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Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult vol.22 no.41 La Paz dic. 2018

 

Ideas y pensamientos

 

Editar y escribir. Acercamientos a iniciativas editoriales y crítica de cine en Bolivia hoy

 

Editing and Writing. A Look at Editorial Initiatives and Film Critiques in Bolivia Today

 

 

Mary Carmen Molina Ergueta*

 

 


Resumen

Motivada por la publicación reciente (2018) de una nueva historia general del cine boliviano (Historia del cine boliviano 1897-2017), la autora evalúa la complejidad que asumen las formas y modalidades de abordaje crítico e investigativo sobre la producción cinematográfica del país. Para ello recurre a dos ideas articuladoras: a) la necesidad de relatar un fenómeno cultural relativamente desconocido y no suficientemente estudiado, como es el cine boliviano; y b) el hecho de que en ese relato se entrelazan, casi necesariamente, la investigación y el testimonio, toda vez que los investigadores y estudiosos son a menudo también protagonistas del hacer cinematográfico. El primer gesto es ejemplificado precisamente por el mencionado libro, cuyos criterios de trabajo son sometidos a escrutinio crítico; mientras el segundo permite a la autora ampliar la reflexión hacia la producción actual (revistas impresas y digitales, documentos de festivales y encuentros, catálogos y memorias), caracterizada por nuevos intentos de articular y relacionar las realidades del cine nacional.


Abstract

On the occasion of the recent (2018) publication of a new general history of Bolivian cinema, the work evaluates the complexity of forms and modes of taking on critique and research of the cinema production of the country. Two linking ideas are employed for this purpose: a) the need to tell the story of Bolivian cinema, a cultural phenomenon that is relatively unknown and has not been sufficiently studied; and b) the fact that in telling this story, there is an almost inevitable intertwining of research and testimony, as the researchers and scholars are often also protagonists of film-making. The first approach is exemplified by the mentioned book, the work criteria of which are subjected to critical scrutiny, while the second approach allows the author to expand reflection to present-day production (printed and digital magazines, festival and encounter documents, catalogues and reports), characterized by new efforts for bringing together and interrelating the realities of the country's cinema.


 

 

1. Introducción

En la introducción del libro Historia del cine boliviano 1897-2017, coordinado por Carlos Mesa, Pedro Suzs, Alfonso Gumucio, Santiago Espinoza y Andrés Laguna, Mesa explica la génesis del libro articulándola a la necesidad de la creación institucional e intelectual de soportes para el acopio, la organización y la preservación de la memoria del cine boliviano. El punto de partida de esta articulación es la fundación de la Cinemateca Boliviana en 1976, cuya tarea de protección de la memoria de las imágenes en movimiento en el país entra en correlato con la palabra escrita, y a través de la cual"[...] la memoria se recoge y se preserva también [...]" (Mesa, 2018: 9). Mesa marca el periodo 1975-1976 como el inicio -en la prensa y a través de iniciativas editoriales desde la Cinemateca Boliviana— de una especie de formalización de las inquietudes investigativas para la escritura del cine boliviano. Estos textos inaugurales siguen, propone el autor, el afán de "contar brevemente las peripecias de un cine que se conocía poco o nada" (p. 9), y tuvieron en Raúl Salmón y Miguel Kavlin artículos precursores, publicados en la década de 1950. Uno de los textos de prensa citados por Mesa es "Para una historia del cine boliviano",1 de Oscar Soria, publicado en el diario Presencia en la edición especial del Sesquicentenario de la República. Soria comienza así: "Escribir la historia del cine boliviano —una verdadera Historia, completa y precisa, desentrañando e interpretando en cada caso y a lo largo de los años, la significación de obras, personas y hechos- es una morosa tarea de investigación y estudio, y quien estas líneas escribe, más que de investigador tiene de testigo, pues venimos viviendo (desde 1954) los problemas y vicisitudes del cine boliviano desde dentro, o sea como cineastas" (2018:1; nuestro énfasis).

Articulamos nuestra introducción a través de estas citas para trabajar dos ideas, útiles para acercarse a lo que ahora está ocurriendo en el espacio de la escritura sobre cine a través de proyectos editoriales en diversos soportes, con objetivos diferentes y/o similares, que ponen en marcha una particular articulación de formas de pensar el cine en Bolivia y dan cuenta de las redes de sociabilidad que generan y (se) mueven a través de estas formas en el espacio mediático de la cultura y el cine/audiovisual en el país. La primera idea que nos es útil es la del relato de la peripecia de lo desconocido. Escribir sobre cine boliviano -ampliando la idea de Mesa, quien, con más precisión, se refiere a la idea de escribir (para) la historia del cine boliviano— vendría a ser, desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días (nuestra hipótesis), un ejercicio de montaje de sucesos más o menos extraordinarios, pero merecedores de relato, sobre algo que, con matices, se muestra opaco a los ojos de un público de espectadores o lectores. Es decir, el cine boliviano como "un objeto más o menos volador y no identificado"2.

La segunda idea que recuperamos está en el inicio del texto de Soria de 1975: la delgada línea entre la investigación y el testimonio en la escritura o, articulando con la primera idea, la anotación de eventos más o menos relatables de algo que no habría de dejar de revelarse más que a la luz de su propio oscurecimiento. Ésta es nuestra lectura. Un recorrido por la producción editorial sobre cine en Bolivia durante los últimos dos años, a través de estas dos ideas, señala una entrada para abordar el análisis de la actualidad del medio del cine y el audiovisual boliviano, y a la vez, articula escenarios para el montaje de una serie dispar de relatos para una serie también dispar de historias del/para/por/ con el cine boliviano. Es decir, todas las que se pueden contar o, dicho de otra forma, las que se pueden contar con los dedos de las manos de todos los que las están escribiendo.

 

2. Contar. Pasado imperfecto y presente continuo

El presente texto inicia citando a uno de los libros sobre cine boliviano publicado en estos últimos años, Historia del cine boliviano 1897-2017. Aunque pueden contarse con pocos dedos, si nos enfocamos en la cantidad de libros en este periodo en relación a otro anterior o incluso en relación a la cantidad de películas bolivianas que están siendo estrenadas en salas o festivales internacionales en la actualidad, esta cantidad no aparece tan disminuida. Es decir, son pocos pero en verdad son muchos. Esta Historia del cine boliviano, coordinada por uno de los primeros críticos e historiadores de las imágenes en movimiento en el país, Carlos Mesa, se presenta como una herramienta para la difusión y la preservación de la memoria de ese objeto más o menos volador y no identificado que es el cine boliviano, encarrilándose en la trama narrativa de la escritura de la Historia al servicio de la institución de la identidad de un fenómeno social y cultural.

El libro se pregunta: ¿qué es el cine boliviano?, y responde: el cine boliviano es esto y este el orden de los sucesos. En un país donde la producción escrita de pensamiento —a través de organizaciones y sistematizaciones de orden histórico, investigativo, documental-archivístico— es escasa a lo largo del tiempo de existencia del aparataje cultural e industrial del séptimo arte, la publicación de este libro es útil y marca un campo de referencialidad necesario para los estudios sobre cine boliviano.

El origen de este libro está en otro libro y, a través del relato de Mesa en la Introducción, se pone sobre la mesa uno de los principales problemas de las obras sobre cine en el contexto cultural boliviano: su escasa difusión. En 2014 se publicó el libro Cine boliviano. Historia, directores, películas, producto de un proyecto del Ministerio de Culturas y la Universidad Mayor de San Andrés para hacer una selección de las películas fundamentales de Bolivia. La publicación, refiere Mesa, no llegó a los lectores, por lo que algunos de sus autores decidieron articular sus escritos e investigación para una nueva publicación, que es la Historia... publicada este 2018. El autor de la introducción explica que, para el libro de 2014, los autores referidos actualizaron, enriquecieron y sintetizaron sus escritos del pasado. Todos ellos, desde la década de 1970 hasta las primeras del siglo XXI, firmaron historias del cine boliviano o de ciertas etapas de éste. El resultado de la articulación de esta nueva publicación actualiza y enriquece, es cierto, con el fin de afinar datos históricos que sirven en tanto herramienta o información dura.

El trabajo de síntesis, sin embargo, si entendemos ésta no solo como un resumen sino en tanto organizaciones y relaciones posibles de elementos, no encuentra una actualización o enriquecimiento. La alternativa de organización cronológica marcada por los libros anteriores de los autores se repite, en coherencia, es verdad, con el objetivo de la publicación de proponer "una mirada totalizadora de esa magnífica y difícil aventura por la que transitaron centenares de compatriotas que han hecho posible registrar una memoria que, aunque sea por la mágica sensación de las imágenes en movimiento, revive como si hubiera ocurrido hoy una historia que para el cine nunca deja de ser presente" (Mesa, 2018: 12; énfasis nuestro).

Si bien la organización y relación escogida -cronológica, positivista- es didáctica, resulta también insuficiente. Pensamos que no se trata simplemente de distinguir entre un abordaje tradicional y otro, digamos, renovado o fresco. La forma es el fondo. La organización y relación de los elementos es una lectura de éstos, y la articulación de una cronología con etapas e hitos como única organización aporta poco al análisis de esa difícil aventura en la cual la historia no puede contarse en pretérito perfecto, sino en presente continuo. La reducida y endogámica red de sociabilidad que aparece en el relato de sucesos desde la mirada de esta Historia... y desde los primeros libros de historia del cine boliviano (décadas de 1970 y 1980), y lo que esta red construye en tanto imágenes en movimiento que registran la memoria -la de unos y otros millones de compatriotas detrás/delante de cámara y en la butaca— y en el registro la piensan y la hacen, encuentra un pasillo angosto y sin ventanas en una organización cronológica que prefiere no arriesgar nuevas relaciones y organizaciones, más allá de la remarcación de etapas e hitos. La pólvora que ya conocemos puede incendiar otros espacios, en una historia que para el cine nunca deja de ser presente.

Desde esta marca es posible abordar, en el caso de este artículo en primera persona, una búsqueda editorial que intenta articular una respuesta, digamos, de reacción inmediata a lo que ocurre con el cine boliviano hoy. Desde 2012, con Sergio Zapata iniciamos una serie de publicaciones sobre películas y realizadores bolivianos, con el objetivo de generar y articular análisis y abrir el debate en tanto ejercicio de pensamiento, organización y relación de elementos para y con la historia del cine boliviano. Insurgencias. Acercamientos críticos a Insurgentes de Jorge Sanjinés (2012); Extravío. Acercamientos críticos a Olvidados (2014); y Socavones. Textos sobre la obra de Socavón Cine [2008-2017] (2017) son libros que recogen textos de más de 20 autores sobre películas y obras bolivianas producidas en las primeras décadas del siglo XXI. La intención de aglutinar una serie de posturas busca justamente trabajar otras posibles organizaciones y relaciones para alumbrar o, más precisamente, incendiar los sucesos de unas miradas que nunca han estado cómodas. La incomodidad, como potenciadora de pensamiento, y en las particularidad de un medio pequeño, es punto de partida para abrir la escritura y la crítica de cine más allá de su instrumentalización (¿crítica constructiva vs. crítica destructiva?) y trabajar en los sucesos de sus lecturas para y con las narrativas viejas y nuevas, vivas todas, del cine y sus sociedades, sus historias y memorias.

Respondiendo también a la marca del presente, hay otras escrituras del relato en continuo. Poniendo en obra otros formatos editoriales, como el catálogo, la memoria o la revista, otras publicaciones hacen registro. El "Festival de cine documental A cielo abierto", de Cochabamba -trianual y que celebró su tercera versión en agosto de 2017- y el "Festival de cine radical", de La Paz -con cinco versiones, la última de septiembre de 2018— editan catálogos que sirven en tanto herramientas de análisis e investigación. Por su parte, los libros-memoria de los encuentros de cine organizados por el Espacio Patiño de La Paz desde 2008 son algunos de los pocos documentos de periodicidad regular y preestablecida en el amplio contexto de la cultura en Bolivia, donde la periodicidad más atendible de escritos de información, análisis o investigación la brindan los pocos suplementos de prensa cultural. La variable de la periodicidad es importante, en tanto es a través de ella, entre otros elementos, que puede establecerse una articulación e interacción rica y potente entre los realizadores y el público. Si el crítico o el productor o gestor cultural son elementos de mediación es debatible, en tanto no canalizan mensajes, sino que elaboran otros discursos, articulados o articulables a aquéllos construidos desde la producción, la distribución y exhibición, o la recepción mediática de contenidos cinematográficos, discursos todos articulados y articulables en narrativas posibles, es decir, organizaciones y relaciones en obra y presente continuos.

Susceptibles de ser articulables en tanto herramientas para investigaciones y estudios, citamos también alrededor de la idea de relato y en tanto documentos del registro del presente a los libros Del cine, sus aventuras: hazañas, picardías y nostalgias del cine boliviano, de Fátima López y Marisol Murillo (2017); Apuntes de cine, de Ada Zapata y Marcelo Reyes (2017); Notas y críticas de cine en “La esquina", de Claudio Sánchez (2017); y Parada obligatoria. Juan Carlos Valdivia (2018), editado por Mónica Velásquez y Fernando van den Wyngard. El valor bibliográfico de estas publicaciones es indiscutible, así como el interés de poner sobre la mesa estructuras de pensamiento de diferentes rangos de vigencia y vitalidad, decadencia y reuso.

 

3. Testifico que he visto

De las vitalidades -y sus derivadas co-habitabilidades- en el cine boliviano hablan otros casos editoriales y de crítica cinematográfica durante los últimos años. Retomando para un formato distinto la variable de periodicidad, son pocos los espacios y los críticos que, en plataformas impresas o digitales, mantienen una regularidad de publicaciones durante varios años. No es objeto de este texto recoger información para hacer un análisis sobre la crítica de cine en la actualidad en el país, por lo que listas, nombres y valoraciones, en un afán abarcador y cuantificador, no se encontrarán en las siguientes líneas. Lo que sí proponemos es una entrada interpretativa, una lectura, de un gesto que puede alumbrar al menos algunos casos y proyectos de escritura y difusión de crítica de cine, en plataformas editoriales impresas y digitales. El ya referido texto de 1975 firmado por el guionista Oscar Soria (1917-1988), apostillado por el autor para quien escribiera una historia del cine Bolivia, fue reeditado en 2018 por la revista digital de cine Nuevas Pornos (febrero de 2018, número 3).

En este formato, el de revista, la mencionada es la única que se edita actualmente en Bolivia. Se publica desde 2016 y cuenta hasta la actualidad con cuatro números, dos de ellos publicados este 2018. En el tercero la revista hace un homenaje al centenario del nacimiento de Soria de varias maneras: a través de un texto en el que, entre otras cosas, se vuelve a traer a la retina una película olvidada de Jorge Ruiz, guionizada por Soria: La vertiente (1957); y a través de la reedición de tres textos de autoría del guionista: Sepan de este andar, una antología de cuentos editada por primera vez en 1991; la crónica Contado y soñado... Visión y escenas de Rio de Janeiro (1958), directamente relacionada con la película Mina Alaska (1968) de Ruiz y Soria; y el mencionado texto sobre la historia del cine boliviano, publicado en prensa en 1975.

La delgada línea entre investigación y testimonio en la escritura, la segunda idea que proponemos en este texto para analizar las iniciativas editoriales y de crítica de cine en la actualidad, viene de una cita de Soria que, proponemos, alumbra los caminos de escritura y edición de la revista Nuevas Pornos y quienes la hacen. Veamos.

[1]

Este número de la revista sale publicado en un momento prolífico del cine boliviano. El río, Algo quema, Søren, Muralla, Mar negro, Los hijos heridos, Compañía, Fuertes, Lo peor de los deseos, Anomalía, Tu me manques, Santa Clara, Wiñay. Seguramente muchas más. Cada una implica (y crea) un tipo de espectador, y esto también por la afinidad hacia las diferentes formas de producción. Es decir por las texturas cinematográficas que se consiguen a través de todos los recursos de una producción. Más allá de nuestras inclinaciones, nos interesa saludar este momento del cine boliviano que aún es difícil de comprender en su justa medida. Son muchas las nuevas películas que han estado saliendo y hablan de una especie de red intergeneracional que no tiene precedentes.

Así, a esta revista la impulsa la emoción que provoca toda esta energía. Obviamente también, como se vio en números anteriores, somos unos criticones. Situación paradójica pero común. Nos gusta hablar más de lo que no aprobamos, que de lo que... aprobamos, digamos. Hablar de la obra o la palabra de las personas con el encubierto o no encubierto propósito de determinar lo que está bien o cumple con ciertos requisitos artísticos imperativos es una de las formas en las que la crítica existe, y esto en cualquier contexto, provinciano o no. Es importante cuestionar todo el tiempo lo que estamos haciendo desde las películas y desde la crítica (2018: 4; nuestras cursivas).

[2]

Frente a la producción del vecino -es una premisa de esta revista que subyace tal vez a todo lo que escribimos en relación al cine boliviano- frente a lo que hace el vecino somos expertos en decir: "yo haría esto, o lo otro". Y esto casi como un reflejo que se basa en la constatación de que en el pueblo, lo que podamos escribir va a tener algún mínimo de repercusión, muy probablemente en quien ha hecho la película, y con más certeza en los amigos que se solazan con las pequeñas maldades. Ahí es donde los críticos fantaseamos digamos con fungir como realizadores (2018: 19; nuestras cursivas).

La primera cita pertenece a uno de los editoriales del número 4 de la revista. La segunda se encuentra en la crítica escrita por Gilmar Gonzáles sobre la película Eugenia (Bolivia, 2018), de Martín Boulocq, texto también publicado en la cuarta entrega de Nuevas Pornos. A través de estas citas, nos interesa poner el foco sobre lo que vendría a ser la actualización del gesto de testigo, señalado y encarnado por Soria, ahora en el proyecto editorial y escritural de esta revista. A través de sus editoriales y críticas, pero también a través de las elecciones de edición de texto y la organización y relación de los escritos, los críticos-editores de Nuevas Pornos trabajan asentados al interior de un tabú en las discusiones del ámbito: la dimensión de este espacio que denominamos cine boliviano, quiénes son parte de él, cómo se relacionan y las formas y alcances de estos relacionamientos; en fin, las maneras en las que el pueblo desarrolla su cotidianeidad y los códigos que circulan -a pesar y con las ventajas y desventajas de no lograr convocar suficientes acólitos— marcan rutas, montan y desmontan redes sobre las que repercuten las escrituras, los saludos, las aprobaciones y desaprobaciones, las amistades y las fantasías.

Escribir crítica, nos dice Nuevas Pornos, es escribir en primera persona con una emoción, que es una reacción ante un escenario, del que se es parte porque las cuadras son cortas y casi todas las piedras valen para esquina. Dicho en breve, los críticos-editores de esta publicación son también realizadores, así como algunos críticos colaboradores. Se escribe, dice Gonzáles, y se hace replay de una música o una secuencia (2018: 19), de lo que se ha visto y de cómo se lo ha hecho. La proyección que provocaría en el espectador/lector volver a recordar puede que no sea tan libre y acabe en los sesgados planos de la aprobación y desaprobación. Tropecé de nuevo y con la misma piedra. Quien censa o cuida el respeto a mínimos requisitos lo hace también porque es buen vecino. O vecino, simplemente. Puede ser algo más relacionado con civilidad que con otra cosa. Pero de la moral parece no haber escapatoria.

Con matices, el gesto del crítico como testigo y vecino de la producción cinematográfica en Bolivia puede perseguirse en el trabajo regular de los pocos críticos de cine que publican desde las últimas décadas del siglo XX hasta la actualidad, de manera regular o más regular que irregular (Pedro Susz, Mauricio Souza, Alfonso Gumucio), pero también en las escrituras y los proyectos de críticos de cine del siglo XXI (Santiago Espinoza, Andrés Laguna, Alba Balderrama, Mijail Miranda, Sergio de la Zerda, del suplemento Ramona del diario Opinión

de Cochabamba; Mónica Heinrich en Santa Cruz; Sergio Zapata, Sebastián Morales y quien escribe este texto, en La Paz con, entre otros medios, Cinemas Cine [revista de cine y proyecto hoy fenecidos] y ahora la plataforma Imagen Docs). Los códigos sugeridos por Nuevas Pornos no sirven de sostén para este aglutinamiento. Estos códigos, decíamos, circulan para montar y desmontar, y lo que interesa son las vibraciones de repercusión en diferentes redes. Una de las más interesantes y vitales en estas últimas décadas, cuyo carrera paralela a la de la producción no es casual, es la crítica de cine. No podría entenderse, sino, el incremento de publicaciones e iniciativas de reflexión escrita, y lo que se ha establecido ya como una pequeña pero potencial tensión de visiones y puntos de vista, horizontes y motivaciones, posturas y políticas. Ésta es también una historia para/con el cine en tiempo presente.

 

Notas

* Crítica de cine.

Contacto: mcmolinaergueta@gmail.com

1 El texto apareció en el periódico con el nombre de "Cine". Se comprende que se trata de un título atribuido por los editores de Presencia en el segundo párrafo del texto, cuando el autor refiere el título escogido por él para su escrito: "Para una historia del cine boliviano". El texto fue reeditado por la revista de cine de formato digital Nuevas pornos, en su número 3. Disponible para lectura y descarga a través de este link: https://drive.google.com/file/d/1-yZWnx6WnsJeBIL2mrT_mi8L19SqZuRf/view. Citamos esta reedición en este artículo.

2 Santiago Espinoza citado por Laguna (2013).

 

Referencias

1. Gonzáles, Gilmar. 2018. “Eugenia”, en revista digital de cine Nuevas Pornos, Nº 4, pp. 19-34, agosto de 2018. Disponible en: <nuevas-pornos.blogspot.com/2018/08/blog-post.html.>

2. Laguna, Andrés. 2013. “Por tu senda. Las road movies bolivianas, crónicas de viaje de un país” (tesis doctoral por el Departamento de Antropología Cultural e Historia de América y África. Programa de Doctorado Sociedad y Cultura, Universitat de Barcelona.

3. Mesa, Carlos. 2018. “Introducción”, en Carlos Mesa (coord.), Historia del cine en Bolivia 1897-2017. La Paz: Plural.

4. S.A. Nuevas Pornos. 2018. “Texto editorial (sin título)”, en revista digital de cine Nuevas Pornos, Nº 4, pp. 4-5, agosto de 2018. Disponible en: <nuevas-pornos.blogspot.com/2018/08/blog-post.html>

5. Soria, Óscar. 2018. “Para una historia del cine boliviano”, en revista digital de cine Nuevas Pornos, Nº 3, febrero de 2018. Disponible en: <drive.google.com/file/d/1yZWnx6WnsJeBIL2mrT_mi8L19SqZuRf/view.>

6. Zapata, Sergio y Mary Carmen Molina. 2012. Insurgencias. Acercamientos críticos a Insurgentes de Jorge Sanjinés. La Paz, Cinemas Cine.

7. ---------- 2014. Extravío. Acercamientos críticos a Olvidados. Disponible en: <issuu.com/sergiozapata3/docs/extravio-sobre_olvidados_4c587a57b02ade>         [ Links ]

8. ---------- 2017. Socavones. Textos sobre la obra de Socavón Cine [2008-2017]        [ Links ]

 

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