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Revista Ciencia y Cultura

On-line version ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  no.20 La Paz Apr. 2008

 

 

 

Los de arriba

 

 

Marta Monzón

 

 


Personajes

I

• El señor mayor que escucha tango todo el día

• La señorita que siempre se pone el tutú antes de salir

• El policía que vigila la casa sin que nadie se lo pida

• La señora bustamante

• El joven apuesto pero que tuvo mala suerte

• La señora que nunca se saca el mandil

• La viuda que está fuera de la casa todo el día

• La rusa

• El míster

• La señora mayor que no podía enhebrar la aguja

• y/o

II

• Seño Amparito

• Florean

• Tatiana

• Malena

• Doña Barbarita

• Manuel

• La bastonera

• Quispe

• Arlette

• El Emilio

En el patio de una vieja casona de un barrio céntrico, una larga mesa ocupa el centro del mismo. Olores de desayuno.

Doña Barbarita: (tarareando una canción) "No me arrepiento de este amorrrr... aunque me duela el corazónnn... como jamás me imaginéeee...

Arlette: ¿Está lista el agua doña Barbarita?

Doña Barbarita: No sé... amarte fue un pecado y yo te amé... amarteeee... ¿Ya va a salir?

Arlette: Después del cafecito.

Doña Barbarita: ¿Durmió bien?

Arlette: Mmmm... la radio estuvo fuerte toda la noche... debe haber recibido carta, ¿no?

Doña Barbarita: No, pasó el cartero pero no dejó nada para él... debe haber sido el amartelo nomás.

(Se escuchan tres golpes fuertes en el cielorraso)

Doña Barbarita: ¿Si?... Dígame...

(Silencio)

(Para sí):¿Por qué nunca dirá buenos días? (se escucha un golpe suave en el cielorraso).

Doña Barbarita:¡¡Manuel! No puede entrar al baño... van a ocupar el agua.

Manuel: ¿El gatito ya tomó su leche?

Doña Barbarita: No sé. Pregúntele a la seño Amparito.

Manuel: ¿Ya se levantó?

Doña Barbarita: No sé. No he visto.

Quispe: Permiso. ¿Me presta su baño?

Arlette: Sí, pero no puede botar el agua, está ocupada.

Quispe: Voy a estar regresando después, ¿ya?

Tatiana: ¿Qué opina? ¿El rosa o el azul?

Manuel: No podría comprometerme a darle una respuesta... sin que ella, la respuesta, fuera...

Seño Amparito: Es daltónico, ¿no lo sabía?

Tatiana:¿Es qué?

Seño Amparito: ¿Y dónde está mi lanita roja? ¿Peque?... ¿Dónde estás? Pequeee... Ven, ven aquí... ¿te doy tu leche?... Si no me dices dónde está mi lanita, no te doy tu leche...

Tatiana: ¿Qué palabra usó la seño Amparito?

Arlette: No escuché.

Doña Barbarita: "Aunque me duela el corazón...". Dice que el Manuel no ve bien los colores, eso dice.

Malena: ¿Habrá una tostada para mí también?

Florean: ¿Qué le pasó? ¿No trabaja?

Malena: Entro más tarde, tengo que ir al aeropuerto a buscar los canadienses.

Florean: ¿Cuántos llegan esta vez?

Malena: 17, le juro que algún día me voy a animar y voy a subir con ellos.

Doña Barbarita: ¡Ay! Yo no podría... con el vértigo que tengo...

Seño Amparito: No es sólo el vértigo doña Barbarita, también tiene que tener estado... físico... y usted...

Doña Barbarita: ¿Yo qué? Con el finado, que en paz descanse, siempre íbamos hasta la Meseta.

Quispe: ¿Será que ya puedo entrar?

Doña Barbarita: Todavía.

Manuel: Disculpe que me entrometa doña Barbarita, lo que la señora Amparo le quiere significar...

Doña Barbarita: ¿Que estoy gorda?... (silencio)... Gordita podría ser... ¡Si todavía por la puerta del depósito puedo pasar!

Malena: No se enoje doña Barb, ni siquiera yo podría ir siquiera hasta la cima del Wayna, yo apenas sí podría llegar hasta el campamento de base.

Doña Barbarita: ¿No necesitan cocinera en ahí?

Tatiana: ¿Ya hizo su entrenamiento?

Arlette: Se dice preparación. No, aquí no puedo, no tengo lugar y además no sería correcto... Si la bastonera me viera, se enteraría de lo que hago y me pediría que me fuera...

El Emilio: (voz en off) Doña Barbaritaaaaaa

Doña Barbarita: Sí, Emilio, ¿qué necesita?

El Emilio: (voz en off) ¿Me lo podría alcanzar la toalla que está colgada?

Doña Barbarita: Estoy en la cocina con los quequecitos...

El Emilio: ¡Perdón! Disculpe... Malena... ¿Estaba aquí?

Malena: Sí, pero ya me estoy yendo.

Seño Amparito: (en voz queda) No tiene que irse...

Malena: (por lo bajo) No lo soporto.

Florean: Lo que pasa es que se baña una vez por semana...

Malena: No es sólo por eso... es porque...

Quispe: Joven Manuel, ¿usted ya entró?

Manuel: No. Todavía le faltan tres minutos, ¿está muy apurado?

Quispe: Puedo esperar, media hora me han dado para el nuevo servicio.

Manuel: Entonces le dejo mi turno, siempre y cuando no se demore usted mucho tiempo...

Seño Amparito: ¿Ha visto el color que se puso hoy? Parece que no se dio cuenta que está nublado...

Arlette: Está bien... está yendo a la universidad.

Seño Amparito: Si, ¿pero qué me dice del escote?

Tatiana: Soy joven... si no aprovecho ahora, después cuando me case mi marido no me va a dejar...

Florean: ¿Está enamorando?

Seño Amparito: ¡Aquí no se permiten cortejos!

El Emilio: ¿Ya llegó el hijo de la bastonera?

Doña Barbarita: Todavía.

Manuel: ¿Se refiere usted a la señora Bustamante, verdad?

Arlette: Yo no creo que llegue, ella lo espera igual, pero tanto que le costó conseguir ese trabajo, si sale ahora no lo van a dejar volver a entrar. Eso le pasó a una amiga mía. Se fue a estudiar allá, consiguió una plaza en la escuela, le dieron beca, consiguió un trabajo, se compró un autito, se ahorró un dinerillo y se vino porque extrañaba a su novio. ¿Conclusión? ¡Se quedó sin escuela y sin novio! Yo también me desanimé...

El Emilio: ¡Eso les pasa por irse!

Malena: ¿Y usted qué sabe? ¡Si nunca salió de este cuarto!

(silencio)

El Emilio: ¡Disculpe Malena! No quería molestarla...

Malena: Sí, sí me molesta. Usted no puede decirle nada a nadie, ¡nunca salió de este cuarto, ni de esta casa, ni de este barrio!

(silencio)

Doña Barbarita: Shhh... Ya terminó... Voooy señora... (se escuchan dos golpes fuertes y dos golpes suaves en el cielorraso) Estoy subiendo... lalalalalalalalala... como jamás lo imaginé.

Manuel: Cálmese Malena. No le haga caso.

Malena: ¡No puedo! ¡Me irrita, me irrita hasta cuando habla, no soporto que hable!

Seño Amparito: Pequeeeee...

Florean: Parece que va a llover hoy, ¿me podría prestar su paraguas?

Tatiana: ¿Otra vez? El otro todavía no me lo devolvió...

Florean: Pero es que usted tiene varios...

Tatiana: Es lo único que me puedo permitir coleccionar... ¡paraguas!

Seño Amparito: Tan chillones como toda su ropa, diría yo.

Tatiana: Totalmente diferente a la que usa usted, diría yo.

Arlette: Todos los días escuchamos lo mismo, diría yo.

Doña Barbarita: ¡Ay mi finadito! ¿Dónde nos iremos ahorita? ¿Qué haremos?

Manuel: ¿Qué sucede doña Barbarita? Está usted más blanca que las eternas nieves del Illimani...

Doña Barbarita: ¡Ay Diosito!

Seño Amparito: ¿Qué pasa? ¿Qué le ha dicho?

Pausa

Silencio

Doña Barbarita: Está vendiendo la casa. La señora se va a Estados Unidos a buscar a su Alvarito... la señora... Bustamante... ¡Ay Diosito!

Silencio absoluto

Quispe: ¿Será que ya puedo usar el baño?

Doña Barbarita: ¡No!

El Emilio: ¿No tiene otra cosa que hacer?... No puede ser

Tatiana: Siga... siga...

Manuel: Ehhh.... Es posible que no sea el momento adecuado para hacer esa pregunta...

Quispe: Gracias, voy a pasar entonces... ¿ya se puede botar el agua?...

Silencio

Seño Amparito: ¿Qué le ha picado a esta vieja loca?... ¡Oye! ¡Sé que me está escuchando!... ¡Oiga!... por favor...

Doña Barbarita: Mmmm... ¡ay ay ay!, peor es... que no le conteste, que no le conteste...

Malena: ¿Qué dice? Por qué no quiere que le conteste, estaría bien que nos lo dijera a todos, ¿no le parece?

Doña Barbarita: Noooo, hace 27 años que no se hablan, después de lo que pasó con su marido... ¿no entiende?

Malena: No sé, no es que no entiendo, ¿de qué habla?

Florean: No hay que alarmarse tan rápidamente, una casa, sobre todo una casa como esta, no se vende así de un día para el otro... mire las paredes... y los techos...

El Emilio: El Florean tiene razón, "no hay que abrir el paraguas antes de que llueva"... (mirando la casa)... y la pintura... y los impuestos... y sacarnos a todos...

Doña Barbarita: ¡Gállese! No sea pájaro de mal agüero.

Tatiana: ¿Va a llover? Creo que no le voy a prestar mi paraguas finalmente.

Arlette: La pobre no entiende nada, así son todos los universitarios de hoy en día, antes, cuando yo estudiaba era muy diferente...

Manuel: Es que usted estudió en Polonia, y ahí se estudia muy bien, con toda seguridad (pausa)... sobre todo antes

Quispe: Estoy saliendo...

Tatiana: Siga, siga.

Seño Amparito: ¿Están todos ustedes sordos? La vieja quiere vender la casa y me imagino que será con nosotros afuera, ¿o acaso creen que nos van a incluir en el boleto de compra-venta?

Silencio

Más silencio

voz en off: Jajajajajajajaja

Manuel: ¿Usted cree que nosotros podemos hacer alguna gestión para que eso no suceda?

El Emilio: (voz en off) ¡No se preocupen! Ésta es la tercera vez que amenaza con lo mismo.

Doña Barbarita: La tercera es la vencida, voy a encender una vela a mi San Expedito.

Florean: ¿Se va?

Malena: Sí, no puedo quedarme, cualquier cosa que decidan me avisan.

El Emilio: Cuando el barco se hunde...

Malena: ¡Imbécil! (sale).

Florean: ¡Espéreme!, salgo con usted.

Tatiana: Voy a usar la ducha.

Arlette: Yo estaba antes que usted, si me disculpa.

Manuel: ¡Emilio! ¡Baje la radio, que no me puedo concentrar!

Tatiana: Entonces me voy a mis clases, porque con lo que usted tarda...

Arlette: ¡Vayase a donde más le plazca!

Seño Amparito: ¡Rufina!... Rufina, te estoy hablando y sé que me estás escuchando... Asómate al menos... ¡Rufina! ¿Quieres saber por qué tu hijo no volvió nunca más? Por ti, porque eres una bruja, porque siempre lo has sido. Conozco muy bien tu altar dedicado a tus santos y a tus brujas preferidas... ¿Es por mí? ¿Todo este escándalo sigue siendo culpa mía? ¿Hasta cuándo vas a seguir con tus resentimientos? Alvarito se fue porque ya no te aguantaba, yo lo único que hice fue darle la dirección de mi sobrina... ¿Y qué si se enamoraron? ¿Y qué si se casaron? Tampoco a él se lo perdonaste (pausa). ¡Rufina!... Te estoy hablando. Mil veces te he hablado así, esta casa es tan mía como tuya, no puedes venderla cuando se te de la gana. ¿Ves? Yo no quiero vender y no me voy a ir tampoco... no tengo ningún lugar adonde ir... ni tú tampoco... Basta... por favor ya basta... Dime algo... (silencio)... Rufina voy a subir... Estoy subiendo y tú sabes muy bien lo que va a pasar...

Se escuchan golpes suaves, continuos y monocordes en el cielo raso, cada vez más pausados. Se escucha el ruido de una escoba que barre y refriega un piso quizá demasiado sucio. Se sobrepone la voz de una mujer que desafina silbando "Cuesta abajo". Puertas que se abren y se cierran, algunas suavemente, otras más apuradas.

Voces en off:

¿Cómo haces para camuflarte?
No entiendo, ¿a qué te refieres?
A camuflarte... así... para que no te hagan daño...
No sé... no me expongo para empezar...
Yo no puedo...

 

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