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Revista Ciencia y Cultura

versão impressa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult vol.27 no.50 La Paz jun. 2023  Epub 30-Jun-2023

 

ARTÍCULOS Y ESTUDIOS

El turismo, ¿un destructor o un potenciador de la cosmovision Kallawaya?**

Tourism, a destroyer or an enhancer of the Kallawaya worldview?

Mariana Sánchez Mitru* 
http://orcid.org/0000-0001-9525-7578

*Mariana Sánchez Mitru, licenciada en administración turística con Máster en Dirección y Gestión de Proyectos y diplomados en Investigación Social Interdisciplinaria en Ciencias Sociales y Humanas, en Educación Superior y en Marketing para Industrias Culturales, Creativas y Turísticas. Investigadora adscrita del Centro de Investigación en Servicios Turísticos (CISTUR) de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo”. Correo electrónico: msanchezmitru@gmail.com ORCID: 000-0001-9525-7578


Resumen

La cultura Kallawaya, declarada Patrimonio de la Humanidad en 2003, es uno de los exponentes culturales más representativos de Bolivia, pero por su alta fragilidad y grandes amenazas lamentablemente corre un alto riesgo de desaparecer. Ante esto, los kallawayas han apostado por el turismo biocultural como actividad estratégica para la salvaguarda de su cosmovisión. Mediante una investigación de carácter cualitativo, basada en la sistematización de experiencias, se propone mostrar cómo bajo un enfoque sostenible, consciente y biocultural el turismo puede convertirse en un potenciador de esta expresión cultural, más que en un destructor de ella.

Palabras clave: turismo sostenible; turismo biocultural; turismo cultural; patrimonio inmaterial; desarrollo turístico integral; Kallawaya

Abstract

The Kallawaya culture, declared World Heritage in 2003, is one of the most representative cultural exponents of Bolivia, but due to its high fragility and great threats, unfortunately it has a high risk of disappearing. Given this, the Kallawayas have opted for biocultural tourism as a strategic activity to safeguard their worldview. Through qualitative research based on the systematization of experiences, it is proposed to show how, under a sustainable, conscious and biocultural tourism approach, tourism can become an enhancer of this cultural expression, rather than a destroyer of it.

Keywords: Sustainable tourism; biocultural tourism; Cultural tourism; Intangible heritage; Integral tourism development; Kallawaya

Fotografía: Mariana Sánchez Mitru

Mesa para ritual Kallawaya Charazani, Bolivia (Circuito Pacha Trek) 

1. Introducción

Con el aumento de la conciencia turística y el reciente interés hacia la gestión del patrimonio cultural inmaterial -promovida sobre todo por la Convención de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial desarrollada en 2003-, los diferentes actores se han visto con el deseo y la necesidad de recuperar, conservar y valorizar sus prácticas como expresiones culturales vivas. Bolivia cuenta con 14 títulos de “Patrimonio de la humanidad” otorgados por la UNESCO; de ellos siete son de la categoría de Patrimonio Inmaterial y uno de ellos le corresponde a la cultura Kallawaya, uno de los grupos étnicos más genuinos, auténticos y representativos del país que fue declarado en 2003 como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”.

Esta expresión cultural se ha visto amenazada por varios factores externos como aculturación, migración, falsificación, falta de protección jurídica de las comunidades, por empresas químicas y farmacéuticas y, por tanto, está poco a poco desapareciendo. Para frenar esto, los kallawayas han apostado por el turismo comunitario como una actividad estratégica para la salvaguardia de su cosmovisión, la protección de su medio natural y para generar, además, ingresos económicos. Es así que han desarrollado desde el 2004, con apoyo de diferentes cooperaciones, un emprendimiento comunitario llamado “Pacha Trek” compuesto por cuatro comunidades kallawayas. Entre las gestiones 2014 y 2019 se sumó a estos esfuerzos de colaboración el Programa Nacional Biocultura (PNB) de la Cooperación Suiza, mediante la incursión del “Turismo Biocultural”, un nuevo enfoque desde una perspectiva endógena de lógica identitaria, integral, sostenible, participativa y consciente, sustentado en la teoría de la integralidad holónica de Ken Wilber (1996).

Sin embargo, ante la preocupante fragilidad de este patrimonio cultural inmaterial (PCI) y la alta complejidad y diversidad de la actividad turística que se desarrolla en territorio kallawaya, surge la pregunta: ¿Podría ser el turismo un destructor más de esta expresión cultural o, más bien, un potenciador de ella?

Para responder a este cuestionamiento, el presente artículo presenta ocho acápites, que incluyen la presente introducción como primera parte. En la segunda, brinda una descripción sobre el patrimonio cultural e inmaterial y su interacción con el turismo. La tercera describe la cultura y cosmovisión kallawaya, dando énfasis a su ritualidad, con el fin de ubicar al lector en el contexto geográfico social y cultural de la experiencia. Como cuarta se muestra el turismo y sus impactos en el mundo Kallawaya tomando como caso de análisis el emprendimiento comunitario Pacha Trek y el apoyo del proyecto MESO Turismo. La quinta parte profundiza el enfoque de Turismo Biocultural, su concepto y principios. La sexta describe la oferta turística kallawaya bajo el enfoque de turismo biocultural, centrándose en el paquete “Juyay Místico”. En la séptima sección se brindan las lecciones aprendidas y las conclusiones de la investigación sobre cómo incide la actividad turística en los bienes patrimoniales inmateriales de la cultura Kallawaya. En la octava y última sección se expone la bibliografía utilizada para indicar la fuente original de datos y reforzar argumentos propios empleados en la presente investigación.

2. Patrimonio cultural inmaterial y el turismo

Cajías (2016) muestra de forma muy clara que en las últimas cinco décadas se ha presenciado un evidente aumento del interés prestado a la gestión del Patrimonio Cultural en Bolivia por parte de instituciones públicas, privadas, sociedad civil y del tercer sector. Los profesionales y estudiosos del área han regalado innumerables y valiosos estudios e investigaciones que profundizan sobre el patrimonio, evidenciando y mostrando al mundo que una de las principales características diferenciadoras de Bolivia es su amplia diversidad cultural y patrimonial, tanto así, que muchas comunidades se han visto con el deseo y la necesidad de recuperar, conservar y valorizar sus tradiciones.

Ante estos esfuerzos de salvaguardar el patrimonio, es importante entender que, si bien la cultura abarca toda la actividad humana, no sucede lo mismo con el patrimonio cultural. No todo bien ni toda expresión cultural es patrimonio cultural. Para que un bien sea considerado patrimonio, tiene que reunir en sí mismo una confluencia de valores y significados que tiene que ver prioritariamente con la identidad (Cajías, 2016, pp.11-12). Así, Llorent Pratç(1997), indica que el patrimonio cultural “es una invención y una construcción social”, “es todo aquello que socialmente se considera digno de conservación independientemente de su interés utilitario”. Pero también engloba tres procesos distintos, aunque en algunos puntos complementarios, de carácter respectivamente político, económico y científico (Pratç, pp.63-64).

En la conservación del patrimonio se ha introducido progresivamente un cambio de paradigma que ha supuesto la entrada en escena de una nueva categoría patrimonial: la de las prácticas y expresiones culturales vivas (Jiménez y Seño, 2018).

De acuerdo al criterio de pertenencia, el patrimonio se clasifica en local, comunitario, nacional, regional y mundial...”. “Según el tipo y su principal soporte, los bienes patrimoniales se dividen en materiales e inmateriales. En el caso de los primeros predomina el objeto material y en el de los segundos lo mental” (Cajías, 2016, p.14).

Profundizando sobre el patrimonio cultural inmaterial (PCI), que es la temática particular del presente artículo, Cajías (2016) afirma que es “la manera de vivir de los pueblos” y sus principales criterios son la representatividad y lo distintivo” (p.16).

La UNESCO (2003) da un concepto más amplio, señalando que los bienes culturales son los “usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural” e indica que se concreta en cinco ámbitos: las tradiciones y expresiones orales, incluyendo el idioma; las artes del espectáculo; los usos sociales, rituales y actos festivos; los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; y las técnicas artesanales tradicionales (Cajías, 2016, pp. 5- 6).

Se diferencian del patrimonio material, porque los bienes inmateriales se reproducen cientos y miles de veces y también cambian constantemente, se recrean, se transforman. Es una tradición viva heredada que se transmite de generación en generación y que tiene una continuidad histórica. (Cajías, 2016, p. 16).

Por ejemplo, un ritual Kallawaya es posible verlo, participar en él y dura un determinado tiempo, luego desaparece porque es efímero, dinámico, al día siguiente habrá otro ritual y otro. Eso sí, su esencia es inmaterial y de larga duración.

Estos elementos evidencian su gran fragilidad y vulnerabilidad, ya que dependen de actores y condiciones sociales y medioambientales que permitan su florecimiento y supervivencia. Muchos de sus elementos están amenazados debido a los efectos de la globalización, las políticas homogeneizantes; además de la falta de medios, de valoración y de entendimiento. Todo ello en conjunto conduce al deterioro de las funciones y los valores de estos elementos y a la falta de interés hacia ellos entre las nuevas generaciones (Coord. Nacional de Patrimonio Cultural y Turismo, s.f., párr 6).

La importancia que reviste el patrimonio cultural inmaterial es amplia y Jiménez y Seño (2018) señalan que desde la Convención de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) está cobrando un reciente interés como elemento conformador de los destinos en sitios de interés turístico como oportunidad de desarrollo para los territorios, al generar en las comunidades posibilidades y expectativas de riqueza económica. Las tradiciones, festivales, rituales, gastronomías, artesanías y otras expresiones de la “cultura viva” aportan al destino turístico “autenticidad” y “experiencias significativas” a los visitantes y turista plazo (Jiménez y Seño, 2018, p. 351). Los autores también señalan que el turismo fortalece un sentimiento de identidad entre las comunidades y grupos, al mismo tiempo que puede ofrecer un incentivo para salvaguardar y potenciar el PCI, ya que los ingresos generados por esta actividad pueden propiciar el desarrollo económico local y canalizarse hacia iniciativas de preservación a largo plazo.

Sin embargo, la interacción entre Patrimonio Inmaterial y Turismo no es tarea sencilla, son muchos los problemas y riesgos que se pueden causar si es que la instrumentalización del patrimonio desemboca en una comercialización excesiva o en un turismo no sostenible que puede poner en peligro el PCI (UNESCO O. d., 2003). Por ejemplo, la masificación turística y una inadecuada gestión puede producir efectos negativos como la banalización del patrimonio, obviando sus significados simbólicos e identitarios, ofreciendo una imagen distorsionada o sobredimensionada de éste para aumentar su atractivo hacia el turismo cuando, sencillamente, no se recrea e inventa. Es cada vez más frecuente encontrar significativas transformaciones de los lugares que se han convertido en grandes destinos turísticos, de modo que se produce una escenificación del patrimonio cultural y, más aún, del patrimonio inmaterial (Jiménez y Seño, 2018).

3. Los Kallawayas

Como ya se mencionó, una de las principales características diferenciadoras de Bolivia es su amplia diversidad cultural y patrimonial. Desde 1987, 14 de sus patrimonios han sido declarados “Patrimonios de la Humanidad” por la UNESCO. Dentro de esta nominación resalta visiblemente la categoría de Patrimonio Inmaterial para siete de los 14 patrimonios bolivianos declarados; siendo uno de ellos la Ciencia y la Cosmovisión del Pueblo Kallawaya, que es el objeto de la presente investigación.

La cultura Kallawaya es uno de los exponentes culturales más genuinos, auténticos y representativos que tiene Bolivia, es por eso que el 7 de noviembre de 2003 fue declarada por la UNESCO como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad” y he ahí su principal atractivo y maravilla turística, además de los espectaculares paisajes que alberga la zona.

Los orígenes del grupo étnico Kallawaya, afincados en la región montañosa Bautista Saavedra, al norte de La Paz (Bolivia) (ver imagen 2), se remontan a la época preincaica, pero al igual que muchos otros aspectos de la cultura andina, sus prácticas y sus valores han evolucionado con la fusión de las religiones andina y cristiana (UNESCO O. e., 2008).

Bastien (1973) y Vellard (1981) caracterizan a los kallawayas por el ejercicio de una medicina natural ancestral -procedente de la farmacopea animal, mineral y botánica- a la que está asociado todo un acervo coherente de mitos, ritos, valores y expresiones artísticas que les proporciona una visión original del mundo, de la cual depende su concepción de la salud, que une la naturaleza, lo espiritual, la sociedad y la persona. El viaje juega un papel preponderante en la recolección de plantas y diligencia de curaciones a largas distancias (Nasti, 2014, p.47).

El ritual, que es parte indisoluble de sus curaciones, “involucra un conjunto de prácticas y símbolos (ofrendas, danzas, cantos, gestos o actuaciones), y se lleva a cabo repetitivamente y voluntariamente por personas relacionadas culturalmente, en lugares y tiempos determinados” (CONABIO, 2020). Para los kallawayas está estrechamente relacionado con el equilibrio de la vida y su armonía con la naturaleza y lo sobrenatural, por eso los rituales están presentes en el día a día de las comunidades y se los practica para pedir para traer abundancia, salud y curación, protección, amor, buena suerte o para leer el futuro.

Los kallawayas usan “mesas” muy variadas en sus rituales que representan “ofrendas complejas constituidas por series distintivas de ingredientes que se adecúan a los intereses culinarios diferenciados de los distintos comensales3 agasajados” (Fernández, 1997, p. 49). Por ejemplo, se tiene la “mesa blanca” que sirve para curaciones, salud y bienestar, y es la más solicitada. Lleva “platos”, pequeños nidos hechos con fibra de llama, donde se colocan diferentes símbolos como la hoja de coca, la wira q’usa4, el llamp'u5 el sullu6, canela, azúcar, incienso, oro, plata, cobre, clavel, vino, alcohol, wayruru7, entre otras variantes.

Fernández también indica que estos platos precisan de todos sus ingredientes para conformar una ofrenda “sabrosa” y de calidad y no desairar a los comensales invitados (p.54). Una vez puestos los elementos, se realizan las oraciones correspondientes y luego la mesa es quemada en los denominados Cabildos8. (Ver imagen 1).

Fotografía: Mariana Sánchez Mitru

Imagen 1: Mesa Kallawaya con “platos” o nidos de alpaca y diferentes elementos  

También existe la “mesa gris”, que se realiza para expulsar penas, desgracias y embrujos; y la “mesa negra”, donde se envuelven los males. Esta última incluye sacrificios animales y está ligada a la magia negra.

Cada ritual y cada mesa tiene sus propios símbolos, elementos, ingredientes, colores, lugares, cabildos particulares, sacrificios animales, días específicos para su desarrollo y hasta deidades diferentes (seres sobrenaturales/comensales), todo dependerá de la petición que haga el interesado.

Albó, Greaves y Sandoval (1981) señalan que el apetito de los seres sobrenaturales no se ha visto mitigado con el tiempo; su voracidad se ha incrementado en esta época de cambio y crisis de identidad a la que se ven expuestos tanto aymaras como kallawayas (Fernández, 1997, pp. 49-50).

Son los hombres quienes realizan esta práctica y son eventos tan relevantes que usan su lenguaje secreto para desarrollarlos: el Machchaj Juyai9. Bastien (1978, p.20) observa que “pocos herbolarios todavía hablan la lengua kallawaya”, mientras que (Muysken 2009, p.147) afirma que “hoy en día, no está claro si el kallawaya se habla todavía; los datos no son muy consistentes”.

Por su parte, las mujeres kallawayas participan en ciertos ritos y se consagran a la salud de las mujeres encintas y de los niños. Ellas son las artífices de los extraordinarios tejidos que se usan en los rituales son de ofrendas o tributos y también sirven para el intercambio. Los diseños de cada tejido, cada dibujo y color utilizado evocan prácticas específicas de la cosmovisión kallawaya (UNESCO O. e., 2008).

No hay duda de que los kallawayas son auténticos productores y propietarios de una exquisita expresión cultural inmaterial de valoración económica, simbólica y emocional pues conocen, controlan y reflejan eficazmente todo su proceso mediante sus habilidades, conocimientos y saberes. Eso sí, es una ocupación que sólo pueden ejercer los “elegidos”, los denominados Wata Purichis10 y Kallawayas11. Sin embargo, cada vez hay más kallawayas, más por necesidad que por vocación e identidad; a estos últimos se les llama Yatiris12.

A pesar que esta cosmovisión es conocida en todo el territorio nacional y fuera de él, y además de que ostenta el título de Patrimonio de la Humanidad, lamentablemente está poco a poco desapareciendo. Se ha visto amenazada por la aculturación, migración, falsificación, falta de protección jurídica de las comunidades, por empresas químicas y farmacéuticas (UNESCO O. e., 2008).

Entonces, ante este evidente potencial cultural inmaterial, las altas amenazas que afronta y su preocupante fragilidad, los kallawayas han apostado, hace ya unos años, por el turismo como una actividad estratégica para revalorizar y fortalecer su identidad y prácticas culturales, proteger su medio natural y generar, además, ingresos económicos.

4. El turismo en el mundo Kallawaya

Si bien el turismo, a pesar de la pandemia, sigue representando una de las actividades económicas más importantes en Bolivia13, no representa una actividad así de relevante, económicamente hablando, para el municipio de Charazani y sus comunidades, por el bajo flujo de visitantes que reciben. Motivo que repercute en el bajo interés, escaso fomento y deficiente regulación por parte de las autoridades locales hacia esta importante actividad. Esta suma de factores puede resultar en una debilidad para Charazani como destino a la hora de apostar por nuevas actividades económicas.

Sin embargo, el sostenido crecimiento turístico a nivel nacional y el aumento del interés por realizar nuevas prácticas, más sostenibles y auténticas, ha logrado que desde principios de 2004 diferentes cooperaciones y ONG apoyen a este destino en la incursión del turismo. Uno de los resultados más relevantes es la conformación de una asociación de turismo comunitario denominada “Pacha Trek” establecida en las comunidades kallawayas de Qutapampa, Caluyo, Chacarapi y Chari, cuyo fin central es promover el turismo comunitario como actividad económica sostenible, conservar la biodiversidad de la región y revalorizar la cosmovisión Kallawaya.

El Pacha Trek cuenta con cuatro albergues, tres centros de interpretación, un sendero que vincula a las cuatro comunidades y senderos en torno a las mismas para visitas cortas. Los albergues tienen capacidad para alojar a ocho personas, cada uno, y cuentan con un área de alimentación; las habitaciones y los baños son compartidos. Los centros de interpretación están diseñados con temáticas diferentes, cada una aborda un aspecto de la vida cotidiana y cosmovisión de la cultura Kallawaya, están equipados y organizados de manera que el turista pueda realizar una visita guiada a los mismos. La Imagen 2 muestra la ubicación de Charazani y del Pacha Trek.

Fuente: Elaboración propia en base de la Guía de Turismo Biocultural (2018)

Imagen 2: Mapa de ubicación del Pacha Trek 

Desde el surgimiento del Pacha Trek, si bien son muchos los impactos positivos generados en las comunidades -como más empleo e ingreso; mayor estímulo en la rehabilitación y conservación de sus centros arqueológicos y en la revitalización de sus costumbres, tradiciones, artesanías o folclore; mayor tolerancia y bienestar en las comunidades; mayor estímulo en la mejora y conservación del entorno natural, entre otros- también se han detectado impactos negativos, como la adaptación, la condensación y la modificación de la cosmovisión Kallawaya, en particular de sus rituales.

Si bien la renovación de valores dentro de las prácticas turísticas ha generado que el nuevo turista ahora quiera conocer, aprender y vincularse con culturas auténticas, paradójicamente, en algunos casos, se ha visto que éste tiene poco tiempo o escasos recursos económicos para acceder y ser parte de la amplia cosmovisión Kallawaya y sus rituales. Además, algunos turistas no contemplan el valor real material e inmaterial de estas prácticas y, debido al poder de negociación que ejercen, obligan a descuentos descomunales y hasta insultantes. Estos aspectos, de cierta forma, han obligado a los Kallawayas a adaptar su cultura, y con ella sus prácticas rituales y ceremoniales, a exigencias y tiempos que no toman en cuenta el arraigo de sus costumbres.

También se ha visto que algunas empresas turísticas tienen un comportamiento similar. Son muchas las que condensan el patrimonio cultural en elementos más atractivos y rentables, pero no necesariamente identitarios y reales; es decir, simplifican la expresión cultural de los Kallawayas para hacerla comprensible en poco tiempo, y en algunos casos, hasta fabrican, inventan y modifican narrativas para su consumo. Esto se da por la falta de conocimiento y valoración de este importante patrimonio cultural inmaterial, haciendo que la lógica de mercado y de valor económico se imponga y carcoma totalmente la lógica identitaria y de valor simbólico. Es decir, algunas empresas optan más por brindar espectáculo antes que una verdadera muestra cultural, buscan vender más paquetes en vez de generar emociones y experiencias o quieren generar más beneficios económicos que beneficios ambientales, sociales, culturales y espirituales.

En fin, lo que en un principio fue euforia de los locales por recibir turistas terminó en celo, apatía y molestia por causa de una mala comercialización de la cultura.

Frente a estos impactos negativos que se iban acrecentando por los modelos tradicionales, tecnocráticos y reduccionistas gestionados en los últimos años, el enfoque de Turismo Biocultural (TB), que más adelante se profundiza, representaba una nueva forma de “hacer mejor las cosas”, con más sentido, más identidad, más integralidad, más conciencia y más sostenibilidad.

Si bien el Pacha Trek se constituyó a principios del 2004, recién el 2014 es cuando ingresa a colaborar en la zona el Programa Nacional Biocultura14 (PNB), con el mandato de implementar el imperativo constitucional del Vivir Bien como política pública; se debía desarrollar metodologías, probarlas y convertirlas en políticas públicas locales, con recursos, financieros y no financieros, para poder ser implementados (Medina, 2020).

El PNB intervino en dos fases, que tuvieron como socio ejecutor y coordinador central a la Wildlife Conservation Society (WCS) en el marco del proyecto SIV Charazani (entre los años 2014 y 2019). En la segunda fase coadyuvó, adicionalmente, Tupiza Tours, en el marco del proyecto de promoción Red Meso Turismo (entre los años 2017 y 2019). Ambas fases tenían, entre otros objetivos, el desarrollar e implementar un nuevo enfoque de turismo donde prevalece lo sostenible, lo integral, lo endógeno y la conciencia, denominado “Turismo Biocultural”, sustentado en el enfoque integral holónico de Wilber (1996), y mediante el cual se fortaleció el Pacha Trek en diferentes dimensiones, como capacitación y sensibilización respecto a su valor biocultural y gestión del turismo, rescate, revalorización, conservación y puesta en valor del patrimonio, acciones de marketing y posicionamiento, desarrollo de planes y estrategias para la actuación turística, desarrollo de una oferta integral (paquetes turísticos) para la generación de ingresos justos y equitativos, entre otros.

En la segunda fase del proyecto se tuvo la participación del Centro de Investigación en Servicios Turísticos (CISTUR) y de la carrera de Administración Turística de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” con el apoyo específico en la certificación de los procesos de capacitación en gastronomía, administración y hotelería, guiaje biocultural así como promoción y marketing turístico.

A pesar del alto potencial turístico y patrimonial del Pacha Trek y el apoyo externo recibido, lamentablemente este emprendimiento hasta la fecha no ha logrado ser autosostenible en su operación turística por diferentes razones: difícil accesibilidad, deficiente servicio de transporte, falta de infraestructura y supraestructura turística, mala comunicación y conectividad, falta de interés, falta de conocimiento sobre gestión turística, entre otros. El Pacha Trek aún necesita de una colaboración externa -ya sea privada, pública, académica o de cooperación- para que funcione.

5. Turismo Biocultural como enfoque para el desarrollo turístico del pueblo Kallawaya

Javier Medina y Gonzalo Mérida, siendo parte del PNB, dieron los primeros acercamientos para la aplicación de la teoría integral de Ken Wilber al turismo en su libro Acerca del Turismo Biocultural: hacia la construcción de un modelo (2014), generando el concepto y los primeros principios de “Turismo Biocultural”. Sin embargo, este enfoque es el genuino resultado de la fusión e interacción de ideas, pensamientos, experiencias, vivencias y diálogos de los diferentes actores públicos, privados, comunitarios y académicos de cada región donde se trabajó15. Así pues, representa la integralidad del conocimiento: de aportes científico-académicos interdisciplinarios con aportes desde un saber local y una comprensión empírica del mundo; complementariedad clave para que este modelo haya tomado forma y tenga resultados que pueden ser evidenciados en los diferentes documentos generados por los proyectos de Turismo Biocultural y expertos en la materia.

Este bagaje de información ayudó a conceptualizar e interpretar el Turismo Biocultural como: actividades de lógica endógena, sostenibles, participativas, integrales y conscientes, donde se generan experiencias y emociones auténticas y una convivencia equilibrada entre anfitriones, visitantes y el medio ambiente, mediante diálogos y reflexiones interculturales y una mirada que une Naturaleza y Cultura, Ciencia y Conciencia, lo Material y lo Espiritual, para contribuir en la conservación, revalorización y puesta en valor del patrimonio bio-cultural, el crecimiento de la conciencia y el genuino desarrollo responsable e integral político-institucional, social, cultural, ambiental, espiritual y económico del territorio. (Ver cuadro 2).

Por tanto, el turismo biocultural no es un tipo o modalidad de turismo; es un enfoque integral que pretende ser el paraguas, el eje rector y el foco metodológico para hacer turismo en los destinos. Constituye una forma de repensar y reinventar el turismo de forma consciente y sostenible y, en consecuencia, lo es también para tratar los problemas relativos a él.

Entonces ¿cuáles son las diferencias sustanciales que tiene el turismo biocultural en comparación a otros modelos de desarrollo turístico? Esta pregunta es común cuando se habla de esta temática y es totalmente válida, pues al ser un enfoque integral, une el mayor número de perspectivas, estilos y metodologías en una visión coherente convirtiéndose en un “metaparadigma” cuya asimilación es compleja.

La diferencia principal del TB radica en su enfoque sustentado en la Teoría Integral Holónica de Ken Wilber (1996). Este enfoque es un esfuerzo comprehensivo e “integrador”, que resalta relaciones entre diversos campos del conocimiento.

Su alcance es transdisciplinario, ofreciendo un marco para contextualizar tanto los campos del conocimiento como el desarrollo de los individuos y las sociedades. Tiene dos grandes componentes: el primero es una categorización de los fenómenos en cuatro cuadrantes, factores que resultan de abstraer en dos dimensiones dichos fenómenos, una a lo largo del continuo exterioridad- objetividad-tangible versus interioridad-subjetividad-intangible, y otra a lo largo del continuo individuo versus colectividad; el segundo componente es una profundización del desarrollo individual y colectivo de los entes vivientes, en especial humanos (Vargas Prieto, 2015, p. 89).

Cualquier investigación que utilice los cuadrantes va a compartir varias facetas: intencional, conductual, cultural y social, constituyendo en sí una aproximación y percepción abarcativa, totalizante, sistémica, holónica e integral, muy acorde con los tiempos que vivimos. Las características del cuadrante de Wilber son las siguientes (Medina Aveledo, 2018):

  • 1. El cuadrante superior izquierdo se relaciona con los aspectos subjetivos/individuales e interpretativos. Es cualitativo. Utiliza el lenguaje del Yo. Estudia la conciencia. Pertenece a este dominio lo intencional. Son sus teóricos: Freud, Jung, Piaget. Pertenecen a este reino: el psicoanálisis, la fenomenología, la hermenéutica y el misticismo.

  • 2. El cuadrante superior derecho guarda relación con la materia, con lo que puede verse, medirse y tocarse; por lo tanto, es empírico-positivista-objetivo y cuantitativo. Utiliza el lenguaje del ello/esto. Pertenece a este dominio: lo conductual. Son sus teóricos: Skinner, Watson, Locke. Pertenecen a este reino: la física, la neurología, la biología.

  • 3. El cuadrante inferior izquierdo se relaciona con los aspectos culturales, colectivos intersubjetivos. Es cualitativo. Utiliza el lenguaje del nosotros. Pertenece a este dominio: lo cultural. Son sus teóricos: Kuhn, Weber, Gadamer. Pertenece a este reino lo etnográfico y la fenomenología.

  • 4. El cuadrante inferior derecho cubre los aspectos sociales colectivos exteriores e inter-objetivos. Es cuantitativo. Utiliza el lenguaje del ello/ estos. Pertenece a este dominio lo social. Son sus teóricos: Comte, Marx. La Teoría de Sistemas. Pertenecen a este reino el sistema social.

Cuadro 1: Cuadrantes de Ken Wilber 

Fuente: Elaboración propia en base al cuadrante de Ken Wilber (1996), Vargas (2015)

Para dar un ejemplo, la diferencia entre el turismo sostenible y turismo biocultural es que el primero se caracteriza por tres pilares principales: lo sociocultural, lo económico y lo ambiental; su objetivo es conservar para las generaciones futuras. En cambio el segundo, lo biocultural, añade estrategias para incorporar lo político-institucional (colectivo exterior) y la espiritualidad o conciencia individual interior (el yo interior, aspectos subjetivos/individuales e interpretativos); es decir, adicionalmente estudia y profundiza en la conciencia de la persona, lo cognitivo, lo imaginario. Aspectos importantes para generar identidad y encontrar la verdadera esencia del viaje.

Como indica Ken Wilber, en lugar de tratar de determinar qué enfoque es correcto y cuál erróneo, se parte de la premisa de que todos son verdaderos pero parciales y, en consecuencia, no se elige uno y descarta los demás, sino que se busca el modo de articular las distintas verdades fragmentarias presentadas por todos ellos (Medina Aveledo, 2018, p. 2)

Por tanto, es importante que el lector entienda que este enfoque tampoco pretende ser el único y principal, es simplemente una forma más de ver las cosas, plasmar ideas y plantear soluciones, de forma integral y consciente.

A continuación, se muestra el cuadrante de Wilber aplicado a la actividad turística:

Cuadro 2: Cuadrantes de Ken Wilber aplicado al turismo: Integralidad del turismo 

YO INDIVIDUAL (Identidad) ELLO ESTO
INTERIOR (Significado) Conciencia individual interior Subjetividad/intangible: Imaginarios del viaje, aspiraciones y expectativas individuales del visitante y el lugareño. Cualitativo Individual: pensamientos, emociones, valores, aprendizajes, sanación espiritual, sentimientos individuales del viaje. Inmaterial: Cualidades y valores del SER, Respeto de nuestra esencia integral, la del otro y la esencia de la biosfera. Lo cognitivo: lo que piensa un turista y el lugareño. Tipos de turistas y gestores turísticos, imagen del destino. Turismo espiritual, t. místico, t. vivencial, t. wellness, t. energético, t. meditativo. Conciencia colectiva interior Intersubjetividad: comunicación, diálogo, expectativas grupales. Cualitativo Grupal: Características culturales, históricas y espirituales, cosmovisiones, tradiciones, creencias, valores, pensamientos y ética compartida entre los habitantes de un destino. Inmaterial: Patrimonio Cultural Inmaterial de un destino (Tradiciones y expresiones orales, artes del espectáculo, rituales, actos festivos, cosmovisiones del universo y artesanías). Bien común, familia, grupos sociales, entorno cultural, social e histórico de un destino. Calidez del destino. Turismo comunitario, t. gastronómico, t. cultural, t. etnológico, t. religioso, etc. Individual exterior Objetividad: Medio donde se desarrolla el turismo, clima, aptitudes del territorio. Cuantificación y medida: capacidad de carga, impactos, sostenibilidad ambiental, cambio climático, huella ecológica, etc. Materia: Patrimonio natural, biósfera, flora, fauna, ríos, cerros, áreas protegidas, pisos ecológicos, etc. Lo conductual, lo que hace el turista y el lugareño. Tipos de turismo. Oferta concreta del destino. Turismo científico, eco-turismo, aviturismo, t. astronómico, t. espeleológico, t. paleontológico, t. de aventura, etc. Colectivo exterior Interobjetividad: Herramientas con las que se desarrolla el turismo. Tangibilidad: Características económicas, institucionales, políticas, sociales, culturales e históricas del destino. Material: bienes turísticos, paquetes, itinerarios, leyes, etc. Patrimonio cultural material (arquitectónico, arqueológico, artístico, histórico, industrial). Cuantitativo: flujos, mercados, ingresos, gastos, ocupación, empleo, migración, inversión pública, PIB, divisas, etc. Funcionalidad del sistema turístico, tecnología, infraestructura y supraestructura turística, política turística, economía, redes territoriales, promoción y marketing, educación, seguridad, salud, calidad, protocolos, certificaciones, limpieza, etc. EXTERIOR (Sustancia)
NOSOTROS COLECTIVO (Inspiración) ELLOS ESTOS

Fuente: Elaboración propia sobre la base del cuadrante de Ken Wilber (1996), Vargas (2015), Medina G. (2018) y Medina J. (2020).

Con base a la revisión bibliográfica y a entrevistas aplicadas en Torotoro a expertos, comunarios y autoridades para el artículo “Turismo biocultural como enfoque orientador para la planificación turística” se pudo concretar estos 12 principios fundamentales y diferenciadores que rigen el modelo y se muestran en el cuadro 3:

Cuadro 3: Principios del Turismo Biocultural 

1. Parte de un desarrollo endógeno: Desde las capacidades y necesidades locales, lo que conlleva generar no solo una participación activa y diálogo de saberes y conocimientos, sino también un entendimiento, aprendizaje y reflexión consciente, generado por una convivencia genuina entre todos. Todas las formas de pensamiento son igual de importantes, por ejemplo, el conocimiento académico no es superior al saber práctico, local y tradicional.
2. Crea sinergias, redes y alianzas territoriales Público - Privado - Comunitario - Académico para la dinamización del territorio que resulten en impactos positivos e integrales para todos.
3. Busca el desarrollo turístico responsable y en equilibrio entre lo Económico Ecológico - Social - Cultural - Político- Institucional - Espiritual Emocional.
4. Integra, ve el TODO y no fragmenta, ni aísla: Naturaleza y Cultura, Ciencia y Conciencia, Tangible e Intangible, Objetivo y Subjetivo, Material y Espiritual, Colectivo e Individual, Yo con el Otro y su Medio Ambiente.
5. Propician experiencias vivenciales sostenibles mediante diálogos interculturales (Saber & Conocimiento), convivencias auténticas y una coexistencia equilibrada entre anfitriones, visitantes y el medio ambiente; entendiendo, reflexionando y respetando de forma genuina mi esencia integral, mis emociones y sentimientos y también las del Otro.
6. Busca la funcionalidad óptima y sostenibilidad integral del sistema turístico mediante la generación de políticas públicas, legislación, tecnología, infraestructura turística y supraestructura turística.
7. Promueve el cuidado y respeto de elementos Bioculturales: i) Protección y conservación de la biosfera y ii) Rescate y revalorización de la cultura.
8. Potencia el destino mediante la puesta en valor, difusión y consumo sostenible del patrimonio biocultural, para que no queden escondidas, convirtiéndose entonces en una importante alternativa de desarrollo.
9. Desarrolla de una economía local justa, equitativa y sostenible, donde todos ganan, en el entendido de que el desarrollo económico es el medio para un fin superior: el desarrollo integral.
10. Contempla dentro de sus servicios y productos criterios como la hospitalidad, calidad, calidez, sencillez, originalidad, identidad, cordialidad, el respeto al medio ambiente y a la identidad cultural del territorio.
11. Promueve y fomenta, de forma coordinada con el privado, el académico y el público, el desarrollo del turismo comunitario como una alternativa sostenible para la mejora de las condiciones territoriales tanto sociales, culturales, económicas y ambientales.
12 Promueve el crecimiento de la conciencia superior; es decir, ser viajeros y anfitriones conscientes, con cualidades y valores del SER, para respetar de forma genuina nuestra esencia integral, la del otro y la esencia de la biosfera.

Fuente: Elaboración propia con base en los avances conceptuales de Medina y Mérida (2014) y entrevistas a actores clave del proyecto de Torotoro "Turismo Biocultural".

6. La cultural Kallawaya y su ritualidad como factores únicos en la oferta turística

El enfoque Biocultural anteriormente descrito ayudó a las comunidades Kallawaya a reconocer el alto valor que su cosmovisión representa, a entender que el turismo es un mecanismo que debe ayudar a generar relaciones, vínculos y protección de sus saberes, más que la sola acumulación de dinero. A partir de esto se desarrollaron paquetes esto, ayudó a desarrollar paquetes turísticos con una oferta integral entre lo natural y cultural, ciencia y conciencia, tangible e intangible, material y espiritual, colectivo e individual, oferta que muestra la verdadera esencia de esta cosmovisión. El criterio base fue precisamente la cultura Kallawaya y su ritualidad como factores únicos. (Ver imagen 3).

Fotografía: Mariana Sánchez Mitru

Imagen 3: Ritual del paquete turístico “Juyay Místico” 

Uno de los resultados de ese proceso es el paquete “Juyay Místico”, una oferta de cinco días donde se puede conocer con integralidad las cosmovisiones y rituales mediante un diálogo y convivencia auténtica y equilibrada entre el visitante, el receptor (kallawaya) y el medio que los rodea, respetando y valorando de forma genuina la esencia integral de todos y todo.

Está orientado fuertemente a personas que buscan experiencias místicas, emociones auténticas, que quieran resolver problemas personales, sanar o desean que les vaya bien en la vida. Es necesario que la persona interesada tenga tiempo, pues no representa sólo un “tour” o un “paquete” más, es un viaje, una experiencia que mueve emociones y debe ser vivida en toda su integralidad y esto requiere tiempo: tiempo para llegar al destino, tiempo para desplazarse entre las comunidades, tiempo para interiorizarse con la esencia del programa, tiempo para que los Kallawayas interpreten las solicitudes del visitante (no todos los ritos y amuletos son para todas las personas), tiempo para entender e interpretar el mundo Kallawaya y sus rituales, tiempo para convivir con el medio natural, tiempo para compartir con el otro, tiempo para comer bien, tiempo para pensar y tiempo para uno mismo, para entenderse, limpiarse y curarse.

La persona interesada debe reconocer el costo económico que este viaje representa, contemplar el valor real material e inmaterial de las prácticas y entender que, no por el hecho de ser un emprendimiento comunitario, éste debe valer menos. Se debe cobrar lo que realmente es, contemplando tanto su valor material y de mercado, como su valor simbólico e identitario.

La persona interesada debe, sobre todo, respetar los saberes y condiciones cosmológicas de los kallawayas; respetar sus tiempos, tipos de rituales, días de ceremonia, lugares sagrados, plantas medicinales, pensamientos y saberes locales, seres sobrenaturales, elementos característicos de las “mesas”, etc. Por eso no cualquier persona puede tomar este programa, los visitantes deben creer y pasar ciertos filtros para ser aceptados. Son preparados desde el principio. No llegan “así no más”. Y tampoco se van igual a cómo llegaron, se van “renovados”. Por tanto, el producto implica misterio y compromiso de los turistas para no revelar lo que hicieron en el lugar, porque cada persona vive esta experiencia de una forma e intensidad diferentes.

La oferta consiste en realizar una caminata a través de místicos paisajes andinos atravesando cuatro comunidades kallawaya: Qotapampa, Caluyo, Chacarapi y Chari, con la compañía de un guía kallawaya. Cada una de las comunidades tiene sus propias características y una oferta particular (centros de interpretación, guías locales, ritos y ceremonias, cultura, arrieros, servicios de hospedaje, servicios de alimentación, circuitos, narrativas turísticas, etc.) y la integración de las cuatro resultan en un producto altamente atractivo.

Cabe resaltar que este recorrido se realiza en un lugar especial llamada Área Natural de Manejo Integrado Apolobamba, una de las áreas protegidas de importancia nacional por su diversidad de ecosistemas altoandinos, bosques secos interandinos y bosques montanos húmedos, ubicados a diferentes altitudes, entre los 800 y 6.200 msnm, con una enorme riqueza en especies riqueza de especies de flora y fauna. Asimismo, Apolobamba es el territorio ancestral de los pueblos de origen kallawaya, puquina colla y leco, que mantienen sus tradiciones y su identidad cultural. El recorrido de la ruta Pacha Trek no sólo permite vivir la cultura Kallawaya, sino también visitar sitios arqueológicos y lugares emblemáticos por su belleza paisajística y diversidad biológica.

Parte integral del recorrido está dedicado al bienestar y cuidado al cuerpo y la mente, por lo que la “alimentación consciente” juega un papel preponderante, además que representa un mecanismo más para la puesta en valor del patrimonio cultural inmaterial, porque a través de un plato no solo se muestran los productos locales de un territorio, sino también una historia, una cultura particular o la combinación de ellas, se genera sentimientos de encuentro, de gozo y de felicidad. Así es, la comida es alegría, tiene la fuerza para curar los males del cuerpo y del alma, es el mejor “medicamento” que podemos ingerir, por eso es importante “saber comer”; y en este recorrido es posible degustar una oferta de platos y bebidas tradicionales, naturales, con productos orgánicos y hierbas medicinales envueltas en una genuina herencia culinaria de la cultura Kallawaya; se busca esa famosa “gastrosofía”16 territorial.

Así pues, se quiere que desde el inicio del recorrido se generen conexiones (ver figura 1):

1er día: Todo se inicia en comunidad de Qutapampa, ayllu17 de origen aymara, situado a 4.480 msnm, es la puerta al Pacha Trek. Este primer día, después del viaje de seis horas desde La Paz, se tiene la primera conexión con la naturaleza, en la laguna Suraqucha, donde se realiza una meditación y un primer ritual de bienvenida y preparación para que todo vaya bien en el territorio Kallawaya.

2do día: Muy temprano se inicia la caminata hasta la comunidad de Caluyo, situada a 3.888 msnm. En el abra (parte más alta del camino) se realiza una una bendición para que todo vaya bien en el recorrido. Por la noche se produce la segunda conexión, con las deidades, mediante un ritual de mesa blanca de peticiones personales del cuerpo y del alma para que todo salga bien en la vida de cada persona, al finalizar se realiza un ritual de augurio (lectura hoja de coca).

3er día: Se emprende el viaje hacia la comunidad de Chacarapi, ubicada a una altitud de 4.095 msnm. En el trayecto se visita el sagrado y arqueológico lugar de los Kallawayas llamado Chullpapata para la tercera conexión, con las chullpas, mediante una breve meditación y el ritual para espantar malos espíritus y malos deseos. Por la tarde se tiene una cuarta conexión, con la naturaleza sabia, visitando el Vivero Herbolario Medicinal Kallawaya donde se conoce la gran colección de plantas medicinales y es posible adquirir sus productos naturales.

4to día: Se inicia el trayecto hasta la comunidad de Chari, que se encuentra a 3.987 msnm. Aquí se realiza la quinta conexión, con los cabildos más poderosos; se hace el ritual de entrega y bendición de amuletos en función de lo solicitado por cada pasajero.

5to día: Se camina hasta Charazani, que está aproximadamente a 3.905 metros de altura, donde se tiene la última y sexta conexión, con la energía de la tierra, una limpieza final en las aguas termales de Phutina, un punto energético del planeta que permite sanar, conectar con lo divino y dejar todo lo malo fuera del cuerpo. Las aguas poseen factores energéticos como la potente ionización, mineralización, radiactividad, gases y variaciones de PH. Aquí concluye la experiencia.

Fuente: Elaboración propia con base en la coordinación con los kallawayas y técnicos de turismo.

Imagen 4: Resumen del paquete turístico Kallawaya “Juyay Místico” 

Pero existen otros paquetes de dos y tres días donde la ritualidad no es el principal exponente, sino más bien lo natural, la convivencia, la medicina, la esquila de vicuñas o las caminatas. Estos son más solicitados por un mercado con escaso en vez de poco tiempo y menos recursos económicos.

7. Conclusiones y lecciones aprendidas

Se destaca, de esta manera, la importancia del turismo como un excelente medio de consumo y actividad potenciadora del patrimonio inmaterial de la cultura Kallawaya, siempre que éste sea planificado y gestionado bajo un modelo con enfoque integral, participativo, sostenible y biocultural: que encuentre el equilibrio entre la lógica de mercado (valor económico) y la lógica identitaria (valor simbólico), que reconozca las amplias dimensiones y complejidades del turismo, que analice la fragilidad del patrimonio cultural inmaterial, que entienda las cambiantes dinámicas del territorio Kallawaya de forma integral -en lo cultural, ambiental, social, espiritual, político, institucional y económico- y ayude de esta forma a procesar e instrumentalizar adecuadamente el patrimonio inmaterial para una comercialización adecuada que promueva cambios que actúen como palancas del desarrollo desde una mirada responsable y consciente.

Es indispensable pensar en generar soportes e instrumentos claros y precisos para la salvaguardia de los rituales: tanto para su recuperación y conservación como para su producción, comercialización y consumo específico, siempre bajo una mirada sostenible, consciente, innovadora, y sumergida en la generación de redes y alianzas estratégicas. Ello para que estos no sean puramente mercantilizados, de forma que puedan promover la dinamización del territorio y cambios que actúen como palancas del desarrollo. Eso sí, se debe tomar en cuenta que la oferta que se genere, además de respetar y fortalecer la identidad, debe generar ingresos económicos justos y equitativos para todos.

El turista debe entender que no por ser un producto comunitario este debe ser extraordinariamente económico, el turista no debe llegar por lo “barato”, sino por lo enriquecedor; por tanto, debe pagar el precio de venta real que corresponde, reconociendo no sólo el gasto del viaje, sino también contemplando el valor real inmaterial de estas prácticas. Y, por su parte, el gestor turístico local debe diseñar herramientas que le permitan valorar su trabajo, su producto y su know how en las diferentes dimensiones del viaje, con el fin de calcular costos reales no sólo para un corto plazo, sino también para una mediana y larga temporalidad, así, debe permitirse tener un margen de solvencia, un fondo de garantía para cumplir las estrategias de mejora de la empresa y para prever cualquier eventualidad, obligación o riesgo al que se tenga que hacer frente.

Resulta claro que si no se realiza una adecuada contabilidad y determinación de costos, se termina subvencionando parte del viaje de los visitantes, porque es la empresa quien asume indirectamente los costos que no se está cobrando, esto puede afectar seriamente, por ejemplo, en la imposibilidad de implementar estrategias de apertura a nuevos mercados, dificulta la innovación e inversiones, impide el desarrollo de nuevas actividades más rentables y de mayor calidad, disminuye la competitividad y la eficiencia, imposibilita hacer frente a eventos fortuitos (como la pandemia), lo que resulta en mayor riesgo de sostenibilidad y quiebra en un mediano y largo plazo, entre otros.

Los procesos de planificación, gestión y desarrollo con enfoque territorial son importantes para lograr impactos mayores en un destino. El enfoque de Turismo Biocultural desarrollado en Charazani (Pacha Trek) es un ejemplo de ello pues representa una buena alternativa por lo integrador, ya que permite unir la Naturaleza y Cultura, la Ciencia y Conciencia, lo Tangible e Intangible, lo Objetivo y Subjetivo, lo Material y Espiritual, lo Colectivo e Individual, el Yo con el Otro y su Medio Ambiente, en comparación a otros modelos. Y si bien no se ha logrado desarrollar totalmente en este territorio (como en otros: Torotoro) y aún sigue siendo un concepto en construcción, sí se ha tenido avances interesantes que, sin embargo, pueden perderse rápidamente si se deja de apoyar y acompañar estos procesos. Con el tiempo esto se olvida y puede tomar otro camino.

Si bien ha habido grandes e interesantes avances y resultados, es necesario reconocer que este territorio tampoco está exento de conflictos, parte de la planificación en comprender que los conflictos están ahí, que son algo vivo, que existen, probablemente no se van a solucionar durante el mismo periodo de planificación y ejecución del proyecto, pero es importante por lo menos poder identificarlos y tenerlos en mente. Por tanto, es fundamental que exista un apoyo y alianza multisectorial entre lo político, público, privado, académico y cooperación, para que el proyecto continúe, sea sostenible y se evite el riesgo de fracaso.

Otros retos y aspectos a fortalecer son necesariamente los conocimientos en gestión y desarrollo turístico tanto a nivel municipal como comunitario, los procesos y herramientas de organización y operación empresarial del Pacha Trek para lograr así su autosostenibilidad, los mecanismos de articulación territorial y extraterritorial con diferentes actores de la cadena turística, los medios para brindar productos y servicios de calidad y calidez continuos, entre otros.

Por último, hacer turismo en destinos donde el valor más relevante es el Patrimonio Cultural Inmaterial conlleva una gran responsabilidad tanto por parte de los visitantes como de los receptores, por tanto, la regla más importante es:

Si haces turismo, hazlo respetando tu esencia integral, la de los otros y la del medio ambiente que te rodea. Por tanto, si viajas, no vuelvas como te fuiste, vuelve diferente: el viaje debe generar un cambio positivo en ti y tú debes generar un cambio positivo en los otros y en tu entorno. Si no eres capaz de hacer esto, mejor quédate en casa.

Referencias

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Notas

3 Seres sobrenaturales / deidades de los Kallawaya.

4 Planta del altiplano que posee un olor penetrante al ser quemada.

5 Sebo extraído del pecho de la llama.

6 Feto de llama.

7 Semilla tropical de color rojo y negro.

8 Lugar sagrado de los Kallawayas donde se queman las mesas.

9 Antigua lengua Puquina que significa “habla de los hombres”. “La lengua secreta mixta de puquina y quechua habría podido desempeñar un papel en los ritos” (Muysken, 2009, p.149).

10 Rango más alto de los Kallawayas. Con alto conocimiento en medicina natural y ritualidad. Médicos itinerantes. Generalmente son los más ancianos, personas a las que les cayó un rayo o personas con algún problema de discapacidad.

11 Son los ayudantes de los Wata Purichis. Con alto conocimiento en medicina natural y ritualidad, son médicos itinerantes.

12 Son los ayudantes del Kallawaya, no son itinerantes y se centran sobre todo en la lectura de la hoja de coca.

13 Según el Instituto Nacional de Estadística, la actividad turística en Bolivia alcanzó en 2021 su pico más alto con 3.085.843 viajeros internacionales, evidenciando una notable reactivación después de la pandemia. En 2022 llegó a 2.002.795 turistas comparados a los 1.023.036 viajeros del 2020 (año de la pandemia) (INE - Bolivia, 2023).

14 Un Programa conjunto de los Gobiernos de Bolivia y Suiza, mediante el Ministerio de Medio Ambiente y Agua y la Agencia suiza de cooperación COSUDE.

15 Tupiza Tours, WCS, Pro rural; municipios de Torotoro, Charazani, Santiago de Huata y Tupiza; consultores e investigadores; y Universidad Católica Boliviana “San Pablo”.

16 Ciencia de los apetitos, los gozos y los sentimientos.

17 Grupo familiar que comparte un mismo territorio.

Recibido: 01 de Abril de 2023; Aprobado: 01 de Mayo de 2023

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El artículo es una elaboración de la ponencia presentada en la Mesa Temática “Patrimonio Cultural Inmaterial y Turismo” del Tercer Encuentro Boliviano de Universidades sobre Patrimonio Cultural y Natural, realizado del 16 al 19 de noviembre de 2022. No representa conflicto de interés con alguna institución o persona.

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