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Revista Ciencia y Cultura

versión On-line ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  n.20 La Paz abr. 2008

 

 

 

Casateatro y su primer acto

 

 

Rene Hohenstein1

1 Rene Hohenstein es director de Casateatro, grupo de teatro de Santa Cruz de la Sierra y fue además hasta el ano 2005 el director del Festival Internacional de Teatro de Santa Cruz. El texto reproducido es el primer capítulo del libro Casateatro 20 años, que nos fue enviado por el autor.

 

 


Recuerdo...una mañana. Sentado en la estrecha oficina de Werner Guttentag en Los Amigos del Libro de Cochabamba, nos visitaba Joaquín Aguirre Lavayén, quien contó, entre otras cosas, que estaba terminando la adaptación de su novela Guano maldito para teatro. La iba a entregar a Oscar Cortés Valda, el buen actor y director cochabambino, para que la escenificara. Yo había empezado a dirigir y me moría de envidia, actitud muy teatral, de no poder dirigir yo esa obra. Y claro, mi querido Don Oscar era una personalidad teatral, acabábamos de festejar sus, creo, 50 años en tablas y no había por dónde comparar.

Pero pasó el tiempo y la obra no se estrenó. Mientras tanto, por motivos de salud de mi padre, me trasladé a vivir a Santa Cruz. El gancho además fue poder empezar a hacer teatro en esa ciudad. En diciembre de 1985, el escritor Joaquín Aguirre Lavayén invitó a algunos actores y amigos a una lectura de la adaptación que realizó al teatro de su novela. A esa reunión llegué invitado gracias a Amalia Unzueta, quien en mis primeros montajes en Santa Cruz se convirtió en una colaboradora esencial. Casualmente conocí a Amalia gracias a Oscar Cortés y a Fernanda Sanjinés.

La lectura de la obra me conmovió. Era de esos textos de los que a la primera lectura te enamoras y las imágenes van llegando como un torrente. En esa etapa teatral yo seguía mucho las lecciones de Bertolt Brecht y esta obra boliviana tenía todas las posibilidades de aplicar esa técnica. Joaquín me entregó el texto y me autorizó a montarla. Qué regalo para mí y qué punto de partida para formar un elenco en Santa Cruz de la Sierra.

Podemos encontrar las raíces del teatro cruceño en el Teatro Experimental Universitario dirigido por Humberto Parada Caro y que llena la cartelera de la ciudad con dos obras anuales por casi veinte años. Su producción es constante y los lleva a ganar festivales nacionales. Autores como Raúl Vaca Pereira y el húngaro Jorge Rosza permiten estrenar al grupo textos propios. Un segundo movimiento teatral es la creación de ACRA, dirigida por Enrique Alfonso y luego por Nando Chávez, que da un impulso al teatro costumbrista.

Con la creación de la Casa de la Cultura "Raúl Otero Reiche" y la aparición de directores argentinos como Jorge de Lasaletta, Daniel Tieffenberg y Eduardo Juster, junto a Tota Arce y el decidido empuje de Marcelo Araúz, se sientan las bases para el teatro cruceño actual. Éste es un resumen muy ajustado de estos años y que espero ampliar algún día en una historia del teatro en Santa Cruz.

Por eso me acerqué a Marcelo Araúz, director de la Casa de la Cultura, y le propuse formar un elenco estable para estrenar Guano maldito. Estuvo un poco indeciso pero con el apoyo del directorio aceptó y nos dio una sala de ensayo para comenzar a trabajar. Empecé a reunir al grupo, convoqué a actores con los que trabajé en los años previos y luego me contacté con otros. Algunos aceptaron y otros no. En febrero de 1986 empezamos a ensayar la obra. Ese fue el nacimiento de Casateatro, que originalmente se llamó Elenco Teatral de la Casa de la Cultura "Raúl Otero Reiche". Dada la longitud del nombre, años después se redujo a Casateatro.

Joaquín Aguirre se portó de maravilla, dicen que no hay mejor autor que el autor muerto, pero en el caso de Joaquín, fue una alegría tenerlo cerca. Tuve la suerte después de trabajar con dramaturgos que respetaron totalmente la puesta en escena de sus obras. Algunos ni aparecieron en los ensayos; espero que todos ellos hayan quedado satisfechos con nuestro trabajo.

Joaquín no me hizo mayor comentario hasta el ensayo general. Pero cuando éste acabó, me pidió que no excluyera unos versos que a él le gustaban mucho. Yo tengo un total rechazo a la versificación, pero fue tan respetuoso el autor durante los tres meses de trabajo, que me ingenié la forma de incluirlos a última hora. Yo entraba antes de levantarse el telón para la obra, tenía en la mano un ejemplar de la versión original de la novela, me sentaba en un escalón del proscenio y leía los versos de Aguirre: Gaviotas ligeras, fragatas tijeras...

¡Qué estreno! Tuvimos la edición de la obra con nuestras fotos, mi amigo Alcides Mejía me pasó un tema inédito de Savia Andina como tema de fondo, el Alcalde Municipal de La Paz, Ronald MacLean, presente en una función, subió al escenario y nos invitó para los festejos del 16 de julio en La Paz. Nos premiaron en La Paz como uno de los tres mejores estrenos de 1986 en el Teatro Municipal de La Paz. La crítica paceña nos elogió y Don Oscar "Cacho" Soria me confesó que logramos lo que él no pudo en la película Amargo mar. Hoy, veinte años después, el libro ha tenido una nueva edición, además de una tercera al ser incluida en una antología de teatro boliviano preparada por Willy Oscar Muñoz de la Kent University.

 

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