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Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  n.3 La Paz jul. 1998

 

 

 

Formación Especializada y Formación Integral

 

 

Claudia Nacif Muckled

 

 


¿Es mejor una formación integral que una especializada? La respuesta a esta interrogante no es tan fácil de sostener, puesto que debe analizarse el perfil profesional que mejor se adecue a las necesidades, cada vez más exigentes, del mercado.

En el afán de formar profesionales capaces de enfrentar el agudo crecimiento de los avances científicos y tecnológicos de la economía mundial y de adecuar una formación idónea que colme las expectativas de quienes buscan en nuestros profesionales una respuesta a sus problemas; la Universidad Católica Boliviana ha implementado una reestructuración académica, orientando la educación más a la autoformación que a una enseñanza impuesta o vertical. Esto se traduce no sólo en la departamentalización de las asignaturas, sino, principalmente, en una orientación distinta de los curricula, pasando de una dirección prácticamente especializada a otra más interdisciplinaria.

Una formación integral y otra especializada no parecen ser muy distantes; por eso no se trata de describir cada una de ellas, sino de encontrar el equilibrio entre ambas corrientes. Una información concentrada en sí misma limita la capacidad de análisis e incluso la apreciación de los hechos ya que está enfocada desde un sólo ángulo; dejando de lado interpretaciones que, con seguridad, podrían llegar a ser analizadas si se tuviera un mínimo de experiencias en otros campos del conocimiento.

Sin embargo, pareciera que la concentración en un área específica es la corriente de la posmodernidad. Basta con observar el grado de competitividad que existe en el mercado laboral, exigiendo cada vez más profesionales estrictamente especializados. Esto no argumenta a favor de una enseñanza absolutamente técnica y especializada a nivel de pregrado; pero de alguna manera exige que se brinden y se otorguen los conocimientos más básicos y completos en el campo específico y, paralelamente, un panorama de todo cuanto la ciencia abarca. Queda a juicio del alumno la elección de su futura especialización de acuerdo al interés o afinidad que tenga en temas más concretos; pero la base de su profesión queda sólidamente establecida.

Está especialización se consigue, de manera más adecuada, con estudios de posgrado, que en los últimos años se han convertido en una necesidad. Esto significa que al plantear una formación interdisciplinaria en el pregrado, no se limita el conocimiento del alumno a la exigencia de una futura especialización; porque esta situación era hace varios años tan importante como lo es en la actualidad. Sin embargo, tampoco se debe restringir el conocimiento de una ciencia en pos de una formación integral.

Uno de los aspectos positivos de la reestructuración apunta a que independientemente de brindar a los estudiantes una formación de calidad, se están dando las posibilidades de capturar nuevos conocimientos en otras áreas. Esto se explica en base a que cada carrera, para otorgar el título de licenciatura, exige un total de créditos vencidos, de los cuáles un porcentaje es obligatoriamente alcanzado en materias propias de la carrera, correspondientes a asignaturas básicas en la formación mínima de ésta, y el resto de los créditos debe ser logrado de acuerdo a las afinidades de cada alumno, ya sea en la misma carrera, como materias de áreas de concentración, o en materias de otras disciplinas.

Además, otra de las ventajas que brinda la Universidad con los cambios implementados apunta a la relativa posibilidad con que un alumno puede obtener el título de licenciatura en más de una carrera, destinando obviamente un tiempo adicional (entre uno a dos años) y en carreras donde la afinidad sea más marcada. En todo esto, el estudiante juega un rol trascendental, pues dependerá de las aptitudes que él quiera desarrollar en los diversos campos del conocimiento, para que pueda aprovechar o no de estas ventajas que se le están brindando.

Con lo expuesto anteriormente, la Universidad está afianzando el concepto de "calidad" que otorga en un proceso de formación, porque ahora se obtendrá como resultado, profesionales no solamente capaces de desarrollarse ampliamente en su profesión, sino además portadores de conocimientos en otras ramas, que sin duda lo colocan en una situación muy distinta en el mercado laboral.

Si pensamos en términos de la interrogante que se planteó al principio, se puede concluir que la Universidad Católica está poniendo a disposición del mercado profesionales con una formación sólida y además diversificada. Es decir, con aptitudes y características acordes a las exigencias del campo laboral, y con posibilidades muy grandes de afianzar sus conocimientos en el futuro, ya sea académicamente o a través de su experiencia laboral.

 

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