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Revista Aportes de la Comunicación y la Cultura

versión impresa ISSN 2306-8671

Rev. aportes de la comunicación  no.19 Santa Cruz de la Sierra dic. 2015

 

ENTREVISTA

 

"Es indispensable que se teorice sobre la comunicación como fenómeno humano y social"

 

"It is essential to theorize about communication as a human and social phenomenon"

 

 

Diálogos con Erick Torrico Villanueva* Por Lic. Mario Figueroa
Docente Investigador Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Proyecto de investigación D-095. Universidad Nacional del Comahue.
Río Negro. Argentina.
Email: mariohfigueroa2005@yahoo.com.ar

 

 


Resumen

En esta entrevista el teórico boliviano Erick Torrico Villanueva recorre aspectos históricos y políticos de las teorías de la comunicación y su impacto en el desarrollo de las Ciencias Sociales. Algunos de los ejes que se abordan están relacionados con el aporte de la mirada latinoamericana y los alcances de los estudios culturales como así también las nuevas legislaciones en materia de comunicación en países de la región.

Palabras clave

Teorías de la comunicación, Ciencias Sociales, Torrico Villanueva


Abstract

In this interview the Bolivian Erick Torrico Villanueva runs historical and political aspects of the theories of communication and its impact on the development of social sciences. Some of the axes that are addressed are related to the contribution of Latin American look and scope of cultural studies as well as new laws on media in countries of the region.

Key-words

Communication theories, Social Sciences, Torrico Villanueva.


 

 

Así como la tradición funcionalista cristaliza en la primera mitad del siglo XX en Estados Unidos y en Europa se destacan la escuela crítica y los estudios culturales, ¿cuál es la impronta que aporta América Latina al pensamiento comunicacional?

La peculiaridad latinoamericana puede resumirse en la consigna "contra la dependencia y por el desarrollo", la cual presupone una posición crítica próxima en sus inicios a la visión alentada por la Escuela de Frankfturt, el marxismo y algunas de sus variantes como el pensamiento de Louis Althusser y Antonio Gramsci, pero también la del imperialismo cultural. Desde mediados de los años ochenta del siglo XX llegó también la influencia de los estudios culturales, pero más la procedente del latinoamericanismo estadounidense que la originalmente más avanzada de Birmingham, por lo que el contenido crítico de los estudios comunicacionales fue disipándose paulatinamente en la región. Una respuesta a ello surgió del influjo de la economía política de la información y la comunicación, ya entrada la década de los noventa, y hace muy poco está entrando en escena otra más bien vinculada al pensamiento decolonial, que tiene la aspiración de convertirse en una superación de las ideas de toda la trayectoria anterior.

En Argentina, como en muchos países latinoamericanos, la formación universitaria de los comunicadores sociales se realiza históricamente en el marco de planes de estudios críticos. ¿Cómo repercute esta situación en el campo teórico de la comunicación?

Los estudios fundados en la visión crítica han tenido lugar más en el seno de algunas universidades públicas y también de determinadas fundaciones u organizaciones no gubernamentales; las otras universidades más bien se orientaron desde siempre hacia un modelo comercial y para la intervención práctica. La producción teórica no resultó muy impactada que se diga por la primera vertiente, salvo en la década de 1970, pues posteriormente la principal bibliografía en uso -hasta el presente- fue y es la de inspiración funcional y tecnologista. El otro problema está en que aun cuando grupos de estudiantes hayan vivido procesos de formación con base crítica, su inserción en el mercado laboral suele forzarles a abandonar esos fundamentos muy pronto, salvo en espacios ligados a medios de tipo comunitario o en circunstancias políticas particulares.

¿Cuál es la vigencia hoy de los Estudios Culturales y entre ellos cuáles destacaría usted?

La presencia de la concepción difusa de los estudios culturales -que reniegan de un objeto comunicacional particular y lo subsumen en el más vago de "la cultura" es todavía significativa en varios espacios de formación e investigación latinoamericanos, que coexisten con otros del ámbito comercial como los preocupados por los avances y usos de las "nuevas tecnologías" y con los más empresariales de la comunicación organizacional y corporativa. Esa presencia ha sido parte de la etapa de despolitización que trajo aparejada la (re)democratización de las naciones del área, lo que se designó como "culturalismo", y en algunos casos ha tratado de salvar esa situación mediante una combinación de antropología con ideas posmodernistas.

Pienso que la corriente de los estudios culturales ha ingresado ya en un tiempo de crisis que anuncia su entrada en desuso.

La cuestión de la emancipación y cierto ideal libertario pareciera atravesar el pensamiento teórico de las Ciencias Sociales en América Latina. ¿Es posible pensar que ahí se encuentra el registro más genuino del pensamiento Latinoamericano?

La circunstancia histórica de la conformación de la región y del desarrollo de su pensamiento propio sí puede confirmar ese carácter; o sea, el pensamiento latinoamericano ha sido y todavía puede ser crítico, condición que está ciertamente ligada a la búsqueda de la emancipación social.

En este sentido, la Teoría de la Dependencia denunció en los años 70 el carácter monopólico y unilateral que tenía la circulación de la información. ¿Cómo describiría usted ese escenario actualmente?

Tanto la globalización tecno-económica como la mundialización cultural suponen modalidades de actuaización de la dependencia. Esto, en fin de cuentas, no ha variado sustancialmente. Tal vez ahora tengamos formas más sutiles de control político-económico externo a la par que unas aparentes mayores posibilidades de alcanzar el equilibrio informativo o cierto pluralismo -gracias a las TICs-, pero el resultado práctico sigue siendo el mismo: el modelo civilizatorio del gran capital continúa en auge y con gran proyección, a pesar de los presuntos movimientos "revolucionarios" que se estarían dando en algunos de nuestros países. Prueba de ello son la ratificación del carácter primario-exportador de las economías en todas las naciones latinoamericanas con gobiernos "progresistas" y la práctica defección cubana traducida en un acuerdo con Estados Unidos cuyo propósito es la liberalización de la isla (hay plazos para establecer el multipartidismo, abrirse a la inversión extranjera, autorizar la instalación de medios independientes...). En otros términos, la situación de los años ’70 varió en la superficie, en la forma, pero el contenido sigue siendo el mismo y no se avizora una ruptura de tal condición ni en el largo plazo.

En su libro "Abordajes y períodos de la Teoría de la Comunicación" usted propone pensar a la comunicación como una TRANSDISCIPLINA, partiendo de la idea de que a pesar de tener un objeto de estudio claramente identificable, resulta un campo de pensamiento horizontal y deudor de muchas otras disciplinas. ¿Podría ampliar este concepto de transdisciplinariedad?

Más que transdisciplina cabe hablar de interdisciplina, esto es, de la colaboración de distintas aproximaciones para aprehender y comprender la complejidad de los procesos de comunicación en que se entrecruzan múltiples dimensiones de la realidad social. En todo caso, pese a esa necesidad, sí pienso que la Comunicación como campo de conocimiento puede delimitar un objeto de estudio propio (el proceso).

En diversos artículos usted destaca la figura del pensador boliviano Luis Ramiro Beltrán como uno de los precursores en articular construcciones teóricas en torno a una Comunicación Latinoamericana. ¿Qué es lo original en Beltrán?

Beltrán, cuando menos, hizo tres aportes fundamentales: la propuesta de comunicación horizontal (con acceso, diálogo y participación), el planteamiento de las políticas nacionales de comunicación (orientadas al desarrollo con justicia social) y la apelación a que se configure una "comunicología de liberación" que supere las estrecheces de las corrientes funcionalista y marxista y responda a las necesidades y particularidades de la región.

Recientemente Argentina aprobó una nueva ley de medios, ya en vigencia, que inaugura una nueva etapa (pos dictadura) en la relación Estado- Medios de comunicación. ¿Cómo debiera ser a su juicio, las relaciones entre Estado y Medios? ¿activa? ¿reguladora?

Este es un asunto complejo, pero tal vez Estado y medios debieran converger en una noción de la comunicación como servicio de interés público. Ello supondría una complementación de regulación con autorregulación, pero también la participación concertada de Estado y sociedad en la producción de una esfera pública pluralista y productora de convivencia democrática.

En un escenario en el que las nuevas tecnologías redefinen consumos culturales, prácticas comunicacionales formales e informales, nuevas formas de imperialismo, etc. ¿Cuál es el aporte de la Teoría de la comunicación a la reflexión del Hombre en la vida en sociedad?

Es indispensable que se teorice sobre la comunicación como fenómeno humano y social, esto es, que se recupere la comunicación en sí de las "garras" de las tecnologías. Esto ya lo planteó de algún modo Antonio Pasquali hace casi 50 años, pero es una tarea que sigue pendiente para la teoría y pienso que es una opción que claramente puede prosperar desde América Latina pues tiene que ver con el histórico ideal de la emancipación.

 

Notas

*Erick Torrico Villanueva es licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Católica Boliviana, UCB), magíster en Ciencias Sociales con mención en Análisis Político (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - Programa Bolivia) y posgraduado en Comunicación para el Desarrollo Regional (Universidade Metodista de Sao Paulo). Ha publicado Legislación y ética periodística en Bolivia (1991), Comunicación, política y emisión ideológica (1992), La tesis en comunicación - Elementos para elaborarla (1993 y 1997), La comunicación desde la democracia (1995), La investigación de lo social y El discurso editorial de la prensa (1996), además de ALAIC, 1978-1998. Contribuciones para una memoria institucional (1998), Comunicación latinoamericana: Caminos y evaluaciones (1999), Algunas pautas para la investigación de lo social (1999), Las industrias culturales en la ciudad de La Paz (Coord., 1999), La "microfísica de las prácticas" y la recepción de la comunicación masiva. Recorrido hacia el pensamiento de Michel de Certeau (2000) y Conceptos y hechos de la "Sociedad Informacional" (2003).

 

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