El libro Ser arquitect@: ensayo sobre la arquitectura en La Paz Bolivia, de Carlos Villagómez Paredes, propone una interpretación de la contemporaneidad del oficio y la formación de la arquitectura en el contexto paceño y nacional, a través de profundas y detalladas reflexiones alimentadas por referencias bibliográficas de múltiples autores y ámbitos: arte, historia, arquitectura, cultura, cine, antropología, filosofía, entre otros, lo que le imprime al texto una densidad intelectual sin precedentes en el contexto Boliviano. Éste es, sin duda, el texto más complejo y amplio producido en la historiografía arquitectónica en Bolivia, respecto a teoría y pensamiento disciplinar.
Sin embargo, para el lector la experiencia resulta muy fluida por la narrativa y la hábil manera en la que el autor vincula ideas plurales y diversas en un discurso crítico que abarca desde el ejercicio profesional hasta la formación académica, ambos enfrentados y contrastados con una realidad compleja local y global, también hábilmente diseccionada. De esta forma, Villagómez construye una epistemología urgente y necesaria para afrontar lo que él mismo denomina como tiempos milenaristas.
El libro se compone de tres partes en las que se aborda, bajo una lógica analítica, interpretativa y crítica, desde los aspectos más básicos y característicos del gremio, sus razones de ser, sus rasgos comunes y constantes a nivel global, hasta sus desafíos pendientes, actuales y futuros en el aún incipiente siglo XXI.
Representa, el primer apartado, una provocadora invitación a entender desde una nueva perspectiva la evolución-distorsión histórica de la figura del arquitecto a nivel global, cuya construcción mental ha respondido a lógicas vinculadas casi siempre a la búsqueda y ejercicio del poder, que en palabras del autor han derivado en manías y conductas perniciosas, caprichos, soberbias, entre muchas otras actitudes que, incluso voluntariamente, los arquitectos han adoptado y reproducido casi de manera dogmática para distanciarse y distinguirse. Esta parte inicial del libro resulta una descarnada mea culpa, donde se desnudan y denuncian con nombre y apellidos los mecanismos y costumbres que han provocado (y aún lo hacen) un “autismo y vedetismo” de la profesión. Todo esto a la luz de postulados que interpelan la historiografía oficial y occidental de la arquitectura, a modo de evidenciar la necesidad de repensar y reconstruir desde las bases las nociones simientes de nuestra profesión.
En la segunda parte se pone sobre la mesa los desafíos que el autor considera relevantes en la realidad contemporánea: revolución tecnológica, cultural y crisis climática. Villagómez hace énfasis en que, para afrontarlos, es preciso antes construir aproximaciones y entendimientos plurales lo mismo que diversos en temas tales como la presencia cada vez más apabullante e irreflexiva del Big Data, la inteligencia artificial y la realidad virtual, a través de sus mecanismos universalmente difundidos: internet y sus redes sociales, TICs, CADs, BIMs, entre otros, que para la arquitectura y la sociedad misma estandarizan y uniforman todo, en pos de configurar una sociedad posthumanista global por encima de las naciones, fronteras y culturas. Todo ello, condimentado además por las profundas brechas de entendimiento que suponen aún hoy la ausencia de estudios analíticos e interpretativos más que solamente descriptivos o lineales de las culturas locales, que, bajo las ópticas y lógicas académicas y profesionales (de corte principalmente occidental), son constantemente reducidas o simplificadas; pero que en los hechos rebasan ampliamente los esquemas repetitivos de los que se valen artistas y arquitectos, motivo por el que terminan por ser meros espectadores de la vitalidad y potencia de movimientos sociales y políticos en constante transformación.
La referencia que se hace de acciones y pensamiento de autores provenientes de lo que el autor denomina como “sur global”, tales como el arquitecto Rahul Mehrotra, parece ser un indicio de posibles caminos alternos a la hora de encarar con compromiso cultural la generación de postulados y obra en contextos periféricos y marginales de la racionalidad globalizante occidental.
La tercera parte del libro sirve como caldo de cultivo donde se esbozan caminos divergentes para tentar la construcción de un nuevo ser arquitect@ en el contexto contemporáneo, local y global a través del reconocimiento de nuevas aptitudes y actitudes, que especialmente las nuevas generaciones de arquitectos pueden y deben desarrollar. Para ello, el autor plantea archipiélagos teóricos en los que aborda temas tales como el pensamiento holístico, necesario para superar las limitaciones y segmentaciones del conocimiento sesgado por las disciplinas, y, por el contrario, lograr desarrollar capacidades que vinculen y produzcan nuevas maneras de pensar y hacer con libertad respecto de jerarquías y estructuras rígidas. En este sentido, se plantean ideas tales como “mentalidad collage” así como estrategias colaborativas y colectivas para alcanzarla.
Por otro lado, se evidencia que, a diferencia de las concepciones convencionales de la disciplina, en las que los esfuerzos se concentran en la producción de objetos hermosos y finamente logrados, el diseño adquiere múltiples y mejores alternativas en la medida en que se enfoca en las personas y no en las cosas, es lo que Villagómez denomina como “diseño desde la acción social”; se detallan autores y ejemplos de creaciones a diferentes escalas, que persiguen estos principios.
Finalmente, se rememora y recupera como propuesta divergente un sistema de prácticas “arquitectural, arquitectónica, y social” acuñadas en la década de los años setenta en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Mayor de San Andrés y planteadas originalmente por el arquitecto Jorge Otero, que se plantean como alternativa a la sagrada e inmutable triada vitruviana: “función, forma y tecnología” como receta invariable, atemporal y universal para pensar y hacer arquitectura.
Con todo lo amplio y diverso del destilado de reflexiones, historia y referencias de autores, uno de los valores fundamentales que alcanza el libro reside en la interpretación íntima y honesta que hace Carlos Villagómez de las coyunturas, tiempos y contextos que le ha tocado experimentar desde sus facetas como arquitecto, artista, fotógrafo, ensayista y docente. Por tanto, su valor testimonial es invaluable, siendo que su propio accionar representa la figura del Polímata del siglo XXI, aquella del arquitecto como líder cultural y creador multi- propósito, capaz de moverse y fluctuar entre ideas y disciplinas, que además, a través de su visión eminentemente humanista y culturalista de la profesión, ofrece un texto que establece múltiples puentes entre visiones, generaciones y ámbitos afines a la arquitectura, a la vez que delinea las reglas del juego para el ahora y el mañana de la profesión. En este sentido, su aporte al pensamiento arquitectónico y a la historiografía disciplinar desde La Paz y proyectada hacia la globalidad es claro y contundente.
Las nuevas generaciones, así como todos aquellos arquitectos y creadores que se animen a cuestionar hasta sus convicciones más profundas, y que deseen encontrar nuevos o alternativos caminos para la producción de obra y pensamiento, tienen en este texto un detonante y catalizador para animarse a superar las limitaciones y repeticiones de escuelas, instituciones y realidades.
Gianni Renzo Borja Godoy
Universidad Católica Boliviana “San Pablo”