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Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  n.8 La Paz dic. 2000

 

 

 

La psicología infantil en la actualidad

 

 

Yolanda Ferreira Arza

 

 


Contexto de la Ciencia

Las características del mundo actual, son muy particulares: avance tecnológico, nuevos modelos de organización social y económica, globalización, información accesible, nueva y en crecimiento exponencial, todo ello conlleva una serie de cambios al nivel de todas las ciencias. Se enfrenta esta a una posición de duras críticas que acarrean crisis, ambas posibilitan las revoluciones en el conocimiento y en la realidad (Khun, 1960).

La educación y formación recibida no es suficiente en la actualidad para enfrentar estos nuevos cambios, científicos, tecnológicos y axiológicos, el individuo necesita de nuevas herramientas y recursos que permitan afrontar estas transformaciones cada vez más frecuentes y aceleradas. Igualmente la ciencia necesita de herramientas y recursos que posibiliten la adaptación de sus modelos y paradigmas a las demandas sociales, sino dejará de ser ciencia, en tanto ésta es una manera de volver el movimiento de la realidad social en un valor de uso humano y un uso trascendente de fuentes de ampliación de las potencialidades humanas como producción de historias nuevas (Tapia, 1960).

La ciencia necesita de modelos teórico-metodológicos integrales que posibiliten la integración ética y equilibrada que pueda dar respuesta de manera efectiva y objetiva a la complejidad de la relación sujeto contexto.

Cuando se está hablando de la población infantil, básicamente se está haciendo referencia a modelos y estrategias de crianza o educación, que puedan brindarles estos instrumentos con los cuales sean partícipes activos y de este modo se apropien de su contexto socio-histórico sino, principalmente, sean agentes transformadores y de cambio hacia modelos sociales, económicos, culturales y políticos que se encaminen a la par de las necesidades humanas en la búsqueda de equilibrio y adaptación a su contexto, esto significa impulsar la calidad de vida humana.

Para ello, los niños necesitan de modelos educativos que se adecuen a las necesidades y demandas ambientales de cada cual, que no homogeneicen sino heterogenicen, modelos psicopedagógicos flexibles, abiertos, contextualizados, que les proporcionen aprendizajes significativos en la búsqueda de habilidades y destrezas crítico-reflexivas y creativo-productivas, que les permitan afrontar y transformar la realidad que les toque vivir. Son modelos pedagógicos que fomentan el desarrollo de capacidades cognitivas y comportamentales, y paralelamente permitan la construcción de una esfera afectiva equilibrada que retroalimente positivamente en su accionar representándose como protagonistas de sus propias vidas con posibilidades de creación, producción, crítica, cuestionamiento, reflexión, toma de decisiones y resolución de problemas.

Para dar respuesta, de manera más científica, a esta educación para que se encuentre adecuada a estas reformas del mundo, se hace esencial que los especialistas de las diferentes profesiones como psicólogos, psicopedagogos, neuropsicólogos, logopedas, etc., puedan trabajar en forma conjunta no sólo en esfuerzos sino en conocimientos y capacidades buscando metas comunes como la investigación educativa en beneficio de la salud mental.

Se justifica la consideración de aunar esfuerzos que persigan la búsqueda continua y permanente de métodos, estrategias y técnicas que coadyuven a la construcción de modelos teóricos y sobretodo que faciliten una educación apropiada a las características socioculturales particulares y específicas de la realidad boliviana.

En esta exigencia de interdisciplinariedad e integralidad para proporcionar soluciones, a los psicólogos les corresponde un sin número de tareas y funciones a desarrollar, con tal de no quedarse pasivos e indiferentes a los requerimientos de la actualidad. No solamente mejorar su práctica profesional, sino también la producción de análisis y síntesis teórico-metodológica. Acciones necesarias como, la adecuación de características de desarrollo humano de acuerdo al medio de desenvolvimiento, creación de modelos de evaluación proporcionales a las características de estructuración neuropsicológica y apropiación de la cultura boliviana, que no midan, comparen o estandaricen, sino evalúen el desempeño y la actividad interna y externa en forma integral con características comparativas intrasujeto, de acuerdo al ambiente de crecimiento de cada cual, diseños de modelos de intervención acordes a las singularidades de cada caso y no sólo recetas foráneas de trabajo uniformizante, desarrollo de modelos teórico-metodológicos que proporcionen respuestas a los diferentes problemas idiosincrásicos y en especial participación en el diseño de modelos adecuados para niños, tomando en cuenta que tienen una prioridad en todo trabajo psicológico.

 

Características de trabajo con los niños

Introduciendo al trabajo del psicólogo con niños, es un campo de acción que, resulta ser uno de los más satisfactorios en su labor, no sólo por los logros a los que se puede acceder sino principalmente por la profilaxis mental que se puede realizar previniendo un sin número de problemas posteriores.

Históricamente el desempeño en evaluación e intervención psicológica con niños tenía las mismas características que el trabajo con adultos, aunque con tareas más simples, a partir de la concepción de que el niño era un adulto en pequeño y lo mismo sucedió en el campo educativo. Posteriormente, el trabajo con niños se fue planteando con ciertas características particulares que produjeron la estandarización, puesto que tomaron en cuenta factores de maduración como la edad cronológica y la edad madurativa de una forma rígida y equiparada, algo parecido sucedía también en el campo educativo, pues repercutió en la aplicación de pruebas psicológicas y psicométricas que medían el coeficiente intelectual asignando puntajes de comparación entre uno y otro niño, y asignando también puntajes en algunas áreas que los ubicaban en rangos y percentiles que servían no sólo para equipararlos sino, lamentablemente, también para determinar el ingreso o no a la educación regular.

Actualmente el trabajo con niños no es simple, pero se ha enriquecido y complementado notablemente tomando en cuenta la concepción de que el niño es un ser humano en desarrollo, en constante cambio y dependerá de cómo se despliegue su educación y desenvolvimiento en su ambiente socio-familiar para formar un adulto con potencialidades, habilidades y valores que le permitan una interacción adecuada con su propio contexto.

Esta concepción ha evolucionado repercutiendo también en la forma de evaluar e intervenir con niños. Centrándose en el momento de evaluación e intervención como nuevos espacios para seguir aprendiendo a pensar. Se trata de enseñar a razonar a través de estrategias que incidan en procesos más eficaces, evaluando el desempeño y no el resultado (Calderón, 1996).

Como sucede en nuestros días, la ética, tiene un lugar preponderante, y así también se cumple en el trabajo con niños. En todo este proceso existen normas y principios éticos para trabajar con niños entre ellos están: honestidad, confianza, confidencialidad, participación activa, comprensión y conocimiento de los objetivos de la evaluación e intervención, claridad y transparencia en lo que se hace, comprensión de las consecuencias, elección de metas terapéuticas conjuntas y responsabilidad en las decisiones.

Logrando en el niño conocimiento de porqué y para qué están siendo evaluados, explicaciones a partir de su edad y de su desarrollo, conocimiento y comprensión de con quién están trabajando, explicándoles en qué consiste la labor del psicólogo, tal vez esta figura alguna vez ha sido utilizada como castigo, o en ocasiones los padres no explican a los niños dónde y para qué los están llevando, originando en él confusiones y temores que perjudican una interrelación y comunicación positiva, esto puede ser evaluado a través de la representación que ha elaborado el niño, o la explicación con la que ha sido llevado.

Esto sucede sobretodo cuando el niño ha sido llevado por un adulto, analizando sin embargo, que, hoy, aumenta la cantidad de niños que acuden por su propia iniciativa buscando, apoyo, escucha, comunicación, que alguien les ayude a resolver alguna dificultad, etc. En general la cantidad de niños que acuden a consulta se ha incrementado considerablemente y en la mayoría de los casos son remitidos por el sistema educativo, con diagnósticos o apreciaciones ligeras, pero que ya han repercutido en el niño por un tiempo considerable, por lo tanto el niño ya llega con una etiqueta, que la conoce pero no la comprende y lo peor es que la mayoría de las veces no es adecuada. Entonces es importante averiguar, la representación que tiene el niño de su "problema", y por lo tanto comprender y generar expectativas de solución a su situación. Así, el niño es tratado como persona, y por lo tanto no se transgreden sus decisiones ni sus intimidades, este es un principio de confidencialidad.

Al producirse una disfunción, alteración a nivel psicológico en un niño, esta variación se la ubica en otro patrón de cambio. Es necesario ubicar la alteración dentro del proceso de cambio al nivel de edad y desarrollo, diferente que en el adulto, porque una alteración está en éste dentro de patrones poco cambiantes. En el niño la alteración puede obedecer a procesos de desarrollo, por lo tanto, evidenciar si la variación es parte de su desarrollo normal u obedece a una variación en la que ya se observa una perturbación.

En el adulto es más fácil establecer los criterios de ese cambio, distinto del niño en el que es difícil evidenciar si el cambio es de desarrollo o por otra circunstancia, de allí la importancia de que la evaluación e intervención en el niño no solamente sea integral sino muy completa, tomando como marco referencial al Desarrollo Humano y considerando las diferencias individuales de cada caso. Esto ayudará a determinar si lo observado como alteración será superado porque obedece a comportamientos e indicadores esperados o es el inicio de una verdadera problemática.

Además las alteraciones y problemas en niños tienen una naturaleza reactiva, es decir, reacciones ligadas directamente a los efectos de su ambiente, por lo tanto el problema del niño no es solo de él sino de su entorno, ya sea familiar, escolar, u otros contextos. Pero el problema del niño no se trata sólo y exclusivamente de él, es necesario trabajar también con su entorno más próximo.

Generalmente los que identifican los problemas del niño son los adultos, quienes perciben el problema o alteración y buscan ayuda. Aunque también los niños tienen su forma de percibir la situación y esto es necesario tomarlo en cuenta. Por lo tanto el trabajo considerará la información proveniente tanto del contexto como los autorreportes. Es importante trabajar con todas las fuentes posibles.

Así los niños se consideran como fuentes de información sino las más relevantes de su propia situación, el reporte generalmente es verbal, sin embargo, si el niño es muy pequeño difícilmente podrá expresar qué le sucede, aunque, se puede recurrir a otras formas de expresión, por ejemplo, el uso de mediadores. De esta forma el autorreporte estará ligado a la edad del niño, depende del nivel de abstracción, representación y comprensión que el niño tenga, aunque también en muchos casos depende de la educación y experiencia que haya desarrollado. Todo ello influye en los autorreportes y por lo tanto en la identificación del problema.

 

Evaluación-intervención con niños

La evaluación es un momento de observación y recopilación de información durante un proceso que no termina en el momento en que se obtienen los datos, además del diagnóstico que en un inicio es presuntivo, la evaluación transcurre durante todo el tiempo de intervención.

Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, los modelos de evaluación e intervención actuales responden a otros principios y concepciones de la realidad sujeto contexto, de la interrelación y necesidades actuales del niño con su ambiente.

Los modelos de evaluación e intervención que se proponen se enmarcan en modelos sistémicos e integrales, que afirmen la dialecticidad del individuo con su entorno. Que se realice una evaluación completa, sin embargo que no se restrinja a una simple y única descripción de síntomas o indicadores deficitarios o potenciales, sino que pueda integrar la información y dar cuenta de una complejidad que se relaciona en forma integrada y así permitir la elaboración de análisis funcionales. De esta forma se plasma la tendencia a la construcción de la evaluación e intervención teniendo en cuenta los objetivos se pueden derivar las categorías e indicadores de ellos para no perder la validez y la objetividad. Esta construcción será para una población específica o para un caso específico.

Generalmente se ha tratado de definir y aún más realizar una evaluación o intervención de manera limitada, esto es tomando en cuenta solo síntomas y signos en una relación simple de causa-efecto, de una manera muy descriptiva y por lo tanto limitante ya que no da una explicación en su totalidad del problema que se está tratando.

El modelo de evaluación e intervención sistémico e integral implica muchas categorías y elementos más, por incluir, para dar un abordaje y explicación coherente y adecuada que lleven a un tratamiento efectivo.

Teniendo en cuenta esto se puede evidenciar que el modelo tiene sentido si proporciona información en lo referente a la etiología del problema que se trata de diagnosticar, o tiene implicaciones para el tratamiento y/o para el pronóstico. Por lo tanto, a partir de la observación y la interrelación de elementos poder realizar todo un informe detallado sobre el estado actual con que se presenta el niño, para que según esto se pueda elaborar una serie de proposiciones (hipótesis explicativas además de realizar interrelaciones funcionales) acerca de la etiología del problema o alteración.

En este sentido se observa que tanto la evaluación como la intervención dentro del modelo cognitvo-comportamental se hace caso por caso, tanto la configuración de síntomas para relacionarlos con las proposiciones etiológicas como el establecimiento de relaciones de espacios: personales y ambientales.

Esta observación e interrelación de elementos intervinientes es todo un proceso en cuanto conjunto de áreas del problema que deberán ser configurados, para esto es que se estudian las variables intervinientes en el problema de cada sujeto en particular, esto es tomando en cuenta sus características personales y su relación con las circunstancias ambientales, entonces de esta manera no se pierde el objeto de estudio: hombre-ambiente. Por lo tanto un paciente será: la interrelación del sujeto con sus características y su relación con el ambiente. En este sentido es que no se realiza un diagnóstico tradicional donde se relacionan signos y síntomas en un solo espacio contextual a manera de causa-efecto, sino que se establece una interrelación de variables en diferentes espacios.

Observando así estresores, características socioculturales y esferas de interacción, esto en al ambiente; y en el sujeto mismo: cognición, afectividad, emoción, comportamiento, y adaptación. Todo esto se integra para poder evaluar capacidades, habilidades, destrezas, desarrollo proximal, desempeño actual de procesos y funciones como: recepción sensorial, integración perceptiva, memoria, lenguaje, afrontamiento, resolución de problemas, creatividad, razonamiento lógico y analógico, habilidades sociales, configuración afectiva, expresión emocional, autocontrol, autorregulación, y la posibilidad de obtener retroalimentación del ambiente como de sí mismo.

Esto no significa construir una batería de pruebas y tests para cada una de estas categorías, implica la consideración de cada uno de los indicadores que puedan ser integrados en la construcción y elaboración de diseños de evaluación e intervención, creativos, abiertos, flexibles, variados, recreativos, para los niños y sobretodo tomando en cuenta sus características socio-culturales y socio-económicas.

Todo ello impactará en sus roles sociales, expectativas, el cambio y el tratamiento específico a seguir. Conformando lo que futuramente viene a ser variables de tratamiento, porque sólo la interrelación de variables permite la configuración diagnóstica. Luego se hace objetivos de cambio, luego determinar el contexto de tratamiento, en donde el niño debe ser altamente participativo.

Se evalúa paralelamente si la intervención elimina o mantiene constante la influencia de una serie de factores determinantes y además se comprueba hasta que punto la variabilidad del factor que manipula produce un cambio significativo en el niño y en su contexto.

Por lo tanto tomar en cuenta modelos integrados implica poder ampliar el espacio de intervención. Son modelos resultado de muchas investigaciones en diferentes disciplinas pero con un objeto de estudio común que aportan mucho en el área de trabajo con niños por estar sustentados por esquemas metodológicos diferentes. Tiene características de tomar en cuneta diferentes teorías según sea el fenómeno a estudiar, es decir, por ser multidisciplinarios, son modelos abiertos, por lo tanto el enfoque de estudio no es limitativo. Se estudian diferentes categorías en espacio de unicidad, toma en cuenta todos los elementos intervinientes pero respondiendo al modelo teórico-metodológico.

Es por ello que la evaluación es constante y continua, de retroalimentación, a medida que se dan cambios y reajustes según el objetivo de mantenimiento y/o eliminación, y prevención para enfrentar futuros problemas. Dejando así entender el problema en su totalidad.

En este sentido, el objetivo del trabajo con niños no es simplemente solucionar el problema sino de darle las herramientas e instrumentos que le sirvan para afrontar, resolver el problema por el que vino y otros problemas que puedan surgir, es decir, posibilitar la transferencia. Además de dotarle de capacidades críticas, de creatividad, toma de decisiones, de producción y protagonismo en sus propias vidas.

El trabajo con niños es un espacio de aprendizaje, pero que antes de llegar al consultorio del psicólogo clínico pudo habérsele dotado de ello en la familia o en la escuela, allí radica la gran importancia de la educación. Por lo tanto en el trabajo psicológico con niños ya sea clínico o educativo y para responder a los modelos actuales caracterizados por ser sistémicos e integrales tomando en cuenta la ética, se recomiendan los siguientes puntos.

 

De la evaluación

a)  Una evaluación contextualizada tomando en cuenta el contexto socio-cultural de la historia, demandas y expectativas de cada niño.

b)  Selección de objetivos y variables claras para empezar con evaluaciones (e intervenciones) que permitan acciones operativas y observación del desempeño de cada niño.

c)  Una evaluación multivariable al problema presentado, variables que hacen al espacio interno y externo de interrelación y actividad del niño, que permitan hacer un análisis de las áreas interferidas y potenciales presentes y categorización de las variables intervinientes.

d)  Una evaluación que permita observar la manera en que estas variables se interrelacionan y retroalimentan.

e)  Determinar además áreas más afectadas y las consecuencias de estas que interfieren otras áreas.

f)   Determinar variables intrasujeto y la interacción con el medio ambiente en que se desenvuelve.

g)  Observar etiología, mantenimiento y efectos de las diferentes variables, permitiendo realizar un análisis funcional, variables antecedentes y consecuentes.

h) Evaluar la influencia y regulación dialéctica, es diferente a la lineal, entre cognición, emoción y conducta, por lo tanto: qué piensa, qué siente y qué hace el sujeto.

i) Contrastar información brindada por sujetos que se encuentran en constante relación con el niño (familia, escuela).

j) Establecer la interrelación que se da en términos de análisis funcional con áreas centrales problema y asociadas, estableciendo así un diseño terapéutico adecuado a cada caso.

 

De la intervención

a)  Fijar objetivos generales y específicos y terminales claros con cada niño, teniendo en cuenta que este modelo hace que él sea altamente participativo en el proceso de intervención.

b)  Fijar objetivos que desarrollen habilidades, destrezas, valoraciones adapta-tivas de cada niño con el ambiente en el que se desarrolla, que posibiliten intervenir directamente las áreas problemas, pero por sobretodo generar capacidades de acción en diferentes contextos y con diferentes situaciones esto es: afrontamiento, resolución de problemas, toma de decisiones, autocontrol, autoevaluación, habilidades sociales, asertividad, creatividad. Finalmente enseñar a pensar, sobre uno mismo y sobre el mundo circundante, para que se puedan seguir construyendo a partir de esto nuevos aprendizajes bajo una concepción crítico-reflexiva y activo-productiva.

c)  Sin dejar de lado que con esto el niño vaya construyendo, configurando una esfera afectivo-emocional estable como retroalimentación de las acciones y el logro.

d)  Determinar, priorizar y organizar las áreas principales de interrelación.

e)  Jerarquizar problemas como también las estrategias a seguir tanto centrales como de apoyo para cada una de ellas.

f)   Realizar un diseño de intervención que permita ordenar los objetivos en un tiempo adecuado, para cada tipo de problema.

g)  Implantación de técnicas y estrategias adecuadas para cada caso que generen espacios de aprendizaje, entrenamiento y autoevaluación.

h) Realizar seguimiento por sesión, no solamente como retroalimentación al mismo, sino como probabilidad de hacer reajustes.

i) La posibilidad de revisar déficits de objetivos por sesión con la oportunidad de asignar tareas para reforzar estos objetivos o verificar hipótesis para facilitar la práctica de los mismos logrando transferencia y generalización.

j) Realizar evaluaciones y retroalimentación contingente y continua.

Consecuentemente, la aplicación de modelos de psicología infantil debe estar de acuerdo a las necesidades actuales tanto ética como científicamente. Modelos efectivos que valoren las características socio-culturales, ecológicas de la población con la que se trabaje. Modelos que articulen y vinculen los avances de la actualidad con los modelos psicopedagógicos que se transmiten, para poder así coadyuvar en la formación de individuos libres, críticos con calidad de vida humana que piensen en cada uno pero también en los demás buscando también la calidad de vida de los otros.

Es este el gran desafío que nos plantea la actualidad a los Psicólogos que trabajamos con niños.

 

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