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Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult vol.27 no.51 La Paz dic. 2023  Epub 20-Dic-2023

https://doi.org/10.35319/rcyc.2023511212 

ENTREVISTA ACADÉMICA

Las mujeres y su autentica grandeza

Women and their Authentic Greatness

Rocío Maldonado Alarcón* 
http://orcid.org/0000-0002-6489-9743

*Egresada del doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco en el área de concentración “Mujer y relaciones de género”, Magister en población y desarrollo por la Facultad Latinoamericana de Ciencias sociales (FLACSO México). Licenciada en Trabajo social y Bachiller en Ciencias sociales por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Contacto: rmaldonadoa@unmsm.edu.pe ORCID: 0000-0002-6489-9743


Resumen

En el presente artículo presenta una entrevista la periodista, activista e investigadora boliviana Vania Sandoval Arenas a partir de la publicación del libro titulado “Mujeres de la comunicación. Bolivia”, del cual es una de las editoras y autora de un capítulo en el que escribe sobre la biografía y trayectoria profesional de Ana María Romero de Campero (primera mujer Defensora del Pueblo en Bolivia). Desde la perspectiva de género y apoyada en las reflexiones de Simone de Beauvoir, el propósito de este texto es visibilizar los aportes de Vania y Ana María, mujeres emblemáticas bolivianas que sin duda dejan una huella imborrable en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.

La difusión de las historias de las mujeres insignes escritas por las propias mujeres representa un ejercicio de resistencia que permitirá que las nuevas generaciones no las olvidemos. Y, sobre todo, que el mundo entero conozca su grandeza y sus maravillosas vidas. Asimismo, difundir su legado permite reconocer y valorar el inmenso aporte mujeril en el mundo contemporáneo; sobre todo disputando las ideas y el conocimiento desde la mirada femenina. La acción de escribir sobre las experiencias de las mujeres nos permite disputar los imaginarios y las representaciones hegemónicas que han puesto históricamente a las mujeres en un lugar sumiso o subordinado e identificarnos en referentes femeninos pioneros y protagónicos.

Palabras clave: Historia de mujeres; aportes femeninos a la sociedad; periodismo; Bolivia

Abstract

This article presents an interview by Bolivian journalist, activist, and researcher Vania Sandoval Arenas, following the publication of the book titled “Women in Communication. Bolivia”, of which she is one of the editors and author of a chapter in which she writes about the biography and professional career of Ana María Romero de Campero (the first female Ombudsman in Bolivia). From a gender perspective and supported by the reflections of Simone de Beauvoir, the purpose of this text is to make visible the contributions of Vania and Ana María, emblematic Bolivian women who undoubtedly leave an indelible mark on the construction of a more just and egalitarian society.

The dissemination of the stories of illustrious women written by women themselves represents an exercise in resistance that will allow new generations not to forget them. And, above all, that the whole world knows their greatness and their wonderful lives. Likewise, spreading their legacy allows us to recognize and value the immense contribution of women in the contemporary world; especially disputing ideas and knowledge from a female perspective. Writing about women’s experiences allows us to dispute the imaginaries and hegemonic representations that have historically placed women in a submissive or subordinate place and identify ourselves in pioneering and leading female referents.

Keywords: History of women; female contributions to society; journalism; Bolivia

Vania Sandoval Arenas Periodista, activista e investigadora boliviana 

Solo después de que las mujeres empiezan a sentirse en esta tierra como en su casa, se ve aparecer una Rosa Luxemburgo, una madame Curie. Ellas demuestran deslumbrantemente que no es la inferioridad de las mujeres lo que ha determinado su insignificancia histórica, sino que ha sido su insignificancia histórica lo que las ha destinado a la inferioridad (De Beauvoir, 1949, p. 154).

1. Introducción

Las mujeres representan la mitad de los seres humanos que habitamos este mundo, ya que según datos del Banco Mundial (2023), se cuentan poco más de 3,95 mil millones1. Sin embargo, nuestro rol estereotipado ha sido encapsulado en los límites de la heteronorma y la domesticidad. En distintas etapas de la historia han existido mujeres protagónicas que han remecido las bases de la sociedad con su maravillosa presencia y sus voces disruptivas; sin embargo, sus historias no han sido contadas2.

El devenir histórico de la construcción de las sociedades occidentales ha estado nutrido por la participación de las mujeres desde distintos frentes, pero estos extraordinarios aportes no han sido contados por el relato oficial que erigen las repúblicas poscoloniales de la región latinoamericana. Por esta razón, varias investigadoras han insistido en la necesidad de recuperar las biografías de las mujeres y rescatar sus voces e ideas del silencio de una historia contada sólo de un lado. Tal como lo explica la historiadora mexicana Ana Lau (1998), “(...) debemos reconocer que la historia ha estado circunscrita a la del varón y, por lo tanto, la historia de las mujeres debería considerarse tan general como la del otro género” (p. 161).

Por esta razón, algunas mujeres historiadoras inician un proceso reivindicativo de búsqueda y salvaguarda de las leyendas y relatos femeninos. Es que, tal como lo resaltó la historiadora austriaca Gerda Lerner (1986) la tradición historiográfica es parcial porque se presenta desde la visión masculina del mundo, sin contar la mirada femenina, pues las mujeres siempre han estado en los relatos oficiales frecuentemente en un lugar de subordinación; minimizando así su rol protagónico en la construcción de la civilización desde un lugar activo y protagónico.

Siendo el año 2023, pareciera que las desigualdades de género no son tan profundas como las que vivieron las mujeres pioneras del movimiento de mujeres en el mundo, allá por el siglo XIX3 y la lucha de las sufragistas y las olas posteriores que remecieron el mundo entero. Pero esto no es tan cierto, ya que sin duda se han accedido a derechos fundamentales con el paso de los años y los avances legislativos. Ahora las mujeres podemos votar, ir a la universidad, divorciarnos, trabajar y recibir un salario; parcialmente igual al de nuestros pares hombres, ocupamos cargos políticos, existen algunas presidentas y unas cuantas ministras, alcaldesas, etc.

Es decir, en más de 100 años de empuje y reclamos se han logrado muchas cosas; pero no existe una igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, y mucho menos en los espacios subjetivos en donde se juegan las representaciones hegemónicas que definen el valor de los sujetos sociales. Entonces, no es menor que la brecha salarial persista y que la violencia de género en nuestros tiempos sea una de las problemáticas más perjudiciales para el desarrollo de nuestros países. Porque daña en lo más profundo de la sociedad, que es la familia y la integridad de nuestras niñas y niños, mellando así el disfrute pleno de los derechos ganados en los diversos espacios que habitamos.

En este contexto, tuve la oportunidad de entrevistar a Vania Sandoval Arenas para que respondiera a las preguntas que le planteé sobre la obra “Mujeres de la comunicación. Bolivia” (Fundación Friedrich Ebert, 2022), en la que ella, conjuntamente con otras mujeres bolivianas, apelan a una labor muy necesaria, que es hablar de las mujeres, contar sus historias, recuperar sus biografías y, sobre todo, recordarnos la auténtica grandeza y el legado de las mujeres en la comunicación en Bolivia.

Vania4, al igual que Simone de Beauvoir, Rosa Luxemburgo y muchas otras compañeras, se mantiene en la terquedad de no callar e invisibilizar nuestras historias, y ha escrito sobre la vida de Ana María Romero de Campero5 . Por ello me honra escribir esta reseña y poder entrevistar a una ilustre mujer boliviana que nos alumbra con su grandiosa existencia. Este escrito busca llamar la atención sobre la vigente necesidad de hacer historia juntas, de escribir y ocupar todos los cargos y todos los lugares que históricamente nos negaron. Gracias a todas nuestras ancestras valientes que se incomodaron de estar en el silencio y decidieron salir a las calles a exigir poder votar6 . Gracias a Vania Sandoval Arenas que desde su trayectoria profesional y compromiso activista ha abierto camino para otras. Gracias a ellas, nosotras ya no callamos.

2. Material y métodos

La formulación de preguntas en la entrevista a la periodista Vania Sandoval Arenas fue realizada desde la perspectiva de género y la interseccionalidad. Es decir, desde una metodología que reconoce a las mujeres como protagonistas activas y examina la imbricación de la desigualdad de género con las otras desigualdades, tales como las originadas por la pertenencia étnica, la raza, la clase, la edad, la orientación sexual, entre otras. Asimismo, apoyada por herramientas tecnológicas como WhatsApp, establecí contacto para garantizar el consentimiento de la entrevistada y remití la lista de preguntas para la revisión y validación. Posteriormente, Vania respondió cada una de las preguntas formuladas.

3. Análisis y resultados: entrevista a Vania Sandoval Arenas

Rocío Maldonado: En el último libro editado por Rigliana Portugal, Sandra Villegas y usted, titulado “Mujeres de la comunicación. Bolivia”, se presenta la historia de ilustres mujeres emblemáticas de las comunicaciones en Bolivia. El aporte de este libro es sin duda fundamental. Usted escribió sobre Ana María Romero de Campero, mujer pionera en diversos ámbitos de poder, como la gestión pública, ya que fue la primera mujer Defensora del Pueblo y presidenta de la Cámara de Senadores. ¿Por qué decidió escribir sobre ella?; ¿siente que hay una conexión entre usted y su historia?

Vania Sandoval Arenas: Conocí a Ana María Romero de Campero cuando hice mis pasantías en el extinto diario Presencia. Ella era la directora. Ahí pude ver y apreciar su capacidad de trabajo, su profundo amor por Bolivia desde el periodismo, y sobre todo la empatía con la que trataba a todas las personas, sin importar su condición. Sentí desde el primero momento que yo quería ser así, luchar por los derechos humanos de manera comprometida, con un profundo amor por Bolivia. Trabajé con ella en la Fundación UNIR desde el año 2006, y puedo decir que era una persona con convicciones democráticas muy profundas y muy segura de que debía hacer respetar sus principios de vida.

R.M.: Me interesa conocer el lugar desde donde usted elige ver a Ana María, y qué la conecta con esta biografía

V.S.A.: Elijo verla como constructora de una cultura de paz, como una mujer pionera en su tiempo, que no renuncia a sus convicciones religiosas ni sociales para crear instituciones, como la Defensoría del Pueblo y la Fundación UNIR. La vi construir la Fundación UNIR desde la convicción de que Bolivia necesitaba valorar sus factores comunes y no solamente la división y la pugna política (en ese tiempo también había polarización en los discursos). Ella consideraba que había que desmontar los discursos que se sustentaban en prejuicios y estereotipos, y que la diversidad de nuestro país era una riqueza. El periodismo para ella necesitaba ser protegido y garantizado en sus derechos para la construcción de la democracia, pero también necesitaba mirarse críticamente y reflexionar sobre su aporte a la polarización (sin generalizar) y al desencuentro. No era ingenua, conocía perfectamente todos los hilos del poder político y económico, pero su entrega a la construcción paulatina de una cultura de paz en la que el periodismo sea un puente para gestionar los conflictos y un generador de diálogos la motivaba a trabajar por esa utopía. Y yo me conecté en ese sentido con ella, y sigo conectada pese a todo lo difícil que resulta ahora hablar de cultura de paz (en este momento el mundo anuncia más guerras...). Es más fácil insertarse en un discurso polarizado, y deshumanizar al que piensa diferente. Lo difícil es pensar de manera holística en una comunicación democrática.

R.M.: En sus años de trayectoria, en los que se ha abierto camino en varios terrenos, y desde la historia de su familia y el exilio temprano, ¿cuál considera que fue la etapa más difícil para usted como mujer y profesional?

V.S.A.: Sin duda los años posteriores a la muerte de mi madre, quien nos dejó cuando yo tenía 21 años y estaba terminando la universidad. Pasé la infancia en el exilio, mi padre como muchos otros luchadores sociales fue expulsado del país por la dictadura banzerista, y al volver a Bolivia fue difícil insertarme en un colegio como si no hubiera pasado nada. Aún hoy, pese a las dificultades enormes que existen en Bolivia, la pensaría muchísimo antes de tomar la decisión de instalarme en otro país. Mis padres nos inculcaron la idea de que Bolivia necesita gente que trabaje por ella, por hacerla crecer en justicia social, en desarrollo humano, en solidaridad. Isaac y Ada Rosa dedicaron su vida a la defensa de los trabajadores bolivianos, fueron abogados laboralistas. Fueron también abogados de la Federación de la Prensa, ahí fui que conocí a Ana María Romero de Campero cuando era dirigente del gremio. Al fallecer mi madre en un accidente, mi papá decidió el año 93 retornar a su Santa Cruz natal con sus hijos (al volver del exilio vivimos en Tarija y luego en La Paz). Ahí vi que Bolivia era una sociedad incomunicada, que no nos conocíamos en nuestra riqueza entre Oriente y Occidente. Muchos prejuicios, estereotipos, criticar al “otro” que piensa diferente y a veces también criticarlo porque vive en otro lugar de Bolivia. Aún hoy, pese a la abundancia de información, siento que hay mucho que aprender entre chapacos, cambas, collas, chaqueños. aprender y entender. Y ahí sí me conecto con el pensamiento de doña Ana María, UNIR Bolivia.

R.M.: ¿La ginopia (el derecho a no ver y por lo tanto no saber que existen desigualdades de género) que invisibiliza el aporte de las mujeres, sigue latente en el campo periodístico en Bolivia? ¿Podría mencionar algún caso o ejemplo que nos ilustre sobre esta situación?

V.S.A.: Claro. Hay estudios que hicimos desde la Fundación UNIR, que si bien los hicimos hace algunos años, estoy segura de que los resultados no tendrían gran variación, que demuestran la poca visibilidad de las mujeres como constructoras del espacio público. Peor si son mujeres indígenas, peor si son mujeres adultas mayores o muy jóvenes. La violencia simbólica que sufren las mujeres en el espacio público es muy fuerte. Y en ese escenario, el aporte de académicas, investigadoras, periodistas, cientistas sociales, no es visible.

R.M.: Quisiera preguntar su opinión sobre las historias de las mujeres jóvenes, indígenas, no privilegiadas, que bregan por tener un lugar y una voz en una hegemonía mediática donde sólo ciertas voces y representaciones de las identidades permitidas de la mujer tienen cabida. Sobre todo, en un contexto plurinacional como Bolivia. ¿Cuáles son los espacios que habitan las mujeres indígenas en el ámbito de comunicaciones en Bolivia en la actualidad?

V.S.A.: Existen mujeres indígenas muy trabajadoras y constructoras de espacios para visibilizar el aporte de sus pueblos. Está Isapi Rúa, por ejemplo, desde el mundo guaraní, o Marité Zabala, desde la mirada de las jóvenes afrobolivianas, sólo por mencionar a dos. Utilizan espacios alternativos por lo general. El programa radial (y en redes) “Voces indígenas urbanas”, con la joven comunicadora Verena Uraza desde el pueblo guarayo, es una muestra de que hay camino recorrido. Sin embargo, el desafío es que la sociedad entera, los medios de comunicación tradicionales, incluyan entre sus fuentes a representantes de pueblos indígenas, mujeres y jóvenes que trabajan y luchan cada día. Se construyen espacios, el desafío está en copar medios masivos y posicionar los temas de las mujeres indígenas en la agenda mediática nacional. Un tema muy relevante por ejemplo es la contaminación de los ríos, que ha elevado los niveles de mercurio del pueblo Esse Ejja, entre otros, afectando directa y muy negativamente la salud de los pobladores, especialmente de las mujeres embarazadas. Ese tema debería estar en las portadas de todos los medios de comunicación.

R.M.: Estimada Vania, en estos años de trayectoria profesional, ¿cuáles son los avances en el campo periodístico para las mujeres?

V.S.A.: La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia está encabezada por la periodista Zulema Alanes, y la Asociación de Periodistas de Santa Cruz está encabezada por Maggy Talavera. La Asociación Boliviana de Investigadores de la Comunicación está encabezada por Rigliana Portugal. Sin duda son avances importantes. Sin embargo, el camino de luchar contra la brecha salarial basada en género, las condiciones laborales de las periodistas, la protección contra agresiones a las periodistas, la protección contra el ciberacoso... son temas del día a día que no pueden dejarse de lado o sólo en manos de las afectadas. Son problemas que debieran formar parte del debate estatal y social por su vinculación directa al aporte del periodismo como pilar de la democracia.

R.M.: Finalmente, ¿cuál sería el consejo que dejaría a las niñas y adolescentes que sueñan con ser periodistas en Bolivia y en América Latina?

V.S.A.: La información es un bien público. Es un privilegio servir a la sociedad desde el periodismo. No debiera entenderse como un espacio de poder, más bien de servicio. Lean mucho, sobre todos los temas que les interesen, miren noticias, aunque no sean las mejores, escriban, filmen, saquen fotos. El periodismo es una pasión, la investigación social también. Ambas áreas requieren compromiso social y un amor infinito por Bolivia.

4. Discusión y conclusiones

Cuando Simone de Beauvoir7 (1908-1986) escribió sus ensayos basados en sus experiencias personales,8 fue acusada de exhibicionista, de descarada, porque sus críticos cuestionaban la relevancia de su obra, ya que decían: ¿a quiénes les iba interesar esos problemas, pensamientos y aventuras de las mujeres? Yo respondo: a nosotras. Sus libros fueron vendidos multitudinariamente y su éxito ha sido satelital. No en vano es la madre del feminismo de la segunda ola, sobre todo por su libro maestro, “El segundo sexo” (1949), que fue traducido a más de 40 idiomas.

Simone de Beauvoir reflexionó exhaustivamente en todas sus obras sobre la condición de subordinación de las mujeres e investigó las causas de esto. Por eso el libro “El segundo sexo” es tan importante, porque es la muestra del trabajo que realizó Simone para desmitificar una a una las “verdades” que durante muchos años habían validado y permitido decirnos que éramos menos. A pesar de ser una mujer burguesa, Simone vivió en carne propia las desigualdades de género, ya que fue una de las primeras mujeres en asistir a la universidad y una de las pioneras en el campo literario feminista.

Quiero resaltar algunas citas de este libro que ayudan a ilustrar la idea central de este texto; que es la necesidad presente de escribir sobre nuestro trabajo, nuestras experiencias y nuestras vidas. Lo importante que es escribir, estar, existir y resistir. Las reflexiones de Simone siguen vigentes:

(...) la tragedia de la mujer de edad: se sabe inútil; a lo largo de toda su vida, la mujer burguesa ha tenido que resolver a menudo el irrisorio problema de cómo matar el tiempo. Pero, una vez criados los hijos y cuando el marido ha “llegado” o, por lo menos, se ha instalado, los días no terminan de morir. Las labores femeninas se han inventado para disimular esa horrible ociosidad; las manos bordan, hacen punto, se mueven; no se trata de un verdadero trabajo, porque el objeto producido no es el fin propuesto; apenas tiene importancia y a menudo es un problema saber qué destino se le va a dar (...) la mujer teje tristemente la nada misma de sus días. La acuarela, la música, la lectura desempeñan justamente el mismo papel; la mujer ociosa, al entregarse a ellas, no trata de ampliar su aprehensión del mundo, sino meramente de no aburrirse. (De Beauvoir, 1949, p. 696).

En esta cita, Simone cuestiona el servilismo que encasilló el tiempo y los quehaceres de la vida cotidiana de las mujeres burguesas, desperdiciando su tiempo en las actividades hogareñas que consumen a las mujeres hasta el día de hoy, ya que, aunque en la actualidad estamos en los ámbitos productivos trabajando por un salario a full time, el trabajo no termina después de las 8 horas de la jornada diaria; el trabajo doméstico no remunerado se prolonga sin tener horario ni remuneración. Sobre todo, si se consideran las labores de cuidado a los integrantes de la familia, que mayormente recae en las mujeres, generando una carga emocional que no recibe reconocimiento social ni económico.

Entonces, pensando en las importantes tareas que han realizado Vania y otras compañeras desde el periodismo, me pregunto: ¿cuántas veces han sido cuestionadas por no estar en casa y por hacer tanto por la gente fuera? Sin duda, el periodismo es una carrera que requiere de mucha vocación, ya que la noticia demanda ser atendida sin horario. Y tal como Vania lo menciona en la entrevista, el periodismo en Bolivia -como en Latinoamérica- es un terreno en el que aún las mujeres hacen sentir incomodos a los que siempre habitaron ese lugar. Sobre todo, las mujeres no hegemónicas, no blancas.

Además, quiero resaltar el protagonismo activista de la familia de Vania y de varias de las mujeres que han marcado su vida sobre la defensa de la democracia en diversos momentos de la historia de Bolivia. Tomar una posición en ciertas coyunturas políticas es bastante peligroso para las y los periodistas, sobre todo en una región tan convulsionada como Latinoamérica. El exilio marca el dolor que significa dejar la patria obligatoriamente sabiendo que le están arrebatando dignidad al pueblo; ya que los regímenes dictatoriales fungen de organizaciones criminales que atacan el Estado y lo desmantelan. Y las mujeres desde la casa, la televisión, la radio, el salón de clases, la calle y la casa siempre han resistido y defendido la matria nuestra. Tal como lo hicieron Vania y Ana María, con la Fundación UNIR en Bolivia10.

La siguiente cita describe cómo se normaliza que los verdaderos dueños del pensamiento político son los hombres; siendo los asuntos del mundo sus propios asuntos, mientras que las mujeres, a pesar de sus arduos esfuerzos, no logran adquirir esa naturalidad para ser parte de la vida pública. Esto se refleja en la minúscula participación política que existe en países como el Perú, donde de los 26 gobiernos regionales que fueron electos en el año 2022, ninguno es ocupado por una mujer; estando bastante lejos de la paridad y la alternancia. En este sentido, De Beauvoir (1949) dice:

(...) la mujer trata de reconquistar su autonomía. No es una empresa fácil. Por el hecho de que el marido es frecuentemente mayor que ella y, en todo caso, posee un prestigio viril y es el “cabeza de familia”, según la ley, ostenta una superioridad moral y social; muy a menudo posee también -al menos en apariencia- una superioridad intelectual. Tiene sobre la mujer la ventaja de la cultura o, al menos, de una formación profesional; desde la adolescencia, se interesa por los asuntos del mundo, que son sus propios asuntos; sabe algo de leyes, está al corriente de la política, pertenece a un partido, a un sindicato, a una asociación; trabajador, ciudadano, su pensamiento está comprometido en la acción; conoce la prueba de la realidad, con la cual no se puede hacer trampas: es decir, que el hombre medio posee la técnica del razonamiento, el gusto por los hechos y la experiencia, cierto sentido de crítica; eso es lo que les falta todavía a muchas jóvenes; aunque ellas hayan leído, asistido a conferencias y adquirido las artes del adorno, sus conocimientos, amontonados más o menos al azar, no constituyen una cultura; si no saben razonar bien, no es como consecuencia de un vicio cerebral, sino porque la práctica no las ha obligado a ello; para ellas, el pensamiento es más bien un juego que un instrumento; aun siendo inteligentes, sensibles, sinceras, no saben exponer sus opiniones y extraer las consecuencias de las mismas, al carecer de una técnica intelectual (p. 519).

En conclusión, quiero resaltar la importancia de la publicación del libro “Mujeres de la comunicación. Bolivia” como un hito y homenaje a las periodistas pioneras en Bolivia, que dejan una tradición grandiosa para todas. Pertenecemos a sociedades poscoloniales jóvenes que siguen en construcción, y a veces se avanza y otras solo sentimos que estamos estancados con los regímenes de gobiernos mezquinos que dañan a nuestros pueblos. Por ello, recordar que somos muchas, recordar que no estamos solas nos ayudará a seguir dando batallas desde nuestros pequeños, pero no insignificantes lugares. Que nuestra pluma sea afilada y nuestra voz siempre suene fuerte. Gracias Vania por tu voz y tu vida.

Finalmente, convoco a mis compañeras a permanecer en la terquedad, y seguir hablando de nosotras mismas y nuestras insignificantes existencias que nada más y nada menos dan vida y sostienen la economía del mundo.

Referencias

1. De Beauvoir, S. [1949] (2005) El segundo sexo. Madrid, España: Cátedra. [ Links ]

2. Lau, A. (1998) La historia de las mujeres: una historia social o una historia de género. En G. Von Wobeser (edit.), Cincuenta años de investigación histórica en México. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México (pp.159-169). http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros/cincuenta/343.htmlLinks ]

3. Lerner, G. (1986) The Creation of Patriarchy. New York: Oxford University Press. [ Links ]

4. Sandoval, V. y Portugal, R. (edits.) (2022) Mujeres de la comunicación. Bolivia. La Paz, Bolivia: Programa de medios y comunicación de la Friedrich Ebert Stiftung para América Latina y El Caribe [ Links ]

Notas

2 Por esta razón se realizan las #Editatonas con el apoyo de Wikipedia. Estas actividades alimentan la información de la web con información de biografías de mujeres artistas, literatas, historiadoras, periodistas, científicas, etc. Estas jornadas se realizan por mujeres que se organizan ad honorem para realizar esta labor. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Encuentros/Editat%C3%B3n_Mujeres_en_la_Ciencia

5 Ver biografía en Wikipedia (2023). Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Ana_Mar%C3%ADa_Romero

8La invitada (1943), La sangre de los otros (1944) y Pirro y Cineas (1944), Para una moral de la ambigüedad (1947), América día a día (1948), El segundo sexo (1949), Memorias de una joven formal (1958), La plenitud de la vida (1960), La fuerza de las cosas (1963), La vejez (1968), Final de cuentas (1972), La ceremonia del adiós (1981), entre otros escritos de otros géneros literarios.

10 Ver: https://www.unirbolivia.org/

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