SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número24Innovación tecnológica: características psicológicas del adoptante tempranoLa administración de las organizaciones de profesionales: una perspectiva neoclásica: A la memoria de Peter F. Drucker índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  n.24 La Paz jun. 2010

 

Artículos Originales

 

Terapia familiar y epilepsia. Estudio de caso

 

 

Bismarck Pinto Tapia

* Los nombres y algunos datos se cambiaron para proteger la identidad de los miembros de la familia.

 

 


Resumen:

El artículo es un estudio de caso de terapia familiar para comprender y superar la problemática familiar múltiple (triangulación, juegos relacionales y sintomatología) que se produce en familias disfuncionales, explosionada por la emergencia de una enfermedad concreta en uno de sus miembros.

Palabras clave: Psicoterapia, triangulación familiar, terapia familiar, depresión, epilepsia, angustia.


Abstract:

The article is a study of case of family therapy to understand and to overcome the family multiple problematics (triangulation, relational games and symptomatology) that takes place in disfunctional families, exploded by the emergency of a concrete disease in one of his(her,your) members.

Key words: Psychotherapy, family triangulation, family therapy, depression, epilepsy, distress.


 

 

Antecedentes

Francine* es una adolescente con 15 años de edad. Hija de Genaro (39), sociólogo de origen aymara, y Marie (43), pedagoga francesa. Francine tiene dos hermanos mayores: Mauricio (18) y André (16). Ella y sus tres hermanos nacieron en Bolivia.

Se recomienda evaluación neurológica. El neurólogo identificó una irritación cerebral importante, ubicada en la región parietal del hemisferio izquierdo; se hace probable una epilepsia tipo “petit mal”, y se recomienda iniciar un tratamiento farmacológico.

Los padres se resisten a iniciar el tratamiento médico, prefieren apoyar a su hija con educación especial y cambiarla de colegio. El psicólogo explica los riesgos que puede correr la pequeña si no se inicia el tratamiento médico, pero los padres desconfían de la medicina boliviana, motivo por el cual viajan a Francia. Los médicos franceses coinciden con el diagnóstico neurológico boliviano y plantean el mismo tratamiento farmacológico, añadiendo que existe un alto riesgo de que Francine tenga convulsiones en cualquier momento.

Genaro, toma la decisión de recurrir a la medicina kallawaya. El yatiri utiliza yerbas y hace una “mesa”, para que vuelva el ajayu de Francine; opina que el problema de la pequeña se debe a que Genaro abandonó su comunidad, y que los Achachilas están furiosos.

Paralelamente al problema del inicio de la enfermedad, Francine es víctima de maltratos físicos perpetrados por sus dos hermanos mayores; principalmente André la golpea e insulta. Francine se refugia en su madre, quien sobreprotege a su hija.

La relación de pareja se ve alterada, debido al surgimiento intempestivo de una depresión en el esposo. La explicación que ambos cónyuges tienen es que se trata del castigo de los Achachilas. Sin embargo, la depresión se va tornando crónica, Genaro deja de asistir a su trabajo –lidera un grupo de apoyo a las comunidades del Altiplano, en la ONG que regenta Marie-, duerme mucho más que antes, se aleja paulatinamente de sus hijos y solamente le atrae el participar en los campeonatos de fútbol de su barrio.

Ante la depresión, Marie se hace cargo de sus hijos, principalmente de Francine, con la que establece un vínculo intenso, mientras que se aleja de Mauricio, y se torna violenta verbalmente con André. Ambos muchachos bajan en su rendimiento escolar y descuidan sus responsabilidades en el hogar –atender a los perros, limpiar la casa, ayudar en la cocina.

Durante un año se procede con terapia familiar (Minuchin, 1986; Selvini-Palazzoli et al. 1993; Haley, 1989). La principal demanda fue la de disminuir la violencia de los hermanos mayores contra Francine, y la de resolver el estado depresivo de Genaro.

En el Gráfico 1 se aprecian las relaciones de la familia antes del diagnóstico de trastorno del aprendizaje por irritación cerebral. Se aprecia que la relación conyugal era relativamente normal. Tanto Marie como Genaro tienen un vínculo estrecho con Mauricio, y una relación normal con André. Hacia Francine, Genaro tiene una relación normal, mientras que es íntima con Marie. Existe una coalición entre los hermanos en contra de Francine.

Gráfico 1: Genograma de la familia de Francine, antes de empezar la terapia

Gráfico 2: Genograma de la familia de Francine, después del diagnóstico de P.A.E.

En el siguiente genograma (Gráfico 2) se pueden apreciar los cambios de las relaciones familiares una vez que se diagnostica el trastorno de aprendizaje:

Al manifestarse la depresión de Genaro, Marie se acerca mucho más a su esposo, y éste se aleja de Francine. Mauricio, muy preocupado por su papá, lo acompaña a los campeonatos de fútbol e incrementan el tiempo de estar juntos. Marie empieza a sobreproteger a Francine. Empeora la relación entre los hermanos y Francine; ven el cambio de colegio como una muestra de la incapacidad de su hermana, por lo que aumentan los insultos.

 

1. Evolución de la familia durante el transcurso de la psicoterapia

La terapia familiar continuó durante tres meses, aproximadamente. Se dieron tres sesiones individuales con Genaro. Ésta es su historia: su padre muere cuando él tenía tres años, es hijo menor de una familia de seis hermanos varones y tres mujeres; estas últimas murieron. Fue muy pobre en su comunidad, desde pequeño tiene que trabajar cuidando las pocas ovejas de sus abuelos. El abuelo fue como un padre, pero también muere cuando él tenía trece años, pérdida que aún no puede superar. Joven, empieza una relación amorosa con una mujer casada en su comunidad, que al ser descubierta produce que él sea humillado públicamente. Conoce a Marie cuando ella estaba llevando a cabo una investigación subvencionada por la Iglesia Católica. Se enamoran apasionadamente y viajan a La Paz.

Marie decide quedarse en Bolivia y ayuda a que Genaro termine sus estudios de bachillerato, para impulsarlo posteriormente a la universidad. Después de varios años de convivencia, se casan. Las consecuencias para Genaro fueron funestas, pues lo repudian aun más en su comunidad por haberse casado con una “gringa”.

Los problemas de Francine son para él una muestra del castigo de Dios, por haber abandonado su comunidad. Por otra parte, se preocupa mucho por su madre, a quien ayudó para que mejore sus condiciones de vida, pero que a pesar de ello se siente muy avergonzada por su hijo.

Se llevan a cabo cinco sesiones de pareja, en las cuales se hace evidente el cariño que ambos esposos se tienen. Existe entendimiento sexual e intimidad afectiva, pero hay problemas en la distribución de roles en el hogar. Él no puede adaptarse a que su esposa gane más que él, sea su jefa en el trabajo y la persona que manda en el hogar. Ambos coinciden en que sus hijos deben asumir la identidad aymara.

En las sesiones familiares se evidencia que toda la familia tiene creencias y valores aymaras. Es interesante que cuando la familia viaja al pueblo del padre, los hijos visten abarcas y ropa típica del pueblo. Conversan entre todos en castellano, pero cuando hablan de cosas íntimas recurren al aymara. Los hermanos varones charlan entre ellos en francés. Francine conversa en francés con su madre. Ninguno de los hijos habla aymara con el padre. Entre los esposos conversan en francés cuando se refieren a su relación de pareja, y en aymara para conversar sobre los hijos.

Como resultado de las sesiones, Genaro manifiesta mejora en sus síntomas depresivos, Francine está mejor en el nuevo colegio (¡tiene amigas!), Mauricio empieza a enamorar, lo que le permite una disminución notable de la violencia con su hermana.

Después de dos meses, Marie llama desesperada al consultorio para pedir hora: Francine ha sufido dos ataques epilépticos. Toda la familia se consterna ante la aparición de la epilepsia. El neurólogo riñe a los padres por no haber seguido sus consejos. Genaro y Marie recurren a por lo menos tres neurólogos diferentes, quienes coinciden con el diagnóstico: epilepsia jakobsoniana. Una vez más viajan a Francia, donde ocurre lo mismo que la vez anterior: se confirma el diagnóstico y se coincide en el tratamiento.

En el Gráfico 3 se pueden apreciar las relaciones familiares una vez manifestada la epilepsia.

Marie y Genaro se distancian. La depresión de Genaro recrudece, aparecen ideaciones suicidas que antes no estaban presentes. Marie se dedica exclusivamente al cuidado de su hija.

Gráfico 3: Genograma de la familia de Francine ante la aparición de la epilepsia

Tanto Genaro como Marie se muestran agresivos con Mauricio, después de que éste empieza a frecuentar amigos que consumían marihuana y rompe la relación con su enamorada. Mauricio y André continúan siendo muy cercanos. Mauricio adopta una postura indiferente con su hermana, mientras que André continua siendo hostil con ella.

El informe del neurólogo acerca de las características del daño cerebral de Francine señala que se trata de una epilepsia jakobsoniana, que tiende a ser crónica porque no fue atendida a tiempo; el neurólogo considera que será dependiente a la Idantina de por vida, añadiendo que es necesario que se haga un seguimiento permanente del caso.

Se realizaron cuatro sesiones con Francine, en las que manifestó la rabia que le producía su enfermedad, pero al mismo tiempo el alivio que sentía porque podía comprender que los problemas que tenía no se debían a que no era inteligente, sino que su cerebro estaba funcionando mal. Contó que a los doce años tuvo una experiencia sexual con un primo en Francia, a partir de lo cual pensaba que todo lo que le pasaba era castigo de Dios. Al contarlo se sintió como “descargada de un peso”; se normalizó en la sesión lo que sucedió redefiniendo “experiencia sexual” por “juego sexual”. Relató las dificultades que tenía para hacer amigas, a causa de su falta de habilidades sociales. Se le dieron varias tareas conductuales, y se trabajó con terapia racional emotiva para cambiar sus pensamientos irracionales. Francine mejoró mucho en sus estudios y en sus relaciones sociales. Después de unos meses de sesiones, empezó a salir con un chico.

Genaro estaba cada vez más deprimido, y Marie se sentía sola. Hubo un incidente, por el que nuevamente buscaron ayuda. Francine fue a una fiesta y tuvo un ataque mientras bailaba. Marie la golpeó al enterarse de lo que había ocurrido.

Se retoma el trabajo con la familia. Durante el curso de la terapia Mauricio tiene un problema muy serio: fue agredido por un chico perteneciente a una pandilla, a lo que respondió con una patada –Mauricio es cinturón negro de Tae-kwon-do-, dejando en estado de coma al agresor. Marie y Genaro tuvieron que pagar la clínica y las operaciones que le hicieron al muchacho. Existía riesgo de muerte, el padre del chico es policía, y por lo tanto con influencia. Mauricio fue arrestado. Felizmente el muchacho salió ileso, y sin consecuencias para su desarrollo posterior; luego de pagar una fuerte suma de dinero, el padre del muchacho retiró las acusaciones en contra de Mauricio.

En las sesiones familiares posteriores, Mauricio no quiso presentarse. Toda la familia se volcó hacia el hijo mayor. Después de un tiempo, Marie encontró a Mauricio fumando marihuana en su cuarto. Decidió no comunicarle el hecho a su esposo. ¡Francine sabía que su hermano consumía marihuana desde que empezó a salir con sus nuevos amigos! Marie temía que si Genaro se enteraba de que su hijo estaba en drogas, iba a ser el final de la familia. Se invitó una vez más a Mauricio, pero éste rechazó la invitación.

Pasaron unos dos meses sin que se sepa nada de la familia. Hasta que un día llamó Marie desesperada, pues Francine había tenido un intento suicida. Cuando el terapeuta conversó con Francine –acababa de cumplir 15 años-, ésta manifestó que no quería vivir porque su padre estaba sufriendo mucho, y que ella sabía que su hermano estaba metido en drogas.

Se tomó la decisión de convocar una reunión de hermanos, a la que asistieron los tres. Francine pudo expresar su resentimiento por el maltrato del que fue víctima. André le explicó que la maltrataba porque él sentía que su madre la prefería a ella y no a él. Ambos lloraron abrazados y se pidieron disculpas. Mauricio ayudó a que sus hermanos se reconciliaran.

En una segunda sesión de hermanos, Francine sacó a relucir el problema de Mauricio con la marihuana. Fue decepcionante para André saberlo, pues admiraba mucho a su hermano. En esa sesión André confrontó a su hermano, y le conminó a que debía hablarlo con sus padres. Mauricio estuvo de acuerdo. El terapeuta sugirió hacerlo en una sesión de terapia familiar, pero él prefirió hacerlo a solas.

La sesión familiar que siguió a la decisión de Mauricio fue muy intensa. Genaro lloró por primera vez delante de su familia, y dijo que quería morirse porque había fallado como padre. Francine le dijo que no debía ser tonto y que vea que Mauricio, a pesar de la marihuana, era un excelente hijo. Marie trató de plantear un castigo a su hijo, pero Francine le gritó que era hora de que los tratase como jóvenes. André se refirió a la importancia de volver a ser familia.

El terapeuta intervino en esa sesión diciendo que Mauricio había encontrado en la marihuana la manera de proteger a su hermana de la sobreprotección de sus padres, y que era mejor un Genaro enojado que un Genaro deprimido. También se remarcó el amor de Francine por su familia, y la desesperación que sentía al no ser escuchada por “estar enferma”.

Las siguientes sesiones fueron también intensas. Hablaron sobre el dolor del padre y la soledad de Marie: tiene una hermana menor con retardo mental, sus padres son ancianos, y desde que tiene memoria, ella tuvo que hacerse cargo de su hermana; además, jamás se sintió querida por sus padres, pensando que éstos se dedicaron exclusivamente a su hermana. La familia

Figura 4: Genograma de la familia de Francine después de la terapia familiar

sabía de la existencia de la tía con síndrome de Down, pero era algo de lo que no se hablaba. Marie prefirió quedarse en Bolivia para evitar seguir siendo cuidadora de su hermana. Al igual que Genaro, estaba marcada por la culpa. Sin embargo, a diferencia de su marido, transformó la depresión en ansiedad.

La familia mejoró mucho. Genaro tiene un cargo importante en el gobierno. Marie continúa con su labor de educadora de adultos en el Altiplano. Mauricio estudia Antropología, y tiene planes de hacer un posgrado en Francia. André está enamorando con una compañera de curso. Francine se hace cargo sola de tomar sus medicamentos y cuidar su enfermedad. Desapareció la hostilidad con sus hermanos. El Gráfico 4 muestra las relaciones actuales de la familia.

Actualmente Francine tiene actividades normales para su edad, ha ampliado su círculo social, tiene enamorado y está tomando cursos de artesanía. Por su parte, Mauricio asumió con más responsabilidad los estudios universitarios y disminuyó el consumo de marihuana. André ha iniciado una relación amorosa y mantiene su perfil “normal”. Las relaciones entre los tres hermanos ha sufrido un cambio importante, Mauricio y Francine han estrechado sus lazos, mientras que André ha dejado de intimidar a su hermana.

Genaro está priorizando su vida personal y profesional. Marie continúa siendo el pilar fundamental del hogar. Ambos esposos están distanciados como pareja, prefieren no asistir a sesiones de pareja, señalando que así las cosas están bien.

 

Conclusiones

Se trata de una familia aglutinada (Minuchin, 1986), con la presencia de dos triángulos:

En el Gráfico 5 se presenta el triángulo entre la madre, el padre y Francine. Se trata de una triangulación rígida (Minuchin, 1986), en la que la madre establece una coalición con su hija en contra del padre, quien a su vez tiene una relación negativa con Marie y con Francine. El juego relacional es el siguiente: Marie quería a Genaro como un hijo, hasta que nació Francine –la hija menor y única mujer-, de tal manera que la madre volcó su protección hacia su hija. El esposo se alejó de su esposa y manifestó una relación distante con su hija, a la par que desarrollaba los síntomas depresivos, quizás en un afán por procurar la protección de su esposa. Cuando se manifiesta la epilepsia, la triangulación de Francine se hace más rígida, la madre prodiga aun más los cuidados hacia la hija, mientras que empeora la depresión del padre.

Gráfico 5: Triangulación Gráfico 6: Triangulación de Francine de Mauricio

 

En este primer triángulo de la familia es posible observar el poder de la enfermedad para atraer hacia sí la problemática que ya se había entretejido entre los miembros de esta familia. Con la epilepsia, todas las emociones relaciona-les de los miembros se depositan en la enfermedad; la depresión “no puede” luchar contra la epilepsia, todo el sistema se concentra en la aparición del “nuevo miembro” de la familia.

Antes de la epilepsia, los hermanos trataron de romper la coalición entre Marie y Francine, utilizando la agresión contra su hermana; sin embargo, la reforzaron en vez de debilitarla. Marie asumió que la víctima era su hija, sobreprotegiéndola.

Antes de la aparición de la epilepsia, Marie equilibró la protección de Francine y Mauricio. Después de la epilepsia, se alejó de su hijo mayor, lo que fue esbozando un nuevo triángulo relacional, diagramado en el Gráfico 6.

Ante la enfermedad, Mauricio se refugió en su relación amorosa y en sus amigos. Al romper la relación con su enamorada, la “reemplazó” con la marihuana. Mientras su consumo era un secreto, aparentemente estaba alejado de la problemática familiar. Pero al ser descubierto por la madre, nuevamente logró conseguir su protección. Se estableció un pacto entre la madre y Mauricio para ocultar el secreto. De esa manera surge una alianza entre la madre y el hijo en relación al padre. Inmediatamente, padre e hijo se distancian. Cuando se devela el secreto, el padre reacciona repudiando al hijo, de tal modo que la alianza entre la madre y Mauricio se intensifica.

La marihuana sí “puede” contra la epilepsia. Marie abandona abruptamente la protección de Francine, y se vuelca hacia su hijo mayor. La consecuencia es que Francine, al igual que el padre, desarrolla síntomas depresivos, e intenta suicidarse. Esto deriva en una crisis de toda la familia. La “conspiración del silencio” alrededor de la epilepsia se rompe: ¡el riesgo de muerte es más fuerte que la voz de la epilepsia! Entonces, todos deben hablar de cada uno de los síntomas: la epilepsia, la depresión, la marihuana y el sufrimiento antiguo de la madre.

Durante este proceso, la participación de André es muy importante, quizás porque, mientras se establecieron los triángulos, él mantuvo una relación apacible con el padre y continuó provocando la rabia de Francine. Al desencadenarse la crisis, André fue capaz de mostrar a su familia que no todo había sido funesto, pues él había pudo desarrollarse como adolescente sin necesidad de recurrir a la creación de algún síntoma, por lo que se podía confirmar la potencialidad de amor de cada uno de los padres.

La pareja está colisionada (Pinto, 2005) porque cada uno espera que el otro satisfaga sus expectativas infantiles: Genaro espera que Marie sea como la madre que no tuvo, y Marie, que Genaro se convierta en la hermana que tuvo que abandonar. El vacío conyugal es notable, pues los cónyuges sólo existen en la medida en que uno se siente protegido y el otro protege. Es probable una colusión dependiente–depresiva: Marie tiene rasgos de personalidad típicos de una personalidad dependiente y Genaro posee la estructura familiar y de personalidad típica del modelo de Linares (2001) referido a los cuadros depresivos. Por lo tanto, es muy difícil que estos esposos sean capaces de constituirse en una pareja funcional; el pronóstico del matrimonio es que se mantendrá en ese estilo de “pseudoamor”. Lo que interesa es que tanto Francine como Mauricio han logrado desprenderse del triángulo. Será difícil que logren desvincularse del todo, principalmente por la demanda excesiva de protección del padre.

Este caso permite reflexionar sobre el papel que puede jugar una enfermedad en un sistema familiar disfuncional: se constituye en un reforzador de la triangulación, facilita que los juegos patológicos se establezcan con mayor resistencia al cambio. Mientras el terapeuta no sepa “poner a la enfermedad en su lugar”, la terapia puede estancarse.

La enfermedad dentro del seno familiar entorpece el crecimiento y la emancipación de los miembros de la familia, pero también se constituye en un artificio que el terapeuta puede utilizar para romper los triángulos y develar los juegos. A diferencia de un síntoma psicológico (V.gr., trastornos psicosomáticos, trastornos alimenticios, etc.), la enfermedad obliga a que todos reflexionen sobre la vida y la muerte. Así, los progenitores, que cargan consigo duelos no resueltos o mandatos familiares destructivos, se ven en la obligación de encarar sus miserias.

La enfermedad desenmascara violentamente al sufrimiento ajeno, para que el dolor que produce pueda caber en los corazones de cada uno de los componentes de la familia. En las familias disfuncionales, ese sufrimiento, arraigado a veces inclusive desde generaciones anteriores, se mostrará en toda su magnitud, y si la familia es incapaz de lidiar con él, entonces la enfermedad hará parte de la angustia inútil. En cambio, si la familia, con ayuda de la psicoterapia o sin ella, reconoce la futilidad de la angustia, la enfermedad se constituirá entonces como un sufrimiento auténtico: fruto del amor.

 

Referencias bibliográficas

1. Haley, J. 1989. Trastornos de la emancipación juvenil y terapia familiar. Buenos Aires: Amorrortu.         [ Links ]

2. Linares, J.L. y C. Campo. 2001. Tras la honorable fachada. Los transtornos depresivos desde una perspectiva relacional. Buenos Aires: Paidós.         [ Links ]

3. Minuchin, S. 1986. Familias y terapia familiar. Buenos Aires: Gedisa.         [ Links ]

4. Pinto, B. 2005. Porque no sé amarte de otra manera. Estructura individual, familiar y conyugal de los trastornos de la personalidad. La Paz: Universidad Católica Boliviana/SOIPA.         [ Links ]

5. Selvini-Palazzoli, M. y otros. 1993. Los juegos psicóticos de la familia. Barcelona: Paidós.         [ Links ]

6. Tamaroff, L. y R. Allegri. 1995. Introducción a la neuropsicología clínica. Buenos Aires: Cuadriga.         [ Links ]

 

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons