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Revista de Investigacion Psicologica

versión impresa ISSN 2223-3032

Revista de Psicologia  no.30 La Paz dic. 2023

https://doi.org/10.53287/ypkd7581ip78y 

INVESTIGACIONES TEÓRICAS

Los conflictos y sus ciclos entre la paz y la guerra

Conflicts and their cycles between peace and war

Conflitos e seus ciclos entre a paz e a guerra

1 Militar de la reserva con el grado de Almirante, también es Politólogo egresado de la Facultad de Ciencia Política de la UMSA, especialista en Educación Superior de la UTB, Magister en Seguridad y Defensa; en Ciencias Navales, Operaciones Conjuntas; en Estrategia Naval War College RI USA, es Analista en temas de defensa CHDS U.D. W. DC. Alta Estrategia en Beijing China UD; Doctorante en Ciencia Política UMSA; Publicaciones: Libro sobre “Intereses Marítimos”, Publicaciones en periódicos sobre la problemática del mar. Correo electrónico: yambor23@gmail.com


Resumen

El presente artículo se encuentra enmarcado en un periodo histórico donde se ha derrotado una vez más la posibilidad de mantener la paz. El espectro del conflicto llegó a su punto máximo una guerra fratricida que nadie esperaba y peor aun cuando amenaza con un desenlace de consecuencias catastróficas para la humanidad; por tanto nos volvemos a preguntar ¿por qué la guerra?

A quien o a que atribuimos la ruptura de la paz, es difícil comprender las posiciones humanas desde el psicoanálisis, o desde la filosofía de la paz hasta la vieja concepción geopolítica de la guerra. Los Estados a pesar de entender la paz, son llevados a la defensa de sus intereses aunque signifique su propia destrucción, luego el conflicto en su ciclo de la paz a la guerra no puede ser controlado. Actualmente la guerra entre Rusia y Ucrania no sólo promueve la preocupación y la reflexión, del por qué la guerra, sino que, debe llegar a posiciones consensuadas de la comunidad internacional que perpetúe la paz imperfecta.

Palabras clave: Conflicto: La guerra; Paz; Orden mundial; Geopolítica

Abstract

This article is framed in a historical period where the possibility of maintaining peace has once again been defeated. The specter of conflict reached its peak with a fratricidal war that no one expected, and even worse when it threatens a catastrophic outcome for humanity; therefore we ask ourselves again, why war?

It is difficult to understand human positions from psychoanalysis to the philosophy of peace to the old geopolitical conception of war, to whom or what we attribute the breakdown of peace. States, despite understanding peace, are led to defend their interests even if it means their own destruction, then the conflict in its cycle from peace to war cannot be controlled. Currently, the war between Russia and Ukraine not only promotes concern and reflection on the reasons for war, but it must also lead to agreed positions of the international community that perpetuate imperfect peace.

Keywords: Conflict; War; Peace; World order; Geopolitics

Resumo

Este artigo está inserido em um período histórico em que a possibilidade de manter a paz foi mais uma vez derrotada. O espectro do conflito atingiu seu auge com uma guerra fratricida que ninguém esperava, e pior ainda quando ameaça um desfecho com consequências catastróficas para a humanidade; portanto, voltamos a perguntar: por que a guerra?

É difícil entender as posições humanas do psicanálise à filosofia da paz à velha concepção geopolítica da guerra, a quem ou ao que atribuímos a ruptura da paz. Os Estados, apesar de entenderem a paz, são levados a defender seus interesses mesmo que isso signifique sua própria destruição, então o conflito em seu ciclo da paz à guerra não pode ser controlado. Atualmente, a guerra entre Rússia e Ucrânia não só promove a preocupação e a reflexão sobre as razões da guerra, mas também deve levar a posições consensuadas da comunidade internacional que perpetuem a paz imperfeita. politics.

Palavras chave: Conflito; Guerra; Paz; Ordem mundial; Geopolítica

1.Introducción

El presente artículo se refiere a la permanente incertidumbre que viven los Estados soberanos bajo la sombra de los conflictos internacionales por diferentes motivos. Se genera una reflexión que abarcan desde el fin de la primera guerra mundial, hasta el actual conflicto entre Rusia y Ucrania, se trata de observar y responder preguntas sobre el porqué los Estados llegan a estos extremos de la guerra, desde lo pulsional1 característico del ser humano, donde diferentes autores y pensadores de la temática atribuyen esta conducta a un factor natural del ser humano. Asimismo, se plantea el espectro del conflicto desde la paz imperfecta, hasta las grandes guerras mundiales, donde necesariamente se explica del orden mundial que intenta mantener la paz, o desde el estudio de la paz, apoyado en los autores de la filosofía de la paz, hasta la inevitable aceptación de la guerra como un fenómeno social, que permanece en los Estados y los hombres como una sombra de ellos mismos, por lo que las respuestas a estos ciclos habrá que ver en la conducta y cultura de los hombres, los intereses no solo de los Estados si no de bloques y áreas geográficas determinadas desde la óptica de la geopolítica.

El hombre y su naturaleza bélica

En este tercer milenio, cuando los procesos sociales e históricos avanzan a la velocidad de la tecnología, cuando la racionalidad y el pensamiento científico supuestamente se imponen en favor del bienestar de la humanidad, cuando el mundo se guía más por los sistemas digitales, cuando se habla del metaverso2, la geonóminia3, cuando se aproxima la quinta revolución industrial, el transhumanismo4 y llegamos al antropoceno5; Nos encontramos con lo que nadie quiere que pase, la guerra, resulta que los acuerdos comprometidos en el ámbito internacional, los principios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son ignorados por estas organizaciones y por los Estados, nos encontramos con una guerra convencional, que de acuerdo a muchos teóricos, había quedado en la historia; la guerra Rusia y Ucrania muestran que aún no se ha aprendido nada de las anteriores guerras mundiales, que solo han traído tragedias a la sociedad, que siguen vigentes los intereses de los Estados de llegar a la guerra aun sabiendo que podría originar no solo la devastación del oponente, sino también su propia destrucción. Esto lleva a reflexionar una vez más porqué el hombre a través del Estado y la comunidad internacional llega a estos extremos, entonces de nuevo surgen las preguntas del porqué de la guerra: En 1933, Einstein escribió una carta a Sigmund Freud en la que discutía las causas de la guerra y las posibles formas de prevenirla. Esta carta, titulada "¿Por qué la guerra?", se publicó en 1933 por la Liga de las Naciones, las preguntas eran: ¿Hay alguna forma de liberar a la humanidad de la amenaza de la guerra?; ¿Cómo es posible que estos procesos (iglesia, ejército, gobierno, la comunidad internacional) logran despertar en el hombre tan salvaje entusiasmo que lleve a sacrificar su propia vida?; y si ¿Es posible controlar la evolución mental del hombre, para evitar la psicosis de odio y destrucción? ((Organizacion de las Naciones Unidas para la Educacion, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 1993); Tal vez se puede responder entendiendo al ser humano, al Estado y al entorno internacional, que lleva al límite de la conflictividad hasta amenazar con la existencia de millones de personas o someterlas a situaciones extremas de sobrevivencia.

A lo largo de los años, en diferentes periodos de la historia de la humanidad ha estado marcada por los conflictos bélicos, pese a los esfuerzos de los Estados, se ha venido repitiendo constantemente, por lo que podemos decir que: la guerra hay que estudiarla y comprenderla, para poder racionalizarla sobre todo evitarla. La guerra acompañó al hombre desde inicios de las civilizaciones, siendo más cruentas las desarrolladas en el Siglo XX. La Primera y Segunda Guerra Mundial, la primera duró desde julio de 1914 hasta noviembre de 1918, ¡hace más de 100 años!, se llamó la “gran guerra”; esta había sido la más devastadora de la historia de la humanidad hasta ese entonces, donde murieron más de 10 millones de personas(Lifeder, 2022). Terminada la gran guerra había que poner orden, los diferentes líderes comenzaron a pensar en los deseos de paz y bien estar, surgieron muchas propuestas entre ellas la de Woodrow Wilson (presidente de los EE.UU) quien planteó crear una organización supraestatal, llegando a denominarse “La Sociedad de Naciones” o “Liga de Naciones”, propuesta que se apoyó en el pensamiento westfaliano y escritos de Immanuel Kant plasmados en su obra titulada “La Paz Perpetua”, donde estipula las condiciones para una paz definitiva. En esta se describe cómo poner las bases jurídicas mínimas que garanticen la confianza mutua entre los países respetando su soberanía, una constitución republicana y más adelante la federación de estados libres, como etapas necesarias en la instauración de esa paz definitiva. Con el objetivo de evitar conflictos internacionales a gran escala que solo producen muerte y desolación, se planteó la seguridad colectiva y la cooperación entre países, la paz mundial, sobre la base de los principios de desarme, seguridad colectiva y arbitraje de los conflictos.

Establecida la “Liga de Naciones” con el objetivo de mantener la paz entre los Estados, y no llegar a la crueldad de enfrentamientos bélicos, era necesario explicar el porqué de las guerras, cómo evitarlas, cómo frenar las futuras guerras y no repetir las atrocidades que dejó la primera guerra mundial; por lo que se asignó una tarea al “Instituto Internacional de Cooperación Intelectual” (IICI) dependiente de la “Liga de Naciones”. La primera iniciativa de este Instituto fue: invitar a intelectuales prominentes de la época para que trabajen en pares y puedan explicar si había alguna manera de evitar el conflicto y no llegar a extremos de violencia como la guerra; es así que invitan a Albert Einstein una de las mentes más brillantes de la época por lo que podría dar luces de cómo evitar la guerra, A. Einstein acepto esa invitación para trabajar y poder explicar ese fenómeno social, solicitando se invite a Sigmund Freud para que trabaje con él por su destacada brillantez para entender al ser humano desde el psicoanálisis como el sujeto del conflicto. Einstein le realizó a Freud tres preguntas anteriormente mencionadas: “¿Hay alguna forma de liberar a la humanidad de la amenaza de la guerra?; ¿Cómo es posible que estos procesos (iglesia, ejército, gobierno) logran despertar en el hombre tan salvaje entusiasmo que lleve a sacrificar su propia vida?; y si ¿Es posible controlar la evolución mental del hombre, para evitar la psicosis de odio y destrucción?” (UNESCO, 1993), de estas preguntas el propio Albert Einstein le dio algunas posibles respuestas: La primera era la de tener un instrumento fuera de las naciones que regule la vida de las mismas y que obedezcan los dictámenes de esta, aunque él mismo dijo que sería insuficiente; por lo que esta respuesta no daría solución plena al problema; A esto Sigmund Freud le responde que podría ser funcional para problemas menores, pero no podría evitar la guerra, Freud habla de la historia del derecho y del poder que en suma es la violencia, solo el más fuerte podría mantener el orden, en el desarrollo del tiempo. Esto significaba, que el que tenga mayor ímpetu, mayor tecnología, mayor conocimiento; detenta el poder y las minorías deberán unirse o someterse, para ello se regulaba la aplicación de la violencia que acumulaba resentimiento en sectores disconformes e inevitablemente surgiría la guerra. Obviamente aparece como sustantivo el Estado personalizado en el hombre (varón y mujer), el ser humano con sus sentimientos pensamientos y acciones, ya que ellos son los que detentan el poder; se puede señalar que en la actualidad las Naciones Unidas y otras organizaciones importantes como la iglesia e incluso otras potencias mundiales no pueden hacer nada en la presente guerra entre Rusia y Ucrania, por el miedo a escalar el conflicto y que se vean más Estados envueltos en este problema y otros motivos geopolíticos económicos y sociales, ya que como respondía Freud, los países pequeños o se unen o se someten, por lo que la respuesta a esa pregunta hasta ahora queda insuficiente sin la voluntad de los estados, la respuesta es válida hasta ahora.

La segunda y tercera pregunta atañe directamente a la teoría social de Sigmund Freud, ya que él explica acerca de si el hombre podía controlar sus impulsos, los prolegómenos de los mismos y sobre el malestar de la cultura etc. Por lo que la respuesta de Freud a través de la teoría psicoanalítica señala que el hombre puede crear, construir y transformar la naturaleza. Sin embargo, al mismo tiempo señala que como puede construir también puede destruir, esto movido por la función erótica o eros, entendido como algo innato del ser humano, pero también la función de agresión o destrucción por la cual se liberan las tensiones y se generan los antagonismos (Fernandez, 2018).

Cuando S. Freud se enfrenta a la difícil tarea de responder a Einstein sobre lo que puede hacerse para defender a los hombre de los estragos de la guerra, acaba concluyendo enérgicamente que no ofrece perspectiva alguna pretender el desarraigo de la inclinación agresiva de los hombres, la posibilidad de la armonía social, el equilibrio y la concordancia son solo una ilusión una esperanza utópica, No se trata entonces de eliminar la inclinación a agredir, habrá más bien que intentar desviarla para que no deba encontrar en la guerra su expresión (Freud, 1976).

El hombre siempre luchó por su sobrevivencia desde inicios de la historia y para ello también peleó contra el propio hombre, por ello existen las funciones agresivas como señalaba Freud, que de alguna manera deben ser expresadas; así mismo en su concepción de la pulsión toca el punto de la función de la muerte, el hombre puede hacer todo por sobrevivir, por lo que llegaría a extremos de violencia.

Por otra parte, Albert Einstein deseaba comprender si se puede controlar o remover este componente excesivo de violencia presente en la humanidad y personalizada en el Estado. Sin embargo, este no se podría remover, solo se podría controlar o desviar; Ante este panorama un tanto pesimista, para al menos controlar la paz, la vía de solución estaría planteada en por un aspecto más hobbesiano del problema: los Estados son unos “lobos artificiales” portadores de violencia y enemistad en la escena internacional, tal como referían los que plantean el concepto de geopolítica en su origen considerando al Estado como un organismo vivo que tenía necesidades de crecimiento; por ello Thomas Hobbes6 planteaba: la necesidad de someterse a una instancia jurídica global que arbitre todo conflicto que pueda surgir entre ellos; La seguridad internacional implica que las naciones deben renunciar incondicionalmente a una parte de su soberanía a favor de la institución supranacional (Habermas, 1999).

Poco conforme con la respuesta Einstein, le propuso condiciones bajo las cuales se espera que Freud responda como un “experto de la vida pulsional”7; por lo que le pregunta si la guerra es una especie de destino trágico en el que estamos implicados, un “fatum8” a causa del progreso de la técnica de los periodos de tiempo: Einstein buscaba una orientación en una situación problemática, el mundo se pregunta y vive en la incertidumbre de la seguridad, es decir que parece no haber cambiado nada se repite el ciclo de la historia; la respuesta de Freud no es muy distinta, debió ser igual, a la que habría efectuado un psicoanalista frente a su paciente(Carrasco, Julio 2013).

Los planteamientos y argumento sobre si se podría librar a los hombres y a los Estados del fantasma de la guerra de S. Freud, siguen vigentes, se diría que la paz definitiva o la paz perpetua como planteaba Kant, ha sido, es y será un sueño utópico del hombre, de las sociedades y de las naciones, siempre estarán presentes los intereses contrapuestos entre los hombre y entre las naciones; no es una garantía las buenas relaciones ni entre los hombres y por ende entre los Estados, En el planteamiento Kantiano sobre una institución supraestatal, de mayor cooperación entre Estados, Las relaciones internacionales basadas en el derecho son cada día más necesarias para el desarrollo y la subsistencia de los pueblos, pero tampoco garantizan La paz, ya que cuando los intereses de los Estados y sus posiciones geopolíticas entran en conflicto, éstos irremediablemente son llevados por decisiones políticas a los extremos de la guerra; en realidad no existe periodos absolutos de paz duradera, solo se llegaría a limitarlas o controlarlas con gran esfuerzo, la tendencia natural que tiene el hombre estará siempre presente.

La guerra es la continuación de la política

Esta premisa es difícil de comprenderla, pero a la vez necesaria, recordamos que la guerra como «continuación de la política» fue la formulada por Karl Von Clausewitz para expresar ese término medio adoptado por los estados de su época; Clausewitz plantea que la guerra es una extensión de la política, un instrumento que los estados utilizan para alcanzar sus objetivos. La guerra es, por lo tanto, un acto político, y su objetivo es lograr una solución favorable al conflicto, es este pensador militar que vincula la guerra con la política, recordando el capítulo anterior sobre lo pulsional del ser humano vemos que la guerra es tan antigua como el hombre mismo; El reciente descubrimiento de una matanza de hace 10.000 años, cerca del lago Turkana, en Kenia, puede confirmar las sospechas que manejan los científicos, basados en evidencias, que la guerra es tan antigua como nuestra especie. Antes de que hubiese propiedades y territorios que defender o proteger, ya existían conflictos; en resumen los neolíticos no inventaron la guerra, los cazadores recolectores del Paleolítico o del Mesolítico ya combatían(Guilaine, 2011), lo que nos muestra el carácter belicista del ser humano, que no ha perdido cuando se organiza y personifica en el Estado moderno; por tanto la guerra abarca un espectro más complejo que podríamos definirla como: Un enfrentamiento de grupos sociales (Estado y su estructura) de carácter destructivo; que obviamente Implica, enfrentamiento armado con capacidad del uso de la fuerza, que se manifiesta en los dispositivos que toman para enfrentar su amenaza; es decir es un acto violento destructivo; su fin está asociado al mantenimiento o reconocimiento de un poder, que son manifestaciones del ser humano organizado, la guerra contiene una paradoja: tiene un componente racional y otro irracional, y el tiempo de su duración no es una variable de importancia categórica, aunque no es una variable despreciable, la guerra genera gran destrucción y la aflicción, la guerra para el ser humano corresponde a una tragedia en su existencia (Reinel, 2004).

A pesar de entender esa tragedia la sociedad organizada siempre ha buscado la paz y siempre ha sido alterada, por motivos de diversa índole, los esfuerzos asumidos por los Estados has sido de carácter permanente de búsqueda de la paz, porque es el objetivo tanto de la guerra como de la política a través del manejo del poder. La variación o contradicción de estos factores pueden alterar la paz sin que puedan ser solucionados, incluso hasta llegar a que los Estados se vean envueltos en una guerra; si se quiere hablar de la paz, necesariamente se debe entender la guerra no para hacerla si no para poder evitarla. La frase completa que se le atribuye a Karl Von Clausewitz9 como estudioso de la guerra, es la siguiente “la guerra es continuación de la política con otros medios” (Clausewitz, 1960), incluye a la política de un Estado como el actor central de las guerras, esta dimensión política es la responsable de dominar o controlar esos sentimientos de miedo, de inseguridad o de dominio, pero a la vez incluyen factores sociales, culturales, económicos. La política es la decisión que toma un Gobierno para enfrentar las contradicciones de los intereses del Estado, siendo este quien debe pensar en términos geopolíticos.

Otro pensador de la guerra es Helmuth Von Moltke10 el plantea una filosofía sobre la naturaleza y la necesidad de la guerra, la resumió admirablemente en la carta que en 1880 enviará a Johann Kaspar Bluntschi11, para responder de un manual sobre un proyecto de Derecho Internacional que se le había remitido en solicitud de su opinión. En uno de sus acápites decía:

“Primero, yo encuentro que el esfuerzo humanitario de oponerse al sufrimiento que viene con la guerra es altamente apreciable. Pero la paz eterna es un sueño y no ciertamente bello. La guerra es parte del orden mundial de Dios. Dentro de esta se despliegan las nobles virtudes de los hombres, el coraje, la renunciación, la lealtad al deber y la disposición al sacrificio ante el azar de la vida; Sin la guerra el mundo se hundiría en el pantano del materialismo” (Mearle, 2003).

Este pensamiento contribuyó a hacer de Alemania un imperio que tomó la costumbre del esfuerzo como razón de vida, obviamente junto a otros pensadores como Rosenberg, Kjellen, Haushofer, Nietzsche, entre otros, y obviamente el contexto internacional de esos momentos históricos. Estos antecedentes influyeron en un pensamiento como el que tuvo Karl von Clausewitz, con una posición escéptica de la paz, cuyo quebrantamiento atribuyó en forma permanente al orden político, mostrándonos quizá al actor más importante del mantenimiento o la ruptura de la paz. De Clausewitz, Moltke aprendió que la guerra era el último recurso de la política y que, por tanto, esta, como parte de un orden mundial establecido por Dios e inseparable de aquel, es decir, que no solo es escéptico de la paz, sino que ve la guerra como una necesidad.

Ya durante la guerra fría, el filósofo Raymond Aron, sintetizó una ecuación estratégica en la recordada y célebre frase “Paz imposible, guerra improbable”, la frase refleja de principio, que la paz es algo que no será duradero y que su existencia sólo será temporal si es que hubiera; por eso el estudio de la guerra y la aplicación de la violencia colectiva está reflejado en su libro titulado “Pensar la Guerra” el veía la guerra como una posibilidad constante en la política internacional; Aron argumenta que la guerra es un instrumento que los estados utilizan para alcanzar sus objetivos políticos, nos dice que la guerra no es una expresión de la naturaleza humana, sino una consecuencia de la política; El pesimismo de Aron se manifiesta en su creencia de que la guerra es una posibilidad constante en la política internacional, es aquí donde se ve la presencia de la geopolítica apareciendo como actores al entorno internacional y los Estados que desean poseer el poder, por eso Aron sostiene que la guerra es una consecuencia de la naturaleza de los estados, que son unidades políticas que buscan maximizar su poder y seguridad, asumiendo que la política tomará la decisión de la guerra entre Estados (Aron, 1989).

Pensar sobre la guerra es un esfuerzo penoso que requiere pericia e imaginación, porque es complejo comprender, por qué los hombres se matan entre sí. Aron y Clausewitz señalan la importancia de tomar en serio la guerra, porque acorde a los autores la guerra es una de las posibilidades de la política y éste es el destino de la vida del hombre sobre la tierra(Antonio, 2011). Las guerras son esencialmente impronosticables porque dependen de las situaciones, de las amenazas que estas originan entre Estados y las diferentes reacciones que el ser humano refleje violentamente para velar por su supervivencia. Las guerras del siglo XX han sido mucho más violentas que sus antecesoras y las guerras en este siglo XXI son más devastadoras donde la tecnología la inteligencia artificial mejoran la capacidad destructiva, los esfuerzos por mantener la paz, son ignorados como en el caso actual de la guerra Rusia - Ucrania, habrá que esforzarse por al menos mantener una paz imperfecta.

Georges Bouthoul, sociólogo y politólogo francés que se especializó en el estudio de la guerra, se caracteriza por su enfoque científico y su rechazo de las explicaciones morales o filosóficas de la guerra. Indica que el enfrentamiento colectivo y armado, entre dos fuerzas, se ha dado desde los orígenes de la humanidad. El hombre primitivo supo lo que significaba la guerra y los objetivos que se pretendían representaban los intereses de quien lideraba las organizaciones: estos objetivos eran la antropofagia, el botín, la venganza, los fines religiosos, las conquistas territoriales, etc.

Bouthoul sostiene que la guerra es una constante de la historia humana. Ve la guerra como un fenómeno natural que se produce como resultado de la naturaleza competitiva de la sociedad humana. Sin embargo, esto refleja un determinismo y falta de esperanza en la posibilidad de la paz.

Bouthoul es el fundador de la polemología, una nueva disciplina académica que estudia la guerra como un fenómeno social. Fue acuñado en 1945 y se deriva de las palabras griegas "polemos" (guerra) y "logos" (estudio). El cree que es posible limitar la violencia de la guerra. Sugiere que los estados deben desarrollar mecanismos para resolver los conflictos pacíficamente y que deben cooperar para crear un mundo más pacífico (Bouthoul, 1946).

Si la guerra es un hecho social como hemos visto con los anteriores pensadores, es decir un fenómeno social reiterativo en nuestra historia, podemos entender mejor a partir de una definición sociológica y antropológica de Émile Durkheim, donde indica que el fenómeno social consiste en modos de obrar, pensar y sentir, ajenos a los individuos, que están investidos de un poder coercitivo en virtud del cual ejercen dominio sobre él, entonces es un fenómeno social susceptible de observación. Indica que es como la enfermedad que sigue presente en nuestras sociedades y hay que analizarla, estudiarla desde un enfoque plural y multicultural.

En la segunda guerra mundial, los bombardeos de ciudades y en especial cuando se empleó las armas atómicas en Hiroshima y Nagasaki con casi cinco decenas de mil fallecidos, desastre que se justificó para quebrantar la voluntad de lucha en pos de lograr el objetivo político; genera lo que empieza a llamar un estado de opinión contrario a la guerra y si la humanidad deja de ver la realidad y se olvida de la historia, puede repetir un terrible error; por lo que la guerra puede ser germinada desde la paz, hasta los niveles pulsionales más elevados, y solo se los puede detener una vez se quebrante la voluntad de lucha como en el caso de Hiroshima y Nagasaki.

Por ello se empezó a ver la aparición de fuertes movimientos pacifistas, junto a la aparición de nuevas formas de ejecutar la guerra y los equilibrios geopolíticos, los cuales siempre están en disputa, junto a una paz siempre precaria. Existe constantemente una predisposición, un “impulso belicoso” concepto también acuñado por Bouthoul quien sostiene que puede haber un hecho más biológico que psicológico comparándolo con el hambre o la necesidad sexual. Así estaría en nuestros genes tanto la paz, como la guerra; tanto el impulso altruista, como el agresivo.

Parece que el impulso agresivo es el predominante, los movimientos pacifistas ven la acción agresiva en el caso de Rusia y Ucrania, donde es la defensa de valores la que predomina, como la seguridad amenazada por el acercamiento de la OTAN12, el honor un valor que para algunos Rusos fue ultrajado después de su implosión en 1991, pudiéndose considerar un sentimiento de venganza a la ofensa sufrida, siendo uno de los principales motivos para ir a la guerra; se debe también considerar otras finalidades e intenciones de los grandes grupos humanos que demuestran las tendencias geopolíticas, así como ampliar los espacios geográficos de los Estados, ideológica o culturalmente, formar imperios coaliciones que mantengan la supremacía del Estado fuerte sobre el débil, o fraccionarlos siendo la guerra un medio que pretende la obediencia y sometimiento del otro, imponer su hegemonía política y económica que podría dar lugar a lo que se llamó el mantenimiento de un orden mundial.

No es necesario explicar las atrocidades de la guerra, ya que son evidentes, no se ha desarrollado la conciencia de la paz, los Estados hacen que la política sea la fuente de conflictos de intereses que, al no resolverse, pueden llevar a la guerra. En la actualidad, hay al menos once guerras declaradas, sin contar con otros conflictos armados latentes en diversas partes del mundo, la más desastrosa es la guerra entre Rusia y Ucrania que plantea la instauración de un nuevo orden mundial multipolar y con una amenaza latente de colapsar en extremos por el uso de armas de destrucción masiva (FRIDE, 2023).

La guerra es un fenómeno social complejo, que tiene su origen en la naturaleza humana y en las relaciones de poder entre los Estados que defienden sus intereses políticos. Algunos de los factores que pueden contribuir a la guerra incluyen los conflictos de intereses entre grupos o individuos, la falta de confianza y cooperación, las ideologías extremistas, la inestabilidad política, la búsqueda de poder y hegemonía de los Estados o de un bloque de Estados. En última instancia, la política es responsable de la guerra, ya que son los líderes los que deciden entre la paz y la guerra.

La Filosofía de la Paz

En este ciclo del conflicto entre una paz precaria y la guerra, se empezó a ver la guerra en su estudio opuesto es decir estudiar la paz y no la guerra, mencionaremos a los estudiosos de la filosofía de “la paz”; donde señalan que la paz si es posible. Uno de los principales referentes de esta corriente, fue V. Martínez Guzmán13 señala que: “los pacifistas son realistas, los utópicos son aquellos que quieren conseguir la paz utilizando medios violentos”. En ese sentido, en sus estudios ven la paz como positivo contrario a la guerra, a la violencia y a los conflictos, que son parte de la violentología o conflictología, que se centran en el estudio de “la paz” enmarcados en indagaciones polemológicas, indican que para saber sobre la paz, es necesario estudiar precisamente lo que no es la paz; Además, sugiere encontrar la negación de la violencia estructural y hablar de paz positiva, hablar de cultura para la paz, como violencia cultural (Martínez, 2006) . Por otra parte, hay investigadores y pensadores que señalan lo incorrecto que es pensar que la violencia forma parte natural e ineludible de todos los seres humanos, sobre ello citamos a: Haas, 1990; Adams, 1992; Sponsel y Gregor, 1994; Howard, 1995; M. J. Gregor, 1996; J. Bonta, 1996 y Fry, 2006. Al respecto, Martínez Guzmán quien cita a los señalados, pretende crear el paradigma de la paz positiva, la que se basa en propuestas filosóficas de otros investigadores como propone también Leslie E. Sponsel desde la antropología cultural cuando indica que: “las culturas han organizado su convivencia pacífica, la posibilidad de una descripción holística y diacrónica de la paz como la norma de la mayoría de las sociedades, lo cual significa que la paz es natural” (Sponsel, 1996).

Vicent Fisas, experto en el tema de “conflicto y paz" nos explica el concepto de conflicto como: "Una construcción social, una creación humana diferenciada de la Violencia (puede haber conflictos sin violencia, aunque no violencia sin conflicto), por tanto puede ser conducido, trasformado y superado (puede convertirse en paz) por las mismas partes, con y sin ayuda de terceros, que afecta a las actitudes y comportamientos de las partes, en el que como resultado se dan disputas; suele ser producto de un antagonismo o una incompatibilidad (inicial, pero superable) entre dos o más partes, el resultado complejo de valoraciones, pulsiones instintivas, afectos, creencias, etc., que expresa una insatisfacción o desacuerdo sobre cosas diversas, este análisis de la teoría de conflictos, aborda fases en las que se pensaba que los conflictos eran algo negativo que había que resolver a toda costa, pero hay que admitirlo como parte de las relaciones humanas y que lo que hay que hacer es gestionarlos, originarlos y transformarlos, en nuestro caso, por medios pacíficos (Fisas, 2013).

Es decir que crea la necesidad de provocarlos para ser regularlos o transformarlos, lo cual en realidad retornaría al inicio, recupera la investigación sobre el concepto de la paz positiva renunciando a una paz total o absoluta y destacando aquellos momentos de la historia en que podemos hablar de paz imperfecta como la creación de Instrumentos pacíficos para la regulación de los conflictos humanos; la paz imperfecta serán aquellos momentos del proceso de la historia que nos dan indicadores para seguir construyendo la paz (Martínez G. , 2001).

Las propuestas filosóficas de Martínez Guzmán dicen que los conflictos son inherentes a las relaciones humanas, como una actualización de la frase de Kant de que los seres humanos nos caracterizamos por una “insociable sociabilidad”. Entonces concluimos que las relaciones humanas son conflictivas desde su significado etimológico de conflicto (de fligere) en el sentido de que necesariamente chocamos unos y unas con otras y otros. Por tanto, de manera realista podemos decir que estamos unidos para odiarnos, marginarnos, excluirnos y hacernos la guerra; pero también para querernos, integrarnos o crear instituciones de justicia, democracia o derecho internacional que regulen por medios pacíficos la transformación pacífica de los conflictos que tenemos cuando chocamos (Martinez, 2008).

Es un hecho fundamental de la vida social que, desde el punto de vista del poder judicial, el desarrollo democrático y las relaciones internacionales, deben reconocer la "confianza mutua" como un valor que aumenta la posibilidad de acción y compromiso en la vida social. Su proceso de integración debe fortalecerse para generar confianza en la verdad compartida y por ende en la comunicación cuando ésta sea fácilmente interpretable. Generar confianza en todos los niveles es fundamental para todos los grupos humanos en este momento y deben superar las barreras de interés.

Según los filósofos de la paz, la confianza debe construirse sobre bases sólidas, tanto en el ámbito macrosocial como en todos los niveles. La confianza significa riesgo, por lo que la confianza debe consolidarse. Los constructores de paz son, ante todo, constructores de confianza, y la confianza va de la mano de la credibilidad. La falta de legitimidad de la autoridad por falta de credibilidad es un grave obstáculo que es necesario superar en la sociedad actual, de la misma manera que las llamadas "noticias falsas" dañan la credibilidad de los medios de comunicación y fomentan la desconfianza y el individualismo en la sociedad. Por motivos tecnológicos, o más recientemente por la epidemia, se ha producido un grave problema de aislamiento social, que dificulta la cooperación.

Las sociedades están ansiosas de verdad, de identidades, de confianza en sus instituciones y de justicia; la ausencia de confianza va claramente contra una sociedad bien gestionada. “Cuanto más igualitaria es una sociedad, más grande es la confianza”, aunque la igualdad no es el reflejo real de una sociedad estable como lo es la libertad y por tanto mejor será la cooperación, este incremento de confianza deberá ser tan fuerte que trascienda al comportamiento de los Estados, y no caer en la distopía auspiciada por George Orwell en su obra “1984”, de cuya trama ocurre en Oceanía, un país dominado por un gobierno totalitario que mantiene en constante vigilancia a sus ciudadanos e, incluso, insiste en espiar sus pensamientos para mantener el orden; Esa igualdad y aumento de confianza en la sociedad en el Estado, genera valores que se convierten en intereses que los tienen que defender, es aquí donde encontramos un obstáculo geopolítico ya que los intereses de los Estados son diferentes en varios aspectos, políticos, económicos, psicosociales, tecnológicos y culturales con diferentes grados de desarrollo donde comienza a aparecer las diferencias, las cuales aumentan cuando aparece la intencionalidad de trascender.

Se debe valorar el trabajo de Johan Galtung, estudioso sobre la paz. En su trabajo, Galtung menciona que la paz es una relación entre dos o más partes. Estas partes pueden estar dentro de una persona, un Estado o nación, una región o civilización, y pueden tirar en diferentes direcciones. La paz no es una propiedad de una sola parte, sino una propiedad de la relación entre las partes; el distingue entre "paz negativa" y "paz positiva". La paz negativa se refiere a la ausencia de violencia. Cuando se promulga un alto el fuego, se produce una paz negativa. Sin embargo, la paz negativa es solo una condición necesaria para la paz positiva. La paz positiva, en cambio, está llena de contenido positivo, como el restablecimiento de las relaciones, la creación de sistemas sociales que atiendan las necesidades de toda la población y la resolución constructiva de los conflictos (Calderon, 2023).

Revisando las posturas de los filósofos de La paz, que plantean: que la paz no significa la ausencia total de cualquier conflicto; si no ausencia de violencia en todas sus formas y el desarrollo del conflicto de manera constructiva controlada, entonces los actores de la violencia no son solo el hombre, el Estado y la Comunidad Internacional como entes aislados, debe existir la congruencia de esa cultura de la paz, por lo que es necesario construir un ambiente de confianza para poder construir la paz, aunque se ve difícil pero no deja de ser una opción que requiere mucho trabajo y educación.

Como explicar los ciclos de la paz y la guerra del Orden Mundial

En todos los periodos de la historia siempre han estado presentes los imperios o las potencias que controlaban o de cierta forma mantenían la paz, esos lapsos de tiempo donde imperaba la paz, han sido muy escasos los cuales eran aprovechados para el rearme o la preparación de la guerra o como se dice en estrategia que: la normalidad oculta la realidad, Los imperios controlaban a los Estados para que exista una paz temporal, después del termino de la segunda guerra mundial aparece el concepto de orden mundial, donde germinan formas de poder distintas al poder estatal que intervienen activamente en las relaciones globales. El “Orden Mundial” es un término neutral respecto de la naturaleza de las entidades que constituyen el poder, el cual designa una configuración históricamente específica de poder de cualquier tipo (Robert, 1996), en realidad el Orden Mundial como concepto seria la aceptación de reglas formales e informales que imparte cierta conformidad legal y predictibilidad a las interacciones nacionales y transnacionales debido a la ausencia del marco político y de la inequívoca autoridad que hasta ahora ha caracterizado al Estado-Nación soberano en el orden westfaliano, mucho tuvo que ver y dar expectativas de regulación de ese régimen mundial; la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, empezaron su labor con una prioridad: mantener la paz y la seguridad internacional, algo que parece contradictorio ya que a partir de ahí se inician más de 100 conflictos y guerras, causadas e ignoradas por la estructura de las Naciones Unidas en los cinco Continentes, estos conflictos y guerras, muchos perceptibles por la ONU como lo es el conflicto palestino-israelí, los de África, en Asia, en América y Europa. Estas guerras parecería que están ya predeterminadas y no se pudo hacer nada para detenerlas, en todas los gérmenes estaban ya muy avanzados y a pesar de entender lo malo que es este recurso para la solución de conflictos y los desastres que trae, parece que es el mejor medio o el medio necesario como un desahogo del que nos refería S. Freud; Al terminar la Segunda Guerra Mundial se inició un largo camino de tensión que se denominó la Guerra Fría entre bloques conformados: uno por el modelo liberal el occidente liderado por los Estados Unidos de América (EE. UU.), y el otro por el modelo socialista liderado por la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la Guerra Fría formó un mundo bipolar, este se fue debilitando por muchos factores, se menciona que la ex URSS no murió por asesinato si no por muerte natural, ya que para la finalización de esta denominada guerra no se disparó ni un cartucho; a la caída del bloque soviético en 1991, se inició la unipolaridad de los Estados Unidos de América, que mantuvieron el Orden Mundial; en esa década, Francis Fukuyama escribe “El fin de la historia y el último hombre” presupone epistemológicamente una parada, una detención, una situación no-cíclica, según este enfoque, hay una evolución de la historia que tiene un término, y que desembocará en un período estable y sin cambios mayores es decir un periodo de paz, se establecía la paz, siendo el punto central de su obra que, con el derrumbe del comunismo en la URSS podíamos estar ante el fin de la historia, es decir, que con la derrota del fascismo en la segunda guerra mundial y luego del comunismo (1989) ya no quedaban rivales serios a la democracia liberal, es decir este modelo habría triunfado y por ende ha desaparecido el enemigo.

Podríamos decir hasta aquí que el Orden Mundial está determinada por la geopolítica de las potencias, que describen ciclos del conflicto con diferente intensidad que van de la paz a la guerra, los Estados tienen sentimientos de inseguridad, amenaza y desconfianza; razón por la cual deben armarse o aliarse a otros fuertes de acuerdo a sus posibilidades, si no lo hacen estará en peligro incluso su sobrevivencia, es por ello que la geopolítica no es de derecha (liberalismo), no es de izquierda (socialismo), no es del centro (nacionalismo) ni tampoco como plantea Aleksandr Duguin14 con su cuarta teoría, simplemente los Estados la utilizan para velar sus intereses. La guerra entre Rusia y Ucrania, que quizá es la expresión o la respuesta a muchos estudios y posiciones anteriores como la pregunta o diálogo entre Albert Einstein y Sigmund Freud, que se truncó en su afán de lograr la paz, parecería repetirse otra vez y se ratificaría la teoría hobessiana o de Maquiavelo, así mismo la negación de los estudios de Martínez Guzmán o Johan Galtung y otros que aseguran que la paz se puede lograr, aunque sea esta imperfecta; se aceptaría los planteamientos innatos del ser humano, como nos dice el psicoanálisis, convivimos con dos tendencias humanas contradictorias el amor y la muerte; determinados eventos sociales como los conflictos internacionales resultan trascendentes a lo largo de la historia de las sociedades y se reproducen en las culturas presentes reviviendo traumas de guerra que resisten el paso de los siglos; la guerra no debemos verla únicamente en el acto de lucha, sino contemplar todo el período previo que la prepara y también el post-conflicto (Redorta, 2021); siguiendo la línea de los filósofos de la paz deberíamos crear conflictos para el mantenimiento de la paz, es algo que tendría sentido si vemos este fenómeno como un ciclo entre la paz, el conflicto y la guerra.

La actual guerra entre Rusia y Ucrania, marca en cierto modo el rompimiento de la unipolaridad de los Estados Unidos dando a entender que se inicia un reordenamiento mundial con la multipolaridad, pero habrá que ver cuán dispuestas están las potencias para que esto suceda, se hicieron numerosos intentos de evitar esta guerra como aconsejaría cualquier teoría del conflicto o la misma diplomacia, pero lo más fuerte fue la concepción geopolítica; se debe entender la geopolítica porque siempre ha habido en la historia de la humanidad imperios que se atribuían el poder para el control mundial o regional, por tanto la geopolítica ejerce una fuerte presión internacional que sobre pasa la racionalidad de la paz de las sociedad, de los Estados e incluso de bloques; una definición general, la geopolítica nace de leer políticamente el espacio geográfico (los clásicos de la geopolítica llamaron el espacio vital o el Lebensraum), , en un autoanálisis de lo que quiere como proyecto el Estado es un tipo de pensamiento político que tiene en cuenta a la geografía, la geopolítica, es un tipo de análisis estatista es decir un tipo de análisis que solo utilizan los Estados y esto es bastante cierto no solo, porque los juicios de carácter geopolítico son importantes para toda institución cuya acción se desarrolla a un nivel supratransnacional; entonces la geopolítica es un conjunto de juicios que hace un país o una institución supranacional sobre las ventajas y peligros que corre su supervivencia o su progreso teniendo en cuenta los siguientes aspectos: el espacio geográfico, su acceso a recursos vitales, la demografía, la cultura y la identidad nacional.

Hay muchas explicaciones y posiciones de lo que está pasando en la guerra entre Rusia y Ucrania, desde motivos políticas, históricas, culturales, religiosas, económicas sociales, militares y geopolíticas; todas pueden ser valederas pero a la vez cortas, y la pregunta es cual el objetivo de la ONU, cual los objetivos de Rusia, Ucrania de la OTAN, existen los suficientes argumentos como para decir que los mayores factores para el desarrollo de esta guerra, no fueron razones comerciales, políticas, ni económicas; son de valores como la seguridad, el honor y la libertad, lo peligroso y la razón por que no escala este conflicto es un desenlace nuclear que sería una tragedia; hemos visto que el hombre es capaz de todo por su naturaleza pulsional de la muerte, la posición de un Estado o el producto de las presiones internacionales, o la combinación de todas, pueden desencadenar extremos de violencia, pero también podría llegar la paz como plantean los filósofos de la paz; hasta aquí vemos la presión internacional del manejo del poder o la búsqueda de la hegemonía razones eminentemente geopolíticas que están por encima de los argumentos de los filósofos de la paz; por encima de los Estados e incluso por encima de la ONU, por lo tanto la geopolítica debe ser capaz de trasladar la validez de una mirada crítica y poliédrica de los conflictos, que no se atribuya a simples deseos de poder ni de voluntad pacifista; los actores de la violencia son los seres humanos que representan Estados, organizaciones con buenos y malos sentimientos, con una presencia pulsional en ambos casos, por lo que la geopolítica deberá ser considerada.

En 1991, luego de la desmembración de la URSS, no se intentó incorporar al pueblo y la economía rusa al sistema global a diferencia de lo que ocurrió con Japón y Alemania occidental en 1945, siguiendo indicaciones geopolíticas de Zbigniew Brzezinski15 y también siguiendo las indicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) así como de los principales economistas occidentales (como Jeffrey Sachs); esto marcó desde ya una separación por que se ignoró la implosión de la ex URSS, lo que dejo la fisura del conflicto que a más de apaciguarse se fue incrementando, se había herido el sentimiento de los rusos dejándolos fragmentados; se hace la pregunta si la OTAN fue concebida originalmente en términos de defensa y colaboración entre Estados contra el otro bloque socialista de la Guerra Fría el cual desapareció, era obvio que también desaparezca, pero el ordenamiento de la unipolaridad la mantuvo con una visión geopolítica y al contrario esta rápidamente se convirtió en una organización probélica dedicada a la expansión al Este para acorralar a Rusia; y el ciclo fue avanzando hasta que llego de nuevo la guerra que plantea un nuevo Orden Mundial.

Entonces la posibilidad de beneficiarse de un “dividendo de paz”, se fue diluyendo, durante los la administración Clinton, se ignoró las promesas hechas a Gorbachov en la perestroika, las acciones en el bombardeo de la OTAN sobre Belgrado en 1999, liderado por Estados Unidos, donde incluso fue alcanzada la representación diplomática de China (aunque sigue sin esclarecerse si intencionada o accidentalmente), otras acciones de su carácter probélico y expansionista la OTAN, las élites políticas estadounidenses y occidentales deberían haber comprendido que el maltrato es una herramienta desastrosa cuando se trata de política exterior, ya ocurrió en Alemania con el Tratado de Versalles, a pesar de eso la historia se repite.

El ataque de Putin a Ucrania no se justifica y así como la resurrección de instituciones belicistas como la OTAN tampoco. El peligro en un momento como éste es que el más mínimo error de juicio por parte de uno de los dos bandos puede fácilmente conducir a una escalada en la que se haga uso de las armas nucleares, lo que significaría el mayor desastre para la humanidad; pero cómo es posible llegar a este extremo tan latente, en los antecedentes anteriores hemos visto las respuestas de Sigmund Freud a la carta de Albert Einstein, decía que el hombre fácilmente llega a estados elevados de excitación a la destrucción e ignora hasta su propia autoeliminación, también veíamos y mencionábamos a los filósofos de la paz, que basados en las teorías del conflicto como John Burton, Leonard Dobb, el mismo Johan Galtung, entre otros, señalan la nueva perspectiva del conflicto que es preferible y posible la paz imperfecta o aceptar el conflicto como permanente e innato del hombre, el cual necesariamente hay que controlarlo por el mismo sentimiento pulsional que tiene. El conflicto no surge como una característica propia de la naturaleza genética humana, sino que es el resultado de un error en el desarrollo de nuestras relaciones, de nuestra evolución como personas, como error éste es susceptible de ser modificado (Vinyamata, 1999), esto también en el mismo sentido aplicado a los Estados; cuando hay crisis hay un reordenamiento de la sociedades como lo abra en Ucrania y Rusia y otros países; es indudable que luego de la guerra vendrá la paz porque ese es el objetivo de la guerra, porque ese es el ciclo y seguido de este un nuevo Orden Mundial, desde una perspectiva mayor, el mundo será multipolar en lo económico y en lo militar estará por verse, desde una óptica de la geopolítica abra que mantener la paz imperfecta lo más que se pueda, incluso armar y fomentar el conflicto para no llegar a la guerra.

Está claro que en la guerra todos pierden algo, en la reflexión sobre cómo prevenir o intentar llegar a una paz duradera aún es algo pendiente en la humanidad. A pesar de recurrir a las celebridades intelectuales, filósofos, investigadores, científicos; no se ha podido encontrar un método o medio eficiente para al menos mantener la paz imperfecta; incluso ahora las Instituciones Internacionales llamadas a este fin como en su momento la Liga de Naciones o ahora las Naciones Unidas, tampoco dan la garantía de una paz imperfecta; más al contrario con cada hecho histórico recordamos a los pensadores, a los héroes que en un supuesto legado nos preparan para aceptar la guerra.

2. Conclusiones

Las respuestas a las preguntas iniciadas después de la Primera Guerra Mundial son que el hombre es un ser competitivo es altamente pulsional, a pesar que los actores principales de las grandes guerras son los Estados y la comunidad internacional, estas están a cargo de los hombres que reflejan y manifiestan sentimientos, como lo describiría Sigmund Freud. Una Rusia sin Putin de repente no hubiera provocado esta Guerra, o una Ucrania sin Zelensky de repente hubiera cambiado el resultado de miles de muertos que hoy tenemos que lamentar, Hobbes ya en 1648 comentaba sobre los conflictos humanos y las guerras, decía que en la naturaleza de los humanos hay tres causas principales de disensión: la competencia, la desconfianza y la gloria; por lo tanto la guerra estará siempre presente en las sociedad.

La guerra forma parte de la cultura de la humanidad. Las acciones bélicas han hecho que las sociedades veneren a sus guerreros, les dedican monumentos y nombres de calles, son ejemplos de conducta y valor para las generaciones, los textos literarios más remotos, el Antiguo Testamento y otros, hablan de combates y de hazañas bélicas. Por eso, la historia asocia la guerra a la cultura; por lo que el argumento hobessiano, el de Freud y otros de esa línea perduran. La guerra de Rusia y Ucrania confirman el permanente miedo a perder la seguridad o la libertad, el dilema de la política por las que se debe luchar aún a costa de su desaparición.

Un nuevo contrato social debe emerger para el siglo XXI. Y ese nuevo contrato social debe apoyarse más en los valores de la Cooperación Internacional que en el vigente paradigma de la competitividad a cualquier precio, pensar del universalismo al pluriversalismo, donde las diferencias culturales sean reconocidas y asumidas en sociedades tolerantes. El ciclo de la paz a la guerra debe incluir el conflicto es el lugar donde puede manipularse para evitar la guerra.

La Geopolítica, sin duda, es compleja, porque debe tomar en cuenta el control del territorio, considerar no solo variables como el medio físico, la distribución de la población o de los recursos económicos, sino que cobran también una relevancia fundamental los factores políticos y culturales: la percepción del “otro”, los valores de la sociedad, los sentimientos de amenaza, pertenencia o identidad; además de los análisis de estrategia que incluyen la dotación militar, doctrinas y preceptos; la concepción y regulación de arquitecturas de seguridad y sus canales de diálogo; en suma, la articulación de las relaciones internacionales, de cuya fisura depende la paz y la estabilidad, es posible que una visión geopolítica pueda controlar o desviar el conflicto para evitar la guerra

Conflictos de interés:

El autor declara no tener conflictos de interés

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Notas

1 Se entiende el término de pulsión desde la teoría de Sigmund Freud, quien hace referencia a la excitación corporal proveniente de una fuente orgánica, puesta en marcha por la relación o la búsqueda de relación con un objeto, orientada hacia un concreto fin psicosomático y dotada de un empuje que conduce la excitación a su realización, enfocada en la satisfacción inconsciente de la autodestrucción. Freud explica que la agresividad y algunas manifestaciones de crueldad y violencia pertenecen a la condición pulsional de los humanos, en tanto pulsión de muerte.

2Es la evolución de internet con entornos virtuales vinculados entre sí, donde las personas conectadas podrán interactuar en una experiencia vivencial.

3Estudia las relaciones entre las sociedades y su entorno natural, es una ciencia interdisciplinar que integra conocimientos de la geografía, la ecología, la economía, la sociología y otras disciplinas; trata del cambio climático, la contaminación y otros problemas ambientales que ponen una presión cada vez mayor sobre los recursos naturales del planeta. Los genomitas juegan un papel esencial en el desarrollo de soluciones a estos problemas.

4Movimiento ideológico que defiende la mejora de las capacidades físicas, intelectuales y psíquicas del ser humano mediante el uso de tecnología y métodos científicos; el transhumanismo propugna el uso de la manipulación genética y la nanotecnología como métodos para mejorar a las personas.

5Es un término utilizado para designar la era geológica actual que se distingue por el papel central que desempeña la humanidad para propiciar significativos cambios geológicos. Estas transformaciones han sido provocadas por factores como la urbanización, la utilización de combustibles fósiles, la devastación de bosques, la demanda de agua o la explotación de recursos marítimos.

6"El hombre es un lobo para el hombre" (en latín, homo homini lupus) es una frase utilizada por el filósofo inglés del siglo XVIII Thomas Hobbes en su obra El Leviatán (1651) para referirse a que el estado natural del hombre lo lleva a una la lucha continua contra su prójimo.

7Freud no es para Einstein sólo el analista de la vida “instintiva”, sino también aquel que ha indicado el marco “destructivo” de la agresividad que anida en el interior de los hombres.

8Etimológicamente, la palabra latina fatum, -isignifica oráculo, vaticinio, predicción y deriva en la palabra en español «hado»; así, fata Sibyllina serían los oráculos sibilinos. También tenía el significado de fatalidad, destino o ley divina.

9Fue un general prusiano (1780-1831) y teórico militar que enfatizó la "moral", en términos modernos que significa aspectos psicológicos y políticos de librar la guerra. Su obra más notable, Vom Kriege, quedó inacabada a su muerte.

10Conde von Moltke, nacido el 26 de octubre de 1800 en Parchim , murió el24 de abril de 1891 en Berlín, es un mariscal prusiano (Generalfeldmarschall) que se desempeñó como Jefe del Estado Mayor del ejército prusiano, especialmente durante las guerras contra Austria en 1866 y contra Francia en 1870-1871.

11Zurich, 1808 - Karlsruhe, 1881) Jurista y político suizo. Presidente del partido liberal conservador del cantón de Zurich, ejerció la docencia en Zurich, Munich y Heidelberg. Redactó el Código Civil de Zurich y fue cofundador del Instituto de Derecho Internacional.

12La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tiene sus orígenes en la firma del Tratado de Washington de 1949, mediante el cual diez países de ambos lados del Atlántico (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido) se comprometieron a defenderse mutuamente en caso de agresión armada contra cualquiera de ellos.

13Vicent Martínez Guzmán, (La Vall d'Uixó, 1949-Barcelona, 23 de agosto de 2018) fue un intelectual y profesor de universidad, referente mundial en el ámbito de los estudios por la paz. Se doctoró en filosofía por la Universidad de Valencia.

14Aleksandr Guélievich Duguin, es un filósofo político, analista y estratega ruso, conocido por puntos de vista ampliamente caracterizados como fascistas. Nacido en una familia de inteligencia militar, Dugin fue un disidente anticomunista durante la década de 1980.

15Zbigniew Kazimierz Brzeziński, o Zbig, diplomático y politólogo polaco-estadounidense. Se desempeñó como consejero del presidente Lyndon B. Johnson de 1966 a 1968 y asesor de seguridad nacional del presidente Jimmy Carter de 1977 a 1981 y otros (1928 a 2017).

Recibido: 25 de Enero de 2023; Aprobado: 16 de Agosto de 2023

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