Introducción
Los conceptos erróneos en las ciencias de la salud son ideas persistentes que no están respaldadas por los puntos de vista científicos actuales 1. Esta etapa supone una amenaza importante para la salud pública; las creencias erróneas sobre nutrición, vacunación, vapeo y cáncer se correlacionaron significativamente, lo que implica susceptibilidad en todos los temas de salud 2. Asimismo, las prácticas pseudocientíficas relacionadas con la salud son frecuentes y siguen propagándose a pesar de los esfuerzos por contrarrestarlas en una etapa en la que el estudiante de ciencias de la salud está en proceso de formación; pueden surgir conceptos erróneos debido a una educación y una formación inadecuadas 3. En este sentido, Epstein et. al 4 establecieron la opción de tratamiento que maximice el bienestar puede aliviar los efectos de la toma de decisiones sesgada en la precisión clínica.
En este contexto, las creencias erróneas sobre las vacunas; la evidencia científica refuta esta afirmación, mostrando que el sistema inmunológico puede manejar múltiples vacunas sin verse abrumado 5,6. Según Morra et al. 7 incluso después de actividades educativas, como la creación de podcasts para abordar conceptos erróneos, persisten creencias equivocadas entre los estudiantes, como la percepción de que las vacunas no son necesarias o que causan infertilidad. Kassianos et al. 8 destacan que los conceptos erróneos relacionados con las vacunas adaptadas a variantes, como las basadas en ARNm monovalente para sublinajes Ómicron, pueden exacerbar la fatiga de vacunación y reducir su aceptación. Además, Holford et al. 9 evidenciaron que intervenciones empáticas, como la entrevista refutacional empática, son eficaces para abordar dudas sobre vacunas al refutar de manera personalizada estas creencias, aunque los efectos suelen ser moderados. Por último, Shahoy et al. 10 identificaron entre estudiantes de biología ideas inexactas, como la creencia de que las vacunas contra la COVID-19 contienen el virus debilitado o muerto, aunque los estudiantes avanzados demostraron una mejor capacidad para corregir dichas nociones cuando se les proporcionaron pistas.
Los conceptos erróneos sobre el cáncer subrayar la importancia de abordar los sesgos metodológicos en estudios observacionales. Los sesgos, como el de indicación de uso del fármaco y el de usuario prevalente, tienen un impacto significativo en la validez de los resultados y pueden llevar a conclusiones engañosas si no se ajustan adecuadamente 11. Además, la evaluación de la metformina como potencial reductor de riesgos de cáncer está limitada por fallas metodológicas relacionadas con factores de confusión y análisis inadecuados 12. Asimismo, la calidad de los datos epidemiológicos es crucial, ya que errores en la recopilación y codificación de datos, como en el caso del cáncer de pulmón, pueden comprometer la fiabilidad de los hallazgos y subestimar la magnitud real de las asociaciones 13.
Las creencias erróneas sobre el manejo del dolor representan un desafío crítico que debe abordarse mediante una sólida formación basada en evidencia científica. Estas creencias, tanto entre los pacientes como entre los profesionales de la salud, impactan negativamente en la calidad del tratamiento y los resultados para los pacientes 14. Por ejemplo, la tendencia a validar los informes de dolor únicamente a través de indicadores físicos o conductas observadas subestima la experiencia subjetiva del paciente y perpetúa prácticas poco efectivas 15. Asimismo, la preocupación por los efectos adversos de los opioides puede influir en decisiones terapéuticas que limitan un adecuado control del dolor, como señala 16. Este contexto resalta la necesidad de intervenciones educativas que aborden estas creencias y fortalezcan las competencias de los profesionales para evaluar y manejar el dolor de manera efectiva. Además, investigaciones como las de 17. subrayan que incluso los profesionales con mayor experiencia pueden mantener conceptos erróneos, enfatizando la importancia de integrar programas de aprendizaje continuo que fomenten prácticas basadas en evidencia.
Creencias erróneas salud, resulta imperativo abordar las concepciones erróneas sobre la salud mental que prevalecen en diversos contextos culturales y sociales. Por ejemplo, estudios realizados entre estudiantes universitarios libaneses muestran cómo las creencias culturales erróneas pueden influir en actitudes negativas hacia la salud mental 18. De manera similar, investigaciones en comunidades rurales de Rawalpindi evidencian cómo la falta de educación y la persistencia de falsas creencias conducen a una mayor dependencia de curanderos tradicionales en lugar de especialistas médicos 19. Además, el reconocimiento de estas dinámicas no debe limitarse al ámbito cultural; también es crucial considerar cómo el estigma público, como el documentado entre empleados de empresas japonesas, afecta las oportunidades laborales y sociales de las personas con problemas de salud mental 20.
Creencias erróneas epilepsia es fundamental abordar las ideas erróneas sobre la epilepsia desde una perspectiva crítica y basada en evidencia, dado el impacto negativo que estos conceptos tienen en la vida de las personas afectadas 21. Asimismo, la noción de que la epilepsia es contagiosa, aunque ha disminuido gracias a programas educativos y acceso a tratamientos modernos, sigue siendo un problema significativo en ciertas regiones rurales 22. Además, la percepción errónea de que la epilepsia es una enfermedad mental contribuye a la estigmatización, limitando las oportunidades de empleo y relaciones sociales de quienes la padecen 23. Estas creencias, arraigadas en factores culturales y falta de conocimiento, subrayan la necesidad de implementar intervenciones educativas 24,25.
Muchos estudiantes de enfermería tienen conceptos erróneos sobre la epilepsia, incluidas creencias de que está vinculada a enfermedades mentales o causas sobrenaturales 26,27. Algunos estudiantes creen erróneamente que la epilepsia es contagiosa o que los pacientes con epilepsia son pecadores 28,29. Los malentendidos sobre el manejo de las convulsiones son comunes, como la práctica incorrecta de colocar un objeto en la boca del paciente durante una convulsión 30,31.
En relación a la literatura existente se planteó el siguiente objetivo: Determinar la prevalencia de las creencias erróneas en estudiante de ciencias de la salud
Material y métodos
Se trabajó con un diseño de tipo descriptivo, con un fue enfoque educativo y comunitario. En este enfoque centrado en la corrección de mitos mediante intervenciones estructuradas; sino también transformar actitudes y comportamientos a través de la participación activa de la comunidad 26. Este diseño metodológico fue elegido para identificar las creencias prevalentes antes de la intervención educativa y analizar el impacto de dicha intervención en la modificación de percepciones erróneas, contribuyendo al desarrollo de un pensamiento crítico y basado en evidencia entre los futuros profesionales de la salud.
El muestreo fue censal, intencional o también conocido por conveniencia, debido a que se seleccionaron a los estudiantes que de manera autónoma aceptaron formar parte de la muestra debido al acceso que se tiene a la nómina 2024- I, II. Que se alinearon con los criterios de inclusión e exclusión: Ser estudiantes en formación (Enfermería), matriculados en el curso de Taller de Investigación I y II y que desearon participar voluntariamente para garantizar el anonimato se utilizó Google Forms; dentro del cuestionario se incluyó la introducción del instrumento. Además, los encuestados confirmaron su consentimiento informado. Las preguntas cerradas examinaron las creencias erróneas vacunas; cáncer, anejo del dolor; salud mental; creencias erróneas epilepsia. A los participantes se les dio la oportunidad de responder a través de la siguiente escala: De acuerdo (DA); No lo sé (NS); En desacuerdo (ED); Media (MD); Desviación Estándar (DE).
El análisis estadístico de los datos se utilizó el lenguaje estadístico Jamovi v. 2.6.22. y Rstudio.
Resultados
Los hallazgos revelaron la presencia de diversos conceptos incorrectos en la población, lo que subraya la necesidad de fortalecer la educación basada en evidencia; como lo referente en las vacunas (Figura 1). En relación a la vacunación en ciencias de la salud, se observó que un 91,2% de los estudiantes aún creen que las vacunas causan autismo, una cifra alta. Asimismo, un 55,9% considera que la inmunidad natural es mejor que la inmunidad adquirida por vacuna, y un 70,6% piensa que las vacunas pueden causar cáncer, siendo este último menos de un tercio, el 29,4% afirmó que las vacunas se desarrollaron demasiado rápido para ser seguras.

Nota. De acuerdo (DA); no lo sé (NS); en desacuerdo (ED); media (MD); desviación estándar
Figura 1. Creencias en las vacunas
Por otro lado, en relación al cáncer se evidenció que un 92,6% de los estudiantes piensan que el cáncer es contagioso, siendo una creencia errónea muy extendida, otro 60,3% está de acuerdo con que los edulcorantes y aditivos artificiales provocan cáncer. Sin embargo, menos de un tercio, el 29,4% cree que el cáncer es siempre una sentencia de muerte, y solo el 23,5% piensa que los remedios herbales pueden curar el cáncer (Figura 2).

Nota. De acuerdo (DA); no lo sé (NS); en desacuerdo (ED); media (MD); desviación estándar.
Figura 2. Creencias en el cáncer.
En el área del manejo de dolor, un 54,4% de los estudiantes considera que el dolor persistente es un problema puramente físico. Siendo la mitad de los encuestados, el 48,5% cree que los pacientes a menudo exageran su dolor para obtener atención o medicamentos, y el 41,2% asocia el dolor como un apare normal del envejecimiento. Un 36,8% afirma que el dolor crónico no se puede controlar eficazmente (Figura 3).

Nota. De acuerdo (DA); no lo sé (NS); en desacuerdo (ED); media (MD); desviación estándar
Figura 3. Creencias en el manejo del dolor
En cuanto a la salud mental, el 75,0% de los estudiantes está de acuerdo con la idea de que las enfermedades mentales no son enfermedades reales, lo cual es alarmante. Un 38,2% ve los problemas de salud mental como un signo de debilidad. Curiosamente, el 51,5% de los estudiantes no está de acuerdo con la afirmación de que solo ciertas personas parecen enfermedades mentales, lo que sugiere una comprensión más matizada en este punto especifico (Figura 4).

Nota. De acuerdo (DA); no lo sé (NS); en desacuerdo (ED); media (MD); desviación estándar
Figura 4. Creencias en la salud mental
En los concerniente, a la epilepsia la creencia más prevalente es que es contagiosa con un 97,1% de los estudiantes, afirmando esta falsedad. Por otro lado, un 50% considera que las practicas tradicionales se consideran tratamientos eficaces para la epilepsia, y un 8,8% cree que la epilepsia puede causar importancia o cáncer (Figura 5).

Nota. De acuerdo (DA); no lo sé (NS); en desacuerdo (ED); media (MD); desviación estándar
Figura 5. Creencias sobre la epilepsia
Con la prueba de normalidad (Shapiro-Wilk), el valor p < 0,001 indica que las respuestas no siguen una distribución normal, lo que puede deberse a la alta polarización entre creencias claramente rechazadas y aquellas con más incertidumbre; la media y desviación estándar global (creencias erróneas en ciencias de la salud). La media global es de 31.4, con una desviación estándar de 4,00, lo que refleja la heterogeneidad en las respuestas dependiendo del tema específico (Tabla 1).
Tabla 1. Datos descriptivos Creencias erróneas en ciencias de la salud
| N° | Ítems | (DA) | (NS) | (ED) | |
| 1 | Las vacunas causan autismo | (62) 91.2 % | (4) 5.9 % | (2) 2.9 % | |
| 2 | La inmunidad natural es mejor que la inmunidad adquirida por vacuna. | (38) 55.9 % | (25) 36.8 % | (5) 7.4 % | |
| 3 | La inmunidad natural es mejor que la inmunidad inducida por vacunas | (30) 44.1 % | (11) 16.2 % | (27) 39.7 % | |
| 4 | Las vacunas pueden causar cáncer | (48) 70.6 % | (3) 4.4 % | (17) 25.0 % | |
| 5 | Las vacunas se desarrollaron demasiado rápido para ser seguras | (20) 29.4 % | (25) 36.8 % | (23) 33.8 % | |
| Vacunas M (8.18); DE (1.96) Valor p de Shapiro-Wilk (0.009) | |||||
| 6 | El cáncer es siempre una sentencia de muerte | (20) 29.4 % | (44) 64.7 % | (4) 5.9 % | |
| 7 | Los remedios herbales pueden curar el cáncer. | (16) 23.5 % | (32) 47.1 % | (20) 29.4 % | |
| 8 | El cáncer es contagioso | (63) 92.6 % | (3) 4.4 % | (2) 2.9 % | |
| 9 | Los edulcorantes y aditivos artificiales provocan cáncer | (41) 60.3 % | (12) 17.6 % | (15) 22.1 % | |
| Cáncer (6.54) Desviación estándar (1.34) Valor p de Shapiro-Wilk (0.003) | |||||
| 10 | El dolor persistente es un problema puramente físico. | (37) 54.4 % | (24) 35.3 % | (7) 10.3 % | |
| 11 | El dolor es una parte normal del envejecimiento | (28) 41.2 % | (34) 50.0 % | (6) 8.8 % | |
| 12 | Los pacientes a menudo exageran su dolor para obtener atención o medicamentos. | (33) 48.5 % | (24) 35.3 % | (11) 16.2 % | |
| 13 | El dolor crónico no se puede controlar eficazmente. | (25) 36.8 % | (34) 50.0 % | (9) 13.2 % | |
| Manejo del dolor M (6.68) DE (1.47) Valor p de Shapiro-Wilk (< .001) | |||||
| 14 | Los problemas de salud mental son un signo de debilidad | (26) 38.2 % | (38) 55.9 % | (4) 5.9 % | |
| 15 | Las enfermedades mentales no son enfermedades reales | (51) 75.0 % | (12) 17.6 % | (5) 7.4 % | |
| 16 | Sólo ciertas personas padecen enfermedades mentales | (25) 36.8 % | (8) 11.8 % | (35) 51.5 % | |
| Salud mental M (5.15) DE (1.14) Valor p de Shapiro-Wilk (< .001) | |||||
| 17 | La epilepsia es contagiosa. | (66) 97.1 % | (2) 2.9 % | ||
| 18 | La epilepsia puede causar impotencia o cáncer | (6) 8.8 % | (49) 72.1 % | (13) 19.1 % | |
| 19 | Las prácticas tradicionales se consideran tratamientos eficaces para la epilepsia. | (34) 50.0 % | (19) 27.9 % | (15) 22.1 % | |
| Epilepsia M (4.85) Desviación estándar (1.03) Valor p de Shapiro-Wilk (< .001) | |||||
| Creencias erróneas en ciencias de la salud. M (31.4) DE (4.00) Valor p de Shapiro-Wilk (0.013) | |||||
Nota. De acuerdo (DA); no lo sé (NS); en desacuerdo (ED); media (MD); desviación estándar (DE).
Discusión
Los resultados revelan una compleja interacción entre la persistencia de conceptos erróneos en ciencias de la salud y el nivel de comprensión de los estudiantes de enfermería. En el ámbito de vacunas, es alentador observar que la gran mayoría de estudiantes rechaza la noción infundada de que causan autismo (ítem 1), lo que concuerda con la evidencia científica 5,6. Sin embargo, la incertidumbre significa en entorno a la superioridad de la inmunidad natural sobre la inducida por vacunas (ítems 2 y 3) es concordante por lo reportado por Morra et. al. 7, quienes encontraron que incluso después de intervenciones educativas, persisten dudas sobre la necesidad y los beneficios de la vacunación. En relación con la seguridad del desarrollo rápido de vacunas (ítems 5) también resuena con la preocupación sobre la fatiga de vacunación exacerbada por conceptos erróneos sobre vacunas adaptadas a variantes, como lo señalan Kassianos et. al. 8. Si bien una proporción importante niega que las vacunas causen cáncer (ítem 4), la persistencia de que esta creencia subraya la necesidad de reforzar la comunicación clara basada en evidencia, tal como lo enfatizan Holford et. al 9, al destacar la importancia de intervenciones empáticas para abordar estas dudad.
En cuanto a las creencias erróneas sobre el cáncer, los hallazgos exponen una preocupante incertidumbre respecto si el cáncer es sentencia de muerte (ítem 6) es una notable creencia en la eficacia de remedios herbales para curarlo (Ítem 7). Esto pone de manifiesto la influencia de sesgos metodológicos en estudios observacionales y la necesidad de análisis robustos para evitar interpretaciones erróneas, tal como advierten Yan et. al. 11 y Golozar et. al. 12. Aunque la mayoría reconoce que el cáncer no es contagioso (ítem 8) la persistencia de la creencia de edulcorantes y aditivos artificiales lo provoca (ítem 9) Subraya la importancia de una comunicación precisa sobre los factores de riesgo, evitando la difusión de información no fundamentada, un aspecto crítico señalado por la preocupación por la claridad de los datos epidemiológicos de Petra et. al. 13.
Respecto al manejo del dolor, la identificación que una proporción significativa de estudiantes aún considera el dolor persistente como un problema puramente físico (ítem 10) y normaliza el dolor en el envejecimiento (ítem 11) refleja la persistencia de creencias que impactan negativamente en la calidad del tratamiento, como lo señalan LaFond et. al. 14. La duda sobre si los pacientes a menudo exageran su dolor (ítem 12) y la incertidumbre sobre la eficacia del control del dolor crónico (ítem 13) se alinea con las preocupaciones expresadas pro Kodagoda et. al. 15 y Dawson et. al. 16 sobre cómo las creencias erróneas, tanto en pacientes como en profesionales. Incluso la incertidumbre entre estudiantes de enfermería resalta la necesidad de integrar programas de aprendizaje continuo que fomenten prácticas basadas en evidencias, tal como lo sugiere la investigación García y De Mattos-Pimentel 17 en profesionales con experiencia.
Por otro lado, la salud mental, se halló que una proporción considerable aún considera los problemas de salud mental como signo de debilidad (ítem 14) y que solo ciertas personas los padecen (ítem 16) es considerable con estudios que demuestran la influencia de creencias culturales y estigmas asociado, como los realizados por Rayan y Fawaz 18 en estudiantes libaneses y Lem et. al. 20 en empleados japoneses. La persistencia de la idea de que las enfermedades mentales no son enfermedades reales (ítem 15), aunque menor, sigue siendo preocupante y subraya la necesidad de una educación continua para transformar estas percepciones; tal como se evidencia en las investigaciones en comunidades rurales de Rawalpini por Usman Shah et. al. 19.
En relación con la epilepsia, la casi universal relación de que sea contagiosa (ítem 17) es un resultado positivo. Sin embargo, la incertidumbre sobre si puede causar impotencia o cáncer (ítem 18) y la creencia de que las prácticas tradicionales son tratamientos eficaces (ítem 19) refleja la persistencia de mitos arraigados en factores culturales, desconocimiento tal como lo documentan Shafiq et al. 21 y Shibre et al. 22. Estos hallazgos resaltan la necesidad de intervenciones educativas que promuevan una comprensión científica de epilepsia y reduzcan el estigma asociado, como lo enfatizan Braga et al. 24,29 y McCagh 25,31.
Se puede concluir que existe un nivel de aceptación de conocimientos científico entre los estudiantes en temas como vacunas, cáncer y epilepsia, aún sigue persistiendo creencias erróneas y zonas de incertidumbre, especialmente en lo relacionado al manejo del dolor y la salud mental. La dispersión de las respuestas y la no normalidad estadística reflejan una polarización cognitiva, producto tanto de mitos persistentes como de vacíos en la alfabetización científica. Esto subraya la necesidad de intervenciones curriculares que integren ciencia, pensamiento crítico y comunicación clara.














