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Ajayu Órgano de Difusión Científica del Departamento de Psicología UCBSP

versión On-line ISSN 2077-2161

Ajayu v.15 n.2 La Paz  2017

 

ENSAYO

 

EL RACISMO HOY

 

Racism Today

 

Racismo Hoje

 

 

María Elena Lora Ph.D.[1]

Universidad Católica Boliviana “San Pablo”

 

 


Resumen

Desde la perspectiva del psicoanálisis y la enseñanza de Lacan, la segregación es un fenómeno de discurso y está pensada como un efecto del reordenamiento y la potencia de la ciencia, que unida a la universalización del discurso capitalista introduce uno de los problemas cruciales de la civilización, el racismo; como señala Lacan en Televisión “la precariedad de nuestro goce cuando el Otro no lo sitúa”. 

Miller en su curso de Extimidad se refiere al odio del goce del Otro y es a partir de este enunciado que se puede ubicar la base del racismo.

Ante esta realidad, el empuje a explicar estos fenómenos desde la óptica de los derechos humanos o las legislaciones “todos somos iguales ante la ley”; es decir ellos son todos iguales y diferentes a nosotros, no hace sino ahondar la presencia de racismo y la violencia que este conlleva.

La propuesta del texto: es abordar algunas referencias en la obra de Freud y Lacan sobre el odio, el racismo, en tanto, fenómenos segregativos que funcionan como un tratamiento de la pulsión de muerte.

Palabras clave: Segregación, Racismo, Odio, Extimidad


Abstract:

From Psicoanalysis perspective and Lacan's teachings, Segregation is a discourse phenomenon and it is thought as an effect of the reorganization and power of science; the latter combined with universalization of the capitalist discourse introduces one of the crucial problems of civilization, racism; as Lacan points out in Television "... the precariousness of our Joy when the Other can not place it."

Miller, in his seminar "Extimité" refers to the hate towards the Other's Joy, and its from this enunciate that one can locate the basis for Racism.

Before this reality, a drive to explain these phenomena from human rights perspective or from the legislations like "all are equals in the eyes of the law"; thus being all equal among them, however different from us, it only deepens the presence of racism and the violence contained within.

The proposal of the text: Is to address some references in Freud's and Lacan's works about hate, racism, as segregative phenomena that allow the processing leading to the “death drive”. (i.e: spanish: pulsión de muerte)

Key words: Segregation, Racism, Hate, extimité


Resumo

Do ponto de vista da psicanálise e ensino de Lacan, a segregação é um fenômeno de expressão e destina-se como um efeito da reorganização e o poder da ciência, que, juntamente com a universalização do discurso capitalista introduz um dos problemas cruciais da civilização, o racismo; como "a precariedade do nosso prazer, quando o Outro não o sitúa".

Miller em seu curso Extimacy refere-se ao ódio do gozo do Outro e é a partir dessa afirmação de que é possível localizar a base de racismo.

Diante dessa realidade, o impulso para explicar esses fenômenos a partir da perspectiva dos direitos humanos ou as leis "todos são iguais perante a lei"; ou seja, eles são todos iguais e diferentes de nós, não faz nada, mas aprofundar a presença do racismo e da violência que isso implica.

O texto proposto é abordar algumas referências na obra de Freud e Lacan sobre o ódio, racismo, entretanto, fenômenos segregativos que funcionam como um tratamento da pulsão de morte.

Palavras-chave: Segregação, racismo, ódio, extimité


 

 

Llamar así a este texto tiene el propósito de decir algo desde el psicoanálisis acerca de problemas relativos a lo que, desde nuestro discurso y a partir de Freud llamamos El malestar en la cultura. Tales problemas se publican diariamente o se difunden en los noticieros de la televisión: las crecientes medidas políticas sobre la migración, la coerción, la violencia, el terrorismo, la segregación de pueblos enteros y la escalada del racismo.

Explicar por qué se suscitan estos problemas entraña implicaciones profundas a nivel social, económico, político y subjetivo. Por otra parte, estos fenómenos producen la vivencia de una experiencia sentida con horror, escándalo, culpabilidad, sentimiento de pérdida o santa indiferencia ante estas nuevas formas de habitar la vida cotidiana.

Lacan se preocupó por ello, desde muy temprano y publicó sus ideas acerca de los puntos álgidos con los que se enfrenta el mundo de hoy. En su texto La agresividad en psicoanálisis desbroza el campo de tensión imaginaria de la agresividad que se configura en la relación narcisística de reconocimiento del ser del otro para el sujeto, y se enmarca en las pasiones del ser: amor, odio e ignorancia. Esta propuesta sigue resonando hoy porque, por un lado, puede mostrar alguna luz y, por otro, definir    hasta qué punto hay aún algo opaco en el abordaje de estos temas.

Desde hace siglos ha habido constantes procesos de migración, de desplazamientos poblacionales en Europa, Latinoamérica y otras regiones del mundo, lo que ha creado una diversidad social, entendida esta como una situación que está tomando el color de una violencia que se desata vertiginosamente y que horroriza debido a los rebrotes de características racistas de lo más variadas. Estamos ante un mundo donde se oye el clamor creciente del racismo, del odio a los inmigrantes, el enorme proceso de segregación producido por murallas, cercos en barrios exclusivos o campamentos para refugiados. Vivimos un recrudecimiento de lo siniestro donde cualquier aeropuerto, estación de tren, centro comercial o café se convierte en zona de guerra, evidenciándose en estos hechos de violencia que la intimidación y el racismo siempre están allí presentes. 

En los países de América Latina, encontramos estos problemas pero con matices distintos, hay cierta orientación similar en tanto, las formas con que se reviste la violencia son racistas, segregacionistas y se sostienen bajo la tesis de que el migrante (bolita, indio, negro, piel oscura, con rasgos y costumbres propias) va a robar los puestos de trabajo o va a engrosar las aterradoras filas de delincuentes.

El psicoanálisis permite develar la lógica de las pasiones que agitan las formaciones colectivas, basadas en la promoción de identidades (étnicas, religiosas, ideológicas), que promueven la cohesión grupal a partir de la exclusión radical de algún otro, donde  el costo es el odio aberrante y el error, pensar que el enemigo es exterior, olvidando que hay una exterioridad interna, propia del sujeto humano. Son formaciones que activan la pasión del odio puesto que excluyen en su ordenamiento lo real del goce, que siempre retorna bajo diversas modalidades, por ejemplo el desencadenamiento de violencias, la erosión del lazo social y el racismo. Este real del goce no es una causa, sino implica una lógica insensata fundada en la pulsión. De este modo, la ligazón entre esta pasión del odio con lo pulsional hunde su raíz en el goce. Asimismo, la relación libidinal con nuestros semejantes es estructuralmente tensa; Lacan la denominó agresividad, pasión imaginaria anudada a un real intramitable, que cede lugar a los fenómenos de envidia, rivalidad, hostilidad, humillación, falta de derecho, de por qué él y no yo.

En el Seminario XI, Lacan nos reorienta, respecto a esta problemática que subsiste acosando al mundo bajo nuevas formas de violencia, racismo y segregación. Señala que no hay teoría de la historia que pueda dar cuenta de la barbarie desencadenada por la promoción del odio racista tal como lo encarnó el nazismo. Únicamente una referencia a la tendencia humana a rendir culto, a sacrificarse a los dioses obscuros pueden dar cuenta de ello. La obscuridad de esta pasión divina no deja de vincularse con la llamada obscura pasión del odio. Es una pasión, un padecimiento que revela un punto ciego en la relación con el Otro, el odio es siempre sin razón, pero pertenece al orden de un afecto en el origen mismo de la pulsión. 

En la misma dirección, Freud define el odio como una presencia viva e indestructible a tal punto que llega a formular una primera tesis respecto a este obscuro afecto: el odio es precursor del amor por lo que debe postularse la existencia de un odio originario, en tanto, surge de una repulsa primordial. Así, por un lado, el odio llega a constituir el principio activo que genera ese exterior a partir de un primer rechazo pulsional que delineará fronteras, siempre vacilantes, con lo interior. Por otro, la fuerza de indestructibilidad y el empuje a un retorno siempre posible del odio, sólo puede ser explicado debido a la conexión de esta pasión con la pulsión de muerte. Bajo esta perspectiva, el odio y la hostilidad que se sostienen en la segregación estructural del hombre, funcionan como un tratamiento de la pulsión, lo que supone que en el racismo está en juego la pulsión de muerte.

El racismo entonces no sólo es un problema de agresividad, aunque comporte violencia, ha de entenderse que no hay racismo sin discurso. Sin embargo, Lacan advierte que el racismo no se reduce exclusivamente a un problema del lenguaje o de la identificación, sino que concierne a lo que en el discurso no es lenguaje: vale decir, al goce. Desde esta perspectiva, Lacan sostiene una tesis respecto a lo que sustenta el racismo, que este únicamente se puede entender en relación al goce del Otro. La particularidad del racismo es un odiar, un no soportar el goce del Otro; consiste en la extrañeza de un cuerpo en su condición de un real verdaderamente Otro que desasosiega. En el racismo hay una condensación social del odio cotidiano que circula en las relaciones humanas, un cierre al deseo de saber; hay un rechazo a la pregunta por el deseo del Otro y una presencia inquietante sobre la capacidad de un goce sin límite, un goce inasimilable. Se trata de un tránsito cotidiano donde lo siniestro retorna en tanto exceso acrecentado en su potencia destructiva, donde lo incalculado y la aberración apareja la degradación del sujeto, puesto que se degrada a sí mismo o es degradado por sus semejantes.      

Posteriormente, Lacan manifiesta una especie de profecía sobre la escalada del racismo y sus crecientes brotes en una respuesta hecha a Miller, quien le pregunta: “¿De dónde le viene por lo demás la seguridad para profetizar el ascenso del racismo? ¿Y por qué diablos decirlo? Lacan da un paso fundamental y afirma: “Porque me parece divertido y porque, sin embargo, es verdad. En el extravío de nuestro goce, solo el otro lo sitúa, pero es en la medida en que estamos separados de él. De ahí unos fantasmas, inéditos cuando no nos mezclábamos. Dejar a ese Otro en su modo de goce es lo que solo podría hacerse si no le impusiéramos el nuestro, si no lo considerásemos un subdesarrollado”.(…) ¿cómo esperar que prosiga aquella humanitariería de cumplido con la que se revestían nuestras exacciones?”

A partir de esta afirmación de Lacan se impone remarcar que la execración del goce del Otro no consiste, simplemente, en un no soportar la diferencia, ni solamente ligarlo a la lucha de clases, ni entenderlo como una colisión de civilizaciones. En otros términos, no ignorar que asistimos a un fenómeno de masa de características mundiales, a una universalización de la vida cotidiana, a un consumismo y a una uniformización de los modos de goce, lo que acarrea la emergencia de las peculiaridades aplastadas, junto a un desborde de la pulsión de muerte que se expresa, actualmente, en excesos de odio segregativo, barbarie, ferocidad y racismo a mujeres, indígenas, musulmanes, refugiados, discapacitados. También, lo absoluto de la ciencia y la presencia de un Otro que puede estar en todos lados son rasgos actuales del fenómeno del racismo, en tanto el Otro es éxtimo. Es externo pero interno simultáneamente; lo que determina la caza del Otro es su cercanía y disimulación bajo la uniformización aparente de modos de vivir y gozar.  

Miller, en su curso de Extimidad realiza un minucioso recorrido y un proceso de deducción de esta afirmación y define racismo como el odio al goce del Otro, que no es más que el odio al propio goce que nos habita. Esta extimidad del ser cuando no se la aborda éticamente y de manera singular, se transmuta en un no querer saber y en odio al ser del Otro, entonces es vivida como una invasión intolerable lo que delata en consecuencia su precariedad que es rechazada con el odio.

Del mismo modo, el discurso de la ciencia, con sus efectos técnicos en la globalización de los mercados, con su imposición de un único modo de goce que solo se sitúa  como plus de gozar, con su arrasamiento de todos los antiguos modos de paliar el racismo originario del ser hablante, no puede sino hacer surgir el llamamiento al significante del Otro como nombre de Dios, se trata de Dios como Otro sin falla; queda hacerlo ex-sistir con sus imperativos más feroces, de los que tenemos antecedentes. Lacan no se queda calmo y Miller tampoco, pensando en la ferocidad de un Dios que vuelva a ex-sistir porque se vigoriza en el racismo. Así, lo siniestro del racismo hoy radica en que el odio ya no es una vergüenza personal, empuja radicalmente al acto, el olor a sangre no perturba la cotidianeidad, sino que se constituye en lazo social obsceno, desconociendo el hecho real de la diferencia irreductible de goce y la heterogeneidad de nuestro ser  individual y social. 

A modo de conclusión, ilustraremos lo enunciado con una reflexión que advierte sobre el racismo y su correlato en las pasiones y los afectos. 

1.- Legislación y racismo: Ley 0.45 Contra el racismo en Bolivia

El campo del derecho y el discurso jurídico se configuran por la unión pactada entre los hombres, a partir de normas destinadas a intervenir ante la emergencia de conflictos.  El desafío de tratar los antagonismos sociales por la vía de la exclusión de las diferencias y la promoción de una ideología de la supresión de un vacío, que no puede ser eliminado a través de legislaciones, solo conducen a la generación de mayor insatisfacción y malestar en el mercado del goce. Un ejemplo constituye la Ley contra el racismo y toda forma de discriminación en Bolivia. Es la primera vez que existe una ley de estas caracterizticas en las Naciones Unidas y marca un precedente en América Latina. La misma tiene el objetivo de sancionar, prevenir y eliminar situaciones de racismo y para ello tipifica minuciosamente criterios que constituyen objeto de discriminación como: la sexualidad,  el color, la edad,  la vestimenta, el idioma, el apellido, la religión, la apariencia física, las condiciones económicas, sociales y de salud.

La presencia de esta norma propone el retorno de un autoritarismo palpable en las nuevas políticas penales y evidencia la visión distorsionada de un ordenamiento artificial al desconocer el factor goce. Este goce segregado, se convierte en resorte que insiste y promueve actos violentos como los que acontecen actualmente, actos despiadados contra indígenas, humillaciones a mujeres, linchamientos de personas y condiciones de esclavitud de niños y jóvenes que entrañan una furia ciega y deshumanizante. De este modo, se pone en evidencia la presencia de un racismo atávico en Bolivia, que se procura extirpar a partir de la utopía de una sociedad igual, bajo la lógica de una ley que explica todo, dice todo pero desconoce la dimensión otra del goce, del no todo calculable, que vive en el seno mismo de toda formación colectiva como el Estado.

Así, el empuje a erradicar la reacción racista desde la óptica de los derechos humanos o las legislaciones de todos somos iguales ante la ley; vale decir, ellos son todos iguales y diferentes a nosotros, no hace sino ahondar la presencia de racismo y la violencia que este conlleva.

 

Referencias.-

Freud, S. (1986) El yo y el ello. Buenos Aires: Ed. Amorrortu.

Foucault, M. (2000)  Genealogía del racismo.  Madrid: Ed. Caronte.

Lacan, J. (1989)  La agresividad en psicoanálisis. Escritos 1. México DF: Siglo XXI

Ed. Siglo XXI. Lacan, J. (1986): Seminario XI.  Buenos Aires: Ed. Paidós.

Lacan, J. (2012)  Televisión. Otros Escritos. Buenos Aires: Ed. Paidós.

Laurent, E.: El racismo. Lacan Cotidiano. 371.        [ Links ]

Laurent, E.: Los objetos de la pasión. Buenos Aires: Ed. Tres Haches.

Miller, J. A. (2010)  Extimidad. Buenos Aires:  Ed. Paidós. 2010.

Moscoso, J. (2011) Historia cultural del dolor. México DF:  Ed. Taurus. 2011. 

Artículo recibido en: 09/05/2017
Manejado por:
Editor jefe Ajayu
Aceptado en: 15/06/2017
No existen conflictos de intereses
 


Notas

[1] María Elena Lora PhD, Psicoanalista de la Nueva Escuela Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Directora del Doctorado de la Universidad Católica Boliviana-La Paz

 

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