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Revista Ciencia y Cultura

versión impresa ISSN 2077-3323

Rev Cien Cult  n.1 La Paz jun. 1997

 

Artículos y Estudios

 

UN ORDEN INTERNACIONAL EMERGENTE

 

 

Windsor Hernani Limarino

Windsor Hernany Limarino es Master en Ciencias del Desarrollo con Mención en Relaciones Internacionales. Catedrático en la Carrera de Derecho de Derecho Constitucional y Nuevo Orden Internacional en la Universidad Católica Boliviana.

 

 


Los últimos años serán recordados en la historia del mundo como una época de espectaculares transformaciones económicas, políticas y de relaciones internacionales. Sin duda alguna, la década pasada determinó la caída de un orden internacional caracterizado como un sistema bipolar flexible1 bajo el liderazgo de los Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas y cuyo equilibrio tuvo su relativo éxito a través del método de la disuación, por medio de la amenaza nuclear, mecanismo que logró atemperar el comportamiento de dominación de ambas superpotencias, pero a su vez nos acercó al borde mismo de la guerra nuclear.

La caída del muro de Berlín marcó el fin de la guerra fría y ante todo la desaparición de la amenaza de una confrontación global, que había demostrado ser un equilibrio bastante eficaz, pero también una empresa arriesgada y costosa. Tal vez el costo que pagó la URSS fue dejar de atender con eficiencia problemas elementales de satisfacción de necesidades, que desembocó en severos desajustes sociales internos y determinó su posterior caída. De igual forma, los Estados Unidos cayó en una situación económica prácticamente estática, postergando su atención a problemas económicos con tal de armarse, mientras otros países lograron avances sin paralelo.

Si bien en lo económico el gasto conjunto en la carrera armamentista alcanzó 500.000 millones de dólares año, las pérdidas son aún mayores visto desde el punto social y las necesidades que dejaron de ser atendidas en pos del poder militar.

 

Hacia un Equilibrio Multipolar

En este proceso hay quienes piensan que triunfaron unos y perdieron otros, esta conclusión parece ser excesivamente simplista y no acorde a la realidad, es más, tal interpretación incluso podría ser peligrosa ya que significaría que el vencedor tendría derecho de dictar condiciones, en cuyo caso el nuevo orden internacional se caracterizaría por un sistema hegemónico de directrices norte americanas.

Creo más en un orden internacional emergente alrededor de cinco actores internacionales esenciales: los Estados Unidos, Japón, China, Rusia y Alemania. El consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debería ser un reflejo de esta nueva coalición central; sin embargo, la escasa concertación y ambiciones desmedidas transforman la situación actual en precaria e invalida la posibilidad de una coalición central que rija los destinos mundiales, mediante la consulta diplomática de estas potencias.

A Estados Unidos vemos como un país caracterizado por severos desajustes internos de tipo social y económico, problemas reflejados en el creciente nivel de desocupación y el alto endeudamiento externo que lo coloca como principal deudor del mundo. En contrapartida, está su amplio poderío militar que impone respeto a ajenos.

Japón ha logrado un singular desarrollo económico, característica que ha permitido adquirir una preponderancia decisiva en el ámbito de las decisiones internacionales, aún siendo militarmente débil. De igual manera China, ha mantenido altas tasas de crecimiento económico y paralelamente ha alcanzado un poderío militar de características nucleares.

La principal incertidumbre se cierne en torno a la antigua Unión Soviética, que ha pasado de un régimen socialista de economía planificada, hacia la democracia y la economía de mercado, paradigmas vistos como la solución a sus problemas. Sin embargo, la mayoría de la antigua élite dirigente soviética, encuentra muy difícil aceptar la desintegración del imperio. A esto se suma profundas crisis económicas y actitudes independentistas en alguna de las doce ex-repúblicas soviéticas, que hacen de la Unión de Repúblicas Independientes una nación demasiado maltrecha, planteando la interrogante si será posible mantener esta región como una sola unidad política internacional.

Por último está Alemania Unida, que ve en el proceso de integración de la unión Europea el mecanismo adecuado para ampliar y profundizar su desarrollo. Sin embargo y en forma paradójica surge la posibilidad, que el avance hacia una mayor unidad política, pueda agravar sentimientos nacionalistas sectarios y étnicos.

Esta evolución, permite prever que en manos de estos cinco actores internacionales se encuentra el reto de construir un nuevo orden internacional, caracterizado por un sistema complejo de relaciones y un virtual acuerdo ideológico en torno a democracia como factor político; libre mercado en lo económico; respecto a las civilizaciones, en lo cultural; y preservación del medio ambiente en lo ecológico.

 

* Democracia

Uno de los mayores éxitos, aparentes del nuevo orden internacional es la creencia que la democracia es el mejor régimen político, condición indispensable que todos los países deben cumplir para lograr estabilidad, paz, y desarrollo. La democracia es entendida como la elección libre y transparente de los gobiernos y el derecho de todos los ciudadanos de participar en la toma de decisiones, demostrando con ello ser el único régimen político que garantiza las libertades individuales, el estado de derecho y a la vez salvaguardia la diversidad cultural, el pluralismo, y el respeto a los derechos de las minorías; en definitiva garantiza una convivencia pacífica.

Si bien es evidente que se requiere de un juicio más cualitativo a fin de evaluar una real democracia, también no es menos cierto que elecciones libres, sistemas políticos multipartidistas, libertad de prensa, adhesión al estado de derecho y garantía a la libre expresión, nos acercan más a un mejor perfeccionamiento de este régimen político.

Por eso el fortalecimiento, el ejercicio efectivo y la consolidación de la democracia, constituyen la prioridad política fundamental dentro del orden internacional emergente.

* Derechos Humanos

Los derechos y libertades individuales son, ahora más que nunca, una fuerza vital en la vida de cada país y un desafío de las organizaciones internacionales. Ahora ellos, no son solamente un valor universal, sino más bien un criterio para medir los avances de todo sistema sociopolítico organizado.

No cabe duda que se han alcanzado logros considerables en materia de derechos humanos, pero aún subsisten importantes vacíos en su instrumentación, por eso sería peligroso pensar que se trata de la victoria absoluta de estos valores, cuando en los hechos sólo existe las condiciones necesarias para mejorarlos.

* Economía de Libre Mercado, Regionalización y Globalización

Algunos de los cambios profundos ocurridos en el escenario internacional son netamente económicos y han contribuido a conformar un nuevo contexto económico internacional.

Hoy en día las relaciones económicas internacionales se caracterizan por la desaparición de la economía planificada, la tendencia favorable del libre mercado y la intensificación de los procesos de integración. Prueba de ello, es que la mayoría de los países han aceptado implementar modelos económicos basados en la libre oferta y demanda, y una apertura externa hacia mercados internacionales.

Estas estrategias determinan la enorme preponderancia de la política económica internacional, que ha llevado a los países a una interrelación muy dinámica, fruto de las relaciones comerciales; y a promover diversos mecanismos de integración que posibiliten un mayor intercambio. Prueba de ello es la integración regional, que abre la posibilidad de un eventual mundo de bloques económicos como un contexto internacional factible de prevalecer alrededor de tres países.

El primero lideriza Estados Unidos, y tiene como punto de partida el Tratado de Libre Comercio (TLC) suscrito con Canadá y México. Sin embargo, la tendencia natural sería de aglutinar a gran parte de los países latinoamericanos y centroamericanos, propuesta que tiende a convertirse en realidad en el año 2005, cuando concluyan las negociaciones del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), estableciendo una zona de libre comercio desde Alaska hasta Tierra de Fuego. En la actualidad Estados Unidos, Canadá y México alcanzan un PIB de 5.962,4 billones de dólares y una población de 356,5 millones de habitantes, y un PIB percápita de 16.724 dólares año. A esto se sumaría América Latina y Centro América con un PIB de 974,6 billones de dólares, una población de 427,8 millones y un PIB percápita de 2.278 dólares año.

El otro bloque hegemoniza Alemania, que en los hechos ha avanzado junto con otros países hacia la consolidación de la Unión Europea, alcanzando un PIB de 5.995,9 billones de dólares, una población de 344 millones de habitantes y un PIB percápita de 17.430 dólares año.

El tercer bloque es hegemonizado por Japón que aglutina a gran parte del Continente Asiático, particularmente del sudeste asiático; abarca una población de 197,3 millones de habitantes, un PIB de 3.419,9 billones de dólares y un PIB por habitante de 17.335 dólares año3.

Dicho de otro modo, se prevé la tendencia casi irreversible hacia la regionalización y por ende la alineación de todos los países a un bloque económico, lo contrario implicaría dificultades en la inserción internacional y un total marginamiento de la economía mundial.

El gran dilema que se presenta en este eventual mundo de bloques es, si esto conducirá a una mayor integración o a una mayor fragmentación del desarrollo económico, abriendo además la posibilidad de una guerra comercial entre bloques que puede producir un juego de suma negativa donde los principales perdedores serian los países en desarrollo.

Los más optimistas, apuestan al establecimiento de un amplio sistema de comercio internacional, un mercado global, en cuyo caso la regionalización sería solo un paso más para el establecimiento de un sistema multilateral bajo la dirección de la Organización Mundial del Comercio.

El fenómeno de la globalización apoyaría esta predicción porque parecería que el mundo se apresta a incursionar en esta dinámica en el siglo XXI. Sin duda alguna, esta tendencia se debe a los cambios geopolíticos y económicos ocurridos, que además fueron catalizados por el papel protagónico del desarrollo científico y tecnológico.

* Medio Ambiente

Al tema económico han comenzado a vincularse formalmente los temas de medio ambiente y preservación ecológica. La preocupación por el deterioro ambiental y el eventual agotamiento de algunos recursos, es un tema de relevancia en la agenda internacional, que anteriormente no contaba con los medios suficientes como para "darse el lujo" de preocuparse de ellos.

Su trascendencia se debe al reconocimiento explícito de la comunidad internacional al impacto global de los problemas ambientales, de hecho, muchas regiones ahora son consideradas como una reserva vital4 para el planeta y por lo tanto no solo un mero tema de política internacional, sino nada menos que de seguridad global.

Ante esta problemática surge la posibilidad del establecimiento de propiedades comunes globales, que plantean un tipo diferente de problemas: el primero ligado al concepto de soberanía y el segundo al establecimiento de la responsabilidad por el daño causado.

Por lo tanto, la consecución de resultados favorables implica acciones globales por parte de la comunidad internacional basada en una estrategia cooperativa que pasa indudablemente por una transferencia financiera y una reasignación internacional de responsabilidades.

 

Principales Amenazas al Orden Internacional

Subdesarrollo

El factor desestabilizador más peligroso del proceso de implantación de un nuevo orden internacional no pasa por las relaciones militares, sino más bien por el terrible desequilibrio en el desarrollo económico y social.

La relación militar Este-Oeste, que causó tantos rompecabezas en la política internacional, se transforma cada vez más en la relación Norte-Sur, ya que esta fórmula expresa el punto esencial del problema que pesará más sobre las relaciones internacionales.

La realidad establece que "alrededor de 1.000 millones de habitantes del mundo en desarrollo están viviendo en condiciones de pobreza extrema y luchan por sobrevivir con ingresos de menos de 370 dólares año. A esto se suma una esperanza de vida promedio de 50 años, cuando en el Japón es de casi 80 años; una mortalidad en la niñez que supera 170 muertos por mil y más, 110 millones de niños que no tienen acceso ni siquiera a la educación primaria"5, condiciones inaceptables en el mundo de hoy.

Si no se encuentra un método adecuado para amortiguar y equilibrar estas contradicciones cada vez más profundas entre los países desarrollados y los subdesarrollados, ello perjudicaría sensiblemente al establecimiento de un orden internacional.

Por eso, uno de los retos más importantes de esta época consiste en aprovechar las posibilidades que se presentan para acometer colectivamente en un ámbito de cooperación al problema llamado subdesarrollo.

Choque Civilizacional

Una de las más interesantes tesis sobre las posibles fuentes de conflicto en este nuevo orden internacional es la planteada por Samuel Hantington, sobre el "Choque de Civilizaciones".

En ella, él establece que la raíz dominante del conflicto, será de tipo cultural, trasladando las antiguas disputas ideológicas, socialismo versus capitalismo a un conflicto civilizacional, derivado de la diversidad de naciones y grupos étnicos que conviven al interior de un mundo cada vez más pequeño.

El punto de partida se origina en fenómenos como la globalización y la regionalización que han convertido el mundo en una "Aldea Global", es decir, un alto grado de interdependencia e interacción entre pueblos de diferentes civilizaciones.

Este choque cultural origina una rebrote de la conciencia civilizatoria debido a las diferencias existentes originadas por la historia, el idioma, la cultura, la tradición y la más importante, la religión. Generando divergentes puntos de vista sobre las relaciones entre el hombre y Dios, el individuo y el grupo, el ciudadano y el estado.

Son estas diferencias que abren la posibilidad de un alto riesgo y que debilitan al Estado Nación, como fuente de identidad. Es más, promueven movimientos fundamentalistas nacionales sectarios y étnicos donde el mundo se podría ver en una división radical.6

El Desarme

Otro de los temas de indudable peligro es el desarme, la distensión y la seguridad. Si bien es cierto que la carrera armamentista protagonizada por Estados Unidos y la Unión Soviética, se ha calmado, la lucha por el desarme no ha terminado.

Solo las dos superpotencias disponen de sesenta mil cabezas nucleares que abren la posibilidad de incidentes, o un empleo incontrolado del átomo, que merece una atención y preocupación permanente de la comunidad internacional.

Lo contrario significaría poner en riesgo la paz y la coexistencia pacífica de los pueblos, es necesario reconocer que si bien ha mejorado las posibilidades de paz, todavía estamos lejos de una estabilidad definitiva.

Podríamos resumir diciendo que avanzamos hacia un nuevo orden internacional constituido a partir de tres pilares fundamentales: economía de mercado, democracia y preservación del medio ambiente.

Sin embargo esto trae consigo varios riesgos y desafíos, el principal es de encontrar el camino a través del cuál sea posible traducir esta transformación en un sistema de seguridad global y de mayor bienestar que beneficie a todos.

Es necesario buscar un orden internacional en base a un equilibrio de intereses. Un nuevo sistema edificado sobre la confianza, el desarme, la estabilidad, la seguridad y desarrollo igual para todos los Estados.

 

Notas

1 Morton Kaplan define el sistema bipolar flexible como un medio en cual actúan dos bloques encabezados por un actor nacional.

2 Cifras del Banco Mundial

3 América Latina es considerada una región rica en recursos naturales, por la Amazonia y los bosques tropicales.

4 Ver "La Pobreza", Informe Desarrollo Mundial 1990.

5 Ver Samuel Hantington."El conflicto entre civilizaciones" Revista: Ciencia Política. No 33, 1993. Pag. 21 a 46.

 

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