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Revista Aportes de la Comunicación y la Cultura

versão impressa ISSN 2306-8671

Rev. aportes de la comunicación  no.27 Santa Cruz de la Sierra  2019

 

ENSAYOS

 

Proust político: la sociedad como sueño

 

Political Proust: society as a dream

 

 

Luciano Brito*
*Brasileño. Crítico literario, Doctor en literatura comparada
por la Universidad París 3 - Sorbonne Nouvelle, Francia.
lucbbraga@gmail.com

 

 


 

 

Introducción

Uno de los puntos de la primera conferencia magistral sobre el escritor francés Marcel Proust, trató de la convicción proustiana según la cual la participación en los rituales de una sociedad puede conducir a una comprensión de la sociedad. Lo que nos lleva a la idea de que el aprendizaje mundano del narrador proustiano conduce a un interés marcado por una forma de sociología. En la época de Proust, la disciplina de la sociología, en Francia, estuvo compuesta principalmente por el pensamiento de Émile Durkheim, que tenía la tesis de que el movimiento de una sociedad se funda en la lucha de intereses. Pero, en Proust, que esbozó ideas para una sociología propia, hay un rechaza claro a Durkheim y una preferencia por Gabriel Tarde, una figura al margen de la sociología francesa del siglo XIX. Tarde sustentaba la idea que la sociedad es un estado de hipnosis, un estado de sueño, y que nosotros podemos actuar en el interior de ese sueño de forma indirecta, una forma familiar a la idea de imitación. El tema del ensayo de hoy es la forma como Proust se apropia de esa memoria, lo que conduce a una manera original de concebir y de estudiar la sociedad, y a una manera de escribirla, a partir de la imagen del calidoscopio. Lo propuesto es, por un lado, una reflexión sobre la relación complicada que tiene Proust con la política y con la sociología; y, por otro lado, sobre un sueño social subyacente de En busca del tiempo perdido: la utopía de la igualdad de clases.

La memoria de Tarde

Empecemos por una frase que no es de Proust sino de Gabriel Tarde, sociólogo que Proust leyó y que influyó en la visión de la sociedad de En busca del tiempo perdido: "El estado social, como el estado hipnótico, es apenas una forma de sueño, un sueño de comando y un sueño de acción. Tener apenas ideas sugeridas y pensar que son espontáneas: esa es la ilusión propia al sonámbulo y también al hombre social" (Tarde, 2001, p 137).

La idea de que nosotros somos sonámbulos inmersos en una especie de acuario social, sin exactamente entender los mecanismos y las motivaciones de ese acuario, es un hecho primordial en la obra En busca del tiempo pedido. Para Proust, todos estamos durmiendo dentro de un sueño, dentro de mitos, girando dentro de un calidoscopio cuyas leyes no dominamos; y una forma de acción social viene de la capacidad de estar sensible al movimiento de ese calidoscopio.

En la época de Proust, la sociología era una disciplina nueva que, principalmente bajo la influencia positivista de Émile Durkheim, tenía como presupuesto principal la lucha consciente de intereses. Es posible decir aún, más ampliamente bajo la influencia de la Revolución Francesa y del siglo de las Luces, que la imagen canónica del intelectual francés es la imagen de alguien que está despierto en oposición al poder. O sea, de un intelectual que ataca el poder desde afuera, que lucha frontalmente contra el poder y saca su propia legitimidad de una primera reacción explosiva contra distintas formas de autoridad y de opresión. Se trata de un intelectual que está consciente de las relaciones de poder en la esfera política, que está confrontando los poderes establecidos y que se considera más esclarecido y despierto que los intelectuales de las generaciones pasadas; un intelectual, en resumen, que no pertenecería a ningún mito, que estaría fuera del mito, y que se sostiene en la fuerza de un dialogo que denuncia una injusticia. Esa es la imagen estándar del intelectual politizado, inventado por la Revolución Francesa.

Pero Proust inventa otra forma de acción, más nebulosa, más confusa, más discreta, más indirecta, más cerca de los principios de imitación y de sonambulismo de Tarde que de los principios de oposición y de toma de consciencia. Esa forma de acción proustiana es infinitamente oblicua y soñolienta, en el sentido preciso que su propio agente está inconsciente de lo que está haciendo. Se trata de una de las grandes originalidades de En busca del tiempo perdido en relación con las novelas del siglo XIX, que presentaban un narrador omnisciente y todopoderoso que conoce los rumbos de la historia. En la obra En busca del tiempo perdido, los personajes conocen mal sus destinos; y el gran enredo del libro, que es la transformación del narrador en escritor, es ignorado por el propio narrador. Lo que está detrás también de esa forma de acción proustiana es una forma de pensar la sociedad no a través de la inteligencia, sino a través de la sensibilidad y de la intuición; de una escucha al ambiente y a lo que Tarde llama un "estado de hipnosis".

 

Flaubert y el sonambulismo

Proust no inventó solo esa manera de estar en el mundo. Uno de los modelos de En busca del tiempo perdido para pensar esa cuestión, más allá de Tarde, fue Gustave Flaubert en La educación sentimental. Frédéric Moreau, el protagonista de La educación sentimental, es un verdadero sonámbulo que vive en un mundo imitativo, cargado de mitos y de códigos sociales acerca de cómo debemos comportarnos. La violencia y la sorpresa de la novela de Flaubert es que esas narrativas en las cuales estamos completamente sumergidos, son débiles, en el sentido que son saturadas y caducas, un déjá vu incapaz de provocar una emoción; y al mismo tiempo son fuertes, en el sentido que nosotros no sabríamos liberarnos de esas narrativas sociales y continuaríamos repitiéndolas de manera cíclica y banal. No existe carga semántica o dramática en la novela de Flaubert, solamente la repetición banal de la narrativa moderna: un efecto que Flaubert inventó. En un texto de Proust sobre el estilo de La educación sentimental, Proust subraya que la violencia del libro de Flaubert viene justamente del pretérito imperfecto, que es un tiempo que estaría siempre prolongando eses eventos banales al infinito.

Por esa razón, la visión de mundo de Flaubert es desesperadora: porque la imagen de la sociedad en La educación sentimental es la de un sueño dentro del cual es imposible actuar, ya que nosotros somos todos personajes pasivos. Peor: si decidimos salir de la apatía y tener un deseo y querer intervenir con inteligencia, eso en Flaubert también conduce al fracaso y a una banalidad, ya que toda acción sería insignificante. Incluso la mencionada ascensión de Frédéric es vista como una banalidad, algo que él habría hecho sin esfuerzo, porqué ya existía la narrativa capitalista de la "ascensión social" o de la "llegada a una gran ciudad, París", preparada para él. Todo lo que Frédéric hizo ha sido repetir un mito que ya estaba programado para él. No existe transformación social posible en Flaubert. En vez de eso, existe la aceptación de que el mundo es un estado nebuloso que se repite, que la inteligencia conduce al fracaso y que incluso la acción es fútil, que nosotros somos todos seres pequeños y fluctuantes, viviendo en función de mitos y de narrativas sugeridas (y que no son creadas por nosotros, contrariamente a lo que podamos pensar), que nosotros estamos todos por fin sumergidos en un sueño que se prolonga, un déjá vu después del otro; a la imagen del pretérito imperfecto que fascinó a Proust cuando leyó La educación sentimental.

Ese estado perpetuo de la sociedad como un sueño irracional y extranjero a la inteligencia es algo que hace de Flaubert uno de los grandes modelos de Proust. La diferencia es que para Flaubert el estado de sueño es una pesadilla, ya que no hay posibilidad de actuar y toda tentativa de acción es ilegítima, banal y repetitiva. En Proust, esta idea cambia: el narrador proustiano hace de su sonambulismo un pensamiento por venir, una intuición silenciosa sensible a las impresiones y al mundo, lo que conduce a un sujeto que desea alcanzar una forma de conocimiento y lo alcanza al final del libro.

Imitación como acción

La visión política de Flaubert no sale de la esfera de sátira social: el mundo es insignificante, cargado de ilusiones y de mitos. En cuanto que el narrador proustiano también acredita que nosotros vivimos en un mundo de ilusión, él sustenta la posibilidad de una transformación activa. Para dar un ejemplo práctico de como la máquina social funciona en el libro En busca del tiempo perdido, existen varios personajes que son modelos para el narrador proustiano que lo intimidan en la juventud, y a los cuales el narrador intenta imitar, como Swann y Charlus. La práctica de la imitación es algo que Proust (el autor y no solamente el narrador proustiano) desarrolló durante muchos años en la juventud; los pastiches de Proust son publicados y conocidos. La capacidad de la imitación es una forma de ir al encuentro del poder sin oposición.

Para el narrador proustiano, esas formas de autoridad, -Swann y Charlus-, son figuras en principio misteriosas para el narrador, que emiten signos que el narrador no entiende. La imitación no es una forma de lisonjear el modelo o de dar más poder al modelo, sino una forma de absorberlo, y eventualmente en el futuro tornarse también un individuo y una figura de autoridad.

Se trata de una manera de acción que quiebra la dualidad política entre dominante y dominado; se trata también de una forma de sensibilidad política. La fuerza es hasta cierto punto inconsciente al narrador; en el comienzo, él es sumiso y admirador en relación con Swann y Charlus. Hay una franqueza proustiana en lo que concierne a la intimidación: el narrador acepta y habla que se siente intimidado por sus modelos. Pero al mismo tiempo es esa inconsistencia del sonámbulo, confusa y que confunde, lo que constituye la aptitud que tiene el narrador para desenvolver su autonomía. La ascensión del narrador dentro de un mundo de sueño no ocurre a pesar de su sonambulismo, sino gracias a esa cualidad.

El narrador proustiano se siente frecuentemente desmotivado: reclama estar sin coraje (hasta el último tomo, El tiempo recobrado, la falta de coraje es uno de los principales atributos del narrador proustiano); reclama de ser perezoso, inactivo, ocioso, inapto y mucho de lo que se llama tiempo perdido es un tiempo práctico, que el narrador descuidó porqué no es un carrerista consciente, como Rastignac de Balzac. La fuerza política del narrador proustiano ocurre justamente en el abandono de sí mismo, que es cuando la memoria involuntaria puede actuar. La gran novedad del narrador proustiano en relación con Frédéric Moreau es la posibilidad de hacer de su pasividad una acción y una performance que interviene en el mundo.

Esa cualidad performativa - performance es una palabra que se escucha mucho hoy en día en los estudios literarios - es crucial en Proust en el sentido que el narrador proustiano intenta explicar la sociedad, pero, más allá de eso, él construye la sociedad y es un elemento que puede cambiarla a través del lenguaje. Esa es una diferencia de Proust en relación con los pensadores canónicos de la sociología y otra similitud suya con el pensamiento de Gabriel Tarde: Proust no se pone en una posición exterior al mito o a las narrativas que la sociología intenta entender, pero se concibe a sí mismo como un participante de la historia; que contribuye para la renovación de los mitos de una sociedad; que absorbe y reescribe los mitos al mismo tiempo que los explica.

El calidoscopio

Dicho eso, una pregunta puede surgir: ¿Qué imagen correspondería a esa sensibilidad política proustiana, a esa forma indirecta de acción? Una posibilidad es el calidoscopio, presente desde la segunda página de En busca del tiempo perdido, en el cuarto de Combray. El narrador proustiano, como lo sabemos, está en parte durmiendo, en parte despierto, aguardando el beso de buenas noches de su madre. Él tiene enseguida la visión del Tiempo como un enorme calidoscopio negro que sería un mounstro de una época prehistórica, anterior a la hominización, y que asusta carnal y espiritualmente a cada ser humano y consecuentemente a la sociedad como un todo:

"Me volvía a dormir, y a veces ya no me despertaba más que por breves instantes, lo suficiente para oír los chasquidos orgánicos de la madera de los muebles, para abrir los ojos y mirar al calidoscopio de la oscuridad, para saborear, gracias aun momentáneo resplandor de conciencia, el sueño en que estaban sumidos los muebles, la alcoba, el todo aquel del que yo no era más que una ínfima parte, el todo a cuya insensibilidad volvía yo muy pronto a sumarme. Otras veces, al dormirme, había retrocedido sin esfuerzo a una época para siempre acabada de mi vida primitiva, me había encontrado nuevamente con uno de mis miedos de niño, como aquel de que mi tío me tirara de los bucles, y que se disipó —fecha que para mí señala una nueva era— el día que me los cortaron. Este acontecimiento había yo olvidado durante el sueño, y volvía a mi recuerdo tan pronto como acertaba a despertarme para escapar de las manos de mi tío: pero, por vía de precaución, me envolvía la cabeza con la almohada antes de tornar al mundo de los sueños" (Proust, 2013, p.2).

El narrador proustiano tiene la visión que se transformó en un pequeño objeto pasivo en el ambiente, fluctuando y observado ese espacio negro. Es exactamente en dirección del calidoscopio negro, que contiene la memoria de un pasado animal y de un pasado microscópico que el narrador proustiano va cuando está durmiendo. Ese espacio infra-real con el cual el narrador está en contacto, a punto de estar al mismo tiempo durmiendo y despierto, inconsciente y consciente de ese espacio, se alia a la fuerza social del narrador. Existe, así, (A) en el comienzo, la carnada más inferior y profunda posible, que es el calidoscopio negro, dónde el narrador llega por inmersión a través del sueño. Existe enseguida (B) una carnada un poco arriba, dónde hay el mundo físico. Después, (C) una carnada un poco arriba, dónde hay el mundo reproductivo y microscópico. Después, (D) el mundo reproductivo y referente a la familia(y es eseel mundo más inmediatamente visible a lo largo de las páginas). (D) Enseguida, hay otra carnada más arriba, más superficial, que es el estado social, Paris o Francia. La sensibilidad proustiana solo logra concebir esa carnada social y política en un hilo directo con la carnada más profunda, la del calidoscopio. El narrador se presenta como una especie de sonámbulo: él siente la interferencia del calidoscopio más profundo en la esfera social, que es la carnada más superficial; y la propagación de ese calidoscopio en dirección al mundo político.

Una forma de violencia de ese calidoscopio es que en Proust nosotros estamos muchas veces en poco contacto con esa masa informe que nos contiene. Muchas veces, pensamos que somos superiores al movimiento del calidoscopio, sin percibir las transmisiones misteriosas, la propagación cuasi eléctrica (es común en Proust el vocabulario de la física ondulatoria, como "radiación", "irradiación", "convergencia", "difracción") del calidoscopio en dirección al mundo social. Serían, sin embargo, esas vibraciones que vienen del calidoscopio que podrían dar forma a la confusión y a la incoherencia de los hechos.

El calidoscopio y el choque de clases

El estudio de la esfera social como un sueño, que se encuentra presente ya en el cuarto de Combray, como vimos, evoluciona a lo largo de En busca del tiempo perdido. Cuando el narrador proustiano se torna un adolescente, en el segundo tomo, él vuelve a utilizar la imagen onírica del calidoscopio. Ahora se trata de mostrar que, a través del movimiento giratorio de un calidoscopio, cosas que pensábamos que nunca podrían ocurrir en la esfera política ocurren. Lo que mejor ejemplifica eso es el cambio entre la aristocracia y la burguesía: Oriane de Guermantes, por quién el narrador proustiano está enamorado y deslumhrado, y que simbolizaría una nueva luz en una aristocracia completamente destruida, se torna al final del libro la imagen de la decadencia de esa aristocracia. En una página sorprendente, ya en el último tomo, el narrador constata que la duquesa de Guermantes, antes para él como "Moisés salvo de las aguas o Cristo escapado del Egipto", acabó tornándose una "Mlle de Villeparisis".

Similarmente, los salones burgueses de Verdurin, gracias al matrimonio de Sidonie Verdurin con el príncipe de Guermantes, acaban por confundirse con la aristocracia. El narrador proustiano compara seguidamente esas interferencias inesperadas entre las clases, que reflejan en el fondo una inmensa permeabilidad social, como algo que estaría en sintonía con el movimiento giratorio de un calidoscopio oscuro y prehistórico. Esas inversiones sociales ilustran la visión política de En busca del tiempo perdido. Ellas ilustran, también, una forma de modestia del narrador proustiano, que se ve a sí mismo incapaz de explicar por qué algunas cosas ocurren como ocurren en la esfera social. Existe así en Proust una reserva con respecto a todo tipo de arrogancia en relación con las explicaciones definitivas del estado social, o en relación con toda explicación que toma a la sociedad como algo perfectamente previsible. El narrador proustiano desconfía de las leyes que hacen girar el calidoscopio pues no obedecen a una ecuación razonable o inteligible.

De la guerra a la igualación de las clases

Y, sin embargo, existen dos caminos posibles para el futuro del calidoscopio en Proust. Es posible observar ahora como el narrador proustiano se torna en un agente y conduce el sueño y el estado de hipnosis en el cual nosotros nos encontramos. No es mi intención dejar esa discusión en la Francia del comienzo del siglo XX: espero que hoy, en Bolivia en 2019, nosotros podamos tener elementos para inspirarnos de ese método de acción proustiano.

La primera posibilidad para el calidoscopio en Proust es la guerra. Cuando las bombas de la Primera Guerra caen alrededor de Paris, cuando el narrador proustiano entra en el metro, la oscuridad prima. La sociedad se torna anárquica, destructiva, caótica, imposible de ser explicada por la lógica, obedeciendo solamente a las órdenes de un gozo extremo. Se trata de una posibilidad que asombra una parte considerable de En busca del tiempo perdido: la sospecha que el destino de la sociedad es tornarse en una masa amorfa, vertiginosa y homogénea por la acción de bombas, calidoscópica y por eso totalmente destruida por la guerra. La sospecha, en fin, que el destino de una sociedad maldita es de recibir su punición, a la imagen de Sodoma y Gomorra. Nosotros podemos llamar esa primera posibilidad para el calidoscopio una situación de entropía, en el sentido que anticipa la destrucción efectiva de las cosas y la aniquilación del estado social.

La segunda posibilidad futura para el calidoscopio, con la cual deseo terminar la sesión de hoy, es la abolición de las clases sociales y la consecuente igualdad. Se trata de una utopía progresista que atraviesa En busca del tiempo perdido y más especificadamente El tiempo recobrado. Se trata de la idea de que la inversión consecutiva de las clases, y la imitación de una clase considerada superior por una clase considerada inferior, y viceversa, pueden acabar conduciendo a la destrucción efectiva de toda jerarquía y a la llegada de una sociedad horizontal. Es un sueño que el narrador describe en el episodio del baile de las cabezas, cuando todos los personajes pasan a pertenecer a la misma clase: la gran burguesía se torna en la aristocracia y la aristocracia se torna en la gran burguesía. En algunas páginas antes, el fantasma de la igualdad mezcla el proletariado de los prostitutos y los pederastas ricos bajo la misma bruma de la guerra en el burdel de Jupien.

En Proust, la llegada de una sociedad sin clases no está escrita según la lógica histórica del marxismo, o sea, por la lucha activa y consciente de clases. Pero según un mecanismo inconsciente, que es el mecanismo propio del calidoscopio, se da a través de seguidas inversiones y retornos, provocando una disolución onírica de las clases, mediante el retorno a la bifurcación topográfica que forma los dos lados ("cotes") del comienzo del libro: lo de Guermantes, que es a la alta nobleza, y el de Swann, que es a la gran burguesía.

Atravésaúndelretorno,antesdeeso,alaindiferenciación del calidoscopio oscuro que el narrador proustiano ve cuando niño, en el cuarto de Combray.

En todo En busca del tiempo perdido, pero más especificadamente en En tiempo recobrado, existe la proyección de una nueva sociedad que tendría en cuenta todas las categorías sociales y principalmente las más disonantes entre si y las coloca en una misma perspectiva calidoscópica horizontal. Al llegar a este punto de equilibrio, se quedaría probado que las jerarquías que existían antes poseían un sentido vacío y ritual que solo podrían conducir a su disolución.

Más subversivamente y para concluir esta parte, es posible observar que, de manera violenta, existe al final de En busca del tiempo perdido la proyección del fin de la imitación. Una vez que las rivalidades y las desigualdades serán deshechas, el futuro de la humanidad podría ser una comunidad de personas ¡guales unas a las otras: autónomas, no precisaríamos seguir imitando; un movimiento que el narrador proustiano entiende como ineluctable. Si la primera posibilidad para el calidoscopio era orientada por el principio de la entropía, esa segunda posibilidad es orientada por el principio de la conservación termodinámica, que es también la preferencia de la tesis de Tarde: cuando el caliente se torna frío y el frío se torna caliente; los dos se tornan tibios. Se queda consolidado entonces un movimiento: de la sociedad como sueño (una forma de inmersión o, como diría Tarde, un estado de hipnosis) al sueño como el motor de una manera de actuar y consecuentemente con una connotación política, conduciendo finalmente a la utopía de una sociedad igualada.

 

Referencias bibliográficas

Proust, M. (1999). Á la Recherche du temps perdu (1913-1927), París: Gallimard, coll. Quarto.        [ Links ]

Proust, M. (2013-2014). En busca del tiempo perdido (7 tomos), traducción de Carlos Manzano, Barcelona: RBA Libros.        [ Links ]

Tarde, G. (2001). Les bis de l'imitation. París: Les Empécheurs de penser en rond.        [ Links ]

 

 

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