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Revista Ciencia y Cultura

Print version ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult vol.27 no.51 La Paz Dec. 2023  Epub Dec 20, 2023

https://doi.org/10.35319/rcyc.2023511218 

RESEÑAS

Mujeres y arquitecturas. Hacia una profesión igualitaria

Leonor Cuevas

Pérez Moreno, Lucía. 2021. Universidad de Zaragoza, Zaragoza: 184 páginas,


El texto español “Mujeres y arquitecturas” del año 2021, realizado durante el Primer Congreso Nacional de España, permite comprender la profundidad y riqueza de los temas existentes entre la profesión de la arquitectura y las miradas multidisciplinarias. Se trata de un libro de resúmenes editado por la Universidad de Zaragoza con abordajes profesionales, académicos y experienciales. Presenta una cantidad considerable de autores, autoras y colectivos desde distintas universidades, metodologías diversas y diálogo de disciplinas con perspectivas de género.

A su vez, el texto despliega cinco hilos conductores: asimetrías históricas, pedagogías críticas, transversalidad laboral, prácticas feministas e imagen proyectada. La reseña hará cita de cada resumen, mencionando a su/s autoras/es, ya que significa una forma de visibilización y reconocimiento el identificar a cada una/o.

Asimetrías históricas

El primer hilo abarca asimetrías históricas, reinvindicando el rol y trabajo de las arquitectas españolas que fueron invisibilizadas en el tiempo. Tenemos: “La arquitectura imaginada de Matilde Ucelay en Galicia” (Alberta Lorenzo) y “La contribución de la arquitecta Pascuala Campos en la implementación de la perspectiva de género en el contexto gallego” (Ainoa Fernández, Goreti Sousa, Paulo Guerreiro y Mariana Correia). Ambos textos destacan la historia y trayectoria de las arquitectas, siendo pioneras en sus ciudades.

En “Contribuciones ajenas: Berta Doctor en Frigiliana y Anna Bohigas en Pantellería” (Anna Martínez, Anna Aranda y Josefina Díaz) y “Cristina Grau García, arquitecta valenciana” (Eva Álvarez, Carlos Gómez, Alba Soler e Inmaculada Sancho), se destaca la práctica arquitectónica en diálogo con la literatura.

Por otra parte, en “Estructuras espaciales para la vida. Anna Bofill y Ana Buenaventura”, Mónica García propone el uso de modelos matemáticos y la utilización del ordenador para su arquitectura, ya en los años sesenta. Y en “Arquitectas al servicio de lo público. Cuando la arquitectura de todos diluye a sus autoras”, Josenia Hervás abre un panorama en el patrimonio histórico, artístico, cultural y natural de Madrid. De la misma manera, en “La historia oral como conocimiento significado. Primeras arquitectas aragonesas”, Carolina Cabezas reflexiona sobre la historia, que siempre es contada desde la voz del poder.

“Los archivos de Rita Fernández, Elena Arregui y Milagros Rey: tras las huellas de tres arquitectas pioneras”, de María Carreiro, describe el carácter humanístico y las facetas biográficas, como docentes e investigadoras, de estas tres mujeres, en un trabajo sistematizado y recopilatorio. “La poducción arquitectónica de las mujeres en Euskadi: hacia su merecido reconocimiento”, de Verónica Benedet, manifiesta que la arquitectura española ha sido una disciplina enraizada en estratos sociales burgueses y clasistas. Y en “Desde la periferia: primeros proyectos de las arquitectas canarias Magüi González y Maribel Correa”, David Delgado destaca la producción y trayectoria de ambas arquitectas, sus premios y obras, que deberían ser reconocidas a nivel nacional.

Por otra parte, en “Lilly Reich y las secciones industriales de la exposición internacional de Barcelona, 1929”, Ángela Juarranz argumenta que, más allá de considerar los diseños industriales como un trabajo propio, pudo tener una mayor implicación dentro del dúo con Mies, ya que aportaba en cada diseño. “Miho Hamaguchi en la costa del sol: la primera arquitecta de Japón y su último proyecto” es un trabajo en el cual Noemí Gómez considera que promovió la casa como herramienta fundamental para liberar a las mujeres de los roles de género convencionales y dejar atrás un sistema que definía como feudal y patriarcal, ayudando a implantar la configuración “comedor-cocina”. Y en “Las respuestas silenciadas de Scott Brown en relearning from las Vegas”, Antonio Cantero nos dice que a Brown le aburre el panorama arquitectónico existente y su concepción iconográfica.

“Análisis del ejercicio profesional del urbanismo en España y la desigualdad de género” es la ponencia en la cual Javier Martínez argumenta que el campo del urbanismo presenta una amplia representación masculina (70,5%), y el acceso de arquitectas jóvenes vacila en materias transversales como participación ciudadana, espacio público y paisajismo, en contraparte del planeamiento, materia “reservada” para los mayores (p. 71).

Se abre otro hilo dentro de las asimetrías históricas: la domesticidad. Empezamos con “La cocina revolucionaria: la disección de un espacio catalizador de cambios en Estados Unidos”. En esta ponencia, Ángela Molina analiza la evolución de este espacio doméstico después de la Revolución Industrial, la proliferación de tipologías de viviendas con cocinas y comedores comunitarios, el mínimo espacio posible conocido como kitchenette. En “Ni servidores ni servidas. Ikea y el ideal del hogar (pos)moderno”, Clara Dobón analiza críticamente la publicidad, que va dirigida a hombres y mujeres, haciendo hincapié en la segunda ola del feminismo, en la cual la diferenciación entre masculino/público y femenino/privado comenzó a diluirse. “Doméstico, no privado: propuestas en femenino para la vivienda del Pau de Carabanchel”, de Ángel Cordero, es una reflexión sobre las viviendas proyectadas por mujeres que propone un estudio de los espacios de transición donde se celebran los contactos entre vecinos y el intercambio de cuidados más allá de la esfera privada.

Pedagogías críticas

A partir de la educación inclusiva:

“Pioneras de la arquitectura ecuatoriana, 1930-1980. Estudio e inclusión de sus aportes”. Verónica Rosero, María José Freire y Néstor Llorca ponen en valor las categorías de proyecto/construcción, academia/teoría, urbanismo/so- ciedad, patrimonio/restauración, demostrando así la incidencia de las mujeres arquitectas en la segunda mitad del siglo XX.

“Didácticas feministas en arquitectura: experiencias desde los Países Bajos y Alemania”. María Novas y Lidewij Tummers exponen la integración de valores feministas en los métodos pedagógicos de diseño e investigación que se aplican en dos asignaturas. La primera, “Hacia una práctica diferente”, introduciendo role-models femeninos y planteando preguntas sobre las perspectivas profesionales y la cultura del “Starchitect”, y la segunda, “Diseño para una ciudad no sexista”, incorporando la perspectiva de género (gender mainstreaming) en el diseño urbano, espacio público y movilidad.

“Deconstruyendo lo doméstico: prácticas pedagógicas con enfoque de género”. Serafina Amoroso explica que “... un espacio/tiempo doméstico no es un contenedor, sino más bien un ámbito activado por relaciones entre objetos, usuarios, donde es necesario plantear nuevos proyectos pedagógicos” (p. 32).

“Arquitectas en Andalucía: estudiantes, docentes y directivas en la universidad pública”. Ana del Cid Mendoza presenta una investigación que forma parte del proyecto “Arquitectas en Andalucía: el papel de las mujeres en la profesión y la enseñanza de la arquitectura en el marco andaluz”, como importante desafío pedagógico actual.

“Arquitectas al frente. Un bicipaseo por la arquitectura del litoral de Las Palmas de Gran Canaria”. Vicente Díaz, María López de Asiain, Elena Lacruz y Lara Martínez explican que los “bicipaseos” urbanos están destinados a visibilizar la arquitectura mediante narrativas que permiten diferentes lecturas de la ciudad y sus espacios, fomentando la movilidad sostenible.

“Entender desde la experiencia. Revisión de las problemáticas en la enseñanza de la arquitectura”. Elena López cuestiona si se ha adaptado la enseñanza a recuperar y reconocer el ejercicio de la mujer como arquitecta. La conclusión deriva en mencionar la necesidad de revisar los mecanismos de enseñanza de la arquitectura desde la perspectiva de género.

“Víctimas de la arquitectura”. Juan Castro y Alexandra Rodes se focalizan en la experiencia pedagógica en un contexto de responsabilidad medioambiental y social. Revisan y afrontan conceptos como identidad, física y virtual, digitalización o la dimensión política de ciudadanía.

En propuestas consolidadas de pedagogías críticas tenemos:

“La importancia de la institucionalización: desarrollo de las jornadas mujer y arquitectura en el grado en fundamentos de la arquitectura de la universidad Rey Juan Carlos”, de Raquel Martínez, Fermina Garrido y Elena Escudero, donde el objetivo pedagógico es la vinculación con los ODS de la Agenda 2030 establecidos por la ONU. “El trabajo final del grado en estudios de arquitectura bajo una revisión de género. Caso de estudio en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña”, de Emma López-Bahut, Amparo Casares-Gallego y Luz Paz, en el cual se refleja la presencia de las mujeres en un 29%, y se cita que en los últimos diez años se dio una mayor apertura. “A Vila do Mañá”, de Sandra González, argumenta que es necesario explorar la dinámica de niñas y niños en las calles, viendo distintas posibilidades de arquitectura y ciudad.

Transversalidad laboral

Otro hilo textual es la transversalidad laboral desde la arquitectura y la cultura. Empezamos con “Fotografía con escala humana”, donde Ana Amado refiere que la fotografía trae a la luz, visibiliza y difunde una nueva arquitectura, buscando una visión objetiva y sensible de la obra, para su comprensión e idealización desde la lente femenina.

“Miren lo que yo (no) vi”. Beatriz Gonzáles dice: “Educar la mirada y los ‘modos de ver’ es un proceso esencial para el crecimiento y el desarrollo creativo del arquitecto, y, debería formar parte de su formación /.../ La fotografía de arquitectura debe reivindicar también la perspectiva de género” (p. 39).

“Telón de cristal”. María Sánchez declara al telón como barrera divisoria entre actores y espectadores cada vez más desdibujado, pero el telón de cristal que impide el progreso profesional de las mujeres entre bastidores se resiste a caer. Sánchez señala: “Es doloroso ver cómo dentro del mundo del teatro, aparentemente tan avanzado en cuestiones de género según la atmósfera progresista que envuelve los escenarios, los tules y las bambalinas siguen escondiendo tras de sí la misma realidad” (p. 42).

“La lógica arquitectónica aplicada a los eventos”. Nuria Balboa trabaja urbanismos efímeros y su influencia territorial, conjugando conocimiento y experiencia.

“Recorridos entretejidos. Un estudio de los paisajes sonoros en arquitectura”. Cristina Palmese aborda la complejidad del habitar desde un análisis sensorial con herramientas multidisciplinares.

Esta parte del libro presenta además propuestas sobre el diálogo entre arquitectura y educación, como “Jugar el espacio. Cuando la neurociencia se encuentra con la arquitectura”, de Ana Mombiedro. Su proyecto consiste en la creación de tres atmósferas de juego, en las que los estímulos van cambiando gradualmente; se trata de una transición suave. A su vez, en “Espacios percibidos/lugares sentidos. Neurociencia para el bienestar en arquitectura”, Sabela Fidalgo concibe el proyecto sabe-a-arquitectura en tanto servicio arquitectónico basado en la biología de la percepción, lo que conlleva entender al ser humano como cuerpos mentales.

En “Educación plástica visual y audiovisual para la igualdad”, Cristina Fernández comunica la relevancia sobre la igualdad de género que se ha realizado desde los institutos de educación secundaria, creando espacios para el debate sobre roles, etiquetas y creencias limitantes, implicando a la comunidad educativa, desde el alumnado y los docentes hasta las familias.

En “¿Para quién diseñamos? Aprender en diversidad y co-diseñar para todas las personas”, María Álvarez explica que el diseño se concibe por una persona joven, neurotípica y hombre, que proyecta desde su propia experiencia del mundo. Si comprendemos la responsabilidad y por ello queremos diseñar para todas las personas, debemos abrir y transformar nuestra mirada.

En “Arquitectas ‘zebra’ y procesos creativos multidisciplinares”, Raquel Guerra plantea la creación de entornos académicos y profesionales humanizados: inclusivos, neurodiversos y sin barreras de género o clase.

En transversalidad laboral se expone además a la arquitectura en otros ámbitos.

Empezamos con “Historias que se llevan puestas. Ventajas de ser mujer y arquitecta en el mundo de la moda” (Oihane Pardo). Aquí se sintetiza que amarenak significa “de las madres” en euskera, y es el nombre del proyecto que lleva adelante la autora: un puente entre patrimonio, museos, historiadores, antropólogos y la sociedad en general. Oihane se dedicó a la moda, ganando concursos y distintos reconocimientos.

“Arquitecta, ¿de datos? Una experiencia de trabajo entre la programación, el diseño y la arquitectura”. Ana Torres refiere que, a partir de distintos materiales comunicativos, merchandising y otros, desarrolló su carrera de manera interdisciplinar.

“Arquitectura, artesanía y antropología. Más cerca de lo imaginado”. María Camba explica la relación entre arquitectura y antropología como cruce interdisciplinario necesario donde se indagan fenómenos en torno al individuo, el espacio y la comunidad. Es gracias a este encuentro que pueden entenderse conceptos claves como habitar o comunidad.

“La salud pública: una herramienta fundamental para el futuro de la profesión”. Patricia Leandro refiere que la pandemia Covid-19 ha hecho que la ciudadanía y las instituciones públicas fueran conscientes de cómo las características del entorno urbano afectan directamente a la salud de los ciudadanos.

“Musas de vanguardia. Estas musas de vanguardia fueron mujeres migrantes”. Mara Sánchez explica el proyecto como una secuencia de acciones diseñadas para visibilizar el trabajo de arquitectas, ingenieras y artistas a través de las redes, con el objetivo de componer una cartografía inspiradora de mujeres creadoras en el perfil de Instagram.

Prácticas feministas

Un acápite en el texto es el de prácticas feministas en cuanto a urbanismo y género.

“Trabajos para la integración real de la perspectiva de género en el planeamiento urbanístico”. Paula Amuchástegui: “En el campo del urbanismo, hablar de la inclusión de la perspectiva de género en los instrumentos de planeamiento debiera ser hablar de urbanismo inclusivo y de propuestas de calidad urbana” (p. 49). Amuchástegui explica que, para integrar la perspectiva de género en los instrumentos de planeamiento de manera efectiva y real, es irrefutable la conveniencia y necesidad de realizar una propuesta urbana de calidad junto con el desarrollo de normativa.

“Urbanismo feminista en la planificación urbana. Experiencias en la docencia/ investigación a través del análisis del proyecto urbano y el hábitat popular”. Anabella Roitman estudia la imbricación de la teoría y las ideas asociables al urbanismo feminista, en diferentes casos de políticas públicas urbanísticas nacionales e internacionales de los últimos diez años en Buenos Aires.

“Arquitectas urbanistas: la práctica del urbanismo feminista. Apuntes del estado de la cuestión en Canarias en la actualidad”. Elsa Guerra nos dice que la atención a las relaciones entre género, arquitectura y ciudad apenas ha empezado a suscitarse en los últimos años, inicialmente a partir de foros, debates y otras actividades de divulgación. Sin embargo, en los últimos años se multiplicó el interés.

“El mapa del miedo de Valladolid”. Silvia Cebrián explica el proyecto y su metodología en tres fases: toma de datos e información objetiva de la policía municipal y datos subjetivos. Visita, fotografía, grabación y estudio de cada uno de los “espacios del miedo”; su problemática y las posibles causas, finalmente las posibles propuestas desde dos vertientes: “actuar sobre la ciudad existente, la del pasado y la del presente; o planificar la ciudad del futuro” (pp. 55-56).

“Culturas energéticas. El papel protagonista de las personas en la transición energética”. Elena Albareda argumenta que se trabaja desde una cooperativa partiendo de las bases del eco-feminismo, entendiendo que la perspectiva de género no solo nos da herramientas para poner los cuidados en el centro de nuestra actividad, sino que también incorpora el cuidado hacia la calidad ecológica de los ecosistemas que habitamos.

Imagen proyectada

Finalmente, el último hilo conductor es la imagen proyectada (arquitectura y medios).

“Arquitectura: título profesional y diferenciación de género”. Paula Aillón demanda que “la práctica a toda persona que haya cursado la carrera de Arquitectura en la UTEM como arquitecto, independiente de su sexo/género, ignora de forma sistemática al género femenino, normalizando la invisibilización y exclusión” (p. 76).

“La mujer (in)visible. Rediseñando las narrativas gráficas y la ciencia ficción en arquitectura”. Virgina de Jorge Huertas refiere que “la mujer invisible” es una de las superheroínas más reconocidas. Si bien podríamos aplaudir al personaje femenino con rasgos y poderes de invisibilidad, adquiere otras connotaciones diferentes. En la invisibilidad del espacio colectivo, en el cual se desenvuelve una secuencia de escenarios de la vida cotidiana, la superheroína pasa totalmente (desa)percibida. Su poder reside en “hacerse invisible”, y este “poder” es doble.

“Imaginarios mediáticos e identidad profesional en tres generaciones de tres arquitectas”. Ana Gilsanz afirma que las imágenes no solo influyen en la comunicación sino también en la construcción de la identidad. Propone realizar un ejercicio crítico para cuestionarnos los roles y los estereotipos de género, centrándonos en tres arquitectas de generaciones distintas: Ariadna Cantis Silberstein (Buenos Aires, 1960), quien trabaja la difusión de la arquitectura, el urbanismo y la investigación; Izaskun Chinchilla Moreno (Madrid, 1975), arquitecta que desarrolla su profesión en los ámbitos de la docencia y la investigación, y Ter, Ester (Madrid, 1990), que se autodefine como youtuber y arquitecta. Con un perfil muy llamativo, popular y divulgativo, ha acercado la arquitectura al mainstream, mezclando arte y arquitectura con la cultura.

En esta sección también surge la temática de la visibilidad. Veamos.

“Tú también conoces a Dora Ware y a Betty Beatty”. Rosana Castañon profundiza en una de las posibles explicaciones del olvido de estas dos mujeres, pero también explica que tal vez no fue intencionado.

“Visualizando algunas de las mujeres arquitectas & diseñadoras de las que no escuché hablar en la universidad”. Carmen Torrecillas argumenta que resulta desconcertante la insignificante cantidad de mujeres arquitectas protagonistas de las narrativas de la academia. Si bien las causas son múltiples, la consecuencia es una: invisibilización.

“Hay mujeres/hai mulleres/hi ha dones/emakumeak daude”. Elvira Carregado señala que la idea nació el 8 de febrero de 2016. Un grupo de mujeres y hombres del Colegio de Arquitectos de Galicia imaginaron un espacio en el que compartir experiencias de igualdad, demostrando que ésta es posible.

Encontramos prácticas feministas como prácticas alternativas bajo los siguientes resúmenes:

“Prácticas feministas en el espacio construido. Espacios para unas infancias igualitarias en Santa Coloma de Gramenet”. Dafne Saldaña, Julia Goula y Helena Cardona comentan su experiencia desde una iniciativa municipal para repensar el uso de los patios escolares y transformarlos en espacios más inclusivos y diversos; han sido co-diseñados con las niñas y niños del barrio a partir de un proceso participativo.

“Enpeu: arquitectura al servicio de la vida”. Elena Vecino y Lucía Guirao vislumbran la manera de trabajar basada en metodologías de aprendizaje y servicio, o “aprende-haciendo”, que constituye el trabajo que se desarrolla desde la cooperativa de iniciativa social enpeu.

“Espacios y jardines que te cuidan”. Mónica García enuncia que los lugares donde vivimos se transformaron en auténticos espacios de reclusión que mostraron las carencias de nuestra relación con el exterior y su desvinculación con los cuidados. Existe una necesidad innata que tenemos los seres vivos de contacto con la naturaleza, nos genera bienestar, nos alimenta y estimula nuestra creatividad.

“Imágenes pobres, diario femenino y bitextualidad. Tres técnicas experimentales para repensar la edición en arquitectura”. Paula Álvarez narra que desde que comenzó en las celdas de los conventos de monjas, durante el Renacimiento, el diario femenino es una de las primeras manifestaciones escriturales de la mujer, continuada primero por las mujeres de la aristocracia europea y después por mujeres de diversos orígenes, clases y etnias, a medida que accedieron a la lectura y la escritura.

“El arte como mecanismo para visibilizar en el espacio urbano la memoria feminista ocultada por el patriarcado”. Claudia Pennese e Íñigo Hernández Aycart refieren que históricamente la ciudad reproduce, en la construcción de sus espacios, posiciones de poder, entre los cuales destacan los propios del patriarcado. Trabajaron en dos acciones feministas que culminan en un mural que se propone como una crítica al urbanismo androcéntrico y una reivindicación de la participación política de las mujeres.

En el acápite de prácticas feministas vemos trayectorias actuales:

“Misticismo e intuición como cuestiones que identifican, agrupan y dignifican arquitecturas femeninas”. María Verde describe el proyecto “Ca la Dona”, que pretende cuidar lo existente y revalorizarlo para beneficio del usuario, proporcionando un espacio de respeto.

“Nuevas prácticas feministas españolas. Desde los márgenes hacia una redefinición del trabajo en arquitectura”. Nuria Álvarez argumenta que estas arquitectas tienen en común la pluralidad en cuanto a su estructura y ética del trabajo, adoptando una actitud interdisciplinar y dirigiendo su trabajo hacia sujetos no normativos (masculinos, blancos, euro-centrados).

“Por una arquitectura de la reciprocidad. Acerca de lo social en el pensamiento y obra de Itziar González Virós”. Marta Serra describe su experiencia en dos aspectos: la influencia de las mujeres en la formación de la trayectoria de la propia arquitecta y la gestión del poder a través de la exploración de algunos de sus proyectos.

“Formas de balancearse en la arquitectura”. María Marcos relata dos historias particulares sobre dos sillas temáticas. La primera es la “Wire Chair”, de la arquitecta californiana Ray Eames, y la segunda es la “Silla canoa”, de la arquitecta irlandesa Eileen Gray. También aparecen: Lina Bo Bardi, Carme Pinós, Minjung Shin, Zaha Hadid, Margaret Mackintosh, Kazuyo Sejima, Aino Aalto, Denise Scott Brown y Anne Tyng.

“Dispositivos femeninos: investigación y subversión de los mecanismos cotidianos de control a través de la práctica arquitectónica”. Irene González narra la investigación “La mujer tutelada: dispositivos de control de los espacios negados” y su aplicación práctica. Se afirma que los dispositivos tienen la función de perpetuar los estereotipos de género, en base a unos mitos de la feminidad tradicionalmente asociados a las mujeres como sujetos femeninos: la maternidad, la virginidad, el matrimonio y la belleza.

Leonor Cuevas* *De profesión arquitecta y antropóloga (Universidad Mayor de San Andrés), Magíster en Evaluación y Gestión del Patrimonio Histórico Artístico (Universidad de Salamanca, España), tesista de la Maestría en Estudios Sociales Urbanos y Desarrollo y del Doctorado Multidisciplinario en Política, Sociedad y Cultura, ambas del CIDES - UMSA. Docente titular e investigadora de la Carrera de Arquitectura, Facultad de Arquitectura, Artes, Diseño y Urbanismo de la UMSA, trabaja en Conserva Consultora. Patrimonio & Paisaje Cultural y Natural.

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