1. Introducción
El presente artículo se cimienta en investigaciones de campo etnográficas realizadas en la comunidad indígena chiquitana de San Javierito, ubicada a 25 km de la población de San Ignacio de Velasco, provincia Velasco, departamento de Santa Cruz, Bolivia (Mapa 1). Entre los años 2017 y 2019 se efectuaron visitas periódicas a la comunidad para investigar las festividades religiosas del ciclo litúrgico anual, así como mitos y cuentos tradicionales chiquitanos. Se realizó el registro etnográfico de las festividades, utilizando el método de la observación participante (Malinowski, 1984, pp. 23-50), realizando un registro escrito, fotográfico y audiovisual de las mismas y entrevistas semiestructuradas a informantes clave de la comunidad. En particular, realicé el registro etnográfico de la festividad de Semana Santa en los años 2017 y 2019. Durante las estadías de campo se efectuaron igualmente entrevistas semiestructuradas a informantes clave sobre diversos aspectos relativos a la organización, realización y contenido de la festividad de Semana Santa.
En relación con su importancia, el patrimonio cultural inmaterial chiquitano es poco conocido y ha merecido escasa atención y difusión, salvo notables excepciones (como ser Falkinger, 2010a, 2012; Parzinger, 2018; Parzinger y Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco, 2016, Rozo, 2011). El objetivo de mis investigaciones ha sido aportar a la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial chiquitano. En particular de las principales festividades religiosas del ciclo festivo anual de la comunidad de San Javierito, que se caracteriza por ser una de las comunidades chiquitanas que mejor ha mantenido viva y desarrollado esta herencia cultural jesuítico-chiquitana.
Hago llegar mi gratitud por la invalorable amistad, cooperación y hospitalidad brindada en su comunidad de San Javierito a José Macoñó Tomichá, primer maestro de capilla, Dolores Putaré Dorado, José Tomichá Chuvé (†), segundo maestro de capilla, Francisco Chuvé Ayala cacique general y Francisco Manacá Tomichá cacique principal del cabildo, gestión 2017, Esteban Tomichá Vaca cacique general del cabildo, gestión 2018, Juan Putaré Tomichá cacique general del cabildo, gestión 2019, José Chuvé Putaré (f), primer cajero, Vicente Casupá Chuvé, primer lancero, Marcia Poicheé Macoñó, Liliana Vera Tosubé, vicepresidenta de la junta escolar, Margarita Casupá Chuvé, primera barredora, Juan Vaca Macoñó, tercer banderero, Miguel Antonio Saucedo Chuvé, catequista y José Poicheé Orrurí.
Mi agradecimiento a Jürgen Riester (†), Paula Peña Hasbún, Luca Ciucci, Severin Parzinger, José Eduardo Paz Ortiz y Remberto Salazar por su valioso apoyo científico y personal. Asimismo, a Daniel Aguilera Vaca por su apoyo gráfico. El mapa de ubicación y el plano de San Javierito fueron elaborados por César Rivera. Las fotografías pertenecen al autor. Cualquier error que pudiera encontrarse en el presente trabajo es sólo responsabilidad del autor.
2. Los chiquitanos
El grupo étnico chiquitano es el pueblo indígena más numeroso de las tierras bajas de Bolivia, con una población de 145.653 personas según el Censo Nacional de Población y Vivienda de 2012 (Instituto Nacional de Estadística 2015, p. 29). Habitan en más de 400 comunidades y en las poblaciones mayores del extenso territorio conocido como la Chiquitania, que abarca las provincias de Nuflo de Chávez, Velasco, Chiquitos, Sandoval y Busch del departamento de Santa Cruz (Riester et al.,2006).
La cultura chiquitana actual se ha configurado en un proceso de transculturación que se origina en las reducciones jesuíticas de Chiquitos (1691-1767). Allí se inició un proceso de transformación y homogeneización sociocultural que experimentaron los diferentes grupos étnicos nativos de la región1, las diferentes parcialidades congregadas en las respectivas reducciones jesuíticas de Chiquitos, bajo un mismo sistema misional y una lengua general, el dialecto tao de la lengua chiquita (Matienzo et al., 2011; Tomichá, 2002). Es necesario tener en cuenta que en cada reducción ocurrió una síntesis con características propias. Como bien lo formula Burkhard Schwarz "se ha visto que la etnogénesis de los grupos étnicos chiquitanos estuvo ligada a sus respectivas reducciones, a su división interna en parcialidades y a las nuevas relaciones inter étnicas que se dieron en cada una de ellas a través de la organización política (el Cabildo) y religiosa (sobre todo mediante las fiestas). El referente de su identidad étnico cultural históricamente no fue una identidad imaginaria global, sino una identidad concreta regional" (Schwarz 1994, p.76). Este desarrollo continuó en la época misional post jesuítica y en el posterior periodo de la hacienda y el patronazgo, mostrando sus respectivas particularidades en las diferentes regiones de la dilatada Chiquitania (Martínez, 2018; Tonelli, 2004).
Por lo tanto, la cultura chiquitana actual no es una cultura homogénea, es más bien un conjunto de variaciones con similitudes, pero también con diferencias, que Schwarz (1994) denomina "sociedades regionales chiquitanas". Podemos observar que las comunidades chiquitanas se encuentran nucleadas en el área de influencia de una antigua reducción jesuítica, de la cual provienen y que es su referente. De esta manera se identifican y son denominados como chiquitanos ignacianos (San Ignacio de Velasco), chiquitanos javiereños (San Javier), josesanos (San José de Chiquitos), entre otros (Riester et al., 2006, p. 9). Además, existe al menos una sociedad regional chiquitana, la chiquitano monkox de Lomerío, que, sin evidenciar actualmente una relación directa con una antigua reducción ha desarrollado una identidad regional propia (Arrien y Viana, 2007). Estas sociedades regionales chiquitanas representan variaciones de una cultura y hablan diferentes dialectos de la lengua chiquitana (Galeote, 1996, pp. 30-31; Ciucci y Macoñó, 2018).
3. La comunidad chiquitana de San Javierito
La comunidad indígena chiquitana de San Javierito está ubicada en el municipio de San Ignacio de Velasco, provincia Velasco, departamento de Santa Cruz, Bolivia. La comunidad pertenece a la sociedad regional chiquitana de San Ignacio de Velasco. Registra una población de 957 habitantes, según los datos del Censo de Población y Vivienda de 2012 (Instituto Nacional de Estadística, 2012). Es muy probable que aquella cifra se haya incrementado en esta última década. La fundación de San Javierito se remonta a los inicios del siglo XX, siendo una de las comunidades chiquitanas más antiguas de la región (Falkinger y ONG NAMEÉ, 2012, pp. 14-15).
San Javierito tiene una superficie comunal de 7.440,4799 ha, siendo la propiedad de la tierra comunal. La principal autoridad comunal la constituye el cabildo indígena; existen además la Organización Territorial de Base (OTB), el comité de agua, el club de madres y la junta escolar. La comunidad está ubicada a la vera de la carretera asfaltada que une San Ignacio de Velasco con Santa Cruz de la Sierra. Desde el año 2016 se beneficia con el servicio de electrificación de la Cooperativa Rural de Electrificación (CRE). Posee un pozo perforado, motor para bombear agua, tanque elevado y una red de agua domiciliaria, también, una posta sanitaria. La Unidad Educativa San Francisco Javier cuenta con los ciclos inicial, primario y secundario. En 1987,se inauguró la nueva capilla y desde 1989 ésta funciona como Parroquia San Francisco Xavier, a la que pertenecen otras cinco comunidades aledañas. Aunque San Javierito es la sede parroquial, los párrocos -Misioneros Identes- no residen en la misma (Arcumá, 2007; Falkinger y ONG NAMEÉ, 2012, pp. 12-17).
La principal actividad económica de la comunidad es la agricultura, en la que sobresale el cultivo del maíz; son también importantes la yuca, el plátano, frijol y joco. La agricultura está orientada al consumo familiar, comercializándose los excedentes, especialmente el maíz blando. Complementan las actividades agrícolas la ganadería, la crianza de animales menores, así como la pesca que se impone a la cacería. Un número relevante de la población masculina realiza trabajos asalariados temporales fuera de la comunidad durante parte del año, especialmente en los sectores forestal y agropecuario.
4. Las festividades religiosas en San Javierito
Como ya se mencionó, San Javierito es la comunidad chiquitana que se destaca por ser una de las que mejor ha mantenido vivas y desarrollado las festividades religiosas de raíz jesuítica, que conforman el ciclo festivo litúrgico anual. se torna importante puntualizar que las festividades religiosas de San Javierito han tenido su origen en el pueblo madre, que es la reducción de San Ignacio2 de donde proviene en última instancia su población. En San Javierito se conmemoran anualmente un total de 38 festividades religiosas (Falkingery ONG NAMEÉ, 2012, p. 28). Las más notables son Semana Santa (movible) y la fiesta patronal, San Francisco Xavier (3 de diciembre). También destacan Reyes Magos (6 de enero), Virgen de Candelaria (2 de febrero), Carnaval (movible), San José Patriarca (19 de marzo), San Pedro y Pablo (29 de junio) y, el 29 de septiembre, San Miguel Arcángel (Falkinger y ONG NAMEÉ, 2012).
En San Javierito las festividades representan un dispositivo central en el proceso de reproducción y transmisión de la identidad étnica y tradición cultural de la comunidad. Son llevadas a cabo por los mismos chiquitanos. La realización de las festividades religiosas está significativamente ligada a un sistema de cargos honoríficos permanentes y temporales de origen jesuítico. Le compete desempeñarse como la principal autoridad comunal al cabildo indígena, de origen misional (D'Orbigny, 1999, pp. 263-264; Parejas y Suárez, 1992, pp. 78-80), que cumple funciones políticas, judiciales, administrativas y religiosas3. Está compuesto por doce miembros o caciques a la cabeza del cacique general, que son elegidos por un año. Cada cacique recibe un bastón de mando que se guarda en la capilla y se utiliza en ocasiones oficiales. El estandarte, de color rojo con una cruz blanca, es la bandera y la Casa del Bastón, la sede del cabildo4. Su principal función religiosa consiste en organizar y coordinar las festividades religiosas de la comunidad, para lo cual cuenta con el apoyo de los maestros de capilla y del concejo de ancianos.
Al cabildo le está asignado un sistema jerárquico de cargos permanentes o vitalicios con funciones exclusivamente religiosas y organizados en grupos independientes, estos son los de cabos, músicos del cabildo, lanceros, bandereros5, sacristanes, barredoras, además de líder religioso (Gráfico 1). Estos grupos están organizados jerárquicamente por orden de antigüedad en el grupo, siendo el más antiguo el jefe del mismo, lo que se aprecia en los gráficos 1 y 2 (D'Orbigny, 1999, pp. 263-264; Falkinger, 2010a, pp. 21-22; Parzinger, 2018, pp. 11-12,118).
Si bien al cabildo indígena le corresponde ser la máxima autoridad comunal temporal, los maestros de capilla y el consejo de ancianos representan una autoridad moral, religiosa y étnica. En ellos están depositados el saber, los valores y la tradición del grupo.
Son cargos vitalicios el de primer y segundo maestro de capilla. El primer maestro de capilla6 es el máximo especialista religioso y el principal guardián del saber lo mismo que de la tradición de la comunidad. Asume la responsabilidad de cuidar que todos los ritos y ceremonias de las festividades religiosas se realicen conforme a lo que determina la tradición, "la costumbre", de la comunidad (Falkinger, 2010a, pp. 21-22). Actúa como guía del cabildo indígena para que organice adecuadamente las festividades. Igualmente orienta a los demás grupos que intervienen en las mismas (Gráfico 1).
El concejo de ancianos, también llamados apóstoles, se halla idealmente integrado por doce ancianos, que fueron caciques del cabildo y son reconocidos por sus valores y conocimientos. Los encabeza un presidente, aunque todos comparten igual jerarquía. Asimismo, entre sus funciones se contempla la de orientar y apoyar al cabildo en la organización de las festividades religiosas.
En las festividades religiosas participan dos grupos musicales. El primero es el grupo musical del cabildo, también llamado el instrumento. Está compuesto por tres conjuntos según el instrumento que se ejecute: flauteros (seis integrantes), cajeros (cuatro)7 y capitanes (dos)8. El primer flautero es a la vez jefe de su grupo y de toda la agrupación musical. Cuando el instrumento actúa conjuntamente con los lanceros y bandereros se convierte en el jefe de aquel conjunto, que está bajo la dirección del primer cabo (Gráfico 2). El instrumento toca generalmente en y alrededor de la plaza, así como en distintos sitios y recorridos de la comunidad.
El otro conjunto musical denominado "Grupo de Coro San Francisco Xavier", aunque más conocido como el Grupo del maestro de capilla, está dirigido por el primer maestro de capilla. Está compuesto por voz, violín, tambor (caja) y bombo. Se estructura según las necesidades del repertorio que se haya de ejecutar. Los violinistas son jóvenes y niños a quienes el maestro de capilla ha enseñado a tocar el instrumento (Gráfico 1). Pertenece al grupo como cargo permanente un cajero solfa. Cuando se precisa de otro cajero o de un capitán el grupo musical del cabildo se lo "presta". El grupo toca principalmente en el atrio y en el interior de la capilla comunitaria.
5. La festividad de Semana Santa en San Javierito
En la comunidad de San Javierito, la festividad de Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos, continúa con el Lunes, Martes, Miércoles, Jueves, Viernes y Sábado Santos finalizando el Domingo de Pascua. Considerando la extensión del presente trabajo, me concentraré en las celebraciones del Viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección. Antes, describiré sucintamente las ceremonias del Miércoles y Jueves Santos para lograr una mejor contextualización de las festividades de los días siguientes.
Respecto a los conceptos de ritual, rito, ceremonia y ceremonial, en el presente trabajo se utilizan las definiciones propuestas por Melford Spiro. Según dicho autor, ritual es "el término genérico para cualquier tipo de comportamiento relacionado con el culto religioso" (Spiro, 1982, p. 199). Este concepto global se desglosa en las unidades que lo componen: el rito como "la unidad mínima significativa del comportamiento ritual", la ceremonia como "la configuración más pequeña de ritos que conforman una totalidad ritual significativa" y finalmente el ceremonial como "la configuración total de ceremonias realizadas durante una ocasión ritual"9 (Spiro, 1982, p. 199). Definiciones similares, pero simplificadas, desarrolla Jan Snoek para quien el rito "es el componente más pequeño de una ceremonia (por ejemplo, intercambiar anillos en una boda)", la ceremonia: "un grupo de ritos (por ejemplo, una boda en la iglesia)" y el ceremonial: "un grupo de ceremonias (por ejemplo, toda la boda incluyendo la recepción y cena)"10 (2006, p. 9).
Pasamos a describir sumariamente las ceremonias del Miércoles y Jueves Santos. El Miércoles a las seis de la mañana en la capilla, los miembros del concejo de ancianos rezan en lengua chiquitana el Santo Rosario. A las 17:00 horas un grupo de jóvenes realiza el Vía Crucis en un sector de la comunidad, bajo la dirección del catequista o del líder religioso. En la noche se realiza un complejo ceremonial que se inicia al caer la tarde con la marcha, continúa con la entrega del estandarte y de los bastones de mando a los caciques que conforman el cabildo en la Casa del Bastón, la bendición en la misma del estandarte y de los bastones, y la celebración de la Santa Misa; se concluye con la procesión de Miércoles Santo, como ceremonia central.
El Jueves Santo se guarda el estandarte del cabildo así como los bastones que los caciques del cabildo han entregado al sacristán. No se toca ninguna campana y éstas son remplazadas por matracas, debido a que la Iglesia está triste ya que Cristo está penando. Los días Jueves y Viernes Santos se utiliza un estandarte negro con una cruz de color blanco en el medio.
A las seis de la mañana del Jueves Santo los apóstoles nuevamente rezan en el templo el Santo Rosario. Al medio día los mismos comparten la Santa Mesa recordando la Última Cena de Jesús con sus apóstoles. Concluido el almuerzo, un apóstol recita un Sermón en chiquitano, el Sermón de la Pasión que relata la traición de Judas Iscariote, los sucesos del Jueves Santo y la Última Cena (Parzinger y Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco, 2016, p. 56). Igual que el día anterior un grupo de jóvenes lleva a cabo el Vía Crucis en un sector de la comunidad. En la noche se realiza un complejo de ceremonias similar al de la noche anterior, que se inicia al atardecer con la marcha, prosigue con la entrega en la Casa del Bastón a los caciques del cabildo del estandarte negro, la bendición en la misma del estandarte y la celebración de la Santa Misa, en la que se efectúa el lavado de pies a los doce apóstoles del concejo de ancianos. Seguidamente se realiza la procesión de Jueves Santo como ceremonia central de la noche.
5.1. Viernes Santo
El Viernes Santo se conmemora la pasión y muerte de Jesús en la cruz. Las ceremonias presentadas a continuación conforman el ceremonial del Viernes Santo en San Javierito.
Rezo del Santo Rosario
En San Javierito el Viernes Santo11, a las seis de la mañana se reza en la capilla el Santo Rosario, en lengua chiquitana. Este rezo está a cargo de los apóstoles. Los mismos se ubican en su lugar habitual en el templo situado entre los dos portales de ingreso al mismo. Área donde además suele tocar y cantar el primer maestro de capilla, solo o con su grupo musical. Este espacio tiene una correspondencia con la ubicación del coro y la orquesta en los templos jesuíticos de Chiquitos, situados en una galería sobre el portal principal de los mismos (Kühne, 2008, pp. 128,133).
Bajada y adoración de Cristo crucificado
A las 15:00 horas, los caciques del cabildo bajan la imagen de Cristo en la cruz que se encuentra colgada en el altar mayor de la capilla. Una vez bajada la cruz, se la coloca sobre las gradas del presbiterio, frente al altar; finalmente dos caciques le colocan a Cristo la corona de espinas.
Después se procede a adorar a Cristo Crucificado. Primero lo adoran los caciques del cabildo, luego los apóstoles y después los demás creyentes. La ado ración se realiza de la siguiente manera: dos personas avanzan desde la parte trasera del templo hasta donde se encuentra Jesús Crucificado, realizan tres genuflexiones, al principio, al medio y al final del trayecto. Tras cada genuflexión saludan con una inclinación (Foto 1). Cuando llegan frente al Crucificado se hincan y lo adoran. Durante la adoración, los jóvenes dirigidos por el catequista y acompañados de los fieles cantan La Cruz Adoremos.
Desclavado y colocación de Cristo en el santo sepulcro
Primero el líder religioso reflexiona a los caciques del cabildo que van a realizar un acto que debe ser cumplido con amor y fe. Dirigidos por éste todos se persignan, rezan un Ave María y concluyen con un Oh Jesús mío. Los cuatro caciques del cabildo de mayor rango, primero, adoran a Cristo y luego proceden a desclavarlo de la cruz y a quitarle la corona de espinas, en sus manos llevan paños blancos, porque no se debe tocar directamente la imagen de Cristo. La corona y los clavos se ponen en una bandeja cubierta con mantel blanco, la que se sitúa delante de la imagen de la Virgen Dolorosa.
Una vez desclavada la imagen, se colocan los brazos articulados de la misma a sus costados. Los cuatro caciques la llevan hasta el Santo Sepulcro12, ubicado al inicio del pasillo central del templo. Colocan la imagen en el Sepulcro con ayuda de los apóstoles. Luego el cacique general y sus caciques visten a Jesucristo con la ayuda de algunos apóstoles y del líder religioso. Finalmente, los caciques trasladan el Santo Sepulcro al lado derecho frente al altar mayor y apoyan la cruz en el muro contiguo al portal derecho del templo.
Realización del Vía Crucis
El Vía Crucis rememora, a través de catorce estaciones, los episodios más notables del "camino de la cruz" que recorrió Jesús durante su pasión. En la comunidad el Vía Crucis se lleva a cabo las tardes del Lunes al Viernes Santos, a partir de las 17:00 horas. Cada día lo realiza un grupo de jóvenes de ambos sexos, perteneciente a un curso distinto de secundaria de la Unidad Educativa, bajo la dirección del catequista o del líder religioso. Se eligen catorce casas de un determinado sector de la comunidad, a las que se les comunica previamente. Realizan el recorrido deteniéndose en cada una de las viviendas donde arman las respectivas estaciones.
La marcha
En la noche del Viernes Santo se realizan diferentes ceremonias que se inician con la marcha y culminan con la procesión, que representa la ceremonia central. La marcha es una ceremonia característica y recurrente en lo que parece ser el ciclo festivo de Semana Santa,13 haciendo su aparición en la festividad de San José Patriarca (16 de marzo), en Viernes de Dolores, en Domingo de Ramos, así como al atardecer del Miércoles, Jueves y Viernes Santos, para concluir la madrugada del Sábado Santo con la marcha de la resurrección.
Al caer la tarde, la marcha inicia las ceremonias nocturnas del Viernes Santo; la ejecuta un grupo compuesto por el cabo primero, líder del grupo, acompañado por el segundo y tercer cabo, los músicos del cabildo, los lanceros y los soldados de Cristo, en una estructura similar a la del Gráfico 2. El grupo se reúne y se forma en doble fila frente a la capilla, en ocasiones con tres flauteros adelante. Una vez formados los músicos tocan durante un corto tiempo (Foto 2), luego el grupo realiza una vuelta alrededor de la plaza en dirección contraria a las agujas del reloj para concluir nuevamente frente al templo.
El instrumento en esta ocasión está compuesto por dos o más flauteros, uno o dos cajeros y un capitán. Los lanceros, cuatro, representan a los soldados que hirieron a Jesucristo (Foto 2). portando unas lanzas cortas de madera, que tienen atado un paño rojo que simboliza la sangre de Cristo. El Miércoles Santo las llevan al hombro, el Jueves Santo cruzadas en la espalda con la punta hacia arriba y el Viernes Santo del mismo modo pero con la punta hacia abajo. A diferencia de los anteriores, los soldados de Cristo no son cargos. Anteriormente estaba conformado por un grupo de comunarios que portaban al hombro sus armas de fuego (salones). Actualmente participan pocos adultos, lo hacen principalmente adolescentes y niños, que portan palos o cañas de bambú guapá14 al hombro.
Delante y algo a la derecha del grupo va el primer cabo alumbrando con una linterna, detrás el grupo se ordena en doble fila, lo encabezan los flauteros, seguidos de los cajeros y el capitán, cuatro lanceros y finalmente los soldados de Cristo. El segundo y tercer cabo se ubican al lado derecho del grupo, el segundo cabo hacia el centro y el tercero hacia el final del mismo. El grupo marcha con un paso especial, deteniéndose cada segundo paso al son de un ritmo plañidero. El grupo se detiene y saluda ante cada estación donde el primer cabo efectúa una genuflexión. Concluye su marcha metros antes de llegar frente al tempo; allí se para y los músicos siguen tocando un corto tiempo llamando a la población para que acuda a la adoración de la cruz y a la procesión.
Entrega a los caciques del cabildo del estandarte
Dos sacristanes se trasladan de la capilla a la Casa del Bastón llevando uno el estandarte negro y el otro las velas y un mantel blanco. Allí esperan los caciques del cabildo, las autoridades de la Organización Territorial de Base (OTB) y la presidenta de la junta escolar de la comunidad. Una vez en la Casa del Bastón, los sacristanes cubren una mesa -dispuesta para ese fin- con el mantel blanco, depositan sobre la misma el estandarte y se retiran al templo. Los caciques y las autoridades se sientan y quedan esperando. Al igual que el Miércoles y Jueves Santos, los caciques del cabildo (y los apóstoles del concejo de ancianos) visten camisa blanca y pantalón negro. El presidente de la OTB lleva además un saco negro.
Bendición del estandarte
Un grupo se dirige de la capilla a la Casa del Bastón. Con los acereales15 por delante, a la cabeza va el párroco16 flanqueado por el líder religioso que lleva el agua bendita y un sacristán con el incensario. Seguido por el primer cabo y en filas de a dos más cuatro lanceros va el instrumento (tres flauteros, dos cajeros y un capitán), que toca cuando la comitiva está en movimiento. Los primeros entran a la Casa del Bastón quedando afuera el cabo, los músicos y lanceros.
En la Casa del Bastón cuando las velas ya están encendidas (la vela encendida es un símbolo de la luz de Cristo), el sacerdote, que por ser Viernes Santo lleva un ornamento rojo recordando la sangre derramada por Jesús en la cruz, bendice con agua bendita y luego inciensa el estandarte, los acereales, a los caciques del cabildo y a las demás autoridades presentes. Seguidamente, el sacerdote entrega el estandarte negro al presidente de la Organización Territorial de Base (OTB), encargado de portarlo en la procesión de esta noche17; los que agarran las cintas laterales del estandarte son el vicepresidente de la OTB y la presidenta de la junta escolar de la comunidad. En el grupo que sale hacia la capilla, se divisa primero los acereales, después al grupo encabezado por el presidente de la OTB con el estandarte, flanqueado por la presidenta de la junta escolar y el vicepresidente de la OTB, seguidos por todos los caciques del cabildo en doble fila, el párroco y el líder religioso. A continuación, aparece el primer cabo a la cabeza de la doble fila del instrumento y los cuatro lanceros.
Adoración de la cruz
Si bien en Viernes Santo no se celebra la Santa Misa como señal de luto por la muerte de Jesús; sí se observa en el templo a los creyentes que adoran la imagen de Cristo Crucificado ubicada en el altar y que pueden recibir la Comunión. En las columnas del templo se han atado tallos de caña de azúcar.
Procesión de Viernes Santo
La procesión da una vuelta por las calles que rodean la plaza en sentido contrario a las agujas del reloj y se detiene en las estaciones establecidas en cada esquina de la plaza (Figura 1); cada esquina está marcada por cruces de madera o estaciones donde se detienen las procesiones.. Para la ocasión estas cuatro estaciones son adornadas con arcos cubiertos por ramajes de hojas aromáticas de pototó18. Los arcos son armados el día martes (Falkingery ONG NAMEÉ, 2012, p. 68).
La adoración del Santo Sepulcro: La procesión del Viernes Santo se inicia con la adoración del Santo Sepulcro. Los caciques del cabildo con velas encendidas se sitúan en doble fila frente al templo, con el presidente de la OTB a la cabeza portando el estandarte, flanqueado por la presidenta de la junta escolar y el vicepresidente de la OTB. Detrás se ubican la santísima Cruz Blanca y los acereales. A la entrada del atrio del templo se instala el Santo Sepulcro portado por doce comunarios. Las autoridades de la OTB, junta escolar y los caciques del cabildo se hincan, entonces el presidente de la OTB hincado realiza la adoración del Santo Sepulcro mientras flamea el estandarte. Acto seguido, la procesión se pone en movimiento.
Orden de la procesión: La procesión se estructura conforme a un estricto orden de ubicación, tanto de las imágenes y símbolos sagrados como de los diferentes actores y participantes. Los acereales encabezan la procesión, luego aparece una santísima cruz blanca llevada en hombros por un creyente y flanqueada por dos fieles que llevan velas encendidas; dos de ellos son jóvenes que cumplen una promesa. A continuación, viene el estandarte negro llevado por el presidente de la OTB a quien acompañan el vicepresidente y la presidenta de la junta escolar; seguidos por los caciques del cabildo en doble fila con velas encendidas; el párroco y el líder religioso con tres monaguillos; el Santo Sepulcro portado por doce varones y flanqueado por dos lanceros, y detrás la cruz de Cristo llevada por cuatro comunarios. Los apóstoles del concejo de ancianos con velas encendidas flanquean en dos filas al Santo Sepulcro y a la cruz. Luego viene la imagen de la Virgen Dolorosa conducida por cuatro mujeres y flanqueada por dos lanceros, seguida de los creyentes y de los jóvenes del coro de la capilla que van cantando; después está el primer cabo encabezando al instrumento (flauteros, cajeros y capitán). Cierra la procesión otro grupo de fieles.
Las Estaciones: La procesión se detiene en cada una de las estaciones establecidas en cada esquina. El Viernes Santo en cada estación hay una mesa con mantel blanco sobre la que yace un pequeño crucifijo tapado con un paño negro y una vela en su candelero. En cada estación se reza una oración de Vía Crucis, luego se inciensan (mientras suena la matraca) la mesa, el Santo Sepulcro, a la Virgen Dolorosa y los símbolos sagrados, así como a los fieles y a las autoridades. El presidente de la OTB, el vicepresidente, la presidenta de la junta escolar y los caciques del cabildo se colocan de hinojos durante la bendición, permanecen hincados con sus velas encendidas mientras que el presidente de la OTB realiza arrodillado una adoración con el estandarte. Luego la procesión continúa.
La adoración del Santo Sepulcro y la imagen de la Virgen Dolorosa frente al templo: Una vez arriba la procesión a la capilla, toman ubicación frente a la misma los caciques del cabildo y las autoridades de la OTB más la junta escolar. Detrás de este grupo están la gran cruz blanca y los acereales. El Santo Sepulcro se coloca al lado derecho del templo con los apóstoles formados atrás en doble fila; al lado izquierdo se ubica la imagen de la Virgen Dolorosa y detrás de la misma los músicos del cabildo, que dejan de tocar cuando las imágenes terminan de ser ubicadas en sus respectivos lugares. Acto seguido se realiza la adoración de la Virgen Dolorosa y el Santo Sepulcro con el estandarte. El presidente de la OTB avanza con el estandarte y realiza tres genuflexiones: Frente al templo, al Santo Sepulcro y a la Virgen Dolorosa. Luego hace flamear el estandarte frente a la imagen de la Virgen Dolorosa; repitiendo las tres genuflexiones, hace flamear el estandarte frente al Santo Sepulcro (Foto 3). Finalmente, ejecuta otras tres genuflexiones y se retira a su lugar.
La procesión entra en la capilla. La Cruz y el Santo Sepulcro ingresan por el portón derecho y la imagen de la Virgen Dolorosa lo hace por el izquierdo. Cuando está entrando el Santo Sepulcro los músicos del cabildo, que se han quedado afuera, empiezan a tocar.
Velorio de Jesús en el Santo Sepulcro
Terminada la procesión, se realiza hasta la media noche el velorio de Jesús en el Santo Sepulcro. Los apóstoles, dirigidos por el primer maestro de capilla, rezan en lengua chiquitana el Santo Rosario frente al Santo Sepulcro, en dos filas ordenadas en el pasillo central del templo.
5.2. Sábado Santo
Referimos el conjunto de ceremonias que se realizan en la comunidad la madrugada del Sábado Santo.
Ascensión de Cristo a la cruz
Empezando la madrugada del Sábado Santo se efectúa la ascensión del Cristo yacente a la cruz, simbolizando la resurrección de Jesús. Los caciques del cabildo trasladan el Santo Sepulcro del sitio habitual hasta el comienzo del pasillo central del templo.
La cruz de Cristo se encuentra apoyada al muro derecho cercano a la entrada del templo, al lado de donde se depositan los bastones de mando de los caciques que integran el cabildo, quienes proceden a alzar la cruz y a posarla sobre las gradas del presbiterio; luego quitan las vestimentas a la imagen de Cristo, que yace en el Santo Sepulcro; lo retiran de allí y lo trasladan hacia la cruz. En este momento los fieles recogen la arena del Sepulcro, a la que atribuyen algunas cualidades sobrenaturales, también se llevan las cañas de azúcar que estaban amarradas a las columnas del templo. Una vez retirada del sepulcro, los caciques clavan la imagen de Jesús en la cruz. Los cuatro caciques principales sacan los clavos de la bandeja donde fueron depositados y proceden a clavar la imagen, con las manos cubiertas de paños blancos. Finalmente colocan la cruz en su lugar del altar mayor (Foto 4). A continuación, dos sacristanes quitan la vestimenta de luto de la Virgen María, que queda con su atuendo habitual.
Canto de las Siete Glorias, cambio de estandartes y entrega de bastones
Una vez concluido el ascenso de Cristo a la cruz se apagan las luces del templo y el primer maestro de capilla, de rodillas en el presbiterio y al lado derecho del altar, canta en castellano Las Siete Glorias (Falkinger y ONG NAMEÉ, 2012,p. 147) acompañado de su violín. Mientras éste canta, el líder religioso retira el estandarte negro y en su lugar coloca el estandarte rojo del cabildo. Acto seguido procede a entregar los bastones de mando a los caciques del cabildo quienes se ubican de pie en su espacio correspondiente del templo portando sus bastones. Antaño, los sacristanes realizaban el cambio de estandartes y la entrega de los bastones.
Rezo del Santo Rosario y canto del anauxtiña
Acto seguido en el coro de la iglesia o sitio habitual de los apóstoles en el templo, estos mismos rezan en lengua chiquitana el Santo Rosario, dirigidos por uno de ellos, procediendo el primer maestro de capilla a entonar el Anauxtíña o Alabado19 (Falkinger y ONG NAMEÉ, 2012,p. 141; Parzinger y Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco, 2016, p. 28) junto con los demás apóstoles, acompañado de su violín y de un cajero. Mientras se realiza este cántico, los tres cabos, los músicos y dos lanceros se ubican en el pasillo central frente al altar, después salen al atrio de la capilla junto con los demás participantes.
Discurso del primer cabo
Situados en el atrio del templo, el primer banderero entrega una lanza al tercer cabo, éste al segundo, quien la entrega al primer cabo, que se apresta a tomar la palabra. Frente al templo, parados en doble fila, se ubican los otros dos cabos, los músicos del cabildo, dos lanceros y los soldados de Cristo. En el atrio, a la izquierda del primer cabo, están los caciques del cabildo y los apóstoles del concejo de ancianos, mientras que a su diestra se hallan los demás fieles. En un sentido discurso en chiquitano el primer cabo dirigiéndose al grupo de cabos, músicos, etc., les aconseja responsabilidad y esfuerzo para cumplir de la mejor manera con su servicio al Señor Jesucristo durante la Semana Santa marcando el significado de la misma. Agarra en sus manos una de las lanzas cortas con paño rojo (Foto 5). Una vez concluido el discurso, el primer cabo entrega la lanza al segundo cabo y éste al tercer, quien la devuelve al primer banderero; seguidamente los caciques del cabildo, apóstoles, cabos, músicos y lanceros felicitan al primer cabo.
Marcha de la resurrección y entrega de las lanzas
Constituye la última marcha del ciclo festivo de Semana Santa la de resurrección, muy diferente a las anteriores. Al grupo, conformado por los tres cabos a la cabeza, lo sigue una doble fila de cuatro flauteros, dos cajeros, un capitán con el bombo (que marcha en solitario), dos lanceros con la lanza corta al hombro y los soldados de Cristo. Realiza una vuelta que parte de la capilla en sentido contrario a las agujas del reloj, da una media vuelta a la plaza y retorna al templo por el centro de la misma; toca una marcha alegre porque Cristo ha resucitado. El grupo entra a la capilla tocando, se detiene formado frente al altar y después de hacer una genuflexión frente a la cruz se retira para alinearse frente al templo.
A continuación, en el atrio del templo el primer cabo entrega las lanzas al sacristán, para que sean guardadas en el templo. La marcha de la resurrección es la última ceremonia de Semana Santa y del año en la que se utilizan estas lanzas. Volverán a aparecer al año siguiente en la festividad de San José Patriarca, cuando nuevamente se inicie el ciclo festivo de Semana Santa, del cual son símbolo.
Invitación a casa del cabo
Finalmente, los asistentes son invitados a casa de uno de los cabos a servirse patasca y tomar chicha.
Bendición del fuego
En la noche del Sábado Santo durante la Vigilia Pascual se bendice el fuego y el Cirio Pascual. Alrededor de las 20:00 hrs. los caciques del cabildo encienden una fogata, que se ubica frente al templo al borde de la plaza. Debe arder lo suficiente hasta que haya brasas, cuando esto sucede el líder religioso de la comunidad bendice el fuego de la fogata con agua bendita, rezando una oración para tal fin. El fuego significa la luz de Cristo que alumbra después de la resurrección del Señor.
Bendición del Cirio Pascual
Después de bendecir el fuego, el líder religioso bendice el Cirio Pascual con agua bendita rezando una oración. El Cirio tiene dibujada una cruz roja en cuyo centro y extremos coloca cinco clavos20. Luego se enciende el Cirio Pascual con el fuego que se ha bendecido; el sacristán coloca brasas de la fogata en un incensario y el líder inciensa el Cirio con aquel humo.
Acto seguido los participantes se dirigen al templo, con el catequista que lleva el Cirio Pascual encendido. El templo se encuentra en penumbras, la única fuente de luz es la del Cirio Pascual. Allí el catequista lo levanta tres veces mientras canta "La luz de Cristo" y los fieles le responden "Demos gracias a Dios". Seguidamente se coloca el Cirio Pascual frente al altar mayor y se encienden las luces del templo.
5.3. Domingo de Pascua de Resurrección
Describimos las ceremonias que se realizan la madrugada del Domingo de Pascua, continuando con las del medio día y la tarde.
Encuentro de la Virgen María y el Señor Resucitado
Desde antes de medianoche, el grupo de músicos del cabildo se reúne junto a la Cruz del Encuentro a tocar música; hasta que a las 2:00 de la madrugada hay un repique de campanas. Dicha Cruz se encuentra en la mitad de una calle de la plaza paralela a la del templo, delante de la Cruz se coloca una pequeña mesa con mantel blanco, sobre la que se halla la imagen de Cristo crucificado, cubierto de un mantel blanco y flanqueado por dos candeleros con velas encendidas. El lugar se ha adornado con dos arcos laterales y un cerco de cañas de azúcar como fondo.
En el templo se reúnen los caciques del cabildo, los apóstoles, los cuatro lanceros (esta vez con las lanzas alargadas) y bandereros, las personas que llevarán las imágenes del Señor Resucitado y de la Virgen María, así como los fieles.
Primero se realiza la adoración de las imágenes que, portada cada una por cuatro personas, se ubican frente al atrio de la capilla. Los caciques del cabildo con sus bastones se sitúan en doble fila frente a las imágenes y al templo, con el segundo síndico a la cabeza portando el estandarte. Detrás se ubican los cuatro lanceros y luego los cuatro bandereros. Todos se hincan y el síndico hincado realiza la adoración de las imágenes haciendo flamear el estandarte en forma de cruz.
Acto seguido hay dos procesiones paralelas que trasladan a cada una de las imágenes21 bordeando la plaza en dirección opuesta, sin detenerse en las esqui nas, hasta donde está la Cruz del Encuentro (Figura 2). A fin de acompañar en procesión las imágenes se conforman dos comitivas que guardan el siguiente orden. A la cabeza del grupo de la Virgen María va el síndico con el estandarte, luego en doble fila seis caciques del cabildo, dos lanceros y dos bandereros, seguidos de la imagen de la Virgen transportada por cuatro comunarias, seguida por los fieles. Este grupo se dirige a la Cruz del Encuentro por el lado derecho en sentido contrario a las agujas del reloj. El otro grupo, con la misma composición y orden que el primero, a diferencia que adelante van los acereales, traslada la imagen del Señor Resucitado portada por cuatro señores. Se dirige a la Cruz por el lado izquierdo de la capilla.
Cuando las dos imágenes llegan cerca de la Cruz del Encuentro se llevan adelante estos ritos: los que portan las dos imágenes al mismo tiempo se detienen y se hincan, se levantan, caminan, paran y se vuelven a hincar, se alzan, caminan y se hincan una tercera vez estando ya casi delante de la Cruz . Se levantan, avanzan y las imágenes se cruzan delante de la Cruz simbolizando el encuentro de la Virgen María con su hijo el Señor Resucitado (Foto 6, Figura 2). Luego quedan las imágenes una contigua a la otra delante de la Cruz del Encuentro. Todo lo anterior se realiza sin ningún acompañamiento musical.
El angelito canta gloria aleluya (suboriko tiato)
Un grupo de doce bailadores, jóvenes estudiantes que portan varas largas del bambú guapá liadas con albahaca y que van vestidos con camisa blanca, pantalón azul al estilo calatrava, se encarga de alzar a un niño vestido de angelito y de cantar.. A ellos los dirige el segundo maestro de capilla.
La música es ejecutada por el grupo musical del primer maestro de capilla, conformado en esta ocasión por cuatro violinistas22 y dos cajeros. Mientras este grupo ejecuta la música de Pascua de Resurrección, los danzarines comienzan a bailar trenzando sus varas. Una vez trenzadas, los bailadores se hincan para que el angelito suba a la plataforma de varas trenzadas. Los bailarines se levantan suavemente hasta quedar de pie elevando la plataforma; mientras suben al angelito los músicos dejan de tocar. Una vez arriba, el angelito entona en lengua chiquitana el canto Suboriko Tiato o Gloria Aleluya (Falkinger y ONG NAMEÉ, 2012, p. 149; Parzinger y Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco, 2016, p. 59). El angelito canta y los danzarines le hacen coro, sin acompañamiento de instrumento musical alguno (Foto 7). Concluida esta ceremonia el grupo musical vuelve a tocar.
Demostración de lanceros y bandereros y adoración con el estandarte
Una vez concluida la ceremonia del Suboriko Tiato, los cuatro lanceros y bandereros realizan una adoración a la Cruz del Encuentro y a las imágenes del Señor Resucitado y de la Virgen María. Ejecutan su demostración al son de dos cajas o tamboras, primero suena la una y la otra responde.
Comienzan los cuatro lanceros de pie con sus lanzas uno al lado del otro, al toque de la primera caja avanzan tres pasos y se paran al toque de la segunda. Efectúan esto tres veces. Entonces la primera caja toca en otro tono, indicando que se pasa a otra demostración. Los cuatro lanceros están en la formación inicial sosteniendo con una mano sus lanzas hacia arriba, al toque de la primera caja las van suspendiendo y paran al toque de la segunda. Realizan esto tres veces quedando con las lanzas hacia arriba. La primera caja marca el paso a la demostración siguiente. Luego, durante tres veces, al toque de la primera caja inclinan las lanzas hasta llegar al suelo, raspándolo con una serie de figuras. Al concluir agradecen con una venia y se retiran.
A continuación, al igual que los lanceros, los cuatro bandereros, al toque de la primera caja avanzan tres pasos llevando su bandera agarrada con ambas manos contra el pecho, deteniéndose al toque de la segunda, lo hacen tres veces. La primera caja cambia de tono marcando un intermedio. Cuando ocurre este cambio de tono los bandereros levantan sus banderas quedando con las mismas hacia arriba. Al toque de la primera caja, manteniéndolas arriba flamean las banderas de derecha a izquierda hasta volver a la posición inicial. Esto se repite tres veces. Una vez finalizada la demostración agradecen haciendo una venia y se retiran a su lugar.
Después, el segundo síndico portando el estandarte,23 seguido de los caciques del cabildo en doble fila, se hinca frente a la Cruz del Encuentro, a las imágenes del Señor Resucitado y de la Virgen María; allí de hinojos procede a la adoración flameando en cruz el estandarte del cabildo.
Retorno en procesión de la Virgen María y del Señor Resucitado al templo
Concluida la adoración, se retiran la imagen de Cristo crucificado, la mesa, los candeleros y la Cruz del Encuentro; acto seguido los presentes "asaltan" las cañas de azúcar que adornaban el lugar. A continuación, vuelven las dos imágenes juntas en procesión al templo por el centro de la plaza (Figura 2). La procesión sigue este orden, a la cabeza va el angelito flanqueado por una doble fila de los jóvenes danzarines con su vara de guapá al hombro; luego los acereales, los lanceros y bandereros en línea de cuatro; el grupo musical del primer maestro de capilla, el síndico con el estandarte seguido por los caciques del cabildo en doble fila, que flanquean la imagen de Cristo crucificado, la misma que ha sido cubierta con el mantel blanco que estaba sobre la mesa. Posteriormente, van la Cruz del Encuentro portada por un comunario, un grupo de fieles, las imágenes del Señor Resucitado y la de la Virgen María, uno al lado de la otra simbolizando que nuevamente están juntos; seguidos por los músicos del cabildo que ejecutan un toque llamado Pasión de Cristo y por un grupo de creyentes.
Rezo del Santo Rosario en el templo
Una vez en la capilla los apóstoles del concejo de ancianos, ubicados en el coro, rezan en lengua chiquitana el Santo Rosario, el rezo es dirigido por uno de ellos. Como conclusión, el grupo musical del primer maestro de capilla toca y canta la composición Anauxtíña o Alabado, acompañado en el canto por los apóstoles.
Bendición de los alimentos
Hacia el mediodía del Domingo de Resurrección, el grupo musical del primer maestro de capilla, compuesto por éste, como primer violín, más dos jóvenes y un niño violinistas, un cajero y un capitán con el bombo, toca en el atrio del templo para que acudan las creyentes a hacer bendecir sus alimentos. Las mujeres van llegando con la comida a bendecir y se colocan en dos filas frente al templo.
En el atrio se sitúan una al lado de la otra las imágenes de Cristo Resucitado cargada por cuatro comunarios y de la Virgen María portada también por cuatro señoras. Un grupo, encabezado por un síndico con el estandarte flanqueado por dos comisarios que agarran las cintas del mismo, se ubica frente al templo y las imágenes sagradas. Luego en doble fila están los caciques del cabildo con sus bastones de mando, cuatro lanceros y cuatro bandereros; al final van los acereales. Todos se hincan y el síndico realiza la adoración a las imágenes con el estandarte. Flamea el estandarte primero hacia el frente, luego a la derecha, al medio y a la izquierda; repitiéndolo tres veces.
Luego el grupo camina hacia el templo y saluda la imagen de Cristo Crucificado que porta el líder religioso, da media vuelta y junto a una de las filas de señoras con sus alimentos avanza hacia la cruz del centro de la plaza. Detrás, el líder religioso, llevando un Cristo Crucificado, camina y va bendiciendo con agua bendita los alimentos de las comunarias (Foto 8). Avanza acompañado de un sacristán con el agua bendita, otro que inciensa con un incensario y un niño que lleva el incienso. Detrás van tocando dos cajeros del cabildo. El líder religioso con sus colaboradores una vez que ha bendecido los alimentos de toda una fila de señoras, al igual que el grupo del cabildo se dirige hacia la cruz del centro de la plaza. Llega hasta allí, da la vuelta como antes lo hizo el cabildo y pasa a bendecir los alimentos de la otra fila de mujeres hasta llegar al atrio de la capilla.
Mientras lo anterior acontece, en el atrio permanecen las imágenes de Cristo Resucitado y la Virgen María, toca el grupo musical del primer maestro de capilla, simultáneamente las campanas repican. Cesa la música cuando las imágenes y los participantes, una vez concluida la bendición, entran al templo. El estandarte es colocado en su sitio correspondiente y los caciques depositan sus bastones de mando en su respectivo lugar.
Sermón de la gloriosa Pascua de Resurrección
Los sermones son relatos basados en narraciones religiosas, litúrgicas y bíblicas de origen jesuítico y constituyen la ceremonia central de la festividad religiosa. Están relacionados con las festividades religiosas, generalmente cada una comprende uno o más sermones. Se recitan (o rezan) en lengua chiquitana con un tono distintivo, en un determinado día, hora y lugar. Reviven y explican desde la propia visión el motivo de la festividad, la historia sagrada que conforma la misma. El sermón es considerado palabra de Dios (Falkinger, 2010a, p. 15-20; Parzinger y Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco, 2016, pp. 5-10 17- 20). En San Javierito se han registrado 34 sermones pertenecientes a 24 festividades (Falkinger y ONG NAMEÉ, 2012, p. 28); se rezan principalmente en el atrio de la capilla y frente a la cruz central de la plaza. Salvo excepciones se recitan de cara al templo. Los principales sermoneros son el primer y segundo maestro de capilla, además sermonean los síndicos y los apóstoles del concejo de ancianos. Los sermoneros son convocados y llevados por los caciques del cabildo.
El sermón del Domingo de Pascua de Resurrección es recitado en la tarde por el primer maestro de capilla en el atrio del templo (Foto 9). Allí, el sacristán le entrega el bastón de mando al cacique general del cabildo, éste al síndico, que se lo da a un apóstol, éste lo ofrece al segundo maestro de capilla quien lo entrega al sermoneador, otorgándole con el bastón del cacique general el poder de hablar (Falkinger, 2010b, p. 230; Parzinger y Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco, 2016). El sermonero besa el bastón y realiza una genuflexión mirando al templo, vuelve a besar el bastón y hace otra genuflexión en la dirección contraria. Todas las personalidades por quienes ha pasado el bastón, realizan los mismos ritos. El primer maestro de capilla recita el sermón de frente al templo (Foto 9), "el sermón tiene su ritmo, su tonada que se parece por un lado a los cantos del evangelio en misa solemne en lengua latina, por otro lado, tiene un parecido con los cantos de los chamanes" (Falkinger, 2010b, p. 230). El mismo refiere que ya han transcurrido los días de la pasión y muerte de Jesucristo. Habla de la recogida del cuerpo para ponerlo bajo tierra y también habla del dolor de la Virgen María. El ascenso a los cielos y descenso a los infernos del alma de Jesús. Finalmente, del triunfo y la resurrección de Cristo, cuando se suscita una gran luz y alegría para todos (Falkinger, 2010a, pp. 58-59; Falkinger y ONG NAMEÉ, 2012, pp. 75-77; Parzinger y Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco, 2016, pp. 63-66,175-180). Terminado el sermón, el maestro realiza los mismos rituales: besa el bastón, hace las genuflexiones y entrega el bastón al segundo maestro de capilla. El bastón vuelve a pasar por las mismas manos que al inicio, llega al cacique general del cabildo, que lo entrega al sacristán, quien lo devuelve a su sitio en el templo. Acto seguido los apóstoles y los caciques del cabildo saludan al sermonero. Finalizada la ceremonia, el cacique general del cabildo invita a servirse la santa mesa en la sede comunal.
La santa mesa y la fiesta
En la sede comunal se realiza una santa mesa, cada familia lleva la comida bendita e invita a comer a sus compadres en su mesa, esto se denomina hacer mesa (Foto 10). En la tarde, terminadas la santa mesa, el Cabildo organiza en la sede comunal una fiesta para la comunidad, con chicha y música.