SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.21 número39Hacia el medio siglo de la psicología en BoliviaFrank Lloyd Wright: un genio de la arquitectura índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult vol.21 no.39 La Paz dic. 2017

 

Reseñas

 

Dolor y placer: Farabeuf o la crónica de un instante

 

 

Salvador Elizondo

1965, Fondo de Cultura Económica, México.

 

 


La novela Farabeuf (1965), de Salvador Elizondo, no es una novela común, como lo ha destacado varias veces la crítica1 (que suele resaltar además el carácter experimental de la misma). Al afrontar una primera lectura, el lector tradicional de novelas queda desconcertado tanto por la estructura fragmentaria como por la aparente falta de trama de la obra. Por estas razones, Farabeuf supone un reto para el lector. No obstante la difícil lectura, existen varios temas a los que uno puede aferrarse para "armar" el rompecabezas que es la novela, como ser la presencia de sistemas adivinatorios (la Ouija, el I Ching), la lectura guiada por los sentidos (el olfato, el tacto, el oído, la vista), o el desdoblamiento de los personajes por medio del reflejo (el espejo).

Entre estos temas, uno de los más significativos es el de la superposición de diferentes situaciones, objetos y elementos, haciendo que éstos adquieran un carácter más abstracto pese a tener cierto grado de concreción en la novela. Habiendo dicho esto, el fin de esta reseña es hacer un breve análisis de la superposición que se hace entre los procedimientos quirúrgicos presentes en la obra y el acto sexual (o coito), vistos y entendidos desde dos elementos concretos dentro del texto: una fotografía antigua que muestra a un hombre sufriendo el suplicio chino del Leng t'ché y un cuadro de Tiziano cuyo nombre (entre los muchos que tiene) es El amor sagrado y el amor profano.

Para comenzar, se verá en qué consiste la superposición entre cirugía y coito. A la hora de hablar de los procedimientos quirúrgicos presentes en la novela, hay que señalar que también existe una superposición de los mismos, pues si bien en un momento se puede pensar que se trata de una operación rutinaria, después se especifica que podría tratarse de la amputación de un miembro o, inclusive, de un parto o un aborto (dato que es proporcionado por la mención a un tocólogo en varias partes de la obra). Pero no sólo esto, sino que también se llega a superponer la fotografía del suplicio chino con la cirugía en varios momentos, lo cual lleva a pensar, a su vez, que hay un intento por recrear la tortura del Leng t'ché sobre otro cuerpo, o bien que ya se está recreando. En cuanto al coito se refiere, el episodio de la casa en la playa es el que más referencias da sobre la consumación del acto sexual entre dos personas (aunque después se relativiza si en verdad pasó este episodio). Ahora bien, al igual que con la cirugía, en el coito también está superpuesta la fotografía (véase, por ejemplo, el inicio del capítulo V, en el que también se superpone la cirugía), lo que demuestra que la relación entre el acto sexual y la cirugía está atravesada por la presencia de esta imagen que, en muchos sentidos, pone en juego también otra superposición: dolor y placer, o, en otras palabras, que el dolor puede ser placentero.

Claro que existen otras relaciones entre el coito y la cirugía que conllevan una superposición (como la comparación entre el tiempo que lleva amputar un miembro del cuerpo y la duración del acto sexual: 1 minuto y 9 segundos; o el tono científico que se emplea en la novela cuando se habla del coito como un procedimiento quirúrgico), pero es en la relación dolor/placer donde radica su punto más fuerte.

Ahora bien, si la superposición de la fotografía con el coito y la cirugía pone en evidencia la relación entre éstas y el dolor/placer, la presencia del cuadro de Tiziano complementa esta armazón. Entre el cuadro y la fotografía existen similitudes que pueden leerse desde lo expuesto por M. Foucault en "El cuerpo utópico"2, que dice que durante el acto sexual el cuerpo se abre de su individualidad para, por medio de los sentidos, elevarlo de sí mismo al tiempo, que es más cuerpo que nunca. Es decir que durante el sexo el cuerpo es profanado por otras manos, otros ojos, al tiempo que el placer lo sacraliza, y es en esta idea en la que el cuadro y la fotografía se relacionan, en la exposición de lo terrenal y lo celestial del amor (en el cuadro y la representación de las dos mujeres) sexual y la tortura relacionada a la cirugía (en la fotografía, donde la mirada del supliciado se recarga de lo sagrado mientras su cuerpo exhibe la profanación). Y tanto el coito como la cirugía son profanaciones del cuerpo que, si se retoma la idea del dolor superpuesto al placer, conducen a una experiencia sacralizada a través de esa profanación.

 

Notas

1 Véanse, por ejemplo, "Farabeuf, la escritura del fragmento", de A. Pereira; "Farabeuf, el libro de las mutaciones", de M. Fe; "El teatro de espejos en Farabeuf, de Salvador Elizondo", de E. Sánchez Rolón, entre otros.

2 Foucault, Michel. "El cuerpo utópico", en Topologías, s/n.

 

Daniel Mauricio Illanes Velasco

 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons