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Revista de Investigacion Psicologica

versión impresa ISSN 2223-3032

Revista de Psicologia  n.9 La Paz  2013

 

ARTICULO ORIGINAL

 

EL SUJETO EN LA CIENCIA PSICOLÓGICA

 

 

Porfidio Tintaya Condori62

 

 


Resumen

El artículo es una investigación que indaga sobre la relación de la identidad personal con la motivación, con los objetivos y proyectos de vida de los sujeto. Se constata que los objetivos y proyectos de vida son criterios con los que se define y construye la identidad. La afirmación de la identidad personal es una forma de expresar y recrear el devenir del sujeto.

Palabras clave

Identidad, objetivos de vida, motivación, utopías, devenir personal.


Summary

The article is an investigation that investigates on the relationship of the personal identity with the motivation, with the objectives and projects of life of the fellow. It is verified that the objectives and projects of life are approaches with those that he/she is defined and it builds the identity. The statement of the personal identity is a form of to express and to recreate becoming of the fellow.

Words key

Identity, objectives of life, motivation, utopias, to become personal.


Resumo

O artigo é uma investigação que investiga na relação da identidade pessoal com a motivação, com os objetivos e projetos de vida do companheiro. É verificado que os objetivos e projetos de vida são aproximações com esses que ele/ela está definido e constrói a identidade. Adeclaração da identidade pessoal é uma forma de expressar e divertir restando do companheiro.

Palavras teclam

Identidade, objetivos de vida, motivação, utopias, ficar pessoal.


 

 

I. INTRODUCCIÓN

Este artículo es la versión inicial de un informe de investigación que trata sobre la concepción que la ciencia psicológica tiene del sujeto humano en el estudio de la conducta y de los procesos cognoscitivos.63Se analiza los presupuestos del que parten las diversas teorías psicológicas (conductismo, psicoanálisis, psicología cognitiva y psicología humanista) para comprender tanto al sujeto como a los procesos psicológicos.

El propósito de este trabajo es, por un lado, mostrar los límites de los presupuestos que hay sobre el "sujeto psicológico" y, por otro, articular los aportes de estas teorías en una concepción que permita comprender al sujeto como una organismo vivo. Particularmente, busca analizarel modo de ser y obrar de uno de los miembros importantes en la vida de las comunidades aymaras, como es el jilaqata o mallku(autoridad originaria de la comunidad) y el qamani (persona que cuida el equilibrio ecológico) o tumpiri (persona que cuida la comunidad). A partir de este análisis se pretende describir el sentido de vida del sujeto humano y la organización y desarrollo de su subjetividad.

Como toda realidad, la subjetividad humana es compleja. En consecuencia, este trabajo no pretende resolver el problema planteando una alternativa "complejizadora" del sujeto y de los procesos psicológicos. Pero el debate fundamental está en hacer psicología desde la racionalidad moderna que reduce la realidad psíquica a partículas elementales y pretende totalizar lo psíquicoen torno a la lógica de estos elementos simples, ohacer una psicología en el marco de la racionalidad transmoderna que busca cuidar la armonía de la vida psíquica del sujeto que convive en una comunidadsocial, natural y simbólica concreta.

Como resultado concreto, este artículo presenta la descripción inicial de las responsabilidades que desempeñan el qamani o tumpiri con relación al cuidado de la comunidad. Esta descripción de basa en observaciones realizadas en la población de San José Qala (provincia Carangas, Oruro) y en entrevistas efectuadas a autoridades y ex-autoridades originarias el mismo pueblo.Aparentemente, comprender el origen, la organización y el desarrollo de la vida psíquica a partir del modo de obrar y de la ética de cuidado que ejerce el qamani o tumpiripuede ser otra forma de simplificar. Sin embargo, es necesario distinguir dos formas de concebir la relación del todo con las partes. Desde la perspectiva lineal (paradigma simplificador), el todo es la suma de las partes, la parte es una unidad disgregable del todo, la estructura y dinámica del elemento determina la organización y desarrollo del todo. En cambio, desde la perspectiva no lineal (paradigma de la complejidad), el todo es más que la suma de las partes, la parte es un complemento que participa en la recreación del todo, la estructura y dinámica del todo está determinada por su capacidad de auto-organización.64 En consecuencia, para la primera, el elemento es una unidad discreta y autónoma cuyo principio de acción es capaz de explicar y controlar el todo. Mientras que para el segundo, el elemento es una realidad que coopera en la comprensión y organización del todo. En esta dirección, el primero emplea modelos (empíricos o teóricos) o metáforas (hombre máquina, hombre computadora) de comprensión para describir y explicar el modo en que las facultades del elemento determinan el todo. El segundo emplea modelos y metáforas (figuras fractales) para describir y explicar el modo en que el todo se organiza y desarrolla.

En el ámbito de la psicología, el modo de obrar del qamani o tumpiri en la comunidad es una metáfora que ayuda a comprender el origen, la organización y el desarrollo del sentido de vida del sujeto. Es una metáfora que se erige en el marco de la racionalidad de la vida que recoge los aportes del paradigma de la complejidad, de la teoría de sistemas no líneas, de la filosofía de la liberación, de la geometría fractal y de los saberes de los pueblos originarios de Latinoamérica y de la psicología sociohistórica. El propósito es desmontar la racionalidad instrumental que sostiene a las teorías simplificadoras de la psicología. Rescatar aquellos conceptos que describen procesos de la realidad para incorporarlos en un cuerpo teórico que responda al imperativo categórico de cuidar la vida del sujeto y de su subjetividad.

El análisis y reflexión sobre los límites y alcances de la categoría sujeto tuvo importantes avances en el campo de la sociología, antropología, ética, filosofía y epistemología. Alain Touraine (2002), Edgar Morin (2002), Josef Estermann (2006), Enrique Dussel (1998), Franz Hinkelamert (1995) y otros han determinado importantes dimensiones del sujeto como organismo humano. En el campo de la psicología, los trabajos de Humberto Maturana (1996) y Lev. S. Vygotski (1995) y Fernando González (2002) han dado importantes contribuciones en la comprensión de la subjetividad del sujeto. Los aportes de éstos tres últimos aún son periféricos, pero constituyen referentes importantes con los que se interpela la visión tradicional del sujeto psicológico concebido como máquina, ordenador, sistema físico, químico o social.

 

II. PROBLEMA Y OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN

Uno de los problemas que observa y vive tanto en el ámbito académico como en el ámbito profesional de aplicación en la psicología educativa, clínica y organizacional es la presencia de una concepción incongruente sobre el sujeto, de los procesos psicológicos y del comportamiento humano. Quienes quieren estudiar y trabajar en el campo de la psicología se ven obligados a posicionarse como psicoanalistas, cognitivistas, humanistas o sistémicos. Quien busca ser psicólogo debe asumir presupuestos poco o nada íntegros para comprender al sujeto humano. Esta es la irracionalidad que hay que asumir para hacer terapia.

Esta práctica, genera múltiples sesgos teóricos y prácticos: por ejemplo, simplificar la comprensión de la subjetividad humana, sus procesos cognitivos, intensidades afectivas, configuraciones de sentido y sus desplazamientos socioculturales, a procesos de descodificación, codificación y computo de información propio de los ordenadores. Las categorías y supuestos teóricos de las corrientes psicológicas fundadas en los modelos mecánicos, informáticos y sistémicos entorpecen la efectiva comprensión de la vida del sujeto, de sus necesidades y horizontes de realización.

El problema expuesto es efecto de un problema epistemológico y ontológico, es decir, es un problema paradigmático, no de paradigma científico, sino de paradigma social o concepción de mundo con el que se comprende y ordena la realidad, la vida y actividad humana, como también los objetivos y procedimientos de la actividad científica. La incongruencia tiene su origen y sustento en la racionalidad moderna cuyo principio de razonamiento fundamental es simplificar la realidad a elementos esenciales. En este marco, la psicología a través de distintas teorías (regidas por la competencia individual) simplifica al ser humano y a su subjetividad en elementos simples como la percepción, el inconsciente, la conducta observable o los procesos cognitivos. La psicología como disciplina moderna es una ciencia simplificadora.

El problema de investigación que se busca dilucidar en este estudio se expresa en dos grandes cuestiones. Por un lado, conocer los límites y alcances que tienen los modelos hombre máquina, ordenador y sistema físico, químico o social que se asumen para comprender al sujeto humano y, por otro, conocer si el jilaqata o mallku de las comunidades aymaras puede ser un referente para comprender la complejidad del sujeto como organismo vivo y su subjetividad. Esto significa por ejemplo, saber si la máquina, ordenador, sistema (físico, químico o social) o el jilaqata/ mallku son modelos apropiados para comprender las dimensiones reflexivas, afectivas y sociales del sujeto, de su subjetividad y conducta.

Las interrogantes que se responden en este informe son.

¿Cuáles son los límites y alcances que la ciencia psicológica tiene en cuanto a la concepción del sujeto de observación, investigación, diagnóstico e intervención?

¿Qué ventajas y desventajas conlleva comprender la conducta y la vida psíquica de los sujetos humanos a partir de modelos como la máquina, el ordenador o el sistema (físico, químico o social)?

¿De acuerdo con el proceso de formación de los procesos psicológicos superiores planteada por Vygotski, la forma de obrar del qamani o tumpirison cooperaciones sociales que devienen en operaciones psicológicas?

¿El sentido de cuidadode la comunidad que caracteriza al modo de obrar del qamani o tumpiri puede constituirse en una metáfora para comprender y construir al sujeto humano como unidad de observación de la ciencia psicológica?

Para responder a estas interrogantes se han formulado los siguientes objetivos de investigación.

Determinar los límites y alcances que la ciencia psicológica tiene en cuanto a la concepción de sujeto como unidad de observación, comprensión e intervención

•    Identificar los procesos, experiencias y sentidos que caracterizan al modo de obrar del qamani otumpiri como cuidadores de la armonía y el equilibrio de la comunidad.

•    Determinar los procesos y las experiencias que caracterizan al sentido de cuidado del qamani o tumpiri de forma que permitan a la ciencia psicológica asumirlo como la organización y modo de desarrollo de la subjetividad del sujeto.

La hipótesis que orientó esta investigación fue formulada en los siguientes términos: "El modo de ser y obrar (reflexividad, afectividad y responsabilidad) del qamani otumpiries un modelo conceptual y procedimental que ayuda a comprender la naturaleza, organización y desarrollo del sujeto y de su subjetividad".

El propósito final de esta investigación fue: primero, interpelar y desmontar las categorías y los modelos teóricos con los que se simplifica y sesga la comprensión del sujeto y de su subjetividad; y segundo, a partir del análisis de las cualidades que tiene el jilaqata/mallku como modelo de comprensión del sujeto humano, contribuir en el desarrollo de una ciencia psicológica capaz de producir saberes que permitan cuidar efectivamente el sentido de vida del sujeto en la comunidad en el que se desarrolla.

 

III. METODOLOGÍA

El diseño de investigación que se sigue en este estudio es la investigación transversal descriptiva. Con esta estrategia metodológica, se pretende conocer los procesos implicados en el modo de obrar del jilaqata/mallku. Es una investigación emergente que busca descubrir hechos y construir un sistema de conceptos que permitan comprender al sujeto a partir de las dimensiones que caracterizan a las maneras de obrar de la autoridad originaria de las comunidades aymaras.

La variable de investigación que se estudia en este trabajo es el sentido de obrar del sujeto. Las dimensiones que se consideran son la responsabilidad, reflexividad y afectividad del jilaqata/mallku, y los indicadores quese medirán son los tipos de conceptos que describen la reflexividad, afectividad y responsabilidad del sujeto y el tipo de actividades sociales, productivas, políticas y culturales.

Las poblaciones específicas donde se efectuaron las indagaciones respectivas son jóvenes, adultos jóvenes y adultos mayores de la población de Tuqi Ajllata, provincia Omasuyos, y Puerto Acosta, provincia Camacho, ambos del departamento de La Paz. La población que se estudiada es una muestra no probabilística, específicamente es una muestra de sujetos tipo. En la evaluación se tomaran en cuenta ciertas variables atributivas de estas autoridades como el sexo, edad, nivel de escolaridad y creencia religiosa. Se entrevistó y observó a diez sujetos seleccionados de acuerdo al grado de accesibilidad.

Como técnicas de investigación se emplearon las entrevistas, la observación y la aplicación de las técnicas de composición. En este estudio, la técnica proyectiva empleada fue la técnica de composición. Por medio de ésta, el sujeto compuso y escribió las ideas que fluyen o elabora en torno a un título general. Concretamente, el título que se empleó en esta técnica fue: "Mi obrar como jilaqata/mallku". La técnica va a ser aplicada de forma colectiva con una duración de 20 a 30 minutos.Se efectuaron tanto observaciones no participativas como observaciones participativas. Para el acopio de información sobre las actividades, modos de ser y obras de los sujetos se emplearan los registros de observación. La principal técnica empleada fue la entrevista en profundidad. Con ésta se indagó la misión del jilaqata/mallku en la comunidad, así como su percepción sobre el valor de esta responsabilidad en la organización y desarrollo de la comunidad.

 

IV. MÁQUINAS, COMPUTADORAS Y ESTRUCTURAS

El tumpiri es una metáfora potencial para redefinir la misión de la ciencia psicológica. Hasta el momento, la psicología asumió metáforas que poco a nada han ayudado a comprender la organización y desarrollo de la vida psíquica. Las metáforas tomadas de otras disciplinas para comprender el objeto de estudio de la psicología no han hecho más que desnaturalizar la subjetividad humana y reducirla a elementos y procesos parciales y sesgados. En esta dirección, también se asumieron métodos de investigación de las ciencias naturales y matemáticas que se han tornados en procedimientos restringidos que, por un lado, simplifican el objeto de estudio de la psicología y, por otro, simplifican las técnicas y los instrumentos de acopio, registro y análisis de los desplazamientos y de las creaciones de la subjetividad del ser humano.

En el curso de la historia de la psicología, se asumieron distintas metáforas que han modelado y sostenido la comprensión de la vida psíquica de los sujetos. Entre los más importantes está la metáfora del "hombre-máquina" asumido por el conductismo. John Watson (1913) y Frederic B. Skinner (1976), plantean que la psicología debe estudiar hechos observables, medibles, controlables y predecibles. En tal sentido, concibieron al sujeto como un organismo mecánico cuya conducta desencadenada por estímulos ambientales era más importante que los estados-procesos de conciencia, pensamientos y sentimientos.

Una segunda metáfora es el "hombre-ordenador" o computadora promovida por la psicología cognitiva. Se concibe que la organización y la actividad psíquica funcionan como una computadora. Los procesos psíquicos o la vida mental se reducen a procesos cognitivos que recepcionan, seleccionan, organizan, almacenan, recuperan y emiten información. Los procesos cognitivos al decodificar y codificar la información determina conductas y experiencias afectivo-emocionales específicas.

Otra metáfora que se asume para comprender lo psíquico son las estructuras formales o sistemas funcionales. Por un lado, el sujeto y su subjetividad es efecto de las propiedades de combinación que caracterizan a las estructuras formales, simbólicas, sincrónicas e inconscientes que se suspenden sobre la realidad concreta. Desde esta perspectiva, la ideología, las relaciones de fuerzas (poder) o el lenguaje son estructuras sociales abstractas que maquinan de forma inconsciente las prácticas discursivas y no discursivas, los saberes y las verdades, las conductas, estilos y sentidos de ser de los sujetos. Por otro lado, está el sujeto y su subjetividad como elemento funcional de los sistemas (biológicos, físicos, químicos, sociales o de información). El individuo y su vida psíquica sólo existen y tienen sentido por el lugar que ocupan en el sistema racional,65 en cuanto engranan y sostienen el sistema por medio de un rol determinado por el mismo sistema.

Con base a lo brevemente expuesto, se señalan los límites del sujeto (unidad de observación) y del objeto de estudio (conducta o procesos mentales) de la psicología que se observan en las metáforas indicadas:

•    Sujeto desnaturalizado: concebido como máquina, computadora, sistema funcional o abstracto, despojado de su condición de organismo vivo, nada humano.

•    Sujeto desocializado: sujeto de laboratorio, de ambientes formales (aulas o consultorios clínicos) aislados de la comunidad real, de la historia, de las asimetrías sociales.

•    Sujeto desubjetivado: racionalizado o intelectualizado, sin sentimientos y emociones, sin cuerpo propio, sin subjetividad ni sentido de sí mismo.

•    Sujeto funcional: reactivo a los estímulos del ambiente-sistema, mero procesador de información formalizada, actor eficaz que codifica y decodifica información racional, que desempeña roles y sigue las normas del sistema social.

•    Sujeto individualista: individuo que se comporta fundado en los principios de libertad, competencia, mejoramiento y triunfo personal. Hace de la libertad un medio para generar desequilibrios sociales y ascender a niveles superiores de la escala social.

•    Sujeto con ética instrumental y discursiva: instrumental en cuanto actúa eficazmente organizando los medios con el mínimo costo para obtener el máximo beneficio particular; y discursiva en cuanto articula consensos para alcanzar sus pretensiones de validez y poder particulares.

•    Sujeto pasivo: reactivo ante los estímulos, actitud acrítica ante el sistema social asimétrico, acrítico ante sus orientaciones y sentidos de vida regidos por la racionalidad moderna y posmoderna.

•    Contexto formal: medio ambiente abstraído de la realidad y formalizado por normas e imaginarios que hacen de la realidad social un contexto neutral e ideal lejos de la exclusión, desigualdad, pobreza, explotación, dominación, delincuencia, drogadicción, etc.

•    Sujeto monocultural: se erige en el laboratorio de la cultura moderna, se desentiende de la diversidad cultural (interculturalidad) y se realiza en una cultura particular hecha universal y superior mediante la fuerza militar y tecnológica.

•    Sujeto normalizado: disciplinado por el sistema social, orientado a adaptarse al sistema, asume activamente los modelos modernos y posmodernos, la racionalidad instrumental y discursiva.

•    Simplificación psicológica: objeto de estudio de la psicología es reducido a conductas y control de estímulos ambientales, a procesos de percepción, pulsiones inconscientes o procesos cognoscitivos.

•    Simplificación metodológica: los procedimientos de investigación son reducidos a metodologías deductivas o inductivas que simplifican el objeto de estudio, son reducidos a técnicas e instrumentos cuantitativos y cualitativos que simplifican la metodología.

En resumen, las metáforas más importantes que las diversas corrientes psicológicas asumieron para comprender e intervenir el comportamiento y la mente humana fueron máquinas mecánicas y computarizadas, modelos ahistóricos, desubjetivados, descontextualizados, formalizados y monoculturales. El sujeto humano, en tanto organismo vivo que vive en una comunidad concreta socialmente estructurada e históricamente específica, está lejos de ser aprehendida por la psicología moderna caracterizada como una ciencia simplificadora.

 

V. EL TUMPIRI

Hay varias concepciones sobre el sujeto: la concepción del sujeto racional propio del pensamiento moderno (por una lado, el sujeto activo individual y, por otro, el sujeto pasivo sujetado por el sistema), del sujeto hedonistico propio de la concepción posmoderna, el artor social sin sistema. Zygmun Bauman (2003), describe varios tipos de sujetos sobre la base de modelos o figuras que representan a los actores modernos y posmodernos. Entre las figuras modernas están el peregrino66 y el migrante, y entre las figuras posmodernas están el nómada, vagabundo,67 paseante, turista y el jugador. Pero en los siguientes párrafos, se describe el tumpiri, una metáfora que representa al actor transmoderno, a aquel que se construyea partir de los saberes y modo de obrar de los sujetos (padres de familia o autoridades) de los pueblos originarios de América Latina.

Tumpiri, uma metáfora transmoderna

Tumpiri deriva del verbo tumpaña68que significa visitar (Gómez 2004: 230). Otras voces que se conjugan a partir de éste son: tumpasiña = echarse de menos, tumpt'aña = visitar un momento, tumpaniña = ir a visitar y tumpiri = el que visita. Tumpaña es un acto, una forma de obrar del jaqi (sujeto) aymara que consiste en visitar a personas, familias, tierras, ganados y lugares sagrados. En consecuencia, el tumpiri es la persona que visita y cuida de las personas, familias, sembradíos, animales y dioses. En realidad, el tumpiri es una metáfora que expresa la tarea de cuidar la comunidad, en general representa la forma de obrar del jaqi (sujeto) aymara, específicamente, del mallku/ jilaqata (autoridad originaria), del qamani (cuidador ecológico) y del padre de familia.

En las comunidades aymaras, el visitar es una actividad de iniciativa personal o familiar definida por el sentido de cuidado hacia los seres queridos (familiares), ganado, sembradío y dioses. Pero también es una responsabilidad que deben efectuar los padres/madres de familia y las autoridades originarias (jilaqata/ mallku). El visitar a las familias (utanaka = casas o utjäwinaka=hogares) es una tarea-obligación del jilaqata, una misión que consiste en dialogar y compartir con las familias de la comunidad, un encuentro necesario que debe celebrarse para componer la convivencia solidaria en la comunidad.

El acto de visitar no es un transitar apático o aventurero que consiste en caminar, observar y atravesar lugares o personas tal como lo hace el vagabundo o el turista, sino una responsabilidad colectiva que consiste en conocer y apoyar a los seres vivos con los que convive (personas, tierras, animales y dioses). Visitar es un quehacer humano que consiste en presentar o realizar el imperativo categórico de cuidar la comunidad natural, humana y simbólica en la que vive el sujeto. En este sentido, visitar implica procesos de indagación como observar (ver la presencia y el comportamiento de los fenómenos) y conocer (enterarse y saber de los procesos que ocurren), y procesos de colaboración como comunicar (informar y orientar la toma de decisiones y acciones), animar (alentar la realización de tareas y proyectos), colaborar (participar en la realización de trabajos o en la construcción de la armonía individual y familiar), integrar (articular y establecer el diálogo con todos los elementos/miembros de la comunidad) y criar (engendrar, alimentar, custodiar y encaminar seres vivos (personas, animales, sembradíos y tierras con valores que puedan sostener el equilibro en la comunidad y a vivir en armonía entre todos los miembros que componen la comunidad).

La visita en tanto acto de cuidar no se circunscribe al ámbito agropecuario de las comunidades aymaras. Este acto de cuidar puede extenderse a las relaciones que se desarrollan en las relaciones sociales, culturales y tecnológicas en las urbes modernas como la ciudad de La Paz y otros. Tómese en cuenta la siguiente relación de un taxista con su auto. "A los autos se los debe tratar bien, hay que cuidarlos, ch'allarlos, limpiarlos con cariño y hablarles como si fueran personas. Si haces esto, los autos arrancan bien, trabajan con ganas y te llevas bien con tu auto. Hay que cuidarlos". Esta relación simbólica es vital para comprender el sentido de cuidado que ejerce el tumpiri a través de las visitas que hace. El tumpiripuede ser el vecino que va a saludar a otro, el amigo que va a verse con otro, la ama de casa que da una vuelta por las habitaciones para conocer y arreglar el bienestar del hogar, la familia que va a un lugar turístico para conocer, el estudiante que va a la biblioteca para informarse, el internauta que visita páginas web o revistas de internet, el ingeniero que inspecciona las obras en construcción, el curandero que visita para examinar a un enfermo, el padre de familia que viaja para encontrarse con sus hijos, dirigente sindical que asiste a una familia que atraviesa un momento difícil, la pareja que acude a un lugar sagrado para comunicarse con los dioses, el representante que va a la ciudad o a otro país para conocer y gestionar condiciones para el desarrollo de su comunidad.

La responsabilidad del mallku/jilaqata de visitar a las familias es una tarea que se efectúa por lo menos dos veces en el año: en año nuevo o carnavales y en todos santos, también en situaciones especiales como en casos de muerte, enfermedad o para emprender proyectos. El propósito de esta visita es conocer y apoyar el bienestar en la familia en general, la salud de los miembros, la marcha de la producción. Visitar a las familias es una forma concreta de cuidar la armonía en la comunidad, la buena convivencia entre elementos humanos, naturales y simbólicos.

La visita a las familias o es un acto maquinal o instintivo, no es un proceso instrumental y discursivo, sino es un ritual de celebración, es una fiesta de convivencia, un proceso simbólico de constitución permanente de la comunidad. Generalmente se procede de modo solemne basado en el respeto, en la confianza y en la observación de las normas de convivencia de la comunidad. Se desarrolla de forma protocolar: empieza con el akhulliku (compartir coca), sigue con el tratamiento del asunto (informar, intercambiar ideas, resolver, aconsejar y recomendar) y termina con el servirse y compartir un plato de comida preparada por la familia anfitriona.A través de este ritual se celebra el vínculo afectivo, el modo de vivir, la producción, la salud y las esperanzas de la familia y de la comunidad.

La visita esun ritual de concurrencia donde se escucha y colabora, de cuidado donde se vigila y acompaña la vida de la familia. Es establecer y vivir un cometido se genera conocimiento, entendimiento, afecto y compromiso entre personas, familias y la comunidad toda. En este escenario, el mallku/jilaqata es reconocido como una persona sabia (yatiwa=sabe -conoce, comprende y hace). No es aquel que tiene conocimientos y habilidades, sino una persona conocedora y hacedora. El mallku/ jilaqata es una persona reflexiva, prudente, equilibrada en sus tareas de comprensión y apoyo. Actúa observando los preceptos de la comunidad, aprende las necesidades, experiencias y saberes de la gente y a través de recomendaciones (ijwa=recomendación) y del ejemplo enseña los saberes y la ética de cuidado de la comunidad.

La visita a las familias es una fiesta de convivencia, un proceso en el que se presenta comprensión y afectividad como condiciones para generar y sostener la armonía de la comunidad.En este contexto, el mallku/ jilaqata es un chakana (puente, mediador) que rearticula la comunidad, conecta a las familias, genera diálogo entre las familias, genera un sentimiento de pertenencia a la comunidad, identidad y armonía.

Cuidado de la vida

El mallku/jilaqata es una autoridad que gobierna cumpliendolos preceptos y las decisiones de la comunidad. El principal mandato que la comunidad asigna al mallku/jilaqata es cuidar la comunidad:defender, reproducir y conservar la vida de la comunidad cuidando la dignidad de cada uno de los miembros que componen el equilibrio y la armonía de la comunidad. Las familias, personas, animales y plantas son sus hijos, sus críos o descendientes. El mallku/ jilaqata es reconocido como awki (padre), y como padre tiene la responsabilidad de cuidar a sus hijos, de criarlos, es decir, engendrar, alimentar, custodiar y encaminar personas (seres vivos) con valores y saberescapaces de sostener el equilibro y la armonía en la comunidad. Es considerado como un tamani(pastor) que cría sus ovejas y llamas.

El modo de ser y obrar del mallku/jilaqataestá regido por la ética del cuidado de la vida de la comunidad. No es una ética de la responsabilidad cualquiera, sino el imperativo categórico de defender, producir, reproducir y conservar la vida de la comunidad, esto es la convivencia solidaria, el sentido de pertenencia, su dignidad e identidad. Su magistratura, saberes, valores, identidad definida como padre, mediador, pastor, hermano mayor, su sentido de cuidar o cría su comunidad se fundan en la ética del cuidado de la vida. Su forma de ser, obrar y vivir lo presenta y recrea cumpliendo este imperativo (obligación), aprende experiencias y saberes de sus hermanos (ascendientes y descendientes) que componen su comunidad. Mediante observaciones, encargos y ejemplos enseña la responsabilidad de cuidar la convivencia armónica de la comunidad.

Enseñanza del cuidado de la vida

La ética de cuidado de la comunidad es un precepto o realidad simbólica que se construye a través de un llamativo proceso de enseñanza y aprendizaje. En cuanto a la enseñanza, es un proceso de organización y disposición de condiciones, preceptos y procesos de cuidado de la comunidad que facilitanel aprendizaje el sentido de servicio a la comunidad. Los actores, objetivos y contenidos y métodos de enseñanza se describen en el siguiente esquema.

•   Yatichiri (maestro): autoridades, adultos, adultos mayores, padres ypersonas expertas.

•  Objetivo: formar jaqi (personas) o ciudadanos con sentido de cuidado de la comunidad.

•  Contenidos: Saberes (preceptos, valores, procedimientos, recursos) válidos en tanto componen el sentido de cuidar la vida de la comunidad.

•  Métodos:

• Modelo: forma de ser y obrar íntegros de autoridades y adultos.

•   Recomendaciones (ijwa): conjunto de preceptos, valores, saberesy actuaciones que se aconsejan observar y seguir.

•   Instrucciones: proporcionar indicaciones que guían la realización efectiva de operaciones y procedimientos que conllevan las tareas o responsabilidades.

•   Asignación de tareas: dar tareas o asignar labores (cuidar ganados, sembradíos), ordenar el cumplimiento de responsabilidades específicas (cuidar a adultos mayores y menores, etc.)

Aprendizaje del cuidado de la vida

Con relación al aprendizaje, la asimilación de las enseñanzas también es un proceso complejo y rico.El niño, el adolescente y el adulto tienen a las responsabilidades que se desarrollan en el hogar,a los sembradíos y al pastoreo como los escenarios de aprendizaje más importantes, le siguen en importancia las asambleas, los juegos y los recorridos a la ciudad. Estos escenarios son espacios de aprendizaje de saberes prácticos (cuidado del hogar, de la siembre y del ganado) como también reflexivos (concepciones y valores). El aprendizaje en estos escenarios es proceso de interiorización de experiencias que se disponen en el hogar, relaciones interpersonales, en las tareas agrícolas y en la comunidad en general. Estos aprendizajes son experiencias que alimentan el sencido de cuidado de la comunidad, de la vida de la naturaleza, de la comunidad y del mundo simbólico.

De acuerdo con Vygotski (2000: 150), la interiorización es un proceso que traslada la conducta al interior. Transforma las cooperaciones sociales (relaciones colectivas, intersubjetivas) en operaciones mentales (relación individual, intrasubjetiva). En este marco, el aprendizaje es un proceso de interiorización mediante el cual los saberes sociales procedimentales, conceptuales y afectivos que circulan en la comunidad se convierten en saberes personales: conocimientos, valores, habilidades, responsabilidades, convicciones y motivaciones individuales.

Todo ser humano en su infancia se ha desarrollado en una colectividad como el hogar, los grupos de amigos y la escuela, y posteriormente en la organización laboral, en las relaciones académicas y colectivas de diverso tipo. El sujeto internaliza los saberes sociales (relaciones y cooperaciones sociales) y las ha convierte en saberes personales, las cooperaciones sociales las trasforma en operaciones mentales. En este marco, el jilaqata/mallku tiene una historia de aprendizajes en la que su actual personalidad es producto de la interiorización de las relaciones sociales, de los saberes colectivos.

De modo específico, el sentido de obrar del jilaqata/mallku es producto de la interiorización de las responsabilidades sociales de cuidado de la comunidad en responsabilidades personales de cuidado de la comunidad. El sujeto es un ser social, al igual que la subjetividad de todo niño, adolescente y adulto, la subjetividad del jilaqata/mallku tienen un origen social y se recrea socialmente con las responsabilidades que desempeña actualmente. El desarrollo psicológico de los sujetos de las comunidades de lengua aymara aprenden a ser personas a partir de un proceso de interiorización de las responsabilidades de cuidado de la comunidad. La ética de cuidado de la comunidad deljilaqata/mallkues producto de la interiorización de lasprácticas sociales de cuidado de la comunidad.

En cuanto a los contenidos del aprendizaje, desde su niñez el jilaqata/mallku aprende saberes que tienen que ver con la responsabilidad de cuidar el sembradío, el ganado y los quehaceres de la casa. Esto implica el aprendizaje de principios que rigen la conducta individual y colectiva (valores de relacionalidad, complementariedad, reciprocidad, armonía), las habilidades de sembrar, cosechar, pastoreo y actividades domésticas, conocimiento de la naturaleza (comportamiento de los animales, de las plantas, de las tierras y de los fenómenos atmosféricos), conocimientos de los roles de los niños, adolescentes, adultos y autoridades de la comunidad, conocimiento y comunicación con los dioses (pachamama, achachilas, pukaras, illas, etc.).

En las familias aymaras que viven en las áreas rurales el aprendizaje de la vida se da a través de varias formas. Entre estos están la observación, imitación, escucha, seguir instrucciones, juegos y la realización de tareas. En estas formas de aprendizaje participan procesos prácticos, reflexivos y afectivos.

  • Observar: observación de desempeño de roles sociales, actividades laborales, comportamiento de la naturaleza. Se aprende observando.
  • Imitar: más que reproducir una actividad o conducta es hacer/desarrollar una conducta/actividad observando lo que hacen lo otros. Se aprende haciendo lo que otros hacen
  • Escuchar: oír y comprender las indicaciones, reflexiones y pensamientos de los adultos, adultos mayores, de las autoridades y de los expertos. Se aprende escuchando losprincipios o guiones de acción.
  • Seguir las instrucciones: realizar las operaciones de una tarea o la secuencia de actividades de acuerdo con las indicaciones de un experto. Se aprende observando los guiones o esquemas de acción.
  • Jugar: la actividad lúdica es un escenario donde el sujeto expresa su forma de ser y vivir (pensar, sentir y actuar), pero también se aprende integrando la forma de ser y vivir de los otros jugadores. Se aprende jugando.
  • Realizar tareas (obrar, trabajar): se asimilan experiencias, habilidades, conocimientos valores e identidad al momento de realizar o ejecutar las tareas. Se aprende haciendo, obrando, trabajando.

El aprendizaje del cuidado de la vida es producto de la interiorización de actividades observadas, imitadas, escuchadas, acatadas, recreadas en los juegos y en las actividades designadas. La responsabilidad de cuidar la vida de la comunidad se aprende observando, escuchando, imitando, siguiendo instrucciones, jugando y haciendo las tareas. La responsabilidad que tiene el jilaqata/mallku de defender, producir, reproducir y conservar la armonía de la comunidad se construye con la internalización de saberes de comprensión y construcción de la comunidad desde la infancia en la familia, escuela y comunidad en general. La ética de cuidado de la comunidad que tiene el jilaqata/mallku no es otra cosa que la internalización de la ética de cuidado de la comunidad que tienen los miembros de la comunidad (adultos, adultos mayores, autoridades originarias y otros).

El sujeto individual (jilaqata/mallku como persona, niño, adulto) o colectivo (jilaqata/ mallku como autoridad, grupos y comunidad), si bien se aprende en condiciones intersubjetivas (cooperación con expertos, adultos), internaliza intrasubjetivamente, es decir, el sujeto es quien construye su forma de ser y vivir.El aprendizaje es un proceso de articulación de condiciones intersubjetivas (saberes significativos y procedimentales) y la transformación de éstas en condiciones intrasubjetivas. Por eso, el aprendizaje es un proceso que consiste en transformar la subjetividad social (saberes de cuidado de la comunidad -objetivos, significados y procedimientos-, sentido de pertenencia, identidad social e identidades individuales, respeto, responsabilidad) en subjetividad personal (saberes de cuidado de la comunidad, de las personas y de sí mismo -objetivos, significados y procedimientos-, sentido de pertenencia, identidad personal y social, respeto, responsabilidad).

Deseo de ser autoridad de la comunidad

Una de las motivaciones que tienen los sujetos aymaras es llegar a ser autoridad de la comunidad. Ser jilaqata es un objetivo de vida para muchos jóvenes y adultos jóvenes, es una orientación de realización personal, una investidura que hace de la gente personas honorables y respetables como también de realización social (posibilidad de obrar en grande por la comunidad). La aspiración de ser jilaqata es un objetivo que genera en los postulantes a desarrollar una carrera de servicio a la comunidad más que de política.

EJEMPLO 1.

A excepción de unos cuantos que se olvidan y se van lejos de su pueblo, la mayoría viene. Por ejemplo, se acerca el aniversario de 24 de mayo, ahí todos los residentes van a estar de Arica, de Oruro, de todos lados, siempre trayendo una cosita, una obra para su pueblo. Somos poca gente, pocos habitantes, pero somos más unidos. Incluso ellos mismos se sacan mayordomo para pasar la fiesta, tienen que prestar servicio a su pueblo, todos quieren ser autoridad en el pueblo, se pelean por jilaqata (Zacarías, 62 años, San José de Qala, 2005).

En San José de Qala, provincia Carangas, departamento de Oruro, Bolivia, llegar a ser autoridad, en parte, depende de la suerte, pues la lámpara es la que designa al nuevo jilaqata. Segundo, para tener la suerte de ser elegido autoridad, se debe formar parte de una terna de postulantes sugerida por el jilaqata en ejercicio. Tercero, para conformar la terna el postulante debe cumplir ciertos requisitos, como haber sido una autoridad menor (corregidor o agente municipal) o haber pasado una mayordomía (ser pasante o preste de la fiesta del Niño San José o de la Virgen de la "O"). Cuarto, ser nombrado como una autoridad menor depende de la decisión de la asamblea (cabildo) a sugerencia del jilaqata en ejercicio, y ser mayordomo depende de una decisión personal.

EJEMPLO 1.

Como algunos ya son estudiantes, profesionales, ellos valoran nuestras costumbres, quieren fortalecer más, no se olvidan de su pueblo. Ellos quieren prestar el servicio como jilaqata, por ejemplo, el profesor Filiberto, siendo director ya entró como jilaqata y ha sido elegido por la comunidad ahora. Él está dispuesto con ansias de trabajar por su comunidad, revalorizar nuestra cultura. Muchos jóvenes porque el jilaqata es la autoridad principal más acogida y respetada, porque cuando uno cumple esa autoridad originaria siempre la suerte le acompaña en el trabajo, en todo. Hay que cumplir siempre las costumbres, no dejar nada, así le bendice la pachamama (Zacarías, 62 años, San José de Qala, 2005).

Los jóvenes qaleños que desean ser jilaqata conciben que ser autoridad es la oportunidad de servir a su pueblo. Hay una búsqueda y lucha por ser autoridades, por ser los padres y pastores del pueblo. Los jóvenes se abren camino para cosechar los requisitos que les permiten ser elegidos como jilaqata. De este modo, en San José de Qala, el nombramiento de un jilaqata resulta de un proceso de preparación y autoformación. A diferencia de anteriores generaciones, los jóvenes y profesionales son las personas que quieren servir a su comunidad, continuar con la obra de sus padres en la construcción del pueblo.

Este es el proceso de formación del sujeto constituyente de su comunidad. La ética del cuidado de la vida de la comunidad es producto de un aprendizaje que consiste en la internalización de del sentido de cuidado (normas, aspiraciones, convicciones, habilidades) de la comunidad que existe en la propia comunidad en la que se desenvuelve el sujeto. La carrera de servicio a la comunidad que sigue el sujeto es una forma de recrear su identidad personal y su ética de cuidar la comunidad. Pero también este es el proceso mediante el cual se reproduce el sentido y práctica de cuidado de la comunidad en el mismo pueblo. Todo sujeto tiene la responsabilidad de obrar y participar en la reproducción de la vida del pueblo, el jilaqata/ mallku representa la máxima expresión de esta responsabilidad de cuidado de la comunidad.

 

VI. SUBJETIVIDAD DEL SUJETO TRANSMODERNO

El tumpiri es un sujeto colectivo no sólo porque en su constitución participan su entorno familiar, escolar y social inculcándole prácticas, valores, saberes y convicciones, sino también porque se afirma como perteneciente y constituyente de su propia comunidad. En tanto sujeto colectivo, es responsable de su comunidad social (familia, organización, pueblo y sociedad), natural (tierra, recursos naturales) y simbólica (elementos o lugares sagrados: cerros, piedras, etc.). Tiene la obligación de velar y cuidar la existencia de ellos y su relación con ellos. Este es el imperativo categórico del tumpiri: cuidar la vida de la comunidad en la que vive.

El propósito de los viajes y visitas (desplazamientos) del tumpiri es asistir (conocer y apoyar a los miembros e integrarlos a la comunidad). Llevar y enseñar lo propio a los otros, tomar y aprender saberes para cuidar la propia comunidad. Camina hacia lugares sagrados (tierra, cerros, ríos, lagos), hogares, instituciones, ciudades, comunidades y sociedades, hacia saberes y construcciones simbólicas. Camina, recorre y viaja para conocer, dialogar y dar afecto a sus seres queridos, para orientar y apoyar a sus «hermanos» (miembros que también participan y cuidan de la comunidad). Se desplaza por las culturas para enseñar lo propio a otros y aprender de ellos experiencias que permiten reconstruir lo propio.

La estética (el gusto) por viajar del tumpiri está definido por el sentido de cuidado tanto de sí mismo (propia vida y dignidad) como del contexto próximo (familia o comunidad) y remoto (otras familias y comunidades) en el que vive, de la comunidad (humana, natural y simbólica) que es su condición de existencia y realización. Visita por un sentido de responsabilidad social. Como padre, autoridad, representante, responsable o persona tiene la misión de visitar para cooperar en el establecimiento de la armonía en cada uno de los seres vivos y entre todos los organismos vivos (ganado, sembradíos, tierra, cerros, hijos, familias y comunidades). La tarea es establecer y conservar un vínculo afectivo en la comunidad, promover la participación equilibrada de cada uno de los miembros y mantener la convivencia armoniosa en la comunidad.

El tumpiri tiene un sentido de convivencia, la misión de equilibrary armonizar la organización y dinámica de la propia familia (comunidad), de establecer el sentido de convivencia entre los miembros de la comunidad, de cuidar la propia comunidad como condición de posibilidad de la propia vida y de los seres que ama. Desde esta perspectiva, el tumpiri es un cuidador (kamani), la persona que asume y vive la responsabilidad de cuidar (echar de menos, conocer, dar afecto, colaborar). El padre de familia, el jilaqata o mallku son cuidadores que protegen, informan, orientan y colaboran con el desarrollo de su comunidad. Establecen, fortalecen y conservan la armonía y el equilibrio en las personas, entre personas, pueblos y culturas; promueven contactos culturales (interculturalidad) para aprender y desarrollar la forma de ser y vivir de las personas, familias y de la comunidad.

Todo lo descrito anteriormente muestra que la subjetividad del tumpiri tiene un sentido ético diferente al sujeto moderno. Mientras la subjetividad del sujeto moderno se caracteriza por su orientación ética de cuidar el bienestar personal (véase cuadro 1), la subjetividad del tumpiri se caracteriza por su orientación ética de cuidar el bienestar de la comunidad.

Esta condición ética de cuidado del bienestar personal o del bienestar de la comunidad es una configuración subjetiva básica del sentido de la personalidad del sujeto que organiza y orienta la estructuración, el desarrollo y las funciones de los procesos psicológicos.

 

A manera de síntesis, la subjetividad del tumpiri, es decir del sujeto transmoderno tiene las siguientes particularidades.

>   Tumpiri: Organismo vivo con cuerpo y subjetividad, es un ser natural y social que existe y se desarrolla en una comunidad específica.

>   Orientación ética de cuidar el bienestar de su comunidad, la misión de cuidar el equilibrio y armonía de la comunidad como condición de desarrollo de la vida de la vida personal. Tiene el imperativo categórico de criar y dejarse criar por la comunidad social, natural y simbólica.

>   Subjetividad: conformada por procesos psicológicas que se desarrollan por la línea natural, ligadas a los procesos fisiológicos, y por procesos psicológicos superiores que tienen origen cultural, producto de la interiorización de las relaciones o cooperaciones sociales.

•    Colectividad y sentido de convivencia.

•    Complementariedad, correspondencia y reciprocidad como base de la eficiencia colectiva.

•    Capacidad de comprender y organizar la realidad como un todo estructural y relacional (reciprocidad y complementariedad) en el que la comunidad cuida la vida de cada elemento (ser vivo) y cada elemento cuida la vida de los demás y de toda la comunidad.

•    Capacidad de integrar los elementos en un todo y comprender el todo como la complementariedad de los elementos.

•    Capacidad de observar, reivindicar y componer el todo, comprender y organizar los procesos particulares a partir de la totalidad (comunidad).

•    Actitud y convicción intercultural en tanto hace de las relaciones con los sujetos de otras culturas un espacio de presentación y recreación de la propia cultura.

•    Orientación a convivir con la comunidad natural, social y simbólica, dialogar entre el sujeto y la comunidad, establecer una reciprocidad como una forma de crecimientos tanto personal como de la comunidad.

•    Convicción por desarrollarse como persona íntegra, equilibrada y armónica, ser buena persona (jaqi=ciudadano) que convive en armonía con la comunidad.

•    Necesidades y aspiraciones de cuidado de la vida, de la comunidad y de sí mismo.

•    Saberes en tanto composición de experiencias conceptuales, procedimentales y actitudinales, saberes teóricos o conceptuales de cuidado de la vida, de sí mismo y de la comunidad, saberes procedimentales como estrategias y tácticas de obrar, cuidar.

•    Valores, principios de vida que expresan el respeto a la vida (respeto, cooperación, complementariedad).

•    Autovaloración construida en la valoración de las formas de obrar y cuidar la comunidad y a sí mismo.

•    Identidad personal que se afirma y recrea sobre las obras que crea en la comunidad.

•    Aprendizaje por interiorización generativa o personalización que permite transformar lossaberes sociales en saberes personales, construirse al sujetoa través de la integración de experiencias que tienen relación con las necesidades, aspiraciones y con la orientación ética del sujeto.

•    Personalidad que se construye intrasubjetivamente a través de la articulación e integración de procesos intersubjetivos (relaciones y cooperaciones sociales).

 

VII. TUMPIRI COMO SUJETO PSICOLÓGICO

La psicología debe distanciarse tanto de las teorías y metodologías simplificadoras como del paradigma de la conciencia, de la racionalidad moderna y del pensamiento positivista que lo sustenta. Ya no debe ocuparse de las reacciones de las máquinas, de las operaciones de la computadora, del funcionamiento del sistema, de las combinaciones de las estructuras. Debe estudiar al sujeto como organismo vivo, al ser humano que vive en una comunidad socialmente estructurada e históricamente específica y que vive desplazándose por diversas culturas construyendo su subjetividad individual (personalidad) a través de la creación e integración de experiencias sociales como también construyendo su comunidad a través de la integración de saberes creados en sus desplazamientos culturales. El sujeto descrito en estos términos es el tumpiri. Éste es el sujeto humano que se define por su modo de obrar, es decir, de cuidar la comunidad en el que vive. El tumpaña (cuidar) o tumpasiña (echarse de menos, cuidarnos) es el quehacer específico que asume el sujeto como la responsabilidad más conveniente para conservar el equilibrio y la armonía en la comunidad (familia o pueblo).

El tumpiri es una figura transmoderna, es decir, no representa a un sujeto moderno ni posmodernos, no alude a ningún personaje moderno (político, empresario, obrero, campesino, burócrata, gobernante, profesor, profesional, etc.), sino a un sujeto que se forma, vive y obra en los pueblos de Abya Yala, por ejemplo, es el padre de familia o eljilaqata (autoridad originaria) que tiene la misión de cuidar la familia/comunidad en el que vive. El tumpiri es una metáfora que expresa al sujeto psicológico. Este sujeto, más que una máquina, computadora o sistema formal, es un organismo vivo con una subjetividad que mediatiza sus desplazamientos y creaciones culturales, convive en una comunidad (natural, social y simbólica), es constituido y constituyente de su propia comunidad, construye su sentido de sí mismo y su sentido de comunidad a través de desplazamientos y viajes culturales, y cuida (conoce y construye) las condiciones formativas (comunidad) que afianzan su propio desarrollo personal. En fin, el tumpiri es un sujeto transmoderno que tiene las siguientes características:

• Es natural: es un organismo vivo con un cuerpo propio, nace y recrea sus potencialidades, tiene necesidades y motivos que lo mueven.

•    Es social: vive y se desarrolla en una comunidad real, es producto y reproductor de las relaciones intersubjetivas, de la historia, normas y prácticas sociales de su comunidad.

•    Posee una subjetividad: tiene una personalidad que refleja su forma de ser y vivir expresado en sus necesidades, utopías, capacidades (saberes, inteligencia, valores), sentimientos, emociones, identidad y concepción del mundo, de la vida, del desarrollo personal y social y del quehacer del humano en la vida.

•    Es actor social: participa activamente de los procesos de construcción social, de la búsqueda e institución de un equilibrio (armonía) entre los sectores o colectivos social y culturalmente diferentes, de la identidad y convivencia humana.

•    Es colectivo: vive y obra con un sentido de convivencia, fundado en el principio de cuidar la vida material y espiritual de sí mismo y de otros, es responsable de defender, producir, reproducir y conservar la vida de su comunidad como condición formativa de sí mismo.

•    Posee una ética de vida: asume el imperativo categórico de defender, producir, reproducir y conservar la vida del planeta, de la naturaleza, de la comunidad en el que vive, del prójimo y de sí mismo.

•    Es activo: además de asumir las determinaciones genéticas y ambientales (sociales), es un organismo activo dinamizado por su sentido de autodeterminación. Su capacidad de resistencia y creación le permiten, por un lado, recrear su capacidad de autodeterminación y, por otro, afirmarse como un sujeto constituyente del sentido de su personalidad a través de la integración de las determinaciones sociales significativas.

•    Está en una comunidad: vive en una realidad articulada en distintas comunidades, se desplaza y recrea por contextos socialmente estructurados e históricamente específicos, regidos por normas e imaginarios que tensionan y armonizan la vida intra e interpersonal, la relación intra e intergrupales, la convivencia intra e interculturales. Afronta las consecuencias de la modernidad: exclusión, desigualdad, pobreza, explotación, dominación, delincuencia, drogadicción, contaminación ambiental, erosión ecológica, pero también fortalece y diversifica las potencialidades tales como las tecnología y las subjetividades.

•    Es multicultural: vive en un mundo con diversidad cultural y mayor interconexión entre sociedades (interculturalidad), construye su personalidad integrando diversas experiencias culturales, construye la cultura propia de su comunidad integrando elementos de otras culturas.

•    Es ético-crítico: asume una posición crítica y creativa ante la vida de sí mismo y del sistema social. Busca desmontar las relaciones, estructuras, imaginarios y racionalidades que sostienen las asimetrías sociales y lucha por instituir una vida social fundada en la simetría, igualdad, pluralidad (personal, social y cultural) y convivencia solidaria regida por la ética de la vida.

La necesidad de cuidar la vida del planeta y del ser humano convoca a comprender al sujeto no a partir de aspectos biológicos, psicológicos y sociales esencializados,69 ni a partir de estructuras formales sincrónicas o de propiedades del sistema social, sino, además de sus cualidades biológicas y psicológicas, a partir de sus capacidades socio-culturales. De acuerdo con la perspectiva emic, es necesario cuidar (comprender y construirlo) al ser humano a partir del sentido de sí mismo y del sentido de convivencia que construye, de las actividades individuales y sociales que realiza y vive, del sentido de obrar que desarrolla en la vida (estudiar, trabajar, jugar, colaborar, participar, crear composiciones artísticas e intelectuales), de la producción de sentidos personales y sociales, de los desplazamientos culturales que efectúa en la construcción de sí mismo y de la comunidad en el que vive. En resumen, es necesario comprender la vida psíquica del sujeto y potenciar su subjetividad a partir de su sentido de obrar (responsabilidad colectiva).

Desde esta perspectiva, el sujeto transmoderno no es el sujeto moderno, la máquina que reacciona ante estímulos de otras culturas; el ordenador que procesa información codificadas por distintas culturas ignorando, excluyendo o subalternizando a otros sujetos culturalmente diferentes; el peregrino que pasa por diferentes culturas buscando la gracia de la cultura racional (ideal); o el migrante que deja una cultura para residir en otra cultura con mayores beneficios. Tampoco es el sujeto posmoderno, aquel que sólo conoce otras culturas o aquel que a tiempo de aceptar y respetar el modo de ser de otros sujetos y culturas exige respeto a su individualidad y racionalidad particular, el vagabundo o turista que se fascina con las costumbres, los valores, la pobreza y asimetría de las culturas por las que pasa, únicamente concentrado en disfrutar de la vida sin que le importe los desechos y las consecuencia que deja en su trayecto. El sujeto intercultural es el organismo vivo (cuerpo y subjetividad propios) que con su sentido de obrar (cuidar) construye la cultura propia de su comunidad mediante la integración de experiencias culturales (significados, conocimientos, tecnologías, modelos y valores). Desmonta las estructuras y relaciones que sostienen las relaciones asimétricas entre las culturas y, a su vez busca construir comunidades desarrolladoras, instituir relaciones de convivencia solidarias y democráticas entre sujetos y culturas socialmente diferentes.

El tumpiri no emerge de la interacción e intercambio de elementos culturales (similar al intercambio de propiedades entre dos objetos inorgánicos), ni de las relaciones intersubjetivas, ni de la relación dialéctica, ni de la relación de reciprocidad simplemente, sino se constituye a partir del sentido de cuidado de la comunidad, de la orientación a restablecer y sostener la salud de la propia comunidad (intraculturalidad) y la relación armoniosa entre diferentes comunidades (interculturalidad). El cuidado no se reduce a una comunicación entre dos sujetos individuales (padre o madre e hijo/a) o colectivos (familias, comunidades o sociedades), a un intercambio de experiencias (saberes y tecnología y valores), al conocimiento, tolerancia y aceptación de los otros o a la actitud altruista del sujeto, sino es un (re)encuentro, una celebración o fiesta de reconocimiento, articulación, inclusión, recreación y armonización de la comunidad. El cuidado es observar y comprenderla salud, la producción, las relaciones y el modo de vida (valores, saberes, identidad) de las personas, familias, comunidades; es intercambiar experiencias, conocimientos, recuerdos y proyectos; es informar sobre las necesidades, el estado y los proyectos de la comunidad; es orientar (aconsejar) sobre estrategias y el sentido del cuidado de la vida mediante la comunicación de saberes (propios o foráneos) convenientes para construir la armonía individual y colectiva; es apoyar el modo de ser y el devenir de los individuos y colectivos mediante la muestra de afecto, empatía y palabras de aliento; es asistir materialmente mediante la otorgación de saberes pertinentes, es participar (incluirse) en la construcción social de la estética de la vida, del vivir bien o buena convivencia (suma qamaña).

En fin, el cuidado es una forma de criar, de facilitar o cooperar (crear, organizar y disponer) las condiciones formativas que cristalizan y fortalecen el crecimiento del sujeto individual y colectivo, el desarrollo de la capacidad de construir sus saberes, identidad y utopías. Este sentido de cuidar al otro es un modo de cuidarse a sí mismo. Esta cuestión tiene dos implicaciones. Primero, el cuidar al otro es una forma de obrar, y el obrar (cuidar) es un elemento constitutivo del ser humano. A través del obrar el sujeto se afirma y recrea como sujeto constituyente. Segundo, cuidar es cooperar en el desarrollo del otro y en el establecimiento de una comunidad solidaria y desarrolladora. El otro desarrollado, la comunidad desarrolladora construida por el propio sujeto se convierten en condiciones (interlocutores o factores intervinientes) que favorecen el desarrollo del propio sujeto. Cuidar a los otros significa hacer que los otros y la comunidad en el que se vive sean factores desarrolladores del propio sujeto individual o colectivo. Tanto el proceso de cuidar como el producto cuidado son constituyentes del sujeto intercultural, del sujeto que cuida de otros culturalmente diferentes para que presenten y recreen sus propias culturas.

El sentido de cuidado, la actitud crítica y creativa no está en el sujeto máquina o computadora, sino en la subjetividad del organismo humano. La subjetividad no sólo está compuesta por una configuración de conocimientos, saberes, valores, significados, proyectos y recuerdos, sino también por la capacidad de aprendizaje, imaginación, resistencia, creación, comprensión, especialmente, por la orientación ético-crítica, es decir, por el sentido de defensa, producción y conservación de la vida de sí mismo y de la comunidad.

Desde esta perspectiva, la misión y el desafío de la ciencia psicológica es comprender y construir la organización y el desarrollo psíquico del sujeto individual y colectivo, el modo y el sentido en que significa y mediatiza sus desplazamientos (conductas), la manera en que organiza la creación e integración de sentidos culturales, especialmente, la forma en que mediatiza el cuidado (comprensión y construcción) de sí mismo y de su comunidad. La psicología cuida la organización y el desarrollo de la subjetividad que vive y expresa el modo de ser y obrar del sujeto, la psicología cultural cuida la subjetividad del sujeto intercultural, el sentido de construir la subjetividad (saberes, identidad y utopías) de su propia personalidad y de la cultura de su comunidad a través de desplazamientos y creaciones culturales.

La organización subjetiva del tumpiri, sus formas de desplazarse por las culturas y sociedades diferentes, su capacidad de resistencia a los sistemas disciplinantes y desequilibradores y su lucha por construir la cultura propia de su comunidad así como de la propia personalidad, hacen que el sujeto psicológico es complejo. Es un sujeto cualitativamente diferente a los animales condicionados (ratones, palomas, gatos, chimpancés), a los ordenadores programados, a los sujetos que tienen a actualizar sus potencialidades innatas, al sujeto reprimido y enajenado en el inconsciente, a los procesos físicos no lineales, a las figuras fractales de las matemáticas.El sujeto psicológico es el organismo vivo autopoiético, que se desplaza por las sociedades del mundo contemporáneo, que se resiste a la disciplina y a las asimetrías, crea espacios de libertar y de personalidad propia y que vive en una comunidad de comunicación históricamente específico y socialmente estructurada.

 

VIII. CONCLUSIONES

En este artículo de investigación se trató la cuestión del sujeto en la ciencia psicológica. Se trató de definir tanto al sujeto y al objeto de la psicología desde una perspectiva transmoderna, de acuerdo con el paradigma de la vida. En este marco, se asumió como metáfora de descripción y explicación al tumpiri que expresa el rol fundamental del jilaqata/ mallku (autoridad originaria de una comunidad aymara). Luego de describir las funciones del tumpiri, el proceso de enseñanza y aprendizaje implicado en su proceso de constitución y la carrera de servicio a la comunidad que siguen muchos jóvenes y adultos jóvenes, se describe al sujeto como unidad de observación de la psicología. La subjetividad y el sentido de ética del tumpiri se constituyen para la psicología en un marco de referencia para transformar su objeto de estudio y sus métodos de investigación, las formas de obrar del tumpiri se convierten en una realidad psicológica cualitativamente diferente a la que postula la psicología moderna.

En las siguientes proposiciones se exponen de forma sintéticas las conclusiones de esta investigación:

>    La subjetividad de la comunidad es el origen, la fuente y el escenario de recreación de la vida psíquica.

>    La forma de ser y obrar del tumpiri es la metáfora para comprender el origen, el desarrollo, las funciones y el sentido de la personalidad del sujeto.

>    El sujeto construye su subjetividad cuidando (obrando) la comunidad.

>    El sentido personal de cuidado de la comunidad se construye a partir de la interiorización de la responsabilidad de cuidar la vida de la comunidad.

>    La ética del cuidado de la vida es el principio que rige la subjetividad de los sujetos y comunidades transmodernas.

>    El sentido de cuidar la vida de la comunidad es criterio de integridad (normalidad) de los modos de obrar (concepción y conducta) de los sujetos individuales y/o colectivos.

Se reitera, el sujeto psicológico no es una máquina, un ordenador, una estructura formal, un sistema de relaciones, un animal inferior (ratones o palomas). El escenario de estudio no es la caja de Skinner, los laboratorios, los ambientes formales (aulas o consultorios). El objeto de estudio no son los aspectos aislados del sujeto como las reacciones, conductas observables, los procesos cognitivos, el inconsciente, los impulsos o tendencias innatas. La orientación del sujeto no es adaptarse al sistema, constituirse en sujeto normal, ser un engranaje de la racionalidad instrumental o un efecto de sentido de la racionalidad discursiva. Por el contrario, el sujeto psicológico es el organismo humano, el sujeto intercultural o tumpiri. Los escenarios de estudio son la vida cotidiana, las comunidades por las que se desplaza el sujeto, el trabajo, el juego, los eventos y movilizaciones de las que participa, las conversaciones, los talleres o gabinetes de creación, las situaciones de reflexión y reflexividad. La unidad de observación y análisis de la psicología es el sujeto, su forma de ser y convivir en la comunidad, el objeto de estudio es la organización y desarrollo de la subjetividad individual (personalidad) o colectivo (cultura) y el modo en que obra (cuida) la comunidad en el que vive mediante sus desplazamientos y creaciones culturales. La orientación del sujeto psicológico es obrar como una kamani (cuidador) y chakana (puente) o mediador que conecta y articula su comunidad, afirmarse como un sujeto crítico-creativo tanto de sí mismo como de su propia cultura y de otras culturas (moderna y posmoderna), obrar como un tumpiri constituyente de sí mismo y de su comunidad.

 

NOTAS

63 Una definición fuerte y generalizada es la que Robert Barón (1996: 5) plantea: "la psicología como la ciencia de la conducta y los procesos cognoscitivos".

64 "Tanto el organismo humano como cualquier otro organismo viviente tienen la capacidad de organizarse continuamente a sí mismos (orden temporal, orden perceptivo, orden emotivo y orden cognitivo). En cada sistema viviente se desarrollan procesos de recursividad y retroalimentación, con el fin de mantener la identidad del sistema, es decir, su manera de ser en el marco de relaciones diversas con los entornos. Los sistemas vivientes se organizan y relacionan con el entorno conservando su organización, lo cual puede incluir el realizar cambios en sus funciones y estructura (Maturana, 1995a). Ello es similar a lo que sucede en los sistemas sociales (Luhmann, 1998b)" (en Núñez y otros: 40).

65 Andrés Rodríguez (1998: 51-70) clasifica los modelos teóricos de las organizaciones en torno al carácter racional y natural, cerrado y abierto de los sistemas. Los sistemas racionales son organizaciones ideales y formales definidas a través de la razón. Estas organizaciones son diseñadas por teóricos y técnicos en términos de máquinas perfectas de alta eficiencia para producir los máximos beneficios. En cambio los sistemas naturales son colectivos o grupos humanos dinamizados por procesos afectivo-emocionales e informales, y que están en permanente interacción con las turbulencias del entorno.

66  El peregrino es la persona que anda por tierras extrañas, es un viajero que visita algún lugar sagrado, casi siempre por motivos religiosos. El peregrinar es viajar al exterior o estacionarse en el extranjero, andar por tierras extrañas, andar de un lugar a otro buscando o resolviendo algo. En algunas religiones, es vivir entendiendo la vida como un camino que hay que recorrer para llegar a una vida futura en unión con Dios después de la muerte. "Para los peregrinos de todas las épocas, la verdad está en otra parte; el verdadero lugar siempre está distante en el tiempo y el espacio" (Bauman 2003: 43). La verdad no está en uno mismo, en lo propio, sino en el otro, en lo ajeno.

67  El vagabundo es aquel que anda errante de una parte a otra, un ocioso que camina sin tener oficio ni domicilio determinado. Para Giménez (2004: 36), en el pasado, el vagabundo era un individuo que se movía constantemente de un lugar a otro rehusando ligarse a un sitio determinado. Sus movimientos imprevisibles provocaban la desconfianza de las autoridades. Adondequiera que fuera era siempre un extranjero que no tenía un lugar fijo en este mundo. Del mismo modo -afirma Bauman (en Giménez 2004: 36)- en el mundo posmoderno no nos queda más que vagar de identidad en identidad sin radicarnos en ninguna de ellas.

68 Tumpaña también significa culpar, responsabilizar a otros de un hecho (Gómez 2004: 230).

69 Buscar la esencia de las cosas, del ser humano, es reducir la realidad compleja a un elemento simple. Lo esencial es lo simple, la determinación de lo esencial es un proceso de simplificación.

 

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