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Revista de Investigacion Psicologica

Print version ISSN 2223-3032

Revista de Psicologia  no.Especial La Paz Sept. 2020

 

ARTÍCULO TEÓRICO

 

Impacto psicológico de la pandemia del COVID 19 en niños

 

Psychological impact of COVID 19 pandemic on children

 

Impacto psicológico da pandemia COVID 19 em crianças

                                                                      

                                                                                

Mariana Yasmín Rengel Sempértegui 1& Ivonn Ivana Calle Coronel2
1Egresada de la carrera de psicología de la Universidad Mayor de San Andrés – La Paz – Bolivia. Auxiliar de docencia de psicología 1 y 2. Pasantías en Centro de estimulación y rehabilitación neurocognitiva “Mente Activa”. Correo electrónico.: mayrslp@gmail.com
2Estudiante de octavo semestre en la carrera de psicología de la Universidad Mayor de San Andrés - La Paz – Bolivia. Correo electrónico.: calleivana23@gmail.com
Fecha de recepción: 4 de agosto de 2020 Fecha de aprobación: 25 de agosto de 2020

 

 


Resumen

El COVID-19 ha ocasionado diferentes cambios en la población mundial, uno de ellos se ha suscitado en la población de los niños, ya que se encuentran en una alteración total del ritmo de sus vidas, comenzando con el cierre de las escuelas y con los cambios en la dinámica familiar, la interacción con sus pares y sus rutinas entre otros, esto está produciendo un impacto psicológico en los mismos que puede ir exacerbándose y produciendo mayores consecuencias.

Palabras Clave

COVID-19; Niños; Psicología Infantil; Impacto psicológico; Pandemia


Abstract

COVID-19 has caused different changes in the world population, one of them has occurred in the population of children, since they are in a total alteration of the rhythm of their lives, starting with the closure of schools and with the changes in family dynamics, interaction with their peers and their routines among others, this is producing a psychological impact on them that can be exacerbated and producing greater consequences.

Keywords

COVID-19; Children; Child psychology; Psychological impact; Pandemic


Resumo

A COVID-19 tem provocado diversas mudanças na população mundial, uma delas ocorreu na população infantil, pois estão em total alteração do ritmo de suas vidas, a começar pelo fechamento de escolas e pelas mudanças na dinâmica familiar. , interação com seus pares e suas rotinas entre outros, isso está produzindo um impacto psicológico sobre eles que pode ser exacerbado e produzindo consequências maiores.

Palavras Chave

COVID-19; Crianças; Psicologia infantil; Impacto psicológico; Pandemia


Conflictos de intereses: Las autoras declaran no tener conflictos de intereses.


 

 

El Sars-Cov2 ha afectado a todo el mundo, ocasionando consecuencias en diferentes ámbitos como por ejemplo la salud física, la economía, la educación, entre otros, en este trabajo se aborda el impacto psicológico que está teniendo esta enfermedad en la población.  

La población en la que se enfoca este trabajo son los niños, constituyéndose en un período que según los estudios no resulta tan afectada por la enfermedad, sin embargo, no sólo queda afectada de forma directa por el contagio del virus sino por las consecuencias que trajo el mismo como ser las cuarentenas, los períodos de encierro y el cierre de las instituciones educativas.

Los cambios que se han dado, han llevado a que la interacción familiar sea diferente, al igual que el relacionamiento con los demás y a que las rutinas tengan que ser cambiadas, estos cambios han iniciado desde el encierro por periodos largos de tiempo y las cuarentenas produciendo este un impacto a nivel psicológico, presentando ansiedad, estrés, cambios de comportamiento y emocionales.

Los impactos psicológicos que tengan los niños a raíz de la pandemia que se atraviesa actualmente en el mundo se prevé que para algunos será de por vida (INFOCOB, 2020). La situación de encierro, las cuarentenas y la pandemia en general pueden llegar a manifestarse de diferentes maneras en relación a lo psicológico, el impacto de esta puede manifestarse en los niños en: cambios de comportamiento, cambios a nivel emocional, reacciones ante las pérdidas, posibles reacciones y riesgos como ser ansiedad o estrés, cambios en el relacionamiento y consecuencias del cierre de las escuelas, a lo largo de este trabajo se irá exponiendo cada una de estas.  

 

I Cambios en el comportamiento y a nivel emocional

Algunos cambios en el comportamiento de los niños pueden darse a partir del cambio en sus rutinas, ya que atraviesan por múltiples modificaciones en su propia vida y también en el aumento de berrinches, en cuanto a lo emocional puede encontrarse la dificultad para comprender las emociones, manifestando estas incertidumbres en cambios a nivel conductual.

Las rutinas permiten a los niños establecer las primeras nociones temporales, dotándoles de confianza y seguridad, favoreciendo la autonomía del niño y el establecimiento de hábitos propios (Morón, 2010 citado por Bedia, 2012). Estas características se ven afectadas ya que los niños atraviesan por cambios en su rutina diaria. Las cuarentenas si bien han sido un medio para evitar el contagio masivo y el colapso de los sistemas de salud, también han traído consecuencias psicosociales para los niños, llevando a un cambio en sus rutinas diarios, en su estilo y de vida y actividades (Ritwik, Mahua, Subhankar y Souvik, 2020; Dalton, Rapa, Stein, 2020 y Espada, Orgilés, Piqueras y Morales, 2020).

Otro cambio que pueda darse es el incremento de la intensidad de los berrinches, los niños pueden presentar aumento de los mismos o de la conducta demandante, aferrarse más de la cuenta los cuidadores, quejas frecuentes, irritabilidad (The National Child Traumatic Stress Network, 2020). Los berrinches y la conducta desafiante son comunes en niños hasta aproximadamente los cinco años (Papalia y Martorell, 2017), estos pueden llegar a incrementar en intensidad debido a los cambios que se presentan y las dificultades para asimilarlos.

En cuanto al ámbito emocional, se debe tomar en cuenta que mmuchos niños pequeños no comprenden que pueden experimentar reacciones emocionales contrarias simultáneamente (Brown y Dunn,1996), la mayoría de los niños adquiere una comprensión más compleja de las emociones contradictorias durante la niñez media (Harter,1996 citado por Papalia y Martorell, 2017). La situación actual puede generar en los niños diferentes manifestaciones emocionales, presentándose estás de forma simultánea y de acuerdo a la comprensión emocional y a la etapa de desarrollo en la que se encuentre podrán abordarlas.  

Si los niños a partir de los 5 a 7 años -edad en la que como refieren (Papalia y Martorell, 2017) se tiene la capacidad de comprensión emocional- no presentan la capacidad de autorregulación de emociones, misma que como mencionan (Eisenberg, Fabes y Spinrad 2006; Laible y Thompson 1998; Denham et al. 2003 citado por Papalia y Martorell, 2017) ayuda a guiar la conducta y contribuye en las habilidades de relacionamiento con los demás. Cuando los niños no son capaces de identificar y expresar sus emociones pueden llegar a presentar manifestaciones que se han encontrado, manteniendo cambios en el estado emocional y el comportamiento en niños, estos pueden ser como menciona (Orgilés, M., et al. 2020) dificultad de concentración, el desinterés, la irritabilidad, la agitación, el nerviosismo, los sentimientos de soledad, la inquietud y la preocupación.

Constituyendo a la pandemia como un evento traumático para los niños, se debe tomar en cuenta que en los niños (principalmente en la niñez media) cuando se enfrentan a eventos de este tipo como menciona (Hagan et al. 2005) citado por (Papalia y Martorell, 2017) primeramente se dan respuestas de susto, incredulidad, negación, dolor y alivio si es que sus seres queridos no hubieran resultado dañados, días después pueden presentar regresión en el desarrollo y señales de malestar emocional como ser ansiedad, temor, retraimiento, problemas del sueño, visión pesimista del futuro, juegos en relación al tema.  

 

II Cambios en el relacionamiento

Al encontrarse encerrados los niños o al no poder ir a los centros educativos o guarderías, disminución de eventos donde podrían interactuar con otros niños como ser parques, fiestas de cumpleaños y otros, la socialización y el relacionamiento se han visto afectados.  

Como mencionan  (UNICEF,2020); (Piña, 2020); (Saurabh y Ranjan, 2020) otra dificultad que se presenta en los niños por los encierros es la disminución de la socialización; esta permite que los niños desarrollen hábitos, habilidades, valores y motivos convirtiéndolos en miembros productivos y responsables de la sociedad, cuando un niño socializa con éxito es capaz de hacer suyas las normas de la sociedad (Grusec y Goodnow, 1994; Kochanska, 2002; Kochanska y Aksan, 1995; Kochanska, Tjebkes y Forman, 1998 citados por Papalia y Martorell, 2017; Papalia y Martorell, 2017).  

Si la socialización presenta un debilitamiento los niños presentarán dificultades en asumir las normas, tomándolas como fuente de recompensa o evitación de castigos, se dificultará su desenvolvimiento en la sociedad.

Es evidente, que además la cuarentena ha llevado a la reducción del contacto físico, tomando en cuenta que los niños buscan el contacto social por el confort emocional que les proporciona (Papalia y Martorell, 2017), se puede inferir que los niños también pueden presentar dificultades emocionales al no poder relacionarse con sus pares y tener una interacción que permita un contacto físico.

 

III Consecuencias del cierre de las escuelas

Debido al brote de la enfermedad en muchos lugares del mundo se han cerrado las escuelas para evitar la propagación del virus, esto ha llevado a que los niños tengan limitantes en el acceso a la educación y a las interacciones con sus compañeros, además que lleva a pérdidas potenciales en el aprendizaje y disminución en el rendimiento académico (UNICEF, 2020; INFOCOB, 2020; García, 2008).  

El cierre de las escuelas y la imposibilidad de que los niños puedan asistir de manera presencial a estos centros lleva a que se reduzca el tiempo en actividades al aire libre, disminución del relacionamiento con los pares, permite que los niños tengan mayor acceso y mayor tiempo de uso con los aparatos electrónicos, mismos que en usos excesivos pueden generar consecuencias,  

También ha llevado a que los niños utilicen en mayor medida los dispositivos electrónicos, ya sea para pasar clases virtuales o cómo medio de distracción, como mencionan (Childcare healt program (s.f.) y Zabaleta, 2012) el uso de dispositivos electrónicos genera un perjuicio para la salud física y emocional de los niños, presentando incidencias en comportamientos agresivos y violencia, afectan en el desarrollo social y las habilidades. Además de tener consecuencias negativas el uso de estos dispositivos puede ser beneficioso en el aprendizaje, con el uso adecuado de las herramientas, el problema radica cuando los padres no ponen límites en la utilización de los mismos y en el tiempo máximo para hacerlo, llevando a que se puedan presentar las consecuencias negativas, ahora como los niños tienen menos actividades recreativas, pueden llegar a usar de manera más elevada los aparatos electrónicos, llevando a que se manifiesten las consecuencias mencionadas anteriormente.  

El hecho de que los niños no asistan a los centros educativos lleva además a la reducción de la interacción social con los pares, tomando en cuenta que para el desarrollo psicológico normal y el bienestar de los niños es sustancial, existiendo mayor riesgo de generar trastornos psicológicos y psiquiátricos (Who, 2004 y Norredam, et al., 2018 citados por Saurabh y Ranjan, 2020).

Los niños mediante el relacionamiento con los pares aprenden a resolver problemas en las relaciones y a desarrollar la empatía, tomando modelos de varios tipos de conducta, además aprenden valores, y normas de los roles de género (Papalia y Martorell, 2017). Al tener disminuido el relacionamiento con los pares, los niños pueden llegar a tener disminuidas estas capacidades que son estimuladas a partir del contacto con los pares, el juego con los mismos y de la formación de amistades.

Ya sea a raíz del cierre de las escuelas o a raíz de las cuarentenas, los niños se han encontrado con limitación en el desenvolvimiento motor, aquellos que no tengan espacios amplios en sus hogares o que no mantengan actividades físicas podrían tener un retroceso en el desarrollo motriz.  

Durante la niñez se da el desarrollo de las habilidades motoras, en décadas anteriores los niños dedicaban mayor tiempo a los deportes y a las actividades al aire libre (Juster, Ono y Stafford, 2004 citados por Papalia y Martorell, 2017). Los niños actualmente debido a las cuarentenas y al cierre de escuelas se han encontrado con la falta de actividad al aire libre (Ritwik, Mahua, Subhankar y Souvik, 2020).   

Entonces se encuentra un factor de riesgo, que ya con el paso del tiempo se ha ido dando con la incorporación de los aparatos tecnológicos que ha llevado a la reducción de las actividades al aire libre en los niños, ahora al reducirse mucho más con el encierro y la falta de actividad casi obligatoria dada en las escuelas, se puede constituir un mayor riesgo en el desarrollo de las habilidades motoras.  

En cuanto al desarrollo motor de los niños este tiene el objetivo de conseguir el dominio y control del propio cuerpo, hasta llegar a sus posibilidades de acción, teniendo diferentes posibilidades para poder desarrollarlo en el entorno, el desarrollo motor se vincula con el juego físico y la actividad física que conlleva beneficios inmediatos y a largo plazo para la salud, para la autoestima y el bienestar (AAP Committee on Sports Medicine and Fitness, 1992; Council on Sports Medicine and Fitnnes y Council on School Health, 2006 citados por Papalia y Martorell, 2017; Papalia y Martorell, 2017; Sardo, s.f.; Madrona, Contreras y Gómez, 2008).  Entonces los niños al estar restringidos en su movilidad, tienen un riesgo en el desarrollo motor, el dominio de su cuerpo y el desarrollo del juego físico, afectando esto en su bienestar psicológico.

 

IV Pérdidas

Debido a las circunstancias actuales los niños se enfrentan a posibles pérdidas, atravesando el proceso de duelo, empezando desde la pérdida de la regularidad en sus actividades y yendo a la posibilidad de perder a sus seres queridos debido a la enfermedad, sobre la muerte como nos refiere (Kroen, 1996) citado por (García, 2008).

Los niños que son separados de sus padres o cuidadores durante la pandemia por diferentes razones ya sea aislamiento u hospitalización, o incluso la pérdida de los mismos son propensos a presentar problemas psicológicos, miedo a la infección y ansiedad de separación (Lui et al., 2020 citado por Espada, Orgilés, Piqueras y Morales, 2020). Al ser separados, aunque sea temporalmente, esto constituye una pérdida, generando problemas psicológicos debido al alejamiento de las figuras de apego.

Si los niños llegaran a sufrir la pérdida de un ser querido por muerte del mismo a raíz de la Covid-19, pueden en una etapa preescolar intentar preguntar por la persona fallecida, no entendiendo la noticia ya que no entienden el concepto de muerte de forma abstracta, tomando las referencias de forma literal, existiendo un predominio del pensamiento mágico, pueden considerar que es un fenómeno reversible (García, 2008; Artaraz, et al., 2017; Grupo de apoyo en emergencias Ayuntamiento Vitoria-Gasteiz, 2020).

En la escolaridad, la reacción que podrían presentar ante la muerte de un ser querido a raíz del coronavirus a un inicio sería difícil, llegando a preguntarse si ellos ocasionaron la muerte, y a tener diferentes preocupaciones, más adelante empezarán a tener comprensión de la muerte, centrando su preocupación en las consecuencias (García, 2008; Worden, 1996 citado por García, 2008).

Las manifestaciones de los niños ante la muerte o las pérdidas no serán iguales que de los adultos, incluso llegando a sentir sentimientos de culpa a raíz del pensamiento mágico y el no ser capaces de abstraer el concepto en la preescolaridad, mientras que ya cerca a la adolescencia existe mayor asimilación, pero manifestaciones en relación a las preocupaciones que pueda generar la pérdida del ser querido, acompañándose de múltiples dudas.

 

V Posibles reacciones y riesgos

Debido a los múltiples cambios que se están suscitando en la vida de los niños, se pueden generar reacciones como la ansiedad, el estrés, el trastorno del estrés postraumático o a ser víctimas directas o indirectas de violencia y maltrato, teniendo efectos ya sea de forma inmediata, a corto plazo o a largo plazo. Cada uno de estos se desarrollará a continuación:

5.1 Ansiedad

El coronavirus crea un futuro incierto, generando preocupación en su propia salud y la salud de sus seres queridos, los niños además pueden presentar preocupaciones por la escuela, los niños que ya presentaban ansiedad anteriormente pueden empeorar en estos tiempos (UNICEF, 2020).

Debido al estrés que se encuentran los niños la ansiedad tiende a incrementarse más, los niños tienen mayores temores hacia la muerte y a los peligros (Twenge, 2000; Gullone, 2000; Silverman, La Greca y Wasserstain, 1995 citados por Papalia y Martorell, 2017). (Ritwik, Mahua, Subhankar y Souvik, 2020); (UNICEF, 2020) e (INFOCOB, 2020) refieren que los niños se sienten confundidos y perdidos debido a la situación actual generando frustración y ansiedad que aumenta con la sobreexposición de los medios masivos y sociales.

Actualmente la sociedad se enfrenta a nuevos estresores relacionados a la pandemia, ya se ha encontrado que en las últimas décadas los niños se encontraban con mayores índices de ansiedad, cómo se mencionó anteriormente, tomando a la situación actual se encuentran expuestos a que estos índices puedan aumentar aún más o pueda existir un riesgo a que tengan síntomas de ansiedad debido a la incertidumbre y a la situación estresante que genera la pandemia en ellos, llegando por ejemplo a sentir ya sea miedo o ansiedad hacia su propia salud o a la de sus seres queridos.

Como exponen (Espada, Orgilés, Piqueras y Morales, 2020) y la (UNICEF, 2020) la ansiedad en niños puede manifestarse con conductas desafiantes ya sea discutiendo o negándose a obedecer, actuando de manera diferente, ya sea quedándose en silencio o manifestando enojo y/o hiperactividad, es posible que los padres tengan afectada la capacidad para reconocer y dar respuesta a las señales de ansiedad que presenten sus hijos.  

Como menciona (Espada, Orgilés, Piqueras y Morles, 2020) los niños que tienen apego ansioso pueden manifestar reacciones de ansiedad por separación debido a que en el tiempo de confinamiento y de encierro las relaciones establecidas con las figuras de apego significativas se hicieron mucho más estrechas. Además, que los niños que han sufrido pérdidas o han sido separados de sus cuidadores son más propensos a presentar problemas psicológicos, miedo a la infección y ansiedad por separación (Lui, et al., 2020 citado por Espada, Orgilés, Piqueras y Morles, 2020; (UNICEF, 2020).  

También se toma en cuenta que para que un niño genere ansiedad por separación, mostrando una ansiedad excesiva hacia la separación del hogar o de las personas que se encuentra apegada, existen como algunos de los factores determinantes el haber pasado por un factor estresante o alguna enfermedad (Papalia y Martorell, 2017), cómo lo sería la Covid-19.

5.2 Violencia

Los niños en estos tiempos han estado en riesgo, ya que en los hogares se ha incrementado la violencia y el maltrato hacia los mismos, manifestado también en el abuso y en la negligencia por parte de los progenitores o de las personas a cargo.

Hay niños a los que las medidas de confinamiento les conllevaron un mayor riesgo, siendo testigos de violencia y/o abuso. Estos actos de violencia pueden darse debido a que con el confinamiento las familias tienen mayor incidencia a presentar estrés y niveles de ansiedad intensos (INFOCOB, 2020; UNICEF, 2020).  

Debido al encierro muchos niños están en exposición tanto directa como pasiva al abuso, la agresión psicológica y/o física por parte de sus padres, esta exposición a edades muy tempranas puede dejar heridas permanentes en forma de deterioro en el desarrollo del cerebro y la esfera psicológica, habiendo incidencia más alta de presentar trastornos psicosomáticos y neuropsiquiátricos y llevar en el futuro al abuso de sustancias (Fauci, Lane y Redfield, 2020 citados por Ritwik, Mahua, Subhankar y Souvik, 2020).

Existe un riesgo de que exista negligencia, abuso e incluso explotación infantil ya que en emergencias sanitarias anteriores existió un aumento de tasas en estos tipos de violencia (Lee, 2020). El abuso puede manifestarse de forma física (lesiones corporales) o sexual y la negligencia al dejar de satisfacer las necesidades básicas del niño, llevando a deficiencias en el funcionamiento emocional y en el desarrollo (Papalia y Martorell, 2017). Los niños actualmente pueden encontrarse en hogares donde los padres o personas adultas ejerzan maltrato en los mismos, incidiendo en su esfera emocional.  

Si los niños llegan a ser testigos de violencia en el hogar o incluso si llegan a ser víctimas de violencia, esto puede generar un trauma, llevar a qué sienta angustia y a presentar un comportamiento de perturbación y distrés (UNICEF, 2020). Los niños que perciben violencia constantemente suelen tener problemas para concentrarse y para dormir, pueden volverse agresivos o naturalizar la violencia (Papalia y Martorell, 2017). Entonces al estar presentes a la amenaza de ser víctimas o percibir hechos violentos debido a que se encuentran en sus casas la mayor parte del tiempo, esto puede incidir en dificultades que se presentarán a corto y a largo plazo.  

5.3 Estrés

En este tiempo es común que los niños se sientan estresados, provocando alteraciones psicológicas, manifestando un impacto emocional y mostrándose preocupados por los cambios que manifiestan, como por ejemplo el cierre de las escuelas, las restricciones de movimiento, el cambio de sus rutinas, el bombardeo de noticias, viéndose obligados a invertir su tiempo dentro de casa con los adultos y cuidadores quiénes también se sienten estresados (Quicios, 2020; UNICEF, 2020; Espada, Orgilés, Piqueras y Morales, 2020).  

La (UNICEF, 2020) menciona que algunos signos de distrés y angustia en niños dónde ya se necesita una ayuda psicológica especializada son: dificultades para comer y para dormir, pesadillas, ser retraído o agresivo, somatizaciones, miedo a quedarse solo, conductas dependientes, nuevos miedos, pérdida del interés hacia jugar y participar en actividades lúdicas, llorar sin motivo aparente y mostrarse triste con constancia.

(Papalia y Martorell, 2017) refieren que cuando el estrés llega a niveles abrumadores puede llevar a problemas psicológicos, factores de estrés grave, como sería la pandemia pueden traer efectos a largo plazo en el bienestar psicológico de los sujetos, sin embargo, algunos pueden presentar resiliencia. Entonces si es que el niño tuviera desarrollada la capacidad de resiliencia, el impacto podría ser menor, pudiendo afrontar de forma positiva las dificultades que atrae la Covid-19.  

5.4 Trastorno de estrés postraumático

Hay expertos que señalan que los niveles de estrés postraumático son cuatro veces mayores en los niños que han pasado por una cuarentena, y que estos episodios pueden llegar a darse hasta tres años después (Ginny Sprang y Miriam Silman 2020, citado por UNICEF, 2020).

Otro riesgo para desarrollar el trastorno de estrés postraumático es la ansiedad preexistente, aquellos niños que son más ansiosos antes del desastre, en este caso antes de haberse desatado el encierro, las cuarentenas y la pandemia del COVID-19, son más vulnerables a desarrollar la sintomatología del trastorno de estrés postraumático, pese a que el grado de exposición que tengan sea mínimo (Asarnow, 1999 y La Greca et al., 1998 citados por García, 2008).

Sin embargo, tomando en cuenta que en situaciones traumáticas que generan el estrés postraumático en niños la mayoría de los niños se presentan resilientes ante el trauma (De la Barra, 2013), se puede esperar que muchos niños pese a estar atravesando por una situación traumática, algunos más que otros, pueden presentar resiliencia hacia la misma, e incluso llegar a potenciar esta capacidad.

 

VI Conclusiones

A lo largo de este trabajo se desarrollaron las consecuencias psicológicas que está trayendo el coronavirus a los niños y también se pudo predecir que otros impactos podrá tener en un futuro. Se ha encontrado diferentes consecuencias, siendo las resaltantes la ansiedad, el duelo y la pérdida, el estrés, el trastorno de estrés postraumático, problemas emocionales, de conducta y violencia.

Se ha encontrado que existe un impacto psicológico en los niños debido a la pandemia del coronavirus, ya que los mismos atraviesan un cambio en sus rutinas, dónde dejaron de asistir a los centros educativos, de interactuar e interrelacionarse con sus pares, de poder realizar actividades al aire libre, limitando sus actividades dentro de la casa y el relacionamiento con sus padres o cuidadores, y dando mayor cantidad de tiempo al uso de tecnologías y aparatos electrónicos.

Este cambio ha producido en los niños ya bastantes cambios que se han podido comprobar en investigaciones actuales, cómo también se puede inferir debido a situaciones similares, ya que la cuarentena y la pandemia se constituirían como una situación de desastre, por lo tanto, existen características similares que pueden replicarse en los niños y también en situaciones de pandemias de años anteriores.

Entre los cambios suscitados destaca además la ansiedad, el proceso de duelo debido a las pérdidas de los seres queridos y de la vida regular, estrés. Muchos niños también observan hechos de violencia o son víctimas directas de la misma, llegando a producirse problemas y traumas a raíz de esto.

Mediante este trabajo se pretende proponer nuevas investigaciones, estudiando a mayor profundidad cada uno de los impactos abordados, proponiendo líneas de acción tanto preventivas como de intervención, permitiendo preservar y velar por el bienestar psicológico de los niños.

Se ha encontrado como limitante en este estudio que, si bien existe bastante información acerca de este tema, aún no ha sido muy trabajado, siendo las investigaciones realizadas principalmente de tipo exploratorio y teórico, y teniendo menor enfoque hacia la población infantil en las investigaciones.

Se sugiere que se puedan continuar realizando investigaciones al respecto, ya que la pandemia del coronavirus continúa dándose existen bastantes brechas abiertas para realizar investigaciones y dar respuesta a múltiples dudas que se van suscitando, o existen consecuencias que aún no se han presentado y es importante investigarlas y analizarlas, además de plantear métodos de intervención para poder disminuir o evitar determinadas consecuencias.

Los psicólogos y los profesionales vinculados a la salud mental tienen una tarea muy importante, que es la protección de la salud mental de los niños siendo una población vulnerable a todos los hechos que se están presentando, en base a la información encontrada se puede inferir que existen diferentes consecuencias que pueden afectar a los niños en el futuro, siendo importante el actuar incluso antes de que finalice la pandemia.

Es importante tomar medidas al respecto para poder apoyar a los niños y no descuidar a esta población, desde la parte preventiva, tomando en cuenta posibles impactos como ser el trastorno de estrés postraumático, dificultades emocionales, depresión y otros trastornos que puedan desarrollarse o aflorar debido a las circunstancias actuales, también tomando en cuenta aquellos signos que ya se están presentando realizar medidas para evitar que estos puedan exacerbarse y para disminuirlos.

 

Referencias Bibliográficas

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