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Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  n.4 La Paz dic. 1998

 

 

 

Antecedentes y apuntes sobre el arte experimental

 

 

Efraín Ortuño

 

 


Desde la década del 80 algunos artistas de la ciudad de La Paz, en Bolivia, han involucrado en su experiencia la reformulación del concepto del arte en sus implicaciones y función social, caracterizándose por ampliar su actividad a la mejor comprensión de los lenguajes del arte en la experiencia y el uso libre y ecléctico de ellos, creando textos artísticos en la forma de performances, acciones, instalaciones y la elaboración de utopías y juegos.

Entre estos artistas se puede citar principalmente a Roberto Valcárcel, Sol Mateo, Mónica Camacho y Efraín Ortuño quienes han ejercido gran influencia en los jóvenes artistas de esta década.

Un concepto que podía definirse como arte experimental ha sido el elemento unificador de estos trabajos que en su mayoría han sido efímeros y no han sido documentados. Se han realizado algunos festivales patrocinados por el Goethe Institut y existe en general poca documentación.

En la década del 90, estos artistas, madurando sus concepciones han tomado muchos caminos. En el Taller de Efraín Ortuño se organizó en 1992 el «Grupo de Arte Experimental» que en ocasión de la inauguración de la exposición Collage Internacional, traída por el Goethe Instituí de La Paz, se presentó como la «Muela del Diablo» (no tiene nada que ver con la Editorial) en un performance titulado Televivencia 2343065 (Casa de la Cultura —abril 1992—).

Este grupo estuvo al principio interesado en experiencias que conjuguen y articulen libremente los lenguajes del arte, buscando un nexo perdido con lo ritual o el instinto de lo sagrado, proclamaron el arte como terapia social y no objeto de consumo.

Marcelo Palacios, músico interesado en ampliar sus experiencias a otros campos y Efraín Ortuño, quien estaba interesado en las analogías entre música-sonido y pintura-color, junto a otros artistas comenzaron a trabajar en el concepto de «escultura sonora», que pretendía en largas y libres improvisaciones de experimentación con sonido digital y analógico, crear ambientes de sonido que sean percibidos físicamente en armonía invisible con coreografías, en estos experimentos también se trataba de hacer música a partir del sonido de las cosas más triviales, como un paseo en moto (ver 500 panes, performance en el Instituto Goethe marzo 1995), la Lluvia, la Ducha, y otros sentidos de la experiencia cotidiana, transformando y jugando digitalmente con las señales y, paralelamente mediante el sonido y su manipulación, se trataba de explorar las sensaciones físicas y psíquicas buscando un trance creativo, al igual que los surrealistas; a su vez exploraron mucho las posibilidades de los instrumentos de viento, naturales y otros objetos —instrumentos de las culturas precolombinas—. Paralelamente, otros artistas también han desarrollado conceptos análogos en otras áreas, y existe la necesidad de compartir experiencias con otros artistas del mundo. Estas experiencias nos han acercado a una visión compartida de la necesidad de intercambiar y compartir experiencias acerca de un mejor entendimiento de la energía natural del cuerpo humano y su relación armónica con la naturaleza, el entorno, asimismo a la creación de un espacio de experiencia artística que se proyecte más allá de los límites del mercado artístico en todos los géneros haciendo confluir en él, la actividad artística con una proyección humana más integral social y constructiva, manifestada en nuevas formas, experiencia - Objeto - concepto de arte y abriendo la posibilidad de integrar al público en la experiencia estética de un modo interactivo.

El arte experimental es la respuesta a la necesidad de un arte revolucionario en el verdadero sentido ya que trata de romper su nexo con los discursos de poder y lo libera convirtiéndolo sobre todo en una experiencia de dinámica social creativa, haciendo énfasis en la experiencia estética y no así en el «objeto,» su característica, lo «efímero,» libera de atavismos académicos y capitalistas donde el valor de la obra radica en su soporte material, de esta manera hace accesible y libre la experiencia estética a un público no especialista con fuertes pulsiones creativas que al no ser bien canalizadas devienen en conductas radicales. El arte experimental abre un universo de posibilidades materiales para articular discursos artísticos más ligados a la experiencia real cotidiana. Su característica, «la interactividad,» desplaza el interés de su objeto y abre la obra a la experiencia comunitaria. El arte experimental hace accesible el hecho artístico al considerar como soportes los elementos «ready made» del entorno y da la posibilidad de usar o hacer cualquier cosa para hacer arte.

El arte experimental es la vía para una respuesta acerca de: ¿hasta qué punto se puede seguir haciendo arte con los medios, técnicas, y formas de expresión tradicional? Pertenecientes a una cosmovisión patriarcal cientificista en decadencia ante el surgimiento de una nueva cosmovisión y el nuevo pensamiento científico del nuevo siglo.

 

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