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Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  n.4 La Paz dic. 1998

 

 

 

Body art o arte corporal en Taipinquiri

 

 


El día viernes 9 de octubre de 1998, como parte de las Jornadas para la Reflexión sobre Arte Contemporáneo, se presentó en Taipinquiri la Exposición de Arte Corporal o «Body Art.» Participaron más de 20 connotados artistas plásticos nacionales, asumiendo el doble reto que caracteriza a dicha expresión plástica: Primero, plasmar sus creaciones en «soportes vivos;» y, segundo, la manifiesta fragilidad temporal de cada una de estas.

A pesar de ambas limitaciones técnicas; a la constante presión y curiosidad del público asistente; y, a las limitaciones del espacio físico, cada uno de los intérpretes, con su sello personal y único, logró transmitir su percepción y vivencia acerca de realidad espiritual, social y cultural en la que se hallan inmersos.

Según el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia, se entiende por arte, aquel:

«Acto o facultad mediante los cuales, valiéndose de la materia, de la imagen o del sonido, imita o expresa el hombre lo material o lo inmaterial, y crea copiando o fantaseando»2.

Esta singular capacidad, sin duda alguna, caracteriza a la especie humana, en tal grado, que los principales testimonios de su presencia, a través del tiempo y del espacio, no sólo son los objetos producidos para satisfacer una necesidad básica específica (hambre, frío, calor, abrigo, continuidad de la especie, entre otros); sino que, por sobre todo, son aquellos que reflejan la identidad (social y cultural), el sentido de pertenencia y la cosmovisión de sus creadores.

En ese sentido, los «útiles,» asumen además una nueva dimensión y se transforman en «artefactos,» es decir son creados o hechos con arte; ya que la forma y la función concebida primigeniamente, serán además el soporte, para la expresión simbólica.

Para algunos investigadores, esta peculiar actividad nos permitiría entender los complejos procesos de humanización y apropiación de sí mismo y de su entorno natural, social y cultural.

Así tenemos que, por ejemplo, Las Cuevas de Altamira y los grandes monumentos megalíticos de Stonehenge, en Europa; el Ejército Chino de Terracota y el Túmulo Funerario de Osaka, en Asia; y, las ciudades sagradas de Teotihuacán, Tikal, Palenque y Tiwanaku, en América; reflejan este singular proceso unívoco: El hombre en la medida que transforma y seculariza su entorno vital, plasma, modela y recrea su propio ser interno y externo. Estos signos y símbolos, fruto de su fecunda visión onírica, paulatinamente se enraizarán en cada centímetro de su piel a través del tatuaje, maquillaje o adorno.

Fantasía, magia y arte; sueños e iconos; a lo largo del tiempo, serán la materia prima de la nueva dimensión mágico religiosa de la humanidad, la que en el transcurso del tiempo y por sobre todo debido a la «razón» perderá su esencia divina. El hombre masa, preconizado por Ortega Gasset y la globalización que define nuestro momento histórico, desfigurará no sólo su rostro, sino que su esencia se desvanecerá en un mundo tecnológico y tecnocrático.

El Body Art es en ese sentido, según Francois Pluchart (1983:2), uno de sus principales impulsores,

«El arte corporal es exclusivo, arrogante, intransigente. No mantiene ninguna relación con ninguna forma supuestamente artística si no es de entrada declarada sociológica o crítica. El arte corporal derriba, rechaza y niega la totalidad de antiguos valores escépticos y morales inherentes a la práctica artística, ya que, aquí, la fuerza del discurso debe reemplazar cualquier otro presupuesto del arte [...]. Por primera vez en la historia una actitud de pensamiento no quiere ser una tendencia abierta, sino al contrario, cerrada, cuya sola razón de ser sea la de acoger al nuevo hombre capaz de construir una sociedad libre y armoniosa, desembarazada de falsas moralidades, de dictaduras de todos los géneros, de ideologías represivas y de censuras, es decir, de policías»3.

Las distintas presentaciones individuales y colectivas, presentadas en Taipinquiri, recrearon por ejemplo la indiferencia, la angustia y la soledad urbana, que paulatinamente se enseñorean cada vez más de la cosmopolita ciudad de La Paz (Toto Márquez, Indiferencia); la necesidad de proteger y preservar nuestro patrimonio ecológico (Gilka Libermann y Puya Raimondi); el problema del aborto y la eutanasia (Mafalda Córdova y Trascendencia del Ser); y la creación y modelaje ritual de la pareja andina (Tatiana Fernández y Francine Secretan con Pachamama).

Es de destacar, asimismo, que muchos de los participantes utilizaron los cuerpos de sus modelos, para explorar los efectos de los colores producidos por computación (Carlos Lazo de La Vega y Cibermorphos). Otros, a través de la elaboración de diseños capilares, recrearon la milenaria técnica del tatuaje simbólico (Efraín Ortuño y Rutumunachi y otros Diseños Capilares).

Entonces, surge la pregunta inevitable: ¿ Que diferencia hay entre esta manifestación social y cultural cotidiana y la expresión plástica conocida actualmente como «Body Art»?

Marcel Duchamp (1887 - 1968)4, en 1912, a través de su enigmática, como cuestionada e incomprendida propuesta artística, sugiere que todos los objetos son artísticos en la medida que sus creadores los perciban y los sientan como tal. Así lo cotidiano se transforma en arte y transgrede, de este modo, su propia temporalidad y funcionalidad.

El cuerpo humano, por lo tanto, a través de la ágil y febril imaginación del artista, se transforma y sirve de soporte para comunicar —y en algunos casos denunciar— al inconsciente colectivo, acerca de la fragilidad de los tabúes y de los prejuicios sociales.

Por último como señala M. Merleau-Ponty, el cuerpo «es un repertorio de significaciones vivas y no, necesariamente, de significados invariables y fijos. Nuestro cuerpo, como un sistema de potencias motoras o de potencias perceptivas, es un conjunto de significaciones vividas que enriquecen nuestros esquemas corporales y mentales».

 

Artistas que participaron en el body art

Mauricio Bayro, Ted Carrasco, Mafalda Córdova, Javier Fernández, Tatiana Fernández, Jessica Freudenthal, María La Placa, Carlos Lazo de la Vega, Gilka Libermann, Claudia Maldonado, José Márquez, Franklin Molina, Efraín Ortuño, Chrystal Ostermann, Silvia Peñaloza, Johnny Quevedo, Ruby Ruiz, Francine Secretan, Jaime Taborga y Gastón Ugalde.

 

Notas

1  Por Carlos Ostermann Stumpf. Asesor de Taipinquiri.

2  Diccionario de la Lengua Española. Edición en CD-ROM. Real Academia de la Lengua Española. Vigésima Primera Edición. Madrid, Espasa Calpe, 1995.

3 Citado por Anna María Guasch El Arte del Siglo XX en sus Exposiciones. 1945 -1995. Barcelona, Serbal, 1997:197-202. Pluchart Francois L'Art corporel. París, Limage, 1983

4 Mink, Janis Marcel Duchamp (1887 -1968). El arte contra el arte. Köln, Taschen,1996.

 

Arte corporal: Gastón Ugalde.

 

I Arte corporal: Chrystal Ostermann.

 

Arte corporal: J. Márquez

 

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