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Revista Ciencia y Cultura

versión On-line ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  n.28 La Paz jun. 2012

 

TESTIMONIOS Y DOCUMENTOS

 

Juan Ludovico Bertonio Gaspari: “Vita Christi”

 

 

Iván Tavel Torres *

 

 


 

1. Introducción1

Ludovico Bertonio fue el misionero de Juli del Virreinato del Perú que, motivado por el espíritu ignaciano, se animó a preparar, redactar con la colaboración de aymaras, entre los cuales se destacó Martín de Santa Cruz Hanansaya, del ayllo Cara, y los aportes de la comunidad jesuítica, El libro de la Vida y Milagros de Nuestro Señor Jesu Christo en dos lenguas, Aymara y Romance” (1612). “Vita Christi” está basada en la obra de Alonso de Villegas “Flos Sanctorum, y Historial general, de la vida y hechos de Jesu Christo, Dios y señor nuestro (…)”. Es, sin duda, la primera obra sobre Jesús escrita en idioma autóctono, aymara, y español para los naturales del Nuevo Mundo.

Bertonio fue el sacerdote jesuita, misionero y persona, que aprendió y enseñó la lengua aymara para hablar y conversar sobre la vida de Jesús. Leyó el Evangelio, no se aparto de la oración, examinó escritos espirituales, diálogo con los indígenas y consultó en su comunidad para elaborar el “Vita Christi”.

Bertonio fue un sacerdote inmerso en la dinámica evangelizadora de su tiempo y comprendió que la conversión de los indios exige el uso correcto de la lengua aymara. En sus obras recomienda a los “Sacerdotes de Cristo” aprender adecuadamente la lengua aymara para que los indios no entiendan mal y con errores los divinos y sagrados misterios. Los pastores de las almas, recalca Bertonio en 1596, tienen “(…) sobre sus hombros dos oficios importantes, que son la enseñanza de la verdad evangélica, y la administración de los santos Sacramentos” (Bertonio, 1603b:15). El autor advierte que es “(…) muy grave de enseñar doctrina falsa y errónea, en lugar de la católica y verdadera” (Ibíd.)2. A los indios adultos que piden el bautismo, si no sabemos su lengua, preguntaba Bertonio a los religiosos, .cómo podemos explicar nuestros sagrados misterios de la adoración de un solo Dios, de la Santísima Trinidad, de la encarnación, muerte y resurrección del hijo de Dios, y redentor del género humano? (Ibíd.).

 Bertonio aportó con sus obras al conocimiento de la vida cotidiana del Virreinato del Perú. Explicó que la motivación para escribir el “Arte y la Gramática muy copiosa de la lengua Aymara” y las otras obras bilingües fue “(…) servir y ayudar a los ministros del Santo Evangelio, que están obligados por el Curato, y beneficio que tienen, y a otros que de Caridad se tienen por tales, y especialmente a los Padres de nuestra Compañía de Jesús (…)” (Bertonio, 1612d:4)3 a ensenar toda la doctrina católica y cristiana y lograr una mayor policía humana en los naturales del Perú (Ibíd.).

Cada libro publicado por Bertonio está articulado a la acción evangelizadora de los jesuitas entre los aymaras del Virreinato de Perú y responde –naturalmente- a las directrices definidas en los concilios limenses. El conjunto de la obra escrita por Bertonio, manifiesta la comunicación evangélica con los aymaras. En cada una de sus obras están parte de las respuestas a la pregunta: .cómo hablar de Jesús a los aymaras? La forma de vida, el pensamiento y las costumbres de los aymaras permitirán valorar tanto las razones como la forma del libro Vita Christi.

En relación a las obras publicadas, Bertonio explica: “(…) sacamos primero a luz el Vocabulario [1612], donde se hallara abundantemente todos los vocablos necesarios para hablar bien y elegantemente esta tan copiosa lengua Aymará. Dimos modo después y traza para juntarlos con el libro del Arte, y Frases de la misma lengua” (Bertonio, 1612c:1s). Luego, “Vita Cristi”, donde se ensenan a la larga y por su orden los sagrados misterios de la Vida [,] Pasión, Muerte, Resurrección, y subida al Cielo de Nuestro Salvador” (Ibíd.:2). Finalmente, comenta que en el Confesionario muy copioso (1612), el cuarto libro, “(…) se platica brevemente a los indios que cosa sean los sacramentos, con qué disposición deben recibirse, especialmente el de la confesión, ayudándolos a que se confiesen enteramente (Ibíd.: 3). Agrega que al final de la obra se colocaron varios ejemplos y comparaciones que deben ser utilizados por el sacerdote con la finalidad de mover a los indios a querer y volverse a su Dios (Ibíd.: 3s.).

En esta relación bibliográfica, Bertonio no señala –expresamente- sus dos primeras obras publicadas en Roma el año 1603: “Arte breve de la Lengua Aymara, para introducción del Arte grande de la misma lengua” y “Arte y gramática muy copiosa de la Lengua Aymara. Con muchos, y varios modos de hablar para su mayor declaración, con la tabla de los capítulos, y cosas que en ella se contienen. &c.” Sin embargo, al exponer varios conceptos que requieren mayor comentario, invita al interesado a revisar sus primeras obras advirtiéndole que no se extrañe de hallar algunos errores.

Además, Bertonio agrega otras consideraciones sobre sus obras. En referencia a los ejemplos, sostiene que tratan de diferentes materias. Luego se anima a recomendar que “(…) si a los Curas y Beneficiados pareciese acertado pudieran industriar a algún indio de los que saben leer bien, para que leyese alguno de estos ejemplos a la gente de la Parroquia cuando esta junta para oir misa: y en las fi estas de N. S. que son de guarda para los indios, podría leerseles el misterio que en aquel día celebra la Santa Iglesia, buscandole en el libro del Vita Christi (…). Lo cual es muy conforme a lo que hizo el doctísimo y muy celoso del bien de las almas el muy Reverendo Padre Fray Luys de Granada” (Bertonio 1612c: 197) 4.

Los ejemplos tratan de virtudes y vicios, “(…) de la vana superstición de la Idolatría y de otras muchas cosas, que fuera largo de contar.” (1612a: A1), explica Bertonio. Con esos pequeños datos que registró sobre las supersticiones”, más los aportes de otros cronistas, se diseñará el universo simbólico de los aymaras que se debe conocer para leer y valorar su última obra. Universo simbólico que Bertonio analizó, en sus detalles más significativos, para que el relato de la vida de Cristo no sea parte de mitos o leyendas andinas que otorgaban personalidad tanto a la geografía del lago Titicaca como a varios personajes de la historia incaica y mitología aymara.

La lectura y exposición crítica de los obras, en una lógica de rigor científico en cuanto a las fuentes documentales, permitirá ubicar al autor dentro del marco histórico e historiográfico en el que se edita la obra que esrtudiamos.

El pueblo de Juli conoció los esfuerzos misioneros de Bertonio. En la “Residencia de Juli”, centro misionero de los jesuitas en el Perú, Bertonio dio signos suficientes de que la comunidad cristiana vive, y necesita vivir, en la convicción de estar compartiendo la misma fe; una fe en el Cristo vivo y presente. La muerte de Jesús en la cruz no fue el último acto del Hijo de Dios. Cristo resucitó y ese acto revela al Dios de los vivos. Por lo tanto, la acción evangelizadora  y misionera implica la vida comunitaria.

La comunidad contribuye al crecimiento y asimilación personal del Evangelio en cada uno de sus miembros. La comunidad permitió la evangelización y protección de los indios de los diferentes abusos de los encomenderos. Los jesuitas organizaron pueblos y reducciones, crearon escuelas de canto y música para dar esplendor a las ceremonias, a las fiestas en las plazas y al trabajo comunitario. Desde la comunidad, Bertonio buscó responder a las necesidades de los aymaras. Su mejor aporte fueron sus obras.

En las obras de Bertonio está una parte de la historia de las comunidades que hablaban aymara y compartían una visión de la existencia humana y de la espiritualidad que otorgaba identidad a cada pueblo. Ahora bien, en la forma de aproximarse a esa historia está la condición, la presencia y la posibilidad de ser del pueblo aymara contemporáneo. Así pues, la Vita Christi, redactada a partir de la integralidad de la Sagrada Escritura, la revelación neo testamentaría y la referencia lúcida al Magisterio, posee en la actualidad una importancia decisiva para recuperar los valores morales de los aymaras y otorgar a la existencia de las comunidades del siglo XXI un sentido de existencia acorde con la solidaridad y la interculturalidad.

Esta obra es un aporte teológico que tiene sus raíces en la fe de la Iglesia y en una fe personal que hace del propio Jesús ofrenda de salvación. Es una contribución a la historia de la evangelización en América Latina y un testimonio de la interculturalidad evangélica. Es una obra singular, que surge tanto de la lectura de Flos Sanctorum, de Alonso de Villegas, como de la experiencia sacerdotal de convivir con los pueblos aymaras. En el libro está inmersa la razón de la presencia de Cristo en el Nuevo Mundo y es el testimonio de su espiritualidad ignaciana. Bertonio procuró que los aymaras vivieran en el amor de Cristo; un amor que les permitiera ver el mundo de otra manera. Bertonio escribió en aymara para ofrecer el amor de Jesús que da origen a una nueva vida.

Hoy la Vita Christi es una obra fundamental para que muchas almas encuentren el sentido a su existencia. Jesús es la ofrenda para la realización plena de lo humano. La antropología adquiere la dimensión de la trascendencia por la cristología y la historia de Jesús permite al ser humano colocar su vida en las manos de Dios.

Una lectura cuidadosa de las obras de Ludovico Bertonio permite sospechar que el misionero –a lo largo de su convivencia con los aymaras- repitió la oración“Alma de Cristo”, de San Ignacio de Loyola5.

Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embríagame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
!Oh buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Tí.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Tí,
para que con tus santos te alabe,
por los siglos de los siglos.
Amen.

“Alma de Cristo” es la oración que abre el camino de la obediencia, en el ámbito de la fidelidad al Evangelio que Jesús predicó. La obediencia permite conocer la voluntad divina. Es más: favorece, como requería San Ignacio, el propósito de tener “(…) una intención muy recta, pura y limpia, sin mezcla de vanidad y tizne de amor o interese propio (…)”6. Conduce al jesuita a buscar “(…) la mayor gloria de Dios en su ánima, cuerpo y obras, y bien de las ánimas en todas las cosas, cada uno en el talento que Dios le diere” (Ibíd.). Ayuda a descubrir que la obra de Jesús implica una entrega total.

Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad,
mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad;
todo mi haber y mi poseer.
Vos me disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es Vuestro:
disponed de ello
según Vuestra Voluntad.
Dadme Vuestro Amor y Gracia,
que éstas me bastan.
Amén

“Tomad Señor, y recibir…” es la expresión con la cual comienzan y concluyen los “Ejercicios espirituales”. Para Bertonio fue la expresión para indicar que el siervo de Dios está disponible para predicar el evangelio y así alcanzar el amor de Jesús. En ella expresó su convicción de vivir amando a Jesús hasta el final de sus días.

 

2. Ludovico Bertonio: vida y misión evangelizadora

Juan Ludovico (Giovanni Luigi) Bertonio nace en el pueblo de Rocca Contrada7 de la provincia Marca de Ancona, el año de 1557 (O’Neill y Domínguez, T.I., 2001: 424)8. Sus padres fueron Benedis Bertonio y Madalena Gaspari, mercaderes.

El crecimiento de la Compañía de Jesús fue sustentado por el aprendizaje significativo del carisma ignaciano en cada uno de los colegios, en las casas de formación. El futuro jesuita debía comprender y asumir el plan de Dios creador y redentor. Servir a Dios implicaba ayudar a las ánimas para su salvación y perfeccionamiento de todos. El hombre ignaciano busca ser un instrumento idóneo para el conocimiento y gloria de Dios.

Honra y gloria de Dios” fue el ambiente adecuado para formar a los escolares. Es tanto la formación para la obediencia como el camino para la perfección. El noviciado era el tiempo suficiente y adecuado para que el admitido pudiera crecer en la gracia del Señor, orientado y acompañado por el maestro de novicios (Ibíd.: 365s.). Era el tiempo eficaz para que el jesuita renunciara al mundo y se esforzara para fortalecer su firme intención de servir y honrar a Dios (Ibíd.: 372).

Bertonio decidió servir y honrar a Dios. Ingresar a la Compañía de Jesús fue, sin duda, elegir un estilo de vida, un proceso de realización espiritual y la búsqueda de la perfección, virtudes que están explicitadas en el fundador y su carisma. Un carisma destinado a contribuir en la construcción del “Reino de Dios”. Ahora bien, en el ámbito de la pedagogía ignaciana, el futuro jesuita procuró comprender las cualidades del fundador de la Compañía. Bertonio, como era natural en el que solía ingresar a la Compañía, procuró saber más sobre la personalidad del nuevo caballero de Cristo.

Con un acompañamiento espiritual adecuado y el conocimiento necesario de la nueva orden, explicó sus motivaciones y estudios realizados, su pertenencia a la Iglesia Católica. Dio los nombres de sus padres, su condición y el oficio que tenían. En último término, Bertonio expresó su voluntad y decisión firme de ingresar a la Compañía de Jesús. La Compañía valoró sus cualidades, y fue inscrito en el libro de admitidos. En el marco de la tradición jesuítica, Bertonio realiza la confesión general con Fabio de Fabii9, comulgando e ingresando a vivir en el noviciado. Vistiendo la sotana, empezaría las pruebas propias de la Compañía de Jesús.

Por su valor testimonial, mostramos las fotografías del libro “Codex” en que está inscrito Bertonio. La Información fue ampliada visualmente, para poder mostrar los datos referentes al futuro misionero. Inicialmente, quiero llamar la atención sobre un detalle: la primera firma de Bertonio al ser admitido como novicio en la Compañía de Jesús10.

 

Admisión de Bertonio al noviciado

Fuente: ARSI (2011)

Como se puede leer en la página, Bertonio ingresó el 29 de octubre de 1574; tenía 17 años. Ese año la Compañía había cumplido 24 años, ya que fue aprobada por el Papa Julio III el 21 de julio de 1550. Bertonio estudió gramática latina en su patria11.

Fabio de Fabi, maestro de novicios y Rector del Noviciado San Andrés del Quirinal (1571-1577; 1589; 1597-1598) (O’Neill y Domínguez, T. II., 2001: 1367; Lop Sebastia, 2000: 78), fue uno de los jesuitas que dirigían los Ejercicios con devoción y máxima dedicación. En el ambiente de los Ejercicios, Fabi conversaría familiarmente con Bertonio, con la finalidad de que le manifieste todas las cosas que surgen de la meditación. Fabi recibió a Bertonio como destinado por Dios para sí, lo ayudó para que pueda “sentir” cómo Dios obra en él y lo preparó para ser operario en la “Viña del Señor”.

A principios del mes de octubre de 1578, el P. Everardo Mercuriano envía un Memorial al P. Baltasar de Pinas (1528-1611) con las recomendaciones necesarias y suficientes para preparar el viaje al Perú. El Memorial aporta datos significativos en relación a Bertonio:

1. “Será superior en todo el viaje hasta Lima de los que van en esta misión, y como tal tendrá cuidado y proveerá lo que juzgare conveniente así para la jornada como para los que van en ella.

2. Los que están señalados para esta misión son los siguientes: de la Provincia Romana, el Padre Joán de Torres, el Hermano Joán Ludo-vico [Bertonio], el Hermano Joán Baptista Rufo, Hermano Agustín [Piedra Santa]. [Bertonio y Baptista eran de la Marca de Ancona; el primero de Rocca Contrada y el segundo de Fermo]. De la Provincia de Toledo: Padre Luis de Guzmán, rector de Belmonte, Padre Joán   Diaz, rector de Güete, Padre Juan Sebastián, el Hermano Diego Gonzales, el Hermano [ Juan] Ortiz y un Hermano sastre. De la Provincia de Castilla: el Padre Balthasar Álvarez, el Padre Alonso Ruiz, el Padre Francisco de Ángulo, el Hermano Diego de Zuniga, el Hermano Diego de Torres. De la Provincia de Aragón: el Padre Lope Delgado, el Hermano [Antonio] Franco.

De estos hermanos escolares, si hubiere alguna dificultad en alguno de ellos para no ir, podrá el Padre Pinas trocallos con otros de las mismas Provincias que han pedido esta misión, de los cuales tiene dicho Padre memoria” (MP II (1576-1580), 1958: 461-464).

Según Egaña (1954,1981: 342s.), el navío salió de Sanlúcar el 29 de septiembre de 1580. Entre los jesuitas que se embarcan estaba Bertonio. El mismo Bertonio, en carta de 17 de marzo de 1590 dirigida al padre Fabi, ratifica tanto la fecha de su llegada como su labor en Juli: “Yo he permanecido en esta residencia de Juli cuatro años y medio con otros diez de la compañía doctrinando estos indios y cumpliendo las funciones de párrocos, pues por acá solamente hay sacerdotes de la compañía y la gente que está a nuestro cuidado son únicamente indios”12 (Isla, 1986: 69).

Según el Catálogo de la Provincia del Perú, de1591 (Egaña, 1966: 670), la comunidad de la residencia de Juli estaba conformada por las siguientes personas:

 

Un par de aspectos que deseo subrayar: el P. Ayanz (1559-1598) fue superior de Juli de 1590 a 1593. “En 1596 envió una relación al Rey Felipe II, en la cual relataba (…) los agravios a que estaban expuestos los aymaras y quechuas de la región del lago Titicaca, siendo forzados a ir como mitayos a las minas de Potosí” (O’Neill y Domínguez (T. I., 2001:310). Después de estar un tiempo breve en Lima, Ayanz volvió a Juli y, sin duda, dialogaría con Bertonio sobre el avance de sus obras.

Por propia convicción y apego a las reglas y normas de la Compañía de Jesús, Bertonio informó con regularidad a sus superiores sobre sus actividades pastorales y las obras que preparaba con la ayuda tanto de los aymaras formados en la escuela de caciques como de los sacerdotes de la comunidad que hablaban la lengua aymara. Una vez que fue admitido a la profesión perpetua en la Compañía de Jesús, hizo su profesión solemne de tres votos (pobreza, castidad y obediencia) ante el Provincial Juan Sebastián de la Parra (1o de noviembre de 1593) en la iglesia de San Pedro, Juli. (Gonzáles Holguín, 1842: XIs; ARSI, 1993: 158).

Las obras de Bertonio están vinculadas a los aportes de aquellos jesuitas que iniciaron el modelo pedagógico del “seminario de lenguas” en la residencia de Juli. Desde su arribo al Perú, en 1581, hasta el 3 de agosto de 1625, Bertonio vivió casi 44 anos, compartiendo su existencia con los aymaras lupacas en el pueblo de Juli, en Arequipa y en Lima. Es más, dialogó con la mayoría de las naciones aymaraes para aprender la lengua de los naturales y, al mismo tiempo, recoger sus expresiones lingüísticas. El aymara de los Charcas quedó inmerso en la silva de frases aymaras. La residencia de Juli acogió a Bertonio lo largo de 30 anos. En Potosí, los indios enviados a las minas escucharon sus prédicas, y miles se confesaron con él a lo largo de más de tres anos. Los estudiantes del Colegio de San Pablo de Lima aprendieron humanidades y mayores con Bertonio en sus primeros cuatro anos en el Perú. Los dolores intensos que le causaba la gota fueron aliviados por los hermanos jesuitas de la comunidad del Colegio de Santiago de Arequipa a partir de 1619.

En base a los datos del Catálogo del Colegio de Arequipa, 1619,13 se conoce que Bertonio, a sus 62 años, fue Ministro; Vicerrector. A pesar de su delicada salud, se puede sospechar que colaboró ensenando latín y humanidades. Es más: Bertonio no dejó de ser obrero de “indios y españoles”. A lo largo de su vida misionera en la residencia de Juli, Bertonio conversó con el Provincial del Perú, Juan Sebastián de la Parra, sobre las características y virtudes del sacerdocio.

 

Ofrecemos la nómina de los Provinciales, con la finalidad de ayudar a comprender la estructura de gobierno que Bertonio debía considerar en relación a la preparación y publicación de sus obras14, estructura que, como veremos más adelante, quedó reflejada en sus obras.

Ubicar a Bertonio en la lógica de la Historia de la Compañía de Jesús implicó la tarea de recuperar información sobre sus estudios y formación, especialmente aquéllos que contribuyeron a la redacción de la Vita Christi.

 

3. Estudios y formación para servir a Dios en el Nuevo Mundo

Bertonio procuró, por todos los medios a su alcance, vivir en base a los principios de San Ignacio de Loyola. Los “Ejercicios Espirituales” fueron su única guía para su formación sacerdotal y el discernimiento de espíritu su estrategia para convivir con los aymaras. Ensenó la lengua aymara a los estudiantes jesuitas en la “Residencia de Juli”, pero antes leyó humanidades en el Colegio Máximo de San Pablo (Lima), del cual fue rector el padre Juan de Atienza (1581-1584). Sus clases estaban sujetas a las normas pedagógicas de la Compañía de Jesús, que están debidamente explicadas en la Ratio Studiorum. La enseñanza, en la realidad del Nuevo Mundo, fue para Bertonio un apostolado.

En cada una de sus obras, Bertonio refleja el pensamiento, los principios y estructura de su formación jesuítica. La vida ejemplar de San Ignacio de Loyola fue la motivación principal para sus estudios. Las Constituciones, en base a una lectura destinada a la comprensión de la formación jesuítica durante el siglo XVI, expresan el sentido y la finalidad de la educación promovida por la Compañía de Jesús en todas y cada una de sus obras. La doctrina se debe leer desde los motivos que impulsaron a la creación de la orden religiosa. San Ignacio decía: “Es preciso que nos imaginemos al mundo dividido como en dos ejércitos que batallan: el de Dios y el de Satán. Los protestantes están en este último; la sociedad de Jesús combate con el ejército de Dios ad majorem Dei Gloriam”.

Jesús advierte a sus discípulos sobre los escribas y fariseos: enseñaban al pueblo las Escrituras y su modo de vida era muy diferente de lo que explicaban. El Señor pide a sus discípulos ejemplaridad en la cotidianidad de la vida y un apostolado fecundo. En Jesucristo se da en plenitud la “unidad de vida”, sus palabras y sus obras expresan la razón de su encarnación. Los pueblos aymaras, al igual que las comunidades de los uros, puquinas y quechas, requieren ejemplos vivos. La vocación del apóstol, aquélla que se recibe en el bautismo, es dar testimonio, con palabras y obras, de la vida y doctrina de Cristo. El buen ejemplo no es para mostrar lo bueno que somos. El buen ejemplo nace de una auténtica vida de fe. El buen ejemplo permite mostrar al auténtico Maestro: Jesús. Bertonio, en sus lecturas de los Santos Padres de la Iglesia, descubrió que hacer y ensenar forman una unidad. Asumió en su formación que ejemplo y doctrina, palabra y obra, se complementan. Vivir según los designios de Jesús era ensenar el camino de la salvación. Aun al final de sus días, a avanzada edad, solicitaba al Señor la gracia de la humildad para seguir animando en la evangelización de los indios.

La humildad para servir al señor motivó a Bertonio a leer “Flos Sanctorum”, de Alonso de Villegas, una obra destinada al predicador y que contiene más de 3000 anécdotas. En ellas encontró relatos de vidas ejemplares que podían ser apropiados para el mundo indígena. Villegas procuró que los relatos de la vida de los santos sean asequibles a toda persona dispuesta a vivir según las enseñanzas de Jesús. Su espíritu ágil y suave, su naturalidad y libertad ignaciana, le permitieron escribir la “Vida de Jesús” en base a la obra de Villegas. No se puede negar que “Vita Christi” fue una manera espiritual de recapitular la experiencia de Ignacio de Loyola.

Bertonio preparó la “Vita Christi” cuidando que Jesús no fuera equiparado con Tunupa, una divinidad andina muy arraigada en la memoria y en los rituales aymaras. También cuidó que el aymara utilizado para presentar la vida de Jesús sea adecuada, elegante y comprensible para las diferentes comunidades aymaras. Para valorar este esfuerzo, es prudente ofrecer algunos datos sobre Tunupa.

 

4. Pusica’ka-Iqui y Tunupa-Ekeko

Wirocacha es Pusica’ka, una divinidad que expresa la totalidad. Los estudios de antropología simbólica muestran que divinidades y ritos manifiestan las normas y los valores que configuran la ideología y la conducta de las personas. En este horizonte, el hijo de Pusica’ka e Iqui sustentó las relaciones comunitarias de los aymaras. Tunupa permitió a los aymaras asumir sus roles sociales y fue sustancial en el imaginario de estos pueblos. La tradición de Tunupa era la fuente para escuchar los sermones y las explicaciones sobre la vida de Jesús.

Tunupa fue una figura importante. Por ello, en la introducción general a la Monumenta Peruana de 1603-1604, Fernández apunta la situación de la siguiente manera: “En la doctrina-residencia de Juli está a punto de concluirse la cuarta iglesia, dedicada a la Santa Cruz, y el mayor fruto es la desaparición de práctica de idolatrías y hechicerías. Serpea sin embargo una cosmogonía indígena a partir del caos con Pusica’ka, Iqui y Tunupa” (Egana y Fernández, 1986: 3). En la iglesia, se informa, se han pintado unos lienzos muy buenos y vistosos de los misterios de la Santa Cruz con que se cubre el techo de la capilla mayor, que entretiene y dan gusto especialmente a los indios cuando los miran (Ibíd: 306).

El misionero Bertonio siempre redactó sus obras para conducir a los aymaras a la fe verdadera, a la aceptación plena de Jesús de Nazaret y a la correcta comprensión de los misterios de la Iglesia Católica. Este esfuerzo intelectual se comprenderá mejor después de presentar la leyenda de Tunupa.

La leyenda, recogida por los jesuitas de Juli, que contaban los indios comenzaba así:

Afirman que hubo un Dios que crió este mundo, cielo y tierra y cuanto hay en él; y que antes que Dios lo criase, todo era una profunda oscuridad y tinieblas; y que de esta oscuridad salió un hombre, a quien ellos adoraban por Dios, que se llamó Pusica’ka; éste fue muy poderoso y crió la luz en este mundo y luego la luna y después el sol y luego fue criando el cielo, tierra y hombres y las demás cosas visibles.

Viendo pues el sol a la luna tan hermosa, tuvo envidia y tomando un puñado de ceniza, muy enojado, le dio con ella en cara y por esto no quedó tan hermosa y por la ceniza con que le dio, quedó blanca.

Este Pusica’ka, a quien llaman creador de todas las cosas, tomó por mujer una doncella que se llamaba Iqui y, sin juntarse con ella, concibió y parió un hijo, al cual pusieron por nombre Tunupa (MP VIII (1603-1604), 1986: 310).

La tradición recogida continúa señalando que Tunupa, “(...) siendo de edad, hizo grandes maravillas y obras prodigiosas: allanaba los montes y cerros con solo mandarlo, levantaba los llanos y valles, secaba los ríos y los animales y fieras le obedecían” (Ibíd.).

El Provincial Rodrigo Jiménez de Cabredo15, cuyas cartas revelan su valoración de las misiones de la Compañía entre los indios, no duda en apuntar la actitud de los naturales en relación a Tunupa. El escribe: “Y así hasta el día de hoy dura, cuando ven alguna obra muy prodigiosa, decir: Es obra de Tunupa” (MP VIII (1603-1604), 1986: 310).

El relato de Tunupa ofrecía a los aymaras ocasiones para encontrar similitudes con la vida de Jesús. Mientras se componía “Vita Christi”, suprimiendo algunos aspectos que contenía la obra de Villegas y que no eran adecuadas a la capacidad de los indios, Bertonio –probablemente- haría oración delante de la cruz de Cristo. Sin duda, el pueblo de Juli, especialmente los que visitaban la residencia, acompañó la labor del misionero aymara. Un hermoso testimonio de este acompañamiento comunitario quedó registrado en la carta anua de 1612:

“Hace hecho una obra de mucha utilidad para mejor enseñanza de los indios con imprimir cuatro libros. Uno del Vocabulario muy copioso de esta lengua Aymará, Otro un Vita Christi en la misma lengua, otro un Arte que aunque se ha impreso otra vez ha parecido conveniente se imprima de nuevo, por la falta que hay de él, y la demanda para aprender esta lengua. Otro de la administración de los sacramentos. Confesionario, y devociones, y ejemplos muy a propósito para que los curas con poca lengua que sepan puedan descargar sus conciencias, y doctrinar a sus indios. Ha costado toda esta obra once mil pesos, y se han dado por bien empleados. Por el mucho fruto que de él se espera y aun ahora se ha cogido pues los impresores que han estado en este puesto ocupado en la obra por haber visto el modo y buen ejemplo que los de esta casa les han dado se han determinado de ser de la compañía y así han hecho ejercicios para arraigarse más en su vocación que a lo que se puede ver es de nuestro Señor el trabajo de esta impresión ha tomado el P. Luis Bertonio, que aunque la enfermedad de la gota le ha apretado y aprieta ha contrastado todas las dificultades, para acudir a esta obra tan de N. S. como lo ha hecho trabajando incansablemente  casi diez anos en ella. Pero ha cogido el fruto de sus trabajos y celo porque la obra de todos cuatro libros es en lengua muy consumada y perfecta”16.

Las obras de Bertonio, redactadas a lo largo de más de 10 años, también pueden ser asumidas como un “homenaje” a los primeros jesuitas que aprendieron el aymara y disenaron los primeros textos pedagógicos, con la finalidad de que los curas predicasen en la lengua natural de los indios de Chucuito.

 

5. Aspectos más importantes de “Vita Christi”

Con las recomendaciones o advertencias al lector del propio Bertonio, abordaré “Vita Christi” con la finalidad de mostrar los lectores, aprobaciones, licencias y privilegios de la obra. Luego se leerá la “Vida de Jesús” desde la perspectiva de las tradiciones y se ofrecerán los autores y lugares que están en la obra. Se concluirá con las similitudes y supresiones que existen entre la obra de Villegas y la de Bertonio.

Una afirmación inicial: la presencia de Jesús en los Andes, en el Virreinato del Perú, fue la óptica de Bertonio para leer la obra de Alonso de Villegas. La realidad aymara le ayudó a discernir y elegir autores y obras para ayudar a construir el sentido existencial de los habitantes del Nuevo Mundo. El Jesús de los Evangelios configuró la vida de Bertonio entre los aymaras. El misionero aprendió y escribió en aymara con la firme intención de que los sacerdotes puedan presentar al Hijo de Dios de una manera correcta y cautivadora. Evangelizar a los indios exigía conocer y leer a los maestros espirituales y doctores reconocidos por la Iglesia Católica. Sin dudar un solo instante hoy Bertonio afirmaría que el sentido de sus obras esta sintetizado en la “Vida de Jesús”.

5.1. Lectores, aprobaciones, licencias y privilegios

Cuando se escribió en 1595 que “los padres de Juli tienen comenzado un libro de sermones y otro de ejemplos en la lengua aymara...” empezó el proceso hacia la publicación de las obras de Bertonio. Como era natural y normal a finales del siglo XVI y en las primeras décadas del siglo XVII, las obras manuscritas debían ser leídas y aprobadas para contar después con la licencia y los privilegios. No se podía ni estaba permitido evitar dichas etapas básicas antes de entregar las obras a la imprenta.

Los tiempos, las personas a las que fueron enviadas ejemplares –manuscritos de la “Vita Christi”, por razones de limitaciones del artículo, quedan explicitados en el cuadro que se ofrece a continuación.

La “Suma del Privilegio” tiene el mismo texto en todas las obras autorizadas. El Provincial, Juan Sebastián, “con la facultad que para ello tengo de N.P.G. Claudio Aquaviva, doy licencia al padre Ludovico Bertonio, de la Compañía de Jesús, para que imprima el libro intitulado Vita Christi, en lengua Aymara y Romance, que ha compuesto; atento que ha sido visto y examinado por hombres  doctos de nuestra Compañía, e inteligentes de la misma lengua” (Bertonio, 1612d: ¶ 2r.)

Bertonio dedica el libro al primer Arzobispo de Charcas, Don Alonso Peralta [y Robles]. Este religioso nació en Arequipa y fue consagrado en México, el 30 de noviembre de 1609. Recibió el palio de Arzobispo el 1o de enero de 1611. No se duda en afirmar que murió en santidad en 1616 (Abecia, 1939: 234).

Por un lado, el Doctor Miguel Gómez Hidalgo aprueba “Vita Christi” casi con los mismos argumentos que utilizó para autorizar la impresión del “Confesionario”; por otro lo aprueba también el Doctor Diego Ramírez: “por mandato y comisión del señor provisor el Doctor Feliciano de la Vega, leí este libro intitulado, de la vida de Christo, en lengua Aymara, compuesto por el padre Ludovico Bertonio de la Compañía de Jesús, el cual es conforme a lo que enseña nuestra Fe Católica, y la doctrina de los sagrados Doctores, y es útil y necesario para la instrucción de los Indios en nuestra Religión Católica, y el lenguaje es muy acomodado para que los curas y predicadores hagan mucho fruto espiritual” (Ibíd: 93).

El padre Pedro Vicente [Pizuto], considerado como uno de los mejores en el conocimiento de la lengua aymara por el propio Bertonio y que vivió en la residencia de Juli, escribe:

Por comisión y orden del P. Juan Sebastián prepósito provincial de la Compañía de Jesús en esta provincia del Pirú, he visto y examinado el tratado en la lengua Aymara, intitulado Vita Christi, que quiere imprimir el padre Ludovico Bertonio, de la misma Compañía, y no he hallado en el cosa que sea contra nuestra santa Fe y juzgo ser de grandísimo provecho para la enseñanza de los Indios, y mucho más para los doctrinantes, para hablar con propiedad su lengua, ne sint eis barbari (Bertonio, 1612d).

Juan López de Moya fue el encargado de transmitir la Licencia de imprimir la obra. Vale la pena, aunque el texto estará en la obra fotostática que más adelante se presenta en forma separada, transcribir dicha nota.

El Doctor Feliciano de Vega, canónico de la catedral de la ciudad de los Reyes, provisor y vicario general de este Arzobispado por el Ilustrísimo señor don Bartolomé Lobo Guerrero. Arzobispo. Doy licencia para que por cualquiera de los impresores de esta ciudad se pueda imprimir el libro intitulado La vida de Christo; en lengua de Indios Aymara, compuesto por el Ludovico Bertonio de la Compañía de Jesús, sin incurrir por ello en pena alguna: atento a que por el parecer del doctor Diego Ramírez, a quien por mí se cometió ver el dicho libro, consta no haber inconveniente en la dicha impresión (Bertonio, 1612d: ¶ 3r.)

Diego Ramírez fue el responsable de cotejar el manuscrito con la obra impresa, tanto en el “Confesionario” como en la “Vita Christi”. Una idea del trabajo realizado por éste es el manuscrito de la “Aprobación del padre Diego de Torres” y el texto impreso en el libro17.

 

 

Digo Yo el padre Diego de Torres, religioso de la Compañía de Jesús, como en cuatro días de Mayo de mil y seiscientos y doce, el señor Pedro de la Quentas Valverde provisor y vicario general del Obispado de La Paz me remitió la aprobación de un libro intitulado Vida de Christo en lengua Aymara y Romance, que quiere sacar a luz el padre Ludovico Bertonio de lo misma Compañía, el cual libro por comisión del padre Juan Sebastián provincial de nuestra religión, yo había visto y examinado de espacio de mucho tiempo antes, y no solo no hallo en el cosa que contradiga a nuestra santa Fe Católica, o buenas costumbres, sino antes juzgo ser una obra muy necesaria a los Curas de almas, para predicar los Evangelios de todo el año, y para explicar los sagrados misterios de nuestra santa Fe, a los Indios: y muy útil para todos aquellos que quisieren aprender la lengua aymara, cuya propiedad, elegancia, y claridad se hecha bien de ver en todo lo que el libro contiene: y no poco ayudará para aprenderla, ser el Romance conforme al Phrasi Aymara. Y aunque de esto resulta ser tosco, pero es así más a propósito para el fin que se pretende, y así juzgo ser obra muy digna de que salga a luz para el bien común, y provecho de las almas. Fecha en la Paz cuatro de Mayo de mil y seiscientos y doce anos (Bertonio, 1612d: 4s.)19

Diego de Torres no duda en indicar que hace mucho tiempo conocía la obra. La afirmación confirma la participación de la comunidad de Juli en la preparación de las obras de Bertonio. Diego de Torres, tanto Bollo como Rubio, al igual que Bertonio, Vicente, Moras y Collini, Contreras y otros jesuitas, dialogaron con los indios aymara es de Juli. Bertonio únicamente refiere que le colaboró Martín de Santa Cruz, un aymara que se crió en la “escuela de niños” y a quién el señor le otorgo habilidad en cosas de ingenio y entendimiento para aprender cualquier ciencia (Ibíd.: 5).

Las obras de Bertonio fueron escritas para mayor Gloria de Dios y destinadas a “acrecentar la hacienda de Cristo, que son las almas redimidas” (Bertonio, 1612a: A4r.).

En la portada, como se verá más adelante, Bertonio indica: “(…) traducido del que recopilo el licenciado Alonso de Villegas, quitadas, y añadidas algunas cosas, y acomodado a la capacidad de los Indios” (Bertonio, 1612d). La metodología utilizada, como él mismo explica, consistió en entregar partes de la obra –sospechamos- a jesuitas y a varios aymaras para que sean traducidas al lenguaje de los indios.

Las personas que recibieron los textos, según Bertonio, analizaron su contenido y buscaron la mejor forma de decirlo en aymara. En esa revisión, naturalmente, se hicieron sugerencias para añadir y quitar cosas. El trabajo fue una tarea comunitaria, cuyos participantes formaron una comunidad lingüística. Entre los aymaras, explica Bertonio, “(…) procuramos que un indio muy ladino de este pueblo de Juli por nombre don Martín de Santa cruz Hanansaya del ayllo Cara, bien conocido en esta provincia ayudase a traducir de Romance en Aymara el Vita Christi (…)” (Bertonio, 1612d:5). Luego, los textos ya traducidos al aymara fueron, sin recurrir al original, traducidos al romance con la finalidad de poder detectar las posibles incoherencias o errores de comprensión (Ibíd.: 2).

Se trató, en última instancia, de una lectura comprensiva, tanto de los textos en español como en aymara. El tercer momento del proceso de traducción fue lograr que la obra estuviera bien y elegantemente dicha en aymara. Por tal razón, advierte Bertonio, “(…) la interpretación en la Española, forzosamente hubo de salir tosca, y mal compuesta: pero más acertado para el fin que se pretende (…)” (Ibíd.).

La traducción obligo a Bertonio a revisar los trabajos de “hombres doctos” que realizaron trabajos similares. Así, nombra a Xenophonte “autor, poeta elegante, que tradujo Homero… escritos que a juicio de varones, doctos de su boca destila miel y dulzura de la Griega elocuencia” (Ibíd.). también a Nicolao Clenardo, “quien con mucha diligencia y acierto compuso la Gramática Griega” (Ibíd.), San Basilio20, “Doctor muy célebre, no solamente en toda Grecia, sino en toda la Santa Iglesia Católica” (Bertonio, 1612d: 3) Algo más, Bertonio explica que, de los autores consultados, “nosotros este buen camino que llevo Nicolao Clenardo, primero sacamos a luz la Gramática y, luego, la Vita Christi” (Ibíd.).

Otra de las advertencias importantes que realiza Bertonio consiste en que la primera parte será “(…) lo que la aymara significa en Romance, y la segunda servirá de saber, como lo que decimos en Romance, se podrá traducir en la Aymara” (Ibíd.).

La vida de Jesús fue el tema central de Bertonio y Villegas. La portada de sus  obras, me atrevo a afirmar, expresa la intencionalidad pastoral de los autores. Cada uno de ellos, en diferentes contextos, buscó servir a los demás como un camino preciso en el seguimiento a Cristo. Buscar al otro, indio o español, que necesita ayuda, los motivó a recorrer caminos, llegar a comunidades y predicar a Jesús con la fortaleza del Espíritu Resucitado. La portada de ambos es, no cabe duda, expresión de su opción vital por Jesús. Una mirada atenta a las portadas permite observar los tópicos que Bertonio, previo dialogo teológico en la comunidad de Juli, modificó con la finalidad de motivar la lectura y utilización de su libro en la evangelización de los indígenas del Nuevo Mundo, especialmente  los pueblos aymaras.

En consecuencia, no es arbitrario presentar la portada de la obra de Alonso de Villegas, la cual es una parte de Flos Sanctorum, junto a la portada de Bertonio, y luego indicar los detalles más importantes que el misionero de Juli aportó a la obra de Villegas.

 Alonso de Villegas                                  Ludovico Bertonio

 

Alonso de Villegas titula a su obra: “Flos Sanctorum, y Historial general, de la vida y hechos de Jesu Christo, Dios y señor nuestro (…)” y Bertonio titula a la suya: “Libro de la Vida y milagros de Nuestro señor (…)”. En el título Bertonio cambia la expresión “hechos” por “milagros”. Esta primera modificación, aparentemente simple, .define la intencionalidad teológica de Bertonio?

¿Colocar la expresión “milagros” fue el resultado de un análisis comunitario? En la palabra “milagros”, .se subraya que Cristo vivió su existencia entre los hombres como una donación radical y plena de sí mismo a Dios por la salvación y liberación de todos los hombres? El término “milagros”, .esclarece en alguna medida la opción de Jesús por los pobres? También podría ser que Bertonio consideró más adecuado a la evangelización de los indios extraer el título de su obra del propio Villegas. En su prólogo, Villegas, al exponer las razones por la cuales los evangelistas escribieron, aclara que san Mateo escribió poco después de lo acaecido y que contiene toda la “vida y milagros de Jesu Cristo” (Villegas, 1591).

Un apunte necesario en relación a Alonso de Villegas. Sus obras significaron una renovación de la Iglesia, pues invitan a encarar su tiempo desde una mirada evangélica de la historia eclesial. Villegas ayuda a descubrir a Jesús, conocerlo y amarlo. Sus escritos estaban destinados a una amistad personal con Jesús, conociendo cómo fue la vida de la Virgen María, de los santos, de todos aquellos que decidieron incorporar su misión a su existencia. Por todo ello, fue un autor varias veces leído y comentado. No estuvieron ausentes los que cambiaron sus propios escritos y los presentaron como si fuese de Villegas. Esta afirmación está al pie de la siguiente imagen que presento:

                                                          
Villegas: retrato de garantía de autenticidad

Villegas indica que el retrato suyo, realizado por el platero Pedro Ángel, equivale a la firma que deben llevar sus obras. En la imagen he subrayado “es como firma mía”. Por ello se debe prestar atención a los ejemplares que, en la actualidad, circulan.

5.2. Estructura

Vistos los primeros aspectos de la obra de Alonso de Villegas, ahora se presenta la parte inicial que corresponde a la estructura del libro de Bertonio.

 

Luego se inicia la obra con los capítulos correspondientes. Cada capítulo debió ser leído y escuchado por los aymaras, explicados en aymara, pensados e interpretados desde la vida espiritual del Nuevo Mundo. Todos los capítulos debían presentar a Jesús, el hijo de Dios, para que los indios, los aymaras, conociendo y amando la vida de Jesucristo adecuen su propia vida a sus enseñanzas. Cada capítulo era para Bertonio parte del camino de conversión que debían recorrer los indígenas, y por supuesto también los españoles. La primera obra sobre la vida de Jesús publicada en el Virreinato del Perú en 1612 fue estructurada desde el Dios viviente.

A continuación se exponen los capítulos de las obras de Villegas y Bertonio. En el subtítulo de similitudes y diferencias ofreceré algunos capítulos de ambos autores. Los títulos de los capítulos similares son resaltados en cursiva. En otros títulos Bertonio agrega al título correspondiente de la obra de Villegas la expresión: “Trata de…” o “Trata…” o “El cual trata…”. Luego, en relación a la sintaxis, cambia el orden de las palabras y/o expresa el mismo concepto con otros términos. Llamaré la atención, en algunos de los cambios, subrayando ambos términos. En caso de cambio de lugar de alguna palabra en la oración, se muestra el cambio de lugar en negrita. Los términos incorporados van en cursiva. He aquí la estructura de ambas obras por capítulos y las modificaciones realizadas por Bertonio.

 

Los 16 capítulos presentados proporcionan sin duda una visión simple y rápida de la manera en que Bertonio, junto a sus colaboradores, asumió la obra de Villegas. Solo resta indicar que “Vita Christi” consta de 51 capítulos.

5.3. Autores y lugares

Una compresión crítica de la estructura de la Vita Christi exige apuntar las fuentes que consultó Bertonio. He aquí las referencias:

 

El libro, como sostiene su autor, debía ser complementado con el “Confesionario…”

5.4. Similitudes y supresiones

Bertonio, junto a su comunidad y a los aymaras, escribió “Vita Christi” a partir de su visión ignaciana. Escribió para que Jesús sea el protagonista del diálogo espiritual con todos aquellos que abrían la puerta del corazón. No escribió para convencer, sino para acercar a las comunidades del lago a Jesús. En el encuentro con Jesús cada uno debía ser libre para comprometerse con la obra de salvación de Cristo.

Bertonio procuró que el libro no fuera lectura de un día, sino luz para toda la vida. Para llegar al alma y corazón de los aymaras, se animó a suprimir algunos aspectos de la obra de Villegas e incorporar otros. En este horizonte, leyó probablemente varias veces la “presentación” que hace Villegas. Su decisión final fue escribir una presentación propia, en la cual expuso sus razones, motivos e intenciones pastorales para redactar el libro.

A continuación, con la finalidad de que el lector pueda conocer el texto de Villegas que suprimió Bertonio, transcribo el mismo21. Villegas inicia su obra con la siguiente explicación:

 

“LA VIDA DE JESU CHRISTO

unigénito hijo de Dios, Redentor y señor nuestro: colegida de lo que del escribieron los cuatro evangelistas, san Mateo, san Marcos, san Lucas, y san Juan. Ponense algunas consideraciones graves, curiosas, y devotas, de diversos autores.

Prólogo al lector

El Profeta Ezequiel cuenta en el principio de su profecía, que vido en visión cuatro animales, de talle y condición maravillosa. Tenía cada uno dellos, dice, cuatro rostros: uno de Hombre, otro de León, otro de Buey, y otro de Águila. Vivian en una grande nube, rodeados de fuego, y guiados por un recio viento, o torbellino. Declara el bienaventurado san Gregorio esta visión, diciendo, que por estos cuatro animales se entienden los cuatro Evangelistas. En los cuatro rostros que cada uno de los animales tenia, se denota que cada uno de los Evangelistas sintió lo mismo que los otros sintieron. Eran cuatro los rostros, y diferentes: y denota cuatro excelencias o dignidades que había en Jesu Christo, una de Hombre, otra de Rey, otra de Sacerdote, y otra de Dios. Y así el rostro del hombre denota la dignidad, o excelencia de hombre: y entiendese por el san Mateo, que comenzó su Evangelio, tratando de Christo en cuanto hombre, que descendía del linaje de David, y de Abrahán. El rostro de León, que con bramidos resucita a sus hijos que nacen muertos, y es Rey de los animales, denota de Christo, que resucito de entre los muertos, y fue Rey de los cielos. Es rostro  de Buey, que era ofrenda de Sacerdotes, denota el Sacerdocio de Christo: y entiendese por el S. Lucas, que comenzó su Evangelio con el Sacerdote Zacarías. El rostro de Águila, que vuela siempre de Altanería, denota que era Dios, y entiendese por el S. Juan, que en el principio de su Evangelio trato de Christo, como era Dios. El fuego de que los animales vivían rodeados, y el viento, o torbellino que los guiaba, denota, que el Espíritu santo, fuego divino, fue el que rigió las plumas de los Evangelistas, hablo en ellos, por lo cual es de infalible verdad todo lo que nos dejaron escrito.

Y así habiendo la Iglesia católica declarado como el Evangelio que se nos propone por de san Mateo, es el que escribió san Mateo, y lo mismo en los demás Evangelistas, san Marcos, san Lucas, y san Juan, queda obligado el Christiano creerle por Fe, y tenerle, como cosa dicha por la boca de Dios. A esta verdad y crédito que se debe al Evangelio ayudan dos razones, que convencerán cualquier entendimiento libre de pasión. La una es, haber los Evangelistas (particularmente Mateo) escrito su Evangelio, y publicadole, poco después que acaeció todo lo que se contiene, de la vida y milagros de Jesu Christo, estando vivos sus grandes enemigos, que le habían aborrecido, y perseguido hasta quitarle la vida. Por lo cual es bien de creer, que no se atreverían a escribir, sino la verdad, visto que tuvieran tantos contrarios, que se levantaran contra ellos, como contra quien había escrito cosas falsas en grave detrimento suyo propio, pues los culpaban de la muerte injusta que habían dado a Jesu Christo, santísimo varón, y de quien habían recibido grandes bienes y mercedes. Lo cual no fue así, antes convencidos de la verdad, no hubo quien por este particular le contradijese, sino muchos que le recibieron. Es otra razón, que todo lo que contiene en si el Evangelio es|

es muy al talle y condición de Dios. Porque lo que toca al entendimiento, son cosas que no contradicen a la razón natural, aunque algunas se le van de vuelo, y no las alcanza, y muchas que frisan y vienen muy bien con ella. Lo que toca a la voluntad, son cosas que obligan al hombre a hacerlas, y no ir contra ellas en ley de hombre: para vivir conforme a razón, y políticamente: lo cual no hay en alguno otra religión o secta. Pues este Evangelio tan verdadero y cierto, tiene autoridad sobre todo lo demás que escribieron escritos canónicos; como Moisés Samuel, David, Salomón, y los Profetas: aunque hablo Dios en estos como en los Evangelistas, y es todo de infalible verdad. Y esto por razón que lo escribieron los Evangelistas, fue lo que inmediatamente, y sin aqueductos de Ángeles o visiones. Oyeron decir, y vieron hacer a Dios. Y por este particular tiene la Iglesia por ceremonia y antigua costumbre, que al tiempo que se dice el Evangelio; estén los fieles sus hijos en pie, y descubiertas sus cabe-zas, teniendo grande respeto, y haciendo acatamiento a lo que oyen. No escribieron los Evangelistas su Evangelio guardando un mismo orden en el proceder, y en las palabras: antes aunque todos convienen en su fin, van por diversos caminos, usando de palabras diversas; y suplen unos lo que otros callaron: y esto ordenado del mismo divino Espíritu, para que algún mordaz, o malicioso, no juzgase que se juntaron, y hicieron de concierto para escribirle. Y si de aquí resultan dudas, o dificultades, tiene la Iglesia Doctores, y gente sabía, que las declare, concuerdan uno lugares con otros. Y porque entre los que tocaron este punto de concordando a los Evangelistas, fue uno Cornelio Iansenio, y el que (a mi juicio) dio más en el blanco, porque se aprovecha del común parecer de los doctores santos: acorde yo en este tratado de la vida de Christo; seguirle: llevando por la mayor parte el orden que el llevo. En el cual solo escribiré los hechos y milagros del mismo Jesu Christo, hijo de Dios, y señor nuestro, desde su encarnación, hasta su Ascensión a los cielos, ayudándome de la doctrina de los mismos santos, para mejor declararlo, y poniendo algunas consideraciones también dellos, y de otros autores antiguos, y modernos, con que la lectura agrade y contente al entendimiento, y regale, y aficiones a la voluntad. Proseguiré por capítulos, para dar algún descansadero, y quita el fastidio que engendra la lectura larga, aunque sea en si gustosa y de importancia: y también para que pueda cada uno ver; y leer por si a parte el misterio con que tiene más devoción, y saca más provecho. Al cabo hare algunos particulares capítulos a propósito de la vida de Cristo, como es la venida del Espíritu santo: el misterio de la santísima Trinidad, la fi esta del Corpus Christi: el origen del primer Templo con título de Salvador: y la venida última a juzgar vivos, y muertos; el día del Juicio, del mismo Jesu Christo. Y porque es negocio arduo y dificultoso el que pretendo, y mis fuerzas pequeñas para conseguirle imploro y pido el favor de la santísima Trinidad, Padre, Hijo, y Espíritu santo; tres personas y un solo verdadero Dios. A quien suplico humildemente, por méritos, y intercesión de la virgen sacratísima madre de Dios, y señora nuestra, y del bien aventurado Evangelista san Juan mis particulares patronos, sea yo proveído con larga mano de lo necesario para escribir de presente la Vida de Christo; y después la de sus santos, a gloria y honra suya, y provecho de sus fieles, Amén” (Villegas, 1591)3

 


Ahora veamos, de manera ilustrativa, los textos de Villegas y Bertonio en dos columnas. Así se podrá acompañar la tarea realizada por Bertonio en el texto de Villegas, con la colaboración de su comunidad y los aymaras lupacas de la provincia de Chucuito.

 

 

Bertonio


Cap. 1. DEL INTENTO


Y motivo que tuvo Dios en hacerse hombre.
El Patriarca Jacob (como cuenta la sagrada
Escritura Gens. 37.) tuvo doce hijos: los cuales
solían guardar sus ovejas en el campo: y el uno
dellos por nombre Joseph estaba con su Padre,
porque le amaba más que a todos, diciendo
este engendre siendo yo viejo ya, y es casi el
menor de sus hermanos, y de amar amaba
también a los otros hijos; por eso amándolos
envió a Joseph diciendo: Ve hijo mío a ver
lo que hacen tus hermanos en el campo, y
si están buenos, o no y Joseph obedeciendo
fue. Pero sus hermanos viéndole de lejos que
venía para ellos holgaronse como si viniera un
enemigo suyo: porque siendo Joseph querido
de su padre más que todos, tenían le grande
envidia y andaban pensando también diciendo
como le mataremos: por eso viniendo al
campo determinaron de matarle. Pero después
tratando unos con otros de no matarle/
Matarle, sino de venderle a un mercader
extranjero, le vendieron, y aquel mercader llevo
a Joseph a la Provincia de Egipto: y su Padre viendo ausente de si a su querido hijo, mucho se

entristeció, y lloró y en muchos anos no comió
bocado que bien le supiese, de cualquiera suerte
que le alegrasen, parece que no se alegraba.
2. Este Joseph hijo del Patriarca Jacob enviado
a sus hermanos significa la venida de JESU
Christo Nuestro Señor del cielo a la tierra.
Hermanos míos, Dios N S amando mucho a
los hombres que estaban en el mundo dijo a
su querido hijo: Hazte hombre, y haciéndose
hombre se hizo hermano de los hombres, y su
soberano Padre nos le envió diciendo: Anda
ve a ver a tus hermanos, y no nos lo envió para
solamente vernos, sino para redimirnos, para
alcanzarnos la inestimable gracia, y auxilio
de Dios. Porque Jesu Christo Nuestro Señor,
aunque es verdadero Dios, y dador de toda la
gracias, no nos ha ensenado con la sola palabra
en cuanto hombre, el camino del cielo; sino
también nos ha merecido la gracias paraqué
le conozcamos: porque el todo poderoso
y sempiterno Dios, por él nos da la gracia,
ensena a nuestros corazones los soberanos
misterios, nos da fuerza y entendimiento
paraqué obedezcamos a su ley, para guardar/
guardar sus soberanos mandamientos
perfectamente, y guardándolos vamos al cielo
para que vivamos allí bienaventurados, y
nos regocijemos. Por los Judíos que estaban
en el mundo, viniendo Nuestro Señor a la
tierra parecielos que venía un enemigo suyo,
como los hijos mayores del Patriarca Jacob:
Ellos vendieron a su hermano menor; pero
los judíos no solamente vendieron a Jesu
Christo Señor nuestro, sino le mataron, le
afl igieron, le afrentaron y enclavándole en
la Cruz le mataron, y aun estando muerto
le abrieron el corazón con una lanza. Y Jesu
Christo Señor nuestro también diciendo
así me trataran, se hizo hombre por los
hombres, para ensenar a los hombres, para
vivir entre los hombres, para morir por los
hombres, no vida común y ordinaria, sino
para darles vida para siempre en el cielo.
3. Gen. 1. Dios S. N. al principio hizo el
cielo y la tierra, y juntamente las cosas que
vemos, y a los Ángeles juntamente con las
cosas que no vemos: A lo que no tenía ser,
dio ser. De más desto hizo los elementos,
el fuego, el aire, el agua, y la tierra, y dijo
también sea entre sí como enemigos. Por eso
el fuego no quiere estar bien con el agua; y
esto será desta manera hasta que Dios mande
otra cosa, y hizo también de estas cuatro
cosas mezclándolas, a las aves, peces,/

árboles, plantas y animales, y al fin acabó
en el hombre: y al hombre hizo también
de la tierra, del agua, aire, y fuego; como
un pequeño mundo: Y después de hecho
infundio también el alma, el ser, y la vida
en el cuerpo hecho de barro, y infundida
se levantó en pie, hombre como nosotros,
sabio, lleno de entendimiento, para ir al cielo
a gozarse allá, y este gozo es ver a Dios.
4. Después de haber hecho un varón quiso darle
también mujer, para que los dos se amasen
y quisiesen y hallasen entre sí, y viviesen
juntos: por eso Adán estando trasportado
del sueno, sacándole una costilla, de aquella
costilla hizo la mujer, y haciéndola la dio a
Adán, diciéndole, esta será tu mujer, y metió
a los dos juntos en una muy regalada tierra
que se llama Paraíso terrenal; y para hacerlos
nobles les dijo, haréis cualquier cosa a vuestro
albedrio con aquel entendimiento que os he
dado, y esto está en vuestra mano: y los crio
juntos y santos, y también les dio el árbol
de la vida para no morir; y también les dijo,
Poder teneos para ir al Cielo. Y Dios nuestro
Señor diciendo, hecho he a estos muy nobles,
cosa que mirando a su gran nobleza se
ensoberbezcan y ellos de suyo caigan en pecado
como Lucifer: dioles un mandamiento, que/
que no había de guardarse con dificultad,
sino con mucha facilidad, mostroles un árbol
diciendo, O la ambos a dos no comeréis el
fruto deste árbol: pero Eva quebrantando
el mandamiento de Dios, y tomando el
consejo de una Serpiente. Adán y Eva
juntamente comieron el fruto del árbol que
fue dicho no comeréis: y los dos traspasaron
el mandamiento de Dios, y por haberlo
traspasado Adán juntamente con nosotros
sus hijos, de justos nos hicimos pecadores,
de inmortales mortales, de ricos pobres, de
amigos de Dios enemigos por el pecado.
5. Dios N. S. criando a Adán, huvose como se
hiciera un hermoso y rico vaso, y dijo también
Bueno le he hecho: pero Adán pecando
quebrose como un vaso, y quebrándose y
desbarataron el soberano Dios no se apiadara
todo se hubiera echado a perder, o hubiera
dicho, estece así, sea para siempre infeliz y
miserable, como poco antes había dicho a
los Ángeles por no haber obedecido a su
mandamiento: pero compadeciéndose de
Adán y de nosotros dijo, Yo los favoreceré y de
nuevo aderezare, y para este negocio dijo mi
hijo se hará hombre, diciéndolo mostro toda
su sabiduría y entendimiento, y empelo toda

su omnipotencia en esta sola cosa, y como,
extendiendo las manos nos dio su soberana
bondad, su amor y su riqueza, y esta es su Hi-/
jo, para que se hiciese hombre por amor
nuestro: Y por ser gran cosa esta que fue
dada a nosotros, no nos la envió luego,
diciendo, aguárdenla los hombres también
como cosa grande; por eso desde que nuestro
padre Adán peco hasta la venida de Nuestro
S. Jesu Christo, de nuestro Redentor, de
nuestro segundo Padre, pasaron (como dice
el Martirologio Romano, cinco mil y ciento y
noventa y nueve anos; y en estos tantos anos
el Demonio solo tiranizaba a los hombres:
pero aunque el Demonio engañaba a todos,
no faltaban hombres de Dios, siempre sin falta
hubo hombres que sirviesen a Dios, así antes
que Dios nuestro S. diese a Moisés los diez
mandamientos, diciéndole, estos guardareis:
y también después de dados, ya estos que
le servían, Dios nuestro Señor como a sus
amigos les revela la venida de su soberano hijo
a la tierra, y su encarnación, diciendo, se hará
hombre con enigmas oscuros, y no se lo decía
con claridad al mismo Adán. Gen. 2. Noe Gen.
7. Job. Cap. 19. Pero a otros, a Abrahán Gen.
22. A Moisés Ex. 4 a David Sal. 132 y a otros
profetas, Isai. 7 & 45. con manifiestas palabras
ler reveló la encarnación de N. S. Jesu Christo.
6. Llegándose ya el día de la venida al
mundo, primeramente fue necesario
aparejar la casa para posar/
posar, para que en ella se hiciese hombre; y para
que tomase cuerpo humano, y para eso quiso el
eterno Dios a una doncella, hija de San Joaquín
y de Santa Ana, llamada María. Dios Nuestro
señor para nuestro primer padre Adán en
lugar de su casa hizo el Paraíso terrenal, tierra
lindísima: Pero para Jesu Christo N. S. hizo el
alma benditisima, y el cuerpo benditisimo de
la soberana virgen Santa María. A Adán por
ser hecho de barro, para su morada le dio barro,
y aquella tierra: Pero a Jesu Christo N. S. por
venir del cielo le dio casa como del cielo, que
fue las entrañas, el vientre de la virgen María;
llena y hermoseada de excelentísimas virtudes,
de altísimos bienes, de soberanos dones, y la
escogió para madre de su hijo: y esta cosa es
grande cosa, ni el Señorío o Majestad, ni de
alguno que more en el Cielo, o que more en la
tierra llega al gran Señorío de Reyna de nuestra
Señora. Primeramente es Dios, después la
humanidad de Jesu Christo su hijo. Después
se sigue Nuestra Señora, porque es Madre
de Jesu Christo Señor nuestro, y por ser su

madre, Dios le dio una gracia altísima más que
a todos los Santos, y esa es de siete maneras.
7. Primeramente la hizo Madre de
Dios, y esta es muy grande cosa. 2.
Concediole no pensar mal como los/
los hombres por cosa que viese. Lo 3.
Le concedió el no pecar mortalmente ni
venialmente; y aun ser libre del pecado de
nuestro primer padre, que se llama pecado
original, desde el punto que fue concebida.
Lo 4. Dijo concebirá por obra del Espíritu
Santo. Lo 5. Dijo, Pariendo no para con dolor
ni pierda su virginidad. Lo 6. Dijo, Muriendo
sea llevada al cielo en cuerpo y alma sin que
ni aun tantico se corrompiese. Lo 7. Hizo
sentarla en el Cielo cabe a s su hijo en muy
eminente trono glorioso y muy alto, y ella
no llega el alma de cualquier Santo que sea,
ni aun el Ángel. Mira estas siete cosas dios a
Nuestra Señora, diciendo será madre de Dios:
y desta manera habiendo sido enriquecido y
hermoseada con estos soberanos dones esta
benditisima Señora. Estando en el mundo
vivió con altísima perfección, resplandeció
como un sol pura, humillándose, haciendo
bien a los hombres, amando a los hombres,
no mirando a la izquierda ni a la derecha,
sino mirando al suelo, compadeciéndose de
los hombres, creyendo en Dios, y llena de
todos los bienes soberanos: y aun desde lejos
estos sus dones, como piedras preciosas/
como piedras preciosas
relumbraban y resplandecían.
8. Que hiciéramos nosotros viendo hablar con
los hombres, vivir en medio de los hombres,
hacer excelentes obras llorar, ayunar, hacer
oración, meditar altísimos misterios dentro
de su corazón, a la que cada día hablaba con
los Ángeles del cielo? Mucho sin duda nos
admiráramos: entonces sí que quedáramos
abobados, y atónitos: Porque aquella soberana
Señora en sesenta anos aunque tenía hambre,
sed, cansancio ni aun tantico, no lo que
es el negro de la una tropezó en pecado,
aunque comía, bebía, dormía, hablaba, no
excedió la medida: con su memoria, y con su
entendimiento, y voluntad a solo Dios quería,
ni se cansaba, sino que siempre más, y más
amaba a Dios, y viendo esto desta manera,
siendo hombres de razón dijéramos Dios es
Grandísimo: Sapientísimo, todo poderoso,
de altísima bondad: por haber criado a esta
Señora excelentísima en el cuerpo, y en el alma
sin tantica de mancha, limpia y que con su
hermosura excede, y sobrepuja a todas las cosas.

Villegas


CAPÍTULO PRIMERO DEL
INTENTOto,
y motivo que tuvo Dios en hacerse
hombre.

EL GRANDE Y muy encendido amor
que tenía a sus hijos el Patriarca Jacob, le
fue ocasión que estando ellos en el campo
apacentando sus ganados, enviase a visitar
y acariciar con Joseph su amado y muy
querido hijo. Viéndole venir los hermanos
con envidia que del tenían, trataron entre
sí de matarle: y al cabo se determinaron
de venderle a mercaderes Ismaelitas que le
llevaron a Egipto, quitándole de los ojos a
su padre, con grande sentimiento y pe-/
na del afl igido viejo, que le duro muchos años,
sin haber cosa que bastase a le consolar. Fue
esto fi gura y representación muy al vivo, de
la venida que hizo al mundo el hijo de Dios
Jesu Christo nuestro señor. Enviole su eterno
Padre, por el amor encendido y muy grande que
tenía a los hombres, de quien Jesu Christo se
hizo hermano (por hacerse hombre) Y era su
venida no solo a visitarlos y acariciarlos, sino
a redimirlos, y a ganarles gracias, y hacerlos
gratos a su eterno Padre. Porque aunque

JesuChristo, siendo Dios como lo es, es autor
y fuente de toda la gracias por ser también
hombre, en cuanto tal, no solamente con
sus palabras y obras enseno a los hombres
hombres el camino al cielo, sino les gano gracia,
siendo medio por el cual el Padre eterno se la
comunica, y con ella reciben fuerzas y sabiduría,
para que obedeciendo a la voluntad de Dios,
y guardando sus mandamientos se salven, y
consigan la bienaventuranza. Fueron peores los
hombres para Jesu Christo que habían sido para
Joseph sus hermanos, pues no se contentaron
con venderle sino que le mataron, haciéndole
padecer muerte afrentosa, y muy penosa. Y
este fue el intento y fin de bajar Dios de los
cielos a la tierra, de hacerse hombre, de vivir
y conversar con los hombres: morir por los
hombres, para librarlos de la muerte: perder
por los hombres la vida, para dársela: y no vida
como quiera, sino eterna y bienaventurada.
Crio Dios en el principio el cielo y la tierra, lo
visible, y lo que no vemos. Dio ser a lo que no
tenía. Puso entre los hombres los elementos
la concordante discordia, que toda vía es dura,
y durara hasta que Dios les mande otra cosa.
De la mixtión destos hizo las aves los peces,
las plantas, árboles y animales, Y después para
remate de todas sus obras formo al hombre
de limo de la tierra. Compusole de todos
cuatro elementos, para que fuese otro menor
mundo. Infundio en el espíritu de vida, y
hizole hábil y capaz del gozo y fruycion de la
bienaventuranza; que consiste en ver a Dios, y
unirse con él por amor y caridad. Quiso darle
companía: y por esto teniéndole dormido
quítale una de las costillas de su cuerpo, y formo
della una mujer, y diosela por compañera. Puso
a los dos en los regalos del paraíso terreno. Y
por hacerlos nobles dioles la libertad del propio
albedrío, y dejoles en la mano de su propia
voluntad y consejo. Hizolos, inocentes, y por
gracia inmortales: dioles derecho de poder
heredar las riquezas de la gloria. Y porque
verse tan icuantados no les fuese ocasión de
desvanecerse, y caer (como en Lucifer había
sucedido) pusoles un precepto fácil y ligero
de cumplir, de que no comiesen la fruta de
un árbol de aquel vergel y paraíso. Persuadida
Eva por la serpiente, y Adán rogado por
Eva, traspasaron el mandamiento. Y fueron
desobedientes. Por lo cual quedo Adán (y que/
damos todos en el) de justo que era antes, hecho
pecador: y de inmortal por gracia, condenado
a muerte por culpa: de rico: pobre: y de amigo
de Dios, enemigo suyo. Quebrosela a Dios, por

este pecado la rica pieza en que tanto el se había
remirado. Y aunque usando con Adán de rigor,
pudiera deshacerle del todo, o dejarle en aquel
estado miserable en que se había el puesto por
el pecado, como poco antes había hecho con
los Ángeles que lo fueron desobedientes: mas
usando con el de misericordia, tuvo por bien
de le reparar. Y mostro Dios en el medio que
tomo para este fi n de reparar la caída de Adán:
todo su saber, allí empleo toda su potencia: y
allí puso todas las riquezas de su divina bondad
y amor, fue esto hacerse hombre. Y porque el
bien era grandísimo convenía que se hiciese
desear: y así no se dio luego al mundo. Pasaron
desde la cayda de nuestro primero padre Adán,
hasta la graciosa venida del segundo Adán
Christo nuestro Señor y Redentor, tres mil
y novecientos y cincuenta y dos anos: y es el
número que se ha de tener por más cierto:
coligiéndose por la mayor parte del texto de
nuestra Biblia Latina, de que no es licito apelar
a otra, según que el santo concilio Tridentino
declara. En estos anos, aunque el demonio tuvo
de su parte los más de los hombres, nunca dejo
de tener Dios algunos de la suya, así en tiempo
de la ley de la naturaleza, como en la escrita. A
estos como amigos suyos, iba dando noticia de
la obra alta y maravillosa que pensaba hacer de
la Encarnación: ya debajo de enigmas y fi guras,
como al mismo Adán, Noé, y Job: ya con
palabras claras y manifiestas, como a Abraham,
Moisés, David Isaías, y a otros profetas. Llegado
y el tiempo, convenía que se le aderezase el
aposento y casa adonde primero se había Dios
de aposentar en la tierra, y vestirse de carne. Y
para esto puso los ojos el Padre eterno en una
doncella, hija del santo varón Joachim, y de Ana
su legítima mujer, llamada María, Había antes
aparejado casa al primer hombre, cuando quiso
formarle para que se aposentase, que fue paraíso
terreno. Así para aposento del segundo Adán
Christo,/
Christo, bajando a la tierra, aparejole el
aposento, que fue alma y cuerpo desta
sacratísima doncella María. Para Adán terreno
convenía casa terrenal, para Adán del cielo
(pues venida de allá) convenía casa celestial:
esto es, adornada con virtudes y dones
celestiales. Y porque la condición de Dios, es,
hacer las cosas tales cual es el fin para que las
hace: así como esta Señora fue escogida para la
mayor dignidad que hay, después de lo que es
ser Dios, y Christo, que es ser Madre suya, así
le fue concedida la mayor santidad y perfición
que hay después del. Y porque era Madre del

santo de los santos, fueronle concedidas por
muy alta manera todas las gracias y privilegios
que se otorgaron a los santos: y en particular
fueron siete. El primero y mayor de todos
fue, ser madre de Dios. El segundo, no sentir
en si genero alguno de mala inclinación, o
apetito desordenado. El tercero, en toda su
vida no cometer pecado mortal, ni venial, y ser
libre del original en su concepción. El cuarto,
parir sin dolor, y sin detrimento de su pureza
virginal. El sexto, ser llevada en cuerpo y alma
al cielo, sin que su cuerpo supiese que cosa era
corrupción. El séptimo estar asentada al lado
del hijo, en los más altos bienes de gloria que a
otra pura criatura fueron comunicados. Estos
privilegios se le concedieron a la Virgen, porque
fue casa y aposento de Dios en la tierra. Y por
ser privilegiada, y aventajada sobre todos los
santos, y tan llena de gracia, no poco seria de
ver la vida que vivió en el mundo, su pureza,
su humildad su caridad, su benignidad, su
honestidad, su misericordia, su viva fe, y todas
las otras virtudes que en ella más que Rubíes y
Esmeraldas resplandecían. Mucho sería verla
conversar con hombres, y vivir entre ellos en
el mundo, lo que por otra parte conserva y
trataba con Ángeles del cielo. Mucho seria
de ver sus ejercicios, sus lágrimas, sus vigilias,
sus abstinencias, sus oraciones y meditaciones.
Admira grandemente que viviendo esta
Señora muchos anos, y en cuerpo sujeto a
hambre, sed, cansancio, y a otras necesidades/
corporales, nunca se descompusiese un solo
punto, ni en comer, ni en beber, ni en dormir,
ni en hablar, ni en otra cosa alguna. Trayendo
siempre las potencias de su Alma, su memoria,
su entendimiento, su voluntad, y su intención,
puestas con Dios. Que llena de amor y
deleites celestiales estaría la que desta manera
perseveraba, unida con tan gran vinculo de
amor y suavidad con Dios. Era tal su vida, y
la hermosura de su alma, que quien tuviera
ojos para mirarla, conociera más por aquí la
sabiduría, omnipotencia, y bondad de Dios,
que tal alma había formado, y perficionado,
que por la fábrica y hermosura del universo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bertonio también suprimió aquellos temas que estaban relacionados con la vida espiritual y cotidianidad del Viejo Mundo. Por ejemplo, no aborda los siguientes capítulos de Villegas: “De la fi esta de la Santísima Trinidad”, “Orden de la santísima Trinidad”, “Orden de Santa María de la Merced, y Redención de cautivos”.

A manera de una breve conclusión, se puede sostener que Ludovico Bertonio procuró que los naturales del Nuevo Mundo conocieran la vida de Jesús, y, fiel a los principios, recomendaciones y exigencias de San Ignacio de Loyola, escribió “El libro de la Vida y Milagros de Nuestro Señor Jesu Christo en dos lenguas, Aymara y Romance”, basándose en la obra de Alonso de Villegas.

 

Referencias

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5. ARSI. 1993. Ad gradum admisi 1541-1773 Juxta Formulas Votorum in ARSI. Asservatas. (Manuscrito) Col. I: A-B. Hisp. 36, 40-41. Roma.        [ Links ]

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8. Bertonio, Ludovico 1603a. Arte breve de la lengua Aymara, para introducción del Arte grande de la misma lengua. Roma. (BNI)        [ Links ]

9. Bertonio, Ludovico 1603b. Arte y Grammatica muy copiosa de la lengua Aymara.        [ Links ]

10. Roma. Edición facsimilar por Julius PLatzmann, Leipzig, 1879.        [ Links ]

11. Roma. 1612a. Vocabulario de la lengua Aymara. Primera parte, donde por abecedario se ponen en primer lugar los Vocablos de la lengua Española para buscar los que le corresponden en la lengua Aymara. Parte I: 1-474. [Espanol-Aymara] Parte II: 1-399. [Aymara-Espanol] Juli. (ABNB)

12. Roma. 1612b. Arte dela lengua Aymara, con una Silva de Phrases de la mesma lengua, y su declaración en Romance. Juli. (BAV). Edición facsimilar por Iván Tavel, Cochabamba- Bolivia, 2003.        [ Links ]

13. Roma. 1612c Confessionario muy copioso en dos lenguas, Aymara y Española, con una instrucción a cerca de los siete Sacramentos de la Sancta Yglesia, y otras varias cosas, como puede verse por la Tabla del mesmo libro. Juli (BAV). Edición facsimilar por Iván Tavel, Cochabamba-Bolivia; 2003.

14. Roma. 1612d. Libro de la vida y milagros de Nuestro señor Jesu Christo en dos lenguas, Aymara, y Romance, traducido de el que recopilo el Licenciado Alonso de Villegas, quitadas, y añadidas algunas cosas, y acomodado a la capacidad de los Indios. Juli. (BAV)

15. Domínguez, J. Ma. y Ch. O’Neill. (dirs.) 2001. Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Instituto Histórico de la Compañía de Jesús – Universidad Pontifi cia Comillas, Roma- Madrid, (4 vols.)

16. Egana, Francisco (ed.) 1954. Monumenta Peruana, Tomos I (1565-1575), II (1576-1580), III (1581-1585), IV (1586-1591), V (1592-1595), VI. (1596-1599). Roma: Ed.        [ Links ]

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23. Villegas, Alonso de. 1591. Flos Sanctorum, y Historia general, de la vida y hechos de Jesu Christo, Dios y señor nuestro, Dios y señor nuestro, y de todos los Santos de que reza y hace fiesta la Iglesia católica, conforme al Breviario Romano reformado por decreto del santo Concilio tridentino: junto con las vidas de los santos propios de España, y otros Extravagantes. Quitadas algunas cosas apócrifas. Y añadidas muchas figuras y autoridades de la sagrada Escritura, traídas a propósito de las historias de los santos. Y muchas anotaciones curiosas, y consideraciones provechosas. Colegido todo de autores graves y aprobados. Dirigido al Rey Felipe Nuestro Señor, segundo de este nombre. Toledo: Impreso por la viuda de Juan Rodríguez.        [ Links ]

*. Dr. en Antropología. e-mail: ivantavel@yahoo.com

 

Pies de página

1. Mi agradecimiento a la Universidad Católica Boliviana, especialmente al Prof. Dr. Edwin Claros, quién consideró oportuno dar a conocer algunos aspectos significativos del estudio sobre la “Vida de Jesús” mediante un pequeño artículo. El estudio crítico más la obra original de Bertonio serán publicados posteriormente.

2. Se ha modernizado la grafía de algunos textos con la finalidad de facilitar la lectura. Esta modernización es respetuosa y fiel a la intención del autor. En este sentido, a lo largo de la presentación, los textos citados fueron transcritos con pequeñas modificaciones en relación a la grafía. Se respeta la sintaxis, ya que es fundamental entender el sentido de cada texto que el autor transmite.

3. Las negrillas son mías y responden a la intencionalidad de resaltar algo. En este sentido serán usadas a lo largo del trabajo.

4. En la actualidad, Fray Luis de Granada es considerado maestro espiritual. En ese sentido, el Vaticano ofrece extractos importantes y significativos para la sociedad del siglo XXI.

5. Oración medieval que aparece en varios códices del siglo XIV.

6. Societatis Iesu, 1950: 201. También ver Curia del Prepósito General de la Compañía de Jesús, 1995: 119 [288], 249 [813].

7. Actualmente el pueblo lleva el nombre de Arcevia. En sus orígenes, Arcevia fue una región gálica. Después de conquista la romana de Italia, quedó convertida en comuna con pocas posibilidades de competir con las ciudades cercanas. Posteriormente, Arcevia empezó a ser una región significativa para mantener el equilibrio del poder local por su ubicación fronteriza: Marca di Ancona, Umbría, y el ducado de Urbino. In 1201, Rocca Contrada proclaimed
itself a En 1201, Rocca Contrada se proclamó una comuna independiente de Roma, y, en los hechos, quedo reconocida como civitas por el papa Clemente IV (1266). Arcevia, además, logro tener un poderío militar, participando en varios conflictos locales. Finalmente, para completar los datos básicos, en el siglo XVI era parte del florecimiento del renacimiento.

En el documento: “Transcripciones, extractos y referencias a Bolivia” del P. Stanislao Just, S.J., correspondiente a Perú 14 Litt. Ann III, 1613-1627, el cual se encuentra en el Archivo Histórico de la Compañía de Jesús-Cochabamba (Bolivia), manuscrito e inédito, se apunta en el aviso necrológico: “El P. Ludovico Bertonio natural de Fermo en la Marca de Ancona (…)”.

8. Varias instituciones, por ejemplo, Internet Archive y Biblioteca Nacional del Perú, registran el ano de 1555. No he podido ubicar otro documento que modificaría la fecha de nacimiento del misionero de Juli.

9. Es parte de las Reglas de la Compañía que los maestros confiesen a los novicios, para mejor conocerlos y ayudarlos en sus espirituales necesidades Cfr. 1952: 615s [No 26].

10. Después de Bertonio, en la página aparecen, por ejemplo, los candidatos Giacomo Morgigno, Giovani Forneri y Francisco Ximenes, cuyas firmas son claras. Por tales evidencias, sostengo que se trata de la primera firma de Bertonio en la Compañía de Jesús.

11. En base a la información de Egana (1961), se conocía la fecha de ingreso de Bertonio. No se proporcionaba, como en otros jesuitas, referencias sobre su familia, padres, y demás detalles.

12. Fabi, como registran O’Neill y Domínguez (T. II, 2001: 1367), fue asistente del P. General Claudio Aquaviva.

13. RSI, Catálogo de Arequipa, 1619: 333 (210); manuscrito.

14. Luego se completará el cuadro con las autoridades, no jesuíticas, a las cuales Bertonio debía recurrir para publicar sus obras.

15. Más detalles de la vida de este jesuita en Torres Saldamando (1882: 156-158).

16. ARSI, Perú 13; (1606-1612) 1612: 146. La parte transcrita está señalada con un rectángulo rojo.

17. No fue posible ubicar cada uno de los manuscritos. Sospecho que existen algunos en el Perú, los cuales –algún díaserán puestos a disposición de los investigadores. No es admisible que no se conserve ninguna de los manuscritos que redactaron Bertonio y sus colaboradores.

18. El original pertenece a la Biblioteca José de Acosta, S.I. Lima. Colección Vargas. Papeles Varios Manuscritos. T. 40; doc. 7.

19. El subrayado es mío.

20. Uno de las Padres de la Iglesia griega, santo admirado por la profundidad de su pensamiento, su elocuencia cautivadora, su dinamismo y estilo propio.

21. He actualizado la grafía de algunos términos, para facilitar su lectura, por un lado, y, por otro, ofreceré varias fuentes de los textos de Villegas, ya que las obras no son de fácil consulta.

 

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