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Ajayu Órgano de Difusión Científica del Departamento de Psicología UCBSP

versión On-line ISSN 2077-2161

Ajayu v.8 n.2 La Paz ago. 2010

 

ARTÍCULO

 

Familias Marginales (Estudio de caso)

 

 

Horacio Serebrinsky (*)

Co-Director de Escuela Sistémica Argentina
Universidad Católica Boliviana “San Pablo”

(*) Doctor en psicología. Co-Director de Escuela Sistémica Argentina
hserebrinsky@escuelasistemica.com.ar

 

 


RESUMEN

En el siguiente trabajo se examina y desarrolla el concepto Familias Marginales definiéndolo como una categoría especial dentro del espectro clínico.

En la primera parte, se abordara la noción de margen así como su aplicación a este tipo de familias. Posteriormente se trabajara sobre el tipo de estructura familiar y los juegos interaccionales característicos, para finalmente ejemplificarlos a través de un caso clínico y aventurar algunas conclusiones. Las familias en las cuales aparecen uno o más miembros con conductas marginales tienden a establecer un estilo de relación basado en la confusión. Siguiendo esta línea, entonces, hablamos de familias marginales pensando en el modo en que se instalan los diálogos y el tipo de relación a que dan origen: diálogos que se dan al margen de otros diálogos o al margen de alguien y relaciones que se dan al margen de otras relaciones o dejando en el margen a otras.

Palabras claves: Familias Marginales. Margen. Juegos interaccionales. Conductas marginales. Diálogos.


ABSTRACT

The following study examines and develops the concept defining marginal families as a special category within the clinical spectrum.

In the first part, addressing the notion of margin and their application to such families. Later work on the type of family structure and interactional features games, finally exemplified by a case report and venture some conclusions. Families in which appear one or more members with marginal behavior tend to establish a relationship style based on the confusion. Following this line, then, we speak of marginal families thinking about how the talks are installed and the type of relationship that give rise to: dialogues that occur in isolation from other dialogues or someone outside of and relationships that are given to whatever their other relationships or leaving the room for others.

Keywords: marginal families. Margin. Games interactional. Marginal behavior. Dialogues.


 

 

“... Desde el momento en que se señala el límite, se abre

el espacio de una transgresión siempre posible...”

Michel Foucault

Introducción:

El objetivo de esta presentación es el de examinar el concepto Familias Marginales a través del análisis de las ideas e imágenes que definen dicho concepto como una categoría especial dentro del espectro clínico y asimismo mediante una discusión de los rasgos descriptivos y funcionales de tales familias.

En la primera parte, por ende, se discutirá la noción de margen en particular, sus connotaciones en términos espaciales y su aplicación a este tipo de familias. Luego revisaremos el tipo de estructura familiar y los juegos interaccionales característicos, para finalmente ejemplificarlos a través de un caso clínico y aventurar algunas conclusiones.

Es claro que al momento de emprender este análisis es difícil soslayar el antecedente de los trabajos pioneros de Salvador Minuchin con familias jóvenes delincuentes (1).

Los conceptos de “familia enredada” y “familia apartada” que él utilizó para describirlas sin duda son de utilidad para pensar el tipo de organización que las une. Asimismo como apunta Lynn Hoffman en “Fundamentos de la Terapia Familiar”el uso de metáforas espaciales en los trabajos de Minuchin, como ser “fronteras”, “mapas”, “territorio” o “estructuras” resultó de mucha conveniencia para su aplicación en este contexto. Además de los trabajos de Minuchin, las ideas de fusión e indiferenciación de autores como Murray Bowen o Iván Boszormenyi Nagy, como veremos luego, nos permitieron entender muchos de los fenómenos que observamos en el campo clínico.

Como marco conceptual de este trabajo y como complemento a estas ideas previas sobre familias marginales es nuestra intención hacer hincapié en el modo en que se instalan los diálogos en las mismas y en el tipo de relaciones a que éstas dan origen.

El concepto de margen:

Cuando se habla de individuos con conductas sociopáticas dentro de las cuales se pueden incluir las mentiras, las adicciones, los robos y otras conductas delictivas, entre otras muchas-se tiende a pensarlas como fenómenos de la marginalidad, esto es, como conductas de margen. Pensar en el margen, en efecto remite a una noción espacial, pues en sí mismo indica la presencia de por lo menos dos espacios, cuando no de tres: un espacio “x” circunscripto por determinados límites y sujeto a una determinada organización (por ejemplo, una familia) y un espacio “exterior” a su lado que logra definirse a partir del anterior y que a su vez funciona como límite del mismo. El propio margen es difícil de precisar en términos espaciales, ya que no termina de definirse ni como un adentro, ni como un afuera.

Ahora bien, la familia, entendida como una organización de miembros guiados por objetivos comunes, no está alojada en un espacio, sino que ella misma es un espacio dentro del cual cada uno puede estar con otros. En otras palabras, la familia es un espacio, un interior. En dicho contexto, las conductas adictivas y delictivas pueden ser entendidas como conductas-margen de ese interior familiar y que someten al individuo a la continua tensión entre un adentro y un afuera que cuesta definir. Estas conductas marginales no pueden ser entendidas si no recurrimos a la comprensión de lo que pasa en la organización del interior familiar.

Desde el punto de vista del individuo, se puede comprender a las conductas marginales como un síntoma: como tal revelan un conflicto y en sí mismas también representan un intento de solución. Pero este individuo no puede pensarse en forma aislada, pues se hace a sí mismo, se co-construye en el ejercicio de múltiples interacciones dialógico-linguísticas y conductuales. Entre las cuales las que se dan en el interior familiar se reconocen como las más fuertes y primitivas. Por este motivo, se tiende a considerar el síntoma en su aspecto relacional como emergente de una peculiar forma de interacción en el interior de la familia.

Las Familias Marginales

Es claro que la conducta marginal implica una transgresión a una norma o ley social y también a una ley, pacto o mandato familiar. La transgresión consiste en efectuar un acto que no coincide con lo consensuado a través de la palabra: aparece una incongruencia entre la palabra y el acto. Y como consecuencia, la palabra pierde valor y credibilidad, y por lo tanto el tema de la verdad se convierte en una verdadera cruzada para la familia. En cierta forma, la familia viene a la terapia queriendo saber cuál es la verdad, acusando al paciente identificado por sus actos delictivos, pero sin entender el porqué, ni las circunstancias que lo llevaron a cometer estos actos. Los padres se preguntan en dónde fallaron, qué es lo que faltó pregunta que podemos entender según el doble significado de la palabra falta, el de la falta de algo y el de la transgresión.

Así buscan un juez que los alivie en esta constante culpa de no entender, le piden al terapeuta que diga cuál es la verdad, que ponga palabras que sentencie el acto delictivo: culpables o inocentes. Se lanzan a bucear en la historia buscando el porqué incansable de los hechos, para nunca creerlo sin entender que de cualquier manera que se defina la verdad, ésta implica el acuerdo del sujeto con los otros.

Si se retorna a la idea de transgresión, el desafío es pensar en cómo se ha instalado la ley, cómo han construido los miembros de esa familia, a partir de sus mutuas relaciones e interacciones, la significación de conceptos tales como “mentira”, “traición”, “transgresión”, “soledad”, “estafa”, “dolor”, etc.

Las familias en las cuales aparecen uno o más miembros con conductas marginales tienden a establecer un estilo de relación basado en la confusión. Las jerarquías (que implican la posibilidad de hacer respetar y cumplir la ley) son difusas, poco claras, y están puestas al servicio de la incertidumbre. Lo que está bien y lo que está mal, lo que está permitido y lo que está prohibido, no ya desde lo social, sino desde lo familiar, variará según quién lo proponga, a quién y delante de quién.

Siguiendo esta línea, entonces, se habla de familias marginales pensando en el modo en que se instalan los diálogos y el tipo de relación a que dan origen: diálogos que se dan al margen de otros diálogos o al margen de alguien y relaciones que se dan al margen de otras relaciones o dejando en el margen a otras. Este enfoque se aparta del uso habitual y social del término ya que la familia como grupo no comete el acto marginal, sino que lo hacen uno o varios de sus miembros.

Lo importante en estos casos será conocer qué es lo que se coloca al margen y de qué o de quienes, pues esta dinámica da lugar a los juegos de exclusión inclusión característicos de estas relaciones. La confusión que se da en estos casos puede ser leída como “fusión con”, es decir, estar pegado a algo: a un mandato a un miembro de la familia o a un lugar. Pero si miramos más detenidamente nos damos cuenta que el sujeto marginal no se encuentra “pegado” estrictamente al entorno familia porque de ser así acataría el mandato de los padres, especialmente el del padre pero es un hecho que tampoco puede salir, y por eso decimos que se encuentra al margen.

Es un claro ejemplo de esta situación la interacción entre pacientes adictos y sus familias como respuesta a ciertas intervenciones terapéuticas que le proponen a la familia que no deje entrar al miembro adicto a su casa si éste ha consumido, y al paciente también se le dice que no vaya porque no lo vana dejar entrar. Es muy común que en la próxima sesión el paciente identificado no hayan podido cumplir diciendo: “me prometió que es la última” o “no pude estaba sólo, me pedía ayuda”, etc.

Cuando la confusión abarca muchos niveles de la relación se genera un estado de tensión e incertidumbre, de insatisfacción y de dolor, que conduce a la búsqueda de un alivio rápido para escapar de ella (alivio que puede presentarse en la forma de la droga o el acto delictivo). Este estado de confusión relacional genera también un sentimiento enorme de soledad, ya que nadie sabe con claridad quién es el otro y qué espera el otro de cada uno. Las conductas marginales en general implican la asociación a un grupo que funciona por momentos como un grupo de pertenencia y como grupo de referencia: esta respuesta a la confusión de su grupo de origen repite la misma modalidad: fusionarse con o pegarse a. El individuo escapa de la soledad que le genera la inserción en su familia y recurre al grupo. El paciente sintomático vive entonces en dos mundos sin vivir claramente en ninguno. Navega entre la fidelidad y la traición a su familia o a su grupo de pares. Navega entre dos culturas.

Las conductas marginales, en su intento de resolver un conflicto, permiten sacar a la luz varios juegos, familiares que se mantienen ocultos o ininteligibles incluso para los propios miembros, como ser el de la inclusión-exclusión al que hacíamos referencia con anterioridad. La pertenencia al grupo familiar está puesta en duda: el robo o la conducta adictiva colocan a los padres o a quienes ocupen su lugar en la disyuntiva de expulsarlo o apoyarlo. Es claro que llevar el apellido de nuestro padre es una situación de pertenencia casi genética pero distinto es el deseo de este padre, el mandato o el mito que éste deposita sobre su hijo, y entonces la ruptura aparece cuando los actos del hijo le hacen entender que éste no es el hijo que esperaba... Suele suceder que la expulsión es sostenida por uno de los progenitores y el apoyo por otro: La familia se divide. Pero esta división no aparece a raíz de las conductas del paciente sintomático sino que son originarias del sistema familiar. La ruptura de lo que debería ser un frente común entre los padres, por ejemplo, para resolver problemas familiares es en realidad histórica y ha contribuido al clima de confusión imperante.

También se navega entre dos culturas dentro de la familia. Dicho de otra forma, dentro del espacio de lo familiar emerge algo perturbador, pero no se trata de algo perturbador por ser ajeno o extraño a la estructura en la que emerge. Por el contrario, lo que lo vuelve realmente atemorizante es la vivencia de que la estructura depende efectivamente de ese elemento extraño por ejemplo, la droga, la cual sirve a los fines de la homeostasis familiar y ocupa el lugar que dejan vacantes otros mecanismos correctores funcionales para la familia como ser el diálogo entre padres e hijos.

Se hace patente, entonces, que el sistema está constituido en su estructura misma por las fuerzas que parecen desestabilizarlo y se hace evidente la imposibilidad de instalar el diálogo en la familia y dada la fuerza del discurso acusatorio es difícil el corrimiento, no del paciente solamente, sino de las pautas del diálogo en sesión: se entra fácilmente en escalada, no se puede entender, no se puede metacomunicar, no se puede aceptar al otro como diferente. Lo que sigue es un ejemplo clínico de estas ideas.

Un caso clínico: “Robo, Mentira y Rock and Roll”

La familia está integrada por el padre, Héctor, de 58 años quien se define como un “buenudo”, hincha de Boca, según sus palabras vive para la familia, es sentimental y una de sus grandes ilusiones y decepciones al cabo-era que su hijo fuera el arquero de Boca. La madre, Beatriz, de 51 años es directora de un colegio primario; se muestra fuerte, sus definiciones son redondas, se maneja con certeza, salvo en lo que respecta a su hijo mayor: Pedro. El es el rebelde y peleador de la familia; fue partícipe de varias estafas, estuvo preso, y actualmente tiene varias causas pendientes en la justicia. Estuvo casado hasta noviembre de 1996, tras lo cual regresa ala casa de los padres, donde empiezan los problemas de convivencia que operaron como motivo de consulta. El hermano de Pedro se llama Carlos; tiene 20 años, es silencioso y padece una enfermedad denominada neurofibromatosis y que cursa con deformaciones físicas; su aspecto impresiona y usa una larga cabellera para cubrirse parte de la cara.

Pedro, el paciente identificado, no encuentra su lugar en este regreso a la casa de sus padres, tiene discusiones repetidas con su madre y se escapa. El denuncia constantemente el comportamiento de su madre, los malos tratos de ella hacia su padre y las amenazas constantes de separación. Su padre observa en silencio, pero como avalando con la mirada la pelea, hasta que, Pedro lo va a buscar, para tener más fuerza en esta discusión, el padre lo rechaza.

Pedro se encuentra sólo, sin entender quien es, con una mirada perdida. Se encuentra todo el tiempo pidiendo ayuda. No paran de acusarlo, de pedirle, la verdad de las estafas, de los robos, de las mentiras, etc.

Es interesante una escena de una sesión en la que llegan a un acuerdo; no le van a dar más dinero ni lo van a dejar que entre a su casa; hasta su hermano dice que no quiere compartir la habitación con él. Pero en la próxima sesión volvieron a dejarlo entrar, volvieron a darle dinero, con la promesa de que es la última vez.

Por su parte, el padre sin decirlo explícitamente le hace notar que el fútbol era un gran proyecto para él. El no fue el jugador de fútbol que el padre le pidió, ni aquel chic que se comporta normalmente como diría la madre. A raíz de su enfermedad todas las miradas convergieron en su hermano por el peligro de muerte que corría. Su casamiento fue otro intento de buscar un lugar o de encontrar una historia nueva que fracasa. La posible separación de sus padres hace que regrese para que su padre no se quede sólo, pero luchando a la vez con todos sus medios para que no se separen. La madre sostiene que hasta que no se arreglen los problemas de Pedro no se van a separar. El terapeuta advierte que esa semana él va a generar más problemas. Efectivamente, robó a su hermano su equipo de música.

Hay otros eventos significativos que aparecen en constante diálogo durante la sesión. Pedro tenía una excelente relación con su abuelo materno; según sus palabras, era el único que lo comprendía. El día en que Pedro cumplió 21 años, su abuelo murió en forma súbita. El fin de esta relación implicó un período de soledad entendida como “falta“, y a partir de ahí también empiezan las faltas de moral, a las leyes, etc...

El suicidio de la madre de Héctor llevó a éste último a una tremenda tristeza, a una gran culpa, y también a una “falta”, que Pedro trató de cubrir con todos sus actos. Pedro llevaba a cabo robos muy inocentes; todos se daban cuenta con claridad que se trataba de él. Casi dejaba sus documentos, pero de igual forma discutía a muerte su autoría...

En cierta medida, la única manera de ser en esta familia para Pedro era ser un delincuente, palabra que usé en sesión para diagnosticar a este paciente y para detener las constantes preguntas de qué le pasa a este chico. Un delincuente con una banda atrás.

 

Conclusiones

Como se pudo observar en este ejemplo clínico, la búsqueda de la identidad y la lucha por la pertenencia son elementos comunes en las familias marginales, en el marco de una confusión estructural característica y de diálogos basados en los juegos de exclusión inclusión. El paciente identificado se encuentra así oscilando en el margen del sistema y el acto marginal es una forma de buscar reconocimiento y a la vez una fuga del mismo así el grupo de pares aparece como una opción para escapar de su soledad en el sistema familiar.

Sin embargo, el paciente identificado no termina de “despegarse” de la familia ni éste se decide a expulsarlo. El discurso acusatorio que surge en este contexto enmascara la dificultad en estas familias para aceptar las diferencias individuales y el apartamiento de los hijos de los ideales de los padres.

Creo que una de las tareas del terapeuta es encontrar a este discurso acusatorio de la familia sobre el paciente y ubicar a éste en un lugar definido para que la propia familia comience a darse cuenta de sus movimientos.

 

REFERENCIAS

Bowen, M. (1991), De la familia al individuo. Buenos Aires. Ed. Paidós         [ Links ]

Droeven, Juana (1997), (comp.) Más allá de pactos y traiciones. Buenos Aires. Ed. Paidós         [ Links ]

Foucault, M. (1993), Vida de los hombres infames. Ed. Altamira         [ Links ]

Foucault, M. (1976) Vigilar y castigar. Buenos Aires. Ed. Siglo XXI.         [ Links ]

Gergen K. & McNamee, S. (1992) Therapy as social construction. London. Ed. Sage Publicatios        [ Links ]

Gergen, Kenneth. (1992) El y saturado. Barcelona. Ed. Paidós         [ Links ]

Hoffman, Lynn. (1987) Fundamentos de la terapia familiar. México. Ed. Fondo de Cultura Económica         [ Links ]

Linares, J. L. (1996) Identidad y Narrativas. Barcelona. Ed. Paidós         [ Links ]

Lipovetsky, G. La era del vacío. España. Ed. Anagrama S. A.        [ Links ]

Loketek, A. (1997) Diagnóstico de la relación humana. El yo y mi ”otro”. Sistemas familiares, Año 13,No. 2 Pág. 81-83

Minuchin, S. (1987) Familias y terapia familiar. Barcelona. Ed. Gedisa         [ Links ]

Minuchin, S. (1969) Families of the slums. Nueva York, Ed. Basic Books         [ Links ]

Schnitman, D. F. (comp.) (1994) Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad. Buenos Aires. Ed. Paidós         [ Links ]

Simon, F. B., Stierlin, H. & Wynne, L. C. (1988) Vocabulario de terapia familiar. Buenos Aires. Ed. Gedisa         [ Links ]

 

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ARTÍCULO

 

Competences to Improve Productivity: A Structural Model

 

 

Marcelo Andrés Saravia Gallardo*

Universidad Católica Boliviana "San Pablo"

* Psicólogo Doctor en Investigación y de la calidad educative por la Universidad de Barcelona. Docente del Departamento de Administración de Empresas e Investigador del Instituto de Investigaciones en Ciencias del Comportamiento UCB. marceloandres@hotmail.com
“This paper was presented at the Production and Operations Management Society 20th Annual Conference. May 1 - 4, 2009, Orlando, FL. USA. www.POMS.org

 

 


RESUMEN

El mundo del trabajo ha cambiado significativamente en los últimos diez años y, cuando en Latinoamérica la ausencia de desarrollo científico en gestión de recursos humanos es acusado, en regiones avanzadas (p.e. Europa, Norteamérica, Japón, Australia) se ha generado un nuevo paradigma: las Competencias Laborales para la Excelencia Profesional, situando en el centro a las personas y a la organización como un escenario de estimulación del aprendizaje permanente, aquí el potencial personal es el patrimonio más preciado. En este trabajo revisamos antecedentes sobre el mundo laboral y sus demandas y presentamos un Modelo Estructural de Competencias para la Productividad (MECPRO) para la gestión de recursos humanos, de utilidad por su visión estructural y su posibilidad de constituirse en una herramienta competitiva de fácil aplicación y versátil según el contexto organizacional.

Palabras clave: Demanda de Competencias, Competencia Laboral, Productividad, Desafíos en el Empleo.


ABSTRACT

The working world has changed significantly over the past ten years, and when in Latin America the absence of scientific development in human resource management is accused in advanced regions (eg Europe, North America, Japan, Australia) has created a new paradigm: Workplace Skills for Professional Excellence, located in the center to the people and the organization as a site of stimulation of lifelong learning, personal potential here is the most precious heritage. In this paper we review some background about the working world and their demands and present a Structural Model for Competencies for Productivity (MECPRO) for the management of human resources, useful for its structural view and the possibility of becoming a competitive tool for easy application and versatile as the organizational context.

Keywords: Demand for Skills, Education Competition, Productivity, Employment Challenges.


 

 

Introduction:

The world of employment has radically changed in the last 10 years, and due of that, recently have being developed a new paradigm to improve human resources inside organizations: “Work Competencies for Professional Excellence”. To get on board on this major challenge, some relevant employ experts have produced models of application in Europe and United States: Bunk (1994), Mertens (1996; 1999; 2000), Echeverría (2001; 2002), SCANS (1992; 1993). Nevertheless these efforts have severe deficiencies inducing confusion on terrain.

Last four years we developed a model that goes over these limitations, our “Structural Model of Competencies for Productivity” which has theoretical and scientific rigor and it shows a General Work Competence containing four competencies inside: Scientific, Practical, Personal and Social; applicable throughout dimensions and indicators that guides managers to improve the institutional quality. This paper, nevertheless, it´s a synthesis of our latest book published on 2008, which demonstrates the big challenges for employees and the vision of competencies to attend those demands and even go over towards the excellence.

Let´s see the challenges that explain the strong change of employ environment.

 

It´s clear we need the whole potential of human being today; not only ideas or ways of doing, but also values and ways of being excellent, and competencies emerge as the strongest vision of human resources development to this century.

We have review around the world the core models/approaches of development this wide potential demanded from employers, so in the field of competencies, we´ve consulted more than 70 specialized references where we´ve found real problems on competencies conceptions and application (the most relevant references are presented in table 2).

The main problems found in all literature reviewed are:

  1. Distortion of the original construct “competency”, because of theoretical misunderstanding and excessive operational simplicity.
  2. Dispersion of ideas going far from possible harmonization of processes of human resources development and share experiences (scientific exchange).
  3. Existence of long inventories of work characteristics and indicators lists without clear link with construct competency, increasing conceptual and operative chaos.

From that background we then formulate a structural competencies model based on McClelland´s (1973) original competency conception that are “the variables that could be used in predicting individual performance and that were not biased by race, gender, or socioeconomic factors” (cited by Cooper & Others, 1998:6) and, from that, advance over with new theoretical meaning to understand the potentiality of human competency into organizations. So then we have to leave behind other transitory concepts taken from other fields along last 30 years, such as: attitude, aptitude, skill, ability or capacity to define competency, because this term is not the sum of the others and that´s the usual mistake on practice and literature: define competencies like it was everything about the human resource´s previous characteristics, forgetting the original sense of competency. Consequently we need back to basics, and besides David McClelland, we also considered the Jacques Delors Report (1996), which introduces the 21ST. century education and knowledge categories: know, know how, know human being and know to live together. From both visions we contribute a definition of human competency as follows.

Human competency:

It means the whole of internal and diverse qualities that operates in an integral way as a base to demonstration successful performance into specific context. The components of human competency are: Scientific Competency, Practical Competency, Personal Competency and Social Competency.

Scientific Competency: Conjunct of theoretical scientific and empirical (not contrasted) knowledge, that allows understand parts of reality, interprets its meaning and define possibilities of intervention. (Know)

Practical Competency: Conjunct of structured methodological knowledge and empirical procedures, that allows actuation over defined parts of reality. (Know how)

Personal Competency: Conjunct of qualities that allows have a clear consciousness of reality, situating the truth as major reference to regulate performance with positive values staff. (Know being)

Social Competency: Conjunct of qualities that allows the right and productive relationship with social and natural environment based on positive social values. (Know to share)

We have applied this definition to define the Work Competency as the Conjunct of internal qualities both professional and personal, so its demonstration allows a productive interaction with job environment and the integral development of professional contribution. This main competency has a wide comprehensive-holistic conception of job performance, so it considers two components: professional competency (the individual´s own potential) and workplace competency (organization specific requirements for job) both operates to achieve the full on-job performance. The figure 1 shows this integrate conception of the model.

Figure 1: Comprehensive-holixtic vision of work competency

Main structure of the model: Follows we present the map of the model with professional competencies and workplace competencies components. Component 1: Professional Competencies Background

SCIENTIFIC COMPETENCY: Implies the demonstration of knowledge from disciplinary specialized education and cumulated experience throughout job performance, both backgrounds allows comprehension and updating of issues and problems of the area of work. Know.

PRACTICAL COMPETENCY: Represents the conjunct of practical and instrumental knowledge that allows develop the human potential into work reality, supported by rational action that makes possible a positive professional contribution. Know How.

PERSONAL COMPETENCY: It refers to subjective position of individual recognising that don´t have the absolute truth about field of domain, so develops a permanent learning throughout professional career, regulating the performance with positive values for integrity as a human being. Know Being.

SOCIAL COMPETENCY: Are the qualities that allows establish very productive interpersonal relationship with partners and internal-external clients, with solid values as respect, deference for others and humble for learn from others ideas. Know to share. These four competencies have dimensions and indicators expose ahead; now we points out the second component of the model referred to main competencies useful to analyze the performance on job–connected with employ requirements. Component 2. Competencies for Workplace into Organization

Performance in front of workplace profile (employee adaptation): Considers the reference of competencies that defines the employ challenges and requirements; following this its necessary evaluate the performance to identify the possible distances towards the organization expectative.

Enrichment of the workplace profile (outstanding performance: excellence): Considers the reference of competencies that defines the employ challenges and requirements; following this its necessary evaluate highly any evidence of outstanding performance to improve it even better in a sustainable way.

 

Figure 2: COMPETENCIES MODEL

Full description of the model:

Professional competencies and workplace competencies are exposed ahead with all dimensions and indicators.

Component 1. Professional Competencies Background

Scientific Competency:

Dimension 1. Specific Disciplinary Knowledge: the person shows knowledge of their own professional formation to understand, comprehend and develop activities on correspondent-specialized workplaces.

Main indicators: (the person)

  • Expose clearly the basic profile produced by basic and specialized education.
  • (So then) Explains the main areas of knowledge of his/her formation.
  • Outlines relevant authors and approaches of correspondent disciplinary field.
  • Describes and explains some parts of reality based on that knowledge.
  • Identifies precisely main advances of knowledge about concrete realities.
  • Represent theoretical and practical relations between basic and specialized education (if corresponds).
  • Develops applied connections between education and work experience.

Dimension 2. Research as engine of innovation: Search relevant information related with professional practice as research towards real innovation and improving.

Main indicators: (the person)

  • Knows basic principles and fundamental tools of scientific research.
  • Knows application of documental search (hard copy and internet files) and documental analysis.
  • Explains steps necessary to search and find scientific documents and solid WEB sites on Internet.
  • Explains the importance of manage articles, research reports, yearbooks, brief reports, regulation guides, reliable data, sector and global indicators.
  • Propose study techniques and documentation analysis that ensures learning and rational use of time.
  • Applies evidently search and documental analysis.
  • Prepare a data base with documents and materials cumulated.
  • Structure´s notes and reflections from their documental analysis.
  • Shows new learning and connect them with previous knowledge and present job performance.
  • Motivate work teams to design brief research projects.
  • Exchange ideas towards develops the projects.
  • Establish responsibilities on the project development with a rational agenda.
  • Design possible effective application of new learning on workplace.
  • Suggests research issues integrated into organizational research main lines.
  • Share all tools, techniques and experience with teams and job partners.
  • Considers work experience, recent learning and documental findings as reference for applied innovation.
  • Identifies precisely the field or process where is key to make innovation.
  • Explains with evidence the arguments to make innovation.
  • Explains the base that strongly supports the real innovation.
  • Indicates the steps that implies develop the innovation.
  • Estimates the resources, costs and benefits derived from innovation.
  • Promotes discussion of ideas, possibilities and programming of innovation.
  • Develop a chronogram and suggests main decisions for innovation (this is in case that the innovation integrates people, equipment, technology, etc.)
  • Goes on with innovation and systematizes the whole experience (lessons learned).
  • Share the experience with work teams and job partners.

Practical Competency:

Dimension 1. Linking knowledge with reality: It means the relation and application of his/her disciplinary and empirical knowledge into workplace (theories, models, approaches, methods, techniques, all empirical ideas, etc.).

Indicators: (the person)

  • Exposes clearly the job experience/performance based on basic and specialized education (reality interpretation with knowledge).
  • Defines the potentiality and usefulness of their knowledge on workplace performance.
  • Critically mentions the subjects learned that are not relevant for workplace.
  • Situates methodologies, methods, techniques, tools, instruments (know-how knowledge), which are significant for his/her workplace performance.
  • Explore the bases and confirms the domain of application of that knowledge.
  • Comprehend precisely the contextualization made to apply knowledge to job.
  • Clearly identifies aspects of workplace routine that enriches previous experience (learning feedback).
  • Share reflections with job partners to improve team and organization excellence.

Dimension 2. Working based on projects: manage their activities based on projects that made possible systematization and precision to effective professional performance.

Indicators: (the person)

  • Explores and applies the method of work projects to organize his/her agenda.
  • Attend demands/requirements and propose work projects (this corresponds to challenges that implies at least 15 days of work or more).
  • Consider actual rules and procedures of organizational regulation of job.
  • Takes total responsibility for the project development.
  • Make a rational planning for the project.
  • Get supplies: materials, equipment, updated scientific information, etc.
  • Use available resources with efficiency and efficacy.
  • Interact with technology and internal-external customers to consolidate the project.
  • Identifies, think, face and solve difficulties/conflicts effectively.
  • Analyze the advances in reference to objectives, quality standards and real conditions.
  • Produces and generates high quality processes and results in right times.
  • Prepare a brief and solid report about the project.
  • Makes evaluation of his/her quality on manage the project and makes immediate improvement for the future.

Dimension 3. Motivate/Support interactive research processes: launch agreements with partners to seek and exchange relevant documents for learning, team reflection and group improvement.

Indicators: (the person)

  • Shows to job partners the value-importance of study specialized documents to work always better.
  • Motivates his/her team to situate a key job issue and refresh ideas throughout research and study.
  • Share out keys of documental search online and on hard materials.
  • Agree a rational chronogram of documental search and share findings produced.
  • Allocate techniques of documental analysis to use time adequately.
  • Build mental maps, schemes, figures and others to show the main ideas studied.
  • Ensure the precise comprehension of contents and its utility for job performance.
  • Delineate possibilities of direct application as regular innovation.
  • Formulate a synthesis of the experience and share it with peers and higher managers.
  • Higher managers define tangible and not tangible incentives to motivate the excellent performance.

Personal Competency

Dimension 1. Lifelong learning: Shows an open mind to knowledge for professional growth, accepting the reconfiguration of previous schemes of thinking and find enhanced ways to work.

Indicators: (the person)

  • Thinks and defines subjects to refreshing and updating (annual agenda).
  • Establish and develops a strategic plan of data base deep-wide exploration.
  • Study critically documents and materials found.
  • Produce institutional reports -if it´s necessary- to secure their learning.
  • Participate on courses, seminars, workshops of interest.
  • Suggest key courses for permanent actualization on job.
  • Use evidently his/her new learning on workplace innovation.

Dimension 2. Self regulation of performance (Values): Applies criteria of value that guides rightly the daily effort: responsibility, compromise with job and organization, chronograms accomplishment, integrate processes and results, respect and confidentiality with information, determination and full compromise with truth.

Indicators: (the person)

  • Shows responsibility on job: regular presence, punctuality, consideration with use of organizational resources.
  • Agreement accomplishment being the employ one of work priorities.
  • Respect for organization, making it an important part of personal and professional development.
  • Ends the work tasks on time or even in less time than expected.
  • Understand their own responsibility for work processes and results, instead of avoid them against colleagues and organization.
  • Protects organizational information because it considers as confidential property.
  • Their work performance is based on strong truth and transparency.

Social Competency:

Dimension 1. Comprehension of other persons: Revels receptivity/empathy towards partners, recognizing in them a real potential and experience as an input useful for own reflection and development.

Indicators: (the person)

  • Ask for opinions, criteria and proposals to those who work with.
  • Integrate positively on his/her work the contributions of other people.
  • Search advisement of senior colleagues and partners with more experience.
  • Modifies and adapt their ideas towards team successful and development.
  • Modifies and adapt their speech and interventions accordingly to different audiences (contextualization of knowledge for sharing).
  • Leads motivation to achieve the team excellence.

Dimension 2. Promoting of social learning: It revel the looking for opportunities for dialogue and group reflection, to achieve new knowledge and create innovative ideas to get better on professional contribution.

It maybe noted that some of indicators on dimension research as engine of innovation -exposed above-give orientations about social learning, so here we give some complementary indicators.

Indicators: (the person)

  • Inside job, share relevant information, documentation and data.
  • Promotes the group planning, coordination, solidarity and permanent interaction towards success.
  • Motivate his/her team to make debates that are useful for quality of job performance-development.
  • Ask deep/hard questions producing rational way of thinking and lucidity.
  • Suggests the team set up challenges of excellence for permanent advance.
  • Remains the importance of team self evaluation for improvement.
  • Cooperates in documentation of work experience to have a memory of team´s evolution.

Component 2. Competencies for Workplace into Organization

1. Performance in front of workplace profile (employee adaptation)

Main Indicators:

  • The organization has the competencies workplace profiles (definition of organizational requirement) supported for a scientific model. Like we present on this paper for example, so the profile must consider the general competency of the job with types of competencies: scientific, practical, personal and social.
  • The managers ensure that competencies model and workplace competencies profile are useful-coherent for organization.
  • The employee comprehends precisely their workplace profile (employ requirements).
  • He/She analyze carefully their professional potential in comparison with the challenges of workplace.
  • The organization analyzes the relation between professional potential and workplace profile, defining ways to reduce the possible distances.
  • The initial formation-induction takes place and the performance is evaluated.
  • A monitor is designed to support and coach the employee.
  • The person accomplish the main lines of workplace expectations-requirements, sustaining so the value of workplace for organization.
  • It takes place the accomplishment of secondary aspects of workplace profile (full performance reaching).
  • Employee considers his/her evolution towards the profile is required, and makes adjustments exchanging opinions with the monitor.
  • Possible incoherencies between workplace profile–and job performance are communicated by the employee (job permanent analysis).
  • Adjustments or retouches (if corresponds) are made on profile to improve the organizational functionality.
  • Employee and monitor generate conclusions about quality of on-job performance.
  • Employee improves their performance and revel evidence of adaptation to workplace profile (i.e. reports, achievements, documents studied for learning, proactive analysis, work diaries, etc.).
  • Employee confirms his/her comprehension and adaptation to workplace profile and compromise to organization.
  • Monitor notes how the employee applies their professional competencies to workplace profile (linking knowledge to reality).
  • Monitor defines the merit of employee, the value added to organization and recommends the keys to permanent improve of performance.

2. Enrichment of the workplace profile (outstanding performance: excellence)

Main Indicators: (the person)

  • Main reference: workplace profile clearly defined based on a model.
  • Employee takes in count their performance evidence related with workplace.
  • Visibly identifies relations and differences between performance and workplace profile.
  • Employee confirms the outstanding performance in one or more requirements of the profile.
  • Review and validate these findings with monitor and job partners.
  • Isolate the strong-positive factors to comprehend their nature and role inside higher performance.
  • Describe correctly the way to achieve outstanding performance over the workplace profile.
  • Share with monitor his/her advances and explanations about the higher performance achievement.
  • Outlines the keys of their professional competencies that allow go over the workplace profile.
  • Employee and monitor contribute to partners this information to improve the team excellence.
  • Monitor and managers make adjustments to workplace profile to guide the organizational continues development.
  • Employee set the new challenges and continues the growing up performance.
  • Managers offer the incentives-retribution to higher performance achieved.
  • Managers and human resources unit considers the experience and offers new scenarios to continue formation for the whole personnel.

The model as it may be noted, has a scientific operative structure that provides reliability to application on terrain and avoid confusions or mistakes in selection of new personnel or promotion of staff. So the organizations to apply this model, has to review each dimension and indicators to adapt them to their own necessities and characteristics, this model allows the adaptation to reality with enough flexibility; even it is possible increase the number of indicators if its necessary, always considering the dimension´s theoretical definition. The model also guides step by step the human resources management and improvement, because the deep analysis of indicators illustrates the possible issues and ways of permanent formation planning in the short and long term view, this of course, with the full participation and compromise of whole organization´s members.

 

Conclusions:

We have a clear pathway to manage competencies with a model with theoretical bases linked with main original definition and with coherent and integrated dimensions and indicators. From this resource, organizations need real determination to learn and growth with the human potential as the centre of all efforts to go as far as it can, but without pass over the human dignity and life quality that is sustaining the real meaning of study, continuous formation and employment.

The managers of Human Resources need -unavoidable-full managing competencies first, to understand and develop the competencies potential of the whole staff. The organizations also needs this times new perspective of long term projection, and more than ever before, needs humble, lucidity, sense of reality as core values to know how to work, where to get and how far to arrive with responsibility and quality for the institution and community.

 

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Didáctica e Intervenciones Sistémicas en la Secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones de la Provincia de Buenos Aires: Una experiencia de redes *

Systemic Training and Interventions in the Frame of the Secretary of Addictions of the province of Buenos Aires: A network experience (*)

Por: Claudio Des Champs **

Institut de Formation et d´Application des Thérapies de la Communication -Lyon, Francia. Universidad de Morón: Buenos Aires

“El Hombre no ha tejido la red de la vida: es solo una hebra de ella.

Todo lo que le haga a la red se lo hará a si mismo.”

* Este artículo fue originalmente publicado en la revista Sistemas Familiares y otros sistemas humanos, publicación de ASIBA, Asociación Sistémica de Buenos Aires), Buenos Aires, AñO 24-Nº 2 Noviembre 2008

** Psicólogo, psicoterapeuta de individuos, parejas y familia. Profesor del IFATC (Institut de Formation et d´Application des Thérapies de la Communication), Lyon, Francia. Profesor adjunto de la Universidad de Morón. Profesor invitado en diversas instituciones de Argentina y del exterior. Docente fundador y supervisor de ESA (Escuela Sistémica Argentina, asociada al MRI de Palo Alto y a la Escola de Terapia Familiar de Barcelona). Miembro del Board de revistas españolas y argentinas de su especialidad, autor y editor de artículos y libros en el campo de la terapia familiar en Argentina y en el exterior. Ex editor y director del periódico Perspectivas Sistémicas (desde 1988 hasta 2007). Actualmente dirige Perspectivas Sistémicas On line www.redsistemica.com.ar ; deschamps0@arnet.com.ar .


RESUMEN


Descripción de una experiencia de formación e intervenciones sistémicas en el marco de la Secretaría de Adicciones de la provincia de Buenos Aires. Al marco teórico práctico sistémico constructivista con los aportes de la pragmática de la comunicación humana, se le suma la lectura ecosistémica y las intervenciones preventivo-asistenciales sobre el micro, meso, exo y macro sistema. Se explicitan los fundamentos de las técnicas utilizadas como la visualización y otras, destinadas a grandes concurrencias, a través de la aplicación de conceptos provenientes del campo del construccionismo social, la resiliencia, la inteligencia social, las neurociencias –en particular del sistema de neuronas espejo y sus características de conectividad, empatía y contagio emocional-, más los aportes de la investigación en psicoterapia.

Palabras Clave: Prevención y asistencia en adicciones. Redes. Microsistema, meso sistemas, exo sistema, macro sistema. Resiliecia. Neuronas espejo.


ABSTRACT

Description of an experience of systemic training and interventions in the frame of the Secretary of Addictions of the province of Buenos Aires, Argentina. To the theoretical and practical systemic constructivism frame with the contributions of the pragmatics of human communication, it is added the ecosystemic standpoint and the preventive and assistance interventions in the micro, meso, exo and macro system. The implemented techniques, like the visualization and others, designated to big concurrence, are presented and justified through the application of concepts originated in the field of social constructivism, resilience, social intelligence, the neurosciences – in particular the mirror neurons system and their characteristics of connectivity, empathy, emotional contagion-, and also, the contributions of psychotherapy research.

Key words: Addictions prevention and assistance. Network. Microsystem, meso system, exo system, macro system. Resilience. Mirror Neurons.


1. La teoría de la práctica

En febrero de 1997, el Dr. Juan Yaría, reconocido psiquiatra y Secretario en esa época de la Secretaría de Prevención y Asistencia de las Adicciones del gobierno de la provincia de Buenos Aires, me invitó a participar en la tarea que él dirigía, insertándome profesionalmente en una compleja trama, conceptualmente hablando, una red de trabajo comunitario-didáctico-preventivo-asistencial en relación al flagelo de la drogadicción.

Cuando me refiero a la concepción operativa red en este contexto, me refiero a las redes sociales, sus conexiones, interacciones - o sea a las acciones recíprocas y circulares, a su complejidad, a las reglas que las rigen y a las consecuencias en perjuicio y/o en beneficio de los seres humanos que las integran. Para decirlo en términos constructivistas, me refiero a un mapa que nos servirá para recorrer un territorio plagado de relaciones simétricas y complementarias, de permanentes entrecruzamientos entre distintos grupos sociales, profesiones, grupos etarios, micro y macrocontextos y los conceptos intermedios, meso y exo (Bronfrenbrenner, 1989), que analizaremos más adelante.

A esto tenemos que sumarle el universo de los intereses y necesidades individuales versus los intereses y necesidades colectivos-comunitarios y, finalmente, los nudos, o sea estos lugares de entrecruzamiento, virtuales o reales, de diferentes sistemas involucrados (judiciales, médicos y psicológicos, mediáticos, educativos, políticos, deportivos, científicos, económicos, entre otros), donde se resuelven para bien o para mal, los conflictos de una comunidad, de una ecología humana envuelta en la aventura de convivir.

Estas redes podrían definirse simultáneamente como el tejido y la dinámica de las relaciones entre distintos grupos humanos para las cuales no existe una frontera en común. Por otro lado, la metáfora de la red se erige igualmente como uno de los principios fundamentales de los llamados nuevos paradigmas en ciencia, como un nuevo modo de percibir y por ende de construir la realidad, que consiste en un entramado relacional en el cual no existen jerarquías ni bases fundacionales y donde, por otra parte, nuestras descripciones son parte integrante de un conjunto de elementos interconectados.

Y todo ocurre en un espacio geográfico, contexto social y tiempo determinado, en el que estas acciones circulares se retroalimentan sin solución de continuidad y donde, como decía Gregory Bateson (1964), lo único precedente es la comunicación.

Avanzando a un estado evolutivo epistemológico superior, en términos del epistemólogo constructivista Jean Piaget y bajo la perspectiva de una lectura construccionista social, desarrollada en la obra de Kenneth Gergen (1999) y colaboradores, las descripciones e interpretaciones o lecturas de las interacciones mencionadas terminarán configurando relatos significativos, historias con sentido generadas en conversaciones entre los protagonistas que construirán, de esta forma, consensos lingüísticos que darán lugar a la creación de “realidades” comunes a los participantes. Estas “realidades compartidas” posibilitarán a su vez, en el mejor de los casos, la puesta en marcha de acciones coordinadas en pos de soluciones a ciertos problemas, la desconstrucción de historias “saturadas de problemas” (Anderson y otros, 1988) y a los consultantes como expertos (Anderson y otros, 1992) y/o a nuevas narrativas, más esperanzadoras, siguiendo la línea de los creadores del narrativismo en psicoterapia, el terapeuta familiar australiano Michael White y el neozelandés David Epston (1989; 1993). En este caso en particular, el objetivo era, naturalmente, la disminución de las adicciones en la vida de esta “comunidad de destino”, en términos del pensador e investigador social francés, Edgar Morin (1990). El profesor Morin, precisamente, fue invitado como conferencista y participó como asesor científico de la Secretaría de Adicciones, difundiendo su conocida teoría de la complejidad y otras ideas que permiten articular conceptos y disciplinas diversas, crear puentes entre compartimentos estancos del conocimiento humano y promover optimismo a partir de la valorización particular y positiva que este reconocido científico le atribuye a la incertidumbre:

“Es evidente que cuando comprobamos las probabilidades, estas nos llevan a una visión pesimista. Pero todo lo que aconteció de nuevo en la evolución ha sido siempre improbable” (Morin, 1998).

2. La práctica de la teoría

Más allá de estas consideraciones epistemológicas, en concreto, me fue asignada la tarea de transmitir los principales conceptos teóricos y enseñar la práctica de la terapia familiar sistémica en todos los ámbitos de la Secretaría. La idea era insertar el paradigma sistémico-constructivista en el seno de esta compleja y amplia organización preventivo-asistencial. Tomemos en cuenta que la Secretaría contaba con una red académica que implicaba convenios con 22 universidades de todo el país, con la prestigiosa Deusto española y con el apoyo científico y financiero de la Unión Europea. Además, se crearon más de ciento cincuenta centros preventivosasistenciales a lo largo y a lo ancho del enorme territorio de la provincia de Buenos Aires, el área de mayor cantidad y densidad de población de Argentina. También se crearon importantes redes de operadores comunitarios, una de las cuales fue denominada “Programa 10.000 Líderes para el Cambio”. Estos líderes eran jóvenes que en general no estaban involucrados con las drogas y que eran entrenados y motivados a ayudar a jóvenes que eran detectados como consumidores o adictos a las drogas en ámbitos escolares u otros, de poblaciones pertenecientes al mismo grupo etario. Eran formados como líderes positivos para generar apoyo, emulación de conductas solidarias y cooperativas y tenían la ventaja de frecuentar los mismos ámbitos que los jóvenes consumidores y, también y muy importante, de compartir ciertos códigos, lenguaje y gustos.

Mi participación consistió en crear y desarrollar programas académicos de formación teórica y, sobre todo, de entrenamiento de campo en psicoterapia sistémica, los cuales fueron insertados en las maestrías para profesionales de la salud (psicólogos, médicos, asistentes sociales, psicopedagogos e, incluso, abogados de familia) y en tecnicaturas para voluntarios con títulos intermedios, educadores y personas en general interesadas en el tema de la drogodependencia. También, frente a demandas de los profesionales y voluntarios de la Secretaria (quienes a su vez se hicieron eco de inquietudes de la población a su cargo), me fue solicitada la creación y coordinación de seminarios especiales en prevención y asistencia de la violencia familiar. En los mismos, además del estudio teórico, creamos espacios de práctica de terapia familiar por medio de sesiones simuladas, experiencias de grupos reflexivos, siguiendo el modelo del psicoterapeuta noruego, Tom Andersen (1991, 1994), y algunos aspectos de modelos psicoeducativos.

Este contacto masivo inédito con esta sufrida población que padecía los avatares de la aplicación de una política económica neoliberal que fue desmantelando las redes de protección estatal fue creando en consecuencia una marginalidad y una pobreza visible y de gran envergadura, desconocida para nuestro país hasta entonces, en plena Ciudad de Buenos Aires y en toda la República Argentina.

Al generarse estos primeros espacios de encuentros entre la población y los profesionales de la salud y de la educación, comenzó a surgir una demanda de las escuelas provinciales para proveerlos de herramientas para enfrentar la violencia escolar, en algunos casos derivadas de cuestiones relacionadas con la venta y el consumo de droga, pero más allá de ello produjo este “efecto dominó” de toma de conciencia y movilización en relación a típicas problemáticas familiares y sociales, como la violencia doméstica y el abuso sexual infantil, sobre las cuales se habla mucho, se padecen aún más, pero se realizan pocas acciones concretas para solucionarlas, y las pocas que se llevan a cabo resultan de escasa eficacia y perdurabilidad en el tiempo.

Una reflexión teórica sobre un ecosistema en crisis: micro, meso, exo y microsistema.

“Un ser humano solo es un individuo en el contexto de los sistemas sociales en el cual está integrado y sin individuos no habría fenómenos sociales humanos” (Maturana, 1994)

El análisis ecosistémico de las relaciones familiares explica que la primera capa social se refiere a las relaciones entre el individuo y su entorno inmediato, o sea, la familia. En nuestros consultorios, en general, comenzamos nuestro trabajo con este microsistema familiar, involucrado en un proceso evolutivo en un proceso coevolutivo entre sus miembros. Pero sabemos que, más allá de los recursos que posea una familia, la capacidad y los esfuerzos de los padres a cargo de la crianza, cuidado y educación de sus hijos, la posibilidad de éxito de las familias, depende, en buena parte, del entorno social amplio de estas familias.

La segunda capa social ecológica, siguiendo a Bronfenbrenner (1989) el mesosistema, concierne a las relaciones entre los microsistemas. Es decir, a la interrelación entre los principales ambientes que reciben y participan en la educación y el desarrollo de un ser humano durante una etapa evolutiva muy importante de su desarrollo personal. Por ejemplo, en las relaciones entre la familia y la escuela: ambos microsistemas se afectarán mutua y recíprocamente y actuarán mancomunados y generando seguridad y contención o en conflicto permanente, enfrentados, y estimulando a los niños y adolescentes a rebeliones insensatas, rechazo por las normas, agresiones a los docentes y tomas de colegios, como sucede actualmente.

La tercera capa, según el mismo autor, se denomina el exosistema: el mundo laboral de los padres, las características del barrio, la red de las relaciones sociales, la distribución de los bienes y servicios. De esta manera, los acontecimientos que se produzcan en el ámbito laboral de los padres o adultos a cargo van necesariamente a tener consecuencias en la vida de los niños y adolescentes, así como si el barrio o complejo habitacional tiene agua corriente o carece de ella.

Finalmente, y no menos importante, la cuarta capa, el macrosistema representa los valores culturales, el sistema de creencias y los acontecimientos históricos (guerras, crisis sociales, inundaciones, etc.) que afectan a todos los otros sistemas de este ecosistema. Nos estamos refiriendo a los prejuicios sociales de esta sociedad en cuestión, a cuáles son las actitudes de ese contexto social en particular en relación a la droga, la sexualidad, la inmigración, el aborto y tantas otras cuestiones. También al mundo mediático, sobre todo a través de la televisión, participa cotidianamente en nuestra vida comunitaria, de hecho, para muchos investigadores especialistas en el impacto del medio televisivo en los teleespectadores menores de edad (Merlo Flores, 2007), se trata de la irrupción del mundo adulto en el mundo del niño y del adolescente.

La salud de las familias y de los miembros que la componen depende, por lo tanto, de que los niños y sus familias tengan la posibilidad de establecer una conectividad saludable, lazos sólidos y sustentables con otros sistemas humanos externos al medio familiar. A su vez dependerá de la forma en la que estas fuerzas externas penetren en el ámbito familiar y regulen, de cierto modo, las relaciones entre los padres y sus hijos, y sobre todo las reglas de conducta del entorno inmediato de la familia y sus circunstancias socio históricas y de la cultura que constituirán el macro ecosistema de estas familias, influyendo y siendo influidos por estos procesos de retroacciones simultáneas y recíprocas.

En el caso de la intervención llevada a cabo en la provincia de Buenos Aires por la Secretaría de Adicciones debimos actuar, simultáneamente, sobre el micro, el meso, el exo y el macrosistema.

3. Intervención de múltiple impacto en la provincia de Buenos Aires: del escenario “Sálvese quién pueda, cada uno por su lado”, de ayudadores y asistidos, al escenario de “Uno para todos y todos para uno”, trabajo de equipo solidario y estimulación de los aspectos resilientes de todos los protagonistas (Des Champs, 2006).

El entrenamiento en el abordaje sistémico de los colegas y asistentes sociales que trabajaban en los centros de prevención y de asistencia de las adicciones de los distintos barrios y ciudades de la provincia les permitió a estos operadores aprender a intervenir en el medio familiar, o sea, en un primer nivel, microsistémico pero de mayor complejidad, de más impacto y eficacia que con el toxicómano aislado, como si se tratara de una problemática individual.

Simultáneamente al entrenamiento, participé en la formación de educadores, curas a cargo de parroquias, voluntarios o coordinadores vecinales o de clubes barriales y también de - simplemente - padres o madres de familia preocupadas por el tema.

De esta forma se amplificaron los círculos concéntricos de la intervención sistémica en el nivel mesosistémico porque muchos de estos encuentros incluyeron padres y alumnos de establecimientos escolares que tuvieron posibilidad de expresar sus inquietudes y de participar como parte integrante de la comunidad educativa.

Gradualmente, en esta línea de acción se fue alcanzando un nuevo círculo concéntrico, el exosistema: el barrio entero era convocado, las reuniones se llevaban a cabo en las escuelas, en las parroquias, en grandes salas de conferencia o teatros, en las instalaciones de clubes deportivos.

Las autoridades y los directores de las instituciones educativas participaban y se comprometían en el combate contra la droga, no contra los traficantes y mucho menos “contra” los drogadictos. Es decir que, en términos de la lectura narrativista y particularmente de los aportes del psicoterapeuta australiano, Michael White, el problema de la droga era externalizado, o sea puesto afuera, y todos estaban involucrados en la solución del mismo, unidos “contra la drogadicción” y a favor de la salud. Todos cooperaban para solucionar y/o combatir la drogodependencia, cada uno desde sus lugares de participación y en algunos casos más allá de ellos, pero eso sí, organizados y entrenados para hacerlo coordinadamente.

4. De las exposiciones complementarias a las simétricas: de la montaña al llano

Una experiencia particularmente valiosa en la cual tuve oportunidad de intervenir fue en las continuas convocatorias a los jóvenes, la población más vulnerable y el target principal de los vendedores de droga, a la que estos mercaderes de la muerte y de la destrucción apuntan, regalándoles y dándoles de probar las primeras veces y también asegurándoles “que es de la buena, de la pura, de “la mejor calidad”. Poco a poco, los jóvenes no solo asistían, sino que, además, podían expresar sus sentimientos de rabia e impotencia, sus angustias y sus preguntas y quejas hacia el maltrato y la discriminación que a veces padecían de parte de las autoridades o de los propios profesores, ellos mismos desbordados por diversas circunstancias adversas y falta de apoyo. Recuerdo como conferencista haber escuchado a los oradores que me precedieron hablar críticamente de “adolescentes de hoy en día” o “de la “juventud actual”, frente a muchos de estos jóvenes que se encontraban convocados.

Como observador de la interacción y de los efectos de la pragmática de la comunicación, noté el fastidio del público joven que incluso se retiraba y/o protestaba con algún grito, abucheo o silbido. Cuando llegó mi turno, comencé a hablar sobre la comunicación, sobre la importancia de escuchar y de ser escuchado, de cómo en la terapia familiar legitimábamos y validábamos todas las voces y posturas, y dirigiéndome al grupo más notorio de jóvenes les pregunté si tenían algo que decir sobre lo que decían de ellos. Cuando empezaron a reaccionar, a querer expresarse, les propuse que alguno de ellos subiera al escenario y planteara las inquietudes que tenían y expresara su parecer.

Uniendo el gesto a la palabra, me levanté de la silla y les tendí el micrófono. Luego de un instante de duda y de sorpresa, uno de estos jóvenes se acercó y subió al escenario. Habló en un buen tono, sin exabruptos, comentó diversas cuestiones exponiendo la visión de los jóvenes en relación a los adultos y cuando se acabó su tiempo (o sea el que le había cedido del mío) concluyó con total corrección.

Más allá de los aplausos, sucedieron dos cosas interesantes: la primera fue que, cuando me bajé del escenario, un nutrido grupo de jóvenes se me acercó para hacerme preguntas muy puntuales: cómo ayudar a los compañeros que se drogaban, qué hacer, cómo abordarlos, si intervenían o no, qué hacer con los dealers o vendedores de droga.

Básicamente lo que querían saber era cómo actuar porque información tenían y mucha, aunque no del todo exacta, pero lo que definitivamente no sabían era como afrontar el tema. En segundo lugar, la secretaría tomó nota y generó un espacio más o menos formal o informal pero cada vez más presente, para que los jóvenes tuvieran voz y voto, o sea escucha y participación activa en estas reuniones, siguiendo con la acción ya iniciada por el Dr. Yaría con su programa “Los Diez Mil Líderes para el Cambio”.

De hecho, la Secretaría se ocupó especialmente de la juventud, que es el blanco preferido de los vendedores de droga. Se los convocó no para darles sermones o agobiarlos con información, sino para involucrarlos y comprometerlos en la lucha contra la drogadicción, para ir al rescate de sus amigos y compañeros de estudio, vecinos y parientes, y formar parte del mencionado programa, “Diez mil líderes para la Vida o para el Cambio”, como se lo llamaba alternativamente.

Finalmente, bajo la dirección inspiradora e inteligente del Dr. Yaría, el programa se enfrentó al macrosistema y apostó todos sus recursos a la prevención. Prestigiosos intelectuales, como el fallecido y muy recordado Dr. Jaime Barylko, filósofo y educador, autor de innumerables libros sobre las relaciones humanas, fueron convocados, para participar en mesas redondas y conferencias masivas, para recorrer la provincia y para escribir artículos en los diarios y también para ser entrevistados en programas de radio y televisión.

Como editor científico del periódico Perspectivas Sistémicas, contribuí publicando dos números especiales (Des Champs,1997, 1998) en la publicación que dirigí durante 19 años, que fueron consagrados a las redes sociales (1997) y al pensamiento complejo(1998), aplicados a la toxicomanía.

Las tiradas fueron de diez y quince mil ejemplares respectivamente, y fueron distribuidos gratuitamente a miles de profesionales de la salud, tanto los ligados a la Secretaría como a muchos colegas del campo de la terapia familiar, a los voluntarios y a las instituciones educativas y a los centros preventivo asistenciales del programa de prevención de la drogodependencia.

La complejidad empírica, la presencia de variables aleatorias, fueron afrontadas con gran energía, con una actitud determinada y sobre todo con una estrategia inteligente que tuvo en cuenta, desde el comienzo, la complejidad de las variables en juego y por ello aplicó un programa de múltiple impacto, interviniendo simultáneamente en los niveles micro, meso , exo y macrosistémicos y dispuso de una organización a la medida del enorme desafío que significaba la provincia de Buenos Aires, superpoblada, con barrios marginales muy desfavorecidos, villas miserias, sin agua corriente ni electricidad.

Evitamos, por lo tanto, la estrategia demagógica, muy utilizada por los partidos políticos para el llamado “clientelismo” político, disfrazado de un asistencialismo que alimenta la dependencia, favoreciendo el circuito homeostático de la limosna-caridad, de ayudadores y ayudados. Más bien, se alentaron y apoyaron iniciativas, la proactividad, el re aprendizaje del cooperativismo, de la ayuda mutua, de la puesta en práctica de la actitud y del espíritu que les recordaba que juntos es más fácil, que juntos es posible, que unidos y capacitados podemos más y mejor.

De alguna manera, buscamos reavivar el espíritu barrial comunitario propio de la tradición y de los valores que caracterizaron a Argentina, desde la época de los inmigrantes europeos que construyeron esta Nación.

5. Aprendizaje, cibernética, comunicación y su relación con la ética relacional

Recordemos que aprender significa, en términos cibernéticos, que un sistema es capaz de modificar su comportamiento y, eventualmente, su modo de organización interna, en función del análisis de los resultados de su acción.

La información no es un dato estable sino un proceso. La información es el nombre del contenido de nuestro intercambio con el mundo exterior, mientras que nos adaptamos a este y, recíprocamente, lo influimos con nuestro proceso adaptativo.

Para Norbert Winner (1993), padre de la cibernética, “la comunicación es el cimiento de la sociedad y aquellos cuyo trabajo consiste en mantener libres las vías de comunicación, son aquellos mismos de los cuales depende, la perennidad o bien la caída de nuestra civilización”.

Y, por supuesto, someter a las vías de comunicación a la única ley del lucro, como ocurre frecuentemente, equivale lisa y llanamente, a la mutilación y al estrangulamiento de las mismas. Precisamente, en la cuestión de la prevención de las adicciones, nos enfrentábamos en aquel momento (y hoy más que nunca) con la publicidad de bebidas alcohólicas y cigarrillos, e imágenes y mensajes que claramente inducen a creer que consumir una determinada bebida alcohólica o fumar una determinada marca de cigarrillos genera amigos, o la posibilidad de encuentros “divertidos”, o eróticos, y lleva a tener éxito y ser admirado por los congéneres.

Incluso a gozar de buena salud. Recuerdo uno entre muchos hechos protagonizados por gerentes de marketing y conductores de programas de publicidad, durante la emisión de un programa televisivo, un representante de una reconocida marca de cerveza afirmó con toda seriedad (y una muy buena dosis de cinismo e hipocresía) en una entrevista, que ellos, los que producían y vendían la bebida en cuestión, no vendían alcohol a los jóvenes, ni siquiera cerveza, sino “valores”.

Y por supuesto pasó a enumerarlos faltaba más: afecto, amor por el prójimo, y cosas por el estilo. Lo hizo con total desparpajo, mientras el entrevistador asentía como si asistiera al sermón de la montaña y el gerente fuese la reencarnación del propio Moisés. Recordemos al pasar que las mayores donaciones a los centros de investigación de cáncer de plumón son realizadas por las grandes empresas tabacaleras. Y en el ámbito local, la marca de cerveza que penetró, infestó y banalizó la ingesta sin límites de alcohol entre los jóvenes - y entre los no tan jóvenes también -(cuyos accidentes mortales de tránsito son en general por conducir en estado de ebriedad), es la misma empresa que auspició un programa de charlas, contratando a un reconocido profesional de la salud que lamentablemente aceptó la propuesta, para hablar sobre los estragos del exceso de ingesta alcohólica y como aprender a beber “con moderación”.

En realidad, lo cierto es que, bajo las imágenes mentales de la amistad y el encuentro afectivo, se miente cínicamente y se utilizan necesidades psicológicas del ser humano tan vitales como los lazos afectivos para promover las bebidas alcohólicas y la adicción al cigarrillo. Las drogas como la marihuana, a pesar de los irrefutables estudios sobre el daño neurológico y los efectos cancerígenos y esterilizantes que causan, cuentan, hoy en día, con buena prensa, con publicaciones que promueven su uso con el mismo cinismo de los otros productos altamente dañinos para la salud del ser humano.

Parecería que no se discute cómo evitar el consumo de sustancias terriblemente dañinas como las pastillas que se venden en los festivales de música “tecno”, sino si se despenaliza o no el consumo de esta o aquella droga. Uno sospecharía que, intencionalmente y/o ingenuamente, la discusión es llevada a un contexto conversacional que elude la peligrosidad y la prevención del consumo. Lamentablemente muchos adultos, me refiero específicamente a los padres de estas “sociedades de hijos huérfanos” - título del libro y tema desarrollado por el escritor Sergio Sinay (2007) -, han tirado la toalla, o porque consumen (incluso en algunos casos han iniciando a sus hijos en el uso “seguro” de estas sustancias tóxicas, como algún padre que le ofrece el primer cigarrillo a su hijo como una iniciación ritual al mundo adulto), o porque quieren evitar conflictos, o no quieren sentirse “viejos”, o porque no saben (o temen) o no tienen tiempo de hablarles a sus hijos. También son muy frecuentes explicaciones tan patéticas expresadas por adultos del tipo: “al fin y al cabo todos lo hacen”, propio del lenguaje adolescente.

Por todo esto, nuestras intervenciones en aquellos años se asemejaban a la acción predicadora de los teleevangelistas mediáticos. En muchos casos, las conferencias o jornadas con públicos muy numerosos y heterogéneos se transmitían por teleconferencia simultáneamente a miles de telespectadores de toda la provincia de Buenos Aires y a muchos lugares del interior de la Argentina. Nuestra intervención sobre el macrosistema, además de informar y alertar sobre la droga y las adicciones en general, enfatizaba sobre los recursos de la familia, sobre la importancia de la acción mancomunada de padres, educadores, representantes de los distintos cultos religiosos (quienes eran frecuentemente convocados como oradores a las mesas redondas), conductores de medios de comunicación y profesionales de la salud.

Naturalmente, proponíamos acciones concretas y, también, en mi caso en particular, aprovechaba cada encuentro para preguntar qué es lo que ya estaban haciendo al respecto, cuestión de despertar y activar por emulación e imitación, por contagio emocional, por el fenómeno del wi fi neurológico, por la comunicación inalámbrica cerebro a cerebro de la que da cuenta Daniel Goleman en su última obra, Inteligencia Social, (2006), los aspectos resilientes de la población en cuestión.

6. “Ayúdate y el Cielo te ayudará” o “ A Dios rogando y con el mazo dando”:

De las abrumadoras y deprimentes estadísticas a la catalización de recursos, aspectos resilientes y a la potenciación de las emociones, de las creencias positivas y de las consecuentes acciones proactivas generadoras de cambios

Luego de haber asistido como espectador y a alguna primera charla como orador, en particular en reuniones con público no profesional, observé que los expertos invitados solían, en general, con honrosas excepciones, abundar en datos específicos sobre las sustancias tóxicas, y sobre todo en las abrumadoras y deprimentes cifras y porcentajes estadísticos sobre el avance del consumo de drogas. Lo que al principio y en su justa medida cumplía la misión de informar y tener una idea más precisa sobre algunos efectos y aspectos del uso de estupefacientes, y sobre la dimensión y gravedad del problema que se afrontaba, terminaba generando una sensación de impotencia que se palpaba en el aire y se percibía en la postura corporal y expresión general de la mayoría de los asistentes.

El lenguaje no verbal, expresado en el intercambio de miradas, y el verbal, en los intercambios en voz baja entre los espectadores, podía leerse claramente como: “y nosotros, frente a todo esto ¡qué podemos hacer!”. Por ello, en una segunda y masiva reunión, observando este cuadro de situación desde la mesa de expositores y luego de escuchar a los oradores que me precedieron con las consabidas estadísticas y los detalles de los “daños neurológicos irreparables de ciertas sustancias tóxicas”, decidí implementar una estrategia comunicacional diferente.

Si quería generar un efecto diferente, esperanzador, generador de acción proactiva, de respuestas resilientes y de actitudes positivas frente al desafío de las adicciones, debía hacer algo diferente. Con mucho cuidado y respeto hacia los profesionales que me precedieron en la palabra, al más puro estilo del recientemente fallecido maestro noruego, Tom Andersen (1991; 1994), con la actitud de los equipos reflexivos, hablando en primera persona dije algo así como: “ no sé cómo se sienten ustedes con todas estas cifras y datos, a mí me abruma bastante y lo siento aquí (diciendo esto último me señalé la zona del tórax)”.

Percibí una mirada empática, un murmullo de aprobación y señales de asentimiento y, por lo tanto, continué con el contenido y con el tono, estableciendo contacto visual y preguntándoles ahora directamente a los asistentes cómo se sentían. Algunos contestaron que se sentían como yo y otros, coincidiendo, se animaron a preguntar, ya que yo había propuesto un diálogo más que una exposición, qué podían hacer al respecto. Yo les contesté que había mucho por hacer, pero seguro que ya estaban haciendo mucho al respecto y que me interesaba enormemente saber al respecto.

Pero antes, propuse hacer una pausa para estirarnos un poco, relajarnos en los asientos, respirar hondo varias veces y sacarnos esta sensación de peso en el pecho. No llegó a ser un ejercicio de relajación, y mucho menos de visualización como en otras ocasiones -las cuales comentaré más adelante-, pero sirvió para distendernos. Pregunté si se sentían un poco mejor, me contestaron que sí y entonces procedí a generar “conciencia de red”, a estimular resiliencia y a generar emociones positivas que disparan una disposición a la acción y rompen con la inercia y el derrotismo. Retomé la pregunta de qué estaban haciendo al respecto, diciéndoles que seguro que algo estarían haciendo, en sus casas, barrios o parroquias.

Como pasa en estos casos, alguna persona empieza a comentar algo, alguna acción, y otro dice: “Yo también hice algo parecido o lo mismo” y yo lo connoto positivamente con la palabra y con el gesto y los animo a seguir. Entonces alguien dice: “Nosotras, las madres nos pusimos de acuerdo para que nadie le compre al quiosquero de la esquina porque sabemos que vende drogas” y apenas escucho lo de “nosotras”, me levanto de la silla para preguntar el nombre de la señora que está contando lo del quiosquero y digo: “Escuchen, por favor, porque esto es muy importante”. Se hace un silencio y le pregunto a la señora, llamándola por su nombre: “A ver si entendí bien, María, así que ustedes se juntaron (y enfatizo mucho la palabra juntarse) y se pusieron de acuerdo para no comprarle al quiosquero porque vende droga”.

En ese momento el murmullo se hizo más fuerte y otras voces empezaron a decir: “Nosotros también nos juntamos e hicimos tal cual cosa, cansados de hacer denuncias a la policía y que esta no actuara o que al tiempo todo volviera a ser como al principio”. Y así continuaba con las preguntas, enfatizando mucho en todo lo que fuera acción mancomunada, trabajo de equipo, reuniones espontáneas que generaron acciones correctivas con resultados positivos.

En poco tiempo, alrededor de seiscientas personas intercambiaban experiencias con entusiasmo. En estos casos aprovechaba la ocasión para felicitarlos y estimularlos, para explicarles que este tipo de acciones, aún más si son organizadas y constantes, generan estadísticamente un descenso del consumo, y les recordaba que los lazos humanos y la comunicación cara a cara seguía siendo la mejor intervención preventiva para combatir cualquier problema de salud física o mental y mucho más cuando se trataba de cuestiones que involucraban a toda la población.

El contagio emocional, la Terapia Centrada en las Soluciones, del terapeuta familiar, Steve De Shazer (1982; 1996, 1999) y la reconstrucción del tejido social se convierten en acciones efectivas y poderosas frente a un problema tan complejo como el de las adicciones.

Tanto en aquellos años, como miembro de aquel equipo de salud, como en la actualidad, en todo ámbito en el cual desempeño mi tarea profesional, como docente, expositor, supervisor o psicoterapeuta, y naturalmente también en mi consultorio particular, conservo el hábito de ocuparme de ayudar al consultante individual, parejas, familias, institución o cualquier otro sistema consultante, de recrear, reparar, restablecer y renovar si es necesario, los eslabones, la trama de los lazos familiares y/o de las amistades, y/o de las instituciones de su entorno social.

En el tema de la drogodependencia esta cuestión resulta decisiva y predice, casi infaliblemente, el éxito o el fracaso. Es lo que posibilita la difícil abstinencia, la sustentabilidad del cambio y el camino hacia la salud. De hecho, durante los años que permaneció tejida y funcionando a pleno esta red de servicios preventivo asistenciales, disminuyó notoriamente el consumo.

7. Visualizaciones al servicio del cambio de visión:

“En el hombre, la reorganización del acontecimiento a través de las imágenes y las palabras agrega una posibilidad de hacer un trabajo de liberación...” (Cyrulnik, 2007)

En todas estas situaciones anteriormente descriptas, y en muchas otras semejantes, con más o menos público y frente a este efecto dominó de pedidos de herramientas conceptuales y prácticas para enfrentar estos múltiples desafíos, comencé a transmitir los rudimentos básicos de la pragmática de la comunicación humana y de ciertos aspectos de las terapias breves estratégicas, del modelo del Mental Research Institute de Palo Alto.

Pero sobre todo transmití la creencia y el concepto de trabajar con los recursos de las personas, enseñándoles en puestas en acto propias del modelo estructural de Minuchin, combinadas con lo que denomino la micro técnica ericksoniana, el “sembrado” que preconizaba Milton Erickson, durante las clases, conferencias, talleres, o mesas redondas y en todo tipo de encuentro, a unir los esfuerzos, a autoasistirse, a contar con el otro, el vecino, el maestro, el cura o quién fuere, para actuar cooperativamente y de manera interdisciplinaria entre los profesionales de la salud, a unirse en el esfuerzo para compartir experiencias que aisladamente les habían dado alguna satisfacción y con las cuales habían logrado algún resultado, pero que no llegaron a sistematizar ni a transformar en relatos resilientes, en historias que vuelven a tejer la trama desgarrada de los individuos afectados, haciéndolos sentir parte de entramados con otros seres humanos con un propósito en común, como predica incansablemente uno de los precursores en el campo de la resiliencia, el psiquiatra francés, Boris Cyrulnik (2007) y todos los pioneros del trabajo y del concepto de redes del campo de la terapia familiar sistémica.

Muchas veces, tanto como caldeamiento inicial o como cierre de estos encuentros, utilicé la técnica de visualización. Apliqué, además de mis conocimientos específicos en el tema, el concepto de “bola de cristal” de Milton Erickson (1954), que consiste en la orientación hacia el futuro que genera la visión y la sensación de que el cambio es posible porque, como bien sabemos, todo cambio comienza en el momento que nos imaginamos y vemos que puede alcanzarse el estado deseado, la escena diferente, la pregunta del “milagro” en términos de De Shazer (1982, 1996; 1994, 1999), del problema solucionado o de la situación netamente mejorada.

En las visualizaciones les proponía generalmente, a los participantes, contactarse con experiencias transformadoras, donde se veían primero en la situación actual, viviendo e incluso padeciendo pasivamente los temas que los preocupaban, para luego ir llevándolos, gradualmente, a recurrir imaginariamente a recursos internos, hasta culminar en la transformación de la situación - problema actual. Estas experiencias generaban, en primer lugar, alivio y cierta alegría y entusiasmo, una sensación de esperanza.

En segundo lugar, cuando animados por mí algunos compartían sus vivencias, sus ideas o alguna estrategia concreta que se les había ocurrido durante el ejercicio, se generaba lo que denomino la irradiación del beneficio, la percepción de que si otros pueden yo también podría, el deseo de emular, la posibilidad de unirme con aquel que necesita mi participación (y recíprocamente) para llevar a cabo la estrategia de cambio y así, como un eco que reverbera, de resonancia en resonancia, la piedra lanzada en el agua genera círculos concéntricos cada vez más amplios, cada vez más nítidos, cada vez más “reales”.

Y aún más, cuando yo les preguntaba detalles de cómo iban a realizar aquello que produciría el cambio, describían escenas de acción que son las imágenes que quedan más fijas en la memoria de los oyentes, hasta el punto de convertirse, en muchos casos, en recuerdos de los cuales nos apropiamos como si nosotros lo hubiésemos vividos, como si nos pertenecieran.

De hecho, esto es lo que termina sucediendo, de una u otra manera, hacemos nuestros estos recuerdos, los cuales modifican nuestra memoria y los hechos cobran nuevos sentidos, reformulan nuestro significados y se convierten en relatos significativos, más optimistas, sobre nosotros y nuestras circunstancias y, por lo tanto, reforman aspectos referidos a nuestra propia imagen, a nuestra identidad.

En suma, empoderan nuestro presente y resignifican nuestro pasado generando, en consecuencia, un visión prospectiva esperanzada, aumentado nuestra confianza en nuestra capacidad para afrontar y superar la adversidad, e incluso para hacer de esta una experiencia de aprendizaje e incorporarla a nuestro bagaje personal y utilizarla para un desarrollo positivo que incluye, por supuesto, un futuro grávido de pequeños y tal vez también, grandes proyectos.

8. Neuronas espejo y la fuerza narrativa: la empatía y las conversaciones colaborativas

“...Los datos neurológicos nos hacen enfocar la cuestión de un modo diferente: la sensación de ser feliz o desdichado depende probablemente de la connotación afectiva que le atribuya nuestro aparato de percibir el mundo” (Cyrulnik, 2007).

En 1990 y luego en 1996, con más énfasis, el equipo de neurocientíficos dirigido por el profesor Giacomo Rizzolatti, en la universidad de Parma (Italia), estaba estudiando el cerebro de los monos cuando descubrió un curioso grupo o sistema de neuronas. Estas células cerebrales no solo se encendían cuando el animal ejecutaba ciertos movimientos sino que, simplemente con contemplar a otros hacerlo, también se activaban. Se les llamó neuronas espejo o especulares.

En un principio se pensó que simplemente se trataba de un sistema de imitación. Sin embargo, los múltiples trabajos que se han hecho desde su descubrimiento, uno de ellos publicado en la prestigiosa revista Science (1997), indican que las implicaciones trascienden, y mucho, el campo de la neurofisiología pura. El sistema de espejo permite hacer propias las acciones, sensaciones y emociones de los demás. O sea que las neuronas espejo explican, por ejemplo, la imitación. ¿Cómo podemos imitar? Cuando se observa una acción hecha por otra persona se codifica en términos visuales, y hay que hacerlo en términos motores. Antes no estaba claro cómo se transfería la información visual en movimiento.

Otra cuestión muy importante es la comprensión. No solo se entiende a otra persona de forma superficial, sino que se puede comprender hasta lo que piensa. El sistema de espejo hace precisamente eso, te pone en el lugar del otro. La base de nuestro comportamiento social es que exista la capacidad de tener empatía e imaginar lo que el otro está pensando. Rizzolatti (1998, 2005) afirma que el mensaje más importante de las neuronas espejo es que demuestran que verdaderamente somos seres sociales. La sociedad, la familia y la comunidad son valores realmente innatos. Ahora, nuestra sociedad intenta negarlo y por eso los jóvenes están tan descontentos, porque no crean lazos.

Ocurre algo similar con la imitación, en Occidente está muy mal vista y sin embargo es la base de la cultura. Se dice: "No imites, tienes que ser original", pero es un error. Primero tienes que imitar y después puedes ser original.

Estas neuronas se activan incluso cuando no ves la acción, cuando hay una representación mental. Su puesta en marcha se corresponde con las ideas. La parte más importante de las neuronas espejo es que es un sistema que resuena. El ser humano está concebido para estar en contacto, para reaccionar ante los otros. Yo creo que cuando la gente dice que no es feliz y que no sabe la razón es porque no tiene contacto social.

Ahondando en este aspecto, el neuropsiquiatra Boris Cyrulnik, agrega al respecto: “podemos considerar que el punto de partida del proceso empático se desencadena en virtud del fenómeno de las neuronas espejo. En la base frontal ascendente de la corteza de los monos, se activa un grupo de neuronas motoras cuando el mono realiza una acción con su brazo opuesto o con la boca.

Se descubrió que el mono que está mirando al mono que está realizando una acción determinada, activa exactamente la misma zona de neuronas. La resonancia comienza desde la primera interacción biológica, como si el mono dijera:“cuando veo a un congénere agarrar una banana, lo que hace me interesa tanto que mi cerebro se prepara para realizar la misma acción.” Antes de manifestarse en un gesto o comportamiento, la imitación es neurobiológica.

Más tarde la resonancia será histórica, como si la madre dijera: "cuando veo a mi hijo comportarse así, me acuerdo como a su edad era yo". El comportamiento con que la madre responde al hijo y lo envuelve sensorialmente tiene su origen en su propia historia con su madre. “En realidad, se trata más de relatos espejo que de neuronas espejo (Cyrulnik, 2007)”.

Conectando el descubrimiento de Rizzolatti y su equipo(1990, 1996) con los estudios de Cyrulnik, tenemos un sólido fundamento neurocientífico tanto para la potencia de las técnicas de visualización (mucho más cuando se realizan en grupos o públicos numerosos) como para las intervenciones que generan conversaciones colaborativas, derivadas del enfoque conversacional de Harlen Anderson y Harry Goolishian (1992), en la que el contagio emocional (Goleman, 2007), la cuestión de la empatía y el surgimiento de las llamadas emociones positivas (Fredrickson, 2001), como la gratificación de ser útiles al prójimo, de brindar mis ideas para que otros las utilicen y poder agradecer cara a cara el compartir abierto de mis semejantes en un marco de escucha cordial y respetuosa y de intercambio simétrico, crean un clima altamente propicio que moviliza para el cambio.

Por todo esto, en mi opinión, los comentarios verbales y escritos que seguían a estas reuniones, inéditas en el marco de la Secretaría, eran de alivio y esperanza, ya que, en muchos casos, aprendían nuevas estrategias aplicables a las situaciones que hasta ese momento no les encontraban solución.

Por otra parte, resultaba muy terapéutico, tanto para los grupos profesionales de la salud como para los educadores, voluntarios no profesionales y padres o familiares de jóvenes adictos, o sea para el conjunto de los operadores de la red preventiva-asistencial de la Secretaría, ya que tenían la posibilidad de comentar y compartir en grupo las dificultades, temores y frustraciones de la ardua tarea que emprendían cotidianamente, en muchos casos en contextos paupérrimos, provistos de escasas herramientas técnicas y sobrecargados de responsabilidades.

Esta modalidad de diálogo abierto, no competitivo, que fui proponiendo junto a otros colegas sistémicos, remedaba el estilo y saludable efecto de aquellos pioneros grupos Balint, hoy más necesarios que nunca en el campo de los profesionales de la salud por el conocido y muy estudiado desgaste profesional o “burn out”.

Los operadores no profesionales y los asistentes sociales utilizaban muy rápidamente las herramientas técnicas que les proveían, ponían en práctica lo aprendido en entrevistas simuladas en sus lugares de trabajo, en sus barrios, parroquias, clubes y hogares y comentaban, inmediatamente y con mucho agradecimiento, los progresos obtenidos, generando emulación, alegría y esperanza y creando circuitos de retroalimentación virtuosos, en lugar del “más de lo mismo” de los circuitos homeostáticos de soluciones intentadas mantenedoras y agravadoras del problema.

No sucedía lo mismo con los psicoterapeutas, en particular con un buen porcentaje de los psicólogos. Estos últimos tardaban mucho más en poner en práctica estas estrategias y técnicas, cuestionaban la epistemología sistémica y se mostraban reacios a aplicar los conceptos y las intervenciones que les proponíamos.

Esto se debía, a lo que los autores de “Psicoterapia de Casos Imposibles”, los terapeutas familiares e investigadores en psicoterapia, Barry Duncan, Mark Hubble y Scott Miller (2003) llaman “la contra transferencia de la teoría del terapeuta”. Por ello se refieren al mapa teórico o grilla explicativa de la mayoría de los psicoterapeutas, formados en este caso, en general, en la teoría y práctica psicoanalítica, lo cual se convertía en un obstáculo epistemológico y sobre todo práctico que les impedía o dificultaba pensar y actuar sistémicamente llevándolos a lo quelos mencionados autores denominan “las vías hacia la imposibilidad”, ligadas más a la teoría del terapeuta que a la dificultad y a los recursos y posibilidades de cambio del consultante o consultantes en cuestión.

En efecto, concebimos el cambio entendido como un tipo de aprendizaje que genera modificaciones en el conjunto de reglas que rigen la estructura u orden interno de un sistema, lo cual constituye el hilo conductor de la psicoterapia sistémica. Esta concepción del cambio implica conceptos y técnicas psicoterapéuticas diversas cuya esencia es: emplear los valores del consultante; construir una relación de cooperación que constituirá, bajo la denominación actual de alianza terapéutica, la base de sustentación de toda psicoterapia exitosa; considerar que “el problema es el paciente” (y la solución también) y que la singularidad de las intervenciones estará basada en la teoría del cambio de cada consultante en particular, teniendo en cuenta su motivación personal y, particularmente, el modo de concebir el cambio que este tenga, así se trate de un individuo, de una pareja, una familia, una institución o una organización” (Des Champs, 2007).

9. Reflexiones finales: pragmática de la comunicación humana y Psicología Positiva

“¿Cree que su pasado determina su futuro? No se trata de una pregunta filosófica superficial. Según en qué medida consideremos que el pasado determina el futuro tenderemos o no a ser un navío pasivo, incapaz de cambiar de trayecto de forma activa. Tales creencias son las culpables de la extrema inercia de muchas personas” (Seligman, 2002, 2005)

Participé de una rica y compleja experiencia, que me llevó a salir del ámbito de mi consultorio particular, que por ejemplo me hizo viajar alrededor de ochocientos kilómetros en una fría madrugada para estar volviendo el mismo día, luego de haber dado un taller en una ciudad de la provincia de Buenos Aires y haber compartido ideas y sentimientos con los operadores locales. Que me desafió a realizar visualizaciones con quinientas personas o más, a escuchar la angustia de los operadores, de los familiares, visitar lugares de internación, conversar con expertos en adicciones y difundir una epistemología y una práctica a todo tipo de público y, simultáneamente, a transmitir valores para la salud de todas las formas y medios imaginables.

En este recorrido, comprobé que las intervenciones tradicionales no alcanzan en cuestiones de esta envergadura, que lo primero es armonizar el trabajo de los profesionales pertenecientes a distintas disciplinas con el esfuerzo voluntario coordinado de la población afectada, para potenciar sus autorecursos y no interferir en sus propias soluciones cuando estas se ponen en marcha. También que es importante ir creando y mejorando sobre la marcha métodos de intervención inéditos y comprobar rápidamente su eficacia, diseñando y aplicando permanentemente procedimientos de evaluación inmediata de los mismos y luego seguir sus efectos en el mediano y largo plazo.

Por último, en relación al campo de la pragmática de la comunicación, estas amplísimas redes de prevención y asistencia de la salud necesitan combatir la entropía comunicacional que se produce continuamente en las emisiones de mensajes, en el mecanismo de retroalimentación de las interacciones y en la confusión y malos entendidos propios de las conversaciones y del lenguaje humano, donde lo que yo digo tiene que ver conmigo más que con el otro y lo que el otro entiende de lo que yo digo, tiene que ver más con el otro que conmigo como suele afirmar el neurocientífico y pensador chileno, Humberto Maturana.

Por ello puedo afirmar que en mi experiencia es muy beneficioso el efecto de los talleres de comunicación, centrados en el aprendizaje del diálogo y por lo tanto de la verdadera escucha y de la metacomunicación, esto de comunicar sobre la comunicación, cuestión de aclarar permanentemente lo que está sucediendo en los complejos intercambios lingüísticos que llamamos conversaciones y conjuntamente el trabajo sobre la inteligencia emocional y social, muy conectada una con otra, ya que la expresión y manejo adecuado de las emociones en los encuentros interpersonales con nuestros semejantes, resulta decisivo y mucha veces es determinante en el curso que toman los acontecimientos.

Finalizando, citaré la propuesta de Martin Seligman, Mihaly Csiksezentmihalyi y otros (2002, 2005), muy tenida en cuenta en mi participación en la Secretaría, más allá que todavía no se había inventado el término (o de hecho sí pero aún no era conocido en Argentina ni en el mundo en general): me refiero a la Psicología Positiva y sus aportes en estos últimos quince años, desde el optimismo aprendido hasta la actual Psicoterapia Positiva, bajo el paraguas del cual se están amparando todas las psicoterapias actuales, incluso las psicoanalíticas que están adoptando velozmente el término. Esta dice, en pocas palabras, que: “de hecho, los mayores progresos en prevención han venido de perspectivas centradas en la construcción sistemática de competencias (Seligman y otros, 2000). En este sentido, se ha demostrado que existen fortalezas humanas que actúan como amortiguadoras contra el trastorno mental y parece existir suficiente evidencia empírica para afirmar que determinadas características positivas y fortalezas humanas, como el optimismo, la esperanza, la perseverancia o el valor, entre otras, actúan como barreras contra dichos trastornos”.

O sea, que predica, con evidencia empírica creciente, lo que los pioneros de la psicoterapia sistémica y Víctor Frankl y los “logoterapeutas”, sumado a los recientes aportes del concepto de resiliencia, sostuvieron siempre: trabajar con las fortalezas abrevia los tiempos de psicoterapia y ningún pasado determina el presente.

Despidámonos entonces lector/a, con estas palabras de Víctor Frankl:

“No apuntes al éxito -más lo buscas, mayor corres el riesgo de no obtenerlo. No se puede perseguir el éxito, así como tampoco la felicidad; es algo que debería ocurrir, sobrevenir como consecuencia, como resultado o efecto no buscado de un compromiso personal con un proyecto que trascienda nuestra propia persona...”

En mi modesta participación en la labor de la Secretaría, compartida junto a muchos prestigiosos colegas del campo de la salud mental y de las ciencias sociales y esforzados voluntarios de todas las localidades involucradas, durante los diecinueve años que dirigí la revista Perspectivas Sistémicas, y muchas veces en función docente y, claro está, en familia y en ámbitos de meditación o espiritualidad práctica, he tenido y tengo la sensación, como ahora, escribiendo este testimonio reflexivo, de estar trascendiendo mi propia persona, lo cual efectivamente me produce una cierta cuota de felicidad tranquila, me hace sentirme enlazado con otros seres humanos que disfrutan trabajando día a día, a veces más animados, a veces menos, por una mejor calidad de vida relacional, por una ecología humana menos contaminada y más solidaria y como parte del mismo tejido humano.

Artículo recibido en: marzo 2010
Manejado por: Editor en Jefe- IICC
Aceptado en: Junio 2010

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