavista y en las comunidades aledañas, sino además la innovación y persificación de la producción, introduciendo nuevos diseñosyprocesos(particularmenteenelcasodelteñido), permitiendo, por un lado, compensar las restricciones en cuanto a materia prima y, por el otro, ampliar el abanico de la producción con objetos pequeños, facilitando su comercialización. Como problemática actual, se debe mencionar la falta de un horno de blanqueado, lo que ha reducido la calidad del teñido de la palma.
En cuanto a las características demográficas de las integrantes de la Asociación de las Tejedoras de Palmas de Ichilo, es importantes destacar que, aunque sean en su mayoría mujeres entre 41 a 50 años, los hombres y los jóvenes de ambos géneros no son excluidos de la actividad, ocupándose de la recolección de materia prima, en el caso de los hombres, ayudando en las partes más fáciles del trabajo, en el caso de los hijos menores, o desempeñándose como artesanas autónomas en el caso de hijas y hermanas, que entregan sus productos a la familiar artesana, socia de la Asociación, para su comercialización.
En cuanto al grado de satisfacción de las artesanas, una mayoría significativa está conforme con los ingresos del trabajo artesanal en relación al tiempo y esfuerzo invertido, valorando especialmente su compatibilidad con las tareas doméstica. Destaca también cierto sentimiento de orgullo en ser artesanas, explicado como el tener habilidades que no todos poseen, el contribuir a mantener viva una tradición local, y también existe un reconocimiento de la función terapéutica del trabajo manual creativo.
Finalmente podemos concluir que, a diferencia de otras actividades artesanales patrimonio de las comunidades indígenas de nuestro país, en el caso de la artesanía de jipijapa, su elaboración no está restringida de forma exclusiva a un grupo específico dentro de la comunidad (por ej., mujeres adultas, como es muy común en el caso de las tejedoras indígenas), sino que es parte de un saber hacer que en épocas anteriores estaba generalizado a gran parte del pueblo, y que estaba orientado a la producción de bienes, no de uso interno, sino destinados a la comercialización.
También cabe destacar que la Asociación de Tejedoras de Palma de Ichilo nació de la fusión entre dos grupos de artesanos: los campesinos o indígenas que vivían en las comunidades aledañas y que habían aprendido el oficio de sus padres y las mujeres del pueblo, guiadas por una profesora que dirigía y comercializaba la producción. Este rasgo intercultural se mantiene hoy en día, puesto que en la producción artesanal se han integrados también mujeres de las familias de colonos del Carmen Surutú, entre las cuales una joven ha entrado en la Asociación afiliada a Artecampo, mientras que otras venden directamente su producción de buena calidad a las tiendas del pueblo.
Finalmente, entre las recomendaciones que se podrían señalar para mantener viva esta actividad artesanal, está seguir preservando la calidad de los productos, en todas las fase de su elaboración, y visibilizar el trabajo artesanal, promoviendo no solo la adquisición del producto terminado, sino la vivencia de su elaboración, por medio de actividades de turismo experiencial, en el marco de la Visión del Municipio.
Bibliografía
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Sotomayor, A., y Zanini, L. (1980). Investigación de la artesanía en el departamento de Santa Cruz. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia: Casa de la Cultura. Santa Cruz de la Sierra. [ Links ]