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Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  n.1 La Paz jun. 1997

 

Estudios de la Universidad

 

EL DOCENTE Y LA PROBLEMATICA UNIVERSITARIA

 

 


I. INTRODUCCION

Se inicia el Estudio describiendo los rasgos principales que caracterizan a los catedráticos. Así la distribución de las edades muestra que existe una mayor concentración de los profesores entre los 31 y los 45 años, alcanzando al 53% del total; sin embargo, es interesante destacar que se tiene cerca de un 14% que oscilan entre los 25 y los 30 años de edad; mostrando que se cuenta con docentes destacados en pocos años de actividad profesional, tomando en cuenta que para ejercer la cátedra se les exige cumplir con requisitos bastante rigurosos. Los porcentajes menores están distribuidos en las edades más avanzadas, como es el caso particular de los catedráticos que tienen edad por encima de los 61 años, y que representan un porcentaje de sólo cerca al 7%.

De esta manera, se puede constatar cierta inclinación dentro de la Universidad para buscar una constante renovación con docentes jóvenes, dándoles la oportunidad de iniciarse en la actividad académica e incentivando con ello el espíritu de competencia y superación; incluso en los mismos estudiantes con vocación a enseñar; siempre bajo el principio de mantener la calidad y prestigio que caracteriza a la Universidad Católica.

Por otra parte, en la distribución por sexo se advierte que el número de catedráticos varones dentro de la Universidad es muy superior al de mujeres; ellas representan sólo al 25% del total, de manera que se tiene una relación de 3 a 1.

Entre las principales ocupaciones actuales de los catedráticos, resalta la dedicación exclusiva a la docencia (25.6%), seguida por las actividades de consultaría y el desempeño como profesionales independientes; ambas, con un porcentaje del 17.6%. Además se hallan de manera significativa aquellos catedráticos que ocupan cargos de gerencia (11%). Los profesores que no dieron una respuesta al respecto alcanzan una ponderación del 18%; ésto podría ser explicado por el hecho de que una parte de estos docentes, no tienen en la actualidad una ocupación que pueda ser definida como principal.

En cuanto al grado académico de los catedráticos se presenta una distribución muy favorable; esto debido a que el 58.2% tienen un grado académico superior a la licenciatura, siendo los docentes con maestría y especialización los que alcanzan mayor significación.

En lo que se refiere al lugar de sus estudios, los docentes que los realizaron únicamente en el país representan al 52.8% del total; mientras que el 46 % en el exterior; porcentaje que incluye a los catedráticos que aunque hayan realizado algunos de sus estudios en el país, hubieran obtenido su grado académico más elevado en el exterior.

Los profesionales que han realizado estudios en América Latina representan aproximadamente al 52% del total que estudiaron en el exterior; la participación de Estados Unidos es baja en relación con los países del Continente, esto quiere decir que sólo el 16.1% han estudiado en ese país, del total de docentes que lo hicieron en el exterior representan sólo 7,5% del total de catedráticos.

Es interesante observar también que del 53% de catedráticos que han realizado sus estudios en universidades del país, 15% se tituló en la Universidad Católica Boliviana. Cifra que no muestra realmente la cantidad de profesores que estudiaron en ella, puesto que no se considera a aquellos que habiendo estudiado en la UCB, obtuvieron algún grado académico superior en el extranjero. De esta manera, se tiene una importante inserción de profesores que habiendo sido estudiantes de la Universidad Católica ahora forman parte de su plantel docente. Del mismo modo y ratificando lo expuesto anteriormente, respecto al país donde estudiaron se tiene a un 46% de los catedráticos que han obtenido su grado académico superior en universidades extranjeras.

Los catedráticos con antigüedad entre los dos y los diez años de docencia, son los que tienen mayor participación en las distribuciones, representando al 49.2% del total. Aquellos que se dedican a la docencia entre los once y los veinticinco años también tienen porcentaje significativo; mientras que los docentes con una experiencia mayor a los veinticinco años alcanzan sólo al 5.5%.

Si se analiza los años de docencia en la UCB, se observa que existe una concentración relativamente mayoritaria entre los dos y cinco años (44.2%), seguida de los que tienen una estancia entre los seis meses y el año; esto muestra que el 71% de los docentes de la UCB enseñan en ella un período menor o igual a los cinco años. Esto se explica por la reciente creación de algunas carreras, que en la mayoría de los casos no llegan a los cinco años de vigencia.

 

II. MOTIVACIONES E INFLUENCIA

Motivación para Ejercer la Docencia

La principal motivación para que los catedráticos se dediquen a la docencia es la vocación, en este sentido el 34.7% de ellos estarían dispuestos a ejercer la enseñanza sin considerar ningún otro factor, es decir, sólo por el interés y el gusto de dedicarse a la actividad docente.

El deseo por transmitir conocimientos y su experiencia que se puede comunicar a los estudiantes, alcanza la segunda opción elevada con 22.1%; mientras que la afición por la investigación, que sería la tercera, al 10.6%. Las demás alternativas no muestran ponderaciones muy significativas, aunque sobresalen entre estas, la importancia de mantenerse actualizado y contribuir a través de la educación al desarrollo del país. Se debe notar también que "el haber sido destacado académicamente o como alumno" fue otra opción con algún grado de importancia.

Si se analizan las motivaciones que tienen los profesores para dedicarse a la docencia, según su grado académico, y examinando las dos alternativas que se destacan, se observa que la "vocación por la enseñanza" es la más marcada entre los docentes que tienen un grado académico superior a la licenciatura; mientras que el interés por transmitir conocimientos es más importante entre los profesores con licenciatura y especialización.

Si se consideran los años que tienen los profesores en la docencia en la Universidad Católica, la influencia del tiempo dedicado a la enseñanza no es tan determinante para sentirse motivados por la vocación. Al respecto se podría decir que ésta es el incentivo mayor, en gran parte de los docentes, independiente de la experiencia que se va adquiriendo a través de los años de ejercicio.

En cambio, el interés por transmitir conocimientos resalta entre los catedráticos que están menos tiempo dedicados a la cátedra, lo cual se explica porque evidentemente son en los primeros años de enseñanza en los que se tiene mayor motivación por enseñar lo que uno sabe.

Motivación para Enseñar en la Universidad Católica

El estímulo principal que señalan los profesores para ingresar a la docencia en la Universidad Católica, es el prestigio que otorga el ser catedrático de esta Universidad, como lo indica el 26.6% del total. Sin embargo, la vocación de educadores es otro motivo fundamental para inclinarse por la docencia universitaria en la UCB (16.1%), que conjuncionada con el estímulo intelectual y personal (9.5%) y aportar con conocimientos (13.1%), representan el 38% del total; confirmándose nuevamente que la vocación docente es el factor más fuerte.

A muchos profesores les interesa también trabajar en la UCB por el compromiso social con la Iglesia Católica (11.6%), siendo esta la razón para dictar clases en ella y no en otro establecimiento educativo. Esto es importante resaltar, porque muestra el interés por dar una formación no sólo académica sino también humana y comprometida con las enseñanzas del evangelio, permitiendo al estudiante una formación más integral y con gran contenido social.

Analizando el interés que impulsa a los docentes para enseñar en la UCB debido al prestigio y seriedad que la caracteriza, aquellos catedráticos con grado académico de licenciatura y especialización otorgan la mayor importancia a este factor; en cambio los que tienen el grado académico de doctorado, su deseo por dedicarse a enseñar en la Universidad Católica se refleja en la vocación.

En cuanto a los años de enseñanza en la UCB, el hecho de estar dedicado recientemente o tener ya muchos años en esta actividad, no es un factor relevante que explique las diferentes motivaciones que se tienen para ejercer la docencia.

Expectativas Futuras

Es interesante observar que el 97.5% de los catedráticos de la Universidad contemplan dentro de sus expectativas futuras continuar dedicados a la enseñanza. Las razones más frecuentes para dicha decisión se deben a que la docencia les permite mantenerse en constante actualización de conocimientos; así como la satisfacción personal que encuentran desempeñando esta actividad. Otro de los motivos que puede relacionarse con el anterior, es la vocación por la enseñanza, aunque este último refleja una convicción más marcada.

Se afirma que una ventaja de ser catedrático es la posibilidad de intercambiar información y experiencia trabajando en la Universidad; también por el beneficio que la cátedra otorga al permitir continuar dedicado a la investigación, desempeñando paralelamente sus labores profesionales.

De esta forma, los argumentos principales para la permanencia en la actividad académica, se resumen en dos: el primero referente a la vocación y satisfacción personal que encuentran los docentes al enseñar, y el segundo relacionado con el interés de dedicarse a la investigación, actualización y a la aplicación de nuevos conocimientos.

Por otra parte tan sólo el 2.5% de los catedráticos piensan abandonar en el futuro la enseñanza, aduciendo como motivo fundamental el exceso de trabajo que les impide continuar como docentes; aunque esto debería interpretarse más bien como una falta de afición para la enseñanza.

Aquellos docentes con especialización, es decir, sin grado de maestría o doctorado son los que en general fundamentarían sus expectativas futuras en los aspectos de carácter personal; mientras que el número más representativo de docentes con doctorado muestran su interés por la constante actualización de conocimientos.

Según los años de enseñanza, puede deducir que la satisfacción personal y la actualización de conocimientos, relacionadas con el interés particular, son más marcadas entre los primeros años de enseñanza; aunque la vocación en sí por enseñar se destaca entre los profesores cuya permanencia en la UCB es mayor a los seis años.

Interés para Continuar como Docente en la UCB

Respecto al interés que tienen los docentes para continuar dedicados a la enseñanza superior en la Universidad Católica, son tres los aspectos que resaltan en este sentido.

En primer lugar, reiterando opiniones anteriores, el prestigio y la satisfacción personal de formar parte de la planta de profesores de la Universidad, situación que hace notar el 16.6%; mostrando la importancia que tiene actualmente la UCB para mejorar su posición profesional, aspecto que también ya se lo consideró, puesto que trabajar en ella abre perspectivas para alcanzar situaciones mejores dado su prestigio en el ámbito universitario. En segundo lugar, se puede señalar como incentivo el aporte de conocimientos que realizan los docentes basándose en su experiencia; lo que muestra que una parte relativamente importante de profesores se consideran capacitados para continuar educando. En tercer lugar, el argumento para permanecer en la Universidad es la necesidad de educar cristianamente, que es también una forma de expresar su inquietud en la formación de los jóvenes, pero con la satisfacción de hacerlo en los términos que señala el evangelio.

En un segundo bloque de respuestas, se destacan, por una parte, el interés sólo de enseñar (10.1 %), y por otra, alcanzar a través de la cátedra el perfeccionamiento y la actualización de sus conocimientos (9.5%). Si bien anteriormente se observó una situación en la que también prevalecía el aspecto personal, al decir que la satisfacción y el prestigio de la Universidad son los factores importantes. En este bloque se observa nuevamente que es el interés personal el más significativo para prestar un servicio a la comunidad.

El grado académico no es muy determinante en el prestigio y la satisfacción personal, ya que las cuatro categorías tienen ponderaciones similares; pero influye en otras opiniones, por ejemplo los catedráticos con doctorado se encuentran mayormente interesados porque la enseñanza les permite aportar con su experiencia; mientras los que tienen maestría destacan su interés por la "investigación", ponderación más marcada en relación a los demás grados académicos.

De acuerdo a los años de enseñanza en la Universidad, mientras menor es el período de permanencia en la UCB, mayor es el interés de los docentes por ejercer en ella, debido al prestigio y la satisfacción personal.

Por otra parte, es significativa la ponderación elevada que le otorgan los docentes con más de diez años de servicio a la educación orientada al evangelio o como se dice "educar cristianamente". Llama la atención que a medida que se tiene más años de servicio en la Universidad, pareciera que se toma conciencia de que este tipo de educación es de gran importancia, ya que el porcentaje aumenta al pasar de una categoría a otra.

 

III. LA CATEDRA EN RELACION CON OTRAS ACTIVIDADES DEL DOCENTE

Relación entre la Cátedra y la Ocupación Principal.

La información recogida muestra que existe un alto grado de relación entre la actividad principal del profesor y el ejercicio de la docencia; el 90.5% de los catedráticos confirman la coincidencia entre ambas actividades, lo que no sorprende puesto que en nuestro medio la cátedra significa en la gran mayoría de los casos una actividad complementaria a su actividad profesional.

Esto significaría que al haber una fuerte y estrecha vinculación, el docente universitario se halla respaldado en su cátedra por la experiencia profesional, permitiendo el dictado de la misma dentro de una constante renovación y actualización de conocimientos, enriquecidos por la práctica y la aplicación a realidades concretas.

Lo expresado en párrafos anteriores se confirma ampliamente al detallar los aspectos de coincidencia que el docente encuentra entre su actividad profesional y su cátedra, al respecto se señalan cuatro puntos relevantes.

Por una parte la experiencia y conocimientos afines que alcanzan en su actividad profesional o en su ocupación actual, y que se proyectan en el ejercicio de su cátedra (32.7%). Por otra, se resalta la importancia de esta vinculación a través de la coincidencia entre la teoría y la práctica (29.4%), que es la demostración de la forma en que se dictan las clases, con un permanente interés por aplicar las distintas teorías a la realidad; para lo cual la actividad profesional coadyuva al cumplimiento de este propósito.

Sin embargo, hay también respuestas que muestran situaciones distintas, así por ejemplo, la inclinación de algunos profesores es sostener que la materia que enseñan es una base importante para el ejercicio de la profesión, significando que si bien no existe un vínculo directo entre lo que se enseña y lo que se practica en el trabajo, al dictar una materia troncal encuentran implícitamente esa relación.

Finalmente cuando se responde que el aspecto coincidente es la investigación y consultoría, se muestra también una relación, ya que al ejercer estas actividades como principales el profesor se habilita mejor para la docencia, tomando en cuenta la creación de nuevos conocimientos (investigación) y la aplicación a casos concretos de conocimientos ya adquiridos (consultoría).

Los años de enseñanza en la UCB determinan- en cierto modo la concentración en las respuestas; por ejemplo aquellos profesores que prestan sus servicios en la Universidad por más de diez años justifican su opinión por la experiencia y conocimientos afines que les permiten relacionar la cátedra con su actividad principal; mientras los que enseñan entre los seis y diez años resaltan en mayor grado la vinculación entre la teoría y la práctica.

 

IV. AMBIENTE EN EL QUE SE DESARROLLA LA ACTIVIDAD DOCENTE

Condiciones de Trabajo de acuerdo a las expectativas docentes

Haciendo referencia a las condiciones actuales sobre las que se desenvuelven los docentes, resaltan tres puntos de vista: uno, de duda por parte de los profesores al no afirmar concretamente si las condiciones en las que trabajan son las más convenientes (7.5%); y los otros dos referidos a una aceptación y a una inconformidad, cuyas ponderaciones representan al 46.2% respectivamente. Si se excluye a los del primer grupo, la mitad de los docentes estarían realizando sus actividades satisfactoriamente, acordes a las condiciones imperantes, y la otra mitad, opinaría que se deben mejorar algunos aspectos.

Si se desagregan las respuestas por grado académico no se encuentra una relación equivalente; en el grado de licenciatura los catedráticos que opinan estar conformes tienen una ponderación mayor que aquellos que piensan lo contrario; mientras que en los niveles de postgrado es más elevado el número de docentes que no están conformes con las condiciones de trabajo que prevalecen en la Universidad.

En el caso de los años de enseñanza y universidad de estudio, no existe un alto grado de influencia acerca de la conformidad o no de los docentes respecto a las condiciones en las que trabajan.

Justificando la opinión afirmativa respecto a qué las condiciones actuales llenan las expectativas de los catedráticos de la Universidad, se llegan a conclusiones interesantes cuando se examinan las razones que tienen para sostener esta afirmación.

Agrupando el porcentaje de profesores que respondieron simplemente "condiciones apropiadas" y aquellos que no dieron una razón específica, se tiene a una parte importante de profesores (52.9%) que mostrarían ausencia de argumentos sólidos para justificar su conformidad con las actuales condiciones, ó que más bien, sus expectativas no eran muy elevadas y por tanto sus respuestas se hallan enmarcadas a ellas.

Por otra parte, existe un 15.7% que atribuye a la buena organización, el aspecto que incide para la satisfacción de sus expectativas como docente; un 11.2% se inclina por el buen ambiente de estudio que prevalece entre los estudiantes y el 9% opinan que es el elevado nivel académico de la Universidad Católica . En proporciones menores se tiene la continuidad y seriedad en los estudios (5.6%) y las posibilidades adecuadas para difundir los conocimientos (5.6%).

Sin embargo todas estas respuestas no apuntan muy claramente respecto a una razón concreta expresada como fundamental.

Razones por las que no están Conformes

En el caso de los profesores que no están conformes con las condiciones de trabajo de acuerdo a sus expectativas, se destacan las razones vinculadas directamente con el ejercicio de la cátedra, como ser problemas de aulas (24.1%); cursos numerosos (9.8%); y limitaciones para dictar el curso (15.2%), referidas a la falta de ciertos servicios generales, laboratorios, y demás restricciones que se relacionan con el desenvolvimiento del curso.

Otros motivos para pensar que las condiciones son algo insatisfactorias de acuerdo a sus expectativas, son la falta de reconocimiento y apoyo de la Universidad (11.9%); revelando la importancia de tener muy en cuenta incentivos y estímulos para que los docentes sobrelleven las dificultades. Además, reflejaría que probablemente esperan recompensas, distintas a la mejora de salarios, aunque esto también es una manera de estimular el trabajo, pero no la única. Respecto a los salarios no satisfactorios, solamente existe un 8.7% de los docentes que lo atribuyen como razón para la insatisfacción de sus expectativas.

El problema de aulas, que es la argumentación con mayor concentración de las respuestas en el análisis global, se mantiene como la razón predominante, si se realiza el análisis considerando el grado académico, los años de servicio en la UCB, universidad y país de estudio, ninguna de ellas influye de manera particular para que este problema sea enfatizado en mayor o menor grado.

Problema Principal en la Cátedra.

Si se analizan los problemas que tiene el docente en el ejercicio de su cátedra, los relacionados a una infraestructura de aulas y servicios aparecen desagregados de la siguiente manera: cursos numerosos, 8%; falta de material y otros medios, 6%; ausencia de aulas adecuadas y laboratorios, 4.5%; falta de servicios generales y limpieza, 4%; y si a estas razones se le añaden también la ausencia de textos y libros en la biblioteca, 7.5%; se tiene que, comparando con lo que expresaba la inconformidad en las condiciones de trabajo de acuerdo a las expectativas, revela una diferencia que refleja una situación menos significativa. En otras palabras, quienes se inclinan en señalar que estas condiciones no son buenas y que esto se debe a la estructura de aulas y de servicios, son en realidad mucho menos.

Por otro lado, existen algunos problemas relacionados con los alumnos (19.1 %); en este sentido una parte de los profesores expresan que encuentran poca motivación en ellos para estudiar (10.6%); otra se refiere a la baja preparación académica que tienen los estudiantes al ingresar a su cátedra (5.5%); y finalmente está el bajo nivel de los alumnos al ingresar a la Universidad (3%).

Al analizar según el grado académico, es interesante observar que los docentes con doctorado son los que encuentran mayores dificultades en el desarrollo de sus cursos, particularmente resaltan la poca motivación en los alumnos (17%), el dictar clases en cursos numerosos (17%) y la ausencia de investigación en las materias (11%). Algo parecido se podría decir de los profesores con maestría; aunque ellos además de coincidir con los primeros dos problemas mencionados anteriormente (que representan al 23% de las respuestas) también incluyen dificultades que los docentes con doctorado no toman en cuenta, como son los casos de servicios generales (12%) y la mala preparación en los alumnos (11%).

Considerando los años de enseñanza en la UCB, se advierte que los docentes que encuentran más dificultades son aquellos que tienen una mayor permanencia en la Universidad; pareciera que en cierto modo estuvieran reflejando diferencias en comparación con años anteriores, cuando la Católica no había experimentado el crecimiento que alcanza en la actualidad.

Condiciones en que se desearía ejercer la Cátedra

Se analizaron también las condiciones, distintas a las actuales, en las cuales los docentes de la Universidad desearían trabajar de manera más conveniente. Se expresan diferentes opiniones respecto a este tema; destacándose que un 25.6%, es decir, aproximadamente la cuarta parte del total de profesores, no tendrían sugerencias respecto a otras condiciones en las que se sentirían mejor para dictar sus clases.

Otra cuarta parte, desearían trabajar en la Universidad como docentes a tiempo completo o medio tiempo (representando al 24.6% del total); y el 13.1 % como docente-investigador. En decir, el 37.7% de los catedráticos estarían dispuestos a convertir la docencia en su ocupación principal, lo que significa una cantidad importante de profesores dispuestos a implementar esta alternativa de trabajo, que contribuiría enormemente a mejorar los niveles de enseñanza en la Universidad.

Un 11.6% de los docentes desearía mejoras en cuanto a infraestructura, especialmente de aulas; reflejando que las actuales condiciones, pese a algunas dificultades que se presentan, no son tan perjudiciales para el cumplimiento de sus tareas. Si por otro lado se considera que 5% de profesores desearían alcanzar niveles económicos más altos, 3.5% buscan mayor seguridad o estabilidad en su trabajo y 3% preferirían dictar clases con cursos menos numerosos, se llega a una conclusión interesante, aproximadamente un 23.1% de profesores opinarían cambiar algunas situaciones actuales, para hacer más confortable la enseñanza en la Universidad.

En resumen, agrupando todas las respuestas, lo que se observa sería lo siguiente: conformes 25.6%, con mayor dedicación a la docencia 37.7%, y con observaciones 23.1%. De donde se deduce que los profesores con cátedra en la Universidad ejercen su labor en condiciones que, a su juicio, deberían mejorar en cuanto a la infraestructura de aulas, pero que en general las condiciones son aceptables; sugiriendo como algo fundamental tener la posibilidad de dedicar más tiempo a la actividad docente.

Es interesante observar, que los profesores con los más altos grados académicos como maestría y doctorado, están mayormente interesados en trabajar como docentes a tiempo completo o medio tiempo; esto pareciera estar fundamentado, tomando en cuenta el tiempo y el esfuerzo que demanda el hacer estudios de postgrado. Además se confirma lo señalado anteriormente cuando se hacía referencia a la incorporación de catedráticos, con calidad y nivel significativos dedicados exclusivamente a la docencia.

De acuerdo a los años de enseñanza en la UCB, se destacan también los profesores con más años de dedicación como los de mayor predisposición para desempeñar sus actividades docentes a tiempo completo o medio tiempo; reflejando que a medida que se encuentran más tiempo en la Universidad, tienen un mayor incentivo para dedicarse exclusivamente a la docencia.

Lo Sobresaliente en el "Medio Universitario"

Respecto a lo sobresaliente del medio en que los profesores desarrollan sus actividades, destacan en mayor proporción la buena organización académica dentro de la Universidad y la calidad de los docentes; reafirmándose con ello el alto grado de distinción que caracteriza a la UCB por su nivel y prestigio.

Por otra parte, un 15 % de los docentes resaltan como positivo el interés que muestran los estudiantes en el desarrollo de los cursos, lo cual se manifiesta por la buena predisposición y la motivación que tienen por superarse.

Otro porcentaje significativo de catedráticos destaca como positivo el ambiente favorable que existe en la Universidad para el estudio, así como para la investigación; el 51% restante de los catedráticos dieron diversas respuestas que no concentran niveles de significación importantes.

Como se dijo anteriormente, se destacan en mayor proporción la buena organización académica dentro de la Universidad y la calidad de los docentes, así como el interés que muestran los alumnos en el desarrollo de los cursos; esto se confirma si se observan las cifras según el grado académico y años de servicio en la UCB, donde no existe influencia muy marcada que hiciera variar las ponderaciones.

Aspectos que deberían mejorar en la Universidad Católica

Cuando se preguntó qué aspectos deberían mejorar en la Universidad, las respuestas que se encontraron fueron nuevamente relacionadas directamente con la cátedra, como son la infraestructura de aulas (15.1%), menor número de alumnos por curso (8.5%), servicios relacionados con la cátedra (8.5%), y servicios administrativos en general (15.6%). Esta coincidencia hace pensar nuevamente que estos problemas son los que deberían encontrar soluciones adecuadas, al ser señalados como los más significativos.

Sin embargo también se observan como aspectos que deben merecer atención, mejorar la programación académica, la coordinación entre docentes y la mayor reflexión en las cátedras; en este sentido un 15.1% se expresan de esta manera.

La dotación de aulas e infraestructura es el factor que los docentes con doctorado distinguen como el más importante; se reitera, por tanto, que debería tratarse con mayor atención, debido a que quienes tienen este grado, son profesionales con estudios en el exterior, donde la adecuada infraestructura es fundamental para garantizar un buen nivel de enseñanza.

Los años de servicio en la UCB no es una variable que influyó marcadamente en la opinión de los docentes; aunque la dotación de aulas e infraestructura es un aspecto que los catedráticos le asignan una menor ponderación a medida que permanecen más tiempo en la Universidad; por ejemplo los que están menos de un año se inclinan por esta opción en un grado mayor (23%), mientras aquellos que están por encima de los diez años le asignan un porcentaje más bajo (7%). Esta situación estaría reflejando que cuando ingresan a la Universidad a enseñar se ven más impactados por este problema, sin embargo al permanecer algunos años, el docente comprende que su solución requiere la confluencia de una serie de factores, y por tanto le asignan una menor importancia.

Es también interesante resaltar que docentes con más de diez años de servicio, por una parte, no dieron una respuesta al respecto (22%) y por otra, dispersaron sus respuestas, agrupadas en "otros" (24%); que en conjunto representan al 46% del total, expresando de alguna manera que cuanto más años están en la Universidad no advierten concretamente problemas que otros sí toman en cuenta.

 

V. RELACIONES DEL DOCENTE DENTRO DE LA UNIVERSIDAD

Pasos para Alcanzar la Docencia

En la mayoría de los casos, los catedráticos ingresan a la Universidad Católica por invitación de los Directores de Carrera (41.7%), demostrando el rol fundamental que desempeñan en la formación del plantel docente; por tanto, contar con catedráticos idóneos depende en gran parte del juicio y cuidado de ellos, quienes en última instancia se convierten en los responsables principales para mantener y mejorar la calidad de los docentes en la Universidad, aunque se debe tomar en cuenta que el Consejo de Carrera aprueba la programación académica y luego son las autoridades superiores que dan el visto bueno definitivo.

Otros medios importantes por los cuales los profesores ingresan a la UCB, son la presentación de curricula y posterior entrevista con el Director de la Carrera (21.1%) y solicitud a otras Autoridades de la Universidad (8.5%). En este sentido la iniciativa propia es también un factor que explica la incorporación de los profesores a la Universidad. Sin embargo se debe notar que el Director interviene también en estos casos, evaluando el curriculum del postulante para decidir si su incorporación a la carrera es conveniente.

El restante 32.7 % sigue otros pasos para ingresar al plantel docente. En unos casos, tener experiencia como docente en otras universidades fue el nexo que les permitió acceder a la Universidad; en otros, son invitados por las Autoridades de la UCB, quienes evalúan sus conocimientos, pero también sus posibilidades de contribución a los fines y propósitos de la misma.

En otros casos, lo que avaló su ingreso fue haber ejercido alguna ayudantía anteriormente, motivándolo a seguir adelante con su vocación a la enseñanza. Esto es importante porque el estudiante se abre camino en la actividad profesional al adquirir cierto grado de experiencia para ingresar al mercado de trabajo en mejores condiciones; haciendo que la Universidad pueda disponer desde niveles inferiores de capacitación y experiencia, con profesores formados en la propia Universidad y consiguientemente imbuidos de la filosofía de la misma. Finalmente están los profesores que comenzaron con una suplencia de cátedra, para luego convertirse en catedráticos de planta.

Los catedráticos con más de 10 años de servicio en la Universidad, al mostrar un porcentaje relativamente más bajo en comparación a las otras categorías, parecieran señalar que cuando ellos se iniciaron en la docencia la presentación del curriculum no constituía estrictamente una condición exigente, como sería el caso actualmente.

Relaciones entre Docentes

Aproximadamente el 36% de los docentes no mantienen relaciones entre ellos, o la relación que tienen es muy poco marcada. El restante 64% establece vínculos de diferente índole, resaltando particularmente las relaciones de amistad y de colaboración (26.6%), que añadidas al porcentaje de los profesores que destacan la existencia de "buenas relaciones", hacen un 36.7% del total; que no son vínculos estrictamente de carácter académico o de trabajo, sino más bien cordiales y referidos sobre todo a los aspectos sociales.

Las relaciones académicas, profesionales, de intercambio de información y conocimientos, y las de reuniones de trabajo y de coordinación, sólo alcanzan al 26.6 por ciento. Esto último muestra que en la Universidad no existen mecanismos que estimulen más las relaciones entre docentes, referidas directamente al desempeño de la cátedra.

Aunque se debe reconocer que esto se facilitaría si existieran profesores a tiempo completo y medio tiempo, puesto que actualmente el horario que dispone un profesor para dedicarlo a la Universidad es muy restringido y circunscrito al dictado de su materia o cátedra.

Relaciones con la Carrera

Se observa que mayoritariamente prevalecen estas relaciones de manera periódica (45.2%), y en menor grado de forma permanente (28.6%); vale decir, que cerca al 75 por ciento de los docentes de la Universidad mantienen un vinculo constante con la Carrera; significando que se encuentran actualizados en cuanto al desenvolvimiento de la misma; aspecto importante porque permite alcanzar uno de los propósitos que tiene la Universidad: hacer que profesores y alumnos se identifiquen con ella y se vean comprometidos con sus logros.

Respecto a la información más frecuente que reciben los docentes de parte de las Carreras, se podría decir que son las académicas las más importantes (52.8%); pero también existe un número considerable de docentes (34.7%) que reciben información tanto académica como de índole social y particular; confirmando que no sólo se establecen vínculos entre docentes y Carreras, sino que además se intercambian conocimientos e inquietudes sobre otros temas que no son estrictamente de carácter académico.

Se advierte también que la mayor frecuencia con la que se transmite la información es mensualmente (30.2%) y en menor grado cada quince días (19.1%); reforzando, en este sentido, el concepto referido al grado de relación que existe entre la Carrera y sus catedráticos.

En cuanto al tipo de información que proporciona el profesor a la Carrera, resaltan varias alternativas, referidas en general a aspectos exclusivamente relacionados con la información de tipo académica.

 

VI. EL DOCENTE FRENTE A LA EDUCACION SUPERIOR

Aspectos Negativos de la Educación Superior en Bolivia

Existen dos aspectos negativos que los docentes de la Universidad destacan en mayor grado; uno se refiere a la mala administración en la educación superior (16.1 %), reflejando deficiencias en la calidad de la educación y en la capacitación de los estudiantes; y el otro, es la falta de incentivos para la investigación, y consecuentemente la ausencia de la aplicación teórica (15.1%). En este sentido, se diría que no existe un adecuado nivel de exigencia en los propios profesores para que los alumnos se dediquen a la investigación; resultado de que el medio en sí no motiva esta tarea, lo cual limita fundamentalmente la aplicación de los conocimientos adquiridos al entorno de la realidad.

Esto guarda relación con el porcentaje de profesores (9.5%) que opinan sobre la inadecuada formación de los profesionales para incorporarse al mercado laboral; lo que se refleja en el 24.5% del total, que perciben una capacitación en la educación superior parcialmente teórica y además enmarcada en una escasa recepción de la enseñanza.

Por otra parte, si se toman exclusivamente las respuestas relacionadas con el nivel académico en la educación superior, se tiene al 39.5% de los catedráticos que se refieren a esto, y cuyas razones son las siguientes: ausencia de motivación y preparación de los estudiantes, aspectos relacionados directamente con la cátedra, desactualización de materias y curricula, bajo nivel de los bachilleres e incertidumbre respecto a la capacidad de los egresados.

Los docentes con doctorado consideran como el aspecto negativo fundamental en la educación superior, la falta de investigación y la poca aplicación de la teoría, opinión que es mayoritaria no sólo dentro de su propia categoría sino también en los demás grados académicos; aspecto que debería ser superado dentro de los próximos años mediante políticas concretas que incentiven la vinculación entre la docencia y la investigación.

También es interesante notar que la desactualización de curricula y materias, ausencia de preparación de los estudiantes, aspectos relacionados directamente con los docentes y el bajo nivel de los bachilleres, son aspectos negativos que los catedráticos con doctorado no les atribuyen ninguna importancia. Se podría asumir que esto se debe a que en la generalidad de los casos estos profesores dictan materias más específicas y en niveles muy altos, por lo que no se preocupan tanto como los demás de éstos problemas, puesto que llegan solamente a sus cursos estudiantes con mejor preparación.

Los años de enseñanza en al UCB no es un factor que influye en los diferentes aspectos negativos de la educación superior; por ejemplo la falta de investigación y la mala administración tienen ponderaciones distintas en las cuatro categorías, sin encontrar una relación directa entre más años de servicio y mayor influencia o viceversa.

Problema Fundamental en la Educación Superior

Analizando el problema fundamental que tiene nuestra educación superior, las respuestas encontradas son coincidentes con las señaladas en el punto anterior. Resaltando con el mayor porcentaje la improvisación en la cátedra y la ausencia de catedráticos a tiempo completo (12.1%); problema estrechamente relacionado con la falta de investigación, alternativa que se presenta como la segunda ponderación (11.1%). En este sentido, el 23.2% de los profesores encuentran como problema fundamental la falta de investigación, que podría ser incentivada con la dedicación exclusiva a la docencia.

Por otra parte, problemas referidos a la falta de organización, control y planificación en la educación superior representan el 10.6% del total, que añadidos a aquellos de politización (6.5%) y masificación (2.5%); hacen un total de 19.6%; significando que las deficiencias respecto a la administración y la ausencia de políticas de regulación en las universidades provoquen, por un lado, que la educación se vuelva extremadamente politizada, y por otro, que se deteriore la calidad de la misma.

También se debe resaltar que la concentración de las respuestas referidas a problemas relacionados con el nivel académico en la educación superior, alcanzan al 30.1 % del total, desagregados de la siguiente manera: formación de profesionales no adecuados al mercado de trabajo (9.5%), falta de actualización y especialización de conocimientos (5.5%), bajo nivel de los bachilleres (5%), poca exigencia a la reflexión de los alumnos (4%) y bajo nivel académico en general (7%).

Mejoras en la Educación Superior

Frente a los diversos problemas que tiene la educación superior en el país, se indagó sobre las posibles alternativas para mejorar tal situación.

La opción con la mayor inclinación de las respuestas se refiere a la capacitación de los docentes (13.6%); buscándola a través de asistencias a seminarios, cursos, reuniones, etc; permitiéndoles ampliar sus conocimientos y mantenerlos actualizados con el avance de la ciencia y la realidad.

Orientar la educación a la búsqueda de la calidad y excelencia académicas, se refieren el 11.6% de los catedráticos; esto significa que la educación superior debería contar con profesionales competitivos y con un nivel académico elevado, que permitan su incorporación en el mercado laboral para beneficio del país. Los docentes que se inclinan por la orientación al conocimiento de la realidad nacional, como alternativa para mejorar la educación superior, alcanzan al 10.1%; reflejando una opinión crítica a la formación básicamente teórica que se tiene en las universidades, lo cual conduce a que el profesional cuando se incorpora a la actividad laboral, se enfrente con dificultades al poner en práctica sus conocimientos. La opciones referidas a la actualización de conocimientos, al incentivo que se debe dar para la realización de cursos de especialización (maestría, doctorado, postgrado, etc) y la de contar con profesores a tiempo completo, que hacen en conjunto un 15% reflejan una opinión de reafirmación nuevamente de la necesidad de motivar la investigación como mecanismo para superar las deficiencias en la educación superior.

Los aspectos para mejorar las condiciones estructurales de la educación en el país, alcanzan al 30.5%, y son: incorporar la evaluación a los alumnos en base a trabajos de investigación; reestructurar el sistema educativo, es decir, coordinar y revisar programas curriculares; impartir una política cultural-educativa, donde se concientice al estudiante de su propia realidad y de las mejoras que se requieren para salir adelante; mejorar el régimen de regulación y control universitario; y finalmente, incorporar una evaluación a los bachilleres para exigir un buen rendimiento en la universidad.

Las mejoras en la educación superior, analizadas por el grado académico revelan que docentes con licenciatura opinan que para lograr esto se debe impartir una política cultural-educativa y capacitar al docente.

En el caso de los docentes con especialización es también la capacitación lo que sobresale, sin embargo se observa además una fuerte tendencia de contar con una investigación actualizada. Aquellos con grados de maestría y doctorado destacan principalmente la calidad y la excelencia académicas. Y los docentes con doctorado resaltan la coordinación y revisión de los programas de estudio y mejorar la regulación, control y planificación de las universidades, como los aspectos que deberían mejorar.

En cuanto a los años de enseñanza y su grado de influencia sobre la opinión de los docentes, se podría decir que los profesores con más años de servicio manifiestan claramente su preferencia por mejorar la capacitación y la investigación, caso de catedráticos con 6 a 10 años; e implantar los tiempos completos y orientar la profesión a la realidad nacional, aquellos que tienen más de 10 años. La situación es algo distinta si se consideran a los docentes que no tienen todavía un año, manifestando su preferencia hacia la capacitación de los docentes; en cambio los que están entre dos y cinco años, se inclinan por mejorar prioritariamente la calidad y la excelencia académica.

 

VII. EL DOCENTE Y LA INVESTIGACIÓN

La Investigación dentro de la Cátedra

Respecto a si el profesor piensa, de acuerdo a la naturaleza de la materia que dicta, si es importante realizar investigación en forma paralela a la cátedra, se encontró un 88.4% de respuestas afirmativas, un 5% de profesores que no dieron una respuesta y un 6.5% que encuentran no importante tal relación.

La investigación paralela a la cátedra resulta de gran importancia para los docentes que enseñan en la Universidad, lo que se reafirma ampliamente si se toman en cuenta las variables grado académico, universidad donde estudio, país de estudio y años de servicio en la docencia; es decir, que no importa cual condición del docente se considere, la opinión sobre el alto significado de la investigación no varía.

Implementación de la Investigación

En el capítulo anterior se encontró como uno de los problemas fundamentales en la educación superior, la ausencia de incentivos para realizar investigación y lograr una aplicación práctica de los conocimientos, alternativa que concentraba cerca al 15% de las respuestas.

Se pueden rescatar tres aspectos principales sobre este tema; el primero referido a la manera en que debería incentivarse la investigación en los estudiantes, el segundo relacionado con una participación más activa por parte de los docentes, y el último, en motivar la competitividad en los profesionales del país.

Las opciones referidas al incentivo en los estudiantes concentra al 34.7% de las respuestas, donde además se encuentran las dos alternativas que alcanzan una mayoría relativa entre los profesores: incorporar en la evaluación de los alumnos trabajos de investigación, logrando con esto que los estudiantes relacionen más la teoría con la práctica (12.6%) y organizar grupos de trabajo donde se realicen estudios de investigación (10.1%).

Las otras formas con las que se puede motivar la investigación en los estudiantes se refieren a realizar proyectos de investigación, promover la lectura de textos y documentos, hacer que los alumnos conozcan la realidad e incorporar la realización de prácticas en empresas e instituciones.

Respecto a lograr una participación más activa de los catedráticos para promover los estudios de investigación, contar con catedráticos a tiempo completo es una alternativa significativa, al igual que el hecho de reforzar los programas de estudio para incorporar una mayor base investigativa; también se presenta como un mecanismo, aunque en menor grado, la obligatoriedad en los profesores de realizar publicaciones; y finalmente, la motivación en general que se le puede brindar al docente. Todas estas alternativas representan el 27.5% del total de las respuestas.

Los aspectos relacionados con el incentivo a los catedráticos en el campo competitivo alcanzan solamente al 7% y se refieren a promover el intercambio entre universidades (nacionales y extranjeras), a la organización de talleres y seminarios, la creación de centros de excelencia que refuercen la calidad académica y finalmente la realización de cursos de postgrado y especialización.

Se debe resaltar que el 23.6% de los profesores no dieron una opinión, aspecto que resulta inquietante por ser la ponderación relativa más elevada; mientras que el restante 7.5% se desagrega en dos opciones: la necesidad de contar con una biblioteca especializada y la importancia de apoyar la investigación con recursos económicos.

Sugerencias de los Docentes para realizar Investigación en la UCB

Se rescatan las sugerencias de mayor significación, donde claramente se observa que la organización de grupos de trabajo bajo la supervisión de personas capacitadas en las tareas de investigación, y la creación de unidades específicas de investigación, son alternativas directamente relacionadas y que alcanzan las mayores ponderaciones relativas, que tomadas como una misma opción representan el 28.7% del total de respuestas.

Lo anterior significaría un incentivo directo para realizar investigación, no solamente porque se contaría con una base de apoyo donde se conjuncionarían personas capacitadas y espacios con un fin específico que sería la investigación, sino que además permitiría el desarrollo y la aplicación de los conocimientos con un fundamento científico y adecuado a la realidad; que en términos muy generales es lo que Bolivia necesita para "crecer".

El 16% de los profesores de la Universidad plantea, como una opción importante para incentivar la investigación en la Universidad, su incorporación dentro de la cátedra a través de dos mecanismos, que en general, se refieren al mismo punto: primero, que debería dedicarse a la investigación una parte de la carga horaria, y segundo, adecuarla según el tipo de materia y dependiendo de la carrera en que se dicte el curso. De esta manera, se incorporarían los trabajos y estudios de investigación en la evaluación académica.

Los mecanismos que se relacionan con incentivos que se deben dar a los docentes de la Universidad, alcanzan al 18% del total y se distribuyen de la siguiente manera: apoyar a los catedráticos en la realización de investigaciones con recursos económicos (8.5%), contar con docentes a tiempo completo (5.5%), dotarles de una biblioteca especializada y actualizada (2%), y capacitación en general (2%).

Nuevamente existe un alto porcentaje de profesores que no dieron una opinión sobre el tema, 16.6%, aunque ésta ponderación resulta menor al número de catedráticos que no contestaron sobre la manera en que debería implementarse la tarea de investigación.

Si se toma en cuenta el grado académico, aquellos que tienen doctorado sostienen que deberían crearse unidades específicas para motivar la investigación (33%), opinión que se presenta también en el caso de los que tienen maestría, aunque en menor medida. Es decir que esta opción gana terreno en los docentes con el más alto grado académico; en cambio los que tienen la licenciatura sugieren la organización de grupos de trabajo para llevar adelante las tareas de investigación.

Los que tienen más de diez años de enseñanza, piensan que apoyando a los docentes económicamente se podría lograr incentivar la investigación dentro de la Universidad, en este sentido se pronuncia el 30 por ciento de ellos. También, aunque no muy determinantemente, estos profesores sugieren que se deben crear unidades específicas de investigación para alcanzar el mismo propósito; en menores proporciones piensan de esta manera aquellos que tienen menos años de enseñanza, entre 2 y 5, y entre 6 y 10 años. La organización de grupos de trabajo es la sugerencia más frecuente entre los docentes con menos de un año en el ejercicio de la enseñanza.

Obstáculos para realizar Publicaciones

El 27.1% de los profesores no encuentran ningún obstáculo para realizar publicaciones; este hecho podría interpretarse, tal vez, como una falta de interés de los docentes para elaborar algún tipo de trabajo. Los catedráticos que atraviesan con dificultades para realizar publicaciones, representan en cambio el 58.6% del total, argumentando como un obstáculo principal la falta de tiempo (24.1 %), esto querría decir que si bien existe interés por hacerlo, sus actividades cotidianas no les permiten.

Las demás opiniones no inciden significativamente en la ponderación anterior, aunque resulta interesante conocer que como dificultades sobresalen la poca importancia e interés que demuestran las personas por leer las publicaciones (6%), por lo que disminuye la motivación en los docentes para escribir y proyectar sus ideas, y la ausencia de datos sistematizados y actualizados (5.5%), que dificulta la obtención de información para realizar este tipo de trabajos.

De acuerdo al grado académico de los docentes, el obstáculo mayor que señalan los que tienen doctorado es la falta de tiempo; en cambio aquellos con maestría le asignan una participación elevada a la ausencia de información sistematizada.

La falta de tiempo para realizar publicaciones se hace más importante a medida que los docentes permanecen mayor tiempo enseñando en la UCB; por ejemplo, en aquellos que están más de diez años, esta respuesta concentra al 37% del total, mientras en los que se iniciaron recientemente en la actividad docente, solo al 21%.

 

VIII. LA PEDAGOGIA DENTRO DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA

Modalidades de Evaluar el Rendimiento de los Alumnos

La mayor parte de los catedráticos prefiere utilizar la evaluación escrita (20.6 %) como instrumento para medir el rendimiento de los alumnos; otro método también señalado es la elaboración de trabajos prácticos durante el semestre (14.6%), que posibilite poner en práctica lo estudiado e incentive para iniciarse y lograr experiencia en labores de investigación. Un trabajo práctico es más enriquecedor cuando el estudiante puede aportar algo más de lo aprendido en aulas.

Los controles de lectura (13.6 %) constituyen otra forma de calificación del rendimiento académico que complementan los temas estudiados en clase y posibilitan al estudiante tener una visión más amplia y profunda de los mismos. También se señala la evaluación oral, tanto en forma de examen (13.6%) como en exposiciones (6.5%); sin embargo, esta no es una práctica muy frecuente en la Universidad, donde más bien existe preferencia por diferentes modalidades de carácter escrito. No debe perderse de vista que muchas veces el docente podría estar inclinado por algún tipo de evaluación concreta, que por diversas razones se ve limitado de realizarla; como por ejemplo, el examen oral, que muchas veces no se lo considera por el número de alumnos o por la escasa disponibilidad de tiempo.

Otra parte de profesores, relativamente importante (15.1 %), utilizan métodos de evaluación combinados; que pareciera ser la alternativa de evaluación más adecuada a las naturaleza y exigencias de cada materia.

Los docentes con licenciatura prefieren evaluar a los alumnos a través de exámenes orales y escritos, mientras aquellos con especialización y maestría se inclinan por los exámenes escritos, representando al 24% y 25% respectivamente. El caso de los docentes con doctorado es algo diferente a los anteriores, puesto que encuentran como mejor modalidad de evaluación la participación en clases de los alumnos (33%) y en menor grado la realización de trabajos prácticos (22%); este hecho podría explicarse porque en su generalidad los profesionales con doctorado dictan clases en cursos superiores, con menor número de alumnos, facilitando la participación activa de ellos.

Los años de enseñanza en la UCB no es una variable que influya en las diversas respuestas de los docentes; por ejemplo, aquellos entre los dos y diez años de servicio encuentran en la evaluación escrita una mejor opción, los que están enseñando recientemente prefieren la participación en clases y el examen oral; mientras los profesores con una mayor experiencia en la Universidad se inclinan por la realización de trabajos prácticos.

Importancia de los Controles de Lectura

El 17.6% de los catedráticos incorpora, en menor medida, controles de lectura en su calificación; un 14.1% lo emplean de manera más frecuente, mientras que el 12% lo utilizan permanentemente, puesto que creen necesario hacerlo para medir mejor el rendimiento de sus alumnos. El 4.5% de los docentes toman por lo menos un control de lectura a la semana, un mayor porcentaje (6%) lo hacen de manera mensual; existiendo algunos que no precisan la fecha y lo hacen dependiendo del desarrollo de la materia y de la motivación del estudiante para ampliar sus propios conocimientos.

Si se agrupa el porcentaje de docentes que estarían incorporando controles de lectura con mayor intensidad que otros, se tendría al 31.2% del total de catedráticos que utilizan esta forma de evaluación en buena medida, permanentemente y cada semana.

Por el contrario, el 22.1% no los utiliza en su método de enseñanza, lo que puede atribuirse a que dictan materias cuantitativas, talleres u otros cursos de carácter más práctico que teórico, en los que normalmente no corresponde este tipo de evaluación.

Cursos de Pedagogía.

La mayor parte de los catedráticos que enseñan en la Universidad (57.3%), señalan haber tomado al menos un curso de pedagogía, aspecto muy importante que permite a los profesores adquirir un mayor número de herramientas para transmitir sus conocimientos de mejor forma y principalmente permitiendo la comprensión del alumno. En contraste, otro porcentaje también elevado de docentes (42.2%), no han participado nunca en un curso de capacitación en esta área. Lo que determina muchas veces que siendo profesionales capaces, no permiten al alumno obtener el mayor provecho de sus conocimientos, por falta de un método de enseñanza o de una adecuada pedagogía.

Los docentes con estudios de maestría son aquellos que en menor grado han realizado cursos de pedagogía, seguidos por los profesionales con doctorado; es decir, los profesores de la UCB que tienen los dos grados más altos de estudio han realizado estos cursos en menor medida que aquellos que tienen especialización o únicamente licenciatura.

La utilidad de los cursos de capacitación tiene acogida entre los profesores de la Universidad, lo que se confirma por las respuestas categóricas a favor de estos cursos (74.9 %), otras manifiestan que sólo son parcialmente útiles aunque también son favorables a ellos (8.5%). Los profesores que no creen en la utilidad de estos cursos representan tan solo el 4.5 % del total. Sin embargo también se debe considerar a los catedráticos que no respondieron esta pregunta que equivalen al 12.1% .

Evaluación al Catedrático

La mayoría de los catedráticos coinciden en que el mejor sistema para evaluarlo es a través de la opinión de los alumnos que cursan su materia, alternativa respaldada por el 33.2 % del total. Otros creen que el mejor método para su evaluación, es el rendimiento y aprovechamiento de sus propios alumnos (16.6%). El restante 46.2 por ciento tiene diversas respuestas, mientras que el 5 por ciento se abstuvieron de contestar la pregunta.

Analizando por el grado académico resulta interesante observar como los profesores con los dos grados de estudio más altos, incorporan dentro de sus opiniones la realización de investigaciones de los catedráticos, es decir, no solo se inclinan por la opinión de los alumnos y por el rendimiento del curso, sino que además creen que es importante incluir los aspectos relacionados con la investigación.

Respecto a los años de enseñanza en la UCB, se observa que a medida que están más tiempo en ella encuentran en la investigación una alternativa significativa para evaluar al catedrático; por ejemplo, los que están menos de un año en la Universidad no le asignan ninguna importancia a esta alternativa, mientras los que están educando por más de diez años, le asignan una ponderación mayor que en las otras categorías (19%).

 

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